De fiesta en fiesta II

Siguen las orgías, con nuestros amigos, vecinos y familiares algunos de ellos. Esta vez se nos une la becaria del trabajo de mi mujer, para alegría de nuestro vecinito.

De Fiesta en Fiesta II

Raquel y yo, nos levantamos a las 6:30 de la mañana, y ya íbamos un poco justos para llegar a trabajar, con la nochecita que nos habían dado los hermanitos desde la otra habitación, nos fue difícil dejar la cama, nos dimos una ducha corriendo, nos vestimos, y sin desayunar, salimos corriendo, yo en dirección de la parada del autobús, y mi mujer, en dirección de casa de Lucía, para recogerla e ir juntas al trabajo. Antes de dejar nuestra casa, nos pasamos por la otra habitación para despedirnos de los hermanitos, y darles un juego de llaves de la casa, por si necesitaban entrar y salir de la misma.

-          ¡Despertar parejita! – les dije yo, en un tono de voz bastante alto, tratando de devolverles un poco las dos veces que nos habían despertado esa noche, con el jaleo que montaron. Lo que nos encontramos al entrar en la habitación, fue a los dos hermanos boca arriba, completamente desnudos y espatarrados sobre la cama.

-          ¡Joder! Que susto nos habéis dado, coño – nos contestó Manolo.

-          Nosotros nos vamos a trabajar – les dijo Raquel acercándose a ellos – aquí tenéis un juego de llaves de casa, por si necesitáis volver en algún momento, esta tarde me las devuelves.

-          Genial, aunque no creo que necesitemos volver a entrar. Si no nos podemos quedar en mi casa, nos iremos a la casa de este, así no os damos el coñazo más – contestó Virginia cogiendo las llaves, y dejándolas en una de las mesillas.

-          Sabes perfectamente que no es ninguna molestia. Bueno, nos vamos, pasarlo bien – los animé yo, seguido de mi mujer, salimos de la habitación y de la casa. Mientras los dos hermanos se quedaban tirados en la cama.

-          Estoy hecha polvo, menuda noche me has dado – le dijo Virginia a su hermano, mientras se echaba sobre él, y le daba un beso en la mejilla.

-          Serás loba, si fuiste tú, la que se tiró a comerme la polla – le contestó Manolo.

-          La primera vez sí, pero la segunda que me dices, aunque no me quejo, me encanta que me despierten comiéndome el coño – dijo Virginia, abrazándose a su hermano.

-          Vamos a tener que ir moviendo el culo, que a las 8 de la mañana hemos quedado con Marta en tu piso, y son las 7:15 casi – le advirtió Manolo a su hermana.

-          Qué pena, no nos va a dar tiempo a uno mañanero, con lo que me gustan – le insinuó Virginia picarona a su hermano.

-          Yo no he dicho eso, vamos a la ducha juntos, y verás – le contestó Manolo.

-          UUUUUUUMMMMMMM, genial – saltó de la cama Virginia.

Se levantaron los dos de la cama, y se dirigieron al baño, según iban andando, Virginia iba primero, con su hermano pegado a ella, agarrándole desde atrás las tetas, y restregándole su ya dura polla, por el culo. Entraron en el baño, y se metieron en la ducha, tras comprobar que las toallas estaban allí.

-          Vamos a tener que dejárselo todo limpio, luego bajamos y limpiamos el baño y la habitación – le comentó Virginia a su hermano.

-          Es verdad – estuvo de acuerdo Manolo.

Se metieron en la ducha, y nada más entrar, Manolo agarró a su hermana, y con la polla dura la puso de cara a la pared, y empezó a meterle la polla en el coño desde atrás.

-          Como vamos hermanito, tanto te pone follarme. Que polla más dura – le decía Virginia, disfrutando de lo lindo de la buena y dura polla de su hermano.

-          Con las ganas que te tenía, ahora me tengo que desquitar – le contestó este – de todas formas, con lo mojado que tienes el coño, me parece a mí que tu estabas igual que yo.

-          Pues la verdad, es que hasta que no te vi la polla ayer, no lo había pensado mucho, pero viendo lo bien equipado que estabas, pues que te voy a decir, me está encantando que me folles – le respondió ella, mientras se inclinaba más para facilitarle la maniobra mucho más, y Manolo se empezó a agarrar a las tetas de Virginia.

-          Me encantan tus tetas. Son una pasada, y mira lo duros que se te ponen los pezones – le decía Manolo.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que cachonda estoy, me voy a correr, como me gusta un buen polvo mañanero, OOOOOOOOHHHHHHHHH – le decía Virginia, dejándose llevar y corriéndose con la polla de su hermano bien metida en su encharcado coño.

-          SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII, toma polla hermanita, ya sabía yo lo guarrilla que eras, desde el día que te vi meterte el pepino. Vas a hacer que me corra, ¿dónde quieres que me corra? – le preguntó Manolo.

-          En las tetas – le contestó Virginia, que sacándose ella misma la polla de su hermano del coño, se giró se agachó se la empezó a chupar, hasta que este se acabó corriendo, y cuando lo iba a hacer se sacó la polla de la boca, y le dejó que se corriese en las tetas, llenándoselas de leche – Madre mía, que corridón, mira como me has puesto las tetas de leche.

-          Y que lo digas hermanita, me encanta follarte – respondió exhausto al comentario de su hermano.

-          Venga, vamos a limpiarnos a toda leche, nunca mejor dicho, que si no vamos a hacer esperar a Marta – le comentó Virginia.

Se enjabonaron el uno al otro, y terminaron de ducharse, se secaron también el uno al otro, lo que le provocó otra erección a Manolo, pero su hermana le dijo que se controlara, se fueron a la habitación se cambiaron corriendo, ya que se les estaba haciendo un poco tarde. Salieron corriendo de nuestra casa, y subieron el piso andando, entraron en la casa y se quedaron en el salón sin tocar nada, tal y como les habían dicho tanto Marta como Nacho el investigador. A los 10 minutos, y mientras veían las noticias, para informarse de lo que pasaba por el mundo, llegó Nacho, y a los 5 minutos y mientras hablaban con él, apareció Marta, les dijo, que ya se había puesto en contacto con la policía, para poner la denuncia, y mandaban una patrulla, los cuales, llegaron casi una hora después. Les estuvieron haciendo muchas preguntas, a Marta y a Nacho ya parecían conocerlos de alguna otra vez. Les medio regañaron diciendo que, si sabían que el abandono del hogar se había producido el día anterior, deberían haber puesto la denuncia en el momento en que se dieron cuenta de ello.

Nacho y Marta, les informaron de la existencia de las cámaras, bajaron a por equipo propio, y grabaron como desinstalaban las cámaras, se supone que, para tener la mayor documentación posible, y para protección suya. Una vez tuvieron, todo y tras comprobar que las cámaras tenían el número de serie. Le comentaron a Virginia, que era una mujer afortunada, que, si conseguían relacionar las cámaras con su marido, a este se le había caído el pelo, y que iba a poder sacar un acuerdo muy ventajoso para su divorcio.

-          Si les soy sincera agentes, después de ver como ha hecho las cosas ese personaje, lo único que quiero, es no volver a tener ningún tipo de relación con él – les contestó a los agentes.

-          Perfectamente comprensible, señorita – le contestaron los agentes. Que, terminando su trabajo, e informándoles que les llevaría unos días seguir el rastro de las cámaras, pero que les tendrían informados a través de Marta.

-          Muchas gracias por todo – les despidió Virginia. Mientras Marta los acompañaba a la salida, y después de que los policías se fueran, se unió al resto en el salón.

-          Bueno, yo creo que ha ido todo genial, es verdad, que quizá les teníamos que haber llamado ayer por la noche, cuando descubrimos las cámaras, pero no creo que sea un problema – les comentó Marta con una sonrisa, y abrazando a Virginia.

-          Muchísimas gracias por todo a los dos – les dijo Virginia. No sé qué habría sido de mi sin vosotros.

-          Es nuestro trabajo, la suerte que tuviste, que según pasó fuiste a casa de Raquel y Jorge, y os pusisteis en contacto con nosotros, para agilizar las cosas, ¿Alguna noticia de tu marido? – le preguntó Marta.

-          Ninguna, mira mi móvil, ni un mensaje de texto, ni de voz, nada de nada, como si no hubiese existido, es un cobarde – le contestó Virginia pasándole el móvil.

Nacho por su parte, estuvo comprobando que el cambio de cerradura estaba bien hecho, ya que el día anterior con todas las prisas no estaba seguro de haberlo dejado en perfectas condiciones, pero estaba todo en perfecto estado. Nacho dijo que se tenía que ir a su despacho, que tenía otros asuntos que resolver, Marta comentó que le acompañaba hasta el coche, y luego subía para seguir hablando con Virginia y Manolo de cómo iban a ir procediendo con las distintas cosas. Salieron del piso y se metieron en el ascensor.

-          Me tienes que hacer un descuento Nacho, que estos son amigos, y les quiero hacer un buen precio, ya lo he hablado con mi jefe, y me ha dicho que lo puedo llevar de forma particular, para que no les carguemos la tarifa del despacho, y les pueda hacer un buen precio – le comentó mientras se metían en el ascensor.

-          Ya sabes cómo funciono con los descuentos yo – le dijo Nacho, con una sonrisa picarona en la cara.

-          Mira que eres, no hay otra forma posible – le insistió Marta.

-          Venga tía, si tampoco te estoy pidiendo tanto, solo Enséñame las tetas – le pidió Nacho.

-          OK, pero solo un minuto – accedió Marta, que pulsando el botón de parado del ascensor se bajó los tirantes del top que llevaba y se bajó el top hasta la cintura y se quitó el sujetador – contentó, a que son bonitas.

-          Son increíbles, que pedazo de tetas – decía Nacho, al que se le salían los ojos de las órbitas mirándole las tetas a Marta, y no me extraña, porque tienes unas tetas impresionantes.

-          Tienes 30 segundos para tocarlas, y me haces más descuento – le insinuó Marta.

-          Genial – y le agarró las tetas, pero sin que Marta se lo esperase se tiró sobre ellas y le empezó a comer los pezones.

-          ¡Oye! Que yo no te he dado permiso para ello – se quejó divertida Marta, que en realidad estaba disfrutando de la escena.

-          Tampoco has dicho con qué te las podía tocar y la boca es otra forma de tocarlas – se defendió Nacho.

-          JAJAJAJAJAJAJA, que golfo, mira que te ponen mis tetas – decía Marta divertida. Y según decía eso, alguien dio golpes al ascensor como reclamándolo, volvieron a pulsar el botón del bajo, mientras Marta se recomponía la ropa corriendo, llegaron abajo sin más contratiempos y le acompañó hasta el coche, mientras discutían el precio final. Una vez estuvieron de acuerdo, se despidieron, y Marta, regresó al piso de Virginia.

Por el camino no se cruzó con apenas nadie, el chico de la seguridad de la urbanización eso sí, no le quitó ojo a Marta, y es que, en verdad, es una tía de la que es difícil quitar el ojo de encima, entre las tetazas que tiene, y el buen culo que se marca.

-          Bueno ya estoy de vuelta, perdonar por el retraso, pero tenía que acordar el precio con Nacho – les comentó Marta.

-          ¡UY! Perdona, con todo el lío, ya no sé si lo hablé contigo o con Raquel y Jorge, pero el dinero no es un problema, cobrarnos la tarifa normal, la pagaré con muchísimo gusto, siempre y cuando el capullo de mi marido no se lleve ni un céntimo – le aclaró Virginia a Marta, y le comentó su situación económica tal y como, nos la había contado a mi mujer y a mí.

-          ¿Y me lo decís ahora? Pues que sepáis que me ha costado que Nacho me comiese las tetas en el ascensor – les indicó Marta riéndose de la situación.

-          JAJAJJAJAJA, pues muchísimas gracias por el esfuerzo, aunque tampoco se te ve muy disgustada por ello – le recriminó Manolo.

-          La verdad es que no, a ese le vuelven loco mis tetas, y siempre se las ando enseñando, me pone, solo verle la cara de salido que se le pone al vérmelas, JAJAJAJAJAJAJA – les comentó Marta, mientras se agarraba las poderosas, como las llama ella.

-          No me extraña que le vuelvan loco, porque la verdad es que son una pasada, y más con ese top – le indicó Manolo sin apartar la mirada de sus tetas.

-          EY! Que hemos venido a trabajar, que te estoy viendo las intenciones como a Jorge. No deberías juntarte tanto con ese salido, JAJAJAJAJAJAJAJAJA – le contestó Marta.

-          Este está más salido que Jorge, créeme – le advirtió Virginia.

-          Venga vamos a terminar de organizar un poco los papeles, y os explico todo, y si te portas bien Manolo, lo mismo te dejo que te des un homenaje – le incitó Marta.

-          Y a mí me dejáis al margen – se quejó Virginia.

-          Claro que no, tú vas a ser el centro de nuestros mimos, que eres la que más lo necesita, además me encanta ver a dos hermanos follar juntos. Me pone muy cachonda – les provocaba Marta con una sonrisa.

-          ¿Tienes hermanos? – le preguntó Virginia.

-          Dos gemelos, chico y chica, dos años menores que yo – les confirmó Marta.

-          Y seguro, que con ellos vas de hermana responsable, mayor, y dándoles lecciones de moralidad – le recriminó en broma Manolo.

-          Al principio sí, la verdad. Me ponía ir de hermana mayor con ellos, hasta que un día les pillé follando entre ellos en un descuido que tuvieron, y me puse tan cachonda que me uní a la fiesta. Si los hubieseis visto, no sabían cómo reaccionar cuando les pillé, y eso que me estaba despelotando, cuando les advertí de mi presencia – les contaba Marta, que se empezó a acalorar recordando la escena – Me voy a poner tontorrona solo de recordarlo. Venga vamos a acabar con el trabajo primero, y luego nos montamos un buen trio entre los tres.

-          Vamos a darnos prisa entonces – les metió prisa Manolo.

-          Eso – estuvo de acuerdo Virginia.

Se pusieron a trabajar en el caso, les explicó todo. A medio trabajar, Virginia recibió una llamada de Marina, que le decía que, si se unía a ellos, que se iban a acercar a casa de Patricia otra vez. Virginia les explicó la situación, lo que les dejó alucinados, le dijeron que si necesitaba cualquier cosa, que la pidiese, pero Virginia les dijo que estaba todo bien, y solucionado, y que se fueran a casa de Patricia, que, si les era posible, se unirían a ellos a lo largo del día. Siguieron trabajando durante una hora más, pero básicamente era ver las distintas opciones dependiendo de las investigaciones de la policía, y lo que averiguaran acerca de las cámaras. Pero, en cualquier caso, las distintas opciones eran todas muy favorables a Virginia.

-          Esas son las opciones que tienes, Virginia. Por ahora, lo que nos queda es esperar a la policía, y con lo que ellos averigüen, así procederemos – le terminó de explicar Marta.

-          Me parece que lo tengo bastante claro todo – confirmó Virginia a todo lo que le había contado Marta.

-          Entonces, podemos proceder a la segunda parte de la negociación – les pidió Manolo, tratando de acercarse a Marta, con claras intenciones.

-          ¿A dónde crees que vas? – le cortó Marta con una medio sonrisa en la cara – te lo vas a tener que currar mucho más.

-          Dame instrucciones – le dijo Manolo, con un poco de su chulería habitual.

-          Tú lo has querido – le advirtió Marta, levantándose de la silla y acercándose a Virginia, le cogió de la mano, para que se levantase de la silla, y la siguiese – venga machote, vente con nosotros.

-          Como desees – seguía cediendo Manolo, admirando a las dos mujeres en su camino a las dos bellezas que llevaba delante, mientras se tocaba la polla por encima del pantalón.

-          En esta cama, ¿solo has follado con el capullo de tu marido? – le preguntó Marta, a lo que Virginia asintió.

-          Pues vamos a cambiar eso ahora mismo – se adelantó Manolo, mientras se quitaba la camiseta que llevaba puesta, y empezando a desabrocharse las bermudas.

-          En eso va a tener razón el salido este – estuvo de acuerdo Marta, y Virginia con una sonrisa volvió a asentir, sin decir nada, ya que no veía por donde quería ir Marta.

-          Vamos a ver que tienes por aquí – dijo Marta girándose y abriendo el armario, mientras Manolo se había terminado de desnudar, y ya con su dura polla, se tumbó boca arriba en la cama.

-          Chicas estáis tardando en uniros a mí – les incitó a las chicas agarrándose la polla – venga quitaros la ropa, que ya os empieza a sobrar.

-          JAJAJAJAJAJA, que gallito, mírale – se rio Virginia con la imagen de su hermano.

-          Esperemos que siga igual dentro de un ratito – le provocó Marta – esto nos va a servir.

Según decía eso, le enseñó a Virginia un par de cinturones de un par de vestidos, Virginia se empezó a reír al entender las intenciones que tenía Marta. Le dio uno de los cinturones a Virginia, y cada uno se fue por cada lado de la cama se subieron a la misma, enseñándole a Manolo lo que llevaban en la mano.

-          UUUUUUUUUUMMMMMMMMM, que morbo, con que os gustan los juegos, pues podéis hacer conmigo lo que quieras – los animó Manolo, que seguía muy gallito.

-          Te lo vas a pasar de lujo – le susurró al oído Marta.

Le cogieron cada una de un brazo, y se los ataron al cabecero de la cama, tras comprobar que estaba bien atado, se levantaron de la cama. Manolo los miraba divertido, mientras ellas se dirigían de nuevo al armario, en este caso fue Virginia la que cogió otro par de cinturones y pasándole uno a Marta, se dirigieron a los pies de la cama, y le ataron los pies a la cama.

-          Esto se pone cada vez más interesante – las miraba alucinado Manolo, y totalmente empalmado.

-          Y más interesante que se va a poner – le advirtió Marta – ven aquí Virginia.

Cuando se juntaron las dos, se empezaron a morrear, de una forma increíble, si Manolo tenía ya de por sí la polla muy dura, se le empezó a poner más dura todavía, con la escenita que le estaban montando, poco a poco Marta le fue desabrochando el vestido de Virginia y lo dejó caer al suelo, cuando esto ocurrió fue Virginia, la que le sacó el top por la cabeza a Marta, y le bajó la falda también, todo esto mientras se seguían morreando en frente del pobre Manolo.

-          Que morbo chicas, que tetorras te gastas Marta – alucinaba Manolo con la escena.

Ellas seguían sin decir nada, se morreaban, y seguían desnudándose la una a la otra, se desabrocharon los sujetadores la una a la otra al mismo tiempo, y los dejaron caer, enseñándole las tetas en todo su esplendor. A Manolo casi se le salen los ojos de las órbitas, al ver el pedazo de tetas de Marta. Virginia, empezó a comerle los pezones, iba de una teta a la otra, pegándose un verdadero atracón con las tetas de su abogada. Marta hizo lo propio con las tetas de Virginia, y terminó por quitarle las bragas, girándola y besándola el culo, y metiendo una mano entre las piernas de Virginia y pasándola por el coño de esta. Una vez la tuvo desnuda a Virginia se puso de pie, y empezó a agarrarle las tetas, mientras las dos miraban al atado Manolo.

-          Mírale, como tiene la polla, le va a explotar – le comentó Marta a Virginia. Y tras decirla eso la giró y se empezaron a morrear de nuevo. Virginia se agachó para quitarle las bragas a Marta, y cuando se las quitó, la subió una pierna a la cama, mientras la otra la tenía en el suelo, y la empezó a comer el coño – UUUUUMMMMMMMMM, que bien lo haces Virginia, que bien como el coño tu hermanita Manolo.

-          Ya lo veo, no hace ascos a nada – contestó este que empezaba a estar ansioso por que se ocuparan un poco de él – ahora que ya estáis las dos desnuditas, os podéis ocupar un poco de mí.

