De esposa ejemplar a puta de lujo (12)

Operan a Sonia de todo lo que quería Mario. Cuando se recupera Mario en su consulta se la folla como le da la gana, y la dice que ya se puede ir a vivir con él.

Nos levantamos temprano, me hice la maleta, porque estaría una semana en la clínica, Ana me prestó varios de sus sujetadores, porque los míos ya no me valdrían, y el cirujano nos dijo que las primeras semanas tendría que llevar los pechos, muy bien sujetos.

Nos fuimos en un taxi, yo no desayuné porque me iban a operar nada más llegar y tenía que estar en ayunas.

Yo estaba muy nerviosa, y además como me prohibieron fumar en 10 días, estaba al borde de un ataque de nervios. Ana se dio cuenta y para tranquilizarme me dijo que ella iba ser mi enfermera hasta que me recuperara, que ese mes trabajaría menos para estar pendiente de mí. Sus palabras me tranquilizaron.

Cuando llegamos fuimos a la habitación, una enfermera me dijo que me desnudara y me puse un camisón del hospital. Luego me llevaron a quirófanos y me operaron pechos y nariz, durante 4 horas. Luego me llevaron a la habitación, con la nariz escayolada, y los pechos sujetos con una venda que me daba la vuelta por la espalda, que llevaría una semana. Desde luego ya se notaba el cambio de volumen.

Al día siguiente por la mañana me volvieron a llevar al quirófano, para quitarme las muelas. Las enfermeras hablaban entre ellas como sorprendidas de verme allí otra vez, y por lo que me iban a hacer.

Después de 2 horas, y 36 puntos de sutura dentro la boca, me bajaron de nuevo a la habitación. Por la noche tenía la boca y la nariz tan inflamadas que no podía respirar y me ahogaba, por no hablar de los dolores en la boca que se me quedaba entreabierta y echando babas porque además no podía cerrarla. Tenía que estar boca arriba en la cama porque los pechos me dolían si me apoyaba en ellos.

Hubo un momento que me ahogaba, Ana se puso a hacerme el boca a boca y el médico de guardia se asustó y me metieron en la UCI, conectada a un respirador mecánico. Allí estuve 4 días hasta que bajó algo la inflamación de la boca, y pude empezar a respirar por mi misma. El médico de la UCI me dijo que el hacerme todas esas operaciones juntas había sido una barbaridad, y que por poco no lo cuento.

Luego estuve otros 6 días más en la habitación, alimentándome todos estos días con suero intravenoso, ya que no podía mover la boca.

Me bajaron a la consulta del cirujano, y por fin me quitaron el vendaje de los pechos. Los tenía con mucho más volumen y más erguidos, y me los dejaron bastante naturales al haber elegido la forma en gota de agua, quedando más redondeados por la parte inferior que por la superior.

El médico me quitó los puntos que había alrededor de los pezones, y me dijo que en un par de semanas no se notarían las cicatrices. Me recordó que me pusiera un sostén de buen soporte.

Luego me quitó la férula de escayola de la nariz, tenía la parte de debajo de los ojos morada, y la nariz todavía estaba bastante inflamada, así que no se podían a preciar los resultados, todavía la tenía taponada.

Me llevaron de nuevo a la habitación y me puse un sujetador de los que me dejo Ana. Enseguida me di cuenta del peso de mis nuevas tetas, desde luego a partir de ahora tendría problemas para encontrar vestidos de mi talla.

Al día siguiente me llevaron al cirujano maxilofacial que me quitó los 36 puntos de la boca, que todavía estaba muy inflamada, me dijo que durante otros 10 días por lo menos sólo me podría alimentar con purés.

Después de 15 días que permanecí en el hospital por todas las complicaciones, me dieron el alta, y me dijeron que volviera a los 10 días porque ya se verían los resultados y tenían que fotografiarme. Yo estaba desesperada por fumar, me subía por las paredes, y les pregunté si podía fumar de nuevo, me contestaron que si que ya podía.

