De Filipinas a Viet Nam
Nuestros protagonistas dejan Filipinas y se dirigen a conocer Vietnam
Jose estaba bastante traumatizado por lo vivido. No me quiso contar mucho, pero evidentemente el rescate había sido una carnicería. Su cuerpo manchado de sangre no indicaba lo contrario.
Fuimos trasladados hasta Manila. Jose hizo un par de gestiones y en pocos días nuestra deuda económica estaba liquidada. Yo no sabía si se encontraría en disposición de continuar el viaje, pero me sorprendió pidiéndome que nos hiciésemos a la mar en breve. Quería salir de allí.
Nuestra destino era Hoi An, un maravilloso pueblo en la costa de Vietnam. Durante el viaje hice todo lo que pude por relajarle, pero Jose me rehuía. Paseé desnuda por el barco, se la intenté chupar por las noche, pero nada.
Después de 4 días de navegación arribamos a las costas del pueblo. No había nada parecido a un puerto deportivo y el pesquero estaba dentro de un rio por lo que decidimos fondear delante de su magnifica playa. Las aguas eran tranquilas.
Yo tenía ganas de cenar bien y acercándonos en la zodiac hasta la playa pisamos tierra. Alquilamos un tuktuk para que nos llevase al pueblo distante unos kilómetros de la playa.
Al ser un pueblo visitado por mochileros no es que hubiese magníficos restaurantes, pero después de darle una generosa propina a un chico espabilado de la zona este nos guió hasta un sitio bastante chulo.
Cenamos estupendamente, la comida vietnamita es excelente. Regamos aquello con un par de botellas de vino francés y después de tomarnos una copa nos dirigimos a un pub local.
En la barra del bar Jose se puso a hablar con una chica de Bilbao, por lo visto viajaba con su novio y habían llegado el día antes. Despues de las presentaciones, nos connotamos nuestros viajes y ellos alucinaron que estuviésemos dando la vuelta al mundo en barco. Itxaso, que así se llamaba la chica insistió que quería ver nuestro barco, pero creímos conveniente dejarlo para otro momento ya que el ciego a esas horas era considerable.
Intenté hacer el amor con Jose esa noche, pero de nuevo me evitó. Nos levantamos tarde y desayunamos a bordo. Yo quería bajar a la playa, pero Jose se hacía el remolón. Extendí una toalla en la proa del barco y quitándome la parte de arriba del bikini me puse con la tetas al aire a tomar el sol.
No había pasado ni una hora cuando me fijé que había una chica haciéndonos señales desde la desértica playa.
- creo que son los vascos – le dije a Jose
- Ya veo
- ¿Les invitamos o nos hacemos los locos?
- Diles que vengan
- Hombre, no les vas a hacer venir hasta aquí nadando ve a buscarles con la zodiac – y eso hizo.
Pocos minutos después la pareja subía al barco y nos dábamos dos besos.
- Gracias por la invitación – me dijo Itxaso dándome dos besos y fijándose en mis pechos al aire – que suerte, a mi esta mañana me han hecho ponerme el sujetador en la playa pues el topless esta prohibido
- Pues no te cortes, aquí esta más que permitido – y la chica sonriendo y mirando a su novio como pidiendo aprobación se quitó la parte de arriba dejando al aire dos pequeños y puntiagudos senos
Jose sacó unas cervezas, después una botella de rioja y más tarde una de rivera.
Como de costumbre Jose ni preguntó, se subió en la zodiac y un cuarto de hora después estaba de vuelta con una tonelada de comida empaquetada en papel de plata.
Los vascos se quedaron alucinando, insistieron en pagar pero evidentemente no les dejamos.
Comimos entre risas, nos tomamos unas cuantas copas y por ultimo nos echamos la siesta en la cubierta.
Para cuando nos despertamos estaba anocheciendo. Jose esta vez no navegó hasta la playa simplemente sacó el móvil y 20 minutos después un barco que se caía de viejo, se acercó al nuestro con la cena.
