De fiesta con mis amigas.

Mi primera experiencia en el mundo de la exhibicion.

Era una noche calurosa de verano, había quedado como casi todas las noches, con mis amigas para salir de fiesta, y ese era el motivo por el cual me encontraba delante del armario desesperada, intentando decidir que ponerme, no os creáis que para una mujer de diecisiete años el elegir vestuario es cosa fácil, ya había sacado casi toda la ropa, que desparramada por la cama y el suelo me demostraban mi desespero.

Al final opte por ponerme un vestido negro de tirantes suelto que me llegaba a la altura de medio muslo, ni corto ni largo, nada del otro mundo pero si lo suficientemente provocativo para que los chicos me miraran, pero claro esta, sin que llegaran a pensar que era una puta o una chica fácil, ademas era fresquito, que teniendo en cuenta que estábamos en pleno verano era de agradecer.

Con el pelo suelto y un poco de color en la cara, salia por la puerta de mi casa en dirección al pub donde habíamos quedado todas.

Ya llegaba tarde,como siempre, y por ese motivo decidí coger la moto en vez de ir en autobús como había pensado.

No me di cuenta de mi error hasta que salí del parquing y acelere por la calle, según cogía velocidad mi vestido iba poco a poco subiéndose, como si de una vela se tratara hinchada por el viento, lo máximo que podía hacer era juntar las rodillas para evitar que este se me subiera hasta la cintura, pero me era imposible evitar que mis muslos hasta las ingles quedaran al descubierto, mientras fui por calles normales realmente no hubo mucho problema, pero cuando enfile la avenida principal de la ciudad la cosa se complico.

Al ser sábado por la noche, estaba repleta de coches, hay que pensar que esta avenida tiene cuatro carriles y todos iban llenos, parada en el semáforo observaba el mar de vehículos que circulaban a toda velocidad por la vía, cuando la luz se puso verde, suspire tomando aire y apretando las piernas acelere introduciéndome entre el el denso trafico, poco a poco iba avanzando, pero mi primera idea de ir lo mas rápido posible para así pasar antes el mal rato, enseguida fue descartada, avanzaba si, pero no rápida, o mejor dicho, no tan rápida como pensaba, ni tan lenta como hubiera deseado.

La cuestión es que a la velocidad que me obligaba a ir la vía, el vestido estaba totalmente en rebeldía, mis piernas eran vistas perfectamente por todas las personas que ocupaban los coches que me iban adelantando y para remate pille una alcantarilla que me hizo sacar el pie derecho de la moto, con lo cual el vestido se subió del todo libre de la presa que lo contenía.

Me encontraba en mitad de la avenida, con coches en los dos lados, sin posibilidad ni de parar ni de girar, obligada a ir al frente y observar las caras de sorpresa, junto con las de placer de los coches que me pasaban.

Y no era para menos pues el vestido se había subido, enrollado hasta mas arriba de la cintura dejando mi cuerpo desnudo de pechos para abajo, a la vista de todos ya no solo estaban mis piernas, sino todo, absolutamente todo.

El fresco de la noche no era capaz de quitarme el calor que se acumulaba en mis mejillas, las notaba ardiendo pero lo que mas me sorprendía era el calor que notaba crecer en mi entrepierna según notaba cada vez mas las miradas de los desconocidos.

Como pude, y después de un largo rato en el cual oí todo tipo de comentarios, conseguí ponerme a la derecha y salir de la avenida principal hacia otra menos transitada en la cual pude pararme y colocarme el maldito vestido de nuevo en una posición mas recatada.