-          Para que tanta prisa – le advirtió Virginia, tras dejarle de comer el coño a Marta, ponerse de pie, y empezar a morrearse de nuevo con ella.

-          ¡Joder! Que espectáculo chicas, estoy muy cachondo, menudo morbo – les incitaba Manolo, que a pesar de estar ansioso por que se ocuparan de él, estaba disfrutando del magnífico espectáculo que le estaban dando.

Virginia seguía comiéndose el coño de Marta que estaba disfrutando con las maniobras de su nueva clienta, y viendo la cara de Manolo, en un momento dado, se giró subiendo la otra pierna a la cama, y ofreciéndole el culo a Virginia, que sin dudarlo ni un segundo empezó a comérselo también, le agarraba las nalgas y le abría todo el culo, comiéndoselo y pasando su lengua desde el culo hasta el coño, mientras con una mano le daba un buen trato al botoncito del placer de Marta.

-          AAAAAAHHHHHHHH, sigue, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH, pero que bueno, que bien lo haces Virginia, que comida de coño me estas pegando – le decía Marta, que estaba recibiendo una de las mejores comidas de coño de su vida.

-          Qué bueno está este coñito, que sabroso – le decía Virginia, que seguía enfrascada entre las piernas de Marta – hermanito aprende que luego se lo vas a tener que hacer tú, tan bien como se lo estoy haciendo yo.

-          Luego dejo que me des clases particulares, porque yo estoy seguro de no tener tanto arte – se sinceró Manolo, al ver la maestría de su hermana.

-          Para, que ahora me toca a mí, sino me voy a correr, y le tenemos que hacer sufrir un poquito más – le advirtió Marta, pero me parece a mí que Manolo de sufrir poco, ya que se lo estaba pasando de fábula con el espectáculo que le estaban dando.

-          Soy toda tuya – se puso de pie Virginia ocupando el lugar que hasta hace un momento había ocupado Marta, que, por su parte, se arrodillo entre las piernas de Virginia, y procediendo de la misma manera que había hecho su clienta, le empezó a comer el culo y el coño, atrapando su clítoris con una mano.

-          OOOOOOOOHHHHHHH, que bueno, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, me encanta que me coman el coño – empezó a disfrutar Virginia con las caricias de Marta – si es que los abogados, tenéis mucha experiencia con la lengua.

-          Que bien te sabe el coño, lo tienes empapado. Piensa en cómo te lo vas a pasar a partir de ahora, con total libertad para tirarte a quien te salga de las narices – le indicó Marta a Virginia.

La comida de coño que estaba recibiendo Virginia estaba siendo tan buena como la que le había proporcionado ella a Marta. Tras un buen rato, Marta se puso de pie, antes de que se corriera Virginia que estaba empezando a estar a punto de correrse. Le cogió de la mano, y rodeando la cama las dos, y tumbándose Marta boca arriba en un hueco que tenían en ese lado de la cama, le pidió a Virginia que se pusiese encima suya, empezando a hacer un 69 entre las dos empezándose a comer el coño la una a la otra. Manolo tenía una vista espectacular del coño de su hermana siendo devorado por Marta, y se moría de ganas de ser él quien se comiese semejante manjar, pero aún con esas estaba encantado con el espectáculo que le estaban ofreciendo, tenía siguiendo la polla durísima de lo cachondo que estaba. Las chicas siguieron así, hasta que se empezaron a correr.

-          AAAAAAAHHHHHHHHH, me voy a correr, que lengua Virginia, que bien lo haces, sigue no pares, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH – le decía Marta, llenándole la boca con sus jugos, y volviendo a meter su cabeza entre las piernas de Virginia que le siguió a los pocos segundos.

-          UUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMM, UUUUUUUFFFFFFFFFF, OOOOOOHHHHHHH, me corro, me corro, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH – le siguió Virginia a su abogada, y terminando de limpiarle el coño a Marta. Tras limpiarse el coño la una a la otra, se fueron relajando, y terminaron por levantarse de la cama.

-          Mirar cómo me tenéis tías, os vais a poner las botas con lo dura que me habéis puesto la polla – les incitaba Manolo, para ver si se empezaban a ocuparse de él.

-          Vamos a la cocina, que necesito refrescarme – le comentó Marta a Virginia, guiñándole un ojo.

-          Si, que yo también necesito refrescarme un poco – contestó Virginia devolviéndole el guiño.

-          Estáis de coña, ¿me vais a dejar así? – alucinaba Manolo con lo cabronas que estaban siendo, y viéndolas salir de la habitación – no me lo puedo creer, con lo cachondo que me han puesto.

-          JAJAJAJAA, pobrecito con el calentón que lleva, tiene la polla que le va a explotar – le decía Virginia riéndose cuando llegaron a la cocina.

-          JAJAJAJAJA, sí la verdad, así luego la tiene más dura cuando volvamos nos encargamos de él, pero hagámosle sufrir un poco. Una vez se lo hicimos a mi hermano, entre la gemela y yo, y nos estuvo dando caña durante una hora de lo cachondo que le habíamos puesto – le explicó Marta – Así que, tómalo con calma, que cuanto más le hagamos esperar, mejor nos lo vamos a pasar luego.

-          Hablando de tus hermanos, estoy pensando, que, porque no les dices que se pasen por aquí, si es que no están trabajando – le incitó Virginia.

-          Nunca les he comentado nada de las fiestas que me monto, y no mucha gente sabe que me lo monto con ellos – dudó Marta.

-          Pues va siendo hora, que les vayas introduciendo en las orgias con tus amigos, por lo que cuentas, me juego el cuello, que ellos estarán encantados de participar – le animó Virginia a que les invitara.

-          UUUUUUUFFFFFFFFF, no sé yo – dudaba Marta.

-          Venga ya tía, esos están tan salidos como tú, y si no se han montado ya alguna orgía con alguno de sus amigos, estarán encantados de unirse a los tuyos – le seguía insistiendo Virginia – mira nos sacamos una foto tú y yo en pelotas, y luego les mandamos una foto de mi hermano y su dura polla atado a la cama, y les preguntas que si les gustaría pasarse por aquí a disfrutar de una buena orgía con una pareja de hermanos clientes tuyos. Eso los animará más.

-          La verdad, que la idea me pone mucho, pero incluso si acceden van a tardar más de media hora en llegar aquí – le comentó Marta, que empezaba a estar convencida de invitar a sus hermanos – tú hermano se va a morir de la impaciencia si esperamos a que lleguen.

-          No te preocupes por ese, si tu hermana está tan buena como tú, él va a estar encantado – contestó Virginia – para mantenerle lo más cachondo posible, lo que podemos hacer es meternos cada poco a comerle la polla un poco, y por turnos, para mantenerle con la polla dura casi todo el rato, hasta que lleguen, si es que deciden apuntarse.

-          Bueno venga, me has convencido, me estoy poniendo muy cachonda solo de pensarlo – terminó accediendo, y cogiendo su móvil se fueron al salón lo pusieron con el temporizador y se hicieron una foto muy sensual, luego se metieron en la habitación y le hicieron una foto a Manolo.

-          Que hacéis cabronas, ni se os ocurra mandar esa foto a nadie – les advirtió Manolo, que se estaba empezando a ofuscar un poco.

-          Tranquilízate que luego nos lo vas a agradecer – le trató de tranquilizar Virginia, y se acercó a él, le agarró la polla y se la metió en la boca, volviendo a ponérsela dura.

-          OOOOOOOHHHHHHHH, si por fin, que bien comes polla hermanita – se dejaba hacer Manolo.

-          Ahora volvemos – le dijo Virginia sacándose la polla de su hermano, cuando ya la tenía dura.

-          No me jodáis, JAJAJJAJAJA, que cabronas sois – se descojonaba Manolo, que tomó la decisión de dejarse llevar por lo que le estaban haciendo, estaba empezando a tener la sensación de que el premio iba a ser espectacular.

Las chicas volvieron para el salón y le mandaron el mensaje al hermano de Marta, venía a decir lo siguiente: “Estaba con unos hermanos clientes míos, y me han preguntado por vosotros. ¿Os apetece uniros a la fiesta?”. Y lo acompañaron de las fotos. A los dos minutos, recibieron la contestación de su hermano. “¿Estas de coña?, ¿no?”, parecía no creerse el mensaje que acababa de recibir. “No es ninguna coña, si os apetece os mando la dirección” contestó Marta a la respuesta incrédula de su hermano. “Por mi sí, pero se lo tengo que comentar a Candela, ahora te contesto. Voy a preguntarle”, estaban tardando en contestar, Alex que así se llamaba el hermano de Marta, debía de estar intentando convencer a Candela, por lo que se fueron para la habitación, y esta vez fue Marta la que le empezó a chupar la polla a Manolo hasta volvérsela a poner en su máximo esplendor, mientras lo hacía, Virginia le hizo una foto a Marta comiéndose la polla de Manolo. Después de dejársela toda dura, se volvieron para el salón, y recibieron la contestación de Alex “Candela tiene sus dudas, por una parte, dice que le apetece, pero siempre y cuando esto quede entre nosotros. No quiere que se acabe enterando todo el mundo de nuestras fiestas”, fue la respuesta de Alex, parecía que la tenía medio convencida, y para terminar de convencerla, le enviaron la foto de Marta comiéndole la polla a Manolo con el siguiente texto “Dila, que mire que polla más dura y grande la está esperando, que se lo va a pasar en grande. Y claro está, que a mis clientes tampoco les interesa que nadie se entere de las fiestas que se montan entre ellos”. Eso debía de ser suficiente para convencer a Candela, y parece ser que funcionó, porque a los pocos segundos, contestaron, “Mandarnos la dirección que vamos para allí, nos duchamos y salimos”. Les mandaron la dirección, a los pocos segundos recibieron otro mensaje de los gemelos, esta vez era una foto de la buena polla de Alex, entre las tetazas de Candela, y decía el texto, “Así de dura me la habéis puesto, vamos en un periquete, no empecéis sin nosotros”. Marta se empezó a descojonar, y les contestó, “Dejaros de juegos, y daros prisa, que estamos muy cachondos todos esperando”.

Mientras esperaban a la llegada de los gemelos, Marta y Virginia cada 5 minutos se metían en la habitación y se iban turnando, una le comía la polla y la otra le ponía el coño en la cara para que se lo comiera, estaban así hasta que se la ponían lo más dura posible. A pesar de que les preguntó, que estaban tramando, ellas no contestaron y le dijeron que se callase y se dejase hacer. A lo que él, encantado accedió.

Unos 40 minutos después llamaron al telefonillo, fueron a abrir y tras comprobar que eran los hermanos, les abrieron la puerta de la urbanización, y les indicaron como llegar al portal, se asomaron por la ventana del salón para verles, y les devolvieron el saludo, llamaron al portal, y abrieron la puerta, mientras esperaban junto a la puerta escuchando el ascensor, no querían que llamaran a la puerta, y aunque Manolo ya se debía estar imaginando algo, tras oír el telefonillo, no querían darle muchas más pistas. Este se pensaba que serían el resto de los amigos, con los que estuvieron el día anterior. No se esperaba la buena sorpresa que le estaban preparando. Y es que los gemelos estaban muy bien los dos. Candela era casi tan alta como su hermana, morena con unos ojos azules, con un par de tetas casi tan grandes, pero igual de bien puestas, y un culo más pequeño también, pero muy bien puesto, en general era un poco más pequeña que Marta y un poco más delgada. Por su parte, Alex, era la versión masculina de Candela, más alto, fuerte, bien definido, y delgado, y con una polla de muy buenas dimensiones, tan grande como la de Manolo. Cuando oyeron el ascensor, abrieron la puerta, y solo asomando la cabeza por la misma, Marta les indicó que pasaran corriendo, y les hizo el gesto de que guardaran silencio. Se metieron en el Hall de entrada y cerraron la puerta. Alex ahí ya se llevó la primera alegría, puesto que Virginia y Marta estaban en pelotas.

-          No hagáis ruido, que su hermano, no sabe quién viene, y queremos darle una sorpresa, le tenemos todavía atado a la cama, y está que se sube por las paredes – les explicó Marta – Bueno está es Virginia.

-          Encantada, y nunca mejor dicho – les dijo Virginia, dándoles un pico a ambos, les decía en un susurro – Madre mía que bueno está vuestro hermano, no me extraña que os lo tiréis.

-          Y encima está tan salido, como bueno – contestó Candela, en el mismo tono de voz que estaban empleando tanto Marta como Virginia.

-          ¿Y vosotras no?,¿mira aquí la niña, la que nos tiene preparada? – se defendió Alex señalando a Marta. Se quitaron las sandalias, para no hacer ruido al andar, y los pasaron a la cocina, que allí podrían hablar en un poco más alto, al estar más resguardado.

-          Bueno, ahora me tendréis que contar, porque después de decidiros tan rápido, es porque ya habéis participado en alguna que otra fiesta de estas – les empezó a intentar sonsacar Marta.

-          Pues veras, cuando nos pillaste follando, nosotros ya nos lo habíamos montado con mi amiga Carolina, y su hermano, una vez que nos invitaron al chalet que tienen en la playa. Os dijimos que íbamos con los padres de ella, pero el único que nos acompañó fue su hermano mayor, y una noche al volver de fiesta todos borrachos, empezamos a tontear todos en plan de coña, y acabamos como el rosario de la aurora – le estaba contando Candela – aquella fue la primera vez que este y yo follamos el uno con el otro, y desde entonces nos hemos juntado un montón de veces con ellos a follar entre todos, pero le estábamos dando vueltas a incluir a alguien más en las fiestas, Carlos el hermano de Carolina, nos insiste mucho que te lo digamos a ti, que le pones mucho.

-          Pues ya me lo podríais haber dicho antes. Ya veremos en el futuro, si nos podemos organizar algo – les recriminó Marta, con una sonrisa en la boca.

-          ¿Y tú?, ¿Cuál es tu historia? Porque ibas de monjita y me parece a mí, que eres más puta que las gallinas – le soltó Candela.

-          Pues tú lo has dicho cariño, a mí me encanta que me hagan de todo, ya os iré contando, porque si vosotros queréis nos lo vamos a pasar de fábula – les advirtió Marta a sus hermanos.

-          Depende como se nos dé hoy, pero yo creo que ya puedes empezar a hacer planes – le sugirió Alex.

-          Venga vamos para el salón, a ponernos cómodos, y a darle la sorpresa a mi hermano, que se estará preguntando donde andamos – les dijo a todos Virginia, empezando a salir de la cocina y guiando al resto hacia el salón.

-          No sabéis como vengo, hemos tenido que coger un taxi, porque si no iba a ir dando el espectáculo en el metro – les dijo Alex, quitándose la camiseta, y según le terminaba de quitar las bermudas Virginia, dejando una polla semi dura, y de considerables dimensiones, en libertad.

-          Madre mía como me voy a poner – dijo Virginia y arrodillándose delante de él, se empezó a comer su polla. Y es que tanto Virginia como Marta, estaban muy cachondas.

-          Oye tú, contrólate – le susurró Marta.

-          Vale – y se sacó la polla de la boca.

-          JAJAJAJAJA, le acabas de joder – se rio Candela de su hermano, al ver lo dura que le había puesto la polla.

Se quedaron ya todos desnudos, y les explicaron la idea que tenía, que consistía en meterse todos en la habitación para darle la sorpresa, y mientras Marta y Candela se empezaban a meter mano, Virginia le comería la polla a Alex, delante de su hermano, haciéndole creer que le iban a volver a tener mirando otra vez. Pero al poco, las dos hermanas se iban ir a por él, a comerle la polla juntas, y poco a poco le iban a ir soltando, para que se desquitara a sus anchas el pobre Manolo.

Se metieron en la habitación para la gran sorpresa de Manolo que vio entrar a la parejita de gemelos. Casi se le saltan los ojos de las órbitas, al ver a Candela.

-          Madre mía, que sorpresa. Me levantaría a saludar, pero aquí estas dos cabronas me tienen así – les dijo Manolo, que seguía con la polla en semi erección.

-          ¿Te gusta la sorpresita? – le preguntó Marta – estos son mis hermanos Candela y Alex.

-          Me lo había imaginado al ver el parecido – les dijo Manolo, levantando un poco la cabeza, para verlos mejor.

-          Encantados de conocerte, y nunca mejor dicho – le contestó Candela mirándole la polla.

-          Encantado – contestó también Alex, que se estaba agarrando a las tetas de Virginia, se ve que tenía ganas de empezar la fiesta también, ya estaba totalmente empalmado. Virginia y Alex bordearon la cama y se pusieron en el hueco que les dejaba Manolo.

-          Disfruta del espectáculo – le dijo Marta, mientras ella y Candela se empezaban a morrear metiéndose mano a las tetas, la una a la otra.

-          No me jodáis, no me dejéis de mirón otra vez, por lo que más queráis, que ya hasta me duelen las pelotas – le contestó Manolo, un poco desesperado al pensar que le iban a dejar mirando otra vez.

-          Pobrecito él – se burló su hermana de él, mientras se subía a la cama se ponía a cuatro patas, con su culo mirando a la cara de su hermano, y cogiéndole la polla a Alex, que seguía de pie al borde de la cama, le empezó a comer la polla.

-          JAJAJAJAJAJA, no somos tan malas – le tranquilizó Candela y subiéndose a la cama, le puso el coño en la boca para que se lo empezase a comer, mientras Marta le empezaba a comer la polla, tras subirse ella también a la cama.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHH, que bien, gracias, chicas – les agradeció Manolo, y se empezó a comer el coño de Candela – que rico y que sabroso está el marisco.

-          JJAJAJAJAJAJAJA – se empezó a descojonar Alex con el comentario – pues a tu hermana los tubérculos también parecen gustarle.

-          Me encantan – contestó Virginia, mientras trataba de meterse toda la longitud de la polla de Alex en la boca – Si que se te ha puesto dura, y que buena está.

-          Para dura, la polla de tu hermano, madre mía como la tiene le va a estallar – soltó Marta, tragándose la durísima polla de Manolo.

-          Y como sigas comiéndomela así, te vas a llevar el premio, que con lo llenas que me habéis dejado las pelotas no voy a aguantar mucho – le advirtió Manolo.

-          Es lo que quiero – y se la empezó a comer más rápido con la clara intención de que se corriese.

-          UUUUUUUUUFFFFFFFFFFF, que bien come el coño – decía Candela, cerrando los ojos, y dejándose arrastrar por el placer que la estaba dando.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH, me corro Marta, no aguanto más, OOOOOOOOHHHHHH – avisó Manolo de lo que se le venía dentro de la boca a Marta, que se metió la polla de Manolo todo lo que pudo, con la clara intención de recibir toda su corrida en su garganta. Lo que no se esperaba era que dicha corrida fuera tan abundante, y potente como fue.

-          COUF, COUF, COUF, UUUUMMMMMMMMMM, que buena – decía Marta, que se medió atragantó con el corridón que le acababa de echar en la garganta, incluso algún goterón le salió por la nariz – JAJAJAJAJA, que corridón, no me lo esperaba.

-          Dame un poquito – le pidió Candela, y Marta subiéndose encima de Manolo, y dejando su todavía dura polla entre sus piernas, y pasándola por toda la longitud de su coño, acercó su cabeza a su hermana, y se empezaron a morrear, compartiendo la corrida que acababa de soltar Manolo – sí que le sabe bien, UUUUMMMM, que rica.

-          Pero que buenas estáis las dos, desatarme por favor – les pidió Manolo.

-          Espera un poquito más – le dijo Candela, mientras Marta, le agarró la polla y apuntando a su coño, se la empezó a meter en él, subiendo y bajando.

-          AAAAAAAAAHHHHHHH, que dura la tienes todavía, y eso que te acabas de correr – le decía Marta, empezando a cabalgar sobre la polla de Manolo.

