De este agua no bebere (y casi me ahogo)

Pues eso, experiencias que uno no piensa tener y acabas teniendolas.

DE ESTA AGUA NO BEBERE (Y CASI ME AHOGO)

La noche, salir solo, demasiado alcohol y un calentón me llevaron a una experiencia que no pensaba tener.

Esa noche, después del trabajo decidí salir a tomarme unas copas, no había quedado con nadie y aunque tenia la esperanza de encontrarme con alguien conocido o conocer a alguna chica fue algo que no sucedió, de modo que me pase la noche en la barra de la discoteca y los combinados fueron cayendo uno tras otro, debieron ser diez o doce.

A pocos metros de mí, en un rincón de la discoteca, había una parejita, ella estaba muy buena, no podía evitar mirarla de tanto en cuanto y sentir envidia del tío que estaba con ella, más difícil me fue no mirarles cuando comenzaron a besarse y acariciarse, no quería seguir mirándolos, ya que no me considero un mirón, pero no podía evitarlo, mis ojos se iban hacia la parejita a cada momento, cuando la parejita se estaban dando el lote de veras y mi calentón era más que considerable decidí que lo mejor seria largarme.

Al levantarme me di cuenta de que había bebido demasiado ya que estuve a punto de caerme, me dirigí con pasos vacilantes a la salida, pague y llegue a la calle, decidí que lo mejor era darme un paseo para que se me pasase un poco la borrachera antes de coger el coche para regresar a casa.

Iba caminando cuando vi a lo lejos a una chica parada en una esquina, mi paseo me llevaba hacia ella, a medida que me iba acercando iba percibiendo que tenia un cuerpo muy atractivo, piernas largas y esbeltas, enfundadas en unos vaqueros, culo respingón, cintura estrecha, las tetas las tenia pequeñas, pero como nunca me he sentido atraído por los pechos grandes esto no era un problema.

Mientras me iba acercando la veía cada vez más atractiva, pensé que podía hacer una chica como aquella a aquellas horas sola en la calle, solo venían a mi cabeza dos opciones, o estaba esperando a su novio, o estaba haciendo la calle, es decir era prostituta. Cuando me faltaban menos de diez metros para pasar frente a ella algo me hizo darme cuenta de que no era ella, era un travesti o como mucho una transexual, continúe mi camino sin preocuparme. Al pasar frente a ella, o él, me hablo.

-¿Dónde vas guapetón?

-A ningún sitio en particular, simplemente estoy dando un paseo. (me había parado frente a ella, o él, y la estaba mirando a los ojos, tenia que reconocer que para no ser una mujer era preciosa)

-¿Te gustaría pasar un buen rato?

-Pues no sé, no estoy muy convencido.

-Venga, anímate, ochenta euros y te vienes a mi casa, sin prisas. (no sabia muy bien que hacer, por un lado estaba el que ella, de ahora en adelante la tratare como femenino, no fuese una mujer, por otro el calentón que había pillado en la discoteca y que aun me duraba, además anteriormente, en mis años de pubertad, de experimentar, había tenido relaciones homosexuales con otros chicos, aunque no completas, tan solo chupárnosla mutuamente, tal vez por eso me decidí a aceptar su propuesta)

-Vale, vamos a tu casa, aunque tal vez me conforme con que me la chupes.

-Lo que quieras, veras que la chupo de vicio. Sígueme mi casa es aquí al lado.

Echamos a andar, el trayecto era de unos escasos ochocientos metros, yo fui tras ella observando su culo, poniéndome cada vez más cachondo, no podía evitar en pensar con que me iba a encontrar cuando se desnudase y esto me hacia sentirme aun más excitado.

Subimos en el ascensor hasta el tercer piso, mientras íbamos en ascensor me dedique a tocarle el culo, una vez salimos del ascensor ella fue a una puerta, metió la llave y antes de abrir se giro hacia mí.

-No hagas ruido hasta que no estemos en la habitación, vivo con una amiga y no le gusta que traiga desconocidos a casa.

-Procurare que ni sepa que he estado aquí.

Una vez dentro del piso me guío hasta una habitación, deduje que seria la suya.

-Aquí puedes hablar normal, la habitación de mi amiga esta en el otro lado y no nos oirá.