Minutos después llegue a mi destino, nada mas bajar de la moto las sensaciones que había tenido durante el incidente se confirmaron, estaba totalmente empapada y un agradable calor vibraba en mi bajo vientre, un calor totalmente reconocible, aunque apenas tenia diecisiete años recién cumplidos, ya había tenido algún rollito con algún compañero de clase y hacia varios años que había comenzado a masturbarme con asiduidad, lo que no entendía porque estaba así y lo que había vivido no era lo típico que me hacia excitarme, pero fue volver a recordarlo de nuevo y el escalofrió que recorrió mi columna termino de convencerme, contrariada me dirigí hacia la entrada del pub sintiendo la suavidad de la humedad según caminaba frotarse entre mis labios, decidí olvidar el echo y traspasando la puerta me centre en buscar a mis amigas, no había dado mas de dos pasos cuando las vi a todas sentadas en una mesa en un lateral del local y me prepare como siempre, para oír los reproches de mis amigas por llegar otra vez tarde.

En eso estaban cuando se acerco a nosotras un chico amigo de una de ellas que tras presentárnoslo nos dijo que trabajaba allí y que nos invitaba a una ronda de chupitos, eso me salvo de la reprimenda pues automáticamente todas se alegraron levantándose de donde estábamos sentadas para dirigirnos hacia la barra a por esos chupitos que el muchacho ya estaba colocando.

La verdad es que no tenia ni idea de lo que contenía la bebida y aunque me daba un poco de reparo beberlo ya que no estaba acostumbrada al alcohol, decidí no pensar mas y hacer como todas, de un trago, tengo que reconocer que aunque en un principio me supo fuerte, el regusto a fresa del final me encanto, y no solo a mi, ya que la chica que conocía al camarero, a petición de las demás, en seguida volvió a ponerle ojitos para que este repitiera la invitación, que como siempre no tardo en llegar, la verdad es que estábamos acostumbradas a salirnos siempre con la nuestra, solo había que saber poner la actitud necesaria para conseguir lo que fuera, desde entrar en cualquier garito de moda, beber gratis o conseguir que nos llevaran a cualquier sitio, y hoy no iba a ser diferente.

Tengo que reconocer que eramos un grupo de chicas de las que se llaman pijitas, todas eramos mas o menos guapas, a nuestra edad nuestros cuerpos estaban en todo su apogeo, nos gustaba vestir atrevidas pero con gusto y estábamos un poco locas, vamos que no pasábamos desapercibidas.

Tras el segundo chupito decidimos irnos a la pequeña pista de baile que había al fondo del local, prácticamente la llenamos y no paso mucho tiempo, en sentirnos rodeada de chicos que nos miraban con deseo, y no era para menos pues al ir todas con faldas o vestidos cortos nuestras piernas, y según como algo mas, se mostraba al bailar.

Por mi parte sin ser una de las mas animadas, aquella noche me sentía genial, no se si era por los chupitos que me había tomado, que sentía su calor en el estomago, por la experiencia en la moto o por la locura colectiva, pera la cuestión es que me deje llevar y así de esta manera cuando una de mis amigas me comento que me subiera con ella a uno de los podiums que había no me lo pensé dos veces y cogidas de las manos nos encaramamos en lo alto.

Desde ahí tuve una visión del conjunto de chicas y por supuesto de todos los chicos que nos rodeaban, la música sonaba muy fuerte y la sentía rebotar dentro de mi, esa sensación magnificaba el resto de las que tenia.

Siguiendo la estela de mi amiga comencé a bailar cerrando los ojos, sintiéndome flotar, llevada por la música, cuando los volví a abrir observe como unos cuantos pares de ojos no perdían detalle de mi.

Y es que desde donde me encontraba tanto a mi amiga como a mi se nos podía ver sin ningún problema, las cabezas de los que estaban en la pista me llegaban mas abajo de mis rodillas, con lo que simplemente levantando la mirada podían observar lo que nuestras faldas ocultaban, esta realidad hizo que un escalofrió recorriera mi cuerpo haciendo que mi calor se multiplicara desde mi sexo hasta mi cabeza.

Volví a cerrar los ojos al tiempo que comencé a moverme mas sensualmente consciente de que era observada, pero no me importaba, es mas reconocí que esa sensación me encantaba, y cada vez que abría de nuevo los ojos y observaba las miradas perderse por mis muslos hacia mis bragas, la sensación me daba alas para seguir moviéndome mas, abriendo las piernas al tiempo que subía y bajaba, mostrando claramente mi interior o todos esos mirones, y eso me estaba volviendo loca.