-          OOOOOOOOHHHHHHH, que pollón tienes Alex, AAAAAAAAHHHHHHHH – le decía Virginia, que se había girado, y a cuatro patas como estaba Alex se la estaba follando, mientras ella se comía las tetas de Candela.

-          SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, que ganas tenía de clavártela, desde que me ha mandado la foto mi hermana, toma mi polla, AAAAAAAAAHHHHHHHH – le estaba empezando a follar bien duro Alex.

-          Deja que me lo folle yo también que estoy loca, porque me metan una polla hoy – le pidió Candela a Marta, que se sacó la polla de Manolo, se bajó de la cama, para dejarle su sitio a su hermana pequeña.

-          Todo tuyo – le ofreció.

-          Dios, que buenas estáis las dos, meteros mi polla por donde queráis, AAAAAHHHHH – las animaba Manolo a seguir así.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHH, que ganas de recibir polla tenía – empezó a decir Candela, según se iba metiendo la polla de Manolo en todo el coño, en la misma postura que había estado su hermana.

Marta, le empezó a desatar los pies de la cama, al hacerlo se dio cuenta de que tenía un poco colorados los tobillos, pero gracias a dios sin herida alguna, una vez medio liberado Manolo, Marta se subió en la cama de nuevo, le plantó el coño en la boca, cosa que a él le encantó, y le empezó a pasar la lengua por él. Una vez estaba encima de él y de espaldas a su hermana, Virginia le iba comiendo el culo también, y ella empezó a desatarle las manos, liberándole por fin. Al sentirse libre, Manolo estiró las manos y le empezó a agarrar las tetas a Marta, cogiéndola de los pezones y empezando a darle unos buenos pellizcos.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, ¿te gustan mis tetas Manolo?, pues te vas a hartar de ellas – le decía Marta disfrutando de la comida de coño y culo que estaba recibiendo.

-          SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII, que pollón tienes Alex, me encanta, eso méteme también tus dedos en el culo – le pedía Virginia, que seguía a cuatro patas recibiendo las envestidas de Alex.

-          Qué coño tienes Virginia, que mojado, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH – le decía Alex.

-          Dejarme levantarme, que estoy hasta las narices de estar tumbado – les pidió Manolo, a lo que ellas respondieron levantándose las dos y dejándole por fin libre – poneros a cuatro patas en la cama, las dos.

-          Mejor aún, túmbate boca arriba hermanita – le indicó Marta a Candela, una vez estuvo boca arriba, Marta se puso encima suyo haciendo un 69, comiéndose el coño, la una a la otra.

-          Sin duda mejor así – y metiéndose entre las piernas de Candela, le metió la polla en la boca a Marta y a los pocos segundos se la empezó a meter en el coño a Candela – UUUUUFFFFFFFFF, pero que bien, que coñito más estrechito tienes.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHH, pero como me gusta tu polla Manolo – le decía Candela encantada con la follada que estaba recibiendo por parte de Manolo.

-          Ponte al lado de Marta – le pidió Alex a Virginia, que haciéndole caso se puso al lado de Marta y en su misma dirección, Alex se puso detrás de Virginia y se la volvió a follar desde atrás, ya todos subidos en la cama. A las pocas envestidas, se la sacó del coño, se levantó se puso detrás de Marta, y tras meterle un segundo la polla en la boca a Candela, se la metió después a Marta en el coño, y empezó a follarla. Empezando a cambiar de una a la otra.

-          Pero que polla hermanito, dame duro, que ya sabes tú, como me gusta que me folles – le incitaba Marta, encantada con la follada que le estaba dando su hermano.

Estuvieron durante un buen rato, haciendo lo mismo Manolo se follaba a Candela por el coño, y de vez en cuando, se la sacaba para metérsela en la boca a Marta. Mientras en el otro extremo de la cama, Alex, se follaba los coñitos de Virginia y Marta alternativamente, para de vez en cuando metérsela en la boca a Candela.

-          Vamos a ponerlas a las tres juntas, y nos las vamos follando a todas, que me apetece follarlas a todas – le propuso Manolo a Alex.

-          Si que a mí también me apetece follármelas a las tres – accedió Alex encantado con la propuesta. Se bajaron los dos de la cama, Virginia y Candela se pusieron en la cabecera de la cama, con los culos en pompa esperando a los sementales, mientras que Marta, en la misma postura se puso a los pies de cama.

-          Déjame a Marta, que se va a cagar ahora, por lo mal que me lo ha hecho pasar hasta que habéis llegado – le pidió Manolo a Alex.

-          Es toda tuya – y subiéndose a la cama, se puso detrás de su gemela y se la empezó a follar, metiéndole su durísima polla en el coño – Toma polla dura Candela, ¿te gusta recibir la polla de tu gemelo por el coñito?

-          Me encanta, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, que cachonda estoy Alex, fóllame duro – le incitaba Candela sin parar de gemir, y disfrutando lo suyo de la polla de su gemelo.

-          Prepárate, Martita – le avisó Manolo, que, agarrándose a su culo, se la metió por el coño, y empezó a darle unos buenos azotes bien duros, dejándole las nalgas coloradas, al tercer azote.

-          SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, dame azotes, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que polla más buena Manolo – disfrutaba Marta con la follada que le estaba dando Manolo, el cual, tras dejarle el culo bien rojo, le empezó a meter los dos dedos gordos en el culo – eso prepárame el culo, que también te lo vas a follar, por lo bien que te has portado hoy.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, fóllame, Alex, dame duro como a tu gemelita – le pedía Virginia recibiendo las envestidas que le estaba empezando a dar otra vez – eso prepárame el culito también, que os lo vais a follar cuando queráis.

-          Vamos a cambiar, que me apetece follarme a esas dos también – le volvió a pedir Manolo.

-          Venga – le contestó Alex sacándole la polla del coño a Virginia – se cambiaron las posiciones, Manolo se puso detrás de Candela y se la empezó a follar por el coño, mientras le iba metiendo un par de dedos en el culo también. Alex por su parte, se puso detrás de Marta, pero apuntó su polla al culo de su hermana mayor, y por allí que se la enchufó – toma polla por el culo Marta.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, si dame por culo, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, que mañana más buena, así da gusto venir a trabajar – saltó Marta, recibiendo los pollazos de su hermano pequeño.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que polla Manolo, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII – le decía Candela, que parecía que estaba a punto de correrse.

-          UUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que coñito, me encanta – le decía Manolo, que acabó sacándole la polla del coño, y poniéndose detrás de su hermana, apuntó la polla a su culo, que lo tenía bien abierto, y por allí que se la empezó a meter – toma polla por el culo, Virginia.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, UUUUUUUMMMMMMMM, que bueno, me encanta que me encules, me pone muy cachonda – le incitaba Virginia – dame más duro.

Estuvieron otro rato así, Manolo iba de follarle el culo a Virginia a metérsela en el coño a Candela, y a pesar de que estaba loco por metérsela en el culo, no se atrevía a hacerlo. Mientras que, en el otro extremo de la cama, Alex le seguía reventando el culo a su hermana mayor, de vez en cuando se la sacaba del culo, y se la metía en el coño, pero se concentraba en el culo.

-          Déjame que le reviente el culo a Marta, que después de lo mal que me lo ha hecho pasar, se merece recibir mi durísima polla por el culo – le pidió Manolo a Alex.

-          A esta le encanta que la enculen, es toda tuya – le dijo Alex – además así le folló el culo a tu hermanita, que buenas ganas le tengo.

-          Y mi culo que te lleva esperando de hace rato – le contestó Virginia.

-          Pues aquí tienes polla por el culo – le avisó Alex, metiéndole la polla de un solo golpe en el abierto culo de Virginia – OOOOOHHHHHH, UUUUUUUFFFFFF, que pasada.

-          SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, UUUUUUUUUUUMMMMMMMMM, que polla más dura, métemela bien por el culo – le pedía Marta a Manolo, y es que parecía que ya no iba a aguantar mucho en correrse con el calentón que llevaba.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHH, AAAAAAAAAHHHHHHH, pero que ganas tenía de encularte cabrona, que mira que cachondo me habéis puesto hoy con el jueguecito de atarme a la cama – le decía Manolo.

-          Me corro, me corro, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH, no puedo más – empezó a decir Marta, con la polla de Manolo perforándole el culo, y llevándose una mano al coño, para ayudarse con la corrida que se estaba pegando.

-          ¿Y a mí, nadie me la va a meter por el culo? – reclamo su ración de sexo anal Candela, que, por lo visto, es algo que le gusta bastante.

-          A por ti que voy – le avisó Manolo dándose la vuelta, y acercándose a Candela, se agachó y le empezó a meter la polla por el precioso culo de la gemela.

-          Madre mía, que pedazo de culo que te gastas, como se ha tragado mi polla, UUUFFFFF – le decía Manolo, alucinado por lo fácil que le había metido la polla en el culo.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, reviéntame el culo, que me encanta que me follen el culo – le invitaba Candela para que le diera más duro. Marta mientras tanto, se había quedado tirada tratando de recuperarse de la corrida que se acababa de pegar.

-          Me corro, yo también me corro, UUUUUUMMMMMMMMM, SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, que cachonda llevo toda la mañana – empezó a decir Virginia, siguiendo a su abogada se empezó a correr, mientras Alex seguía dándole por culo a muy buen ritmo.

-          Mierda yo también me voy a correr, me corro, AAAAAAHHHHHH, que mañana más buena, OOOOOHHHHHH, SSSSSSSIIIIIIII, me corro – se acabó corriendo también Candela con la polla de Manolo todavía metida en su poderoso culo.

-          Venga poneros las tres juntas que nos vamos a correr los dos en vuestras caras – les dijo Alex, sacándole la polla a Virginia del culo.

-          Eso, que os vamos a llenar las caras de leche – se apuntó rápido Manolo, a la proposición de Alex.

Las chicas se pusieron en el centro de la cama, muy pegaditas unas a las otras, y los chicos les iban metiendo las pollas en las bocas, Alex se centraba en Virginia y su gemela, y Manolo, en Marta, y cuando le dejaba Alex también se la metía en la boca a la gemela. No estuvieron así ni dos minutos, cuando los dos se empezaron a correr.

-          Tomar leche, tomar leche, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH, abrir las bocas – les decía Alex, echándoles una corrida espectacular, les puso la cara y las tetas llenas de leche, tanto a Virginia como a Candela.

-          Me corro yo también, OOOOOOOOHHHHHHH, que bueno, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, abre la boca que te la voy a llenar de leche – le pidió Manolo a Marta, que encantada abrió la boca todo lo que pudo y le empezó a echar toda su corrida en la boca. Candela también se llevó un buen par de lechazos por parte de Manolo.

Las dejaron perdidas de leche tanto las caras como las tetas, se habían pegado una corrida increíble entre los dos. Las chicas se miraban unas a otras y se cogían los restos de leche de las tetas y de las caras y se los daban a probar unas a otras. Marta empezó a comerle las tetas a su hermana para dejárselas bien limpias, y Candela le devolvió el favor. Mientras que a Virginia la cogieron entre las dos hermanas, y se repartieron sus tetas para dejárselas impolutas.

-          Vaya pedazo de polvo chicas, ha sido una pasada, que cachondo me habéis puesto, y que, acojonado también, llegué a pensar que me ibais a dejar de mirón todo el día – les dijo Manolo a las chicas.

-          La verdad que ha sido buena, me he puesto muy cachonda también – le contestó Marta.

-          No eres la única – contestó Candela – cuando habéis mandado la foto comiéndole la polla, me he mojado en un segundo, y se me ha hecho eterno llegar hasta aquí.

-          A mí también se me hizo eterno, pero ha merecido la pena sin lugar a duda – acabó por decir Alex.

-          Mierda y yo ahora me tengo que ir para la oficina – dijo Marta, levantándose de la cama.

-          No te puedes escaquear – le dijo Alex.

-          La verdad es que no, estoy un poco liada con varios temas, y mi jefe se ha portado, dejándome llevar de forma independiente esto, así que no lo puedo fallar ahora. Me voy a pegar una ducha y me voy corriendo para la oficina – y se metió en el baño.

El resto se quedaron tirados en la cama, mirándose unos a otros y diciendo lo bien que se lo habían pasado, y que lo tenían que repetir. Virginia les invitó a quedarse el resto del día si querían, he incluso los animó a que se fueran todos juntos a casa de Patricia y Héctor, para montarse una orgía aún mayor. Alex enseguida dijo que estaban tardando en irse para allí, pero Candela tenía sus dudas, venía a decir que ya habían sido suficientes emociones por un día. A lo que, si estuvieron de acuerdo, era a quedarse con ellos allí, quedaron en que cuando Marta se fuera, pasarían todos por la ducha y se bajarían a la piscina, ya que los dos hermanitos habían venido preparados. Hablando de esos temas estaban, cuando Marta, salió del baño todo limpita, y empezó a buscar su ropa que estaba toda tirada por todos lados, y tanto jaleo había que no consiguió encontrar sus bragas por lo que decidió irse sin ellas. Como se le subiera mucho la falda al conducir iba a ir dando un buen espectáculo, al igual que en la oficina, le comentaron, pero parecía que no le preocupaba demasiado. Se despidió de todos, y salió del apartamento corriendo. El resto empezaron a pasar por la ducha, y tras estar todos limpitos, y haber recogido la habitación un poco, salieron por la puerta en dirección a la piscina de la urbanización, cuando bajaron eran las 12:30 de la mañana. Lo que les daba un par de horas, hasta que se subiesen a comer algo.

Por la mañana no había casi nadie en la piscina, solo una madre con una niña de dos años, y una abuela con un nieto también muy pequeño, y que no duraron mucho tampoco allí. Mientras estaban en la piscina, todos empezaron a tratar de convencer a Candela para acercarse a casa de Patricia, y tan pesados se pusieron todos que la chica acabó aceptando, por lo que Manolo llamó a Patricia, y le dijo que después de comer se pasarían por allí, y que llevarían compañía, lo que les pareció genial al resto.

Por nuestra parte, esa mañana en mi oficina, las cosas estuvieron muy calmadas, estuvimos todos concentrados en sacar el trabajo lo mejor posible, y no nos liamos con historias como en días anteriores. Como he dicho antes, todo el mundo sabía y tenía claro lo afortunados que éramos de tener un trabajo así, por lo que lo primero era hacer que la empresa consiguiera los mejores resultados posibles, y después nos podíamos montar las fiestas que quisiéramos. Al acabar la jornada, María que por lo visto había recibido un par de mensajes de los cuñados Juan Carlos y Domingo, se iba a ir con ellos a pasar la tarde con sus parejas y con Jesús, que se lo habían propuesto la noche anterior, y habían quedado, mientras que el resto nos íbamos a ir cada uno por su lado. Marta, como había hecho el día anterior me acercó a la parada de autobús, y a pesar de que le dije que se viniese a nuestra casa y que llamase a su pareja, para que se acercase también, me dijo que no podían que ya habían quedado con otros amigos. Pero que me tomaba la palabra para el día siguiente. Y que mejor nos íbamos mi mujer y yo a su casa, que tienen un chalet con piscina, y se está de lujo por las tardes, con mucha privacidad. Yo estuve de acuerdo, pero le dije que lo tenía que comentar con Raquel, aunque no creía que hubiese ningún problema.

Mi mujer por su parte se pasó todo el día haciéndole el training a Lucía, currando en distintas cosas, por lo visto estuvieron hablando mucho con el otro becario que era gay, y tuvieron una mañana muy amena, las dos estaban de acuerdo en que era una pena lo de ese chico, con lo majo que era. Acabaron su jornada laboral, y mi mujer y Lucía se fueron juntas, se metieron en nuestro coche, y una vez dentro mi mujer le preguntó a Lucía:

-          ¿A dónde quieres que te deje, en tu casa o te vienes a la mía para darle una alegría a mi marido?

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFF, no lo sé, me da un poco de corte ir a vuestra casa así sin más – dudaba Lucía.

-          Que corte y que narices, muy cortada tú no me pareces, además si lo que te da reparo, o por el motivo que sea Jorge no te hace, pues no te tienes que apuntar a nada, nos bajamos a la piscina, pasamos la tarde allí, y después te acerco a tu casa – le intentaba convencer mi mujer.

-          En ese caso, me parece que entonces vamos a tu casa, y veremos cómo se da la tarde, pero no te prometo nada – accedió Lucía a venirse con mi mujer a nuestra casa, para suerte mía.

-          Esa es mi chica – lo celebró mi mujer, dándole una palmada en la rodilla mientras arrancaba el coche y emprendían la marcha en dirección a nuestra casa.

Por el camino, mi mujer le fue diciendo que se lo iba a pasar de lujo con nosotros, y que no haría nada de lo que no estuviese segura de querer hacerlo, que nosotros no somos ningunos cabrones. Ella se fue relajando, más de lo que ya estaba, y estuvieron bromeando todo el camino, mientras ellas iban todo cómodas en el coche con el aire acondicionado, a mí me tocó esperar unos 10 minutos el autobús, a esas horas y el calor del verano, os podéis imaginar que fue todo un suplicio, estaba como loco por llegar a casa y pegarme una ducha fría. Cuando llegó el autobús, no lo hizo precisamente vacío, y gracias a dios que van con aire acondicionado, y lo hizo más llevadero.

Al llegar a casa, me encontré que mi mujer y Lucía ya habían llegado, y la verdad es que me quedé de piedra, menudo pedazo de belleza que es Lucía, por si no la he descrito antes, paso a hacerlo ahora. Lucía tiene 24 años, tiene el pelo largo muy liso, y de un color entre rubio y castaño claro, con unos ojos verde claro-increíbles, muy delgadita, pero sin llegar a ser escuálida, con un culo tan espectacular como el de mi mujer, y unas tetitas que, a pesar de ser pequeñitas, tenían el tamaño adecuado a semejante cuerpo, y mediría al menos 165cm por lo que no es bajita ni mucho menos. Al encontrarme a semejante pibón en casa, pues claro, como es lógico fue difícil articular palabra, mi mujer se descojonaba de mí al verme la cara.

-          Hola – conseguí decir, empezando a presentarme – soy Jorge, el marido de Raquel.

-          JAJAJAJAJAJA, anda cariño, cierra la boca antes de que se te empiece a caer la baba – se mofaba de mí, Raquel.

-          Hola, encantada de conocerte, yo soy Lucía – se presentó ella, acercándose a mí y dándome dos besos.

-          Perdona, estoy todo sudado, del maldito autobús, llevo 10 minutos esperándolo, y encima ha venido abarrotado, íbamos como sardinas – me disculpe yo.

-          No te preocupes, se lo que es ir en el autobús en esta época del año – me disculpó ella, encima era simpática, tal y como me había dicho mi mujer.

-          Me voy a pegar una ducha, y me cambio lo más rápido posible – les dije, dirigiéndome a la habitación para meterme en la ducha.

Tanto mi mujer, como Lucía, se habían cambiado de ropa, se habían puesto unos pantaloncitos de verano, y un top, con el bikini debajo, por lo que iban enseñando mucha carne, y claro, uno pues está salido, por lo que, si ya iba con la intención de ducharme con agua fría, ahora sin lugar a duda es lo que iba a hacer, sobre todo para evitar problemas, con mi pequeño general.

-          Pues no te puedes quejar cabrona, está muy bueno, y eso que me sacáis casi 10 años – le dijo Lucía a mi mujer cuando se metieron en la cocina, para empezar a preparar la comida.

-          No te vayas a tirar sobre él ahora, deja que comamos algo antes – se rio un poco de Lucia mi mujer, mientras le guiñaba un ojo – la verdad es que no me quejo en absoluto, además de estar bueno, es una persona muy decente, siempre va de cara, y eso me encanta de él.

