De fiesta en fiesta

Las aventuras de nuestra pareja Raquel y Jorge siguen con sus compañeros de trabajo y vecinos. Contiene sexo entre hermanos.

A petición de unos lectores, voy a tratar de continuar y terminar la saga de relatos que empezó con EL CRUCERO, lo tenía aparcado desde hace varios años, sin muy bien por donde seguir, y sin mucho tiempo para hacerlo, gracias a la cuarentena y a la petición de algún lector voy a intentar terminarlo, después de este relato, intentaré escribir otro más y darle un final a la saga. Espero no demorarme mucho. Para aquellos, que no habéis seguido la historia, la cronología de los relatos es la siguiente. Seguir la historia puede ser un lío, por la cantidad de personajes, pero quizá el leer todos os resulte más fácil el seguir la historia.

  1. EL CRUCERO
  2. EL REGRESO A CASA
  3. LA BARBACOA
  4. LOS VECINOS
  5. FIN DE SEMANA EN LA FINCA I
  6. FIN DE SEMANA EN LA FINCA II
  7. LOS VECINOS II
  8. PRIMEROS DIAS DE TRABAJO
  9. EJERCIENDO DE CUPIDOS

De Fiesta en fiesta.

Patricia y Héctor, cuando dejaron nuestra casa se fueron a la suya tras recoger el coche que lo habían dejado aparcado en la calle. En su casa empezaron a arreglar todo un poco, ordenaron la compra que habían hecho en el supermercado, y llamaron a sus respectivos familiares para darles el parte correspondiente, y saber que tal estaban todos.

Héctor, cuando habló con sus padres, le dijeron que su hermano quería hablar con él, por lo que se puso al teléfono.

-          ¿Qué pasa tío, que quieres? – le preguntó Héctor.

-          ¿Sabes que juega nuestro equipo del alma esta noche a eso de las 9:30? Lo echan por las de pago, y como tú tienes, ¿me puedo acercar a verlo con vosotros?, ya sabes que es el primer partido de la pretemporada y me apetece verlo – le preguntó su Hermano.

-          Claro, deja que se lo comenté a Patricia – Héctor puso la mano sobre el auricular y le preguntó a su mujer, la cual le dijo que sin problema alguno.

-          Que no hay problema, que te pases por aquí, eso sí, cuando vengas trae unas colas, que, si no te bebes todas las que tenemos, que nos conocemos – le pidió Héctor a su hermano.

-          Joder, mira que os tenga que llevar la bebida el invitado – le dijo Rafael, que así se llama el hermano de Héctor, burlándose de él.

-          Pero si has sido tú, el que se ha autoinvitado – le contestó Héctor – tendrás morro.

-          Venga, luego nos vemos capullo – le dijo Rafael.

-          Hasta luego, cabroncete – le contestó Héctor, colgando el teléfono.

-          ¿Entonces tenemos invitado esta noche? – le dijo Patricia a Héctor.

-          Eso parece, ya sabes lo loco que le vuelve el fútbol – contestó Héctor.

-          Pues ya veremos, que le vuelve más loco, un partido de fútbol de mierda, o mis tetas – le dijo a Héctor guiñándole un ojo.

-          Serás cabrona, ¿vas a intentar tirártelo hoy? – le preguntó a su mujer.

-          Claro, y tú me vas a ayudar a hacerlo, ¿verdad cariño? – le contestó Patricia a su marido – joder, estoy cachonda pérdida, me apetece follar sin parar, después de estos dos días que llevamos.

-          No te creas, que a mí me pasa lo mismo, por lo que podrías invitar también a tu primita – le pidió Héctor a su mujer.

-          A esa no le gusta nada el fútbol, tendremos que organizar alguna otra cosilla, para ver cómo se nos une a las fiestas – dijo Patricia.

-          Mierda, con las ganas que tengo de tirármela – comentó Héctor, siguiendo un poco con la coña de su mujer.

-          Si quieres, le digo a Carmen que se pase por aquí también – dijo Patricia a modo de sugerencia, además Patricia sabía que Carmen también tenía ganas de tirarse al hermanito del marido de su amiga.

-          Genial, con las tetazas que tiene, y lo bien que la chupa, por mi encantado, y mi hermano seguro que también estará encantado de tirársela – le dijo Héctor a su mujer.

-          Y ella a él, ¿o que te has creído? Que ella cada dos por tres, me está diciendo que cuando vamos a traer a tu hermanito a las fiestas que nos montamos – contestó Patricia a su marido.

-          Que zorra que está hecha – comentó Héctor.

Pasaron la siguiente hora, dejando todo ordenado, y pensando la manera en la que podrían provocar a Rafa. Decidieron que lo mejor, sería actuar de lo más normal posible, que se pusieran como ropa de estar por casa. Héctor se puso unos pantalones cortos y Patricia una camiseta de tirantes muy holgada, que en cuanto se agachaba o levantaba los brazos dejaba prácticamente a la vista sus tetas. Luego se puso un pantaloncito muy corto y ajustado. Héctor en cuanto la vio vestida de esa manera le dijo:

-          Joder, me están dando ganas de follarte ahora mismo, que morbo con ese conjuntito.

-          Gracias, cariño, pero trata de contenerte, que así tenemos más reservas para esta noche, y no te creas que yo también llevo un calentón impresionante – le contestó Patricia - bueno, voy a llamar a Carmen, para ver si se puede pasar.

Marcó el número de teléfono de su amiga, y a los tres o cuatro tonos está le cogió el teléfono:

-          ¿Qué pasa guarri? – le dijo Carmen, en tono cariñoso a Patricia.

-          Nada aquí andamos. Mira te llamo, porque juega el equipo del alma de mis hombres esta noche y lo dan por la tele, por lo que va a venir el hermano de Héctor, y veremos si nos montamos una buena fiesta con él. Tenemos que provocarles, y te llamaba por si te querías pasar – le explicó Patricia.

-          Joder, claro que me apunto, con las ganas que le tengo al hermanito. ¿Héctor está de acuerdo? – le preguntó Carmen a Patricia.

-          Si, este está loco por tirarse a mi prima Lucía, y cede ante cualquier cosa, con tal de que le ayude a tirársela – le contó Patricia a Carmen, que al otro lado del teléfono empezó a reírse.

-          Como son los tíos, solo piensan con la polla. ¿Todavía no sabe lo zorra que es tu prima no?,¿Y las ganas que le tiene? – le preguntó Carmen a Patricia.

-          No tiene ni idea. Que sufra un poquito” – contestó Patricia. Carmen se empezó a descojonar al otro lado del teléfono.

-          ¿Entonces a qué hora me paso por allí? – le preguntó Carmen.

-          El partido empieza a las 9:30 por lo que, si te quieres pasar antes, puedes hacerlo” – la contestó Patricia.

-          ¡UY! No creo que me dé tiempo a llegar antes de las 9:30, es más, lo más probable es que llegue con el partido empezado – le advirtió a su amiga.

-          OK, lo mismo hasta ya habremos empezado la fiesta sin ti – le contestó Patricia – porque, no creo que hoy me pueda contener mucho.

-          Zorra – dijo Carmen.

-          Guarra – la contestó Patricia, mientras se empezaban a reír las dos.

-          Venga, luego nos vemos, un besito – se empezó a despedir Carmen.

-          Un besito – se despidió Patricia, y ambas colgaron el teléfono.

Patricia le contó lo que habían estado hablando a Héctor, al cual le encantó saber que Carmen se podría unir a ellos esa noche. Ya que le encanta follar con la amiga de su mujer.

Siguieron esperando el resto de la tarde, hasta que dieron las nueve de la noche, cuando sonó el telefonillo de la casa. Héctor se levantó a abrir, cuando volvió al salón le dijo a su mujer:

-          Es el cabroncete de mi hermano, que llega pronto, y eso que no sabe lo que le espera – le dijo a Patricia empezándose a reír.

-          Eso – se rio Patricia también. Llamaron a la puerta, y esta vez fueron a abrir los dos. Cuando Rafa vio a su cuñada, casi se le salen los ojos de las órbitas con el conjuntito que llevaba. Le estrecho la mano a su hermano, y le dio dos besos a su cuñada.

-          Hola pareja. ¿Qué tal preciosa? – les saludo.

-          Muy bien, ¿y tú? – le contestó Patricia.

-          Genial, dispuesto a ver al mejor equipo de la historia – dijo Rafa. Se empezaron a reír todos por su respuesta. Patricia según dejaban pasar a Rafa, y le cogían las bebidas para llevarlas a la cocina, cambió unas miradas con su marido, en la que se venían a decir, ‘parece ser que le gusta lo que ve’.

-          Bueno, vosotros dos iros al salón a prepararos, que yo os llevo la bebida – les dijo Patricia. Los dos hermanos se fueron para el salón sentándose cada uno en un sofá.

Al rato, apareció Patricia con las bebidas bien cargaditas de alcohol, y poniéndose de frente a su cuñado, se empezó a agachar para dejar las bebidas en la mesa. En el momento que lo hizo, se la formó un enorme escote con la camiseta, que le dejó ver todas sus tetas a su cuñado, el cual, no perdió detalle.

-          Bueno voy a la cocina a preparar algo de picoteo, y me uno a vosotros – les dijo Patricia levantándose, y mirando a su marido, que le devolvió una mirada cómplice. En cuanto se quedaron solos en el salón, Héctor le preguntó a su hermano:

-          ¿Qué, te han gustado las vistas?

-          ¿Perdona? – le respondió este todo cortado.

-          ¿Qué si te han gustado las tetas de mi mujer? – le volvió a preguntar.

-          ¡Eh! Lo siento tío, ha sido sin querer te juro que no iba buscando el vérselas, pero con el escotazo que lleva, es que prácticamente me las ha enseñado – le contestó Rafa, que estaba realmente preocupado por si había cabreado a su hermano.

-          Si la verdad, que con eso deja poco a la imaginación, de todas formas, en la playa como hacemos nudismo, todo el que quiera puede verla en pelotas. Por lo que, si le ves las tetas tú, por mí no hay problema, para eso somos familia – le contó Héctor.

-          ¿Cómo?,¿Que vais a playas nudistas? – le preguntó Rafa todo alucinado.

-          Sí, creía que ya te lo había contado, y la verdad es que es una pasada, tienes que ir alguna vez. La próxima vez que vayamos te apuntas si quieres – le dijo Héctor a su hermano invitándole.

-          No sé, me daría corte que me viera la polla Patricia – contestó este.

-          Que va hombre, eso es solo al principio. Luego enseguida te acostumbras, y ni te das cuenta de que todo el mundo va desnudo – le dijo Héctor.

-          Ya veremos – terminó de decir Rafa, en el momento que volvía a aparecer Patricia por el salón con la comida que había preparado, y que había estado escuchando la conversación de los hermanos.

-          ¿ya veremos, el que? – preguntó esta.

-          Aquí a mi hermanito, que le han encantado tus tetas – le dijo Héctor a su mujer.

-          Pero tío, que dices – salto Rafa, todo escandalizado y preocupado por si Patricia se mosqueaba.

-          Pero si me lo acabas de decir – contestó Héctor riéndose, al comprobar lo cortado que estaba su hermano.

-          ¿Y cuándo me has visto tú las tetas? Si se puede saber – le preguntó Patricia, haciéndose la inocente.

-          Hace un minuto cuando te has agachado a dejar las bebidas, que con la camiseta que llevas cariño – le dijo Héctor guiñándola un ojo.

-          Es verdad, no me había dado cuenta. Pero mírale, ¿anda que me has avisado cuñadito? –  bromeo Patricia.

-          Lo siento, ha sido totalmente sin querer – dijo Rafa todo cortado por la situación.

-          No te preocupes, en la playa normalmente las voy enseñando, por lo que si las ves tú, tampoco hay ningún problema. Aunque a mí también me gustaría ver algo – le contesto esta, tratando de provocarle.

-          Pero que dices tía – le dijo Rafa, un poco alucinado.

-          Hombre, sería incluso lo más justo. Tú me has visto las tetas, pues me deberías enseñar ahora la polla – le medio exigió Patricia a su cuñado, poniéndose delante de la TV con los brazos en jarra

-          Eso ni hablar. Yo te he visto las tetas sin querer – contestó Rafa, que hasta se estaba poniendo más rojo todavía, y no sabía dónde meterse.

-          Mírale, cariño, que vergonzoso. ¿Así como quieres venirte a una playa nudista con nosotros? En algún momento nos tendremos que ver en pelotas – le dijo Héctor.

-          Oye, que yo no he dicho que quiera ir a una playa nudista. Has sido tú, el que me ha dicho que estáis yendo a playas nudistas – le contestó Rafa, un poco ofuscado con la situación en la que estaba.

-          ¿Qué pasa?, ¿Qué no te gustaría venir? Si seguro que te lo pasas genial – le animó Patricia.

-          Hombre gustarme, sí que me gustaría, pero me da un poco corte que me veas en pelotas Patricia, que al fin y al cabo eres la mujer de mi hermano – respondió Rafa.

-          ¿Y qué más da? Mira, si quieres nos despelotamos todos ahora, para que vayas practicando – le sugirió su cuñada a Rafa.

-          Por mí encantado – dijo Héctor.

-          Me estáis liando – empezó a sudar Rafa, todo preocupado, al ver que su hermano secundaba a Patricia.

-          Que lío y que narices, si es lo más natural del mundo – le seguía animando Patricia.

-          Bueno nosotros nos vamos a desnudar, que para eso es nuestra casa, tú ves haciendo lo que quieras – le dijo Héctor, y se levantó quitándose el pantalón corto que llevaba, dejando su polla en semi-erección a la vista de su hermano y de su mujer.

-          Venga – continuó Patricia, y se llevó las manos a la camiseta y se la sacó por la cabeza, dejando libres sus tetas a la vista de su cuñado, que no se perdió detalle de como la botaban las tetas a su cuñada. Que después de liberarlas, se llevó las manos a los pantaloncitos, y se los empezó a quitar delante de su cuñado también.

-          Joder, que cabrones sois – dijo Rafa, que ya no sabía dónde meterse.

-          ¿Por qué? Si estamos en nuestra casa. Pues iremos como queramos – le contestó su hermano – es más, deberías seguir las reglas de la casa. Y las reglas son, ir en pelotas JAJAJAJAJAJAJAA.

-          Venga anímate, que se está muy bien así. Además, si te soy sincera, me apetece verte la polla a mí también. No voy a ser la única que te vaya dando el espectáculo – le pidió Patricia.

-          Bueno, qué más da – dijo Rafa, tratando de perder un poco la vergüenza, y dejándose llevar por la situación, además le daba bastante morbo despelotarse delante de su cuñada, que en realidad le ponía muchísimo. Se levantó se quitó la camiseta, y después se quitó los pantalones de deporte que llevaba junto con los calzoncillos, dejando una polla más o menos del mismo tamaño que su hermano, pero este tenía la polla en reposo, cortado un poco por la situación.

-          Joder que buena polla tienes cuñadito. Las debes tener contentitas – le dijo Patricia a su cuñado, sin dejar de mirarle la polla.

-          Gracias – dijo entre cortado y muy orgulloso Rafa.

-          Se ve, que te ha encantado mi mujercita por lo dura que se te está poniendo la polla hermanito. Seguro que si tuvieses oportunidad te la follabas – le insinuó Héctor a Rafa, que con el morbo de la situación se estaba empezando a empalmar.

-          Pero que dices, jamás me la follaría – le contestó este.

-          Entonces, ¿porqué te estas empalmando? – le preguntó Héctor.

-          Y yo que sé, no lo puedo controlar – se justificó como podía Rafa.

-          ¡Uy! ¿Qué pasa que no soy lo suficientemente guapa para ti? – le preguntó Patricia, poniendo cara de ofendida.

-          Si buena estas muy buena, pero jamás traicionaría a mi hermano de esa forma – contestó Rafa, orgulloso de la lealtad que sentía por su hermano.

-          Mírale que honrado él, pero seguro que llegas a casa esta noche y te pajeas pensando en cómo te la follarías – le dijo Héctor.

-          Que no tío, que no soy tan cabrón – le contestó Rafa.

-          No se trata de ser cabrón o no. Esta situación te ha puesto cachondo, y cuando lo recuerdes esta noche en casa, seguro que te pajeas – le dijo Héctor, dando a entender que era de lo más normal del mundo.

-          Para que pajearse, si me puede follar – dijo Patricia, que no se perdía detalle de la polla de su cuñado. Y terminando de escandalizar a su cuñado, que no daba crédito a lo que acababa de oír.

-          Pero ¿Qué coño estás diciendo Patricia? – le preguntó extrañado Rafa.

-          Pues eso Rafa, que tienes una muy buena polla, estas buenorro, y me estoy poniendo muy cachonda, por lo que, si tú quieres, te puedo chupar la polla – le dijo Patricia, mirando a su cuñado y a su marido.

-          Si yo fuera tú, aceptaría, que la chupa de puta madre – le dijo Héctor a su hermano.

-          ¿A ti no te importa tío? – le preguntó Rafa, todo alucinado por la pasividad de su hermano ante esa situación.

-          No, además ahora llegará Carmen, y a esa, me la voy a follar yo seguro – le contestó Héctor, mirándole y haciéndole un gesto, de que se aprovechara de la situación.

-          ¡Joder!, ¿Qué tú amiga Carmen también va a venir y se va a poner en pelotas? – les preguntó Rafa, que cada vez parecía alucinar más.

-          Claro, con ella hemos ido a muchas playas nudistas. Y aquí el cabrón de tu hermano, se nos ha follado bien a las dos. Por lo que, no estaría de más que yo me diera un buen homenaje con esa polla que te marcas – le explicó Patricia, dejando con la boca abierta a su cuñado, por la revelación, de que su hermano y su cuñada eran una pareja liberal que les encanta follar con cualquiera.

-          ¡UF!, como me estoy poniendo. Que morbo – acabó diciendo Rafa.

-          Pues anda siéntate otra vez, y deja que me coma esa polla tan apetitosa que tienes – le dijo Patricia. Rafa se sentó donde le había dicho su cuñada y sin dar crédito todavía, su cuñada se acercó a él, se arrodilló delante de él, y agarrándole la polla mientras le miraba a los ojos, se la empezó a chupar.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, joder que bien, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, que bien lo haces Patricia, que cachondo me has puesto – le decía Rafa, alucinando con la mamada, y mirando a su hermano todo escéptico por lo que estaba ocurriendo.

-          Y tú que polla más dura, y rica – le contestó sacándose la polla de este de la boca por un instante.

-          ¿A qué la come bien? – le preguntó Héctor, sonriendo ante el buen trabajo que le estaba haciendo su mujer a su hermano.

-          De maravilla, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII – le contestó su hermano, que seguía flipando por la situación. A todo esto, Héctor se había empalmado del todo, y se estaba masturbando, viendo como su mujer se comía la polla de su hermano.

-          Pues, a mí, también me apetece pasármelo bien. Venga Patricia, ponte a cuatro patas, que te la voy a meter por el coño – le dijo Héctor a su mujer, que no tardó nada en reaccionar y se puso a cuatro patas, para que su marido se la follase bien follada. Este acercándose a ella, por detrás, apuntó con su polla al coño de su mujer, y se la empezó a meter.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, pero que mojadito tienes el coño cariño, ¿Qué pasa, que te ha puesto muy cachonda el comerle la polla a mi hermanito? – le preguntó Héctor a su mujer, guiñando un ojo a su hermano, que le devolvió una sonrisa.

-          Me ha puesto a mil, menudas ganas tenía, de tragarme su polla, la de tiempo que llevo esperando este momento – le contestó – pero más ganas tengo todavía de follármelo.

-          Pues estamos tardando cuñadita – dijo Rafa, que viendo la situación se dejó llevar del todo.

-          Mírale, ya ha perdido todos los prejuicios aquí el enano. Anda, venga toda tuya – le animó Héctor, sacándola su polla del coño, y levantándose. Rafa tumbó en el suelo boca arriba a su cuñada, le abrió de piernas, y agarrándose la polla, se la fue metiendo poco a poco en el coño.

-          AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que polla más dura que tienes Rafa, que ganas tenía de que me metieras la polla. OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH – le iba diciendo Patricia a Rafa, mientras este se la empezaba a follar.

Cuando Héctor se iba a agachar, para ponerle a su mujer la polla en la boca. Sonó el telefonillo de la casa, por lo que se levantó y fue a abrir. Era Carmen, que había llegado. Se quedó esperando en el Hall de entrada de la casa, hasta que subió. Cuando llamó a la puerta, abrió completamente en pelotas, y se encontró a Carmen con un vestido de verano ajustado de color azul marino, y que la quedaba de lujo, marcando las tetas tan bonitas que tiene, y haciéndola un buen culo.