Eran las doce de la noche y ya llevábamos copas y copas encima. Itxaso dijo que se quería bañar pero que se cortaba porque no tenía muda y no quería volver al hotel mojada.
- pues en pelotas, no te va a ver nadie – le dije yo
- me da un poco de corte –dijo ella
- Eres la primera vasca que se corta fuera de Euskadi
- ¿Cómo?
- Por lo general las vascas en Euskadi no rompéis un plato, pero cuando estáis fuera y no os conocen os convertís en las más liberales del mundo. Lo digo con conocimiento de causa, trabajo con unas cuantas.
Dicho y hecho, Itxaso se quitó la camiseta dejando de nuevo sus tetas al aire, se bajó la braga y se tiró al mar.
Su chico, Aitor, ni se lo pensó, se puso en porretas y se lanzó al agua detrás de su novia.
Todos llevábamos un pedo espectacular. La pareja se empezó a poner tontita en el agua y empezaron a besarse. El chico tocaba la entrepierna de la chica y esta acercaba la cebolleta a la empalmada polla del chico, era obvio que yo los observaba pero ellos solo se reían.
Cuando subieron se lo tomaron a broma.
- a este hoy lo voy a desfondar – me dijo la chica, ayer por la noche cuando llegamos los de la habitación de al lado no pararon de follar en toda la noche, cuando nos despertamos estaba otra vez dale que te pego y claro llevo caliente toda el día
- pues por nosotros no os cortéis
- una es vasca y en el fondo sigue siéndolo aunque este fuera de casa
- pues si yo tuviese a Aitor para mi no lo desaprovechaba
- hombre jose tampoco esta mal
- bueno, entre tu y yo, Jose lleva una semana desganado, es una larga historia
- seguro que le animamos, tu déjame a mi.
La chica se secó con una toalla pero no se vistió.
- podemos hacer dos cosas, o despedirnos o jugar a algo
- ¿como a qué? – dijo Jose
- Juguemos un juego de cartas por el que perdamos prendas
- Si tu ya estas en pelotas
- Cierto pues todo el mundo en pelotas – dijo Aitor – y antes de que acabase la frase yo ya estaba con mis dos grandes pechos al aire. Nos costó un poco convencer a Jose, pero en dos minutos estaba con el rabo a la vista de todos
Jose sacó unos dado, la idea del juego era echarlos y quien sacase de tres intentos la combinación más baja bebería y tendría que contar una intimidad.
Estuvimos más de dos horas jugando y alcoholizándonos. Nos contamos de todo. Aitor contó como perdió la virginidad, como fue su primera paja, el día que se folló a la madre de un amigo – ahí Itxaso alucinó pues conocía a la señora de marras – o como había pillado videos eróticos de su jefe. Itxaso contó como en un viaje a Madrid se había liado con un abuelete y después de follárselo el tío le dio 200 euros, como había perdido la virginidad o su madre la había pillado con un vibrador metido en el coño. Jose contó la primera vez que le dio por el culo a una mujer, sus tríos o como se la chupaba yo mientras dirigía el barco. Yo les deje a los vascos atónitos cuando conté como fue mi primera doble penetración, como fue mi primera vez con tres hombres o como se la comí a una mujer por primera vez.
Aquella noche logré volver a follarme a Jose mientras en el camarote de invitados nuestros nuevos amigos follaban a gritos. Me puso mucho ser sodomizada por el patrón del barco mientras veía en la habitación de al lado como la vasca cabalgaba encima de su chico pellizcándose sus duros pezones mientras aquella dura polla se le clavaba una y mil veces en su encharcado coño.
Jose había vuelto y me lo demostró con más de hora y media de fantástica follada. Los vascos duraron mucho menos y aunque Aitor se quedó dormido Itxaso no dejó de observar como Jose me daba por todos los agujeros y en todas las formas. Las puestas de los camarotes no se cerraron en toda la noche.
Nos despedimos de la pareja la mañana siguiente. Ellos tenían que continuar su viaje y nosotros no sabíamos que íbamos a hacer.