-          Pues me tienes que buscar uno igual – le pidió Lucía a Raquel.

-          La verdad, es que tengo a alguien en mente para ti – le comentó mi mujer – está bueno que te caes de culo, es tan buen tío como Jorge, y además tiene un pedazo de polla increíble – se empezó a descojonar mientras le hacía el gesto con las dimensiones de la polla más o menos de nuestro vecinito Javier.

-          Pues ya me lo presentaras – le urgió Lucía a mi mujer.

-          El único problema es que está tan salido como mi marido – le advirtió riéndose Raquel.

-          Pues nos tendremos que sacrificar, me imagino – se resignó Lucía.

-          Estoy hablando en serio Lucia, es un vecino nuestro, es un tipo genial, pero le encantan nuestras fiestas, por lo que, si al final tú decides que este no es tu mundo, dudo que sea el hombre para ti – le advirtió mi mujer, para que no se hiciera muchas ilusiones.

-          No me niego a ello, lo que pasa es que me da un poco de reparo, nunca lo he hecho, pero la idea sí que me gusta – se sinceró la becaria.

-          Entonces tienes al menos que probarlo una vez, para poder decidir si es lo tuyo – le animó mi mujer.

-          Mi imagino que esa es la mejor opción, pero mejor ir poco a poco – le dijo ella.

Cuando terminé de ducharme me puse un bañador y una camiseta, para no desentonar, aunque lo que me apetecía era ir en pelotas, presumiendo de pequeño general, ante semejante belleza. Una vez estuve limpito, y visible, me dirigí a la cocina para acompañarlas.

-          ¿De qué habláis? – les dije metiéndome en la cocina.

-          De que nuestro vecinito Javier, me parece una pareja genial para ella – me contestó mi mujer.

-          JAJAJAJAJAJA, menuda casamentera – se quejó en broma Lucía.

-          ¿Estamos locos o qué?, ¿Me estás diciendo que no tienes pareja? – le pregunté a Lucía.

-          No tengo pareja, el último hace más de 4 meses, y era un cabronazo, debo tener imán para ellos – me contestó ella.

-          Pues menudo gilipollas, ya se arrepentirá con el tiempo créeme – me lamenté por ella – lo que si te puedo asegurar es que Javier es un tío de puta madre, pocos mejores que él vas a encontrar.

-          También tiene sus cosas cariño – me cortó un poco mi mujer – no todo va a ser bueno, pero la verdad, que en general es un chico muy decente, no se va a andar por las ramas, es muy clarito, y muy abierto de miras.

-          Bueno ya veremos, si nos llegamos a conocer si quiera. Y lo mismo, nos vemos y no nos soportamos – nos acabó diciendo Lucía.

Empezamos a comer, hablando de todo un poco, por donde vivía, que había estudiado y dónde, y como había conseguido el trabajo en la empresa de mi mujer. Ella muy pacientemente fue respondiendo a todas nuestras preguntas, y empezó a hacernos las suyas, que donde nos habíamos conocido, cuanto llevábamos juntos, etc. Cuando acabamos de comer eran las 16:30 de la tarde, y todavía hacía muchísimo calor para bajar a la piscina, según nos dirigíamos al salón, Lucía seguía muy intrigada por nuestra relación de pareja, por lo que nos seguía preguntando, y claro una de esas preguntas acabó derivando al tema de nuestras fiestas.

-          Raquel ya me ha contado, que sois una pareja liberal, ¿Cómo os metisteis en ese mundillo? – nos preguntó ella curiosa, a mí me dejó un poco cortado, ya que no me esperaba una pregunta tan directa, aunque tenía muchas esperanzas de que se animara a montarse algo con nosotros. Mi mujer por su parte solo sonreía.

-          Pues si te soy sincero, eso te lo debería de explicar Raquel, ya que fue por parte de ella y de su mejor amiga – me justifiqué yo, pasándole el muerto.

-          Tendrás morro, si te tiraste cada vez que follábamos durante un año, diciendo y provocándome, que si nos lo montábamos con otras parejas – me medio regaño Raquel, mientras yo sonreía y le guiñaba un ojo a Lucía.

-          La verdad es que sí, a mí siempre me había apetecido participar en un trio o una orgía, nunca he sido celoso, y encima desde que conocí a Raquel, me di cuenta, que no iba a encontrar a nadie como ella – al decir, esto me gané que se me tirase encima y me diese un beso, mientras yo la daba un buen azote en ese pedazo de culo que se gasta mi mujercita – el caso, es que el marido de su mejor amiga es como yo, y al parecer andaba dándole el coñazo también a su mujer. Y en un viaje que hicimos a Nueva York, los cuatro juntos antes de casarnos, salimos una noche de farra, nos emborrachamos, te puedes imaginar allí en el garito en el que nos metimos los bellezones que había, por lo que entre el calentón que llevábamos y la borrachera, y como compartíamos apartamento, al llegar a él, en el salón empezamos todos a tontear, y acabamos follando con ellos. Y como nos lo pasamos genial, empezamos a probar más cosas y con más gente. Y hasta ahora.

-          Si más o menos esa es la historia, lo único, es que mi amiga ya se había montado más de un trio con su primo, por lo que tenían más experiencia que nosotros – comentó Raquel, que seguía encima de mí.

-          ¿Qué pasa que te quieres apuntar a nuestro grupo de amigos? – le pregunté – te aseguro que los tíos van a estar encantados, y si ese es el caso, entonces Javier es la persona perfecta para ti.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFF, no lo sé, la verdad es que me tienta mucho, tengo un gusanillo, como de querer probarlo, pero me está costando decidirme, y eso que tu mujer a echo un buen trabajo – me explicó ella. No podía estar más orgulloso de mi mujer en ese momento.

-          Si esta, va diciendo que yo estoy muy salido, pero a ella le gustan nuestras fiestas tanto o más que a mí – le dije – Y lo de unirte, pues no te voy a engañar, con lo buena que estas, me encantaría que nos montásemos algo entre los 3 ahora, pero lo debes tener claro.

-          Lo que podemos hacer cariño, es montárnoslo entre nosotros dos aquí delante de ella, y si le apetece que se nos una, y si no pues te quedas con las ganas – me dijo mi mujer – además empiezo a estar muy tontorrona, con esta conversación.

-          Ya sabes que por mí no hay problema – le respondí mientras mi mujer me empezaba a morrear, y ya se ponía encima de mi completamente que estaba sentado, yo me agarraba a su culo y le devolvía el beso.

-          Por mí no os cortéis – nos contestó Lucía, pero la verdad es que ya no la estábamos prestando mucha atención.

La verdad es que la situación era muy morbosa, nos hemos montado un montón de orgías, y nos hemos visto follar con otras personas, pero eso de follar solos los dos delante de alguien, dándoles el espectáculo nunca lo habíamos hecho, y me estaba poniendo muy cachondo, a lo que ayudaba creo yo, lo buena que está Lucía. El caso, es que mi mujer ya estaba en plan devoradora de hombres, comiéndome la boca en plan salvaje, yo me agarraba a su culo, y le daba algunos buenos azotes, a mi joya más preciada. Nos empezamos a calentar de lo lindo, estábamos en un sofá mientras Lucía estaba en el otro sofá, mirando como nos lo montábamos mi mujer y yo. Mi mujer se quitó el top que llevaba, y yo prácticamente le arranqué la parte de arriba del bikini, y me empecé a comer sus tetas, a la vez que su boca. Lucía no perdía detalle de lo que estábamos haciendo, pero he de reconocer, que tanto mi mujer como yo no le estábamos prestando la más mínima atención en ese momento. Estuvimos así, un par de minutos más me estaba pegando un atracón a comerle las tetitas a mi mujer, los pezones los tenía durísimos de lo cachonda que le había puesto toda la situación, se la notaba que estaba muy caliente, y me había puesto a mí, muy caliente. La conseguí girar, medio tumbándola en el sofá, con su culo al borde del sofá, yo me bajé y me puse de rodillas entre sus piernas, le saqué los pantaloncitos que se había puesto, y como había hecho con la parte de arriba del bikini, le arranqué la braguita, empezándome a comer su ya encharcado coño.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, que bien lo haces cariño, AAAAAHHH – me decía ella, que no paraba de retorcerse en el sofá, y de agarrarme la cabeza apretándomela contra su coño. Yo me esmeraba lo mejor que sabía en comerle el coño, le conseguí meter un par de dedos en el coño, mientras le atrapé el botoncito del placer con la boca, y la lengua, lo que provocó que se retorciera más si cabe, y empezó a correrse de lo cachonda que estaba – me corro, AAAAAAAAHHHHHHH, que bueno, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, me corro.

Mientras se terminaba de correr, le seguía comiendo el coño, tragándome todos los jugos que salían del coño encharcado de mi mujer, le terminé por sacar los dedos del mismo que me los había puesto perdidos, me los chupé para limpiarlos, y cuando terminé de hacerlo, me empecé a quitar la camiseta que todavía la llevaba puesta, y me puse de pie, me desabroché el bañador, y ya mi mujer se sentó delante de mí, terminó de quitarme el bañador, saltándome mi dura polla en ese momento delante de su cara, me la agarró, y me la empezó a chupar, la tenía durísima con el morbo que me estaba provocando la situación, yo miraba hacia abajo, viendo como mi mujer me hacía una soberana mamada.

-          Sigue cariño, pero que bien la chupas, AAAAAAAHHHHHHHHH – le agarraba yo de la cabeza, en ese momento, es cuando ya miré hacia donde se encontraba Lucía, que había subido las piernas al sofá, se había quitado el top, y sin quitarse el bikini, no paraba de sobarse las tetas y los pezones, mientras no perdía detalle de la mamada que me estaba propinando mi señora esposa. La miré y sonreí, y ella me devolvió la sonrisa, mientras se volvía a concentrar en la mamada que me estaba haciendo Raquel. Ninguno de los dos dijo nada, y es que hubiera roto la magia del momento.

Mi mujer, parecía que tenía la clara intención de devolverme el favor, quería que me corriese en su boca, porque la mamada que me estaba haciendo era espectacular, movía la lengua por toda la longitud de mi polla, concentrándose en la punta de mi polla, lo que me estaba provocando un placer increíble. Al final, como no me anduviera con cuidado, iba a conseguir que me corriese, y antes me la quería follar.

-          Deja que te folle cariño – le pedí. Se sacó mi durísima polla a esas alturas de la boca, dándome un respiro.

-          Estas tardando, que estoy muy cachonda – me urgió ella. Me metí entre sus piernas, abriéndoselas lo más que podía para darle una buena vista a Lucía, de cómo le empezaba a meter la polla en el coño a mi mujer.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFF, cariño, me encanta follar contigo en plan salvaje como ahora – le decía yo, acercándome a morrearla mientras, le seguía metiendo y sacando mi polla del coño.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHH, UUUUUUUUUMMMMMMMMMM, pero que cachonda me he puesto, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII – me decía ella, disfrutando de verdad del polvo que estábamos pegando, y miró a Lucía, que ya se había sacado las tetas del sujetador, y se había metido la mano por dentro del pantalón, y parecía que se estaba masturbando de lo lindo, con la escenita que le habíamos montado.

-          Ponte a cuatro patas en el sofá, que vea bien cómo te la meto desde atrás – le susurré al oído a mi mujer, y la empecé a besar, ella me devolvía el beso y me sonreía. Se la saqué, y dejé que se pusiese en posición, dándose ella misma un azote en el culo, al que le siguieron otros 3 que le di yo.

-          Méteme la polla, la quiero dentro ya – me exigió ella – AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH.

-          Quieres polla, pues ahí la tienes, y la empecé a follar bien duro, mientras le daba algún que otro azote bien fuerte.

-          OOOOOOOOHHHHHHHHH, que coñito tienes cariño, UUUUUUUUUUMMMMMMMM – le decía yo mientras me la follaba. Lucía seguía a lo suyo, con sus pequeñitas pero preciosas tetas fuera del bikini, tiene unos pezones de tamaño medio rositas preciosos, y con la otra mano que ya claramente se debía estar metiendo más de un dedo en el coño, y estaba empezando a gemir.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame duro, cariño – me decía Raquel.

-          Me voy a correr, ya no puedo más, AAAAAAAAAHHHHHHH, OOOOOOOOHHHHHH – y me empecé a correr dentro del coño de mi mujercita.

-          Yo también me corro, me corro, AAAAAAHHHHHH, OOOOOOOOHHHHHHH – se volvió a correr mi mujer. Yo había girado a mi mujer, y la estaba besando de nuevo, en agradecimiento del pedazo polvo que acabábamos de echar.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHH, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH – oímos a Lucía que se debía de estar corriendo ella también. Lo que nos hizo girarnos a mirarla, ella tenía los ojos cerrados, y los fue abriendo, encontrándose con nuestras miradas.

-          Al menos parece que tú también te lo has pasado bien – le dijo mi mujer, sonriendo.

-          UUUUUUUUFFFFFFFFFFF, que espectáculo me habéis dado chicos, me he puesto muy cachonda, ha sido la mejor paja que me he hecho en mucho tiempo – nos dijo Lucia, tratando de recomponerse la parte de arriba del bikini, y escondiendo sus tetas.

-          Si te lo has pasado bien, imagínate como te lo habrías pasado con una polla, o con varias – le provocó mi mujer – por cierto, no nos seas pudorosa ahora, tapándote.

-          JAJAJAJAJAJAJAJA, que cabrona eres, aunque tienes razón la verdad – le contestó ella, y para gran sorpresa mía, se llevó las manos a la espalda, y se quitó la parte de arriba del bikini, enseñándonos esas tetitas en su máximo esplendor, y con esos pezones que se le habían puesto bien duritos.

-          UUUUUUUUUMMMMMMMM, preciosas, pequeñitas pero preciosas – le dije yo sin cortarme lo más mínimo.

-          Muchas gracias, y, por cierto, tu polla también es muy bonita – me contestó – no es la más grande que he visto, pero sí que la tienes bonita.

-          Se hace lo que se puede – contesté todo orgulloso, y eso que en ese momento se estaba tomando un respiro mi pequeño general.

-          ¿Te lo has pasado bien? – le preguntó mi mujer.

-          De fábula, la verdad, no me lo esperaba – le contestó Lucía, para orgullo nuestro.

-          Pues cuando quieras, te apuntas a más – le incité yo, y es que la verdad, con lo buena que está me apetecía follar con ella.

-          No lo digas dos veces que os cojo la palabra – me contestó mirándonos.

-          Si le dices eso, se va a poner tonto otra vez – le advirtió mi mujer, y tenía razón, porque al oírla la polla me empezó a hormiguear.

Seguíamos tirados en los sofás, tirándonos indirectas unos a otros, unas más en serio otras más en broma, y nos lo estábamos pasando bastante bien, estaba siendo una tarde muy agradable.

-          Chica pues deberías quitarte los pantalones y la braguita que los debes tener empapados, y si no te los quitas no se van a secar – le provocó mi mujer riéndose de ella.

-          ¡UY! En eso tienes razón – y sin más, y con toda la naturalidad del mundo se levantó y se quitó el poco de resto de ropa que la quedaba, dejándonos ver un culo portentoso, y un coñito depilado, con una fina línea de pelo, por la parte de arriba, que le hacía muy cuco - ¿Dónde lo puedo dejar, para que se seque un poco?

-          Extiéndelo sobre una silla – le dijo mi mujer, y para hacer eso tuvo que pasar al lado nuestro, para dejar la ropa en una de las sillas del comedor.

-          Cuidado cuando pases al lado de mi marido, que no le quita ojo a tu culo, y lo mismo te llevas un buen azote – le advirtió mi mujer. Ya que se dio cuenta, de que no le quitaba ojo al culo de Lucía.

-          Eres incorregible – me empecé a reír yo, y me levanté para ir hacia la cocina a por algún refresco – Voy a por algún refresco, ¿queréis algo?

-          Tráeme uno de naranja – me pidió mi mujer.

-          A mí también – le siguió Lucía, que acaba de terminar de extender la ropa, yo para ir a la cocina me iba a tener que cruzar con ella o ella conmigo, según se mire.

-          Cuidado que va a por ti – se volvió a cachondear de mí, Raquel.

-          Lo mismo me dejo – le guiñó un ojo Lucia a mi mujer, siguiendo con la coña. Y visto lo visto, y como ya sabéis que yo de tímido más bien poco, pues le pegué un buen azote en el culo según me crucé con ella.

-          ¡Oye, tu! – saltó Lucía.

-          Estabas advertida – le dijo mi mujer.

-          No iba a dejar pasar la oportunidad – me defendí yo, provocando las risas de las dos. En este punto, yo ya me di cuenta, que Lucia estaba con un brillo en los ojos de la adrenalina del momento de excitación, por lo que me parecía que si la provocábamos un poco se iba a lanzar a por todas.

Cogí los refrescos, los puse en una bandeja, y puse tres vasos repletos de hielo, y me dirigí al salón con ellos. Mientras yo estaba en el salón, mi mujer y Lucía habían tenido una pequeña charla.

-          En serio, ten cuidado, que como te descuides, según está este ahora, y yo también, te va a tratar de meter la polla por todos sitios – le avisó mi mujer, para que luego no hubiese problemas, y es que mi amorcito, me conoce de maravilla.

-          Pues lo mismo no me importaría, que después de ver la naturalidad, con que os lo habéis montado, me encantaría probarlo – le respondió Lucia, para sorpresa de mi mujer.

-          Pues chica solo tienes que provocarle un poco, y se va a tirar a por ti – le aconsejó mi mujer.

-          Me podrías ayudar tú, ¿Qué tal si le provocamos entre las dos? – le preguntó Lucía.

-          Venga vale – le dijo mi mujer - nos tomamos los refrescos para que se termine de recuperar, aunque por cómo te mira el culo, ya debe estarlo. Y después le hacemos un bailecito sexy entre las dos. Ya verás cómo se pone.

Entré por el salón, justo el mismo momento que estaban terminando esa conversación, por lo que no me enteré de lo que habían estado hablando, se lo acerqué primero a mi mujer, que me quedaba de camino, y luego me acerqué a donde estaba Lucía.

-          A ti, te daría otra clase de bebida, pero iba a estar un poco calentorra – le tiré la indirecta en plan bestia.

-          JAJAJJAJAJAJA, tú no te cortes – se partía el culo Lucía – además para eso la fuente, tendría que apuntar hacia arriba, y de momento apunta hacia abajo.

-          Dale un minuto y verás – le contesté sonriendo, y volviendo a sentarme junto a mi mujer con mi refresco.

Seguimos hablando de varias cosas, y disfrutando del ambiente que se había creado entre los tres, cuando nos terminamos de beber las bebidas, mi mujer, le dijo a Lucía que la siguiese que le tenía que enseñar no sé qué historias de unos conjuntos, por lo que, me dejaron solo y se fueron para la habitación, puse la TV, pero no había absolutamente nada interesante, por lo que, me decidí por poner algo de música. En esas estaba, cuando se plantaron delante de mí las dos, se habían puesto unos conjuntos de lencería increíblemente sexys, de los que mi mujer sabe que me ponen por las nubes, y al ritmo de la música que tenía puesta yo en la TV, empezaron a bailar en frente de mí, muy sensualmente. Al darme cuenta, que me iba a poder dar un buen homenaje con Lucía, la polla me reaccionó, se me puso dura en menos de 30 segundos, por lo que me la agarré, y me empecé a masturbar, viéndolas bailar con los conjuntos de lencería puestos. Se metían mano ligeramente entre ellas, se daban algún piquito, y a mí la escena me estaba encantando. De repente, se empezaron a besar más, se metieron un buen morreo, dándose lengua, la una a la otra, a Lucia se le veía muy acalorada, pero nada cortada, le agarraba el culo a mi mujer, y mi mujer le devolvía el gesto, se dieron unos cuantos azotes la una a la otra. A mí me tenían, muy cachondo, pero quería dejarlas hacer, y no inmiscuirme en lo que hubiesen planeado. De repente, se empezaron a morrear de nuevo, y mi mujer le desabrochó el sujetador a Lucía, el cual acabó en el suelo a los pocos segundos. Lucía copió el gesto de mi mujer, que se quedó también con las tetas al aire. Siguieron bailando, en frente de mí, hasta que Lucía acercándose por la espalda a mi mujer, le agarró de la braguita y se la empezó a quitar, al quedarse de cuclillas el culo de mi mujer estaba a la altura de la cara de Lucía, que sin cortarse lo más mínimo se lo agarró, y le empezó a dar besos, y algún que otro mordisco, incluso le llegó a pasar una mano por el coño. Después de eso se levantó, y de la misma forma y haciendo exactamente lo mismo, mi mujer le quitó la braguita a Lucia, la única diferencia, es que mi mujer, además de los besos y los mordiscos en ese soberano trasero, le abrió las nalgas, y le pegó un buen lametón.