Carmen, es una mujer de 28 años, que es morena con media melena, unas tetas muy bien puestas, con esa forma de pera que las hace deliciosas, y un buen culo, que, al no ser muy delgada, la hacía unas curvas impresionantes.

Carmen al ver a Héctor todo desnudo y empalmado, se empezó a reír, se acercó a él, y tras cerrar la puerta, le agarró la polla, le empezó a morrear, y se lo llevó para el salón sin decir ni media palabra. Al llegar al salón se encontró a Patricia, tumbada y abierta de piernas, recibiendo la polla de Rafa.

-          Pero mira que eres guarra. ¿No me podías esperar? – le dijo Carmen.

-          Lo siento cariño, pero es que estaba muy cachonda – le contestó Patricia.

-          Bueno, Hola, ¿Qué tal estas Carmen? – le preguntó Rafa, que le había sacado la polla a Patricia y se había levantado para saludar a Carmen.

-          Muy bien. Esperando a que me folléis igual que te estabas follando tú a Patricia ahora mismo – dijo Carmen, mientras le daba dos besos y le agarraba la polla también. Rafa se quedó un poco alucinado, con lo lanzada que venía Carmen, pero reaccionó rápido, agarrándola bien del culo.

-          Venga pues empieza a quitarte la ropa – le apresuró Héctor, que estaba ansioso de seguir con la fiesta.

-          Hay poco que quitarse – contestó Carmen, que agarrando el vestido por la falda se lo sacó de golpe por la cabeza, y como no llevaba nada debajo se quedó totalmente en pelotas delante de todos.

-          Joder, que buena estas tú también – se le escapó a Rafa, que ya poco se cortaba, y no se podía creer la suerte que estaba teniendo.

-          Pues nada, cuando termines de follarte a tu cuñadita, empiezas conmigo, que a mí también me apetece que me folles. Menudas ganas te tenemos las dos – le dijo ella.

-          Eso cuñadito, sigue follándome que me tienes a mil – le dijo Patricia, que se llevó a su cuñado al sofá lo sentó allí, y ella se subió encima suyo, metiéndose la polla de Rafa, por el coño – Pues menos mal, que nos has dicho que no traicionarías a tu hermano follándote a su mujer, pero vamos con lo dura que se te ha puesto la polla parece todo lo contrario, OOOOOOOHHHHHHHHHHHH.

-          Ha sido culpa tuya cuñadita, que yo venía a ver el fútbol, pero vamos que a nadie le amarga un dulce – le contestó Rafa a su cuñada, que seguía saltando sobre su polla.

-          Pues a mí se me está poniendo igual de dura, que al golfo de mi hermano – dijo Héctor, que seguía de pie, pero Carmen se había agachado delante suya y se estaba comiendo su polla, la cual estaba empezando a estar increíblemente dura también. Héctor la agarraba la cabeza a Carmen, y le metía la polla lo más profundo que podía dentro de la garganta de esta.

-          Pero que polla más rica tienes, como me gusta chupártela – le dijo Carmen, una de las veces que se pudo sacar la polla de Héctor de la boca.

-          Y a mí que me la chupes – le contestó Héctor.

-          AAAAAAAAAAHHHHH, pero que bien follas cuñadita, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, pero que cachondo me has puesto, y que mojadito tienes el coño – le decía Rafa a su cuñada.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, pero que bien me lo estoy pasando, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que polla más buena tienes cuñadito, si lo llego a saber, te hubiese provocado antes – le contestó Patricia a su cuñado, mientras se seguía sacando y metiendo la polla de este del coño.

-          Te tengo que follar ya, que mira que dura me has puesto la polla – le dijo Héctor a Carmen, y levantándola se la llevo a uno de los sofás la puso a cuatro patas, y apuntando su polla a su coño, por allí que se la empezó a meter.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, pero que ganas de recibir tu polla tenía yo también, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, venga Héctor fóllame fuerte y prepárame el culito que sé que te encanta metérmela por el culo – le dijo Carmen agarrándose una de sus nalgas. Héctor no se hizo de rogar mucho y empezó a meterla un par de dedos en su culo. En el preciso instante que estaba haciendo eso, sonó el telefonillo de su casa. Se miraron extrañados todos, ya que no esperaban a nadie más.

-          Joder, ¿quién será ahora? – dijo Héctor, que tras sacar su polla del coño de Carmen se fue a ver quién había llamado.

-          ¿Quién es? – contestó al telefonillo.

-          Hola soy Manolo, ¿me abres? – contestó Manolo el hermano de Virginia al telefonillo.

-          Claro hombre sube – le abrió la puerta Héctor a su amigo. Se fue para el salón para decírselo al resto.

-          Es mi amigo Manolo, no os preocupéis – les informó, aunque no se les veía muy preocupados, ya que, el resto seguían follando, Carmen se había acercado a la parejita de cuñados, y le estaba acariciando los huevos a Rafa, mientras que Patricia seguía saltando sobre su polla.

-          No jodas, que es un chulo – dijo Carmen, la cual no tenía una muy buena relación con Manolo – siempre va presumiendo de polla.

-          Chica, la verdad, es que puede hacerlo – le contestó Patricia, sin sacarse la polla de su cuñado del coño.

-          Si no lo discuto, pero es que siempre va de machito – insistió Carmen – ya verás, que según nos vea, se despelota y viene directo a que se la chupe.

-          ¿Y qué esperas cariño? Si mira cómo nos va a encontrar. Además, lo que pasa es que le pones mucho, siempre me lo anda diciendo, pero tú te haces la dura, y él también se revela. Que sois los dos iguales. Es más, me parece que, a ti, también te pone mucho él, por mucho que te cueste reconocerlo – le comentó Héctor, en el preciso instante que sonaba el timbre de la puerta. Se fue a abrir a su colega. Dejando pensativa a Carmen.

-          ¿Qué pasa tío? – le dijo Héctor nada más abrir la puerta.

-          ¡Uy! Veo que llego justo a tiempo – dijo Manolo, al ver que su amigo estaba completamente desnudo y empalmado.

-          Claro, pasa para el salón – le indico Héctor. Fueron los dos para el salón, Manolo abriendo camino, y nada más entrar se encontró con la escena.

-          Joder, que recibimiento más bueno – dijo Manolo, nada más ver al resto.

Patricia se levantó sacándose la polla de su cuñado del coño, y se fue a saludar al amigo de su marido. Carmen se levantó también, al igual que Rafa, y fueron a saludar todos a Manolo.

-          Hola guapo – le dijo Patricia, acercándose a él y dándole un buen morreo, mientras Manolo no perdía la oportunidad de meter mano a la mujer de su amigo.

-          Hola ¿Qué tal estás Rafa? ¿Te lo estás pasando bien follándote a tu cuñadita?,¿A que es una putita, que folla de puta madre?” – le preguntó Manolo tras soltar a Patricia, y estrechándole la mano a Rafa.

-          Pues la verdad es que sí – le contestó este – quien me lo iba a decir a mí, esta tarde cuando quede con ellos solo para ver el fútbol.

-          ¿Es la primera vez que te invitan a una de sus fiestas? – le preguntó Manolo sorprendido, pues pensaba que esto ya lo habían hecho alguna vez.

-          Si, es la primera vez. – contestó este.

-          Pues estarás alucinando, además con lo bien que follan aquí las niñas – le dijo Manolo, señalando a los dos bombones que tenía enfrente – que pasa Carmen, ¿no me saludas? Si ya sé que tú y yo, no somos los mejores amigos, pero al final, siempre acabamos follando como salvajes.

-          Es por ese tipo de comentarios, por lo que me sacas de quicio tío, siempre vas de chulito – le contestó Carmen un poco ofuscada con él, y es que Manolo, tenía facilidad para ponerla en ese estado.

-          Si te digo la verdad, lo único que necesito que te tragues de mí, es a esta – le contestó Manolo a Carmen, quitándose el pantalón que llevaba y enseñándole una polla en proceso de crecimiento. Según hacía eso se estaba partiendo el culo, al igual que el resto de los que allí estaban, consiguiendo sacar una sonrisa a Carmen también.

-          Eres un chulito de mucho cuidado, a ver si luego secundas tus palabras y me duras un poquito más – se burló de él Carmen terminando de acercarse a él, para darle dos besos, y saludarle. En el momento, en el que, está terminaba de acercarse a él, Manolo la cogió y la pego un buen morreo, agarrándose al culo de Carmen. Está no reusó el morreo que la pegaba en ningún momento, y llevó una de sus manos a su dura polla.

-          Al menos tienes una buena polla – le alabo la herramienta Carmen cuando terminaron de morrearse.

-          Y tú tienes unas tetazas impresionantes – le contestó Manolo, agarrándola de las tetas y agachándose un poco le empezó a chupar los pezones – ni te imaginas, lo mucho que pones.

-          Bueno cuñadita, ¿qué tal si seguimos, que estoy a mil? – le dijo Rafael a su cuñada. Y agarrándola del culo, se la volvió a llevar al sofá. La puso a cuatro patas encima del sofá, y acercándose por detrás se la volvió a meter por el coño.

-          ¿Me dejáis unirme a vosotros? Que encima que te acoplas Manolo, vas y me quitas a la parejita – le dijo Héctor a Manolo, acercándose por detrás a Carmen y agarrándola del culo.

-          Por mi encantada, dos pollas para mí – dijo Carmen, agarrándoles de las pollas, y agachándose en medio de ellos, se metió la polla de Héctor en la boca – joder, Héctor, pero que dura tienes hoy la polla, ¿Qué pasa, que te pone ver como tu hermano se está follando a tu mujercita?

-          Pues debe ser, porque estoy a mil, y encima el fin de semana que llevamos sin parar de follar, tampoco me ha relajado – le contestó Héctor.

-          ¿Qué pasa, que habéis estado por ahí de fiesta y no me habéis avisado? Sois unos cabroncetes parejita – les dijo Manolo.

-          Pues la verdad, es que tú tranquilo, que para eso te llamamos antes, para que mañana te unieses a la fiesta, además te tenemos una sorpresita preparada para mañana – le contestó, Patricia. Dejándole con la incertidumbre.

-          A saber, que guarrada se te habrá ocurrido ahora – le dijo Manolo a Patricia.

-          Si tú supieras – le advirtió Héctor a su amigo.

-          Mira, le debe estar dando morbo, porque cada vez se le pone más dura la polla – les dijo a todos Carmen, que, tras sacarse la polla de Héctor de la boca, giró la cabeza y empezó a meterse la polla de Manolo en la boca – joder, serás un chulo capullo Manolo, pero la verdad es que tienes un pollón – acabó diciendo Carmen tras sacarse por un segundo la polla de Manolo de la boca.

-          Es que tú la chupas muy bien, por eso está así de grande tía buena – le contestó Manolo a Carmen, alabando la forma de chupar pollas de Carmen.

-          AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, pero que buena polla tienes cuñadito, OOOOOOOHHHHHHHHHHH, que bien me estas follando, si sigues así te dejaré que la metas por el culo también – le dijo Patricia, a Rafael, que no hacía más que suspirar.

-          SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, joder que coñito más rico tienes cuñadita – le dijo Rafael, agachándose un poco y agarrándose a las tetas de su cuñada mientras se la seguía follando.

-          Venga Carmen, levanta que te vamos a follar como te mereces – le dijo Héctor, levantando a Carmen. Héctor se tumbó en el centro del salón y dejó que la amiga de su mujer se sentase sobre su polla, mientras Manolo se ponía de pie y le volvía a meter la polla en la boca a Carmen.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que ganas tenía de que me metieras la polla Héctor – le dijo Carmen, cuando se pudo sacar la polla de Manolo de la boca, el cual la tenía agarrada de la cabeza y la estaba follando la boca.

-          Y tú que coñito más mojadito que tienes, como me gusta follar contigo Carmen – le contestó Héctor a la amiga de su mujer.

-          Venga cuñadito, prepárame el culito que me lo vas a follar, con lo bien que te estas portando, sería una pena que no me la metieras por el culo – le dijo Patricia, a su cuñado, girándose un poco y riéndose, sabiendo que eso le iba a poner más cachondo.

-          Pero que pedazo de zorra que eres cuñadita, menuda putita te has agenciado por esposa hermanito, ahora sí que me vais a tener todos los días aquí – les dijo Rafael, empezando a meter un par de dedos en el culo de su cuñada, que la verdad ya estaba dilatado después de todo el fin de semana que llevaba – joder, tía, si lo tienes abierto que te pasas, seguro que te lo han estado follando todo el fin de semana.

-          Tú lo has dicho, me han estado dando por culo todo el fin de semana – le contestó Patricia a su cuñadito.

-          Pues te vas a enterar tu ahora – y tras decir eso, se la sacó del coño, y empezó a metérsela por el culo – madre mía, pero que bien te ha entrado, OOOOOOOHHHHHHHHHHH, que pasada, como me gusta, pero que culito más calentito que tienes zorrita.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, dame duro, que me vas a hacer correr, pero que cachonda que estoy hoy – empezó a decir Patricia.

-          OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien la chupas Carmen, mira cómo me has puesto el pollón de duro, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, te voy a follar el culo, mientras que mi colega te sigue follando por el coñito – le dijo Manolo, a Carmen, y sacándola su polla de la boca, se puso detrás de ella, y tras reclinarla un poco hacia adelante, cosa que aprovechó Héctor para empezar a comerse las tetas de Carmen, la empezó a meter la polla por el culo.

-          AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, follarme los dos, cabrones, pero que bien lo hacéis, como me gusta que me folléis, pero que ganas tenía de correrme una gran juerga como esta – decía Carmen, con las pollas de Manolo y Héctor dentro de ella.

-          SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, cuñadito, me corro, pero que bien me estas follando, me corro, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH – dijo Patricia corriéndose y quedándose reclinada y tratando de recuperar el aliento en el sofá mientras su cuñado seguía con su polla en su culo.

-          Yo también me corro, cuñadita, ¿dónde quieres que te eche toda la leche? – le preguntó Rafael a su cuñada.

-          Donde quieras cariño, donde tu más quieras – le contestó esta.

-          Pues te vas a enterar, que con lo zorra que eres seguro que te encanta – se la sacó del culo, la giró, y la metió la polla en la boca – AAAAAAAHHHHHHHH, SSSSSSSSIIIIIIIIII, toma leche putita, toma leche trágatela toda, hasta la última gota.

-          Menos mal que al principio decía que no se la quería follar, por no traicionarme, y mírale ahora, corriéndose en la boca de mi mujer, y llamándola putita – dijo Héctor riéndose.

-          Es que lo es, ha sido el mejor polvo que he pegado en mi vida – dijo Rafael contestando a su hermano - pero vamos que, viendo a su amiga, tampoco creo que tengas ninguna queja.

-          No, la verdad es que no – contestó Héctor, que seguía junto con Manolo follándose a Carmen.

-          Pero que bien sabe tu leche cuñadito – dijo Patricia, recuperándose del polvo que acababan de echar Rafael y ella.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, me corro yo también, me corro, me corro, pero que bien folláis cabrones – empezó a decir Carmen, corriéndose y dejándose caer sobre Héctor el cual tuvo que dejar de comerse sus tetas. Siguieron follándosela un poco más, hasta que ambos empezaron a correrse, por lo que la sacaron las pollas del coño y del culo.

-          Decías que tu cuñada es una zorra, pero es que su amiga no se la queda corta, mira – le dijo Manolo a Rafael y tras meter su polla en la boca de Carmen, se empezó a correr – AAAAAAAAAAHHHHHHH, AAAAAAAHHHHHHHHHH, toma leche putita, toma leche, que te encanta trágatela toda, que ahora también te tienes que tragar la de mi colega.

-          OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, me voy a correr yo también, déjame sitio Manolo, me corro, me corro, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII – reclamó su lugar Héctor, que después de que Manolo le sacara la polla de la boca a Carmen, se la metió también en la boca se descargó toda su leche en la boquita de su amiga.

Cuando acabaron todos de correrse se quedaron tirados por el salón, entre el sofá y el suelo. Rafael bien abrazado a su cuñada en un sofá, a la cual seguía tocando las tetas. Carmen totalmente espatarrada en el suelo junto a Manolo y Héctor sentado en el otro sofá y agarrándose la polla.

-          Joder, que pasa, hermanito, ¿te lo has pasado bien follándote a mi mujercita? – le preguntó Héctor sonriendo a Rafael.

-          Me lo he pasado de la leche, menuda fiesta más cojonuda. Me teníais que haber invitado antes cabrones – le contestó Rafael.

-          El problema era como decírtelo, no que no quisiéramos que te unieras. Y este fin de semana, hemos estado en una fiesta que se han dado situaciones muy excitantes y nos animaron a que te lo dijéramos de una vez – le explicó Patricia.

-          Pero vamos a partir de ahora, me vais a tener que avisar siempre – les suplicó Rafael.

-          Eso está hecho, que, con esta polla tan rica, vamos a hacer maravillas, además todavía te tienes que follar aquí a mi amiga – le comentó Patricia señalando a Carmen, que seguía tirada en el suelo.

-          Dejarme que me recupere un poco que se va a cagar ese ahora – dijo Carmen desde el suelo, haciendo que todos se empezasen a reír.

-          La que se va a enterar vas a ser tú – le contestó Rafael levantándose y cogiendo algunos de los vasos que había en la mesa para beber algo.

-          No vaciles, que con lo putita que es, seguro que te deja seco en menos de nada – le dijo Manolo, riéndose y sabiendo que ese comentario iba a picar a Carmen.

-          Pero que cabrón eres Manolín. La verdad es que soy una guarra que te cagas, pero a mucha honra – y se empezó a reír mientras le contestaba – y tú, bien que te aprovechas de ello.

-          A mí me encanta que seas así Carmen. Con tías como tú, el mundo sería mucho mejor, y seguro que las guerras se solucionaban de otra forma – y se empezó a reír, girándose hacia ella, y agarrándola una de sus tetas – pero que pedazo de tetas tienes tía, me encantan.

-          Muchas gracias. Ese es el mejor de los piropos que puedo esperar de ti – terminó Carmen, que también se levantó y cogiendo otro de los vasos que había en la mesa se sirvió un refresco y se lo bebió. Estuvieron hablando un buen rato, riéndose y recordando diferentes situaciones que se habían dado. El tiempo fue pasando, y el partido de fútbol que supuestamente iba a ver Rafael a casa de su hermano, llegó a su fin.

-          Joder hermanito, el partido ya ha terminado, ya no puedes tardar mucho en ir a casa, si no papa y mama te van a dar el coñazo mañana, por molestarnos – le dijo Héctor a su hermano.

-          UUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, que putada, me voy a tener que ir, sin follarme aquí a la amiguita de mi cuñada – le contestó Rafa.

-          Tranquilo vamos, para la ducha, así te lavas un poquito, y me la metes por donde quieras – le dijo Carmen, que, levantándose, cogió a Rafa y se lo llevó para el baño, donde lo metió en la bañera.

-          Pero que buena estas Carmen, mira como llevo la polla – le dijo Rafa, agarrándose la polla.

-          Deja que yo me encargue de ella – le contestó Carmen, agachándose delante de él y empezando a chuparle la polla, se la tragó hasta la campanilla, mientras Rafael la agarraba del pelo, y la ayudaba a marcar el ritmo de la mamada que le estaba haciendo.

-          UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMM, pero que bien la chupas Carmen, que bien mueves la lengua” – le decía Rafael.

-          Y tú que polla más sabrosa tienes, se parece un montón a la de tu hermano” – le contestó esta.

-          Para eso somos hermanos – se empezó a reír Rafa, por el comentario de Carmen. Siguieron un poco más así, hasta que Rafael, temiendo correrse pronto, le sacó la polla de la boca a Carmen – como sigamos así me vas a hacer correr enseguida, y tú también tienes que disfrutar un poquito.

Rafael se arrodillo entre las piernas de Carmen y empezó a comerla el coño. Esta le agarraba de la cabeza, apretándosela contra su coño, y gimiendo cada vez más fuerte, con lo bien que se lo estaba haciendo el hermano de su amiga.

-          Pero que bien, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, que cachonda estoy – le decía Carmen a Rafael, agradeciendo el placer que la estaba dando.

-          Joder no aguanto más – dijo Rafael, levantándose y levantando a Carmen, la dio la vuelta y cogiéndola de una pierna para subírsela un poco, le colocó la polla en la entrada del coño y se la empezó a meter poco a poco – toma polla, Carmen, mira que dura me la has puesto, tía buena.

-          Joder, que dura la tienes, AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, sigue dame duro – le pedía Carmen.