Un rato después nos indicaron que bajáramos pues nos íbamos a ir,y muy a pesar mio obedecí, no era plan de quedarme sola ahí, la noche no había echo mas que empezar.

Recogiendo nuestras cosas salimos a la calle, hacia calor y una suave brisa nos envolvió moviendo nuestros vestidos alrededor de nuestras piernas, cogidas de los brazos nos dirigimos entre risas hacia el siguiente local que habíamos pensado ir.

Durante el camino, el aire que corría despejo un poco mi cabeza, íbamos hablando de cosas sin importancia y ese echo me permitió tomar conciencia de mi misma.

Me sentía un poco mareada por lo que había bebido, nada grave, pero estaba ahí, a parte de este detalle dentro de mi un calor acompañado de una ligera tensión alrededor de mi sexo hacia que me sintiera no excitada pero si alterada, notaba mis pechos duros, firmes y si no fuera por el sujetador que llevaba mis pezones hubieran roto la tela del vestido y según andaba el roce de mis muslos unido a la humedad que había entre mis labios aumentaba esa tensión

Intente hacer balance de todo lo que había sentido durante estas horas, algo dentro de mi había cambiado, el echo de sentirme caliente simplemente por haber enseñado mi cuerpo a ojos extraños me costaba aceptarlo, nunca había echo algo así ni mucho menos había sentido este tipo de sensaciones, siempre me había excitado en situaciones típicas en las que hay un chico y una chica, osea cosa de dos, pero jamas había pasado por mi mente que una situación como la que había vivido pudiera producirme este estado.

Pero era así, es mas si volvía a recordar lo vivido notaba como el calor dentro de mi aumentaba, así es que haciendo un esfuerzo para no volverme loca, deje de pensar en eso y decidí vivir la noche, ya tendría tiempo para analizar lo que tuviera que analizar.

Cuando por fin llegamos a las puertas del siguiente bar, había cierta cola para entrar pero como de costumbre el jefe de relaciones que estaba en la puerta nada mas vernos nos abrió el cordón de entrada y tras darnos un beso a cada una nos indico que entráramos con alguna que otra protesta desde la cola.

Dentro el local estaba a tope, era un local nuevo y se había puesto de moda desde que corrió la voz que a el iban algunos jugadores de un equipo famoso de fútbol

Como pudimos nos abrimos paso hasta la barra y una vez allí le gritamos a un camarero lo que queríamos para beber, mientras esperábamos que nos sirvieran las copas, otro camarero nos coloco unos chupitos de tequila diciendo a una de nosotras la manera de beberlo.

Esta era, humedecernos el cuello entre nosotras, colocar la sal en el y tras beber el chupito lamer la sal y luego morder el limón

Entre risas decidimos hacerlo, acercándome a la amiga que tenia mas cerca pase mi lengua por su cuello sintiendo en mi boca la mezcla de colonia junto con el sabor salado de la piel, luego eche un poco de sal y tras beber de un trago el tequila volví a chupar su cuello recogiendo con mis labios la sal para posteriormente morder el limón, la acidez de la fruta suavizo el ardor de la bebida.

Cuando me toco a mi nada mas sentir la húmeda lengua de mi amiga en mi cuello mis pezones se clavaron en mi blusa, el cuello era uno de mis puntos débiles y casi me puse a temblar pensando en el momento que sentiría de nuevo el contacto, y así fue, el calor de la boca de mi amiga al chuparme el cuello me provoco una descarga de placer que recorrió mi espalda explotando en lo mas hondo de mi.

Si antes me sentía inquieta ahora estaba uff....,vaya noche llevaba, pensé para mi, al tiempo que recogía mi bebida y las seguía en dirección hacia otro lugar.

El local estaba abarrotado y como pudimos conseguimos un sitio donde poder sentarnos y de paso dejar las copas, a nuestro alrededor se aglutinaba una amplia variedad de la fauna nocturna, gente desde pijos venidos a menos, hasta nuevos ricos deslumbrando su estatus, pasando por gente de la clase alta disfrazados de pro-gres, junto a modelos y gente guapa intentando dejarse ver, en definitiva, lo mejor de cada casa.

