De esposa ejemplar a puta de lujo (13)

Sonia acepta convertirse en una puta voluntariamente, de momento la puta de Mario. Se va a vivir a su casa, y el primer capricho que la impone Mario es mamársela a un tío en un cine, para después follársela él en los aseos.

Cuando Ana se fue, nosotros nos quedamos un rato y Mario empezó a darme una serie de normas que debía cumplir mientras viviera con él.

En primer lugar siempre te trataré como a mi amante no como a mi novia, eso quiere decir que entre tu y yo, nunca existirá amor sino sexo.

Por ese motivo quiero que siempre te comportes como tal, es decir, una amante siempre intenta sacar todo lo que pueda de su hombre, por lo que quiero que seas una mujer caprichosa también conmigo. Por ese motivo toma esta tarjeta de crédito, tiene un límite de 1 millón de pesetas al mes, no acumulables, luego será mejor que te los gastes todos los meses.

Aunque se que eres licenciada y una mujer inteligente, quiero que te comportes siempre conmigo como una mujer vacía y superficial que sólo sabe hablar de compras, vestidos, perfumes etc. No quiero que me aburras con conversaciones trascendentales. Tienes prohibido leer libros, periódicos, o cualquier cosa que te haga pensar, lo máximo que podrás leer es revistas del corazón. En cuanto a la TV, nada de programas culturales o noticias. En cuanto al cine, sólo películas porno. Con la gente también te comportarás así, eso reforzará el pensamiento en ellos de que eres mi putita de turno.

Por último quiero que conmigo te comportes siempre como una auténtica puta profesional, después de todo te vas a llevar un millón todos los meses porque me pone cachondo. Para ti mi polla será lo más importante en tu vida y además quiero que tu boca, coño y culo siempre estén dispuestos para mí o para quien yo quiera.

Mientras estés conmigo siempre me serás fiel, no acostándote con ningún hombre o mujer, a no ser que yo te lo mande .

Cuando lleguemos a casa, verás que tengo una criada oriental es de Tailandia, se llama Tai y tiene 19 años. La saqué de un burdel en uno de mis viajes. Es muy sumisa y quiero que te comportes con ella como una auténtica hija de puta. Trátala a patadas, pégala, explótala al máximo en las tareas del hogar, y si quieres también podrás tener sexo con ella.

Luego me preguntó si había comprendido todo y le contesté que si, pero le pregunté que porque me iba dar tanto dinero si yo todo lo que me pidiera se lo haría gratis, y me contestó que el sólo gozaba con las mujeres cuando pagaba por ello, y que sólo con las putas tenía placer, así que para gozar de mí tenía que convertirme realmente en una puta.

Justo cuando íbamos a salir de la consulta me dijo que empezara ya a comportarme como me había dicho, si quería vivir con él mucho tiempo.

Me quedé pensando en lo que dijo, Mario me había convertido en puta ya no sólo porque era capaz de follar como ellas, sino porque a partir de ahora iba a cobrar por follar.

A partir de ese momento me di cuenta que sería una puta, de momento la puta de Mario, y yo acepté voluntariamente, tendría dinero, sexo y nada de amor, y mi única función en la vida, sería vivir para dar placer a Mario.

Cogimos los coches y nos fuimos a su casa. Tenía un chalet de lujo de dos plantas en la Moraleja, con enorme jardín, piscina, y garaje para 4 coches. No nos podían ver otros vecinos al estar muy tupida la vegetación del vallado de la finca.

Cuando aparqué me acordé que tenía que ser puta con la criada, así que cuando me la presentó lo primero que dije fue. Mario a mi no me gustan las criadas orientales así que espero que esta zorra sea muy buena criada, porque si no, ya puedes ir buscando otra.

La verdad es que la tal Tai estaba buena. No era muy alta mediría 1:65, pero se veía que Mario ya la había modelado con hormonas y cirugía, porque tendría unas medidas de 88-55-90, y de cara era bastante guapa.

Entonces Mario le indicó a Tai que la señora está a dieta, y le tienes que preparar el siguiente tipo de comida siempre hasta nueva orden.