De lo cachondo que estaba, empezó a follársela de una forma bestial, las embestidas que la estaba dando eran brutales, por lo que pasó, lo inevitable, que una de estas embestidas, la polla se le salió del coño, y cuando volvió a darla, entro por el agujero menos esperado.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, cabrón que me matas – Carmen, pegó un grito que oyeron bien desde el salón que se empezaron a descojonar.

-          Perdona, no era mi intención, te lo juro – se disculpaba Rafa, al darse cuenta de que, le había metido la polla por el culo a lo bestia.

-          Joder tío, mira que lo tenía abierto, que me lo acaban de follar, pero me has destrozado – le comentaba Carmen, medio divertida medio dolorida.

-          Perdona, Perdona – seguía suplicando clemencia Rafa.

-          Ahora para redimirte, me vas a tener que aliviar la zona – le pidió Carmen, y haciendo que Rafa se tumbase en la bañera boca arriba, se sentó encima de su cara, poniéndole el culo, en la boca – anda te toca chupar.

-          Encantado – y empezó, a comerse el culo de Carmen, pasando con mucho cuidado la lengua por agujerito de la morena, para tratar de aliviarla lo más posible.

-          UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMM, que bien lo haces cariño, así, así – le pedía Carmen. Poco a poco, se la veía que volvía a disfrutar – no te muevas Rafita, que ahora la que te va a follar voy a ser yo.

Y sin más se puso de pie, retrocedió un poco, y se empezó a sentar sobre la polla de Rafa, metiéndosela por le coño.

-          Joder, que pollón tienes chico, me encanta, que dura la tienes, AAAAAAAAAHHHHHHHHH – le decía Carmen.

-          Y tú que coñito más jugosito tienes, lo tienes encharcado cabrona – le contestó.

-          Lo tengo encharcado de lo cachonda que me pones. Que ganas te tenía – le explicaba, mientras no paraba de saltar sobre su polla, metiéndosela hasta el último centímetro.

-          AAAAAAAHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, me voy a correr, joder – le dijo Carmen, mientras se empezaba a correr con la polla de Rafa dentro. Cuando terminó de correrse, Rafa la puso a cuatro patas, y la empezó a follar desde atrás, pero esta vez con mucho más cuidado, no volviera a tener el mismo problema.

-          OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que coño más calentito tienes, cariño, me encanta, me voy a correr, me corro, me corro, AAAAAAAAHHHHHHH. ¿Déjame que me corra en tu boca? Al igual, que con la putita de mi cuñadita – le pidió Rafa.

-          Soy toda tuya, dame cremita – y tras ponerse de rodillas, espero a que Rafa, le metiese la polla en la boca y le llenase la misma con su leche.

-          Toma leche, toma leche, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, joder me habéis dejado seco entre las dos – le decía mientras se corría en su boca.

Una vez los dos se desahogaron, terminaron de ducharse y tras secarse, se fueron para el salón, donde los otros tres, estaban viendo la repetición de las jugadas, del partido de fútbol, que daban en la televisión, y se bebían un cubata cada uno. Se les veía muy relajados, y disfrutando de mutua compañía.

-          Bueno, chicos, me voy yendo, muchísimas gracias por la sorpresa. No lo olvidaré nunca – les decía Rafa, que parecía totalmente sincero cuando lo decía, y no me extraña, sorpresas así, es raro que te las den en la vida. Y se empezó a despedir, de todos, les estrecho la mano a los chicos, y las chicas le dieron un buen morreo, mientras él las tocaba el culo.

-          ¿Qué planes tienes mañana por la mañana? – le preguntó Patricia, para sorpresa de Rafa.

-          De momento nada, probablemente, me bajaré a la piscina, o quedaré con algún colega – contestó este extrañado, ya que sabía que su hermano trabajaba al día siguiente.

-          Pues no hagas planes, y te vienes para aquí tempranito, sobre las 9:30 o 10 de la mañana, que vamos a montar una fiestecita, y mi parejita se tiene que ir a trabajar, por lo que necesitaré ayuda – le insinuó su cuñada, dándole a entender de que, iba la fiesta – por cierto, Carmen, si estas libre te apuntas si quieres.

-          Joder cuñada, me vas a dejar seco en dos días – le dijo Rafa, mofándose un poco de la situación – no te preocupes que me tendrás aquí lo más prontito, ya pondré cualquier excusa.

-          Yo me quedó a dormir, y así no ando y viniendo – dijo Carmen.

-          Diles a tus padres, que me has visto aquí hoy, y que te he pedido ayuda para arreglar una cosa en mi casa – le dio una posible opción Manolo.

-          Genial, eso diré – contestó Rafa, con una sonrisa de oreja a oreja, sabiendo lo que les esperaba al día siguiente.

-          Y si Carmen se queda a dormir aquí, yo me quedo con ella, no vaya a ser que pase frio – se ofreció caballerosamente Manolo. Se empezaron a reír todos, pero nadie se quejó.

Se terminó de despedir Rafa, y salió por la puerta. Dejando al resto de los allí presentes solos, como no habían cenado, sacaron algunas cosas más de picoteo, y continuaron la velada. Tanto Manolo como Carmen, no tenían que trabajar al día siguiente, Carmen tenía unos días de vacaciones, y el muy afortunado de Manolo, al igual que Virginia, no tenían que trabajar, sus padres habían ganado un premio de lotería, realmente cuantioso, y les habían dado parte del dinero a los hijos, con el que habían comprado un piso cada uno, Virginia en el que había vivía con su marido, que el muy moro no había aportado nada. Y encima los hermanitos, de tener dinero en las acciones de un famoso banco recibían un gran dividendo, por lo que no tenían la necesidad de trabajar, y podían darse una buena vida.

Patricia y Rafa les estuvieron contando más detalles de cómo había sido el viaje del crucero, y el fin de semana que habían pasado con nosotros, que en definitiva éramos compañeros de viaje de vacaciones. Se descojonaron y excitaron con las situaciones que les contaron de nosotros, y de cómo nos encontramos ese fin de semana. Por lo visto, fue una noche genial, y a la 1 de la mañana, decidieron irse a dormir, ya que Héctor se tenía que despertar pronto para ir a trabajar. Manolo y Carmen se quejaron de que les iban a hacer dormir juntos, pero en el fondo lo estaban deseando, y por el ruido que nos contó Patricia que hicieron, no se pasaron la noche discutiendo precisamente.

A la mañana siguiente, en casa de nuestros vecinos, los hermanitos estaban, locos por levantarse, y empezar a prepararse. Se despertaron incluso antes que sus padres, y esperaron cada uno en su habitación a que sus padres saliesen por la puerta. Y en cuanto, sintieron que no había ruido en la casa, se levantaron. Javier estaba en su habitación empezando a recoger todo un poco y completamente desnudo, ya sabéis que desde que probo el nudismo, así es como iba todo el día, siempre y cuando la situación se lo permitiese, pues estaba recogiendo, cuando su hermana abrió de golpe la puerta de su habitación.

-          ¡Ah!, ¿Ya estas despierto? Venía a despertarte, tenemos que limpiar la casa a toda leche, que seguro que Virginia se presenta aquí a las 9 o 9 y poco. Y tenemos que dejar la casa limpia, para que papa y mama, no nos den el coñazo esta tarde. Y ya son casi las 8 de la mañana – le explicó Marina.

-          Ya me lo imaginaba, por eso he empezado por mi habitación – le contestó, acercándose a su hermana, que seguía con un pijama de top ajustado y pantalón muy corto, todavía puestos – de todas formas, creo que la semana pasada lo dejamos claro, para limpiar hay que hacerlo desnudos.

-          JAJAJAJAJA, si, si, ya lo sé – le contestó, pero dejó que fuera él, quien le quitase las prendas.

-          Así mucho mejor – dijo él, poniéndose de pie, después de quitarle el pantalón y dándole un azote en el culo a su hermana.

-          Lo que tú digas, pero vamos a darnos prisa – le metió prisa Marina.

-          Suerte tienes, que nos espera una buena fiesta luego, si no te follaba ahora mismo – le dijo Javier a su hermana, girándola de cara a la puerta de la habitación, agarrándole las tetas, y dándole un azote en el culo.

-          UUUUUUFFFFFFFFF, a lo mejor, era yo, la que te follaba a ti, pero vamos a contenernos que tenemos que acabar esto – le pidió. Javier le hizo caso, y la dejó escapar, ya que sabía que tenía razón.

Los dos hermanos se pusieron a la faena, mientras mi mujer y yo ya llevábamos un ratito en el curro, que suerte la vida de estudiantes, quien la pudiese volver a pillar, tener todo el verano disponible para ti solito, y eso, que me encanta mi trabajo, y ahora mucho más, por obvias razones. Virginia por su parte se levantó pasadas, las 8 de la mañana, el capullo de su marido se fue sin despertarla, ya que había dormido en el salón, después de una buena bronca que, por lo visto, habían tenido el día anterior. Por lo visto, se portó como un cabrón con ella el día anterior en casa de sus padres, por lo que al llegar a casa lo mandó directo al sofá, y le dijo que al día siguiente se iba a pasar todo el día con unos amigos, que por si acaso no la esperase para cenar, el por lo visto, se quejó un poco y es que el capullo no sabe ni freír un huevo. Yo creo que Virginia empezaba a estar harta de sus gilipolleces.

Siguiendo con lo que realmente nos ocupa, Virginia, se contuvo en bajar, se lo tomo con bastante calma, y eso que le apetecía despejarse de la vida que le daba ese cabrón. Pero se tomó un café con calma, se duchó, y a eso de las 9:15 bajo para casa de los hermanitos, esperando que de esa forma se le pasase el mal rollo, llevaba un vestido de verano de una pieza muy ajustado de color azul claro, con florecitas, se lo puso, porque lo mismo se pasaba por casa de su hermano después de la fiesta que tenía pensada montarse con los hermanitos, y ya que sus padres estaban fuera de vacaciones. Al llegar a casa de los hermanitos, se encontró a Marina vestida con una camiseta de tirantes blanca y un pantalón vaquero cortado muy corto, realmente corto, que le quedaban de lujo, y Javier estaba en el baño.

-          ¿Vas a salir? – le preguntó a Marina, ya que no se la esperaba encontrar vestida.

-          Y tú también, ya que, te vienes con nosotros – le contestó Marina.

-          ¿Cómo? – respondió ella extrañada.

-          Si. Hemos quedado con Patricia y con Héctor, en que nos íbamos a su casa hoy, que allí nadie nos molestará, y si nos queremos quedar más tiempo podemos hacerlo, sin el riesgo de que nos pillen nuestros padres a nosotros, y si tú, te tienes que volver antes, pues te vuelves antes, que tampoco pilla lejos, andando son 10 minutos – le explicó Marina a Virginia, que aunque algo de lo que le contaba le parecía raro, con la rallada que llevaba de la bronca con su marido, no le dio importancia – Además, así somos más gente.

-          Genial. Así me despejo, después de la tarde de ayer – le contestó ella, y le contó toda la movida con su marido.

-          No me quiero meter en donde no me llaman, y soy más joven, y probablemente no tengo tu experiencia, pero tía, no se te ve feliz con tu marido. Ahora cada vez que tienes oportunidad, te bajas aquí o a casa de Raquel y de Jorge para follar con todos nosotros. Por lo que cuentas, el apenas te aporta nada en lo material ni en lo sexual. ¿De verdad, te compensa seguir con él? – le preguntó Marina, dejando a Virginia un poco pensativa.

-          A esa misma conclusión, creo que llegué yo anoche, pero es una situación difícil, porque, al fin y al cabo, creía que era la persona adecuada para mí, para el resto de mi vida. Pero parece ser que no. Tenemos que hablar los dos – le contestó ella, un poco pensativa. Hablaron un par de minutos más del tema, hasta que oyeron que se abría la puerta del baño, y apareció Javier por el salón, con una camiseta, unas bermudas y en chanclas.

-          Pero ¿A dónde van ustedes vestidas así?,¿Quieren provocar un infarto a más de uno por el camino? – les dijo Javier a las chicas, lo que las sacó unas carcajadas y el ambiente serio que tenían hasta hace un momento. Siguió soltándolas piropos, y mientras salían del piso las metió mano en el culo a ambas.

-          Este chico es incorregible. Te ríes con él, está bueno, tiene una polla de considerables dimensiones, que sabe utilizar, y encima nos trata de maravilla, y no nos cuenta gilipolleces – le dijo Virginia a Marina.

-          Es que soy único lobita mía, soy especie en extinción – y según le decía esto, le dio un buen azote en el culo.

-          No sé si único, pero pocos como tú hay – le alabó su hermana, dándole un beso en la mejilla.

Salieron del piso, se metieron en el ascensor, y decidieron ir andando hasta casa de Patricia y Héctor, que estaba sólo a 10 minutos de distancia. Por el camino, Javier, se dedicaba a decir paridas, y las chicas se partían el culo, Virginia le dijo, que de tocar nada, no fuera a ser que se cruzasen con alguien conocido, y la liaran, por lo que les hizo pucheritos. Eligieron ir por detrás de los edificios, en lugar de ir por la calle principal, primero porque se cruzarían con menos gente, y, en segundo lugar, porque daba menos el sol, y ya empezaba a apretar, el calor del final de julio. En su corto caminar, se cruzaron con un par de señores mayores, jubilados, que estaban dando un paseo matutino, y se les quedaron mirando. Javier, les dijo a las chicas que, si veían que los hombres se tocaban el pecho, echaran a correr, que se quedaría el solo ayudándoles, que, si los policías los veían vestidas así, las detendrían por homicidio involuntario, al haberles provocado un infarto a los abuelitos. Se estaban partiendo de risa todavía, cuando llegaron a la urbanización de nuestros amigos. Y tras buscar el número del piso que les habían dado, llamaron, no tardaron ni 5 segundos en responder, parecía Patricia, que les abrió la puerta, se dirigieron al portal, y volvieron a llamar para que les abriesen la segunda puerta, cosa que hicieron al instante. Se metieron en el ascensor, y para arriba que fueron. Patricia los estaba esperando en el descansillo, con un bikini por toda vestimenta, los dio dos besos a todos, y los hizo pasar a la entrada.

-          Pasar, estáis en vuestra casa – los indicó que fueran en dirección al salón. Virginia encabezaba la comitiva, por lo que os podéis hacer una idea de lo que ocurrió a continuación.

-          Joder Manolo – dijo Virginia al ver a su hermano, y se giró como intentando escapar, pero Javier la paró – que cabrones sois, esto no se hace capullos – pero en realidad, y aunque se estaba muriendo de vergüenza, se estaba riendo por dentro.

-          Ostia, ¡Virginia! – soltó Manolo, que, al ver a su hermana, saltó para atrás, tiró la silla en la que estaba sentado y casi se cae él.

-          ¿Qué pasa? – dijeron Rafa, y Carmen al mismo tiempo.

-          Eres una hija de puta Patricia – le soltó Virginia riéndose. Sonrisa que esta le devolvió, haciendo el signo como si fuese una Santa.

-          Que cabrones sois, ¿esta era la sorpresa que me dijisteis ayer? – le preguntó también riéndose Manolo. Patricia se reía, y no podía hablar, pero asentía con la cabeza, se estaba meando de risa. Virginia también apenas se podía contener la risa, a pesar de lo nerviosa que se encontraba en ese momento al saberse descubierta. Javier y Marina, también se estaban partiendo de risa, y poco podían decir, mientras que Rafa y Carmen, seguían sin saber muy bien que pasaba.

-          Mira, que cuando me habéis dicho de venir aquí, había algo que no me cuadraba, pero no he caído. Que cabrones, que cabrones sois – seguía diciendo Virginia, llevándose las manos a la cabeza, y a la cara mientras se reía también, al ver a sus amigos, que no paraban de reír, los iba dando manotazos a los 3 mientras decía – no os riais capullos, que no tiene mucha gracia. Menudo corte.

-          La verdad es que sí que es un corte. ¿Se puede saber qué haces aquí hermanita? – le preguntó Manolo que seguía con una cara de sorpresa, que no podía con ella. En ese momento Carmen y Rafa, cayeron en la cuenta de lo que pasaba, y se llevaron las manos a la cabeza, y pusieron una impresionante cara de sorpresa.

-          Me parece que lo mismo que tú – le contestó ella, riéndose, y empujando a Javier y a Marina – que cabrones, que cabrones.

-          Joder capullos, esto no se hace – decía Manolo. Gracias a dios, iban todos vestidos, tanto Rafa que había llegado hacia pocos minutos también como Manolo, llevaban un bañador, y Carmen llevaba otro bikini – Por cierto, ¿no sabía que te gustaran estas fiestas hermanita?

-          Pues sí. Y yo si sabía, que, a ti te gustaban, porque esta cabrona me lo dijo ayer – le contestó Virginia, dejando un poco cortado a Manolo con su respuesta, ya que se quedó con la boca abierta.

-          Es la primera vez que le veo, que se queda sin respuesta – dijo Carmen, riéndose de la cara que estaba poniendo Manolo. Que acabó por reírse también. Rafa se estaba riendo también con toda la situación - ¿Y cómo que te lo dijo ayer?

-          Pues, me los encontré de casualidad en casa de unos amigos, y mientras tu amigo Héctor, me estaba follando de maravilla, por cierto, la cabrona esta me dijo que tú también follas de puta madre, sobre todo, cuando se la metes por el culo – le contestó Virginia. Manolo seguía con una cara de alucinado impresionante, escuchando la respuesta de su hermana, y el resto cada vez se reían más – que hijos de puta sois chicos – les volvía a dar con la mano Virginia a los 3 cómplices de la encerrona, pero se estaba riendo, a pesar de la vergüenza que sentía.

-          ¿y que vamos a hacer ahora?,¿uno de los dos se tendrá que ir?,¿y esto queda en secreto entre nosotros, chicos? – decía Manolo, que de repente, había perdido toda la chulería, y la seguridad con la que había aparecido la noche anterior. Carmen parecía encantada de verle tan desorientado, y los restos nos empezamos a tranquilizar y dejar de reír.

-          Tranquilo hombre, verás. Esto ha sido una pequeña venganza contra ella, pero de buen rollo, que eso quede claro – le trató de tranquilizar Javier.

-          ¿y eso?,¿Por cierto, tu marido sabe algo de esto? – volvió a preguntar Manolo, mirando a su hermana, que no sabía dónde meterse.

-          Que hijos de puta, que cabrones – No paraba de decir Virginia descojonándose – Y no, el capullo de mi marido no sabe nada.

-          Ya decía yo, que ese… - dijo Manolo.

-          Mira, hace como dos semanas, estábamos follando, en casa de sus vecinos de abajo, y por lo visto, estábamos haciendo mucho ruido, y la pusimos tontorrona, y como encima tu cuñado, es un marica que no da caña a este pibón, pues acabó por bajar a pedirnos un favorcillo – empezó a explicar Javier, mientras le daba un buen azote en el culo a Virginia.

-          Es que ya se lo decía yo, que ese tío no daba la talla, pero como no me hace ni puto caso – comentó Manolo, señalando a su hermana.

-          El caso, es que, como he dicho acabó bajando, y nos montamos una buena fiesta, entre nosotros, nuestros vecinos, y tu hermana. Lo que pasa, es que Marina, por cierto, ella es Marina, y yo soy Javier, encantados de conoceros – y los dos hermanitos saludaron con la mano, y les devolvieron el mismo saludo, mientras todos seguían muy atentos a sus explicaciones – bueno como iba diciendo, Marina, y yo, somos hermanos. No nos lo montábamos entre nosotros, pero participábamos en fiestas con estos amigos, y con tu hermana que se acababa de unir.

-          ¿Has dicho “montábamos”? – preguntó Rafa, que estaba muy atento a todo lo que se decía.

-          Dejarme acabar. Eso fue durante unos días que nuestros vecinos estaban de vacaciones todavía, pero cuando la semana pasada empezaron a trabajar. Tu hermanita, se bajaba todas las mañanas a mi casa a follarme, y nos tirábamos follando toda la mañana mientras mi pobre hermana solo miraba, y se metía todo aparato que le servía para saciarse por decirlo así.

-          Joder que historia – Decía Carmen, con una sonrisa en la cara, y muy atenta a todo también.

-          Empeora, créeme – le dijo Virginia.

-           Mi pobre hermana, iba de calentón en calentón, y sin nadie que la follase, ya que en nuestra urbanización solo hay parejas casadas, y a parte de nuestros vecinos, que durante la semana están liados con el curro, y no le podían atender. Nuestros amigos de toda la vida están fuera de vacaciones, y las otras vecinas, como aquí la niña está muy buena, no dejan que sus maridos se acerquen a ella. Lo que hacen las envidias – seguía explicando Javier.

-          Que bien te justificas – le cortó un poco Virginia, riéndose de él. Javier le hizo el gesto que se callara, que estaba hablando él. Mientras se reía de la situación.