Mis amigas se habían mezclado entre los que bailaban en la pista, pero yo había decidido quedarme un rato sentada disfrutando de la copa y así de paso calmar un poco mi animo.

Desde donde me encontraba podía observar bastante bien el local ya que me encontraba en una zona alta, este se componía de distintos espacios a distintas alturas y la pista era la mas baja de ahí partían escaleras para subir a los otros niveles, siendo el que me encontraba yo uno intermedio, a mi derecha había una escalera para acceder al nivel superior, este era ovalado y como el resto terminaba en una barandilla a modo de balcón que miraba hacia la pista.

En la parte izquierda había toda una serie de sillones para sentarse y al fondo una pequeña barra atendida por un camarero cachas vestido simplemente con un chaleco y un pantaloncito corto, no pude evitar observar los músculos que se le marcaban según se movía por la barra, y en eso estaba cuando observe a un par de hombres observándome, me sentí pillada y gire la cabeza lo mas rápido que pude volviendo a mirar hacia la pista, pero sentía las miradas de esos dos pegadas a mi espalda.

Volví a girar la cabeza para cerciorarme de que me estaban mirando y como respuesta observe como sonreían, automáticamente les devolví la sonrisa y volví a mirar hacia la pista.

En ese momento un par de mis amigas habían conseguido subirse a uno de los podiums y estaban realizando un baile que si no fuera porque las conozco diría que eran lesbianas, sus cuerpos pegadas bailando al unisono era todo un espectáculo, me quede observándolas, mirando como se entrelazaban entre ellas recorriéndose con las manos sus cuerpos haciendo que sus vestidos quedaran en segundo plano, exhibiendo sus cuerpos a los ojos de los que estaban abajo bailando, el ver esa escena hizo que mi cuerpo volviera a ponerse en marcha haciendo que el calor volviera poco a poco a hacerse notar.

Me removí inquieta en mi silla, esta era tipo sillón bastante bajo, con lo cual mis rodillas quedaban mas altas que mi cadera, en esa postura observe que mi vestido se había bajado mas de la cuenta y al pasar la mano por debajo de mi muslo fui consciente de que prácticamente enseñaba mis tanga, pero nada podía hacer a menos que me levantara, recogí la bebida y llevándomela a la boca bebí un largo trago al tiempo que mis ojos observaban algún indicio de miradas hacia mi.

No había terminado de beber cuando los dos hombres de la barra se sentaron en una mesa que había justo enfrente de donde yo me encontraba, hice como si no los viera y perdí la vista por entre las cabezas que habían abajo bailando, pero era obvio que no perdían detalle de mi, y por supuesto de lo que sin querer estaba enseñando.

Intente cambiar de posición pero me fue imposible, ya que si bajaba las piernas hacia abajo el vestido se subía mas enseñando mi tanga por la parte de arriba, así es que deje todo como estaba e intente no hacer caso, pero me era imposible, notaba sus miradas recorrerme las piernas desde los tobillos hasta lo mas intimo de mi, y la verdad, no se si por el efecto del alcohol que llevaba dentro o por el estado en el que me encontraba, llego un punto en el que empece a gozar de la situación.

Al mirarlos les observe atentamente y no estaban nada mal, un poco bastante mayores para mi, pero atractivo, ademas en ningún momento se sintieron cohibidos al ver que yo les miraba, al revés, sonrieron haciendo mas clara su mirada hacia mi, eso hizo que mi calor fuera subiendo por todo mi cuerpo como si una hoguera fuera, y casi sin control, deje que mis piernas fueran desabriendo lentamente para que ellos me vieran.

Sentía el corazón latir-me con fuerza dentro de mi, al saber que estaba exhibiendo mi cuerpo, que estaba siendo observada conscientemente por dos desconocidos, pero no podía parar, solo bebía mas como buscando en el frescor de la bebida un tónico para calmar el calor que me devoraba.