Desayuno: Leche descremada con cereales.

Comida: De primero una ensalada, o verdura, tipo hortalizas y derivados de soja y de segundo arroz blanco, o pescado o pollo, estos últimos a la plancha o cocidos. De postre un yogur desnatado.

Cena: Batidos energéticos de los que venden en las farmacias para adelgazar.

Entre horas té e infusiones con sacarina. Además te recetaré vitaminas como complemento a la dieta.

Queda prohibido totalmente:

Carne de cualquier tipo, embutidos, huevos, quesos y mantequillas, refrescos azucarados, chocolate, cualquier producto de pastelería y bollería. En cuanto al alcohol sólo cuando salgamos de copas podrás tomar martini blanco con hielo, que engorda menos que otras bebidas.

La verdad es que Mario se había tomado en serio lo de la dieta, además de en puta me iba a convertir en anoréxica.

Mientras Tai subía mis maletas a nuestro dormitorio, Mario me enseñaba la casa, era impresionante, tenía gimnasio, sauna, un salón inmenso, sala de billar, 4 cuartos de baño con jacuzzi, y 5 dormitorios uno de la criada.

Después subimos a la habitación y mientras yo me desnudaba ya que como con Ana siempre iba en bragas por la casa, pensé que a Mario también le gustaría consiguiendo así tenerle siempre excitado, el me dijo que esa noche tenía algo especial para mí que iríamos al cine.

Tai preparó la cena vi que se quedó de piedra al verme bajar en tanga, la verdad es que no me extraña porque el movimiento de mis tetas era para marear a cualquiera, entonces la dije delante de Mario, que te pasa idiota nunca has visto una mujer en bragas.

Ella me pidió perdón, Mario se tomó la cena, un gazpacho y chuletas de cordero y yo, un batido de farmacia y un complemento vitamínico.

Después de eso me dijo que íbamos al cine, que quería que se la mamara a un desconocido mientras veía la película, que era algo que siempre había deseado hacer.

Yo me quedé de piedra pero que podía hacer, le sonreí de la forma más guarra que pude mientras me fumaba un cigarro. El me dejó claro que o hacía todo lo que se le pasara por la cabeza, o que no duraría mucho en su casa, y después de todo me había convertido en su puta, y las putas hacen lo que se les manda.

Me dijo que me vistiera en plan veinteañera, que quería que los demás pensaran que yo era todavía más joven.

Me puse un Top, azul claro, marcando tetas con sujetador negro transparentándose y una minifalda vaquera, desgastada, con bragas lila como las de las jovencitas. Al ser la falda baja de caderas, dejaba que se viera la goma lila de las bragas, quedando todo el ombligo al aire. Además me puse unos zapatos de tacón con plataforma cuadrada bastante vulgares.

Mientras íbamos en el coche al cine, Mario metía mano entre mis piernas abiertas (Siempre que estoy con él las tengo abiertas para estar más accesible a lo que quiera hacerme), sobándome por encima de las bragas. Yo le tocaba por encima del pantalón su sexo que ya estaba muy duro.

Estaba toda mojada, Mario me dijo que el tratamiento hormonal que me administraba, favorecía al excitarme el encharcamiento de mi coño, y que eso había provocado mis ganas constantes de follar en los últimos meses, hasta convertirme en una ninfómana.

Desde luego aquel cabrón, había manipulado mi cuerpo como le dio la gana.

Entramos en el cine, era una película de acción, por lo que había muchos hombres en la sala. La gente nos miraba, sobre todo por mi pinta de putilla y mi diferencia de edad con Mario.

Nos sentamos en la parte de atrás para tener un mejor visión de toda la gente. Como era un martes no había mucha gente, y en general jubilados. No había casi chicos jóvenes, al ser al día siguiente laborable.

Mario se puso a mirar a los tíos para elegir a quien se la tendría que mamar. Me eligió a un tipo de unos 60 años gordo y calvo con una barba asquerosa y con pinta de guarro, que estaba ocupando una butaca en un lateral, estando sólo él en esa fila.