-          Delicioso – dijo dirigiéndose a mí, que estaba con la polla a estallar de lo dura que la estaban poniendo con el bailecito.

Mi mujer se puso de pie, y siguieron con el bailecito, una vez se bajaba Lucía hasta las tetas de mi mujer para comérselas, y otras era mi mujer la que le comía las tetas a Lucía. Por fin, decidieron que iba siendo hora de incluirme en sus juegos, se acercaron a mí, se arrodillaron delante de mí, Raquel me agarró la polla, y me la empezó a chupar, a los dos o tres lametones que me pegó, se sacó mi polla de la boca, se la ofreció a Lucía que la cogió y sin dejar de mirarme se la empezó a meter en la boca. No tiene la destreza de mi mujer chupando pollas, pero el morbo de la situación me estaba haciendo disfrutar de lo lindo, de la mamada que me estaba dando Lucía. Se la empezó casi entera en la boca.

-          UUUUUUUUUUMMMMMMMM, que bien, AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que morbo Lucía – le decía yo, disfrutando de verdad de la mamada que me estaba haciendo, mientras mi mujer empezó a bajar por la espalda de la becaria, hasta llegar a su culo, donde le empezó a dar besos, algún pequeño mordisquito, y abriéndoselo bien, le metió la lengua en él. Lucía no se lo esperaba.

-          UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF – exclamó sacándose mi polla de la boca, miró a mi mujer, me volvió a mirar a mí, me sonrió y se volvió a meter mi polla en la boca, siguiendo con la mamada que me estaba haciendo – AAAAAAAHHHHHHHH.

-          Que culito más rico, tienes que probar esto cariño – me dijo mi mujer, volviendo a meter su cara entre las nalgas de Lucía, que lo debía de estar disfrutando de lo lindo – vamos todos a la cama, que vamos a estar más a gusto allí.

Se levantaron las dos, cuando lo hice yo me quedé delante de Lucía a la que agarré una de sus tetas, y antes de empezar a movernos, le comí bien el pezón. Nos empezamos a mover muy lentamente, en dirección a la habitación, nos íbamos besando entre los tres, y yo me agarraba a los dos preciosos culos de las chicas. Las llegué a meter las manos entre las piernas a las dos, donde pude comprobar lo mojados, que llevaban los coños las dos. Al llegar a la habitación me tumbé boca arriba, y le dije a Lucía que se pusiese encima de mí en la posición del 69, y Raquel se puso entre mis piernas que las tenía separadas, y entre las dos me empezaron a comer la polla, y los huevos, recibiendo una mamada impresionante por parte de las chicas. Yo me empecé a comer el coño empapado de Lucía, lo tiene precioso, muy suavecito, y con un sabor salidito muy bueno. Me pegué un atracón impresionante con su coñito, me estaba encantando comérselo, lo tiene tan sabroso y bonito como el de mi mujer. Y mientras me lo comía, me agarraba a su duro culito.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHH – gemía Lucía, con mi polla en la boca.

-          UUUUUUUUUUMMMMMMMMMM, que coñito más rico – le decía yo, disfrutando de lo lindo con su coño.

-          UUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFF, cariño como tienes la polla de dura – me dijo mi mujer, cuando le dejó un poco comerme la polla.

-          Necesito que me folles, no aguanto más – saltó Lucía, y se fue echando hacía adelante, y poniéndose encima de mí, me agarró la polla y se la empezó a meter a cuchara, abriéndose completamente de piernas. Mi mujer se metió entre mis piernas y me comía las pelotas, mientras Lucía me follaba – AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, no podía más, que ganas de follar tenía.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHH, UUUUUUUUUMMMMMMMM, que coñito tienes, que estrechito Lucía, sírvete tú misma con mi polla – le animaba yo, mientras ella empezaba a saltar a muy buen ritmo sobre mi polla.

-          Luego me le dejas un poquito, que quiero que me vuelva a follar a mí también – le decía mi mujer a Lucía.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, eso luego te le dejo, OOOOOOOOHHHHHHHH – le contestó Lucía, que poco podía decir, ya que se la veía que se lo estaba pasando en grande con mi polla bien metida en su coño.

-          SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame, Lucía, méteme toda mi polla en el coño – le animaba yo agarrándome a su culo – que coñito, que bien me estás follando.

-          AAAAAAAHHHHHHHHHH, me corro, me corro, OOOOOOOOHHHHHHH, que caliente estoy, no me lo puedo creer – nos dijo Lucía, empezándose a correr y dejándose caer sobre mi pecho. Yo la abracé agarrándome a sus tetas, tenía los pezones bien duros, y la besaba el cuello – Gracias chicos, que corrida más impresionante, que polla más increíble, que bien me has follado Jorge.

-          La que me ha follado has sido tú, yo apenas he hecho nada – le contesté siendo totalmente sincero, y con mi polla todavía metida en su coño, pero poco estuvo allí, ya que mi mujer me la cogió, se la sacó del coño, y se la empezó a meter en la boca.

-          Que bien sabe esta polla, como te la ha dejado, bien regadita aquí la niña – dijo mi mujer, sacándose y metiéndose mi polla en la boca – UUUUUUMMMMM, que rica.

-          Deja que te la meta – le comenté a mi mujer, mientras Lucía se terminaba de quitar de encima de mí.

-          Todo tuyo, para que lo remates – le dijo Lucía a mi mujer – que mira que dura le he dejado la polla.

-          JAJAJAJAJAJA, y tanto, sí que se la has puesto muy dura – le contestó mi mujer, que se subió encima de mí, y se metió mi polla por el coño, empezando a saltar sobre mi polla – AAAAAAAAAHHHHHHHH, que cachonda estoy hoy.

-          Yo también, culpa de la becaria, la vas a tener que hacer trabajar duro mañana por mala – le comenté a mi mujer, empezando a disfrutar del coñito de mi mujer, que me empezó a besar según se metía y se sacaba mi polla del coño – AAAAAAAHHHHHHH, cariño, pero que bien follas, eres la mejor.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, como me gusta tu polla, tiene el tamaño y la forma perfecta para mí – me iba diciendo ella.

Lucía se había sentado a nuestro lado, con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, y abriéndose de piernas se estaba acariciando el coño, y las tetas. Nos observaba como follábamos, y se la veía que la estaba encantado la complicidad que teníamos entre los dos. Los dos polvos que estábamos pegando esa tarde eran geniales, los dos nos lo estábamos pasando de fábula. Raquel acabó por sacarse mi polla del coño, se levantó.

-          Levántate, cariño, deja sitio en la cama, que se va a enterar la becaria ahora de lo que somos capaces – me dijo sonriendo y guiñándome un ojo – Venga Lucía date la vuelta y túmbate boca arriba, a pesar de que la miraba inquisitivamente, se dejó llevar, e hizo lo que mi mujer le pedía.

-          Qué coño, con lo bien que me lo estoy pasando, que sea lo que dios quiera – le contestó colocándose en posición, y aceptando lo que pudiese ser que se le hubiese ocurrido a mi mujer.

-          Pues te lo vas a seguir pasando genial, créeme – le animó mi mujer, que se puso encima de ella, en la posición del 69 – cómeme el coño, guapetona, que yo me voy a dar un atracón con el tuyo. Y tú, cariño, méteme esa polla por el culo.

-          Eso está hecho cariño – le contesté, con la polla incluso más dura al verlas como se empezaban a comer el coño la una a la otra, y eso que Lucía pareció dudar un poco, pero se dejó llevar, y parecía que le estaba encantando por como gemía. Yo me subía a la cama, me puse detrás de mi mujer, le metí la polla en la boca a Lucía unos segundos, y tras sacársela, le apunté con mi polla al culito de mi mujer, y por allí que se la empecé a clavar – toma polla por el culo, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que bien se traga mi polla, OOOOOOOOHHHHHHHHHH.

-          Esto es una pasada, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH – decía Lucía que seguía comiéndose el coño de mi mujer, con un primer plano espectacular de la enculada que le estaba dando – vosotros sí que sabéis montároslo a lo grande, que bueno es esto, lo que me he estado perdiendo.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII, métemela bien por el culo, UUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFF, me voy a correr, me corro, cómeme el coño Lucía, trágate todos mis jugos, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que corrida – nos decía mi mujer corriéndose y restregándole su coño por la boca a su compañera de trabajo – que pasada, que bien me habéis follado cabritos.

-          OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH, yo también me voy a correr, me corro – y es que de la forma que contrajo el culo, y los espasmos que dio con su culo mientras se corría Raquel, provocó que yo también no me pudiese aguantar más. Se la saqué del culo, y pajeándome me empecé a correr en su culo, y fue una abundante corrida, por lo que unos buenos chorretones de mi leche fueron cayendo por toda la raja del culo y del coño de mi mujer hasta la boca de Lucía, la cual se los fue tragando – que pasada, pero que buenas estáis las dos, que pedazo de polvo acabamos de pegar chicas.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHH, sigue no pares, cabrona, que bien comes el coño, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, me corro otra vez, me corro – nos sorprendió con otra corrida Lucía, y es que mi mujer no había parado de comerla el coño y de meterla un par de dedos, lo que provocó que se volviese a correr.

Nos fuimos separando, yo me quedé tumbado a los pies de la cama, con la cabeza de Lucía casi tocándome las piernas, y mi mujer semitumbada con la espalda en el cabecero, y mirándonos. Lucía miraba al techo, y trataba de recuperar el aliento sin decir nada. Mi mujer, y yo nos mirábamos y sonreíamos, porque sabíamos que se lo habíamos hecho pasar genial.

-          ¿Estás bien Lucía? – le preguntó mi mujer a Lucía. Ella sin decir nada, nos hizo el gesto de OK, con la mano.

-          JAJAJAJAJA, eso espero que quiera decir, que lo vas a repetir alguna vez mas con nosotros – le dije yo. Ella me miró, sonrió y se giró un poco hacía un lado.

-          Eso dalo por hecho, jamás me había corrido tres veces en una misma tarde, y desde luego, nunca tan intensas como las tres corridas de esta tarde – me contestó ella.

-          Me alegro de que lo hayas disfrutado tanto – le dijo mi mujer, que se acercó a ella, y la dio un par de besos – deberíamos bajar un poco a la piscina, para que des envidia al resto de tíos de la urbanización.

-          Por mi encantado, me encanta verlos como se les cae la baba – le guiñé un ojo a mi mujer.

En ese momento eran las 18:30 de la tarde, decidimos meternos los tres en la ducha, y limpiarnos corriendo, para no bajar con todos los restos de la corrida que nos habíamos pegado. En 10 minutos estábamos listos los tres, nos pusimos los bikinis ellas y el bañador yo, y bajamos a la piscina. Tal y como había pronosticado mi mujer, a más de uno se le caía la baba, al ver a las dos bellezas que me acompañaban. Nos tumbamos en el césped tras extender las toallas, y tras darnos un baño en la piscina, en las que ellas me hicieron un par de aguadillas, porque las dejé, así aprovechaba a agarrarles el culo cuando lo hicieron. Nos estuvimos riendo un rato dentro del agua, luego salimos del agua para tomar un poco el solecito. Mientras lo hacíamos nos estuvimos contando nuestras vidas, un poco más en profundidad. Lucía no era de nuestra ciudad, sino que vino a hacer la carrera aquí, y ya se quedó. Compartía piso con una chica, que por lo que nos contestó era muy reservada, apenas salía de la habitación, y apenas se relacionaba con nadie. Se dedicaba a trabajar, y los fines de semana se iba a pasarlo a su pueblo de origen. Decía que lo bueno de esa situación, era que tenía casi el resto de la casa para ella sola. Pero que le gustaría tener un poco más de relación con ella, para poder hacer cosas juntas. Eran más de las nueve de la noche cuando subimos para nuestro piso, le dijimos que se quedase a cenar, a lo que ella aceptó encantada, ya que no le apetecía cenar sola en su piso. Cuando estábamos a punto de empezar a cenar, llamaron a la puerta, eran Virginia, Carmen y Manolo que acababan de regresar de casa de Patricia, venían a disculparse por no haber recogido la habitación en la que habían dormido. Al entrar se encontraron con Lucía.

-          No sabíamos que teníais compañía – nos dijo Virginia. Manolo poco podía decir, ya que se había quedado flipado con Lucía, de la misma forma que yo – Bueno veníamos a deciros que no limpiéis nada, que mañana bajamos nosotros y os dejamos la casa como los chorros del oro, es lo menos que podemos hacer, después del favor, que nos hicisteis ayer.

-          Esta es Lucía, mi compañera de trabajo – los presentó mi mujer a la becaria. Se fueron acercando todos a saludarla. Y Carmen a la que todavía no conocíamos se nos presentó.

-          Y esta es Carmen, una amiga mía – nos dijo Manolo, presentándonos a la amiga de Patricia en realidad, de la que ya habíamos oído hablar. Tras presentarnos todos, y asegurarles que no íbamos a recoger nada, que, ya que nos hacían el favor, les dejábamos que nos hicieran el trabajo, por lo que se quedaron con la llave, y se subieron para su casa.

-          Son majos – nos dijo Lucía.

Les contamos quienes eran, y le dijimos que si ella quería se lo podía pasar muy bien con ellos, que eran tan salidos como nosotros o quizá más. Ella no se escandalizó mucho, al enterarse de que Virginia y Manolo eran hermanos, y se montaban orgías con el resto.

-          No te has escandalizado mucho, al saber cómo se lo montan esos dos que son hermanos – le comenté yo todo intrigado, por la nula reacción que había tenido.

-          Yo no soy quien, para juzgar a nadie, además, yo me lo he estado montando con un primo mío, cada vez que me tenía que desahogar – nos dejó un poco flipados, ya que no nos lo esperábamos, al ver nuestra reacción nos siguió explicando – y él, al igual conmigo. Nos llevamos muy bien, y a los dos nos encanta el sexo, pero llegar convivir con él es un suplicio, que en algunas vacaciones que hemos coincidido casi lo mato. Como pareja debe ser un desastre, pero follar con él, no está nada mal.

-          Genial que no tengas reparo al incesto, porque el otro vecinito al que te queremos presentar, también se lo monta con su hermana – le informó mi mujer empezando a reírse.

-          ¡AY! Dios mío, donde me estáis metiendo chicos – se tapaba la cara riéndose ella también.

-          Tranquila que te lo vas a pasar genial, mejor incluso que esta tarde. Se trata de disfrutar de nuestros cuerpos, mientras se dan las circunstancias, y después cada uno con su pareja, a hacer una vida de lo más normal. Pero en lo que se refiere al sexo, nos gusta disfrutarle al máximo y sin ningún tabú – le tranquilicé yo.

-          Me parece que eso ya lo tenía asumido, porque después de lo de esta tarde, me apetece probar muchas más cosas – nos aseguró ella.

Terminamos de cenar, y le ofrecimos acercarla a su casa, a lo que ella aceptó encantada, nos dirigimos al garaje cogimos el coche, y le acercamos a su casa, era un edificio de viviendas más antiguo que el nuestro, más cerca del centro de la ciudad, y muy bien comunicado, y la verdad, que mi mujer, pasaba por delante para ir a trabajar, por lo que no se tenía que desviar nada, para acercarle. Se despidió de nosotros hasta el día siguiente, y que estaba deseando, seguir experimentando cosas el día siguiente. Nosotros le dijimos que trataríamos de organizar algo, y nos volvimos para nuestra casa, donde nos metimos en la habitación y nos dedicamos a dormir, que desde el fin de semana no habíamos parado, y estábamos hechos polvo, necesitábamos un buen descanso, cosa que hicimos, y eso que a nuestros vecinitos de arriba se les oía un poquito, se lo debían de estar pasando de lujo con Carmen.

Al día siguiente nos pudimos levantar con tiempo de sobra, para empezar el día más relajados, desayunamos, nos duchamos, y salimos por la puerta. Raquel, se pasó a recoger a Lucía, y yo fui en el autobús hasta el punto donde me recogería Marta. La mañana en el trabajo, transcurrió de manera muy tranquila, estuvimos dando lo mejor de nosotros cada uno, en lo que hacíamos. Lo único reseñable, es que María me contó cómo se lo habían pasado con los cuñaditos, y sus parejas, me contó que las chicas son muy guapas, y que Jesús se puso las botas, tratándome de dar envidia, pero la dije que tuve mi fiesta particular y se la conté por encima. Y a las 3 de la tarde, cada uno se fue en su dirección.

En el trabajo de mi mujer, la situación fue más o menos la misma, ya no les tenían que hacer ningún tipo de training a los dos becarios. Lo único que tenían que hacer, era supervisar lo que iban haciendo para que no metieran la pata en nada, pero por lo que me contó mi mujer, los dos eran bastante avispados, y cogían todo muy rápido. Y a la misma hora que nosotros, salieron por la puerta, y se vinieron para nuestro piso. Durante la mañana, Raquel se había estado intercambiando mensajes con Virginia, en los que le venía a decir, que nos subiésemos a su casa cuando llegásemos, que ellos preparaban la comida, y que nos llevásemos a Lucía. Mi mujer les incitó a que invitaran a Javier y Marina, y la respuesta que obtuvo fue, que ya estaban con ellos, pero que Patricia, Héctor, y el hermano de Héctor tenían un compromiso y no habían podido unirse a ellos, cosa que mi mujer lamentó, ahora solo le tocaba comentárselo a Lucía para ver si estaba de acuerdo.

-          Cariño, no sé qué les das, pero Manolo y Virginia, están diciendo que nos pasemos hoy por su casa, y que te llevemos con nosotros – le contó mi mujer a Lucía, según se metían en el coche – así que, tú decides para donde vamos, te acerco a tu casa, o pasamos de largo, y nos vamos a casa de Virginia.

-          Mejor nos vamos a casa de Virginia – contestó rápidamente Lucía.

-          Anda que te lo has pensado mucho – se reía mi mujer al decirle eso.

-          Hija, después de lo bien que me lo pasé ayer con vosotros, que esperabas, si ya de por sí el sexo me encanta, después de lo de ayer, estoy segura de que hacerlo con un montón de gente me va a poner más – le contestó muy suelta Lucía.

-          Que sepas, que viene la otra parejita de hermanos, mejor dicho, ya están allí – le confirmó mi mujer que iba a conocer a Javier.

-          UUUUUUUUMMMMMMMMMMM, genial, espero que sea tan bueno, como me lo has pintado, si no te puedes preparar – le advirtió.

-          ¡Oye! Seguro que tiene sus cosas, igual que todo el mundo, pero en general, es muy buen tío – se defendió mi mujer.

-          Por cierto, había traído ropa limpia, en caso de que me pueda quedar con vosotros por la noche, así no andamos cogiendo el coche tan tarde como ayer – le comentó Lucia.