El punto álgido fue cuando observe como entre ellos hablaban al tiempo que me miraban, para al fin levantarse y cambiarse de sitio quedándose a menos de dos metros de donde yo estaba sentada, estaba claro que desde esa distancia la visión de mi cuerpo era mas que clara, yo por mi parte seguía mirando hacia la pista, intentando disimular mi parte en aquella escena.

Pero era bastante difícil disimular, ya que mi postura era bien clara, ninguna mujer enseña si no quiere, y yo en la postura en la que me encontraba estaba claro que deseaba que me miraran.

Las sensaciones que eso me producía me estaban volviendo loca, y tenia miedo de no poder llegar a controlarlas, así es que haciendo un esfuerzo sobre humano, me levante, para dirigirme hacia la pista, para hacer eso abrí del todo las piernas dándoles, como si fuera un regalo, una visión perfecta de mi sexo a penas tapado por el triangulo minúsculo del tanga que llevaba.

Luego pasando por delante de ellos baje hasta la pista para unirme a mis amigas.

Estas se encontraban prácticamente en el centro, rodeadas de la gente, la mayoría hombres que intentaban bailar con ellas para así de alguna manera poder entablar algún tipo de relación, les observe como se pegaban a alguna de ellas, moviéndose al tiempo que sonreían haciéndose los interesantes, por mi parte comencé a moverme al ritmo de la música y no tarde en sentir la misma presión que sentían mis amigas, pero ya estábamos acostumbradas a ese tipo de acercamientos, y no le di mayor importancia.

Me deje llevar como había echo antes por el ritmo de la música, sintiendo de tanto en tanto alguna mano que me frotaba el culo o me tocaba una pierna, según mi cuerpo se movía, y no fue hasta que no sentí unos dedos agarrar mi cintura cuando hice caso, esos dedos no se movían y me hicieron mirar hacia atrás, reconociendo a uno de los que antes habían estado sentados enfrente mía, sus manos seguían cogidas a mi cuerpo al tiempo que el se movía a mi ritmo, no se porque, pero seguí sus movimientos y termine pegada a su cuerpo.

Hasta mi llegaba su olor, así como su calor, nos movíamos suavemente y el se frotaba contra mi espalda, así como yo pegaba mi culo a su cintura, no tarde en notar como su sexo se apretaba contra mi culo, notaba su dureza, y por el bulto que sentía debía ser bastante grande, seguí frotándome contra el dejando que sus manos me abrazaran para sentirme mas, poco a poco fue tomando mi cuerpo, deslizando una de sus manos por mi espalda en dirección a mi cuello para volver a bajarla lentamente al tiempo que se movía, cuando llego al final de la espalda giro la muñeca entonando la dirección de mi culo, fue una caricia suave pero firme, sentí su mano recorrer mi piel hasta el final de mi ropa, y cuando sus dedos tocaron mi piel sentí el escalofrió recorrerme como un relámpago, estaba claro que no iba a detenerse ahí, sentía que perdía el control, y en cuanto su mano se puso entre mis dos muslos casi se me doblaron las rodillas, lentamente comenzó a subir hasta alcanzar el punto en el que mis dos piernas se unen, y expertamente aparto el trozo de tela y sumergió un dedo, creía morirme, ahí estaba yo, rodeada de gente, rodeada de mis amigas bailando al rededor y este desconocido estaba con un dedo entre mis labios tocándome, sobandome, metiéndome mano, quería morirme al tiempo que deseaba mas, sentía mi cabeza dar vueltas al tiempo que el dedo maldito recorría mis labios, sentía mi humedad empaparme toda, y como todo mi cuerpo gritaba mi deseo, aun así, en un ultimo atisbo de lucidez, conseguí separarme de ese dedo y colocarme lejos de el.

Girándome le observe, … le observe llevarse el dedo a su boca, como lentamente lo chupo sin dejar de mirarme, y esos ojos casi consiguen hacer me correr, jamas había visto tanto deseo en alguien y ese deseo era por mi.

