De esposa ejemplar a ramera empedernida (12)

Una extraña convención, 2 nuevas amigas, y muchos falos, sudor y carne...

De Esposa Ejemplar a Ramera Empedernida XII

La Convención I

Mi rutina de siempre continuó adelante como si nada, como siempre, de mi casa a la empresa, y de allí a cuartos de hoteles y moteles a vender caro mi cuerpo. O si no, pues lo hacía allí mismo, en el club. Ya había perdido la cuenta de cuántas vergas habían probado las húmedas y tibias cavidades de mi cuerpo, y cuántos orgasmos me habían provocado.

Mi vida era así, la de una puta… ya no era más que una puta

El tan esperado contrato llegó por fin. Me iría 5 días a la hermosa ciudad de Flores, Petén, como acompañante de un grupo de 4 o 5 ejecutivos extranjeros, asistentes a la convención iberoamericana de arquitectura que se llevaría a cabo allí. Mi consuelo era que no iría sola, estaría acompañada por Angie y por Sophie, que a última hora fue incluida dentro del contrato.

Dije en mi casa que tenía que acompañar a mi jefe a una convención importantísima. Aclaro, siempre dije que mi jefe era una mujer, llamada Josefina (José es el segundo nombre de Felipe) para levantar menos sospechas. Hasta mostré una supuesta invitación al evento, que el mismo Felipe mandó a hacer para asegurar mi coartada. Lo único que me tenía más o menos tensa era saber quiénes serían mis clientes, y la posibilidad de que alguien pudiera reconocerme allí, Arturo conocía a uno o dos arquitectos.

Angie me aconsejó cambiar mi imagen y mi aspecto justo antes de irme. Así que fui a un salón de belleza en donde me cortaron el pelo, que lo llevaba a media espalda, dejándome un peinado corto y a la altura de la barbilla con reflejos azules. Además, maquillaje, mis amigos casi nunca me veían maquillada pues no acostumbraba ponerme mucho, no me gustaba. Pero desde que me volví puta aprendí cómo hacerlo, pues mis clientes aprecian mejor una hembra bien arreglada y maquillada. Eso supone una ventaja para mi, pues solo me arreglo así para "el trabajo", pero al llegar a mi casa y al salir de ella llevo la cara a penas un poco ruborizada y retocada, como siempre. De esa manera, hay mucha diferencia entre Lucía y "Teresa".

Llegué muy temprano a la oficina, como a eso de las 6. allí me reuní con Angie y Sophie, que ya me esperaban. Uno de lo choferes nos llevaría hasta nuestro destino, mientras Felipe nos recomendaba tener cuidado, "uno nunca sabe con quien no tocará coger".

Llegamos antes de medio día y nos instalamos en una elegante habitación del Westin Camino Real de Tikal, alquilada por nuestros mismos clientes para poder disfrutarnos en privado. Pues bien, ya estaba todo el escenario listo, 3 putas, Angie, Sophie y yo, Teresa, contra no sé cuántos hombres.

Podría pasar mucho tiempo contándoles todo lo que vivimos allí, pero prefiero remitirme únicamente a los detalles más importantes. Les prometo que en otra oportunidad les contaré todo lo que vivimos allí

Pues bien, como a eso de las 4 de la tarde, timbró el teléfono de Angie. Ella contestó y, tras colgar, nos lanzó a nosotras una mirada pícara. "Bueno señoritas, ya es hora… ¡a poner a trabajar nuestros traseros!"

Más o menos 45 minutos después salimos, nos íbamos a reunir con ellos en un bar, en la isla de Flores. Al nomás entrar, llamamos la atención de todos, íbamos que sacábamos fuego a cada paso. Sophie, que es blanca y bajita como yo, llevaba una mini blanca con una blusa roja apretada, que le dejaba un buen escote de sus nada despreciables senos. Yo vestía un pantalón de tela muy ceñido con una tanga debajo, de manera que sus bordes podían verse perfectamente bajo la apretada tela que guardaba mi maravilloso culo. Arriba, una blusa corta que dejaba ver mi ombligo y su arete… ¿no les conté?, por consejo de Angie me puse un arete, que guardaba celosamente de la vista de todos aquellos que no tuvieran nada que ver con Teresa, la puta.

Pero la que mejor se veía era Angie, ella iba con un pantalón de lona azul muy ajustado y de cintura baja, un top blanco y una chaqueta color crema, se veía muy elegante.

Avanzamos hasta llegar al punto donde nuestros clientes no esperarían, eran 5 hombres, de entre 35 y 25 años, todos bien vestidos y con aspecto de parranderos y exitosos hombres de negocios. Nos presentamos, Angie, Sophie y Teresa, ellos eran Alfredo, Diego, Roberto, Juan Luis y Víctor.

Desde que nos vieron nos revisaron con la vista de pies a cabeza, me sentía como una cosa, una mercancía… ya estaba acostumbrada a ello. Nos sentamos con ellos y pidieron bebidas, luego salimos a bailar, ellos se movían muy cerca de nuestros ondulantes cuerpos, restregándose contra nosotras, casi respirando en nuestros cuellos. Estaba excitada, ser el centro de atención de esa manera me calentaba mucho, sentirme un objeto de deseo me ponía como un boiler, no podía esperar porque me cogieran.