-          El caso, pues como nadie la atendía, y la chica ya no podía con el calentón que llevaba, pues un día, pasó lo que tenía que pasar. Se acabó por tirar a devorarme la polla – los contó Javier riéndose.

-          Tendrás morro – le cortó Marina, descojonándose de risa, por cómo estaba contando todo su hermano – Vale que yo iba con un calentón de narices, pero prácticamente me suplicaste que te chupase la polla.

-          ¿YOOOOOOOOOO? – se hacía el santo Javier – Bueno estoy contándolo yo. El caso, es que una mamada, acabó en que se la metí por el culo, y desde el viernes, pues más de una vez ha pasado, y no nos cortamos mucho en hacerlo en frente de nuestros amigos.

-          ¿Y porque, la pequeña venganza? – nos preguntó Manolo todo incrédulo, ya que no lo entendía muy bien.

-          En primer lugar, es porque, puso tan cachonda a mi hermana bajando a follarme todas las mañanas sin que ellas se comiese un colín, y, en segundo lugar – estaba diciendo Javier.

-          En segundo lugar, porque ayer, cuando el marica de tu cuñado estaba jugando al golf, baje a casa de nuestros vecinos a coger una pieza de ropa que se me había caído en su terraza de la cocina, y se estaban montando una fiesta, a la que no pude resistirme y me uní a ellos, con la sorpresa de que estaban, Héctor y Patricia – siguió con la historia Virginia – y por primera vez, vi que Javier enculaba a su hermana, y quizá me estuve cachondeando de ellos, haciendo un comentario de que sería incapaz de dejar a mi hermano, es decir, a ti, perforarme el culito.

-          Entonces le dije, que ella se lo perdía, porque tienes muy buena polla, y, la verdad, cuando me la metes por el culo, me lo paso muy bien – empezó a terminar con el relato Patricia – y que ella se lo perdía.

-          Muchas gracias – empezó a recuperar parte de su chulería Manolo.

-          En ese momento, es donde me enteré de que te montabas este tipo de fiestas. Si es que lo llevas en la sangre – le comentó Virginia partiéndose el culo – Estoy muy orgullosa de ti, hermanito.

-          Joder, encima te cachondeas de mí – le recriminó Manolo.

-          El caso es que me tuve que ir, porque el marica de tu cuñado venía a buscarme, para ir a comer a casa de mis suegros – le contó Virginia – y me imagino, que es entonces, cuando estos se pusieron de acuerdo para jugármela.

-          Bueno. Héctor nos contó que cuando erais más jóvenes, pues a todos les molaba Virginia, y tú les contabas que la espiabas en la ducha, y que te pajeabas mirándola – soltó la bomba Patricia.

-          ¿Qué me espiabas cuando éramos jóvenes?,¿serás guarro? – le gritó Virginia, y le tiró una bolsa de panecillos que tenía a manos. Menos mal, que estaba bien cerrada la bolsa.

-          Eran las hormonas de la juventud – se justificó Manolo – en aquella época, estaba que me subía por las nubes.

-          Si ya, y eso te da derecho a espiar a alguien – le recriminaba su hermana. Medio en serio medio en broma, tratando de sacarle los colores.

-          No – dijo Manolo, que estaba un poco desarbolado por toda la situación.

-          Macho, se te ha bajado la chulería de repente – le dijo divertida Carmen.

-          Y que esperas – se justificó Manolo.

-          Bueno, pues esa es la explicación, de nuestra pequeña venganza hacia tu hermana – dio por terminada la explicación Javier.

-          Entonces, ¿esto es un club de incesto? – dijo Carmen – Porque, tú te tiras a tu hermana, tu Patricia te tiras a tu cuñadito, el golfo este espiaba a su hermana, y tu marido está loco por follarse a tu prima.

-          ¿A tu prima Lucia? – le preguntó Rafa a su cuñada, esta le dijo que sí con una sonrisa y un gesto – No me extraña, menudo polvo que tiene. Esta buenísima, no si mi hermano tonto no es.

-          Ese de tonto, no tiene nada – le contestó Carmen, riéndose.

-          Y de club de incesto nada. Las cosas se han dado como se han dado, a todos nos encanta el sexo, nos encanta disfrutar de nuestros cuerpos, que para eso los tenemos muy bonitos. Y una cosa ha llevado a la otra, y yo la verdad, es que no me arrepiento de nada – contestó Marina.

Se quedaron todos sentados, y sin comentar mucho, después de contar toda la historia, se miraban unos a otros. Virginia miraba a su hermano, y negaba con la cabeza.

-          Mira que espiarme – le decía Virginia.

-          Déjalo ya, fue hace 10 años más o menos – le contestó Manolo.

-          Pues fuiste tonto, porque en aquella época, yo estaba desbocada. Me tiraba a todo el que se ponía en mi camino, y es en aquella época, cuando empecé a participar en orgías. Si me lo hubieses dicho, a lo mejor te hubiese dejado meterme mano – le dijo Virginia, lo que nos hizo reír a todos.

-          Si, ya te vi, un día te pillé metiéndote un pepino en el coño – le dijo Manolo – fue la ensalada que me comí con más gusto, de mi vida.

-          ¿Sólo uno? – contestó Virginia. Y nos empezamos a descojonar todos por la situación.

-          Bueno, ¿y ahora, que vamos a hacer, que en un principio veníamos a follar? – soltó el salido de Javier.

-          Pues no lo sé con este aquí, a mí me da palo – contestó Virginia.

-          A ti te da palo, hasta que te calientas – le contestó Marina.

-          Calla que contigo no hablo – le contestó Virginia, lanzándola un beso a Marina, que esta le devolvió.

-          Hombre, un poco de morbo sí que da – contestó Manolo, que le volvió rápidamente la confianza en sí mismo.

-          ¿Qué queréis que nos pongamos a follar todos aquí? – dijo Virginia un poco sorprendida.

-          Acabas de decir, que, si él te hubiese pedido dejarle meterte mano, hace 10 años, le hubieras dejado. Así que, algo de morbo te tiene que dar – le dijo Carmen a Virginia, que se llevó las manos a la cabeza – y si os soy sincera, yo voy muy cachonda.

-          Y yo – contestó Javier.

-          Tu siempre vas cachondo – le respondió Marina.

-          Esta mañana estabas igual que yo, y me juego el cuello que ahora también lo estas – le dijo Javier a su hermana.

-          Yo también estoy muy caliente – dijo Patricia.

-          Y yo, no os podéis imaginar como estoy con toda esta situación, menudo morbo – saltó Rafa, que, hasta ahora, no había hablado mucho – además tengo que recuperar, el tiempo perdido, que yo me estrené ayer.

-          JAJAJAJAJAJA. ¿Esa fue tu primera orgía? – le preguntó Patricia.

-          Si. La primera.

-          Pues hijo, porque habrás querido, porque con lo bueno que estás, y lo poco que se cortan hoy en día las chicas – le informó Carmen.

-          Ya me estoy dando cuenta – se lamentó él – Por eso, por mí, podríamos pensar algo para organizarnos.

-          Todo sea por el jovencito, Virginia, no seas mala. Eres la única que tiene dudas – le trató de convencer Javier, intentando que Rafa le diera pena.

-          Estáis muy mal chicos – trataba de contenerse ella, aunque en el fondo, también lo estaba deseando.

-          Venga tonta, si además eres la que más lo necesita – le dijo, mirándola a los ojos Marina.

-          En eso tienes razón. Venga vale – acabó cediendo.

-          Genial – empezaron a decir todos. Celebrando que al final se había decidido.

-          Pero tú y tú cosita, os mantenéis lo más alejado de mi posible – le dijo Virginia a su hermano.

-          Joder, lo intentaré – le contestó Manolo con una sonrisa.

-          Pues habrá que empezar a desnudarse – les dijo Patricia, mirándolos a todos, para ver si estaban de acuerdo.

-          Tendremos que empezar por ahí – contestó Carmen, que se compenetraba de maravilla con su amiga.

Se empezaron a desnudar todos, Patricia fue la primera quitándose la parte de arriba del bikini, le siguió su amiga Carmen, mientras que Manolo y Rafa se quitaban el bañador, enseñando sus pollas empalmadas a las chicas.

-          Mírale, si ya va empalmado, el muy guarro – dijo Virginia quitándose el vestido por los pies, y señalando a la dura polla de su hermano.

-          ¿Has visto, a que no está mal dotado? – le preguntó Patricia, a Virginia.

-          La verdad, es que no va mal servido – contestó está, mientras se desabrochaba el sujetador.

Marina y Javier, se habían quitado la parte de arriba, y se empezaban a quitar los pantalones. Marina se quedó en ropa interior, pero su hermano cuando se quitó el pantalón no llevaba nada debajo, por lo que, les mostró también su grande y dura polla, a todos.

-          Joder vaya tranca – soltó Carmen, al verle desnudo – no me extraña Virginia, que bajes todos los días a follártelo. Menuda pedazo polla.

-          JAJAJAJAJAJAJA. Os encanta a todas – contestó este todo orgulloso.

-          ¿Ahora me entendéis también a mí? – los preguntó Marina, tratando de justificar el que no se pudiese resistir a la polla de su hermano.

-          Ni que lo digas – contestó Carmen – Ojalá tuviese un hermano, que cargase, semejante herramienta.

-          JAJAJAJAJAJAJA, - se estaban riendo todos, cuando tanto Virginia como Marina terminaron de quitarse la ropa interior y todos pudieron fijarse en ellas.

-          Vaya pedazo tetas, tienes Marina. Madre mía – le dijo Rafa a Marina.

-          ¿A que son bonitas? – le dijo Marina acercándose a él, y cogiéndose las tetas – Tu polla también está muy, pero que muy bien.

-          Venga Virginia, date la vuelta que te veamos desnuda – y es que Virginia, se había dado la vuelta para quedarse totalmente desnuda. Poco a poco se fue girando y descubriendo su desnudo cuerpo.

-          Joder hermanita, sigues estando muy buena – le dijo Manolo, agarrándose la polla.

-          Pero no te pajees mirándome, guarro – y le tiró otra bolsa de panecillos. Todos nos reíamos de la situación, y nos ponía cada vez más cachondos.

-          Venga vamos a los sofás, y a ver que nos montamos, ir pensando algo – les dijo Patricia – si os soy sincera, a mí no se me ocurre nada ahora. Porque el juego de la silla del otro día estaba que te cagas, pero somos impares. No lo podemos hacer con los que somos.

-          Es verdad, que faena – respondió Marina.

-          Podemos coger una bolsa, meter papeles con los nombres de las chicas, y nosotros los chicos, sacamos un papel cada uno. Con la chica que nos toque, nos ponemos a hacer lo que nos apetezca durante 5 minutos, que controla la chica que se quede fuera – propuso Javier.

-          ¿Y si me toca con mi hermano? – preguntó Virginia.

-          Pues te lo follas, u os hacéis una paja, lo que sí, es que no se puede cambiar de pareja, en el turno – le contestó Javier, provocando a Virginia – aquí hemos venido a follar, y a ti esta situación te pone, no lo niegues. Como hemos dicho se trata de sexo, y de disfrutar de nuestros cuerpos como hablamos antes.

-          Ok, ya veremos lo que pasa – acabó cediendo Virginia, que en el fondo estaba de acuerdo con ellos.

-          ¿Os parece bien a todos? – les preguntó.

Todos estuvieron de acuerdo, por lo que Patricia escribió los nombres de las chicas en un papel, y los cortaron, en trozos iguales, se doblaron de la misma forma y los metieron en la bolsa, hicieron girar bastante la bolsa, para que se mezclaran bien los papeles. Una vez, bien movido todo ya estaban listos, para iniciar el sorteo. Rafa cogería primero, Javier después y Manolo el último. Se organizaron así por edad. Rafa metió la mano y cogió, y le tocó Virginia.

-          Menos mal, además polla jovencita y nueva – se quedó más aliviada Virginia, aunque como dice Javier, yo creo que le estaba echando cuento, que, en realidad, le ponía mucho la situación y no la importaba follarse a su hermano.

Javier, le tocó sacar papel, y le tocó Patricia.

-          Qué suerte, Hija de puta – le dijo Carmen, a su amiga, y es que Carmen, estaba loca por hacerse con la polla de Javier.

-          Tranquila, en otra ronda te toca a ti, cariño – le contestó Patricia.

Manolo metió la mano en la bolsa y sacó papel, y le tocó Marina.

-          Encima me quedo sin follar, con el calentón que llevo – empezó a quejarse Carmen.

-          Joder, que bueno, con lo buena que estas Marina, que ganas te tengo, desde que te he visto entrar – le dijo Manolo a Marina.

-          Pues te vas a desquitar en un minuto – le contestó Marina.

Cada pareja se puso de pie, junto a su pareja, y cuando Carmen, dijo “tiempo”, todos se empezaron a repartir por los sofás. Manolo sentó al borde del sofá a Marina, le levantó las piernas y le empezó a comer el coño. Virginia al ver que su hermano no se cortaba mucho, decidió tomar un poco la iniciativa con Rafa, ya que se le veía más cohibido, lo sentó en el sofá, y ella se metió entre sus piernas y le empezó a comer la polla. Javier y Patricia, se pusieron entre el medio de las dos parejas, en el sofá más grande, Patricia se puso a cuatro patas, y Javier se la empezó a follar desde atrás. Estos dos, hace tiempo que tenían ganas de follar, y para que perder el tiempo en preliminares.

-          AAAAAAAAHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, que polla más buena tienes Javier, me encanta como me follas con ese pollón – le decía Patricia, girándose para mirar.

-          UUUUUUUUMMMMMMM, que rico, que rico, sigue así – le decía Marina agarrando la cabeza de Manolo, mientras este le comía el coño.

-          Joder, que bueno, que bien la chupas Virginia, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, OOOOOOHHHHHH – decía Rafa, agarrándose a la cabeza de Virginia – como la chupa tu hermanita – le comentó Rafa a Manolo, como tratarle de dar un poco de envidia. Este levantó la cabeza.

-          Si que parece que se le da bien – le contestó Manolo. Que se levantó, se metió entre las piernas de Marina, y se la empezó a meter en el coño – AAAAAAAHHHHHH, que coñito, que ganas de follarte desde que te visto. Que buena estás niña.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, clávame tu dura polla, que llevo toda la mañana esperando recibir una dura polla por mis agujeritos – le provocaba Marina, que se empezó a tocar el clítoris, mientras Manolo se la follaba.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFF, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII, Patricia, que coño más mojado tienes, es una pasada ver como se traga mi polla – le decía Javier, a la anfitriona de la fiesta.

-          Dios, que ganas de meterme una polla – dijo Virginia – se levantó, y se empezó a sentar sobre la polla de Rafa.

-          OOOOOHHHHHHHH, Virginia, que coñito, me encantan estas fiestas – alucinaba Rafa con la suerte que estaba teniendo estos dos días.

-          UUUUUUUUUUMMMMMMMMM, que polla más dura, como la noto cuando me penetras chavalín, AAAAAAAHHHHHHHHH, se nota de quién eres hermano, se os pone igual de dura mientras me folláis – le decía Virginia, empezando a saltar sobre la polla de Rafa, que se empezó a agarrar a las tetas de Virginia, y a comerle los pezones. Estuvieron así, un poco más.

-          Tiempo – gritó Carmen, que se había sentado en una silla a controlar el tiempo, y se estaba tocando el coño, mientras veía al resto como se lo montaban.

Se fueron levantando todos, diciéndose unos a otros lo bien que se lo estaban pasando y lo bien que se estaban follando unos a otros. Carmen, les metió prisa, por empezar a repartir otra vez, ya que estaba loca, por empezar a follar también. Giraron la bolsa, Rafa metió la mano para sacar papel, y le tocó Marina.

-          Genial, como me voy a poner – dijo enseñando el nombre, de quien le había tocado.

-          Y yo también – le contestó Marina – que ganas te tengo de darme un homenaje con tu polla.

En eso, Javier, metió la mano en la bosa, y sacó el nombre de Carmen, lo que ella celebró de buena gana, haciendo reír a todos.

-          Si, joder, con las ganas de meterme ese pollón que tengo – dijo Carmen.

-          Y con las ganas, que tiene este pollón de meterse en ese coñito – le contestó Javier.

Manolo se apresuró a meter la mano en la bolsa, movió un poco los papeles para darle un poco de emoción, ya que se podía dar la situación de que le tocase su hermana. Sacó papel, y le tocó Patricia.

-          Menos mal – dijo entre aliviada y riéndose Virginia.

-          Te has librado hermanita – le contestó Manolo.

-          Ya ha vuelto el chulito – le contestó Carmen, empezándose a reír.

Se fueron colocando todos para empezar a follar, de nuevo. Virginia que se quedaría controlando el tiempo, les dijo que ya podían empezar.

-          Te vas a enterar tu ahora – le dijo Rafa, que estaba loco por follarse a Marina, y no me extraña, nuestra vecinita, está buenísima. La cogió, y sin que a ella le diese tiempo a reaccionar, la puso a cuatro patas en el sofá, y se la empezó a follar desde atrás.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, OOOOOOOOHHHHHHHHHH, que polla más dura. Si que me tenías ganas joder – le provocaba Marina.

-          OOOOOOHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII, que pollón, como me pones tío – le decía Carmen a Javier, que lo había tirado sobre el sofá, y se había puesto encima de él, empezando a follarse a Javier, que se dejaba hacer.

-          UUUUUUUUUMMMMMMMM, que coñito más estrechito tienes, SSSSSSSSSIIIIIIIIIII, metete mi polla – le animaba Javier a Carmen, que estaba saltando sobre la polla de Javier, metiéndose toda la longitud de la polla Javier en el coño.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, Manolo, cada vez me follas mejor, como tu amiguito no se porte bien, te cambio por él, AAAAAAAAAHHHHHHHHH – le decía riéndose Patricia.

-          UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFF, cada vez estás más salida Patricia, cada vez se te moja más el coño – le dijo Manolo. Estaban todos follando sin cambiar de postura, bien repartidos en el sofá. Virginia no perdía detalle de cómo se follaba su hermano a Patricia, mientras no paraba de meterse un par de dedos por el coño.

-          Mira cómo me folla tu hermano, AAAAAAHHHHHH, OOOOOOOHHHHHHHH, que dura se le pone la polla – le provocaba Patricia a Virginia, riéndose y disfrutando del polvo que le estaba pegando Manolo.

-          Tiempo – gritó Virginia cuando volvió a cumplirse el tiempo.

Todos dejaron otra vez de follar, todos parecían cada vez más excitados, los chicos más empalmados, y con las pollas relucientes de todos los jugos de los coños de las chichas, que estaban con los pezones durísimos.

Se fueron acercando todos a donde se encontraba Virginia que, ya había dado vueltas a la bolsa, y esperaba impaciente, que empezasen a repartirse los papeles.

-          Venga daros prisa – les urgió a todos Virginia.

Rafa no le hizo esperar mucho, metió la mano en la bolsa y tras dar un par de vuelas a los papeles, sacó uno. Le tocó con Carmen.

-          UUUUUUMMMMMMM, que bien, así repetimos lo de anoche que me encantó – le dijo Carmen acercándose a él, y cogiéndole la polla.

-          Soy todo tuyo – le contestó Rafa.

Javier, se acercó a meter la mano en la bolsa, y haciendo lo mismo que Rafa, revolvió un par de veces los papeles que quedaban y sacó uno. Le tocó su hermana.

-          Ves preparando ese culito hermanita – le advirtió Javier a Marina.

-          Está preparado, desde el viernes que me lo reventaste por primera vez – le contestó Marina, dándose un buen azote en el culo.

-          Y más que te lo voy a preparar ahora – le contestó Javier, agarrando a su hermana del culo.

-          Joder, que morbo, los hermanitos – dijeron Rafa y Manolo a la vez.

Manolo empezó a barajar otra vez los papeles, y volvió a sacar otra vez el de Patricia.

-          UUUUUUUMMMMMMMM, que buena suerte la mía con lo dura que llevas la polla ya. ¿Por dónde me la vas a meter ahora? – le preguntó Patricia.

-          Por donde quieras, pero si me dejas que te la meta un poquito por el culito, estaría bien – le pidió Manolo.

-          Mierda me vuelvo a quedar de mirona – se quejó Virginia que con el calentón que llevaba, le tocaba quedarse a controlar otra vez el tiempo.

Se fueron colocando todos en los sofás, Carmen cogió a Rafa los sentó en el sofá y haciendo exactamente lo mismo que, había hecho con Javier, lo hizo con Rafa. Se sentó sobre él, y se empezó a meter la dura polla del jovencito, por el coño, saltando como una loca sobre ella.