-          Por nosotros genial, seguro que a Jorge le encanta la idea – le contestó mi mujer, a la que la idea le parecía genial.

Emprendieron camino, hasta nuestra casa, donde aparcaron el coche en el garaje, Lucía llevaba una pequeña mochila, con ropa limpia, un bikini, y toalla de baño para la piscina, yo me junté con ellas en nuestra casa, ya sabía cuál era el plan, se lo propuse a Marta, pero tampoco podía, por un compromiso que le había surgido a su pareja, yo que había estado, en contacto de los mensajes todo el rato, y había quedado con mi mujer en nuestra casa, para cambiarnos y subir todos juntos a casa de Virginia. Cuando entré por el piso, me las encontré en nuestra habitación quitándose la ropa, y tenían la intención de meterse en el baño a darse una ducha para refrescarse, al entrar en la habitación, me encontré con el culo de Lucía que se estaba terminando de quitar la falda, y como me quedaba a mano, le pegué un buen azote. Ella se empezó a reír, y se tocaba el culo donde le había atizado. Mi mujer vino a por mí, y nos fundimos en un profundo besó, mientras yo me agarraba al maravilloso culo de mi mujercita.

-          Genial que hayas llegado ya, así nos duchamos todos juntitos – me dijo Raquel, que ya estaba completamente desnuda, y me ayudó a desnudarme, y claro, con las vistas, pues mi pequeño general, cobró vida propia. Nos terminamos de desnudar los tres, y nos metimos en la ducha.

-          Pero que buenas estáis, que ducha más buena – les decía yo, mientras nos enjabonábamos unos a otros, yo las metía mano, en condiciones. Y ellas se turnaban, por dejarme la polla como los chorros del oro, y que ya no se me iba a poner mucho más dura de lo que ya estaba.

-          Vamos a relajarnos un poco, que nos están esperando para comer – puso un poco de cordura mi mujer, salimos de la ducha nos secamos, y nos vestimos por llamarlo de alguna manera, ellas con sus bikinis, y un pantaloncito corto, y yo con un bañador. Cogimos las toallas, por si decidíamos bajar a la piscina, aunque lo dudaba mucho, y nos dispusimos a salir del piso.

-          ¿A que no hay narices a subir el piso con las tetas al aire? – le incitó mi mujer a Lucía.

-          Que no, mira – le contestó ella, y sin quitarse la parte de arriba del bikini, se sacó las tetas.

-          JAJAJAJJA – se empezó a reír mi mujer imitando a su compañera de trabajo, y sacándose las tetas.

-          Como nos pillen menudo espectáculo les vamos a dar – dijo Lucía divertida.

-          El espectáculo lo iba a dar este de todas formas, que mira que tienda de campaña lleva – le dijo Raquel, señalando mi polla, que os podéis imaginar cómo iba. Decidieron de todas formas, que antes de llamar al timbre se volverían a poner bien los bikinis, para que los chicos arriba se lo curraran al menos un poquito para verlas en pelotas.

Salimos del piso, y gracias a dios, no había nadie y subimos corriendo las escaleras, a ellas les votaban las tetas de una forma muy graciosa, a pesar de que sus tetas no eran grandes por decirlo de alguna forma. Llegamos corriendo a la puerta de Virginia, y cuando nos terminaban de colocarse los bikinis, se paró el ascensor, saliendo un repartidor con un pedido de supermercado para algún vecino, llamamos a la puerta, mientras ellas se reían y nos abrió la puerta Virginia, que venía también en bikini, pasamos a la entrada, las chicas la saludaron dándole dos besos, y yo igual, pero agarrándome al culo. Nos hizo pasar al salón donde estaban los demás, ya sentados a la mesa esperando para comer a que llegásemos nosotros, se levantaron para saludarnos, a Lucía se le veía muy suelta, ya que por la cara que le puso a Raquel, parece que sí que le gustaba lo que veía. Y a los chicos, ni os cuento, la cara que puso al verla Javier era un poema, es más le saludó dándole dos besos, y cuando me estrecho la mano, me miró como dándome las gracias, por haber traído a Lucía.

-          No me mires así, como dándome las gracias, que la artista ha sido Raquel – le dije tratando de dejarle un poco en evidencia. Pero eso es casi imposible.

-          Ven aquí Raquel, que te dé un abrazo en condiciones, por presentarnos a semejante preciosidad – le dijo Javier, acercándose a mi mujer y dándole un abrazo metiendo las manos por dentro del pantalón y agarrándose bien a su culo.

-          No hay de qué – le respondió mi mujer, mientras le daba un pico.

-          ¡AY! Muchas gracias. Vosotros también estáis muy bien todos – le agradeció Lucía el comentario.

-          ¿Has visto cariño como tengo ojo, El Cupido ese es una zapatilla rusa a mi lado? – me comentó Raquel, toda orgullosa de que la primera impresión que se habían llevado los dos había sido muy buenas – Y eso que no se han visto en pelotas todavía.

-          JAJAJAJAJA – nos empezamos a reír todos.

-          Venga vamos a comer algo, y luego veremos que hacemos – nos tranquilizó Virginia, que, si no, nos íbamos a liar ya, y nos olvidaríamos de comer.

Manolo ayudó a su hermana, sacando un guisado de carne de la cocina y trayéndolo al salón donde nos sentamos todos a comer, nos fuimos sirviendo todos, y la verdad, es que no sé si es que estaba muerto de hambre o qué, pero estaba buenísimo, todos alabamos a Virginia, por su buena mano en la cocina. Mientras comíamos, le empezaron un interrogatorio a Lucía, que ni la CIA, el que llevaba la voz cantante era Javier, y Lucía tampoco se cortaba poco, les contestaba y les preguntaba tanto a él como a su hermana, que era a los que tenía enfrente, y al lado, no sólo parecía que estaba haciendo muy buenas migas con Javier, si no que por la impresión que me dio, y por cómo se reían con la conversación que tenían, estaba haciendo muy buenas migas con Marina, y la verdad, es que los dos hermanitos son increíbles, a mí me tienen enamorado los dos, la forma de ser que tienen, y lo buena gente que son. Por el otro lado de la mesa, Manolo estaba enzarzado en una buena conversación con Carmen, en la que más de una vez se llevó alguna colleja, y algún corte, y es que, a Manolo, se ve que le gustaba provocarla un poco. Como ya me dio la impresión la noche anterior, yo creo, que esos dos estaban locos el uno por el otro, por mucho que lo negaran. Se lo comentamos a Virginia, y guiñándonos un ojo, nos dijo que si, que esos dos cada vez estaban más compenetrados. Mi mujer y yo, le estuvimos preguntado a Virginia por cómo se encontraba, después de la espantada de su marido, a lo que nos contestó que, liberada por completo, que se había quitado una carga de encima, que ya no tenía una sensación de culpabilidad por unirse a nuestras orgías, porque obviamente él, también, le había estado poniendo los cuernos a ella. Y que después de darle muchas vueltas, ese tío no le aportaba nada, por lo que había llegado a la conclusión, que es lo que mejor le había podido pasar. Su respuesta nos encantó a mi mujer y a mí. Lucía les contó a los hermanitos, como la liamos el día anterior en nuestros juegos, y los planes que tenía Raquel para ella, y para Javier.

-          ¡Joder, Raquel! Le buscas una niña preciosa a mi hermanito, y a mí que me den. ¿Dónde está mi semental? – se quejó Marina, de que a ella no le hubiésemos traído ningún hombretón para que le de caña.

-          Tranquila que yo me encargo de las dos sin problemas – le tranquilizó Javier.

-          Chica pues te lo había buscado, y me lo curré bastante, pero a resultado que nos ha salido rana. El chico es gay – se disculpó mi mujer.

-          Os puedo asegurar, que se lo estuvo currando bastante, pero el chico nos ha salido de la otra acera, y es una pena porque está buenísimo – salió en su defensa Lucía.

-          Anda que vaya ojo Raquel, por eso El Cupido no termina de tenerlas todas contigo – le siguió atacando en plan de broma Marina.

-          De todas formas, yo creo que tengo alguien para ti. Es un año mayor que tú, pero es un encanto y está muy bueno. Harías muy buena pareja, estoy segura – volvió a salir al quite Lucía.

-          ¿Y por qué no te lo has traído? – se quejó Lucía.

-          Porque es mi primo, y no sé si le gusta este tipo de ambiente. Yo estoy casi segura de que sí, y que alguna fiesta de estas se ha montado, pero tengo que tantearle para ver por donde respira. Solo decirte, que yo me lo he tirado unas cuantas veces y me lo he pasado genial con él – le explicó Lucía a Marina.

-          Pues tendremos que organizar algo, para ver si encajan – le volvió a salir la vena casamentera a mi mujer.

-          Eso, algo tendremos que hacer, que a mí también me apetece conocer a alguien decente que me de caña, y que me deje que otros me den caña – nos apremió a todos Marina, con una sonrisa.

Le contestamos que algo teníamos que empezar a preparar, nosotros desde luego encantados de hacerlo, a Javier también le hacía mucha gracia la idea, y los demás con tal de conocer a gente nueva. En plan de coña, mi mujer comentó que ahora solo teníamos que pensar en alguien que encajara para Virginia, pero ella saltó corriendo que de momento ella no necesitaba a nadie después de haberse liberado del tarugo de su marido. Nos hizo reír a todos, sobre todo por como lo había dicho.

-          A vosotros dos no os decimos nada, porque ya se ve que os hacéis ojitos el uno al otro – les dijo Raquel, a Carmen y Manolo.

-          ¿Quién, yo con este?, ni que estuviera loca – se defendió Carmen, que trataba de negar lo evidente.

-          Anda Carmen, si sabes que yo estoy loco por ti desde hace un montón de tiempo, además me encanta como te picas conmigo – le soltó Manolo.

-          Vale, un poquito si que me gustas, bueno bastante, bueno me gustas un montón, pero es que a veces me vuelves loca – le contestó cediendo Carmen ante lo evidente, y sonriéndole, se acercó a él, y le dio un buen morreo.

Nos reímos por la situación, empezamos a sacar los postres, mientras unos recogíamos los platos sucios y los acercábamos a la cocina, otros sacaban platos para el postre, y Virginia junto con Carmen, empezaron a sacar los postres, que en definitiva era fruta, y una serie de helados, ya que el calor invitaba a ello, y eso que con el aire acondicionado puesto se estaba de maravilla allí. Nos sentamos ya todos a tomar los postres, y seguimos hablando de cosas varias, le contaban cosas de la vida de cada uno a Lucía, mientras Carmen a nosotros nos ponía también un poco al corriente de la suya, resulta que Carmen y mi mujer, habían ido al mismo colegio juntas, pero no se conocían la una a la otra, debido a la diferencia de edad. Aunque desde mi punto de vista, 5 años de diferencia tampoco es tanto. Con todo esto, terminamos los postres, y empezamos a recoger todos, con el vinito que habíamos tomado, alguno parece ser que se soltó un poco, y es que las manos volaban a los culos de las chicas, no me puse las botas a tocar culo, cuando entrabamos en la cocina, que estábamos apretaditos tantos allí metidos. Una vez estuvo todo recogido nos dirigimos al salón.

-          Bueno, ¿a ver anfitriona, que tienes pensado? – le pregunté yo, apremiando a Virginia, para ver si tenía algún juego pensado.

-          Pues no tengo nada pensado, ten en cuenta, que no estoy tan salida como vosotros – me la devolvió ella.

-          Bueno cariño, eso de que no estas tan salida, vamos a dejarlo, porque la verdad que un poco sí que lo estas – le cortó Marina, mirándola y recordándola alguna de las fiestas que se habían montado estos últimos días.

-          A lo mejor, un poco salida sí que estoy, pero tenéis que entender que también estaba muy necesitada – se justificó ella, pero no tenía ninguna idea de que organizar. Gracias a dios, su hermano tenía una buena idea.

-          Porque no jugamos al trivial en parejas, sorteamos de alguna manera las parejas, y empezamos a jugar, cada vez que una pareja falle una pregunta, se tiene que quitar una prenda uno de los dos, cuando esté la pareja desnuda, si vuelven a fallar tiene que pagar alguna penitencia, en frente de todos. Y si alguna pareja, gana algún quesito, nos ponen una petición al resto, que tenemos que cumplir delante de ellos. Pero si fallan la pregunta, en la que optan a quesito, nos tienen que hacer algo al resto – nos explicó este, que ya lo había debido de hacer alguna vez antes.

A todos nos encantó la propuesta, y nos decidimos a hacer el reparto de parejas, cogimos una baraja, y repartiríamos cartas entre chicos y chicas. La carta más alta de las chicas se emparejaría con la carta más alta de los chicos, y así sucesivamente, las dos últimas chicas las tocaría juntas, ya que nos faltan chicos. Empezamos el reparto de cartas, quedando el reparto de la siguiente forma, a Manolo le tocó con Raquel, a Javier con Lucía a lo que los dos estaban encantados, a mí me tocó con Marina, y a Virginia y a Carmen les tocó juntas, para sorpresa de todos, Virginia se a su habitación, y volvió con un arnés que llevaba acoplado un consolador.

-          ¿Os gusta el regalito, que me han mandado, Patricia y Héctor esta mañana? – nos preguntó ella.

Nos empezamos a reír todos.

-          Que bien nos va a venir eso Virginia – le dijo Carmen – que ya pensaba que me iba a cansar de comer coño.

-          Le tenemos que dar las gracias a tu amiga mañana – le comentó Virginia.

-          ¿Bueno empezamos a jugar? – nos apremió a todos Javier, que se le veía que estaba loco por empezar a jugar, y a meter mano a Lucía, y ella estaba igual que él. Siendo sincero, estábamos todos locos por empezar a jugar.

Tiramos los dados para ver cuál iba a ser el orden en el que nos iba a tocar jugar, el que sacase el número más alto, empezaba, quedando de la siguiente manera. Empezarían Virginia y Carmen, les seguíamos Marina y yo, después Javier y Lucía, y terminarían el turno Raquel y Manolo. Nos sentamos en la mesa otra vez, con el tablero en el medio, y cada pareja muy pegados unos a otros, y por orden de turno de juego, en el sentido contrario a las agujas del reloj. Carmen cogió el dado, y lo tiro, la primera pregunta la respondieron sin problemas, pasándonos el turno a Marina y a mí, que también respondimos bien a la pregunta. A continuación, fue Lucía la que tiró el dado, y también respondieron correctamente, y el mismo resultado ocurrió con mi mujer y Manolo. El siguiente turno, ya se empezó a complicar un poco más, ya que no podías elegir tan fácilmente aquel del que eras más conocedor. Virginia tiró el dado esta vez, y tras dudar un poco respondieron, y acertaron. Nosotros tuvimos más suerte que ellas, ya que pudimos elegir una opción que conocíamos bien, respondiendo correctamente, y pasándoles el turno a Lucía y Javier, y aunque la pregunta no era para nada complicada, Javier se apresuró a responder mal, el muy golfo lo hizo aposta.

-          No, pero que dices, como respondes eso – le recriminaba Lucía por el fallo, ya que no se daba cuenta que lo había hecho a propósito. El resto que nos dimos cuenta, al conocerle mejor, nos reíamos por lo ocurrido.

-          Que se le va a hacer chica – decía él falsamente – mira como yo voy solo con el bañador, lo más justo es que te quites tú algo, que tienes más ropa encima.

-          Tendrás morro, has fallado a propósito – terminó por darse cuenta Lucía de lo ocurrido – tienes suerte que llevo el pantaloncito, que si no te quitabas tú lo único que llevas encima.

-          Vale, tendré más cuidado la próxima vez – le contestó divertido Javier, mientras Lucía se levantaba, y poniéndose un poco separada de la mesa, comenzó a quitarse el pantaloncito de una manera increíblemente sexy.

-          Madre mía que pedazo trasero – comentó Javier que no se perdía detalle.

-          Ostras, que culo, Lucía dales las gracias a tus padres – le pidió Manolo.

-          Ya se las he dado un montón de veces – les contestó – que la verdad, es que me hicieron a conciencia.

Cuando se sentó, Javier aprovechó para poner una mano en la silla, para que se sentara sobre ella, y poderla tocar el culo, ella se sobresaltó un poco, pero se dejó meter mano, sonriéndole, estaba encantada.

Mi mujer tiró el dado, y al igual que había hecho Javier, Manolo se apresuró a dar una respuesta incorrecta, pero mi mujer no se quejó lo más mínimo, estaba encantada con ganas de darnos el espectáculo. Al igual que había hecho Lucía nos deleitó con un bailecito, mientras se quitaba el pantalón. Manolo no perdía detalle, y casi se le caía la baba con el espectáculo, y es que mi señora tiene un culo impresionante.

-          Me voy a poner las botas, que culo te gastas tú también – le decía Manolo.

-          Y que lo digas – le provocó mi mujer. Mientras se sentaba de nuevo en la silla, y dejando que Manolo le empezase a tocar el culo también.

Virginia y Carmen, volvieron a tirar el dado, y aunque la pregunta que les tocó era muy sencilla se miraron se empezaron a reír.

-          Tendremos que fallarla, para no ser menos – comentó Carmen, fallando la respuesta de la pregunta.

-          Qué pena, casi la acertamos – se lamentó irónicamente Virginia.

Se levantaron las dos de la silla, se pusieron en el centro del salón, y se pusieron las dos a hacer un baile tocándose la una a la otra, y dándose algún que otro morreo. Estas dos solo llevaban el bikini puesto, y Carmen anduvo más rápida que Virginia, y le quitó a su amiga la parte de arriba del bikini, enseñándonos los preciosos pechos de Virginia, que se veía que tenía los pezones muy duritos. Se volvieron a sentar, mientras el resto aplaudíamos. Yo tenía mi mano metida entre las piernas de Marina, al igual que ella, que por encima del bañador me tenía bien agarrada la polla. Nos tocaba tirar a nosotros, y como os podéis imaginar fallamos la respuesta, aunque si os soy sincero, tampoco creo que la supiésemos. El caso es que nos pusimos de pie los dos. A mí se me notaba el empalme a distancia.

-          Esto se pone interesante – comentó Javier, al ver que empezábamos a movernos y a meternos manos el uno al otro, delante de todos.

-          Disfrutar – les dijo Marina, girándose de cara a mí, ella llevaba también solo el bikini puesto. Le vi la intención, de que quería quitarme el bañador, pero el bikini que llevaba era de esos que se atan a los lados, y claro uno es rápido, y la braguita desapareció más rápido de lo que ella se esperaba, enseñándoles el culo y el coñito al resto – Capullo, has sido más rápido que yo.

-          Me lo has puesto fácil – le contesté yo, mientras volvíamos a nuestro sitio, yo tocándole el culo, y ella me seguía agarrando mi dura polla por encima del bañador.

Les volvió a tocar el turno a Lucía y Javier, que como es obvio volvieron a fallar, el golfo de Javier estaba como loco por empezar con la parte más dura del juego.

-          Pues esta vez te toca a ti quitarte lo único que llevas guapo – le dijo Lucía a Javier, al cual, poco le importaba quedarse en pelotas delante de todo el mundo.

-          Venga vamos que me vas a tener que ayudar – le pidió a Lucía, que se prestó encantada, sobre todo al ver lo que se marcaba bajo el bañador de Javier. Empezaron a hacer un baile, ella le desabrochó el bañador como pudo, ya que Javier la pegó mucho a él, para poder agarrarle el culo en condiciones, se besaron un poco, y finalmente le empezó a quitar el bañador, dejando libre la imponente polla de Javier, que salió botando ante la increíble mirada de Lucía, que se había agachado para quitarle el bañador, y se encontraba con la polla de Javier delante de las narices.