Angie se fue a sentar con 2 de nuestros acompañantes, que le decían cosas en voz baja, como no queriendo que los demás oyera. Luego la vi hablando por su celular, e inmediatamente se puso de pié, dirigiéndose hacia donde estábamos nostras bailando.

Niñas, me voy con Alfredo y Juan Luis

¿Por qué? – preguntamos extrañadas.

Es que ellos quieren un servicio un tanto diferente

¿Qué cosa?

Les cuento en la mañana… ahí tienen cuidado, adiós.

Nuestra amiga salió meneando las caderas en medio de Alfredo y Juan Luis. Sophie y yo nos quedamos mirándonos las caras, pero bueno, la fiesta estaba encendida y no había marcha atrás. Además, como toda prostituta, estábamos acostumbradas a estar solas.

Sophie se veía muy acaramelada con uno de los hombres, Víctor, que no la dejaba ni un minuto sola. En cierto momento, solo se me acerca y me dice "suerte con tus 3 machos", se da la vuelta ¡y se va dejándome sola! No era justo, yo iba a ser la única que desquitara lo que pagaron.

A eso de las 11 de la noche, mis machos propusieron irnos a mi habitación para "conocernos más a fondo"… ¡muy, muy a fondo! Sin embargo pasó algo, no me di cuenta de cuando llamaron por el celular, pues cuando llegamos al hotel, un tercer caballero hacía turno para participar en la fiesta. Eso si me cayó mal, me querían ver la cara de estúpida y eso no lo iba a tolerar.

Pero nena, ya vas con 2, ¿qué tiene de malo 3?

Que solamente ustedes 5 me contrataron, el tiene que pagar por todo lo que me quiera hacer en la noche.

¿Y no le podés fiar?

Fiada… ni la mirada, si no paga, no juega. – y por más insistieron y me rogaron no di mi brazo a torcer, no los iba a dejar verme la cara de idiota.

En cuanto cruzamos la puerta, se me fueron encima, que conversación ni nada, ellos iban al grano. Pero bueno, para eso nos contrataron a las 3 después de todo. El panorama pintaba más claro que nunca, esa semana sería de coger y coger. Y rodeándome habían 3 machos hambrientos, calientes y enardecidos, dispuestos a devorarme viva. Solo podía imaginarme la cantidad de palomas que iba a tener para mi en esa noche.

Se acercaron y me hicieron arrodillar, sacando sus trozos de carne, poniéndomelas en la boca. Empecé a chuparlos y a mojarlos con saliva una por una hasta que se les pusieron duras. Vi entonces que no eran penes despreciables. Variaban de tamaño y grosor, pero no eran chiquitos.

Uno de ellos se agacho y bajó el cierre de mi pantalón, logrando meter sus manos entre mi cola, poniéndose a jugar con mi tanguita. Sentía mucho calor, quería que me desnudaran de una buena vez, qué placer era sentir lo dedotes hurgando entre mis nalgas.

Los 3 hombres me pusieron de pié y empezaron a despojarme de la ropa. "Con cuidado" protesté porque casi me la rompían. Uno de ellos, Roberto, me alzó en brazos y me llevó a la pieza, depositándome sobre la cama. "Queremos verte bailar" me dijeron, y yo les di gusto. Me empecé a mover sensualmente, despacio, moviendo las caderas y mostrándoles impudorosamente mis poderosas nalgas. Ellos me veían absortos, con sus manos frotando sus miembros, su excitación me excitaba más a mi, y me hacía hervir en mi interior.

Con movimientos lentos, Diego y Roberto se me acercan y se acuestan a ambos lados de mi cuerpo desnudo, el tercero, que se llamaba Ángel, se aproximaba de frente, dispuesto a entrar por el centro. Abrí las piernas y lo dejé entrar, su pene enfundado se deslizó lenta y suavemente a través de mi canal vaginal ya humedecido, aunque no sin un poquito de esfuerzo, es que soy estrecha al principio, pero eso cambia cuando termino de mojarme.

Ángel me empezó a dar duro, sujetándose de mis hombros me penetraba con fuerza mientras yo lo rodeaba de la cabeza, besándolo y mirándolo a los ojos. los otros 2 solo se limitaban a observar hasta que protestaron, ellos también querían participar. Ángel me agarró de las nalgas y me levantó, ya sabía lo que querían esos tipos en ese instante, me depositó suavemente sobre la pelvis de Roberto, cuyo miembro topó con mi delicado anillo anal. Su pene, un poco más gordo que el de Ángel, me atravesó hasta topar sus huevos con mis nalgas. Así, me empecé a mover en medio de ese sándwich, gimiendo fuerte. Pero mis gemidos fueron interrumpidos cuando Diego me puso la verga en la boca para que la chupara.

El encuentro se fue haciendo más y más fuerte, las embestidas de esos 2 me horadaban hasta el fondo, y el pene del tercero no me dejaba ni respirar, ya estaba completamente a su merced y no había nada que pudiera hacer para evitarlo… de todas maneras no quería hacerlo.