Tomando aire seguí bailando sin dejar de mirarlo pero evitando que se me acercara, no seria capaz de escaparme una segunda vez, y en eso estaba cuando una de mis amigas me pidió que la acompañara al baño, fue la campana que para el asalto, cogiéndola de la mano nos dirigimos hacia los servicios, nada mas entrar, busque un reservado y entre dentro, subiéndome al momento el vestido, sentía mi sexo palpitar, lo roce con mis dedos y note su hinchazón, tengo unos labios muy grandes, que sobresalen por fuera, siempre me a dado corte el que me los vieran, incluso cuando en clase de gimnasia debía cambiarme delante de todas, evitaba que se me vieran, a parte de este detalle, el problema radicaba en que cuando estaba excitada, como ahora, estos se hinchaban haciéndose mas grandes, era como si se desplegaran, rosas con los bordes mas rojos, como una gran amapola.

No podía hacer nada, y a parte de este detalle, tenia el tanga echo unos trapos, todo empapado, así es que decidí quitármelo, y como no sabia donde meterlo lo tire en una esquina del baño, luego me baje el vestido oliéndomelos y salí de wc, fuera estaba mi amiga recomponiéndose el maquillaje, yo aproveche para pasarme un poco de agua por la nuca y el cuello, me sentía hirviendo.

Cuando por fin volvimos a la sala, me sentía mas tranquila, o eso pensé yo, y digo esto porque nada mas acercarme donde estaban todas volví a ver al chico mirándome desde arriba, decidí no hacerlo caso y seguí bailando, en un momento en el que la pista se vació un poco decidieron aprovechar para subirse a un podium y ahí fui yo, arriba, por cierto, me di cuenta tarde que había elegido el mas alto, pero ya no podía hacer nada, así es que comencé a bailar, pronto me olvide de todo y empece a disfrutar del momento, riéndome con mis amigas y sintiéndome toda una estrella de la noche, en esos momentos no existía nada, ni el tipo mirándome ni nada por el estilo, solo yo, ellas y la música, el efecto de los chupitos junto a las copas que había bebido estaba haciendo su efecto, era normal que mientras bailabas alguien te ofreciera de beber, y yo lo había echo unas cuantas veces, así es que el efecto de la mezcla comenzó hacer su efecto haciendo que me desinhibiera totalmente.

Una de mis amigas se coloco delante mio abrazándome al tiempo que colocaba una pierna entre las mías, de esta manera, juntas nos movíamos, para este movimiento debía tener las piernas mas abiertas de lo normal, pues su muslo ocupaba el espacio que debía tener cerrado, y como iba bajando, el vestido hizo lo que la naturaleza le indico, subirse, enseñando mi sexo a la población que habitaba mas abajo mio, no podía cambiar de posición y como ya esperaba al ser consciente del movimiento, mi cuerpo volvió a encenderse como un volcán, a eso había que añadirle el echo que el muslo de mi amiga rozaba mi sexo desnudo provocan dome mil sensaciones.

Volvía a sentir que se me escapaban los papeles, y mas cuando observe que el chico de antes había bajado de donde se encontraba para colocarse de manera que pidiera verme con facilidad, no se porque pero cuando mi amiga me dejo, seguí bailando sola encima del podium, deseaba que me mirara, y de esta manera seguí moviéndome mas que para todos, para el, sentía los ojos recorrerme las piernas y clavarse en mi coño desnudo, a si como las miradas de otros desconocidos al percatarse de mi desnudez se unieron al chico.

Mi corazón lo sentía latir como un caballo desbocada dentro de mi pecho, pero ya no me importaba, desea que me miraran, que me vieran, y de esta manera comencé a hacer mas obvios mis movimientos, mostrando a todos lo que prácticamente nadie había visto.