Como era una clínica totalmente privada, y los médicos que me eligió Mario eran de los de más prestigio, a los que van todas las famosas y cada día de ingreso en la UCI costaba un dineral, la broma de las operaciones me supuso el tener que pagar 10 millones de pesetas. Me pulí lo que Carlos me dio por la venta del piso.

Ana me vino a buscar, y al desnudarme en casa, me dijo que estaba preciosa y eso que no iba maquillada y que todavía me bajaría mas la inflamación de la cara.

Estuve otros 10 días en casa sin salir, recuperándome. Sólo salí un día con Ana a comprarme sujetadores de mi nueva talla, y ropa nueva que se adaptara a mi busto, porque no me valía ningún vestido, ni blusas, etc.

A los 10 días volví a la clínica y me fotografiaron, y me dieron copias de las fotos. Me dijeron que ya podía hacer vida normal, y que si tenía algún problema les llamara.

Ese día Mario llamó a Ana y la dijo que ya quería verme, estábamos a mediados de junio y quería comprobar como había quedado mi cuerpo. Ana le dijo que esperara una semana, porque había estado un mes sin hacer ejercicio ni tomar rayos UV y estaba poco tonificada y muy pálida, que en una semana estaría preparada.

Yo estaba muy nerviosa, me tenía que poner a punto en una semana, porque si me rechazaba, todos los sacrificios que había hecho no servirían para nada.

Esa semana, todos los días hice aeróbic, tomé rayos UV para recuperar mi bronceado, y me depilaron con láser todo el cuerpo, ya que en un mes me habían crecido unos pocos pelillos sobre todo en la vagina.

Ana me dijo que el objetivo de Mario es que fuera físicamente lo más parecida posible a la chica Wonderbra de entonces, así que me dio las últimas fotos publicadas de ella, para que el día que me viera Mario, fuera peinada y maquillada igual que ella.

La verdad es que viendo sus fotos, hay que reconocer que Mario había conseguido lo que quería con mis operaciones y el tratamiento hormonal. Me parecía mucho a ella sobre todo de cara. De cuerpo ella tenía mis curvas en cadera y pecho, pero en el resto estaba mas delgada, y eso que yo en el hospital perdí 3 kg, y me quedé en 61.

Por fin llegó el día, me cito en su consulta por la tarde, así que por la mañana me fui a la peluquería, me teñí el pelo de rubio ceniza y me lo puse liso, como en las últimas fotos de la modelo, y una maquilladora, me dejó maquillada igual que ella.

Con todo mi cuerpo ya recuperado de las operaciones, la verdad es que estaba impresionante.

Al llegar a casa, Ana ya me estaba esperando, me dijo que parecía increíble que era clavada a la modelo. Entonces empecé a vestirme, me puse un tanga y sujetador negros, y encima un vestido de verano de lino muy fresco, de color verde esmeralda, por lo que se me transparentaba la ropa interior como sabía que le gustaba a Mario. El vestido se sujetaba con tirantes, quedando las tiras negras del sostén visibles, y era muy ceñido, por lo que marcaba mis curvas.

La modelo, era más alta que yo. Yo mido 1,72 y ella 1,78, así que para aminorar esa diferencia me dijo Ana que a partir de ahora siempre tendría que llevar tacones de 12 cm, así que me puse unos de aguja que me elevaban esa altura.

Ana me dijo que prepara mis maletas, porque probablemente ya ese día me iría a vivir a casa de Mario.

Antes de salir se me doblaban las piernas por el nerviosismo, y me esnifé delante de Ana dos rayas de coca, para tener más confianza en mi misma. Ana me dijo que me tranquilizara que estaba preciosa, pero yo le dije qué que pasaría si me rechazaba después de todo lo que había hecho por él en estos 10 meses.

Había perdido a mi familia incluido mi hijo, y había tirado por la borda mi carrera profesional. Me habían hecho 7 operaciones de cirugía estética, en labios, cuello, pómulos, abdomen, pecho, nariz, y boca, y además Mario me había hecho una ligadura de trompas y jamás podría volver a tener hijos. Por no hablar de los millones de pesetas que había gastado en estos meses.