-Bueno, tampoco estoy aquí para hablar.

-Eres un vicioso y estas cachondo. (dijo mirando creo que por primera vez el bulto de mi pantalón)

-Si no estuviese cachondo no habría razón para haber venido contigo. Ahora desnúdate, quiero verte desnuda.

-Hay algo que debería decirte.

-No digas nada.

-Como quieras.

Ella se fue desvistiendo despacio, se quito la blusa mostrando sus pequeñas tetas, eran realmente pequeñas, como las de una niña de doce o trece años, sin embargo sus pezones eran grandes y estaban totalmente erectos, yo también me iba desnudando sin dejar de mirarla, aunque yo lo hacia más rápido y solamente me faltaba quitarme los calzoncillos, que apenas podían contener mi erección.

-Tu también estas bien cachonda.

Sonrío al ver como la miraba las tetillas, se quito el pantalón, yo la observaba ya totalmente desnudo, me pareció que estaba un poco nerviosa, verla quitarse el pantalón teniendo mucho cuidado de que no se le moviesen las bragas me convenció de que estaba en lo cierto. Me acerque despacio a ella que se dio la vuelta quedando de espaldas a mí, me pegue a ella, coloque mis manos en su cintura y las fui bajando y las fui subiendo por su espalda, luego las pase delante, por encima de sus hombros y las baje hasta masajear sus tetas, estaban duritas, sus pezones parecían de piedra, después de tocárselas un rato baje mis manos por su vientre y de nuevo a su cintura, agarre sus bragas por los costados y se las baje dejándoselas a medio muslo.

-Ahora si que debo decirte algo. (dijo)

No le hice caso subí mis manos por entre sus piernas y le agarre la polla totalmente flácida.

-Esto no lo tienes tan excitado como los pezones. (le dije pegando mi boca a su oído)

-Tarda bastante en ponérseme dura, quizás por tomar hormonas.

-Eres muy sexy.

-No te importa.

-Me lo esperaba desde que me propusiste venir contigo, aunque entonces no estaba seguro de si estarías operada, pero cuando te vi quitarte el pantalón ya sabia que no.

-Ojala tuviese el dinero que hace falta para operarse y también para ponerme tetas.

-Tus tetas me gustan mucho.

En ese momento ayudándome con una mano, mientras la otra seguía estimulando su pene, coloque mi polla entre sus nalgas, punteándole el ano mientras mi mano había ido de nuevo a sus tetitas, esta triple excitación hizo que poco a poco su picha se fuese endureciendo entre mis dedos, la tenia muy pequeña u fina, una vez la note totalmente erecta debía medir no más de doce centímetros y poco más gruesa que una moneda de dos euros, la comencé a masturbar mientras le apoyaba mi polla con más fuerza en el ano que fue abriéndose y tragando mi polla, llegue a meterle la mitad.

-En la cama estaremos mejor. (dijo)

-Pues vamos. (respondí soltándola, aunque sin separarme de ella ni sacar mi polla de su culo, ella se pego más a mí haciendo que un trozo más de mi polla entrase en su culo y luego se fue hacia delante sacándosela despacio)

-Me pagas antes, por favor.

-Claro. (regrese junto a mi pantalón y saque de la cartera dos billetes de cincuenta, que al momento le entregue, entonces la vi de frente y pude observar su picha que estaba perdiendo rigidez)

-Dijimos ochenta, no tengo cambio.

-Tampoco los tengo sueltos, pero no pasa nada, estamos un rato más y te quedas con los cien.

-Como digas, aunque yo nunca uso reloj en la cama.

-Perfecto.

Ella guardo el dinero, cuando se tumbo en la cama su polla estaba de nuevo totalmente flácida, me tumbe a su lado y la bese apasionadamente en la boca mientras mis manos iban en busca de sus tetitas, deje una mano acariciándole las tetitas y baje la otra para acariciar de nuevo su picha.

-Que pronto se te baja. (dije separando nuestros labios)

-Tu sin embargo te mantienes como un campeón. (dijo cogiendo mi polla por primera vez)

-Eso es por que me gustas.

-Tuve un poco de miedo de que al verme desnuda te molestases.

-¿Por esto? (dije tirándole de la picha con suavidad) te dije que me lo esperaba.