Íbamos mal de tiempo pues el año se nos iba agotando. Pasamos dos días al sol cuando Jose me dio la noticia.
He pedido a una agencia que nos mande una tripulación y nos lleve el barco hasta Birmania. Podemos aprovechar para hacer un poco de turismo antes de emprender la navegación El sudeste asiático tiene maravillas y desde el barco no vamos a verlas.
Y dicho y hecho. Nos dirigimos a Hue donde cogimos un avión que nos llevó hasta Hanoi. La ciudad la visitamos en una mañana, por la tarde un taxi nos llevó hasta la costa donde nos esperaba un crucero de lujo con el que visitamos durante dos días la bahía de Ha Long. Una maravilla de sitio. Jose me folló cada una de las noches en la había ante la envidia del resto del pasaje. Las paredes eran de cartón piedra y se oía todo, creo que provoqué más de una paja aquellas noches. Me encantaba follar con ese calor tan húmedo que cubría nuestros cuerpos de sudor, me encantaba chupar su cuerpo salado
Volvimos a Hanoi y esa noche cogimos un tren cama a Sapa.
Sapa es una zona montañosa donde vive una etnia totalmente distinta a la vietnamita. Es una zona maravillosa para hace un par de treckkings.
El viaje en el tren fue bastante raro. Después de casi 9 meses de independencia, el compartir habitáculo con una pareja de pensionistas franceses fue un poco rollo, pero la verdad es que nos dormimos pronto y para cuando llegamos ni nos dimos cuenta que teníamos compañía.
Cogimos a una guía local. La idea era salir a la montañas y andar durante dos días. La verdad es que la guía era muy mona. Alta para ser vietnamita, con buenas curvas y dos magníficos pechos. La chica era extremadamente amable e incluso yo diría que un poco picarona de más.
Andamos durante más de 30 kilómetros de arriba abajo de las montañas, aquello era precioso. Llegamos al único hotel ya anocheciendo. Insistimos en que cenase con nosotros y fue durante la cena que nos enteramos que pensaba dormir al raso. Nos contó que en si el hotel no estaba lleno que a los guías les permitían dormir todos en una habitación, pero estando lleno como estaba, ella dormiría en el jardín de fuera.
- de eso nada, pide que te den una habitación, la pago yo, no puedo permitir que nadie duerma en la calle con amenaza de lluvia,
- muchas gracias don Jose, pero esta lleno – lleno, no hay habitaciones ni pagándolas
- pues dormirás con nosotros
- no es posible
- lo es
- puedo perder mi trabajo
- lo perderás como no subas a la habitación.
Mai, la guía en agradecimiento me hizo un increíble masaje de pies mientras José se duchaba. Cuando salió del baño le pidió que se tumbase el también, no le dio ni tiempo a ponerse algo, simplemente la toalla que le cubría sus verguenzas,
La chica cogió sus pies y empezó a darle un severo masaje que fue subiendo por las piernas hasta las rodillas. A esas altura el pene y cojones de mi acompañante ya estaba al aire sin impórtale a ninguno de los dos, yo miraba con curiosidad por ver como acabaría aquello.
La chica fue ascendiendo por sus pantorrillas hasta que llegó a sus ingles. Miró hacía mi y buscando un gesto de asentimiento bajó la cabeza y pasó la punta de su lengua por todo el tronco de la polla de Jose empezando por el capullo y acabando en casi su ano. Mai bajó volvió sobre sus pasos y empezó a chupar deliciosamente los huevos. La polla de Jose empezó a tomar tamaño momento que aprovechó la de Sapa para meterse de un golpe en la boca. Yo estaba a mil. Me acerqué y metí mi boca entre la suya y la polla, con delicadeza la aparté y empecé yo también a mamar. Mientras chupaba me quitaba la ropa y mostraba a la local mi curtido cuerpo, ella seguía vestida. Empecé a desnudarla cuando ella empezó a decir
- solo happy ending, only happing ending, solo final feliz
Yo hacía oídos sordos y la acabé por desnudar metiendo mi cabeza entre sus muslos. La chica empezó a gemir sin dejar de mamar. Yo estaba salidísima y me estaba encantando mamarle aquel poco arreglado coño. No se si era la primera vez que una mujer le comía la almeja, pero lo estaba disfrutando e instintivamente abría las piernas para facilitarme las cosas.