Todo ello porque estaba perdidamente enamorada de un hombre que lo único que había hecho era follarme un par de veces sin demostrar ningún tipo de sentimiento por mí.

Ana me contestó que no me preocupara, cogimos mi coche y nos fuimos a la consulta.

En la salita de espera, delante nuestro había otra paciente que había sido compañera mía de facultad, 4 años antes, y a pesar de estar sentadas enfrente, no me reconoció, la verdad es que no me extraña, yo no la saludé.

Mario la despachó pronto (era bastante fea), y la enfermera nos dijo que pasásemos.

Cuando entramos, Mario me cogió de la cara y empezó a besarme en la boca metiéndome toda la lengua, mientras con sus manos palpaba cada centímetro de mi cuerpo, por fuera del vestido.

De repente me dio la vuelta, y me empujó sobre la mesa de su despacho, quedando mi culo en pompa. Me subió el vestido, me apartó la tira del tanga y me la clavó en mi vagina de un solo golpe, sin que a mí ni siquiera me hubiera dado tiempo a mojarme, por lo que hasta que me lubriqué me estuvo haciendo daño con las embestidas.

Yo me sentí feliz, porque si había provocado esa reacción en él, querría decir que habría pasado la prueba. Mientras bombeaba, me decía que iba a ser su putita obediente y que me iba a exhibir para presumir de mujer a lo grande.

A los 15 minutos de darme por detrás dijo que quería estrenar mis tetas, así que me incorporó, me quitó el vestido dejando caer los tirantes, y me quitó el sujetador. La verdad es que mis tetas eran ahora majestuosas.

Me tiró en el sillón ginecológico, se puso encima y empezó a hacerse una cubana con ellas, haciendo un mete y saca a gran velocidad. Era la primera vez que hacía una cubana a un hombre, ya que antes con mis tetas no podía y eso me puso muy cachonda, el saber que ahora mis tetas servían para algo más que adornar mi cuerpo.

Mientras Mario me follaba las tetas, Ana me comía el coño con desesperación, porque sabía que tardaría tiempo en volver a catarlo. Me metía los dedos entre los labios menores y me succionaba el clítoris como si se tratara de una polla, yo estaba en éxtasis, las dos personas que más me atraían sexualmente dándome placer.

Me decía que me habían quedado espléndidas y al cabo de un rato entre estertores de placer se corrió en mi pechos. A mi me dijo que le limpiara la polla con mi boca, y a Ana que no había parado de masturbarse todo el tiempo que me limpiara las tetas de su leche.

Cuando su polla y mis tetas estuvieron limpias, empezó el reconocimiento médico, para explorar todo mi cuerpo.

Me puso en el sillón ginecológico con las piernas abiertas, se puso guantes de látex y mirándome a los ojos metió su mano entre mis piernas, metió primero tres dedos, para a continuación meter toda la mano cerrada, sentí la presión sobre mi clítoris de sus nudillos, y de mi boca salió un gemido al tiempo que cerré los ojos. Sacó su mano con la misma frialdad con que la metió, miró a Ana e hizo un comentario de lo mas salvaje.

Ana la golfa es de las buenas, es caliente esta toda mojada, se deja hacer y es sumisa, y en estos meses has logrado que tenga el sexo tan dilatado como un túnel.

A continuación me puso a 4 patas sobre el sillón e intentó realizar la misma operación con mi recto. Primero metió tres dedos e intentó meterme el puño, pero no pudo, aunque también le afirmó a Ana que lo tenía ya suficientemente dilatado, ya que lo que si que pudo fue meterme todos los dedos.

Le dio un beso a Ana diciéndola que había conseguido las dilataciones perfectas en ambos agujeros.