-Ya, pero no sabes las cosas que me han pasado, alguno incluso ha querido agredirme al ver que tenia polla.

-Estoy seguro que juntos lo pasaremos muy bien aunque tengas picha.

-Gracias. ¡Oye!, yo estoy caliente, cuando quieras empezamos.

-Yo creía que ya habíamos empezado, pero venga, tengo muchas ganas de que me la chupes.

-Quiero que sepas que siempre uso preservativos con los clientes, hasta para chupársela, pero contigo me apetece hacerlo sin, es decir, si tu también quieres.

Mientras me decía esto se había arrodillado sobre la cama, yo me había tumbado bien, me sujetaba la polla y la miraba con signos evidentes de deseo, no dije nada, coloque mi mano en su nuca y la fui empujando contra mi polla, que trago entera mientras dejaba escapar un gemido de gusto,

Cuando solté su nuca ella continuo chupándomela, me estaba una de las mejores mamadas que había recibido en mi vida, mire su picha y vi que volvía a estar morcillona, me moví par alcanzarla con mi mano y excitarla de nuevo, cuando noto mi mano en su picha y me vio en una posición algo forzada se movió para que pudiese tocársela estando algo más cómodo, rápidamente te le puso de nuevo dura, se la fui meneando haciéndole una paja mientras seguía disfrutando de la mamada que estaba recibiendo.

Me venció el morbo, la fui atrayendo hasta que quedo con una pierna a cada lado de mi cabeza, con su picha sobre mi nariz, ella se esforzaba por mantenerla lejos de mi boca, me pareció que tenia miedo de que me molestase si su picha llegaba a rozar mis labios, por el contrario yo sentía el deseo de devolverle parte del placer que me estaba proporcionando con su boca, coloque mis manos en sus nalgas y la empuje haciendo que acercase su picha a mi boca, sin embargo ella hacia fuerza para evitar lo que yo deseaba, tuve que sacar mi lengua y estirarme para alcanzar a rozar su pequeño glande con la punta de mi lengua, en ese momento ella dejo de hacer fuerza y la empuje de las nalgas obligándola a meterme la picha en la boca, me gusto sentir aquella picha entre mis labios, jugué con mi lengua con ella, aunque no estaba seguro de que a ella le estuviese gustando, ya que cuando dejaba de presionarle las nalgas se levantaba como para sacármela de la boca, pasado un rato sentía que los brazos se me estaban entumeciendo de hacer fuerza, la solté y deje que la sacase de mi boca, aunque la mantuvo casi rozando mis labios.

-¿No te gusta que te la chupe? (le pregunte)

-Sí, claro que me gusta.

-¿Entonces por que me obligas a hacer fuerza?

-Me preocupa entusiasmarme demasiado y meterla en tu boca hasta molestarte.

-Pues no te preocupes por eso, si creo que la tienes demasiado metida ya te empujare para que la saques.

Sin ganas de seguir hablando y perder la excitación que sentía en ese momento la empuje de nuevo de las nalgas y aloje su picha en mi boca, ella comprendiéndolo se dedico de nuevo a chuparme la polla. Pasamos varios minutos lamiéndonos las pollas mutuamente, me estaba conteniendo tratando de no correrme, no habíamos hablado de si me dejaría correrme en su boca, de modo que me preocupaba un poco hacerlo, pero cuando al notar como ya no podía dejar de moverme por el orgasmo que me estaba llegando ella comenzó a chupar con más fuerza llegue a la conclusión de que deseaba tragarse mi leche, a fin de cuentas era una profesional y debía de haberse dado cuenta de que yo estaba a punto, me contuve un poco más, dándole algo más de tiempo para pensárselo, y al fin y al cabo alargando e intensificando mi propio placer, y me deje ir cuando ya no pude más, solté varios chorros intensos de semen, note como tragaba tratando, y consiguiendo, que nada escapase de sus labios, siguió mamándomela durante un buen rato, yo seguía a lo mío, es decir a disfrutar de su boca en mi polla mientras le proporcionaba placer a su picha con mi boca, me preguntaba si seria capaz de continuar hasta el final, es decir si la dejaría que se corriese en mi boca, ella dejo de chupármela un momento.