-          OOOOOOOHHHHHH, joder, Carmen como me estás follando, que pasada, que coño más empapado llevas – le decía Rafa, dejándose follar.

-          SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII, que cachonda estoy hoy, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, me encanta tu polla – le contestaba ella.

-          Vamos hermanito, reviéntame el culo, que lo estoy deseando. AAAAAAAHHHHHHHHH, sí que pollón tienes hermanito, OOOOOOOHHHHHHH, métemela toda en el culo – le pedía Marina a Javier.

-          Toma polla, toma polla, hermanita, mira que dura me la pones, UUUUFFFFFF, como se traga tu culo mi polla, que guarra estas hecha, AAAAAAAAHHHHHHHHHH – le decía Javier, metiendo su dura polla en todo el culo de su hermana, que se encontraba a cuatro patas sobre el sofá. La imagen era increíble.

-          Vamos Manolo, no te cortes porque tu hermanita esté aquí, reviéntame el culo, UUUUUUUUMMMMMMM, que rico, AAAAAAAAAAAHHHHHHHH – le provocaba Patricia, y Manolo poco se cortó, le empezó a meter toda su dura polla en el culo a la mujer de su mejor amigo.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHH, que culo, que culo, OOOOOOOOHHHHHHH, que bien entrenadito te lo tiene mi amigo – le decía Manolo, metiendo y sacando su polla del culo de su amiga.

-          Joder que cachonda estoy – decía Virginia, mirando como se estaban follando unos a otros, y metiéndose un par de dedos por el coño – da bien por culo a esa zorrita Manolo, por hacernos esta jugada.

-          En eso estoy, en eso estoy – le contestó Manolo a su hermana, mientras le empezaba a dar azotes a Patricia en el culo.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, dame azotes, que placer, que bueno – contestaba Patricia. En esas estaban cuando el tiempo llegó a su fin.

-          Tiempo – volvió a gritar Virginia.

Estaban todos pasándoselo de fábula, por lo que les fue más difícil dejar de follar, pero poco a poco, les sacaron las pollas a las chicas, y se levantaron para dirigirse para volver a sortear parejas. Virginia volvió a girar la bolsa. Rafa, metió la mano y sacó papel, le tocó volverse a follar a su cuñada.

-          Genial cuñadita, porque ahora el que se va a follar tu culo voy a ser yo – le advirtió Rafa a Patricia.

-          Te está esperando todo abierto – le contestó ella encantada de que le volviesen a follar el culo.

Javier se acercó a coger papel corriendo, ya que estaba con un buen calentón, metió la mano en la bolsa, esta vez, sacó el primero que pilló, y le tocaba tirarse a Carmen.

-          Genial, otra vez ese pollón – empezó a aplaudir Carmen, celebrando que se iba a volver a follar a Javier.

-          Te vas a enterar tú ahora – le avisó Javier.

-          Mierda, o me vuelvo a quedar de mirona o me toca mi hermano – saltó Virginia, que estaba con un calentón considerable.

Manolo con una sonrisa, sacó su papel, y le tocó Virginia. Los dos se echaron las manos a la cabeza.

-          Joder que hacemos ahora – dijo Manolo.

-          Mierda, con el calentón que llevo. Después de estar mirando un buen rato – se quejó ella – ¿no me dejáis cambiar?

-          No – contestaron todos – Las reglas son las reglas.

-          Venga iros colocando, que pongo el cronómetro ya – les avisó Marina.

Se dirigieron todos al sofá, Virginia y Manolo se quedaron de pie, mirándose uno al otro, mientras el resto empezaron a colocarse. Esta vez Javier, cogió a Carmen, la puso a cuatro patas en el sofá y se la empezó a follar él coño.

-          AAAAAAAHHHHHH, joder, que pollón, me encanta, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, fóllame, eso méteme un par de dedos en el culo mientras me follas – le pedía Carmen a Javier, que había empezado a meterle un par de dedos en el culo, con la clara intención de follárselo más tarde, si le daba tiempo.

-          Qué bueno, UUUUUUUMMMMMMM, que coñito más calentito – le contestó Javier.

-          UUUUUUUUFFFFFFFFFFF, cuñadita, pero que guarra, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, como se ha tragado mi polla tu culo, te ha entrado de un tirón – le decía Rafa a Patricia, y la verdad es que, tenía el culo muy abierto, de las folladas anteriores por parte de Manolo.

-          AAAAAAAHHHHHHH, que dura tienes la polla, UUUUUUUUUMMMMMMM, ¿te gusta follarte el culo de tu cuñadita? – le preguntaba Patricia.

-          Y que lo digas, que pedazo de culo tienes – le contestó Rafa.

-          Al menos, ¿me la podías chupar? – le pedía Manolo a Virginia, mientras se pajeaba mirando a su hermana, estando los dos de pie.

-          Qué coño, estoy muy caliente – dijo de repente Virginia, sorprendiendo a Manolo. Se sentó en el sofá con el coño y el culo al borde de este, se reclinó hacia atrás, y subiendo las piernas en el sofá ella misma se abrió el coño – venga cómeme el coño, y prepárame el culo, si te portas bien hasta te dejo que me lo folles.

-          Eso está hecho – le respondió Manolo, tirándose sobre el coño de su hermana, empezando a comerse esa preciosidad, mientras con la mano izquierda le levantaba un poco el culo, y le empezaba a meter un par de dedos en el culo.

-          AAAAAAAHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIII, que bueno, que calentón llevo – decía Virginia agarrándole la cabeza a su hermano, mientras este le comía el coño.

-          Joder que morbo – empezó a decir Rafa, mirándolos mientras, le seguía metiendo su polla dura en el culo a su cuñada.

-          Es una pasada, AAAAAAAHHHHHHHH – decía Javier – venga no os cortéis.

-          UUUUUUMMMMMMM, que coñito más rico tienes, que bien sabe, como suelta jugos – le decía Manolo a su hermana, y cada vez estaba más cachondo – No aguanto más hermanita, te tengo que meter la polla.

-          A que esperas – le animó esta, que parecía estar fuera de sí, de lo cachonda que estaba. Manolo en la misma posición en la que estaba, le levantó un poco más el culo, y apuntando su polla a la entrada del culo de su hermana, empezó a meterle su polla por el culo – AAAAAAAAAHHHHHHHH, que culito más estrecho, que pasada, OOOOOOHHHHHHHHHH, me encanta tu culo Virginia.

-          SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIII, que calentón llevo, UUUUUUUFFFFFFFFFF, fóllame, que polla más buena tienes, que dura se te ha puesto, ¿tanto te pone follarte a la putita de tu hermana?,¿es así como te imaginabas que me follabas cuando me espiabas? – le comentaba Virginia, mientras su hermano seguía follándosela por el culo.

-          Tiempo – dijo Patricia enseñándolos el cronómetro, pero sin sacarse los dos dedos que tenía metidos en el coño.

-          Joder que putada – dijo Manolo – ahora que estaba cogiendo ritmo.

-          Eso, ahora que ya me daba igual, y estaba disfrutando como una loca – le contestó Virginia, tras ponerse de pie, y le agarró la polla a su hermano – muy buena polla, si señor, estoy muy orgullosa de ti.

-          Y yo de este culo, madre mía, como se ha tragado mi polla – le contestó Manolo, dándole un buen azote en el culo.

-          Bueno Virginia, ¿No decías que no te dejarías follar por tu hermano? – le preguntó tratando de tirarla de la lengua Marina.

-          Qué le vamos a hacer, la gente se equivoca, y gracias a que son errores fácilmente rectificables – se resignó Virginia, dando la razón a sus vecinos.

Estaban todos fuera de control, estaban muy cachondos, los chicos estaban locos por correrse al igual que las chicas, se miraban unos a otros, los chicos se agarraban las pollas y las chicas se tocaban el coño.

-          ¿Qué tal si en la siguiente ronda seguimos follando hasta que nos corramos? – les ofreció Patricia, que se dio cuenta que todos necesitaban correrse por primera vez, al menos.

Estuvieron todos de acuerdo, pero tenían el problema que una de las chicas, se quedaría sin pareja para follar, por lo que, a propuesta de Patricia, y como le tiene mucho cariño a su cuñadito, les propuso que como era la segunda orgía de su cuñado, que la chica que quedase libre se uniese a su cuñado y a la chica que le tocase. Todos estuvieron de acuerdo, les pareció bien que el jovencito se estrenase a lo grande.

Empezaron a realizar el sorteo, por última vez. Rafa fue hacía la bolsa y sacó papeleta, y le tocó Marina. Lo que le puso una gran sonrisa en la cara, y es que, parecía que le encantaba nuestra vecina, y encima, iba a realizar su primer trio con ella.

-          Me voy a poner las botas – les dijo a todos – Gracias chicos.

-          De gracias nada, yo me lo voy a cobrar en carne – le contestó Marina riéndose.

Javier se acercó a la bolsa, y sacó su papeleta. Otra vez le volvió a tocar Carmen, la cual estaba encantada.

-          UUUUUUUUFFFFFFFFFFF, que suerte la mía – dijo Carmen, que estaba encantada de seguir follándose a Javier. Estaba encantada con la polla de su nuevo amigo.

-          JAJAJAJAJJAJAJA. Al final, te vas a hacer un molde de mi polla – le dijo el riendo por el comentario anterior de Carmen.

-          No me des ideas – le contestó Carmen.

Manolo finalmente, se dirigió a coger su papel. Y le volvió a tocar Virginia, lo que le provocó una gran sonrisa en la cara.

-          Me parece que nos vamos a desquitar en una mañana, de todos estos años – le dijo Manolo a su hermana.

-          Te vas a desquitar tú, que yo no te espiaba. Y si no llega a ser por lo cachonda que me han puesto estos y lo guarros que son, no creo que jamás me hubieses puesto la mano encima – le contestó ella.

-          Si, pero ahora que te he puesto la mano encima, o mejor la polla dentro, te ha encantado – insistió Manolo, provocando a su hermana.

-          En eso tienes razón – le sonrió y como le tenía a mano, le agarró la polla.

-          Bueno, entonces mi cuñadito para mí – dijo Patricia – acabemos con esta fiestecita, les dijo a todos.

Manolo dejó que su hermana, que le llevaba agarrado de la polla, le sentara en el sofá, y, sentándose de espaldas a él, se empezó ella misma a meterse la polla de su hermano por el culo, mirando al resto como follaban.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, que pollón tienes, que duro, OOOOOHHHHHHH, me encanta – decía saltando sobre la polla de su hermano, metiéndosela en todo su culo.

-          Que culo tienes Virginia, ahora si el marica no te da caña, te vienes a mi casa, que yo te follo este culito sin problemas, UUUUUUUUFFFFFFFFFF, que bueno, OOOOOOOHHHH, que culo – le respondía Manolo.

-          UUUUUUMMMMMMM, Carmen, pero que buena estas, y como me gustan tus agujeritos, SSSSSSSSSIIIIIIIIII, como se tragan mi polla – le decía Javier a Carmen, mientras le iba follando tanto su coño como su culo, se la metía un poco en el coño, se la sacaba y se la metía en el culo.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHHH, AAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me voy a volver adicta a tu polla, que polla por dios, me está volviendo loca, SSSSSSSIIIIIII, clávamela – le contestaba Carmen, que estaba disfrutando enormemente el polvo que la estaba pegando Javier.

-          Túmbate en el suelo cuñadito – le dijo Patricia a Rafa. Este le obedeció encantado tumbándose boca arriba. Patricia se sentó sobre su cara, y le dejó la polla para Marina – vamos cómeme el coño, que Marina te va a follar, que sé que estás deseando follarte aquí al pibón este.

-          Y yo a él, que menuda polla más buena que tiene – contestó Marina, y es que Marina, parecía encantada también con las pollas de todos.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHHHH, hacerme lo que queráis, mirar lo dura que me tenéis la polla, OOOOOOOOOOHHHHHHHH – los animaba Rafa, a que le hicieran lo que quisieran.

Marina tras meterse su polla en el coño de Rafa, empezó a saltar sobre ella, agarrándose las tetas. Rafa por su parte, le debía estar comiendo el coño bastante bien a su cuñada, porque no paraba de gemir, y se llegó a reclinar hacía adelante, para apoyar sus manos en el suelo, y no perder el equilibrio. Al hacer eso, las tetas de Marina le quedaron justo delante de la cara, por lo que empezó a chuparle los pezones siempre que le pasaban cerca de la boca, ya que los saltos de Marina sobre la polla eran considerables.

Manolo por su parte, acabó levantando a su hermana del sofá, y tras ponerla a cuatro patas, se la empezó a follar en esta postura, metiéndola su polla en el culo, muy duro, tanto fue así, que en una de las embestidas que la estaba dando, se le salió la polla del culo de su hermana, y con la inercia que llevaba, al intentar volverla a clavar se la metió en el coño. Ella le pidió que no se la sacara del coño, que se la follara bien duro por el coño.

Javier y Carmen, siguieron follando por bastante tiempo en la misma postura, hasta que Javier, giró a Carmen, y tumbándola boca arriba, ahora se la metía un poco en el culo, un poco en el coño, y un poco en la boca, y se agarraba bien a las tetitas de Carmen. Ella no podía parar de gemir. Estaba encantada con el polvo que le estaba dando.

Marina y Patricia, intercambiaron posiciones, por un rato y se seguían follando a Rafa en el suelo, pero era Marina ahora la que le comía las tetas a Patricia, mientras esta saltaba sobre la polla de su cuñado.

-          ¿Dejarme que os folle el culo a las dos, por favor? – les pidió Rafa.

Las chicas estuvieron de acuerdo. Les hicieron un hueco en un sofá, se pusieron a cuatro patas, y Rafa, llegó desde atrás y se la clavó en el culo a Marina primero, y después de darle unas buenas embestidas, se la sacó y se la metió en el culo a su cuñada, y cada poco iba cambiando de agujerito. Estuvieron follando todos, por unos minutos más hasta que ya no aguantaron mucho más, y empezaron a correrse.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHH, me voy a correr, me corro, joder que pollón – empezó a decir Carmen, que no pudo aguantar más con el calentón que llevaba, y se corrió, quedándose totalmente relajada, y dejando libre a Javier. Que, viendo, que su hermana en ese momento estaba esperando su turno, se fue a por ella, y se la empezó a meter en el culo.

-          AAAAAAAHHHHHHHH, que bueno cabrón – le dijo Marina, recibiendo la polla de su hermano, encantada.

-          OOOOOOOOHHHHHHHHHH, joder me corro, no aguanto más, SSSSSSIIIIIIIIIII, que corridón me voy a pegar – estaba gimiendo Patricia, con la polla de su cuñado metida en el culo, y así se acabó corriendo.

-          Yo también me corro, me corro, cuñadita, AAAAAAAAHHHHHHHH, toma mi leche, toma mi leche – le decía Rafa, sacándole la polla del culo, la giró, y se empezó a correr sobre las tetas de su cuñada, se las puso perdidas de leche.

-          Joder no voy a aguantar más, me voy a correr, OOOOOOOHHHHHHHH, Manolo que pollón tienes hermanito, que pollón, me encanta, como me está haciendo correr – le alababa Virginia, engrandando el ego de Manolo.

-          Yo también me voy a correr, trágate mi leche anda hermanita – le pidió Manolo, mientras le sacaba la polla del coño, ella se giró sentándose en frente de la polla de su hermano, y se la empezó a chupar – AAAAAAAHHHHHHHH, me corro, me corro, toma leche, trágatela toda, OOOOOOOOHHHHHHHHHH, que placer, que pasada, toma leche.

-          UUUUUUUMMMMMMMMMMMM, que leche más rica tienes, me encanta – le decía Virginia todavía metiéndose la polla de su hermano en la boca, y este, le agarraba de la cabeza, y se la metía lo más profundo que podía en la garganta a su hermana.

-          OOOOOOOOHHHHHHH, que pollón hermanito me corro, me corro, AAAAAAAAHHHHH, que bien me habéis follado todos, que cachonda estaba – les decía a todos Marina. Su hermano, tras sacarle la polla del culo, y girarla para sentarla en el sofá, se empezó a pajear delante de su cara.

-          AAAAAAAAAHHHHHHHHH, me corro, me corro, no seas menos que la golfa de Virginia, métete mi polla en la boca – le dijo Javier a Marina, que se metió la dura polla de su hermano en la boca y se tragó, hasta la última gota.

Se quedaron todos tirados, en el suelo, hechos polvo y nunca mejor dicho, por la fiesta que se acababan de pegar, todos ellos diciendo que se lo habían pasado de fábula. Todavía era media mañana, y decidieron tras asearse un poco, ponerse unos bikinis, y bajar a tomar el sol a la piscina de la urbanización. Allí estuvieron contándose un poco la vida unos a otros, sobre todo aquellos que no se conocían. Pasaron el resto de la mañana en la piscina, ya que estuvo casi toda la mañana vacía, salvo otras tres parejas más con sus niños. A las 2 decidieron subir al piso, a esperar a Héctor, y a comer, y después de comer, ya verían que fiesta se organizaban.

Mientras esa misma mañana en el trabajo de mi mujer Raquel, esto es lo que vino a pasar.

Mi mujer, se había propuesto tirarle los trastos al becario que le ponía bastante, así que, como más o menos los tiene a su cargo, empezó a explicarle cosas del sistema informático, sentada con él, en la misma mesa, se inclinaba sobre él, pegándole las tetas en la cara, se agachaba a coger cosas enseñándole el culo, pero por lo visto el chico ni se inmutaba. La chica becaria, que estaba en frente los miraba, un poco divertida por la situación, ya que le estaba adivinando las intenciones a mi mujer. Estuvo centrada en él, por al menos 2 horas, sin que el mostrara el menor síntoma de interesarse en ella, lo que tenía herido el orgullo de mi mujer, así que, una vez que él se bajó a comprar algo al supermercado para almorzar, se desabrocho un botón de la camisa blanca que llevaba.

-          Ni te molestes, Raquel. Ya lo intenté yo la semana pasada – le dijo Lucía la becaria mirándola fijamente.

-          Perdona – respondió mi mujer como si no supiera de lo que la estaba hablando.

-          Que ni lo intentes, que ya lo intenté yo la semana pasada. Juanjo es gay – le contó Lucía a mi mujer, echándole un buen jarro de agua fría.

-          Joder, pues vaya putada, porque está bien bueno, así que llevo 2 horas currándomelo para nada – le contestó mi mujer.

-          Bueno, al menos le has hecho el training – le corrigió Lucía.

-          Si, de todas formas, lo tenía que hacer. Ahora me pongo contigo – le avisó mi mujer.

-          Genial – contestó la chica – Oye, ¿tú no estabas casada?

-          Si chica, pero a nadie le amarga un dulce – le explicó mi mujer, guiñándole un ojo.

-          JAJAJAJAJAJJA, que bueno, me encantas – se partía el culo la becaria, con mi mujer.

Cuando Juanjo volvió de almorzar algo, mi mujer le termino de explicar las 4 o 5 cosas que le quedaban por explicarle, ya sin tanto contoneo, y sin tanta floritura. Y cuando acabó, se puso con ella. Con Lucia se estuvieron riendo, e hicieron muy buenas migas, la chica cogía la mayoría de las cosas a la primera. Bajaron al medio día a tomar un refresco juntas, para despejarse.

-          Una pena lo de Juanjo, ¿Cómo te enteraste de que era gay? – le preguntó mi mujer a Lucia - ¿Por qué no lo parece?

-          Porque el acoso, al que le has sometido tú, no tiene nada que ver con el acoso al que le sometí yo, la semana pasada, me faltó quedarme en ropa interior delante de él. Y no es por nada, pero no estoy nada mal, como para que un tío me ignore de esa manera. Que yo se usar mis armas – Y según le contaba esto, se llevó las manos a las tetas riéndose. A mi mujer, cada vez le caía mejor Lucía – Y, además, un día recibió una llamada de un tío y tenía conectado el altavoz al principio, y aunque lo quitó corriendo. Cuando volvió, me contó que era su pareja, y que le tenía loco con no sé qué historias de un apartamento.

-          Menuda putada, si de por sí son pocos tíos en esta empresa. Para uno que hay que está realmente bueno, resulta que es gay, para echarse a llorar – le dijo mi mujer.

-          Y tú que lo digas. Y encima es muy majo, se puede hablar de cualquier cosa con él, cuando tuve la certeza de que era gay, casi me deprimo – le explicó Lucía – bueno, y que pasa que tu marido, ¿no te da caña?

-          Me da y mucha – le contestó Raquel a Lucía – pero vamos que tenemos nuestros acuerdos.

-          Ya entiendo, sois una pareja liberar – le dijo Lucía.