Saqué mi cabeza de entre sus piernas y empujé su tronco hasta la polla de Jose
- no, no, no. Solo happy ending – decía la amarilla negándose a meterse aquella gloria de la naturaleza en su coño
- 100 dolares – yo le susurré al oído, y la guarra de ella se incorporó puso su coño a la altura de la polla del navegante y se dejó caer
Jose y Mai dieron dos berridos de placer y empezaron a cabalgar con fuerza yo le chupaba las tetas a una y las pelotas al otro. La chica debía de tener un coño tremendamente estrecho pues Jose disfrutaba con cada una de sus embestidas. Los dos tortolitos acabaron sin mi. La vietnamita no permitió que mi hombre se corriese en su coño, al contrario se incorporó y se la metió en la boca dejando caer un par de gotas de lefa por la comisura de sus labios cuando mi hombre se corrió en apretada boca.
Por 50 dólares más me comió el coño antes de quedar dormidos mientras yo me abrazaba a Jose.
A la mañana siguiente aquello fue como si no hubiese pasado nada. Mai volvió a ser la guía simpática y un poco picarona que conocimos el día antes
A Mai nos la volvimos a follar la noche siguiente. Según nos dijo en ese hotel si tenía habitación, pero prefería ganarse otros 150 dólares pasando una noche con nosotros. La verdad es que no sabía si aquello lo hacía mucho, pero parecía disfrutar con nuestros cuerpos.
Mai nos acompañó a la estación de tren directamente desde el trekking. El hotel se había encargado de llevar nuestras cosas hasta allí. Nos despedimos de nuestra guía dándole una propina de otros 150 dolares por su amabilidad. Según nos dijo, aquello era el sueldo de dos meses haciendo de guía,
Entren estaba hasta los topes de mochileros, nos parecía un coñazo eso de pasar la noche con desconocidos, pero se nos iluminaron los ojos al abrir la puerta de nuestro compartimento y encontrar a Aitor e Itxaso que también volvían de su visita a Sapa. Abrazos y besos inundaron el habitáculo. Nos contamos nuestra aventuras y nos dirigimos hasta el vagón bar a entrar en detalle. Creo que acabamos con las provisiones de ron y ginebra del bar.
Con la confianza de habernos visto follar y la desinhibición que provoca el alcohol empezaron las conversaciones subidas de tono.
- Joder Gloria no veas como he tenido a este durante el resto de viaje – dijo Itxaso – le encantaron tus tetas y lo he tenido verraco todo el viaje
- ¿Si? Pues chica no son para tanto
- ¿bromeas? Son perfectas, ya querría yo unas así, ¿a que si Aitor?
- Si lahostia, ya querríamos los dos que tuvieses unas tetas así
- ¿si?¿y que harías con ellas?
- Joder que preguntas, pero ya que lo haces te lo diré. Te las comería todas las noches.
- ¿Y que haría yo mientras? – pregunto Itxaso haciendo pucheros
- Pues chica, a ti te podría atender Jose, te aseguro que mal no lo hace – le dije yo.
- Ya me fijé ya – dijo la chica.
- Si joder con la vasquita, no perdías ripio
- La verdad es que me poníais los dos, soy un poco cotilla y aunque era la primera vez que veía algo así y me puso a cien ver como te daba.
- ¿Y que te puso más? – preguntó Jose por primera vez
- ¿sinceramente?
- Claro
- Pues me puso la hostia ver tu pollón entrando en el coño de ella
- ¿Y te hubiese gustado que fuese tu coño el penetrado?
- Oye ¿qué va a pensar Aitor? – dije yo
- Aitor te va a estar tocando las tetas de ella, no podrá quejarse
- Hombre hay diferencias entre tocarle las tetas a una que meterle la polla – dije yo.