-          Joder, vaya pedazo de polla, ¡¡¡pero qué maravilla!!! – Exclamó Lucía alucinada con el tamaño de la polla de Javier, le agarró la polla, y empezó a mover su mano por toda la longitud de esta – encima está durísima, me parece que tú y yo nos vamos a tener que conocer más a fondo.

-          Eso tenlo por seguro, que ganas tengo de metértela lo más profundo posible – le contestó Javier volviendo a morrear a Lucía delante de todos, mientras esta no soltaba su polla y él, se agarraba a su culo.

-          UUUUUFFFFFFFFFFF, por mi encantada – se apresuró a decirle Lucía. Según se sentaban miró a mi mujer, y abrió la boca, como diciendo “Madre mía, lo que tiene este chico entre las piernas”.

Una vez que se sentaron, mi mujer cogió corriendo el dado, y lo tiró, se la veía un poco ansiosa por seguir con el juego, siguiendo con la norma que se había establecido, fallaron la pregunta, lo curioso, es que los dos respondieron a la vez, dando respuestas erróneas muy evidentes, nos empezamos a reír todos, ellos se levantaron.

-          Veamos que tenemos por aquí – dijo mi mujer a la que yo la veía que estaba muy caliente, se agachó corriendo, y le pegó un tirón al bañador de Manolo, que acabó en sus tobillos en menos de un segundo – así me gusta, que ya la tengas dura, me parece que me voy a poner las botas con ella.

-          El que se va a poner las botas voy a ser yo con ese culo – le contestaba Manolo, mientras mi mujer le agarraba la polla, y se la llegó a meter en la boca.

-          EY, tú! Contrólate un poco – le recriminamos todos a mi mujer.

-          UUUUUUUFFFFFFFFF, me va a costar contenerme – se justificó mi mujer, sacándose la polla de la boca, y poniéndose de pie, dándole un beso a Manolo, volvieron a su sitio. Con mi mujer agarrada a la polla de Manolo, y este a su culo.

Seguimos con la misma de juego, todos fallando a posta, para quedarnos desnudos cuanto antes. Estábamos todos con un importante calentón, queríamos empezar la parte más sexual del juego cuanto antes, aunque el preliminar de tener que ir desnudándonos prenda a prenda delante de todos, metiéndonos mano, y jugando un poco, nos puso muy calientes a todos, el morbo de toda esa situación nos tenía a todos con unas ganas locas de empezar a follar. Por fin, estábamos ya todos desnudos, los tres chicos íbamos con las pollas que nos iban a explotar. Alguien comentó que como siguiésemos fallando aposta, el juego se iba a hacer eterno, por lo que decidimos, que el que consiguiera un quesito, podría elegir que hacer y otra pareja que se les uniese a ellos. Proseguimos con el juego, pero ahora todos nos esforzábamos en acertar las preguntas. Carmen y Virginia, que eran las primeras en turno, estuvieron un buen rato con su turno, pero no consiguieron caer en la casilla que las hiciese conseguir algún quesito, y al final acabaron fallando. Les hicimos poner de pie, y que nos hiciesen un buen espectáculo, se las veía que estaban muy buen compenetradas, se empezaron a comer la boca la una a la otra, mientras Virginia, se agarraba al culo de Carmen, y esta se agarraba a las tetas de Virginia. Acabaron por tumbarse en el suelo, y empezaron a hacer un 69.

-          UUUUUUUMMMMMMMMMM, que bien comes el coño futura cuñadita – le dijo Virginia a Carmen, provocándola un poco.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, no tan bien como tú, zorra – le contestó Carmen un poco picada con ella, y empezando a meterle un dedo en el culo a Virginia.

-          SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIII, que bueno – le decía Virginia, animando a Carmen con sus comentarios. Nos habíamos dado 10 minutos por turno, a los cuales llegaron para pena de todos nosotros, ya que nos estaba encantando el espectáculo que nos estaban dando.

-          Tiempo chicas – dijo Manolo que llevaba el control del tiempo.

-          Mierda, con lo bien que me lo estaba pasando ahora – nos dijo Carmen, levantándose de encima de Virginia.

-          No eras la única cuñadita – le contestó Virginia, riéndose de ella un poco.

-          ¿Cómo que cuñadita? Follar con tu hermano vale, pero algo más es decir mucho – le contestó Carmen.

-          Anda tía, si te encanta, no lo niegues, os encanta picaros el uno al otro, y os lo pasáis genial – le respondió Virginia.

-          Un poco de razón tiene – saltó Manolo – a mi me encanta tu personalidad, y las contestaciones que me pegas, además me encanta follar contigo, me pones la polla durísima, y mira como me la has puesto al verte comerle el coño de esa forma a mi hermana.

Manolo se levantó, enseñándoles el empalme que llevaba tras el espectáculo que nos habían dado, y no era el único que llevaba la polla dura a reventar, ya que yo iba que me subía por las paredes, me había encantado el espectáculo, y estaba loco por empezar nuestro turno. Tiramos los dados, acertamos varias preguntas, y tuvimos la suerte de poder optar a ganar un quesito, cosa que hicimos. Lo celebramos los dos abrazándonos, empezamos a hablar de a quien elegíamos en nuestro juego, al final elegimos a Manolo y a mi mujer.

-          Genial – celebró Manolo.

-          Cabrones – se quejó Javier.

-          Y tanto – le secundó Lucía, a la que se le veían unas ganas locas de empezar a follar con Javier.

-          Vamos a ello – les urgí yo, que andaba loco por empezar a follar.

-          Eso – me secundó mi mujer, que también iba fina.

Nos levantamos corriendo, y nos pusimos en el centro del salón, mi mujer se arrodilló delante de Manolo y le empezó a comer la polla, y Marina hizo lo propio con mi polla, y la mamada que me estaba haciendo era espectacular, al igual que la mamada que le estaba pegando mi mujer a Manolo.

-          Joder que bueno, venga poneros a cuatro patas en el sofá las dos – les dijo Manolo, al cual obedecieron, tanto Manolo como yo, nos pusimos detrás de ellas nos agachamos y nos empezamos a comer el culo y el coño de las chicas, yo el de Marina, y Manolo el de mi mujercita.

-          Que bueno Jorge, que lengua tienes cabrón – me decía Marina, tocándose el coño.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, pues este no le anda corto – dijo también mi mujer, alabando a Manolo, con la comida de coño y culo que le estaba dando. Nosotros dos ya no aguantamos mucho, y nos pusimos de pie, y nos las empezamos a follar desde atrás.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, pero que polla más dura tienes vecinito – me decía Marina, disfrutando de la follada que la estaba empezando a dar.

-          SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame duro, Manolo, no te cortes, dame duro, que polla más buena – le animaba mi mujer, que se la veía que estaba muy cachonda. Estuvimos follándolas unos cinco minutos en esa postura.

-          Vamos a cambiar, un poco, antes de que se acabe el tiempo – me dijo Manolo, a lo que estuve de acuerdo. Nos cambiamos corriendo, y yo me empecé a follar el encharcado coño de mi mujer, y Manolo hizo lo propio con el de Marina.

-          Pero que guarra eres cariño, mira que encharcado tienes el coño – le provocaba yo, nada más meterle mi polla.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHHH, que bueno cariño, estoy muy cachonda – me decía ella.

-          OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, que polla más dura, fóllame, Manolo – le pedía Marina, a la que se le veía muy cachonda también, se ha vuelto tan guarrilla como mi mujercita, eso le pasa por juntarse tanto con nosotros. Al poco de cambiar de pareja, se acabó nuestro tiempo, para nuestra desgracia, porque nos lo estábamos pasando de vicio, nunca mejor dicho.

-          Tiempo, chicos – nos advirtió Virginia, con una sonrisa en la cara.

Les sacamos nuestras pollas a las chicas, las ayudamos a levantarse, yo le di un buen morreo a mi mujer, y un azote en su poderoso culo, y cada uno, con su pareja de juego nos volvimos a nuestro sitio. Javier que estaba loco por empezar su turno, ya había agarrado los dados y en cuanto nos sentamos los tiró, empezando su turno de la partida. Estuvieron un buen rato respondiendo preguntas, acertando, hasta que al igual que nosotros consiguieron caer en una casilla que les daba la opción de conseguir quesito. Lo cual hicieron, lo cual celebraron los dos, el empalme que llevaba Javier era considerable, y los pezones de Lucía dudo que se pudiesen poner más duros.

-          Bueno, ¿a quién prefieres elegir? – le preguntó Javier caballeroso a Lucía.

-          Pues ya que estamos de estreno, a Manolo y Raquel, que me apetece probar polla nueva y la de Jorge, ya la conozco – contestó Lucía sin cortarse lo más mínimo, y rompiéndome el corazón, ya que estaba loco por volver a follarla.

-          Pues ya sabéis chicos – les indicó Javier a Manolo y a Raquel.

-          UUUUUUUUFFFFFFFFFFFF, que hartón a follar nos vamos a pegar, y todavía no nos a tocado nuestro turno – lo celebró Raquel.

-          Y tanto, y con las ganas que le tengo a tu becaria – le contestó Manolo.

-          Pues estamos tardando, que para ganas las que tengo yo de meterme el pollón de este – les apremió a todos Lucía, mientras se levantaban y le agarraba la polla a Javier, que se dejaba hacer, y también se empezó a agarrar al culo de Lucía mientras se dirigían al sofá.

Nada más llegar al sofá, Javier se tumbó boca arriba, y le indicó a Lucía que se pusiese en posición de 69 encima de él, cosa que hizo encantada. Mi mujer, le indicó a Manolo que se sentase en el otro sofá, ella se puso encima de él, y dándole la espalda se empezó a sentar sobre su polla metiéndosela por el coño.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me encanta tu polla – le decía Raquel a Manolo, metiéndose y sacándose la polla de este muy lentamente, y mirando la escenita de la otra pareja en el otro sofá.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, que buena estas Raquel, me encanta follarte – le decía Manolo a mi mujer, y es que está muy buena. Soy todo un afortunado, de tener una mujer que está tan buena, y que le gusta tanto el sexo como a mí.

-          UUUUUUUUUMMMMMMMMM, que pollón por dios, me voy a ahogar – nos decía Lucía una de las veces que se sacó la polla de Javier de la boca.

-          Y tú que coñito más rico, está empapado, por lo que me vas a tener que follar – le indicó Javier a Lucía, que se volvió a sacar la polla de Javier de la boca, y se levantó.

-          Lo estoy deseando – y se empezó a sentar sobre la dura polla de nuestro vecinito – AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHH, que pollón, me partes en dos.

-          Que coñito más estrecho Lucía, me encanta, AAAAAAAAAAAHHHHHHHH, metete toda mi dura polla, que mira como me la has puesto – le decía que Javier, y lo debía estar disfrutando de lo lindo, por las caras que estaba poniendo, le estaba costando contenerse y no correrse, por lo cachondo que estaba. Estuvieron varios minutos en esa postura.

-          Levanta que como sigas así me voy a correr – le pidió a mi mujer Manolo, que en ese momento estaba saltando sobre la polla de este.

-          Eso Lucía levanta tú también que, si no me voy a correr también, menudo coñito tienes tía – dijo también Javier a Lucía, la cual que muy a su pesar se sacó la polla de este del coño, y se levantó. Las pusieron a cuatro patas en el sofá, y se las volvieron a follar, cada uno con su pareja. Estuvieron un par de minutos más así.

-          Menudo coñito tiene, ¿quieres que cambiemos, y así lo pruebas? – le ofreció Javier a Manolo.

-          Pues si la verdad – aceptó Manolo.

-          Eso cambiar, así pruebo otra polla nueva – los animó Lucía que estaba fuera de sí, se la veía que estaba muy caliente y que se lo estaba pasando de fábula. Les sacaron las pollas a las chicas, y se cambiaron.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF, pero que pollón tienes Javier, como me gusta que me folles – le decía mi mujer a Javier.

-          Madre mía que coñito, más estrechito, que bueno – le dijo Manolo a Lucía, cuando se la empezó a follar. Tal y como nos pasó en el turno anterior al poco de empezar a follar se les acabó el tiempo.

-          Joder con lo bien que me lo estoy pasando – soltó Lucía cuando Manolo le sacó la polla del coño.

-          Y yo también, con lo buena que estás y las ganas que te tenía – contestó Manolo.

-          Mierda, con las ganas que tenía de perforarte el culito otra vez – le dijo Javier a mi mujer.

-          Luego te desquitas, que te esta esperando todo ansioso – le contestó mi mujer.

Se volvieron a sentar cada uno en su sitio, mientras Javier se agarraba a las tetas de Lucía desde atrás y esta se dejaba hacer, por los colores de su cara, se veía que se lo estaba pasando genial. Mi mujer cogió los dados y los tiró, empezaron a jugar, pero a la tercera respuesta fallaron y no me extraña, porque era una pregunta bastante jodida de acertar. Lo lamentaron, pero con el calentón que llevaban les importó poco, se levantaron corriendo, mi mujer se puso en el sofá a cuatro patas.

-          Venga métemela por el culo, que me está pidiendo guerra – le incitó mi mujer a Manolo, que le dio un buen azote en el soberano trasero de mi señora, y apuntando su durísima polla al culo de Raquel, se la empezó a follar.

-          Que culo, por dios, que pasada como me gusta meterte la polla en el agujerito negro – le decía Manolo a mi mujer, mientras la enculaba a un ritmo muy tranquilo, ya que no creo que pudiese aguantar mucho, si se la follaba más duro, con el rato de follarse a pibones que llevaba Manolo.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que bueno, que polla más dura – le provocaba mi mujer.

-          OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que culo, que suerte tiene el capullo de tu marido – le contestaba Manolo.

En todo el rato que estuvieron follando, no cambiaron de postura, y a duras penas consiguieron no correrse con el polvo que estaban pegando enfrente de todos. Los turnos se fueron repitiendo, e íbamos cambiando unos con otros, Virginia y Carmen, en una ocasión nos pidieron a los tres chicos que nos las follásemos, que necesitaban caña las dos. Decidimos hacer una excepción en las reglas y nos las estuvimos follando bien duro los tres. Manolo se la estuvo metiendo por el culo a Carmen, mientras Javier y yo nos follábamos a su hermana por sus dos agujeros. Los gritos de placer de todos eran una pasada, nos lo estábamos pasando de maravilla. A mi en este turno ya me costó contenerme mucho, no me corrí de milagro, y por lo que dijo Javier a él también le costó. Otro de los turnos, Lucía para sorpresa de todos nos pidió que le hiciésemos una doble penetración, que nunca lo había probado y le apetecía mucho. Hasta ese momento nadie se la había follado por el culo, ya que pensábamos que no le gustaba el anal, pero estábamos equivocados como bien nos demostró. Su culito se tragó la polla de Javier sin ningún problema, mientras yo se la metía por el coño.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que bueno es esto, follarme duro los dos, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, que me estáis partiendo los dos – nos pedía Lucía, que en este punto si que se empezó a correr – me corro, follarme no paréis me corro, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bien folláis.

-          OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que coñito tienes – le decía yo.

-          Pues ya probaras su culo, joder, que bueno, UUUUUUUUUUUMMMMMMM – me contestó Javier.

Al final, llegamos al final del juego, y os puedo decir, que fue la mejor partida de Trivial que jamás he jugado en mi vida. El juego lo ganaron, mi mujer y Manolo, y decidían que íbamos a hacer como orgía final. Pero querían darle un poco de aliciente más picante. Para ponernos en situación, con la duración del juego, nos habían dado las 9 de la noche. Manolo nos dijo que una opción muy cachonda sería coger los coches e irnos a un parque industrial cercano, y en una calle por la que pasasen apenas coches salir del coche y ponernos a follar todos allí, a la vista de todo el que pasase. Nos pareció muy fuerte a todos, sobre todo por el riesgo de que alguien conocido nos pudiese ver, y reconocer a los hermanos, entre nosotros. A mí me daba mucho morbo la situación, por lo que propuse buscar un club de intercambio de parejas, pero tampoco coló, ya que las chicas decían que allí iba mucha pareja demasiado mayor y les daba reparo, no les ponía demasiado, para mi desgracia porque a mí si que me daba mucho morbo, las situaciones que se pudiesen dar. El problema que teníamos es que éramos un grupo de gente bastante grande, e íbamos a dar el cante. Javier propuso, que nos pusiésemos a follar entre todos y lo grabásemos en video. Eso nos pareció bien a todos. Bajé a nuestro piso a por la cámara, y cuando volví, según estábamos en pelotas nos pusimos a follar. Yo agarré la cámara y empecé a grabar como las chicas nos empezaban a comer las pollas a todos. Según íbamos haciendo, nos pasábamos la cámara de unos a otros para grabar distintos ángulos de la orgía, y que todos apareciéramos en la grabación.

Como he dicho al principio, las chicas nos empezaron a comer las pollas a los chicos, Lucía y Carmen, se centraron en Javier, Manolo estaba recibiendo una soberana mamada de mi mujer a medias con su hermana, que iba de su polla a la mía, cuando la dejaba un poco de mi polla Marina, que parecía pegada a mi polla.

-          AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que bien comes la polla Raquel, que lengua – le decía Manolo. Mientras ella se metía la polla hasta la garganta.

-          UUUUUUUUMMMMMMMM, que pollón, que atracón – decían Carmen y Lucía, turnándose para comerse el pollón duro de Javier.

-          SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, así chúpame las pelotas también – le decía yo a Marina, mientras cada poco se sacaba mi polla de la boca, y me empezaba a chupar las pelotas.

-          UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMM, me encanta comerte la polla – me decía ella.

Estuvieron un buen rato las chicas comiéndonos las pollas, pero yo ya necesitaba follar, por lo que levanté a Marina, la puse a cuatro patas, con las rodillas en el suelo, y las manos apoyadas en el sofá, me puse detrás de ella, y me la empecé a follar por enésima vez esa tarde, e iba alternando su coño y su culo, que lo tenía bien abierto.

-          SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, méteme esa dura polla, por mis agujeritos – me pedía Marina. Virginia al vernos se subió al sofá, y abriéndose de piernas delante de Marina, le puso el coño delante de la cara, y dándole un consolador, se lo ofreció para que se lo metiese mientras le comía el coño.

-          AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH, eso fóllame, Marina, cómeme el coño también, que bueno, que cachonda estoy, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII – le decía Virginia a Marina.

-          Mira la guarra de tu hermana – le dijo mi mujer a Manolo, al ver a Virginia como disfrutaba - ¿Qué tal si me follas también?

-          Súbete al sofá a su lado – le pidió Manolo, mi mujer se puso a 20 uñas en el sofá, y Manolo llegando por detrás se la enchufó en le precioso culo de mi mujer – AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que culo tienes, me encanta encularte.

-          SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que polla, como me gusta, me encanta que me metáis vuestras duras pollas en el culo – le dijo mi mujer al recibir la polla de Manolo en el culo.

-          Lucía, tú no vas a ser menos – le advirtió Javier, la levantó, la puso a cuatro patas en el otro sofá, y se la empezó a meter otra vez en el culo, mientras Carmen, se venía hacía mí a morrearme, mientras me follaba a Marina – increíble, que este culito se trague de esta forma mi polla, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH.

-          SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, encúlame, que pollón como me partes en dos, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, reviéntame el culo – le contestaba Lucía, que estaba fuera de sí.

Estuvimos cambiando de posturas y de parejas, durante un buen rato, la cámara volaba de las manos de unos a las de otros, tomando distintas tomas. Yo me lo estaba pasando de fábula, y ya no iba a aguantar mucho más sin correrme, y todos estábamos igual. Les metimos nuestras pollas a todas por todos sus agujeritos, a mi me sorprendió lo estrechito que tenía el culo Carmen, me encantó encularla.

-          Mierda, me corro, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJ, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que corrida más buena – me decía Carmen, con mi polla en su culo, y mis pelotas revotando en su coñito.