-          La verdad, es que sí, nos entendemos genial en todos los aspectos, se puede decir que hemos tenido mucha suerte, dando el uno con el otro – le explicó mi mujer.

-          Ya te cuento, porque hay mucho moro por ahí suelto, que les gusta hacer lo que les salga del culo, pero en el momento, que eres tú la que se suelta un poco, se vuelven locos – le contó Lucía que debía de haber tenido alguna mala experiencia.

Cuando se terminaron los refrescos, volvieron a sus puestos de trabajo, cuando iban en el ascensor, mi mujer le preguntó por dónde vivía, y no vivía lejos de nosotros, por lo que como no tenía coche, mi mujer la podía traer y llevar a trabajar. A lo que Lucía estuvo encantada. Desde ese momento, hicieron muy buenas migas las dos.

Y mientras todo eso acontecía en el trabajo de mi queridísima mujer, la situación en mi trabajo era totalmente distinta. Para empezar, Roberto estaba de vacaciones, al igual que Silvia su secretaria, aprovechaban a tomarse las vacaciones al mismo tiempo, y Anabel cubría las pocas cosas que se pudiesen necesitar de Silvia. Por otra parte, Juan Carlos y Domingo, volvieron de sus vacaciones, y a ellos no los conocíamos, ya que cuando nosotros empezamos a trabajar la semana pasada, ellos ya estaban de vacaciones.

Juan Carlos tiene 30 años, era otro de los ingenieros, era delgado, bastante alto, y mediría cerca del 190cm, ojos marrones, y por lo que me comentó María luego, no era guapo, pero tenía algo. Y vaya si tenía algo, pero lo que pasa es que lo llevaba escondido.

Domingo tiene 28 años, el último de los ingenieros que nos faltaba por conocer era rubio, no muy alto, cerca del 175cm, ojos marrones, y en buena forma, se le notaba que hacía deporte. María también me dio el visto bueno de este. Se iba a poner las botas. En otra vida tengo que cursar estudios en los que la mayoría, sean mujeres.

Nos los presentaron cuando llegaron, ellos al ver a María, se llevaron una gran alegría, se miraron entre ellos, sin decir nada, y diciendo mucho. Nos sorprendió, que nos dijeran que eran cuñados, sus parejas eran hermanas.  Y nos dijeron, que empezaron a trabajar allí, al mismo tiempo, hará un 1 año más o menos. Estuvimos hablando también de los proyectos que llevaban, y que les dijimos que teníamos alguna duda, que más tarde nos gustaría aclarar con ellos.

El caso, es que empezamos a trabajar, la mañana fue transcurriendo sin pena ni gloria, estábamos todos medio adormilados, después del fin de semana. María por su parte, me estuvo contando también, el problema que habían tenido en el pueblo de Jesús. No era nada serio, pero tenían que echar una mano a sus suegros. Por lo visto, ya estaba medio solucionado, el fin de semana tendrían que volver a acercarse, para acabar de solucionarlo. Lo que me dio rabia, ya que iba a ser otro fin de semana, en el que si nos montábamos una fiesta no íbamos a poder contar con María y Jesús.

Al empezar la segunda hora, nos empezaron a llegar mensajes a María y a mí, del resto de compañeros, en ellos nos decían que los dos que habían vuelto de vacaciones, estaban locos por saber si formábamos parte del ambiente liberal, y lo que les gustaría hacerle a María, es más, nos mandaron algún “corta-pega”, de los mensajes que les habían mandado, en uno de ellos, María hasta se atragantó mientras leía lo que ponía, se estuvo riendo de eso también. Alguno le pidió a María que les provocara un poco, otro dijo que nos montáramos una fiesta hoy también, que el jefe no estaba, y no había peligro, los jefes dijeron, que no había problema que, de momento, llevábamos el trabajo adelantado. Yo contesté que, por mi genial, María dijo que por ella también. Entonces empezaron a presionar para que los provocara en serio. Ella se quejaba, diciendo que porque tenía que ser ella la que llevara la iniciativa. Y le contestaron, que iba ser mucho más morboso, ya que los dos estaban locos por tirársela.

María acabó cediendo, le dijo a Domingo que iba al baño, y le preguntó, que, si a la que volviese, le podía explicar las dudas que tenía del proyecto, que en un principio llevaba él. Domingo estuvo más que de acuerdo, en resolverla cualquier tipo de duda que tuviese. Juan Carlos le miró como queriéndolo arrancar la cabeza, por la suerte que tenía. Cuando María se metió en el baño, prácticamente lo que hizo fue acicalarse un poco, y se desabrochó un botón de la camisa blanca que traía, dejando un escote, que más bien escondía poco.

Llegados a este punto, no os he contado como venían las chicas hoy, María llevaba una minifalda gris ajustada, que se le hacía un culo impresionante y la camisa blanca, ya mencionada. Marta, la otra ingeniera, iba con un vestido de verano, de una pieza gris, y muy ajustado, que le alzaban el par de tetas, que se marcaba la chica. Anabel, traía un top blanco de tirantes, y un pantalón negro de vestir. Teresa, iba con un top de tirantes verde oscuro, que se ajustaba de maravilla a ese impresionante par de tetas, y un pantalón gris, también muy ajustado a su potente culo. Alicia, iba con una camisa negra muy escotada también, y una minifalda negra, que al igual que a María se le pegaba al culo de maravilla, le hacía unas piernas y un culo preciosos. Alicia desde mi punto de vista, es una chica increíblemente elegante.

Los chicos íbamos todos más o menos de la misma manera, con un traje de verano todos, camisa y corbata, nada que destacar, si acaso, los colores.

Volviendo a la historia, María volvió del baño, se sentó a su sitio, y Domingo se acercó a su sitio con su silla, para comentar las dudas que tenía María acerca del proyecto. Las tres primeras, por lo que yo escuche eran bastante razonables, pero la cuarta, y la siguiente ya no me lo parecieron tanto, por lo que yo me estaba preguntando que se tramaba María, ya que no me cuadraba que tuviese esas dudas, ya que conozco muy bien su nivel, y lo buena ingeniera que es.

-          ¿Me estabas mirando las tetas? – le gritó María a Domingo, que no sabía dónde meterse, mientras María se tapaba el escote, muy digna ella.

-          Yo, esto no … - le respondía Domingo mirando a todos lados, y no sabiendo donde meterse, porque sí que lo estaba haciendo y le habían pillado.

-          Pues si querías verme las tetas solo tenías que pedirlo, que ya me han estado pasando los mensajes con lo que decías que me harías, y ya sabemos que los que trabajamos en esta empresa nos préstamos a ciertas cosas – le soltó María tranquilizándole de repente, y es que, la cara de acojono que tenía Domingo era impresionante, y la actuación de María más de uno pensaba que iba en serio. Según le terminaba de decir eso, se empezaba a desabotonar el resto de la camisa.

-          Cabrona que susto, me has dado. Casi me da un infarto – le decía Domingo llevándose las manos al pecho. Todos nos descojonábamos por la situación.

-          Bueno me quito la camisa, si a mí me enseñáis algo también – dijo María, que se había desabrochado la camisa, pero no se la había quitado, ni siquiera le estaba enseñando el sujetador.

-          Lo que tú quieras – y allí en medio de la sala, se empezó a quitar toda la ropa, cuando estaba a punto de quitarse los calzoncillos, vio que el resto seguíamos en nuestros sitios – ¿os vais a quedar mirando?

-          De momento sí – le contestó Marta, sonriendo, y disfrutando de la situación. Domingo sin cortarse lo más mínimo terminó de quitarse el calzoncillo, mostrando una buena polla, que empezaba a estar morcillona, y la cual, se empezó a agarrar.

-          No está mal – decía María – pero no sé, si con una voy a tener suficiente. ¿Por dónde anda, el otro que estaba de vacaciones?

-          Aquí ando – dijo Juan Carlos levantándose de la silla. María le hizo una seña para que se acercara.

-          ¿Qué tienes que enseñarme tú también?,¿Qué también me han llegado un par de mensajes tuyos, diciendo que me ibas a hacer no sé qué en el culo? – le preguntó María, que a duras penas conseguía controlarse la risa.

-          A ello voy – dijo Juan Carlos – y se empezó a desnudar, justo al lado de su cuñado.

-          Esta va a ser buena – comentó Marta, que se estaba empezando a reír – veras tú.

-          Eso estaba pensando yo – añadió Teresa. Juan Carlos terminó de quitarse toda la ropa, y nos dejó ver lo que escondía.

-          ¡JODER! Vaya pedazo de polla, menuda pedazo herramienta – soltó María, al verle el pedazo polla que se gastaba, era tan grande como la Edgar el dominicano del crucero. Las chicas se empezaron a descojonar con la reacción de María. Yo flipaba, porque pensaba que lo de Edgar era único, los chicos se reían también.

-          Lo que decía que le iba a hacer a tu culo, era, que te lo iba a dejar tan rojo y grande, como el corazón de una sandía – le devolvió la coña Juan Carlos a María.

-          Con ese trasto, da por seguro que podrías – le contestó María, que se levantó de la silla – Sentaros los dos en ese lado, que ahora me toca a mí.

María los hizo que se sentaran los dos en las sillas que había junto a su mesa, y ella se puso en el centro de la sala, y se empezó a quitar muy sensualmente la camisa, dejándonos ver un sujetador rosa muy clarito de encaje increíblemente sexy. Se desabrochó la cremallera de la falda, y de espaldas a ellos, se la empezó a quitar, por los pies. Cuando se la terminó de quitar, cogió las dos prendas y acercándose a ellos las dejó en la mesa. Se volvió al centro de la sala, mirándonos a todos, con una sonrisa. La muy cabrona lo estaba disfrutando muchísimo, le encanta sentirse el centro de atención.

De vuelta en el centro de la sala se puso de espaldas a los chicos, que ya estaban con las pollas duras, al ver al pibón de María, hacerles semejante striptease, y se empezó a quitar el sujetador, con un movimiento increíble de su culo. Y yo creo que todos estábamos ya empalmados viéndola. Con un brazo y una mano se tapó los pechos, y se giró, con la otra mano, que le quedaba libre, se acercó a ellos y se lo dio a Domingo, el cual recibió de buen grado el regalo, se lo llevó a la nariz, y lo olió profundamente. Todos nos empezamos a reír de su gesto, María incluida, que se quitó el brazo, liberando sus pechos, y se los empezó a restregar por la cara de Domingo, este intentó lamer algún pezón, pero no le dio tiempo, ya que María se apartó rápidamente, se alejó de ellos enseñándoles sus preciosas tetas, y les indicó que, a que esperaban a tocarse las pollas, los dos chicos se agarraron ya sus duras pollas, y se empezaron a masturbar delante de todos muy lentamente.

Cuando ellos empezaron, a tocarse, María se volvió a girar de espaldas a ellos, y empezó a jugar con sus braguitas, las movía de un lado a otro, hasta que, de un golpe se las bajó a los tobillos, y les miraba con las piernas un poco abiertas, lo que les daba una preciosa visión de su coñito, se puso de pie, se terminó de quitar las braguitas, se agachó a cogerlas, se giró de cara a los chicos, dejando ver su precioso cuerpo en todo su esplendor a los chicos, con un coñito depilado. Se acercó a Juan Carlos y le entregó las braguitas, mientras este al igual, que había hecho su cuñado, se las llevó a la nariz, y empezó a olerlas, muy profundamente, María al igual que hizo con Domingo, le empezó a restregar las tetas por la cara, pero se volvió a retirar muy rápidamente, y andando hacia atrás, se puso en el centro de la sala, y girándose hacia todos nosotros, nos dijo:

-          Yo me voy a empezar a tirar a estos dos, vosotros hacer lo que queráis – nos dijo María, acercándose a los dos chicos se empezó a sentar en las piernas de Juan Carlos.

Los que estábamos sentados, nos empezamos a levantar, y mirando a los que ya estaban de pie, nos empezamos a desnudar todos, yo mientras me desnudaba, me fijé que Teresa se acercó a mi puesto de trabajo, y se empezó a quitar los pantalones que traía y los dejó sobre mi mesa, yo ya me estaba quitando, los pantalones, y me había quitado, la camisa y la corbata. Cuando me quité los pantalones, ayudé a Teresa a sacarse el top por la cabeza, y me agarré a sus tetas, la empecé a besar, y le desabroché el sujetador.

-          Que tetas más grandes tienes, son una pasada – le comenté a Teresa, quitándole ya el sujetador.

-          Pues prepárate, que te vas a hartar de ellas hoy – me contestó ella, y agarrándome el calzoncillo, me lo empezó a quitar, cuando me lo termino de bajar, se empezó a poner de pie, y me agarró la polla – menuda polla tienes, me encanta.

Le terminé de quitar yo las bragas a ella, la senté en mi silla, y subiendo sus piernas, se las abrí, y me empecé a comer su coño.

Alberto y Javier, se acercaron a Marta, que la tenían entre los dos, ellos se iban quitando la camisa ya, y empezándose a quitar los pantalones, ella se había quitado el vestido por la cabeza, y estaba en ropa interior. Alberto, se acercó a ella por detrás, cuando este dejaba caer sus pantalones, y le desabrochó el sujetador, Javier por su parte, también dejó caer los pantalones, y le bajó los tirantes del sujetador, ayudándola a quitárselo. Marta por su parte, metió su mano, en los calzoncillos de Javier, y le agarró la polla que ya estaba bastante dura. Alberto, por su parte, le empezó a bajar las braguitas desde atrás, una vez se las sacó, se quitó él su calzoncillo, dejando libre la erección que llevaba, y se agachó para besarle el culo. Javier se quitó el calzoncillo el mismo, se puso de pie, Marta le volvió a agarrar la polla, y él se agachó para empezar a chuparle las tetas.

Ricardo, agarró a Alicia, de la cintura, y besándola en el cuello, le fue acercando a donde se encontraba Ramón, entre los dos empezaron a desnudarla, mientras Ramón le desabrochaba la camisa y se la quitaba, Ricardo, le bajaba la cremallera de la falda y se la quitaba por los tobillos, cuando la tuvieron en ropa interior, Ricardo le empezó a quitar las braguitas, mientras que Ramón, le sacaba el sujetador. Cuando la tenían desnuda del todo, ella se dedicó a desnudar a Ramón mientras, Ricardo, se metía entre su culo, y se lo empezaba a chupar. Cuando Alicia, con todo el placer que le estaba provocando Ricardo, consiguió quitarle los calzoncillos a Ramón, la gran polla del jefe, salto ante la cara de Alicia, que no se pudo resistir, y se metió la polla del jefe en la boca. Le dio un par de chupadas, se sacó la polla de este de la boca, y se giró para terminar de ayudar a Ricardo, que solo le faltaban los pantalones, y los calzoncillos por quitar. Alicia se había girado para desnudar a Ricardo, y Ramón ocupo el sitio que había tenido antes Ramón, empezando a comer el culo a la administrativa. Alicia a duras penas consiguió desnudar a Ricardo, cuando los 3 estuvieron desnudos, ella se arrodilló delante de los dos jefes, y se iba metiendo sus pollas en la boca alternativamente.

Diego y Anabel, se acercaron el uno al otro, y se empezaron a morrear, mientras lo hacían, Diego se agarraba a las impresionantes tetas de la recepcionista, se pusieron junto a Teresa y a mí, y se empezaron a desnudar, Diego le bajo los tirantes del top a Anabel mientras ella le desabrochaba la camisa y le quitaba la corbata, mientras Anabel le terminaba de desabrochar, Diego se dedicaba a sacarle las tetas fuera del sujetador, y tocárselas, llegando a darle unos buenos chupetones a esos duros pezones. Se empezaron a quitar los pantalones el uno al otro, Diego le quitó los pantalones y le sacó el top-body que llevaba ella, por los pies, Anabel no llevaba braguitas, y por ello cuando le estaba bajando el top, le dio un buen lametón en el coño, después se puso de pie, y fue Anabel la que le bajó a él los pantalones junto con los calzoncillos, haciendo saltar su polla delante de la cara de la recepcionista, que le agarró la polla y se la empezó a chupar. En ese momento estaban muy pegados a Teresa y a mí. Yo estaba ya comiéndome el coño de teresa, que estaba en la silla.

-          UUUUUUUMMMMMMM, que rico coñito tienes Teresa – le decía yo, deleitándome con el manjar, lo tenía prácticamente encharcado.

-          AAAAAAAHHHHHHHHHH, que cachonda me ponéis todos – me respondió ella, llevándose una mano a su clítoris. Se la veía que estaba muy cachonda.

-          UUUUUFFFFFFFF, que polla más dura y grande se te ha puesto Ricardo – le decía Anabel.

-          UUUUUUUMMMMMMMMM, está así de dura por ti, me encanta como comes la polla Anabel – le contestó él. No llevaríamos ni 2 minutos así, cuando Teresa bajó las piernas, y se sentó en la silla.

-          Dame tu polla, que te voy a hacer una cubana como en tu vida, te la han hecho – me dijo Teresa, yo tardé medio segundo en ponerme de pie, y meterle la polla entre las tetas. Ella me cogía la polla con las tetas, y me estaba haciendo una paja increíble. Anabel, al vernos intentó imitarla haciéndole lo mismo a Diego, pero ni punto de comparación, y eso que Anabel, no va mal servida de tetas, pero, las tetas de Teresa son increíbles.

-          Joder Teresa, que pasada le cubres toda la polla con las tetas – le dijo Anabel – ya me gustaría poder hacer eso con las tetas.

-          Y a mí, me gustaría tener tu culo, cada una tiene lo suyo – le respondió ella.

Alberto y Javier, le metían la polla en la boca alternativamente, a Marta. Pero Alberto, no se pudo contener más, le cogió del culo, y se lo levantó, la puso de pie y la reclinó sobre la polla de Javier, y mientras Marta se seguía comiendo la polla de Javier, Alberto se empezó a follar a Marta, metiéndole la polla en el coño.

-          OOOOOOOHHHHHHHH, Marta, que coñito más calentito. SSSSSSSSSIIIIIIIIIII, me encanta – le decía Alberto.

-          UUUUUUUMMMMMMMM, que pollas más ricas – los contestaba ella, y poco más podía decir Marta, que no se sacaba la polla de Javier de la boca.

-          UUUUUUUFFFFFFFFF, que lengua, que bien la chupas Marta – le decía Javier, que le agarraba la cabeza y se follaba la boca de la ingeniera.

Ramón se sentó en su silla, Alicia se puso a cuatro patas de rodillas y se empezó a comer la enorme polla de Ramón, mientras Ricardo, llegaba por detrás y se la empezaba a follar desde atrás, metiéndole la polla por el coño.

-          UUUUUUMMMMM, que polla más grande, me vas ha dejar agujetas en la boca – le decía Alicia, metiéndose todo lo que podía su polla en la boca – AAAAHHHHHH, vamos Ricardo, fóllame.

-          UUUUUUUFFFFF, que coñito más rico, como le gusta recibir polla – le contestó Ricardo.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHH, que bien la chupas Alicia, sigue así, por favor – le animaba Ramón.

María en un principio se había sentado sobre Juan Carlos que estaba en una silla, pero no estaban cómodos, por lo que le dijo, que se tumbara en el suelo, una vez lo hizo, se clavó el pollón de Juan Carlos en el coño, poniéndose encima de él. Y Domingo, le plantó la polla delante de la cara a María, para que se la empezase a follar.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, que pollón, que maravilla, como me parte en dos – decía María, empezando a sacarse y meterse la polla de Juan Carlos muy lentamente, disfrutando de toda la longitud de la polla de este – Y tú Domingo, venga méteme la polla en la boca.

-          OOOOOOOHHHHHHHHH, UUUUUUUUUUMMMMMMMMMM, que coñito más estrechito – le decía Juan Carlos, que estaba encantado por poder follarse a María.

-          SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII, aquí tienes mi polla, trágatela entera – le contestó Domingo a María, y la empezó a agarrar la cabeza.

Seguimos todos, por un buen rato, disfrutando todos de todos, yo andaba muy cachondo, la paja que me estaba haciendo Teresa con las tetas era increíble, y como siguiese así, iba a acabar corriéndome en sus tetas como un chiquillo, por lo que, terminé por sacarle la polla de entre las tetas.

-          Ponte a cuatro patas en la silla, y deja que te folle un poquito, que como sigas follándome con las tetas de esa forma, me vas a hacer correr como un quinceañero – le dije a Teresa, que debía estar con ganas de recibir polla, porque prácticamente saltó sobre la silla, y me ofreció su coñito.

-          Vamos fóllame, que yo también necesito recibir polla – me contestó ella, agarrándose el culo y abriéndoselo, dejándome una vista espectacular de su coñito. Me agarré la polla, y se la empecé a clavar.