Así estuve durante un rato hasta que sentí que me faltaba el resuello y mi garganta seca me reclamo algo liquido para hidratarla, así es que bajándome me dirigí junto a una de mis amigas a pedir algo para beber, por el camino hacia la barra, sentí mas de una mirada hacia mi cuerpo, incluso algún que otro roce mas o menos intencionado, al cual no hice caso, aunque tengo que reconocer que me sentía tan excitada y sensible, que lo que en otros momentos hubieran sido roces sin mas repercusión ahora mismo se convertían en leña para la hoguera que llevaba encendida en mi interior.

Pensando en eso no me percate del cambio de nivel existente en el suelo y mi pie tropezó con el pequeño escalón haciendo que mi cuerpo se proyectara hacia delante bruscamente, para evitar caerme me agarre a mi amiga como un naufrago se agarra a un tronco en medio del mar, pero no puede evitar torcerme el tobillo de manera brutal, los tacones de plataforma que llevaba no ayudaron en nada para evitar el daño, al contrario, y un terrible dolor nació desde la punta de mis dedos hasta mi cerebro, explotando en millones de luces blancas.

Me quede unos minutos agarrada al brazo de mi amiga sin poder apoyar el pie en el suelo, la verdad es que no me atrevía, y como pude entre ella y un chico que lo vio todo me acompañaron hasta un taburete donde pude sentarme, el pie me dolía horrores al tiempo que observe como por segundo se iba hinchando mi tobillo, con todas las fuerzas que saque de mi interior evite ponerme a llorar, pero tengo que reconocer que el buen rollo que llevaba desapareció de golpe.

Al momento llegaron el resto de mis amigas y entre todas decidieron llamar a un taxi para llevarme a urgencias, desde luego ese no era el final de la noche que yo tenia pensado, pero si tengo que reconocer que era lo que mas me apetecía en esos momentos.

Cuando salimos a la calle, un vehículo estaba esperándonos fuera, como no quería cortarles la fiesta las convencí de que me encontraba bien y que podía ir sola hasta urgencias, muy a regañadientes me dejaron sola en el taxi y tras un beso de todas marche.

Sentada en el taxi conseguí sacarme el zapato, que ya no me pude volver a colocar, y comprobar como mi tobillo se había convertido en una especie de bota redonda con una franja morada que la atravesaba de lado a lado, me dolía muchísimo y aunque estaba segura de que no estaba roto pues lo podía mover, el dolor casi no me dejaba pensar en nada.

Cuando llegamos al servicio de urgencias, el taxista llamo a unos celadores que enseguida vinieron con una silla de ruedas con la cual llevarme al interior, una vez dentro pase los tramites pertinentes quedándome en una sala, esperando a que me llamara el medico de guardia.

La verdad es que no tardo mucho, tras una puerta un hombre de unos cincuenta y tantos años me llamo por mi nombre y tras contestarle me ayudo a entrar en el pequeño despacho.

En el una mesa presidida por un ordenador y una camilla tras la puerta me saludaron, el medico muy amablemente me pregunto que me había pasado y tras explicárselo y el ir introduciendo los datos en el ordenador, decidió explorarme, para eso salio de detrás de la mesa y colocando la silla de ruedas junto a la camilla, me paso un brazo por debajo de los míos para de esta forma haciendo fuerza ayudarme a sentarme en la camilla.

La verdad es que hasta ese momento el dolor había remitido bastante,el doctor se sentó en una especie de banqueta a mis pies, y cogió el tobillo entre sus manos para observarlo, yo le miraba con cierta desconfianza, pues sabia que tarde o temprano me dolería, y así fue, nada mas moverlo un poco los pinchazos retomaron su intensidad haciendo que mis lagrimas asomaran en mis ojos, el doctor, me dijo que no estaba roto, pero que tenia un esguince importante y que debía de vendarlo, yo solo deseaba que no me lo tocara mas, y cuando lo dejo colgando, para ir a buscar las vendas, respire tranquila.

Cuando volvió a aparecer, me indico que me iba a inyectar un calmante para el dolor, para eso debía de tumbarme en la camilla y ponerme de lado, con su ayuda me tumbe y me coloque como el me indicaba, una vez puesta en la posición correcta note como me subió el vestido dejando mi nalga al aire, ahí recordé que no llevaba nada debajo y un golpe de calor volvió a llenarme el cuerpo, reflejándose en mi cara.