El coño lo tenía tan dilatado como una mujer que fuera a parir ese mismo día, me miró y me dijo que no me preocupara, que en el coño eso no tiene mayores consecuencias, ya que es un órgano que recupera con facilidad sus medidas normales, si dejo de meterme consoladores, y de follar todos los días.

Y por otro lado en cuanto al ano dijo que estaba en las medidas perfectas, ya que un ensanchamiento en exceso lo deja muy dilatado y ya no es capaz de cerrarse espontáneamente con lo que queda feo al verse todos los intestinos. El culo debe ser ensanchado lo justo para permitir una penetración sin dificultad por parte de cualquier hombre, pero no rebasando las características fisiológicas del cuerpo de la puta, es decir, ni un milímetro mas de lo que su cuerpo permita.

Después de eso me levantó, me puso de pie, me pesó y empezó a tomarme las medidas, cosa que hizo que yo me sintiera como si fuera una yegua. Las medidas fueron:

62 Kg. de peso y 92-63-95.

Las comparó con la que me había tomado en visitas anteriores.

En septiembre eran 75-45-75 con 54 Kg.,

Y en Enero 95-65-78 con 66 Kg.

Luego me abrió la boca y se puso a mirarme los dientes. Sonrió al comprobar que me había quitado las 8 muelas. Me dijo que ahora estaba mucho mejor. La verdad es que la cara daba la sensación de ser más estrecha por abajo.

Luego le preguntó a Ana por mi estilo de vida. Le contestó que había cumplido todo lo que se me impuso, derrochadora de dinero, que hacía aeróbic todos los días para mantener el cuerpo tonificado, que me fumaba dos paquetes diarios de tabaco rubio, y que bebía pero no en exceso. Además cada vez es más vaga y caprichosa, porque se ha dado cuenta que con su cuerpo puede conseguir todo lo que quiere.

La encanta exhibirse y llamar la atención de hombres y mujeres por su forma de vestir y comportarse. No le da ningún pudor mostrar su cuerpo desnudo a desconocidos/as y le gusta la juerga y la noche, por lo que se ha acostumbrado a levantarse todos los días a la hora de comer.

No da muestras de echar de menos su vida anterior, ni su trabajo ni su familia, y sólo piensa en pasarlo bien y en el dinero fácil para mantener su tren de vida.

Como novedad le contó que había empezado a consumir cocaína y que me gustaba hacerlo, sobre todo para aguantar mas de marcha. El dijo que si quería podía seguir tomándola, porque era una droga excitante que daba ganas de follar, pero que no probara otras drogas, sobre todo si eran relajantes.

Después sacó unas fotos de la modelo famosa. Me dijo que como nunca podría tenerla, que me había convertido a mí en una réplica de ella. Me dio fotos de ella con todo tipo de ropa de invierno, verano, en lencería, bikini, por supuesto desnuda. También me entregó, vídeos suyos, desfilando, en entrevistas etc.

Me dijo que le copiara todo, la forma de vestir, que cambiara todas las semanas de peinado copiándole los suyos, sus gestos al hablar, la forma de coger un cigarro, etc. Quería que fuera ella.

Por último me dijo que ella medía 1:78 y pesaba 62 Kg. con las medidas 87-59-90, lo que quería decir que al medir yo 1:72, tendría que adelgazar hasta los 56 Kg, luego tendría que bajar 6 Kg. Y mantenerme ahí, con unas medidas de 90-59-95, que yo proporcionalmente tendría más cadera que ella, igual cintura y más pecho, con lo que mis curvas serían todavía más pronunciadas.

Me indicó además que siguiera con el tratamiento hormonal hasta septiembre, porque ya después de un año tenía la seguridad de que mis caderas se quedarían como estaban.

Cuando terminamos me dijo lo que yo tanto deseaba, que hoy ya me iría a vivir con él, así que me vestí, y me despedí de Ana que se puso a llorar. La besé y la dije que no me perdía que la vería en el club casi todos los días.

Continuará.

Se agradecen comentarios.

Autor: Corsarionegro

Correo: corsarionegroesp@yahoo.es