-          AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, pero que bien te entra cabrona – le dije, empezando a bombear mi polla en su coñito.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHH, si fóllame, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH – era lo único que decía Teresa.

Domingo, ya no podía más, quería meterle la polla a María, pero tanto a Juan Carlos como a María no les apetecía parar de follar, María estaba encantada con la polla de Juan Carlos bien ensartada en su coñito.

-          Venga María, ¿déjame que te folle? – le pidió Domingo.

-          Yo esta polla no me la sacó del coño – le contestó María, haciendo referencia a la polla de Juan Carlos – pero, tienes otro agujerito del que te puedes hacer cargo, y te está esperando.

-          Pues te vas a enterar – le dijo Domingo, que le sacó la polla de la boca se puso detrás de ella, y empezó a meter su polla en el culo de María – OOOOOOHHHHHHHHH, que culo, como se ha tragado mi polla.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que pollones tenéis cabrones, follarme entre los dos, OOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII – decía María recibiendo los pollones de nuestros compañeros.

Alicia, que seguía metiéndose las pollas de Ricardo y de Ramón en la boca, al ver a María bien ensartada por las pollas de Juan Carlos y Domingo. Se levantó sacándose las pollas de la boca, y mirándoles les dijo:

-          Ya me podéis dar el mismo tratamiento, que está recibiendo María – Ramón se tumbó boca arriba en el suelo, y Alicia se puso encima de él, metiéndose el pollón del jefe por el coño, y echándose hacía adelante, le puso las tetas delante de la boca, que este se empezó a comer – UUUUUUUUFFFFFFFFFF, que pollón tienes, SSSSSIIIIIIIIII, cómeme las tetas Ramón.

-          Genial, culito para mí, con lo que me gusta follarme tu culito – le dijo Ricardo, que se puso detrás de ella, y de un solo empujón se la metió en el culo hasta las pelotas – AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, toma polla en el culo.

Alberto, por su parte le sacó la polla del coño a Marta, que se sacó la polla de Javier de la boca, y agarrándoles las pollas a los dos, y mirando como estaban tanto María como Alicia, empezó a sonreír.

-          Ya sabéis lo que me apetece – les dijo a los chicos, Javier se tumbó boca arriba, y ella en la misma postura que Alicia, se empezó a meter la polla de Javier por el coño – UUUUUUMMMMMMMMM, que rica polla tienes, que dura la tienes, ¿te encanta follarme, eh, guarro?

-          Me encanta, tú lo has dicho, me encanta tu coñito mojadito, mientras te como las tetas – y le empezó a agarrar de las tetas, y se empezó a comer los pezones de Marta. Según estaban, Alberto se fue acoplando en el culito de Marta.

-          Que culito más estrechito, como me aprieta la polla – iba comentando Alberto, metiéndole la polla en el culo muy poco a poco.

Diego por su parte, al igual que había hecho yo con Teresa, cogió a Anabel, y la puso en la misma postura que estaba Teresa, encima de la silla. Y acercándose a ella, le preguntó al oído.

-          ¿Por dónde quieres que te la meta?

-          Por donde te apetezca – le contestó Anabel.

-          Pues por el culo que te va, que me tiene loco – le avisó Diego, que agarrándose la polla se la ensartó hasta las pelotas en el culo. Lo debía de tener muy abierto, porque le entró toda la polla sin apenas esfuerzo – que abierto lo tienes niña.

-          Y que esperas, si llevo todo el fin de semana recibiendo polla por el culo, AAAAAAAHHHHHHH, entre mi chico y el de Silvia, me lo han dejado así – le contestó Anabel, que además se la veía que le encanta recibir polla por el culo. Al contrario que, a Teresa, que según le empecé a meter un dedo en el culo, me lo quitó.

-          Déjame el culito, y fóllame en condiciones que me tienes a punto de hacerme correr, AAAAAAAHHHHHHHHH – me decía Teresa.

-          Yo también, estoy a punto – le contesté.

-          AAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, que pollones tenéis cabrones, que cachonda estaba hoy, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH – iba diciendo María dejándose caer sobre Juan Carlos, mientras los dos chicos se la seguían follando.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, yo también me corro, que corridón, AAAAAAAAAHHHHHHHH – le siguió Alicia.

-          Yo también me voy a correr, OOOOOOOOHHHHHHH, que culo por dios, AAAAAAHHHHH – dijo Domingo, sacando su polla del culo de María y corriéndose en su culo, le puso la espalda y el culo perdido de leche.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF, joder no aguanto más, dejarme, que me quiero correr en tu boca Alicia – les pidió a Ricardo y Alicia, Ramón, Ricardo estaba igual que Ramón, pusieron a Alicia entre los dos, y se empezaron a correr en la cara de Alicia, que abriendo la boca se tragaba todos los lechazos que le iban echando – toma leche, toma leche, AAAAAAAAAHHHHHHHHH.

-          SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, trágatela toda, que corridón, OOOOOOOHHHHHHHHHH – le decía también Ricardo a Alicia, que solo sonreía tragándose los lechazos que la tiraban en la boca.

-          AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, me corro, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH, que bueno, que cachonda me habéis puesto esta mañana – decía Marta corriéndose, y soltando una cantidad de jugos de su coño impresionante.

-          UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFF, no aguanto más María, ¿Dónde quieres mi corrida? – le preguntó Juan Carlos a María.

-          Lléname la cara de leche – le contestó, y se levantó sacándose la polla de Juan Carlos se arrodilló delante de él, mientras este se pajeaba y empezaba a correrse en su cara, los tres primeros lechazos fueron impresionantes, por la cantidad y por su potencia. María mientras recibía los lechazos, se empezaba a reír por lo impresionante de la corrida – que pasada, JAJAJAJAJAJAJA, sí que te he puesto cachondo.

-          No lo sabes tu bien – le contestó ella.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, Jorge, me corro, que polla, como me gusta follar contigo, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH – me decía Teresa, corriéndose y soltando una buena cantidad de jugos.

-          Yo también me voy a correr, déjame que te eche toda la leche en las tetas – le pedí a Teresa. Ella se giró, me agarró la polla y se la metió entre las tetas, empezando a pajearme mientras me corría en sus tetas, de lo cachondo que me habían puesto todos, los lechazos le pegaron también en la cara, la puse perdida de leche.

-          Si que estabas cachondo tú también – me decía Teresa, cogiendo, los goterones de leche que tenía en la cara, y llevándoselos a la boca para tragárselos – me encanta tu lefa, es de primera calidad.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, me corro, me corro, Diego lléname el culo con tu leche, que encanta recibirla calentita dentro del culo, OOOOOOHHHHHH – le pedía Anabel a Diego.

-          Pues toma leche, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, toma leche – le contestó Diego, dándole unas embestidas en el culo impresionantes, y descargando toda su lefa en su culo, cuando acabó de correrse le sacó la polla del culo, y con su polla salieron también un par de lechazos impresionantes del culo.

-          Marta levanta, que me corro, UUUUUUUMMMMMMM, UUUUUUUUFFFFFFFFF – le pidió Javier. Alberto que también estaba a punto de correrse, le sacó su polla del culo a Marta, la dejaron que se arrodillara delante de los dos, y en su cara, se empezaron a correr los dos ingenieros – AAAAAAAHHHHHHHHHH, toma leche, toma leche.

-          Que, corrida, OOOOOOOOOHHHHHHHH, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, que corrida – decía Alberto, echando también unos buenos lechazos en la cara de Marta.

Nos quedamos todos, tirados por el suelo, y en las sillas recuperándonos, las chicas que tenían las caras llenas de leche, se limpiaban la cara de los lechazos y se los metían en la boca.

-          Madre mía, que cambio más bueno de empresa hemos hecho Jorge – me dijo María, haciendo que se rieran todos.

-          Ya te digo, después de esto nos tenemos que montar una buena fiesta con las parejas y todo, para que mi chica os conozca, que os tiene ganas – les dije a todos.

-          En cuanto vuelva Roberto, le decimos que organice una fiesta en su finca – dijo Ramón – Ahora chicos nos tenemos que volver poner a currar, ir pasando a lavaros por el baño.

-          Deberíamos quedarnos una hora más a currar, y recuperar el tiempo – nos dijo Ricardo, a lo que todos estuvimos de acuerdo – Así seguimos con todos los proyectos avanzados, nos evitamos problemas y sobresaltos, y cuando Roberto vuelva este contentito, así no pone pegas a la celebración de la fiesta.

-          Ese, aunque no esté contento con el trabajo, jamás se opondría a la oportunidad de follarnos a todas – le contestó Anabel.

Nos empezamos a reír por su comentario, porque era totalmente cierto, de todas formas, nos pusimos a currar todos, y nos quedamos a currar una hora más, tal y como habíamos quedado, y la verdad, que, con ese ambiente, no importa quedarse a currar horas extras. Yo le mandé un mensaje a Raquel, para decirle que llegaría más tarde a casa. Eran las 4 de la tarde, cuando empezamos todos a recoger, y fuimos saliendo, cada uno dirigiéndose a su coche, o a coger el transporte público. Marta me acercaba hasta un punto, y allí cogía un autobús que tardaba 10 minutos en llegar a mi casa, por el camino fuimos comentando la mañana que habíamos pasado, ella me llegó a agarrar la polla un par de veces, pero la dije que parase, porque si no iba a ir con un empalme impresionante en el autobús. Ella se empezó a reír, pero gracias a dios dejó mi polla tranquila, y pude coger el autobús sin ir dando el espectáculo.

Mi mujer, acercó en nuestro coche a su compañera Lucía hasta su casa que nos pillaba de camino, y en el trayecto, recibió una llamada de Patricia, para ver si nos íbamos a pasar por su casa, esa tarde para unirnos a la fiesta, pero como yo iba a salir más tarde de trabajar, llegaría a casa tarde, y entre comer y demás se nos iba a hacer muy tarde, por lo que, con una pena tremenda le dijo que no contara con nosotros esa tarde. Lucía estuvo escuchando la conversación sin decir nada, y aunque no dijeron nada que les delatara el tipo de fiesta al que se refería, Lucía capto de que iba todo.

-          ¿Qué clase de fiesta, es esa?,¿Me parece que tu no me has contado solo parte de las aventuras que te montas? – le preguntó Lucía a mi mujer, tratando de tirarle de la lengua. Lo que no se esperaba, creo yo, fue la respuesta de mi mujer que de vergonzosa tiene poco.

-          Pues que esperas, después de lo que te contado esta mañana – le provocó mi mujer, a ver si era Lucía la que se cortaba.

-          Pues no sé, tú me contarás – contestó ella.

-          Pues una orgía, si es lo que quieres saber – le confirmó mi señora - ¿Qué pasa, que te gustaría apuntarte?

-          UUUUUFFFFFF, pues no se que decirte. La verdad, es que me parece que al igual que tú, vergonzosa soy poco, y gustarme el sexo, me encanta, pero de eso a participar en una orgía sin conocer a nadie – le contestó la jovencita.

-          Eso es lo más morboso de todo – le dijo mi mujer – siempre le acabas encontrando el punto a todos los que participan. Todos los tíos tienen algo, y las chicas también.

-          ¿Te lo montas con tías también? – le preguntó Lucía curiosa.

-          Sí, siempre y cuando se den las circunstancias, y la otra chica esté de acuerdo – le explicó mi mujer - ¿Qué pasa, que nunca te lo has montado con alguna amiga?

-          Solo una vez, no estuvo mal, pero siendo sincera a mi lo que me gustan son los tíos – se sinceró Lucía.

-          Y a mí también, pero como te he dicho, si se dan las circunstancias, una situación morbosa, comerme un buen coño, también me gusta – le contestó mi mujer – por lo que, si te quieres apuntar a la próxima fiesta dímelo, que con lo buena que estas, los chicos estarán encantados.

-          No me tientes – le dijo Lucía riéndose y siguió bromeando – que luego me tiro a tu marido, y te picas.

-          Cariño, si quieres a mi marido nos lo tiramos entre las dos, y el muy salido encantado créeme – saltó mi mujer provocándola.

-          Eso lo dices aquí ahora, pero luego… - siguió provocando a mi mujer.

-          ¡UY! Lucía si te atreves te vienes ahora a nuestra casa, y veras que alegría se lleva el golfo de mi marido – la invitó mi mujer.

-          JAJAJAJAJA, es imposible picarte con este tema – se partía el culo Lucía, al ver que era imposible picar a mi mujer con celos.

-          Mujer imposible no hay nada, pero tanto Jorge como yo, lo tenemos muy claro con el sexo, dudo que encuentre a alguien con el que me compenetre mejor y viceversa – le explicó mi mujer – bueno, ¿te vienes o no?,¿Qué ya estamos llegando a tu casa?

-          Hoy no, que he quedado con unas amigas, pero me has picado, y mañana no te diría que no – le contestó Lucía para sorpresa de mi mujer.

-          Así me gusta, mira la jovencita, si va ha resultar que es una salidilla como yo – le dijo mi mujer riéndose.

-          No lo sabes tú bien, así que, dile a tu marido que se vaya preparando – se envalentonó la becaria.

-          JAJAJJAJAJAJAJAJA – se empezó a reír mi mujer con el desparpajo de la becaría.

Acabaron llegando a la casa de Lucía, se despidieron con dos besos, y cuando se bajaba del coche, mi mujer le pegó un buen azote en el culo. Mi mujer siguió su camino hasta casa, aparcó en el garaje, y subió a casa para esperarme. Preparó algo de comer, y me dejó algo, para que solo tuviese que calentarlo cuando yo llegase. Entre unas cosas y otras, aparecí por nuestra casa a eso de las 5 de la tarde, mi mujer estaba tirada en el salón completamente desnuda, y con el aire acondicionado puesto, yo venía con todo el calor de la tarde de Madrid de la primera semana de agosto, por lo que os podéis imaginar que me sobraba todo. Me acerqué a mi mujer, le di un buen beso, mientras le pellizcaba un pezón, por lo que me gané un manotazo, ya que Raquel, estaba medio dormida. Me fui a nuestra habitación, me quité la ropa, y me metí en el baño para pegarme una buena ducha, y refrescarme un poco, y si os soy sincero me sentó de maravilla. Después me fui a la cocina tal y como dios me trajo al mundo, me calenté la comida y me puse a comer algo, que iba muerto de hambre, aquí se unió mi mujer, y empezamos a hablar, yo le conté la mañanita que me habían dado en la oficina, ella flipaba de la suerte que habíamos tenido tanto María como yo. Y a continuación, me empezó a contar su mañana, y el disgusto que se llevó al darse cuenta de que el becario, era gay. Siguió con su relato, y dejó lo mejor para el final, donde me contó la conversación que había tenido con Lucía en el coche, a lo que yo solo podía decirle, que tengo la mejor mujer del mundo.

-          Y que lo digas – me contestó ella – yo que iba buscando que el becario me metiese un buen pollazo hoy. Y al final, resulta, que lo que consigo, es que te vayas a tirar tú a la becaria.

-          Tendré que compensarte de alguna manera – le dije, mientras me levantaba de la mesa para guardar todo en el lavaplatos, terminé de recoger todo mientras seguíamos hablando.

-          Vamos a ponernos los bañadores y bajamos a la piscina – me dijo ella, a lo que a mí también me apetecía mucho, por lo que nos arreglamos, cogimos las toallas, y para la piscina que nos fuimos.

Pasamos una tarde muy relajada y tranquila. Había muchas parejas en la urbanización que no se habían ido todavía de vacaciones, o que ya habían vuelto, pero no estaba como a finales de junio, o principios de Julio, que encontrar sitio en el jardín es toda una odisea. A eso de las 8 de la tarde, nos subimos para nuestra casa.

Al entrar en nuestro piso, empezamos a oír, que, del piso de Virginia, se oían abrir y cerrar puertas muy fuertes, como se las estuviesen cerrando a mala ostia, Raquel y yo, nos miramos, y pensamos que estarían discutiendo, hasta que oímos a Virginia gritar.

-          PERO, AL MENOS COGE EL TELEFONO, COBARDE HIJO DE PUTA DE MIERDA.

En este punto, nos miramos y pensamos que eso no era muy normal, por lo que decidimos subir para ver lo que le había pasado a nuestra amiga. Subimos para arriba, ella nos abrió la puerta, y en la cara se le veía la mala ostia que tenía.

-          ¿Qué pasa Virginia, estás bien? – le preguntó mi mujer, al ver la cara de Virginia.

-          Sí, bueno No sé. Vamos para vuestra casa, que no me apetece estar aquí – nos dijo, cogiendo las llaves y saliendo de la casa, cuando cerró la puerta, se abrazó a mi mujer y empezó a llorar. Bajamos corriendo a nuestra casa, y una vez dentro, empezamos a intentar tranquilizarla.

-          Venga cariño, cuéntanos que es lo que ha pasado, que nos tienes preocupados – le decía mi mujer.

-          Que el maricón, cobarde de mi marido, me ha dejado – le explicó Virginia – cuando he vuelto de casa de Patricia, me he encontrado una nota diciendo que me dejaba, que se ha enamorado de una compañera de curro.

-          Lo siento mucho Virginia, porque me imagino que le quieres, pero desde mi punto de vista te ha hecho un favor, ese tío no te llega a la suela de los zapatos, no te merecía – le dije yo, siendo totalmente sincero.

-          Si lo sé, y además yo últimamente le estaba dando vueltas a dejarlo con él, porque en estas dos semanas he sido mucho más feliz, que en el último año y medio – me respondió ella – pero, al menos yo, hubiese dado la cara, lo hubiese hablado con él.

-          No es por nada, pero a tu marido eso de dar la cara nunca se le ha dado bien – le contestó mi mujer, por algún encontronazo que habíamos tenido con él, que siempre había salido corriendo.

-          Ya lo sé, es un cobarde de mucho cuidado, ha aprovechado que ayer le dije que me iba con unas amigas de compras todo el día y que no me esperase a cenar, y el muy capullo ha sacado sus cosas, cuando yo no estaba – nos estaba explicando ella – además ayer me trató como el culo, delante de sus padres, a los que tampoco voy a echar de menos. Como sería que está noche le mandé a dormir al sofá, y se fue con el rabo entre las piernas el muy cobarde.

-          Chica mira el lado positivo de todo, no estabas bien con él, no te hacía feliz, y te lo ha puesto fácil, te deja el piso, ya que es el quien a abandonado el hogar, si lo mueves bien con un buen abogado, seguro que le sacas el piso, y hasta alguna pensión – le dijo mi mujer muy sabiamente.

-          La pensión que se la meta por el culo, que no la necesito, y eso me tendría atada a él, más tiempo, y del piso a él, no le toca ni un centímetro. Es mío, y nos casamos en separación de bienes, por lo que no va a coger nada – nos explicó ella – mis padres nos han dado un montón de pasta a mi hermano y a mí, y no necesitamos trabajar. Los intereses que nos da el dinero son una pasada, y no necesitamos trabajar.

Nos estuvo contando, que ha su padre le fue muy bien en un par de negocios que montó, y los vendió por una cantidad ingente de dinero, y para más inri les tocó la lotería, una cantidad muy grande de dinero también, por lo que repartieron el dinero dándoles una gran cantidad de dinero, tanto a Virginia como a su hermano, con la única condición de que se casasen en separación de bienes, muy sabiamente por su padre.

-          De todas formas, deberías contactar con un abogado, mira, Marta, la amiga de María, creo que es una buena abogada matrimonial, te doy el teléfono y la llamas, ¿o quieres que la llamé yo? – le dijo mi mujer – deja arreglado todo, no vaya a ser, que te reclame el dinero de los intereses durante el tiempo que habéis estado casados, que algo de eso he oído que podía pasar.

-          Llámala tú, por favor – le pidió Virginia. Mi mujer salió corriendo a por el teléfono, y llamó a Marta, está le dijo que venía corriendo a nuestra casa para ver a Virginia, para hablar con ella cara a cara.

Seguimos hablando con ella, y nos estuvo contando como habían discutido el día anterior, y lo cabrón que había sido en casa de sus padres. Poco a poco, se fue relajando, y cuando ya estaba relajada del todo, empezamos a bromear poco a poco, riéndonos un poco de su marido, y finalmente mi mujer le preguntó que tal se lo había pasado en casa de Patricia.

-          Que cabrones sois, vosotros sabíais también que mi hermano iba a estar allí – nos dijo.

-          Si, Patricia, le llamo desde aquí, al poco de que te fueras tú ayer – le explicó Raquel.

-          Que capullos – soltó ella, pero no nos explicaba más.

-          Pero chica cuenta algo más, que nos estás dejando en ascuas – le exigí yo.