En eso, la puerta de la habitación se abrió, entró Víctor y Sophie, sudorosos y agitados. El primero se quedó con la boca abierta cuando me vio en ese sándwich, ella solo se rió, diciéndole "ves que tenía razón, la Tere es una caliente…". Ella se le acerco por detrás y le apoyó sus hermosas tetas en la espalda al mismo tiempo que le decía:

Necesito que me atendás igual que ellos atienden a mi amiga

Eso fue cono presionar un botón de encendido, pues Víctor reaccionó enseguida con la verga parada. Se dieron un beso largo y apasionado, a jugando con sus lenguas dentro de sus bocas al mismo tiempo que Sophie le masajeaba la verga por encima del pantalón y Víctor hacia otro poco sobre sus preciosas tetas y culo. Ella siguió luego lamiéndole el cuello y la barbilla, mientras el advertía a sus amigos "ella es solo para mi cabrones".

Tan excitados se pusieron mis amantes que volvieron a la carga, mucho más impetuosamente que antes, mientras mi amiguita le sacaba la verga a su amigo y se la comenzó a chupar como una posesa.

Despacio, Víctor la llevó hasta la cama, se desnudaron y se recostó a mi lado boca arriba mientras Ángel me taladraba con furia, tanta que el pene de Roberto estaba casi inmóvil adentro de mi. Sophie se acostó encima de el, formando un 69 delicioso. Minutos después mi amiga berreaba y se revolcaba como un gusaneo en los brazos de su amante, y este se derramaba dentro de la golosa boca de ella. Terminaron ese primer round con un beso muy apasionado, intercambiando saliva, semen y flujos.

Ángel también terminó, su excitación explotó haciendo que casi rebalsara el condón con su leche. Se tiró hacia su izquierda y se cayó de la cama pues yo estaba en la esquina, nos reímos mucho todos.

En un abrir y cerrar de ojos nos Diego le había arrebatado a Sophie a Víctor y se la estaba cogiendo en una orilla. Sus movimientos comenzaron despacio, pero en cuanto ella le dijo "¡soy tu puta, cogeme duro cerote!" la comenzó a apalear como un loco, acompañando los mete-saca con meneos de caderas que volvían loca a mi amiga, pues con esa danza erótica, su clítoris era masajeado constantemente.

Simultáneamente Roberto me había cambiado de posición, me tomó de la cintura y me levantó en el aire para llevarme a un sillón en donde toma asiento y me continuó cogiendo por el culo mientras los otros miraban. Ya no paramos de allí, y yo con su trozó adentro me movía tan rápido que sentía mis propios flujos caer sobre sus piernas.

Diego, esta puta está más caliente que un horno… traé a la tuya para la atienda

Dicho y hecho, Diego se levantó de la cama y llevó de la mano a mi amiga, que, golosa, se arrodilló en medio de las piernas de Roberto y metió su carito entre mi vulva, poniéndose a mamármela mientras el otro me partía por la mitad a través del culo. ¡Qué rico tener una lengua femenina lamiéndome la raja mientras un macho me sodomiza con furia! Les juro que en menos de 5 minutos alcancé un violento orgasmo, de esos que solo yo puedo tener.

Quedé en calidad de trapo, casi sin poder sostenerme, por lo que Roberto me tuvo que poner boca abajo sobre uno de los brazos del sillón para seguirme dando, mientras Diego seguía apaleando a mi amiga que chillaba como una desesperada. Minutos después terminó en su boca, y ella se lo tragó todo.

Sophie ya estaba agotada de tanto sexo pero faltaban Víctor y Ángel, cuyos miembros volvieron a la vida de ver como nos cogían.

Todavía no estoy agotada, quiero mas... – les dijo.

Bueno, entonces vas a tener más… todo lo que querrás. – le dije.

¡Denle duro entonces! – les respondió desafiándolos.

La pusieron en cuatro patas y Ángel se la comenzó a coger por el culo, mientras ella les decía que eran tremendos y cosas por el estilo y les pedía más, que quería gozar como nunca. Hicieron un sándwich con ella, mientras un tercero le daba la paloma para que se la chupara. Era tremenda la cogida que le estaban dando, ella no paraba de gemir y se agarraba de donde podía. Y luego, cuando la hubieron deshecho y yo recuperado, los cuatro me dieron como locos, uno por uno, hasta que acabaron encima de mi cuerpo, dejándome totalmente embadurnada. Y como broche de oro Sophie llegó a lamerme el semen del cuerpo, esos 4 no daban crédito a sus ojos ni podían creer lo que acababan de hacernos.

Luego de eso se fueron y nos dejaron solas, nos duchamos en el baño y nos tiramos a dormir completamente agotadas, desnudas y abrazada una de la otra.

Más adelante continuaré con mi historia, por ahora me tengo de despedir, pero pueden mandarme sus comentarios y opiniones a mi correo electrónico, que me interesa mucho leerlas. Besos y abrazos. garganta_de_cuero@latinmail.com .

Continuará

Garganta de Cuero.