-          Que culo más estrechito, que pasada, me estás volviendo loco, me voy a correr también – le dije a Carmen, sacándole mi polla del culo, ella se giró se arrodilló delante de mí, y se tragó mi polla, hasta los huevos, yo le agarré la cabeza, y le metí la polla en la boca todo lo que pude, con la clara intención de correrme en el interior de su garganta – toma leche, Carmen, toma toda mi leche, AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que corridón.

-          COUFFFF, COUFFFF – se atragantó ella, y no me extraña, porque la corrida que le eché fue tremenda.

-          SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro yo también hermanito, que cachonda me pone follar contigo, me corro – le decía Virginia a Manolo, que no paraba de envestirla con su polla en lo más profundo del coño de su hermana. Al final se la sacó del coño, y se fue a por el culo de mi mujer, que en ese momento estaba saltando sobre el pollón de Javier, mientras Lucía y Marina hacían un 69 espectacular – te vas a enterar Raquel, que culo tienes, como me pone.

-          Eso follarme los dos, que lo necesitaba – le pidió mi mujer, dejándose follar por los dos, pero estaba ya a punto de correrse, y aquello, la terminó por llegar a un clímax espectacular según me dijo – OOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, joder con la becaria, que bien come el coño, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro – decía Marina corriéndose con la comida de coño de Lucía.

-          Se va a enterar la becaria ahora – dijeron Javier y Manolo, le sacaron las pollas a mi mujer, que a duras penas se consiguió apartar, Manolo agarró a Lucía que seguía encima de Marina amorrada a su coño – ven aquí, que te vamos a follar hasta que nos corramos los tres.

-          Eso darme polla, que estoy desatada, jamás me había imaginado que lo disfrutaría tanto, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH – les dijo Lucía, mientras Manolo la sentaba sobre la polla de Javier, y ella misma se la metía en el coño. Manolo se puso detrás de ella, y se la clavó en el culo – OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, me encanta, me encanta, follarme chicos.

-          Que culo, por favor, que estrechito lo tienes, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro – empezó a decir Manolo, que ya no se pudo aguantar más, le sacó la polla del culo, cogió a Marina que la tenía al lado tratando de recuperarse, le metió la polla en la boca, y se empezó a correr allí dentro, la mitad de la corrida se la echó en las tetas – SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIII, que corridón.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que me ahogas capullo – le dijo Marina, que no se esperaba recibir la polla de Manolo en la boca y mucho menos su corrida.

-          Fóllame, Javier, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que salida estoy, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, córrete conmigo – le decía Lucía a Javier saltando sobre la polla de este.

-          SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, yo también me voy a correr – y sacándose de encima a Lucía, la tumbó boca arriba en el sofá y se empezó a correr sobre sus tetas y su cara, la puso perdida de leche, y es que los tres tíos íbamos cargaditos de leche.

Nos quedamos todos tirados, en los sofás y el suelo, mi mujer que en ese momento había cogido la cámara, iba pasando por delante de las caras de todos, y nos preguntaba que si nos lo habíamos pasado bien, a lo que todos más o menos le respondíamos que sí, que había sido una orgía espectacular, le quité la cámara y le pregunté yo a ella, a lo que me respondió que genial, que todavía estaba echando jugos por su coño, por lo que le hice un primer plano del mismo, y decía la verdad. Después de descansar, un poco Marina y Javier decidieron que era hora de volver a su casa, para que sus padres no sospecharan nada. Se ducharon y salieron de la casa, no sin antes quedar con nosotros para otro día, y Lucía le pegó un buen morreo a Javier tras intercambiarse teléfonos y demás, quedaron también para quedar ellos dos solos a lo largo de la semana y conocerse un poco mejor.

-          ¿El resto, queréis quedaros a dormir aquí? – nos ofreció Virginia, a mi mujer y a mí nos parecía un poco ridículo teniendo nuestra cama en el piso de abajo – venga así nos montamos una buena fiesta entre todos, esta noche.

-          Que mañana nosotros curramos – le dije yo.

-          Venga yo creo que nos deberíamos quedar, que tampoco es que nuestro trabajo sea tan duro – nos dijo la becaria, que se había soltado.

-          JAJAJAJAJAJAJAJA, menos mal que no sabías si te iba a gustar participar en orgias e intercambios de pareja – le dijo mi mujer – pues nada cariño tendremos que quedarnos.

-          Pues habrá que quedarse – cosa que me parecía genial, ya que tocábamos a dos tías por tío.

Tras decidir que nos quedábamos, conectamos la cámara a la TV, para ver lo que habíamos grabado, fueron 40 minutos de vernos follar unos a otros, unas tomas mejores que otras, pero en general muy morboso viéndonos follar todos con todos en la TV. Como os imaginaréis, el ver la grabación nos puso las pollas duras tanto a Manolo como a mí. Yo estaba sentado en uno de los sofás con mi mujer y Lucía, las cuales me habían agarrado la polla, y en el otro sofá Carmen y Virginia hacían lo propio con la polla de Manolo.

-          Vamos a cambiar, que tu ayer nos follaste bien folladas a las dos – me dijo mi mujer – deja a Manolo que nos vuelva a reventar a las dos que se le ve con ganas y mañana por la mañana se puede desquitar con su hermanita y su novia.

-          Yo encantado – contesté.

-          Y yo también – dijo Lucía.

-          Pues nada al final vamos a tener que confirmar que somos pareja tú y yo – dijo divertida Carmen – menos mal, que ya se que eres un cabronazo.

-          Claro que somos pareja, te voy a tratar como una reina, ya lo veras, para empezar, te puedes follar a quien quieras, siempre y cuando me lleves contigo a tus orgías – le dijo Manolo a Carmen, mientras esta se levantaba.

De hecho, todas las chicas se levantaron, Virginia y Carmen, se vinieron hacia el sofá en el que estaba yo sentado, y Raquel y Lucía, se fueron a por Manolo. Las recién estrenadas cuñaditas se me pusieron una a cada lado, y lo mismo hicieron mi mujer y Lucia con Manolo.

-          ¿Qué tal si ponemos lo que hemos gravado para ver como ha quedado? – sugirió Carmen a lo que todos estuvimos de acuerdo. Me levanté con Virginia para coger la cámara y enchufarla al televisor con su ayuda, y una vez lo hicimos nos volvimos a sentar, para ver lo que había salido. La primera imagen era de Marina comiéndome la polla con Virginia ayudándole cuando está le dejaba.

-          Joder con la vecinita como me come la polla – solté yo, la imagen desde arriba era espectacular sobre todo con la vista de las tetorras de Marina.

-          Mira que tiene buenas tetas la cabrona – comentó Marina, agarrándose las suyas para compararlas.

Seguimos viendo el resto de la grabación, Manolo y yo nos íbamos empalmando según iban pasando las imágenes, que a pesar de que la calidad de imagen se veía bien, el movimiento de la cámara era un poco incómodo, sobre todo cuando nos pasábamos la cámara de unos a otros, de todas formas, algunas de las imágenes eran espectaculares, como cuando Javier le empezó a petar el culo a Lucía. A esas alturas tanto Manolo como yo teníamos las pollas que nos iban a estallar, a eso contribuía que las chicas nos estaban acariciando las pollas y las pelotas, a mi Carmen, me estaba acariciando las pelotas con las uñas, muy sensualmente, cosa que me encanta, y me estaba poniendo cardiaco, yo les acariciaba el culo a las dos, y trataba de meterles algún que otro dedo por alguno de sus agujeros.

En el otro sofá, Manolo hacía lo mismo con las dos mujeres, salvo que Lucía en más de una ocasión se agachaba y se metía la polla en la boca, se le veía muy cachonda a la becaria, mi mujer por su parte le dejaba hacer, en parte, porque Manolo la estaba metiendo 3 dedos en su coñito. Al acabar la cinta con las corridas sobre las chicas, yo estaba loco por volver a follar, al igual que el resto.

-          No ha estado mal, se movía mucho la cámara, pero me ha puesto muy cachonda verme follada por todos vosotros en la televisión – comentó Carmen.

-          A mi también me ha puesto muy cachonda verme – dijo también Lucía – pero es verdad que la cámara se movía demasiado.

-          Tengo una idea – saltó Virginia levantándose, desenchufó la cámara de la televisión la puso en una estantería que había, inclinando un poco la cámara – yo creo que con ese ángulo nos debe pillar a todos.

-          Debería – afirmé yo levantándome también y conectando la cámara a la televisión, puse una de las funciones en la que se nos veía en directo a todos en la televisión.

-          Así se nos ve a todos, pero un poco lejos – comentó Manolo.

-          ¿Qué tal si nos grabamos así, y luego vemos como sale mejor? – nos preguntó Virginia.

-          Vamos a perder todos los primeros planos, que molan un montón – se lamentó Lucía.

-          Luego se podría editar con la grabación anterior, y lo mismo nos queda una escena muy buena – sugirió mi mujer.

-          Es una buena idea, yo me encargo de editarlo – dijo Manolo que sabía cómo hacerlo.

-          Genial, pues ya que estamos todos de acuerdo, solo nos queda ponernos a follar – saltó Carmen, que se había sentado, y según me acercaba al sofá tras dar al botón para empezar a grabar, me agarró la polla y se la metió en la boca, no es que se la metiera es que me devoró la polla.

La giré un poco para que se viera bien en la televisión la mamada que me estaba haciendo, mientras Virginia se arrodilló en el suelo, y metiéndose entre mis piernas, me empezó a chupar las pelotas. Me lo estaba pasando en grande. En el otro sofá, Lucía se había arrodillado mirando también a la cámara y se había empezado a comer la polla de Manolo, y mi mujer se había subido al sofá se sentó sobre la cara de Manolo mirando a la cámara, ofreciéndole su coñito y su culo al cabroncete de Manolo que se estaba poniendo las botas, les estaba haciendo una comida de culo y de coño espectacular. Estábamos todos muy cachondos otra vez, los gemidos se sucedían por toda la estancia.

-          Ven aquí Virginia, que necesito meter mi polla en un agujerito, que me tenéis a cien entre todas hoy – le dije a Virginia que se puso a cuatro patas, le abrió las piernas a Carmen, y le empezó a comer el coño, mientras yo me la empezaba a follar.

-          Deja que coma ese delicioso coñito, cuñadita – le comentó a Carmen, que se tumbó abriéndose de piernas y agarrándose las tetas, dándose ella misma unos buenos pellizcos en los pezones.

-          Mira que estáis buenas chicas – les decía yo, que tenía una vista espectacular, de la comida de coño que les estaba dando Virginia a Carmen, y de como mi polla entraba y salía del coño de Virginia, que a esas alturas solo gemía.

-          Deja que me meta esta dura polla, que necesito que me folle – le comentó Raquel a Lucía, empezándose a meter la polla de Manolo en el coño – y tú chúpame el clítoris, joder, que cachonda estoy hoy.

-          UUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, Raquel, que coñito tienes, me encanta follar contigo – empezó a decir Manolo, mientras mi mujer se lo empezaba a follar.

-          Y que bien le sabe el coño – soltó Lucía, que se estaba comiendo el coño de mi mujer mientras se metía un par de dedos en su propio coño – que suerte he tenido en empezar a trabajar en esa empresa, y haberos conocido a todos, me lo estoy pasando genial follando con todos vosotros.

-          Y nosotros, de que hayas hecho buenas migas con mi mujercita – le contesté yo, girándome un poco admirando su poderoso culo.

Estuvimos follando un buen rato, en esa postura, yo le iba metiendo un par de dedos en el culo a Virginia que lo tenía bien abierto, y al final, no me pude contener y se lo empecé a follar. Mi mujer por su parte, se sacó la polla de Manolo del coño, se levantó e intercambió lugar con Lucía, mientras la becaria se metía la polla de Manolo en el coño, mi mujer se arrodillaba delante de ellos, y empezaba a comerse el coño de Lucia y las pelotas de Manolo.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, reviéntame el culo Jorge, me encanta follar contigo, me encanta tu polla – me decía Virginia recibiendo mis duras envestidas.

-          Que culo, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, toma polla Virginia, toma mi dura polla – le decía yo, y es que me tenían entre las dos a punto de explotar.

-          UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMM, que polla Manolo, que bien me folláis entre los dos, que cachonda estoy – no paraba de gemir Lucía con la polla de Manolo ensartada hasta los huevos, y con mi mujer agarrándole los pezones y comiéndose su coño.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que coñito Lucía, que buena estás – le decía Manolo, agarrándose al culo de Lucía, y disfrutando de la follada que le estaba pegando la becaria, que estaba saltando sobre su polla.

La imagen que se veía en la televisión y que se estaba grabando era espectacular, a pesar de que se veía un poco lejos, yo acabé por sacarle la polla del culo a Virginia, y me fui a por Carmen, según estaba tumbada, le agarré las piernas y abriéndoselas, me metí entre ellas, y le empecé a ensartar mi polla en el coño.

-          SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII, que ganas de recibir polla tenía ya – me agradeció Carmen, viendo como su cuñadita Virginia se empezaba a sentar sobre su cara de frente a mí, y le plantaba el coño y el culo en la cara, el cual se empezó a comer, mientras yo me empezaba a comer las bonitas tetas de Virginia.

-          Eso, así cuñadita, así, cómeme el coño, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH – le incitaba Virginia a que su cuñadita le siguiese comiendo el coño y el culo, mientras me agarraba la cabeza, y me la apretaba contra sus tetas, las cuales me estaba comiendo.

-          OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, si rómpeme el culo, rómpeme el culo, que buena polla, me encanta – le decía que Lucía, que se había sacado la polla de este del coño, y con la ayuda de mi mujer, se la estaba metiendo en el culo.

-          Que bien te entra cabrona – le dijo mi mujer a Lucía, al ver lo bien que le entró la polla de Manolo en el culo – lo tienes tan abierto como el mío.

-          Que culazo, UUUUUUUUUUMMMMMMM, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, Lucía, que culo más estrechito – le decía Manolo disfrutando del culo de la becaria.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, no aguanto más me corro, que cachonda estoy hoy – empezó a medio gritar Lucía con el corridón que se estaba pegando, con la polla de Manolo en le culo, y con mi mujer comiéndole el coño.

-          Me toca cariño, déjame tu sitio – le pidió mi mujer a su compañera de trabajo. Lucía se levantó como buenamente pudo, y le dejó su sitio a mi mujer, que saltó sobre la polla de Manolo, metiéndosela ella misma en el culo, empezando a saltar sobre su polla, y plantándole las tetas en la cara, para que le chupara los pezones – AAAAAAAAAHHHHHHH, que ganas de recibir polla en el culo.

-          Pues yo no voy a ser menos – le advertí a Carmen, y levantándole un poco las piernas y sacando mi polla de su coño, me hice hueco, y empecé a metérsela en el culo con su ayuda, ya que me agarró la polla y ella misma se la fue metiendo – OOOOOOHHHHHHHH, pero que culito más estrechito que tienes, me está encantando abrírtelo.

-          SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que polla más dura, UUUUUUUUUUMMMMMMMMM – decía ella recibiendo mi polla hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas.

-          Me corro, no aguanto más, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro – empezó a decir Manolo, que a duras penas consiguió sacarle la polla del culo a mi mujer, y se corrió en su espalda y su culo. Virginia al verlo, se levantó, se puso detrás de mi hermana, y empezó limpiarle toda la leche que le había tirado su hermano en el culo y la espalda a mi mujer.

-          Que rica está la leche de mi hermanito – iba comentando, dejando a mi mujer como los chorros del oro – Ven aquí Raquel, vamos a hacer un 69 las dos hasta corrernos.

-          Eso, que ando como loca por correrme – le contestó mi mujer, que se tiró sobre Virginia que se había tumbado boca arriba en le suelo, y empezaron a hacer un 69 espectacular ante la atenta mirada de Manolo, y de Lucía.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, como me gusta tu polla Jorge, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII, me corro – me empezó a decir Carmen, que no paraba de retorcerse mientras se corría. Yo estaba a punto de correrme, miré para atrás y me encontré con el culazo de mi mujer a mi disposición.

-          Toma polla cariño – le avisé según me ponía detrás de ella, se la empecé a meter por el culo – OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, que culo tienes cariño, como se traga pollas.

-          SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me encanta que me enculéis todos, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, me voy a correr – empezó a decir de repente Raquel, corriéndose cuando apenas le había metido mi polla en el culo.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, me toca a mí Jorge – me pidió Virginia, por lo que le saqué la polla del culo a mi mujer, y me fui a por el culo de nuestra vecinita, ella se puso a cuatro patas tras quitarse a mi mujer de encima, y yo se la empecé a meter por el culo.

-          Toma polla por el culo, Virginia, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH – le decía yo.

-          SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, quiero polla, por donde sea, pero quiero polla – me contestaba ella, y tras un par de minutos empezó a correrse AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, me corro, me corro.

-          Y yo contigo, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, joder, que corrida – no lo pude contener más y cogiendo a mi mujer, que todavía estaba tirada al lado nuestro, se la metí en la boca y me corrí allí.

-          UUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMM, que polla y que leche más sabrosas tienes mi amor – me dijo ella aceptando toda mi corrida en su boca sin ningún problema, y se la tragó, sin dejar ni una sola gota al resto.

Nos quedamos todos tirados, mirando el espectáculo que se veía en la televisión, todos derrotados del esfuerzo, y de la tarde de follar que llevábamos todos. Al final mi mujer se levantó para desconectar la cámara y apagar la televisión. Decidimos que iba siendo hora de cenar algo, que si no íbamos a acabar deshidratados. Poco a poco nos levantamos pasamos por los baños para darnos una buena ducha, limpiarnos y refrescarnos. La cena fue muy agradable, y decidimos pasar la noche allí con ellos, repartidos en las dos habitaciones, nos estuvimos picando unos a otros, para ver quien había la mayor locura en cuanto a sexo, la verdad es que yo pensaba que nos íbamos a llevar la palma, ya que tanto mi mujer como yo, nos hemos montado unas buenas fiestas en lugares diversos, pero la palma se la llevó Carmen, que nos contó que una noche loca, se folló a todo un equipo de fútbol. Por lo visto, habían ido de cena, y ella estaba con otra amiga, y se liaron con dos de los chicos que las empezaron a provocar, y al final acabaron ensartadas por más de 10 tíos entre las dos, recibiendo dobles penetraciones, tanto anales como vaginales, toda una locura por lo que nos contó, que duró toda la noche y la mañana del siguiente día. Nos dejó a todos alucinados, con la historia. Al final nos fuimos todos a dormir, yo me fui con Virginia y Carmen, tal y como habíamos dicho, y mi mujer y Lucía se fueron con Manolo.

Creo que nos quedamos todos dormidos enseguida, por la paliza de haber estado follando toda la tarde, a eso de las 5 de la mañana, una sensación extraña me despertó, y no era otra que Carmen comiéndome la polla, por lo visto se había despertado para ir al servicio, y al volver vio que yo andaba empalmado, y decidió hacerme un favor. El caso es que acabamos despertando a Virginia, y nos montamos un buen trio entre los tres, las volví a follar por todos sus agujeros, o mejor de dicho se me follaron ellas a mí, que es en realidad lo que vino a suceder. En la otra habitación, al oírnos se despertaron y se montaron su fiestecita particular. Al día siguiente, tras desayunar nos bajamos a nuestro piso para cambiarnos y asearnos, y salir corriendo al trabajo. Tanto en mi oficina como en la de mi mujer, nos dedicamos simplemente a trabajar y sacar todo el trabajo lo mejor posible. A nosotros nos surgió un viaje de negocios al que querían que yo asistiera, junto con Ramón, Teresa y Marta, sería a la semana siguiente, y teníamos que ir al sur de España, para revisar un proyecto que teníamos por allí.

CONTINUARA…………