-Menuda polla tienes, el pedazo de corrida que te has pegado y sigue dura como un palo.

No respondí, ¿para que?, no creo que ella esperase ninguna respuesta, además mi boca estaba ocupada, cada vez me atraía más la idea de dejar que descargase su semen en mi boca, por otro lado observando sus pequeños huevos supuse que tampoco podrían contener gran cantidad de semen, decidí que ese era el día de tener una nueva experiencia, iba a degustar una ración de semen. Por otro lado ella al darse cuenta de que yo no abandonaba la mamada que le estaba haciendo volvió a chupármela, pero con tranquilidad, supuse que ya había tragado bastante semen y no quería más. Minutos después dejo de chupármela para avisarme de que si no paraba se correría, la sujete por las caderas atrayéndola un poco más dentro de mi boca, dejando claro que quería que lo hiciese dentro, poco después note como su picha se estremecía entre mis labios y dejo salir dos o tres pequeños chorros de leche, el primero llego directamente a mi garganta, los siguientes los detuve con mi lengua, no me gusto el sabor, pero aun así decidí tragarlos.

Poco después ella se quito de encima de mí y se tumbo a mi lado abrazada a mí, mientras su mano no dejaba de jugar con mi polla.

-No esperaba que me hicieses esto.

-En el fondo tampoco yo lo esperaba.

-Para mí ha sido maravilloso.

-Tu también me la has chupado de maravilla.

-Puedo hacerte una pregunta sin que te molestes conmigo.

-Molestarme seria una tontería después de lo que hemos hecho.

-La mía no es la primera polla que te comes, ¿Verdad?

-No, de adolescente experimente con amigos, aunque nunca pensé que volvería a comerme una.

-Pues la chupas bien.

-Gracias. A sido la primera vez que he llegado hasta el final.

-¿Cómo acababais con tus amigos?

-Después de un rato cada cual se hacia una paja.

-¡Que desperdicio!

-Puedo preguntarte que edad tienes, pareces muy joven.

-Tengo 20 años, el mes que viene cumplo 21, ¿y tú?

-32, cumplidos hace dos meses.

-Te conservas bien, nunca te hubiese echado más de veintisiete.

-Gracias.

-Oye, ¿lo tuyo es normal?, nunca había estado con un tío al que se le mantuviese dura tanto tiempo.

-Sí, cuando tengo sexo con alguien que me gusta necesito dos o tres corridas para que se baje.

-¡Joder!, que poderío, quien te pillase para siempre.

-Me da algo de corte preguntarte esto ahora, pero, ¿cómo te llamas?

-Me llamo Eduardo, aunque todos me conocen como Maribel.

-Yo me llamo Rodrigo y nadie me conoce por otro nombre.

-Bueno que hacemos ahora Rodrigo.

-Lo que se te ocurra Maribel.

-Pues mi culito hace rato que palpita de ganas de sentir tu polla.

-Entonces no lo hagamos esperar, ¿Cómo te gusta más?

-A lo perrito y un poquito fuerte.

-Pues ponte que yo también tengo ganas.

En segundos ella estaba a cuatro patas sobre la cama y yo detrás con mi polla apoyada en su ojete, empuje y su esfínter se abrió ante mi polla con extrema facilidad sin haberle tenido que darle lubricación adicional, la fui penetrando sin prisa pero sin pausa, mi polla se deslizaba con extrema suavidad, pensé que iba a disfrutar poco de encularla, pero cuando le había metido la mitad ella apretó su culo y llegue a pensar que me quería estrujar la polla, seguí empujando queriendo metérsela entera, me estaba costando meterla, me parecía increíble, de pronto el culo más dilatado que había penetrado en toda mi vida se había convertido en el más prieto, se me hacia imposible meter más mi polla, saque un cuarto de polla de su culo y luego empuje con fuerza haciendo que de una vez le entrase casi entera.

-¡Ah! (grito) sigue hazme sentir todo el poder de tu polla.