Note como las manos del doctor tocaban mi culo desnudo buscando el sitio idóneo para clavarme la aguja,, sus dedos recorrían mi piel, hasta que por fin note un pinchazo y un ligero dolor al introducirse el liquido, tras esto me dijo que no me moviera al tiempo que movía mi nalga para que se repartiera el liquido bien, no se si fue por el pinchazo o por que, pero la verdad es que lo que mas notaba en ese momento era la palma de la mano sobre mi culo moviéndose, y ese movimiento circular, produjo que mi sexo se moviera volviendo a darme oleadas de placer que me recorrieron encendiéndome de nuevo, aun así, no dije ni hice nada, simplemente me quede quieta, dejándome hacer.

Oi como el medico trasteaba detrás de mi, yo sin moverme, ni siquiera había bajado el vestido que seguía subido por encima de mi cintura dejando al aire mi culo desnudo, cuando volvió a hablarme me dijo que me debía volver a sentarme para de esta manera colocarme la venda bien, con su ayuda me incorpore quedando sentada frente al doctor.

Este llamo a un ayudante que tras unos minutos entro en el pequeño despacho, era un hombre joven, sobre unos veintipocos años, y entre los dos me pusieron en el borde de la camilla, mientras uno preparaba las vendas el otro coloco una pequeña escalera de dos peldaños debajo del pie bueno, quedando el otro colgando, en esa posición, mis piernas estaban abiertas y el vestido al haberme arrastrado sobre la camilla subido justo hasta las ingles, no me lo podía bajar, primero porque no podía levantar el culo, y segundo porque al estar sentada sobre la camilla directamente este había quedado detrás de mi culo.

En esa posición mi sexo desnudo se podía observar perfectamente.

El echo de sentirme así expuesta ante dos hombre, junto al echo de que ya no me doliera el pie, hizo que mi excitación se disparara, para rematar la faena, el mas joven se coloco junto a mi pierna buena y colocando sus manos en mi muslo la separo mas, mientras el mas mayor volvía a sentarse en la banqueta entre mis muslos, quedando mi sexo desnudo a menos de medio metro frente a su cara.

Lentamente inicio el vendaje del pie, mientras el otro sujetaba mi otra pierna, yo no podía evitar las sensaciones que recorrían mi cuerpo y notaba como lentamente mi humedad iba empapando mi sexo, estaba segura que el medico desde la posición en la que se encontraba podría ver perfectamente como mi coño se inundaba, y eso hacia que yo me excitara mas aun, no lo podía evitar, y la verdad es que lo estaba disfrutando, sentía las manos del joven presionar mi muslo cerca de mi ingle al tiempo que el doctor paseaba las suyas por la otra pierna, lentamente, iba subiendo dando vueltas con la venda a toda mi pierna hasta llegar mas abajo de la rodilla, para ese punto, yo estaba a punto de tener un orgasmo, algo que jamas antes me había pasado, y cuando termino y me dejo la pierna, sentía las primeras oleadas de placer.

Nada mas terminar el doctor me dijo que me tumbara de nuevo y me quedara en reposo mientras llamaban a alguien que me pudiera venir a buscar, así es que le di el teléfono de mi padre y mientras el salia fuera del despacho, el joven paso un brazo por mis piernas para ayudarme a tumbarme, el sentir ese tan cerca de mi sexo fue el detonante para que tuviera un orgasmo, lento, intenso, silencioso.

Cuando termine de estar tumbada, saco lentamente el brazo de debajo mio apoyando su mano suavemente cerca de mi ingle, para finalizar bajándome el vestido y dejándome sola.

Así estuve un largo rato hasta que oí la voz de mi padre hablando con el medico.

Un rato después entraba en casa ayudado por mi padre, que me llevo hasta mi habitación donde por fin pude descansar.

Espero que os haya gustado, y me gustaria leer vuestros comentarios, y si os apete que os cuente mas cosas.