- Pues ya sabes, consigue que te la endiñe
- ¿Y como lo hago?
- Joder Gloria que llevamos nueve meses de viaje y se como te lo trabajas cuando quieres que te metan una polla.
- ¿Tan fácil es? – dijo Aitor
- Llévate al compartimento y dale, ya veras.
- ¿seguro?
- Pregúntale a ella – dijo Jose mientras yo le cogía de la mano y salíamos hacia el compartimento
Entramos y cerramos la puerta corrediza. El revisor ya había bajado las literas y hecho las camas. Aitor me echó contra la ventana y metiendo sus manos entre el cristal y mi cuerpo empezó a tocarme las tetas. Yo metía mis manos hacía atrás y agarraba su polla que frotaba a través del pantalón.
Me di la vuelta y me quité la camisetas y el sujetador dejando mis tetas al aire. Aitor se agachó y enganchó uno de mis pezones entre sus dientes. Me pasaba la lengua por uno de ellos y con la otra mano me amasaba la otra teta. El chico era un poco brusco, pero le pasa a muchos cuando me pilla las tetas.
Le retiré la mano mientras le sonreía. Me puse de cuchillas y sacando su polla de los shorts me la metí en la boca. Cuanto tiempo hacía que no me pasaba por la piedra a un vasco.
Aitor quería comerme el coño y yo no quería soltar su rabo. Nos tumbamos en una de las literas de manera que yo mantenía su polla en mi boca y Aitor con su cabeza entre mis piernas me lamía la raja. Joder que manera de trabajárseme el coño. El tío lo comía como un figura y además no se cortaba en meterme un dedo en el culo mientras lo hacía. Yo le sobaba los huevos mientras comía polla.
Cuando la puerta se abrió ni nos dimos cuenta. Bueno nosotros no, pero el revisor que pasaba nos pillo en pleno 69 mientras entraban los otros dos tortolitos comiéndose a besos mientras se iban sacando la ropa.
Como digo ni les miramos, y solo levante mis ojos cuando Itxaso empezó a gemir como una loca. Miré de reojo y vi a la vasca sentada en el borde de la litera con la falda levantada y las bragas en uno de sus pies. Jose le comía el coño de pie a su lado. La chica tenía los ojos en blanco por obra y gracia de aquella lengua que me llevaba matando todo el viaje.
La morena se soltó la camisa y dejó al aire sus pequeños pechos empezando a tocárselos. Jose no dejaba de lamer mientras Aitor me lamia mi raja al completo. Itxaso se corrió como una loca dejando la cara de Jose echa un asco, yo me corrí casi a la vez. Aitor sacó su polla de mi boca reservándose para mi coño, cosa que agradecí.
Itxaso se deshizo de su ropa y quedó completamente desnuda, la verdad es que la chica a pesar de su poco pecho, tenía un cuerpo de escandalo, un cuerpo de esos que a mi acompañante le ponía mucho.
Jose la hizo bajar y la puso mirando a la ventanal justo donde me había puesto Aitor a mi solo que en vez de tocarle las tetas se la metió desde detrás de una sola estocada. Me reía por lo bajo pensando que se moriría si esto se supiera en su Bilbao local. Aitor no se vino abajo y me apoyó en una de las literas e imitó al que se follaba a su chica.
Itxaso gritaba de placer, yo gritaba de placer. Ambos machos nos daban placer como locos, las dos disfrutábamos como autenticas perras. Nos corrimos de nuevo casi a la vez.
- por el culo – le dije a Aitor
- Joder, eso en Bilbao es casi un pecado
- Tu dame y calla cabrón, dame y hazme sentir lo cerda que se puede ser.
Y me enculó sin piedad. Itxaso vio aquello y no quiso ser menos.
- dame por el culo tu a mi Jose – Aitor se quedó alucinando
- joder, no sabía que a esta zorra le gustaba el anal
- no lo sabes todo de mí mi amor – le dijo Itxaso entre jadeos
Costó que entrase, pero animada por su victima Jose la metió hasta el fondo. Empezó a darle sin piedad, Aitor me daba sin freno.