-          Pues que quieres que os cuente, que con el calentón que llevaba y el cabreo con “El Cobarde”, pues al final he dejado que mi hermano me metiese la polla por donde quisiera – y según soltó esto se empezó a tapar la cara todo avergonzada.

-          Lo que yo creo, es que tu marido te ha dejado, por que se ha dado cuenta de los surcos que iba dejando en el techo con la cornamenta – le solté yo en plan de coña.

-          JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJA, que capullo eres cariño, JAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJA, que bueno – se moría de la risa mi mujer, por mi comentario, al que no le faltaba razón.

-          JAJAJAJAJAJAJAJA, lo mismo – se acabó riendo también Virginia, contagiada por la risa de mi mujer.

-          Además, a partir de ahora, no te vas a tener que ir escondiendo, no vas a parar de follar, pobre Javier, le vas a dejar en los huesos – le soltó mi mujer.

-          Capullos que se supone que me teníais que animar, JAJAJAJAJAJAJA – nos recriminó ella, mientras ser partía el culo, ya que sabía que era verdad.

-          Por cierto, ahora fuera de coñas deberías llamar a tus padres y contarles lo que ha pasado – le advertí yo.

-          Ni de coña, están de viaje de vacaciones y no pienso amargarles el viaje, por el capullo este, no se merece ni eso, que estoy segura de que le encantaría joder a mis padres también – nos contestó ella.

-          Pues llama a tu hermano, y cuéntaselo, ese seguro que estará encantado de venir a darte ánimos – le insinuó mi mujer.

-          A ese si que se lo voy a tener que contar, y con lo bien que le cae “El cobarde” lo mismo le busca para arrancarle la cabeza – nos indicó ella, cogiendo su móvil y llamando a su hermano. Le empezó a explicar, y este enseguida dijo que se venía a casa de Virginia, para estar con ella. Virginia le explicó que estaba en nuestra casa, y él dijo que no tardaría mucho en llegar. Colgó el teléfono, y nos contó la conversación con su hermano, y la reacción de Manolo nos pareció de lo más razonable.

En esas estábamos, cuando llamaron a la puerta, debía de ser Marta, que alguien le debía de haber abierto la puerta de la urbanización y del portal.

-          Hola Martita – le dije yo dándole un par de besos, y dejando que pasara delante de mí.

Al llegar al salón, se encontró a mi mujer y a Virginia que seguían riéndose, se debía de esperar un panorama muy diferente, por la cara que puso, les presentamos a Virginia ya que no se conocían, y esta le contó la situación de todo. Marta estaba muy sería y en plan muy profesional, además de que con el vestidito de verano que se traía estaba para reventarla. Le hacía muchas preguntas, y en algún caso se las repetía, yo creo que para comprobar que no se contradecía, cosa que no ocurrió.

-          Mira, voy a llamar a un amigo mío para que chequee tu piso, por si ha puesto cámaras, por lo que me cuentas de este tío, no me extrañaría que intentase pillarte por ahí, para chantajearte de alguna forma. No es la primera vez que lo veo – le contó Marta, cogiendo su teléfono y llamando al hombre para que se pasase esa misma noche para chequear el piso de Virginia. Cuando estaba terminando de hablar por teléfono llamaron a la puerta.

-          Tú debes de ser Manolo – le dije al abrir la puerta.

-          El mismo – me contestó él, estrechándome la mano, mientras me presentaba – muchísimas gracias por ocuparos de ella tíos, ya me ha contado esta mañana que habéis hecho buenas migas últimamente.

-          Las mismas que ha hecho contigo – le dije riéndome.

-          Que capullo, JAJAJAJAJJAJAJAJA, ¿os lo ha contado? – me preguntó. Le asentí que sí, y nos metimos en el salón, donde Marta y mi mujer, se levantaron para presentarse. A Manolo casi se le salen los ojos de las órbitas, al ver a mi mujer y a Marta. Se terminaron de presentar, y se sentó junto a su hermana – ¿Qué tal estas?

-          Completamente liberada – le contestó Virginia – pero, me repatea de la forma tan cobarde que lo ha hecho.

-          Que quieres que te diga hermanita, el tipo no daba para mucho más, a ti te tenía ciega, y nosotros, no podíamos decirte mucho, siempre te cabreabas, por lo que decidimos dejarte en paz con este tema. Pero se veía que acabaría pasando algo parecido, es un desgraciado de mierda – le pego un poco la chapa Manolo a su hermana.

El tiempo fue pasando, mientras hablábamos y quitábamos drama al asunto, y esperábamos al investigador, por llamarle algo. No tardó mucho en llegar, se le veía que era muy serio también, y que velaba los vientos por Marta, no le quitaba ojo de encima, era un hombre de unos 50 años, llamado Nacho, no muy guapo por decirlo finamente, pero en cuanto se puso a trabajar, nos pudimos dar cuenta de lo profesional que era en lo que hacía, y se veía que Marta le respetaba mucho. Subieron solos Marta y él al piso de Virginia, mientras nosotros esperábamos abajo. A la media hora volvieron diciendo que habían encontrado dos cámaras, una en la habitación y otra en el baño. Marta le dijo a Virginia, que no durmiese en su casa esa noche, que a la mañana siguiente llamarían a la policía, para poner la denuncia, e indicarles que habían encontrado las cámaras.

-          En pocas palabras, a tu marido se le ha caído el pelo, vas a poder sacarle lo que quieras, porque las cámaras tienen hasta el número de serie puesto, las van a poder rastrear sin problemas, para ver quien las ha comprado – le comentó Marta.

-          Te he cambiado la cerradura, para que nadie a parte de ti, pueda entrar en el piso, estas son las llaves – le dijo Nacho a Virginia, dándole tres llaves.

-          Genial, así el ya no puede entrar en el piso para nada – saltó Virginia.

-          No, sin forzar la cerradura, o sin tú permiso claro – le explicó Nacho.

Nacho le estuvo explicando una serie de cosas más a Virginia, que tocar y que no tocar, hasta que llegase la policía. Virginia, prestó mucha atención a lo que le contaba, y al final, Nacho nos dijo que su trabajo por hoy estaba hecho, que el se iba a su casa, que su mujer le estaba esperando. Marta y yo le acompañamos a la salida, dándole las gracias por su ayuda, y nos despedimos de él. Volvimos al salón para unirnos al resto.

-          Bueno chica, pues mañana, a las 8 de la mañana me paso, por aquí, ya he hablado con mi jefe, para que no me espere a primera hora en la oficina – le explicó Marta.

-          Muchísimas gracias por todo Marta, y ya me dirás los que te debemos por toda la gestión de hoy, y llevarme el caso – le dijo Virginia.

-          No te preocupes, intentaré hacerte el mejor precio posible, ya le he comentado a mi jefe, que eras una amiga, y en estos casos me da mucha libertad, a la hora de hacer descuentos – les contestó Marta.

-          Bueno, ¿os quedáis todos a cenar? Que son casi las 11 de la noche y me imagino que tendréis algo de hambre – les invité a todos.

-          Yo me tengo que ir, que tengo que preparar cosas para mañana, y si me quedo aquí, ya sabemos como acaban tus cenas Jorge – me dijo Marta con una sonrisa.

-          Pues es una pena, porque Manolo no te quita ojo a las tetas – le dije guiñándola un ojo.

-          JAJAJAJAJAJAJA, que cabrón eres – me contestó Manolo – aunque es verdad.

-          Mañana si quiere se las enseño en condiciones – le prometió Marta.

-          Pobrecito le vas ha tener esperando hasta mañana – le provocó Raquel.

-          Mira que sois – saltó Marta, y se levantó el top y el sujetador, enseñándole las tetas – contentos, ahora en serio me tengo que ir, así preparo una serie de cosas.

-          Joder que tetas más impresionantes – soltó Manolo.

-          De acuerdo – acabé cediendo – el resto sí que os quedáis.

-          Por mí no hay problema – contestó Manolo.

-          Por mí tampoco – asintió Virginia.

Nos despedimos todos de Marta, Virginia no paraba de abrazarla y darle las gracias por todo, y por la rapidez que había organizado todo. Marta quitaba hierro al asunto, y le decía que era su trabajo, que casos así los veía cada dos por tres. Muy a mi pesar Marta se fue, dejándonos solos con la parejita de hermanos.

Mi mujer dijo que de cocinar nada, pedimos unas pizzas, y mientras esperábamos a que llegasen, preparamos la mesa, Virginia nos agradeció que hubiésemos subido a buscarla, a lo que nosotros no le dimos mucha importancia, y entre unas cosas y otras, empezamos con coñas, y acabó derivando a la fiesta que se habían montado por la mañana en casa de Patricia y Héctor.

-          Anda que mientras, el pobre de “El Cobarde” estaba acojonado recogiendo todo a toda ostia, para que no le pillases, vosotros estabais pasándolo en grande, y poniéndole unos cuernos como el edificio de alto – se mofó de ellos mi mujer.

-          JAJAJAJAJAJAJA, pues visto así, hasta es muy divertido, te le imaginas hasta sudando – le contestaba Manolo descojonándose de risa. Según terminó de decir esto llamaron a la puerta los de la pizza. Fui a abrir la puerta, y volví con las pizzas, las dejé sobre la mesa y nos dispusimos a cenar.

Empezamos a cenar, y continuamos con las coñas, nos contaron no solo como había sido la historia, cuando llegaron al piso Virginia con Marina y Javier, y se encontraron a Manolo allí. La situación nos pareció de lo más graciosa y morbosa, a mi mujer y a mí. Nos contaron la orgía que se montaron después cuando ya se les unió Héctor, en el que repitieron el juego de las sillas, lo que ya nos puso un poco a tono a todos, terminamos de cenar, y empezamos a recoger, cuando estábamos terminando de recoger les ofrecimos que se quedaran a dormir en nuestra casa.

-          Quedaros a dormir aquí, así no tenéis que andar de un lado para otro – les ofreció Raquel.

-          Por mi genial – saltó rápido Manolo.

-          Tú, lo que quieres es ver si te puedes tirar a Raquel, guarro – le recriminó Virginia.

-          Y a ti también – no se cortó este, al contestar a su hermana.

-          Y ya me conoces a mí Virginia, me encanta meterte la polla por todos sitios – le dije.

-          Pues va ha ser que nos vamos a tener que quedar a dormir – dijo ella sin oponer mucha resistencia.

-          Bueno vamos al salón que os pongo una película – les dije mirando a Virginia, y sonriendo.

-          Serás capullo, JAJAJAJAJAJAJAJA – se empezó a reír Virginia al ver mis intenciones – pues que sepas que ya me da igual, se la puedes enseñar a quien quieras.

-          ¿De qué habláis? – nos preguntó Manolo todo extrañado.

-          Aquí estos capullos, que la primera vez que les pedí unirme a ellos en sus orgías, para que no se lo dijera nada a mi marido, ya que estos no le tragan, me hicieron grabar un video, como chantajeándome – le contó Virginia.

-          Era una buena causa – me defendí yo.

-          Y tanto – se puso Manolo de mi lado – ahora me ha picado la curiosidad, y me la vais a tener que enseñar.

-          En eso estoy, bueno ir poniéndoos cómodos – les dije a todos, cuando ya había localizado el video, me giré y se estaban sentando todos tal cual en el sofá – Parece mentira.

Me exasperaban, me acerqué a Virginia, la hice levantarse de al lado de su hermano, mi mujer que me conoce bien se había levantado, y se iba a sentar junto a Manolo, pero antes se quitó el bikini delante de él.

-          Madre mía que buena estas Raquel, con las ganas que tengo de reventarte ese culazo que te gastas – le dijo Manolo.

-          Pues a que esperas a quitarte todo, y dejarme esa polla que se está empezando a poner dura – le contestó mi mujer. Manolo se puso de pie corriendo, mientras el se quitaba la camiseta, mi mujer le quitaba las bermudas, y se las bajaba junto con el calzoncillo, dejando una buena polla erecta delante de sus narices.

-          Vamos a ver un poco el video para que veas lo guarrilla que es tu hermana – le dijo Raquel, agarrándole de la polla y sentándole en el sofá, se sentó junto a él, y le empezaba a pajear, mientras Manolo le pasaba un brazo por detrás y se agarraba a su pechito izquierdo.

-          Madre mía que día, que atracón a follar con tías buenas – decía Manolo, que no se creía el día que llevaba.

Yo por mi parte, había cogido a Virginia, y le había quitado el vestido, y le estaba quitando las bragas, ella se dejaba hacer alegando que necesitaba mimos, cuando la dejé en pelotas ella, me agarró el bañador y me lo bajó, y me tiró en el sofá se sentó a mi lado, y de la misma forma que estaba mi mujer, me empezó a pajear, yo por mi parte, pasé una mano por debajo de su culo, y le empecé a tocar el coño, llegando a meter un dedo en su encharcado coño.

-          Mira como empieza a comer polla, tu hermanita, de dos en dos, y se le da de fábula, es toda una artista de la felación – le relataba la escena mi mujer a Manolo.

-          Una que tiene escuela – se jactó Virginia, todo orgullosa, y disfrutando en ese momento del dedito que le estaba haciendo.

-          Si que es toda una experta, me ha quedado bien claro esta mañana – contestó Manolo, haciendo que todos nos riésemos. Pasados un par de minutos, en la pantalla se podía apreciar cómo nos empezábamos a follar a Virginia.

-          Joder hermanita, si que se te da bien esto, de follar delante de las cámaras, a lo mejor deberías hacerlo profesionalmente – le tiró la indirecta su hermano.

-          Si, y contigo de pareja – le contestó esta – te imaginas la cara de Papa y Mama.

-          JAJAJAJAJAJAJAJAJA, les daría algo, pero por darse cuenta de lo bien que nos llevamos últimamente – le contestó Manolo.

-          Mira, y ahora para rematar mira que bien nos la follamos entre los dos, eso es un sándwich en condiciones – le expliqué a Manolo, mientras en la pantalla se veía como le hacíamos una doble penetración a su hermana.

-          Joder, que bien me lo pase grabando esto, si os soy sincera – nos dijo a todos Virginia, que se había abierto más de piernas para facilitarme los movimientos en su coñito. En la pantalla, se llegaba al final de la escena con las corridas en la cara de Virginia, mientras ya nosotros estábamos metiéndonos mano en condiciones.

-          Arrodillaros las dos en el centro – les dije a las chicas, que no rechistaron. Una vez, estuvieron en posición yo se la metí en la boca a Virginia, y Manolo hizo lo propio con mi mujer, que estaban una junto a la otra. Estuvimos un poco así.

-          Que dura me está poniendo la polla tu hermana, la verdad es que la chupa de fábula – le decía yo a Manolo agarrando la cabeza de Virginia y metiendo todo lo que podía mi polla en su boca.

-          Pues tu mujercita no se le queda nada corta, AAAAAAAAHHHHHHHH, que bien la chupa – me contestó él. Al poco de estar así le pregunté.

-          ¿Qué tal si cambiamos un poco?

-          Venga – me respondió Manolo – que me apetece volver a follarme la boca de la zorrita de mi hermana mayor.

Nos cambiamos, yo se la empecé a meter en la boca a mi mujer, y el hizo lo propio con su hermana. Y no es por nada, o quizá es el amor, pero a pesar de lo bien que la chupa Virginia, mi mujer es una maravilla, con la boca te hace retorcer de gusto.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH, cariño, que bien la chupas, eres increíble – le dije yo.

-          Pues, antes de que os corráis os toca a vosotros – me contestó ella, sacándose la polla de la boca, y poniéndose de pie, se sentó en el sofá se abrió de piernas, y esperó a que yo me tirara a comerme su delicioso coño, que no paraba de soltar jugos, de lo cachonda que estaba también.

-          Eso hermanito, os toca – dijo Virginia imitando a Raquel, y sentándose junto a ella. Manolo al igual que yo se tiró a comerse el coño de su hermana.

-          UUUUUUUUMMMMMMMMM, rico, rico – decía Manolo, mientras se comía el coño de su hermana haciéndonos reír un poco a todos.

-          OOOOOOOHHHHHHHH, que bien comes el coño cabrón, pero os toca cambiar, que quiero probar como se lo hace aquí el hermanito de nuestra vecina – me pidió mi mujer.

-          Pues le dejaremos sitio – le contesté, y nos volvimos a cambiar, yo me empecé a comer el coño de Virginia, y Manolo le devoraba el coño a mi mujer.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH, que bueno, que bueno – decía Virginia.

-          Mira que eres guarra Virginia, mira como tienes el coño, tanto te ha gustado que tu hermano te coma el coño – le provocaba yo.

-          Me ha encantado – fue toda su respuesta.

Yo ya estaba que no podía más, me levanté, y metiéndome entre las piernas de Virginia, apunté mi polla a su coño, y por allí que la empecé a follar. Manolo al ver lo que hacía, me copió y se empezó a follar a mi mujer.

-          OOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, que polla más dura tienes Manolo, AAAAAAAHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII fóllame duro – le pedía mi mujer, y es que se veía lo bien que se lo estaba pasando.

-          Pero que buena estás Raquel, que pollazo, toma pollazo, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH – le decía Manolo.

-          SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIII, que coño más empapado tienes Virginia, me encanta follarte duro – le decía yo.

-          UUUUUUUUUMMMMMMMMM, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, dame polla dura, métemela entera, que bien follas Jorge, me encanta – me decía Virginia.

Seguimos un buen rato disfrutando de la follada que nos estábamos pegando unos a otros, no me agarraba a las tetas de Virginia, y le pellizcaba de vez en cuando alguno de los dos pezones.

-          Tendremos que volver a cambiar – nos indicó mi mujer.

-          Vamos a ello – le contesté yo.

-          Los dos hermanos, no pusieron ninguna objeción, nos intercambiamos las posiciones, y nos las empezamos a follar.

-          OOOOOOOOOHHHHHHHHH, que pasa hermanito que tanto te pone follarte a tu hermana, que se te pone así de dura la polla – le provocó Virginia a Manolo.

-          Pues que quieres que te diga, si, AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, me encanta follar contigo – le contestaba este.

-          Cariño, pero que coñito, como sabe acoplarse a mi polla, AAAAAAAHHHHHHHHHHH – le decía yo a Raquel.

-          Dame polla dura, que ganas de follar tenía hoy – me contestaba ella. Pero a pesar de todo, el culo sublime de mi mujer era lo que me apetecía follar ya.

-          Gírate, que te voy a reventar ese precioso culo que tienes – le dije a mi mujer, que se puso a cuatro patas en el sofá ofreciéndome su precioso culo, en donde empecé a enterrar mi polla con muchísimo gusto.

-          Tu no vas a ser menos, vamos Virginia – le dijo Manolo, y esta sin rechistar, se puso junto a mi hermana, y se abrió ella misma el culo también.

-          Venga a que esperas hermanito, reviéntame el culo, al igual que has hecho esta mañana – le provocó Virginia, este no se achantó, y le empezó a meter toda su polla de golpe en el culo.

-          AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH – decía tanto mi mujer como Virginia. Llevaríamos cinco minutos follándonos sus culos, cuando Manolo me pidió:

-          Deja que me folle el culo de tu mujer, que me tiene loco.

-          Todo tuyo, así se la vuelvo a meter en el culo a la zorrita de tu hermana.

Nos volvimos a cambiar, a mí me entró la polla en el culo de Virginia de golpe, y ella no se quejó nada, la aceptó de buen grado, e incluso se empezó ella a dar un par de azotes en el culo.

-          Que culo, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH, UUUUUUUUUMMMMMMM, me voy a correr no voy a aguantar mucho más – nos indicó Manolo, que se le veía muy excitado.

-          Aguanta un poco y cuando se corran les llenamos la cara de leche – le dije yo, que ha pesar de todo estaba también a punto de correrme.

-          Yo me corro, me corro, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, que corridón, que bueno, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH – gritaba Virginia mientras se corría.

-          Y yo también, me corro, me corro, AAAAAAAHHHHHHHHHH - empezó a correrse mi mujer, una vez se terminó de correr.

Les sacamos nuestras pollas del culo, y las pusimos en el mismo punto y en la misma postura, de que empezásemos a follar.

-          Me corro, no puedo aguantar más, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, tomar leche, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, tomar leche – les decía llenándoles la cara a las dos, con su caliente leche.

-          Yo también me corro, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro – le seguí yo a Manolo a los pocos segundos.

Nos quedamos todos tirados un par de minutos en el centro del salón, comentando lo bien que nos lo habíamos pasado, y decidimos que ya era hora de irse a dormir, que al día siguiente Raquel y yo, trabajábamos. Nos fuimos a nuestra cama después de decirles que se fueran al cuarto de invitados. Aunque tampoco es que nos dejaran dormir mucho con la noche a follar que se pegaron esos dos.

CONTINUARA………….