Yo estaba totalmente desbordada por la situación y permanecía inmóvil en mi asiento, me dijo que cuando la película estuviera por la mitad, me acercara a él y se la mamara poniéndome de rodillas entre sus piernas.

El capricho de Mario, básicamente era que practicara sexo oral, en un lugar público, mientras el veía todo, y con un tipo realmente asqueroso y viejo.

Aunque ya había hecho alguna mamada en un sitio público, fue en un WC donde no podían verme, y allí en el cine aunque fuera a oscuras, podría darse cuenta cualquiera, por no hablar de cómo reaccionaría el viejo cuando le bajara la bragueta.

La verdad es que el tipo era repulsivo hasta ahora lo había hecho con hombres o mujeres jóvenes y de un físico normal o tirando a atractivos, pero ahora era una puta y las putas no eligen a sus clientes, así que era mejor que me fuera acostumbrando a hacerlo con cualquier tipo por asqueroso que fuera.

A mitad de la película, en plena escena de acción con mucho ruido, Mario me ordenó que ya podía empezar con el numerito diciéndome que me tragara toda la lefa que consiguiera ordeñarle, que hoy al viejo le había tocado la lotería. Me levanté sin saber muy bien lo que iba a hacer y comencé a caminar por el pasillo del cine en dirección al hombre.

Cuando llegue me senté a su lado y le sonreí, el sin hacerme mucho caso me sonrío y siguió mirando la película. El tipo de cerca era todavía más asqueroso, no bajaba de 60 años y con una barriga impresionante, nunca lo había hecho con un gordo así.

Ahora me tocaba, ponerme de rodillas delante de él, estaba realmente aterrada ¿Cómo reaccionaría? El tipo.

Lo hice con gran dificultad, porque con su barriga casi no me quedaba sitio, y todavía tenía que acostumbrarme al nuevo tamaño de mis tetas, ya que me abultaban y pesaban mucho, y me dificultaban los movimientos. Mientras me acomodaba, le miraba a la cara sonriéndole.

Entonces deslicé mis manos sobre las piernas del viejo y empecé a desabrocharle los pantalones. El me miró con ojos de sorpresa, pero se dejó hacer. Con gran dificultad busqué su polla debajo de su barriga, se veía que era un guarro, olía a sudor. Cuando encontré la polla estaba flácida y comencé a pajearle para intentar que se empalmara lo antes posible.

Cuando lo conseguí después de un par de minutos acerqué mis carnosos labios a su polla que no mediría más de 12 cm. Me dieron arcadas, no por su tamaño ya que además al haberme quitado las 8 muelas, ahora podía hacer más sitio en mi boca, sino porque el olor a meados, y el sabor a orines y sudor.

Empecé a sentir crecer la polla del viejo entre mis labios, notando como se hinchaba y empecé a acariciarle los cojones con las manos mientras mis labios presionaban su glande. Sentía su respiración cada vez mas entrecortada y empecé a temer que le diera un infarto. Al tipo se le veía muy fatigado, con la respiración muy agitada.

Dirigí mi vista a Mario, que desde su sitio lo veía todo, así que como no tenía más remedio que hacerlo, decidí intentar acabar con aquello lo antes posible. Empecé a subir y bajar la cabeza rápido, para que se corriera lo antes posible, aunque era complicado porque mi cabeza golpeaba con su barriga.

Entonces el tipo después de la sorpresa inicial empezó a tomar la iniciativa, se adelantó un poco y metió su mano por debajo del top y así poder empezar a sobarme. Primero las tetas, me bajó el top y las sacó por encima de las copas del sujetador, y empezó a pellizcarme mis oscuros pezones.

Después me levantó la minifalda metiendo sus dedos por debajo de las bragas hasta los labios vaginales, comenzó a masajearme el coño con gran facilidad, yo ya me estaba mojando a pesar del asco que me daba aquel tipo.