Me corrí a gritos, Itxaso aguantaba entre temblores de placer.
- Aitor mi amor, métemela en el coño, yo también quiero sentir dos pollas a la vez. El vizcaíno ni se lo pensó, me dejó de lado y dando la vuelta a la pareja apuntó su polla al coño de su novia y la metió de golpe. A Itxaso le dolió, pero hay dolores que matan de gusto.
Yo me masturbaba con fuerza mientras los dos chicos jodían sin pausa a la vasca. Itxaso con sus ojos en blanco gritaba y gemía de placer, yo a su vez me metía 4 dedos en el coño y con la palma de mi otra mano fustigaba mi clítoris. Me morí de envidia cuando Itxaso estalló en un orgasmo durísimo con el que casi cae desmayada.
Todos descansamos un rato hasta que yo me metí la polla de Jose en la boca. Aquello fue una catarsis, de nuevo todo se puso en marcha. Itxaso se agachó detrás mía y empezó a lamerme el culo y a duras penas el coño, Aitor desde detrás se la metió de golpe.
Jodimos durante más de cuatro horas con pequeñas pausas para descansar y fumarnos algún que otro porro.
Estábamos a punto de caramelo los cuatro cuando el tren empezó a pararse, señal que habíamos llegado a destino.
- darle duro chicos, de aquí os invito a desayunar al hotel y a acabar esto.
- Joder que gusto – dije yo – si veniros al hotel y acabamos con las pocas fuerzas que nos queden
Todos seguíamos follando como locos. Jose con su polla en el dolorido culo de Itxaso y Aitor en mi boca.
Se abrió la puerta corredera y aparecieron más de ocho policías vietnamitas. De muy malas maneras nos empujaron a cada uno a una esquina y nos esposaron. Nos pusieron ropa por encima y nos sacaron a empujones del tren y de la estación. Los mochileros reían a nuestro paso.
Itxaso y yo no vimos a los chicos durante dos días. Nos dejaron tiradas en una celda llena de ratas y de chicas con pinta de pordioseras. Aquella cárcel daba pena verla, afortunadamente las dos hicimos piña y aguantamos bastante bien.
Nos mantuvimos juntas los dos días juntas y medio desnudas.
Dos días después de nuestra detención nos dieron uniformes naranjas nuevos y nos esposaron una a la otra. Nos metieron en una furgoneta que se caía y nos condujeron al juzgado. Cuando nos sacaron de la celda del juzgado y nos condujeron a la sala de vistas pudimos ver a Aitor y a Jose esposado uno al otro vestidos igual que nosotras. Los cuatro nos miramos.
Un occidental trajeado hablaba con el juez sin hacernos ningún caso. Cuando la conversación acabó se dio la vuelta y se dirigió a nuestro grupo.
- buenos días, Rubén Jiménez de Ayedo, cónsul de España en Hanoi. Me imagino que sabe porque están aquí
- Nos lo imaginamos – dijo Jose sonriendo
- Pues seguro que se imaginan bien. Escandalo publico
- Pero si estábamos encerrado en nuestra compartimento – dije yo.
- Si pero se les oían hasta en la locomotora, aparte de no ocurrírseles cerrar las cortinas y haber dado el espectáculo con ello
- ¿Pero quien nos ha denunciado? – preguntó Itxaso.
- Hay cientos de denuncias.
- ¿Y ahora? – preguntó Jose llevando la voz cantante.
- He convencido al juez que les multé con 1000 euros
- ¿A cada uno? – dijo Aitor
- En total – dijo el cónsul - Y tienen 48 horas para salir del país
- ¿Y ahora?
- Desaparezcan de mi vista
Volvimos al hotel donde comimos opíparamente antes de subir a nuestra habitación y desquitarnos por las corridas que no pudimos tener gracias a las fuerza del orden de Hanoi.
Salimos hacía Camboya la mañana siguiente.