Mi respuesta fue sacar de nuevo de nuevo tres cuartas partes de mi polla y clavársela de nuevo, esta vez si mi ingle choco contra sus nalgas, toda mi polla invadiendo su culo, me quede quieto mientras ella gemía, deje que se acostumbrase a la sensación, pronto ella misma comenzó a menearse, era la señal que había esperado, comencé a bombearla con ganas al tiempo que pasaba mi mano por delante de sus piernas buscando su picha, me sorprendió encontrarla dura, la agarre y comencé a masturbarla, sus gemidos de placer se dispararon, llegue a preocuparme por un momento de que despertásemos a su compañera de piso, pero la excitación venció a la preocupación y me dije que aquel no era mi problema, la seguí penetrando con ganas durante casi media hora, al mismo tiempo la estaba masturbando, me sentía algo cansado de meneársela, pensé que no llegaría a correrse, cuando note que me iba a correr, cuando comencé a llenarle las tripas de semen sentí como su picha se estremecía en mi mano y también descargaba sobre la sabana, me quede quieto sobre ella con mi polla metida hasta el fondo de su culo.

-¡Joder!, me has hecho manchar la cama, ya puedes sacármela, noto como va perdiendo rigidez. (no le hice caso, ella tampoco hizo nada por que se la sacase, paso como medio minuto) ¡Eh! ¿Qué pasa? Se te esta poniendo otra vez.

Puse mis manos en sus nalgas y comencé a empujarla y atraerla hacia mí, follando, sin yo moverme, de nuevo su culo, después de los primeros minutos era ella quien se movía follándome sin descanso, perdí la noción del tiempo que llevábamos así, cuando la escuche.

-¡Me corro!

Eche mi cabeza a un lado tratando de ver como se corría, pude ver unos chorritos manchando un poco más la sabana, momentos después fui yo quien descargo de nuevo en su culo, ahora sí mi polla perdió su rigidez rápidamente, se la saque, enseguida agarre sus tobillos y tire de ellos, por la sorpresa ella cayo tumbada de vientre sobre la cama, embadurnándose la tripa y la polla con sus corridas anteriores, apoye con fuerza una mano en su culo para asegurarme de que se manchase lo más posible, después me tumbe junto a ella.

-Eres un cerdo, mira como me has puesto. (dijo dándose la vuelta y mirándose)

-¿Quién te mandaba manchar la cama de ese modo?

Puse mi mano en su vientre, sobre el poco semen que había allí, se lo fui extendiendo desde las tetitas hasta el ombligo, no tenia ganas de volver a correrme, sin embargo aun me sentía muy excitado, ella sonreía.

-Eso no es crema hidratante.

Me acerque a ella y le lamí las tetitas mientras mi mano bajaba y se apoderaba de su picha, nos besamos.

-No me digas que tienes ganas de seguir, por que si es así me vas a volver loca y me convertiré en tu puta para siempre.

No conteste, le había estado restregando el semen con el que se había manchado por el pene y toda la ingle, hasta que su piel parecía haberlo absorbido, por que estaba completamente seco.

Entre besos y caricias me coloque sentado sobre su tripa, coloque su picha contra mi ano y empuje, ella me miraba con cara de excitación, pase varios minutos empujando mi ano contra su picha pero esta no entraba.

-No me entra.

-No es culpa mía.

-Es tarde, tengo que irme.

-Como quieras, vístete tranquilo. (me vestí, cuando me levante para irme ella se levanto también) Toma este es mi teléfono, (me dio un papel que saco del bolso) si algún día lo quieres repetir estas invitado. Te acompaño hasta la puerta.

Me acompaño hasta la salida, antes de abrir nos besamos, después salí de su casa, ya en la calle pensé en todo lo que había sucedido esa noche, yo que después de probar a las mujeres había pensado que jamás volvería a chupar una polla me había hartado de picha. Cuando llegaba al coche pensé, “¡Joder!, si al menos me hubiese mojado el ano con saliva tal vez me habría entrado su picha”, pensándolo fríamente no sabia si alegrarme de no haber pensado en lubricar mi ano, por que si lo hubiese hecho habría acabado ahogado, pero por otro lado había perdido una oportunidad de experimentar algo nuevo que no tenia ni idea de si se volvería a repetir, saque el papel de mi bolsillo, simplemente ponía Maribel y un número de teléfono móvil, lo deje sobre el salpicadero del coche y durante todo el camino estuve pensando si guardarlo o lanzarlo.

FIN (O NO)