La verdad es que al final empecé a disfrutar de aquella situación por el morbo de ser vista y por el punto hasta que me había rebajado. El sentimiento de asco iba desapareciendo, mientras sentía sus dedos explorar mi vagina y mi ano, empezando a metérmelos en ambos sitios. Es posible que aquel viejo de joven hubiera sido después de todo un buen amante.

Después de 10 minutos no conseguía que se corriera, debía estar medio impotente.

Redoblé esfuerzos, y por fin después de 15 minutos, se corrió en mi cara, echando mucho más semen de lo que esperaba. Casi me atraganto al tragarlo, por la sorpresa y la postura en que me encontraba.

Cuando terminé, el viejo me acarició el pelo y me dio 5000 pts. me imagino que como no podía comprender lo que hice, decidió pagarme como haría con cualquier puta.

Después le limpié bien la polla, y le coloqué los calzoncillos y los pantalones, yo me arreglé las bragas y la falda, y me metí las tetas en el sujetador colocando el top de nuevo en su sitio.

Me incorporé y tambaleándome sobre mis tacones ya que tenía las piernas dormidas de la postura, volví a donde estaba Mario ante la mirada del acomodador, que debió ver todo. Mario me dijo que había sido increíble, que no había conocido muchas mujeres, que fueran tan putas como yo.

Entonces yo le sonreí por el halago, y empecé a meterle mano a la polla, por encima de los vaqueros. Estaba dura como una roca, así que me cogió del brazo, nos levantamos y nos dirigimos a los aseos, mientras la película seguía.

Me empujó sobre uno de los lavabos, me levantó la minifalda y me bajó las bragas que cayeron al suelo, mientras decía que se iba a bajar todo el calentón en mi culo.

Yo estaba encharcada, me caía el flujo por los muslos, hubiera dado cualquier cosa porque me penetrara por el coño, pero me la metió por detrás en el culo sin miramientos, y me salió un grito de dolor.

Mientras me embestía brutalmente, yo me apoyaba con una mano en el lavabo y con la otra me tocaba el clítoris. Me dijo que quería que gimiera todo lo alto que pudiera para que nos escucharan, y que gritara cosas como dame más, rómpeme el culo, así así sigue.....

La verdad es que la escena era impresionante, yo apoyada en el lavabo, mirándome al espejo mientras me daban por el culo, con las bragas en el suelo. Yo creo que ningún empleado del cine se atrevió a entrar por el ruido que yo armaba con mis gemidos.

Al cabo de unos 10 minutos Mario se corrió en mis intestinos, y yo tuve varios orgasmos, mas que por el polvo en si por el morbo de la situación. Fue increíble.

Sin que Mario me lo pidiera me puse de rodillas para limpiarle la polla, cuando terminé me quedó algo de semen en mis gruesos labios que contrastaba con el rojo de los mismos.

Cuando me iba a relamer, Mario me dijo que no, que saliera del cine con la cara así. Que el saldría primero y que cuando yo entrara en el coche quería ver su lefa en mis labios.

Mientras Mario salía, cogí las bragas del suelo y me las puse, me miré al espejo y era escandaloso salir con todo el semen en mis labios. Al salir, me esperaban en la salida el encargado del cine y el acomodador que me había visto mamársela al viejo, junto con una acomodadora.

Cuando me vieron toda despeinada, con la ropa medio mal puesta, y el semen en los labios, me dijeron que no iban a permitir que volviera a ejercer la prostitución en su cine y que como me volvieran a ver por allí llamarían a la policía.

Yo en mi vida había pasado tanta vergüenza, cuando salía por la puerta escuché decir al encargado, que tía más puta, ni siquiera se ha limpiado la boca.

Entre en el coche, y Mario me dijo que ya podía relamer su semen de mis labios, así lo hice mientras me miraba en un espejo para que quedaran limpios.

Nos dirigimos hacia casa, mientras Mario conducía todo el rato con una mano sobre mi coño, sobándolo por encima de las bragas.

Continuará.

Se agradecen comentarios.

Autor: Corsarionegro

Correo: corsarionegroesp@yahoo.es