De esposa ejemplar a puta de lujo (04)
Ahora Mario la obliga a tener que practicar sexo con alguien de su familia. Además se hace su primer tatuaje y se pone su primer piercing.
Entre unas cosas y otras ya estábamos en febrero, y Ana y yo nos hicimos inseparables. Tenía que recuperar el tiempo perdido, así que me apliqué en serio con el aeróbic. Ana tenía razón en poco tiempo aguantaba las sesiones sin problemas, y con la dieta y el ejercicio bajé tres kilos en un par de meses, quedándome en 61 Kg. y 92 de cadera (desde entonces para mí el peso ha sido una auténtica obsesión).
De la Abdominoplastia me quedó una cicatriz sobre el pubis, y como siempre lo tenía depilado, quedaba a la vista, así que Ana nada más recuperarme de las operaciones, me dijo que me tenía que hacer un tatuaje.
También quería un piercing en el ombligo decía que era muy sensual y que esa tripita tenía que llamar la atención. Fuimos a una joyería y compré un aro de oro como el de ella, que me costó 250.000 pts.
Me llevó a un centro muy bien equipado y caro, les dijo que me colocaran un corazón de color rojo intenso entre la vagina y el ombligo más cerca de la primera para que tapara toda la cicatriz, y le entregó el aro para el piercing en el ombligo.
El tipo que me hacía el tatuaje flipaba con mi coñito depilado, la verdad es que ya me desnudaba delante de extraños sin ningún tipo de pudor. El hacerme el tatuaje y ponerme el piercing me costó otras 100.000 pts. mis deudas iban en aumento.
Me di cuenta que en verano con el tanga de baño que me harían llevar no se iba a tapar el tatuaje, pero en fin que podía hacer yo. Ana me dijo que nada más llegar a casa se lo enseñara a mi marido para provocarle.
Todavía me acuerdo cuando le enseñé mi nuevo vientre a Carlos, casi se muere, me dijo que una madre de familia no podía ir así que cada día parecía más una puta, le contesté que era para tapar una cicatriz muy fea que me había quedado y me hice la cabreada durante una semana que estuve sin hablarle.
La verdad es que con los cambios en mi físico la ropa de cintura para abajo no me valía, así que Ana y yo salimos de compras unos días eligiéndome ella toda la ropa, siempre de una talla menos para que quedara muy ajustada. La verdad es que al final tuvo razón y me elegía hasta las bragas, obligándome siempre a usarlas de colores o negras, nunca blancas.
Al cabo de unos días me llamó por teléfono al móvil (yo estaba en el trabajo) y me contó lo que Mario quería de mí en este trimestre:
Me tenía que hacer una experta total como amante de mujeres. Ana me dijo que eso sería fácil, porque ella iba a ser mi maestra, y que cuando una mujer come coño por primera vez, ya no puede dejar de hacerlo mas veces, lo que iba a suponer que sería capaz de hacer el amor a una mujer como si fuera una lesbiana de verdad.
Lo segundo ella lo llamó como una prueba de fuego para ver si realmente era lo suficiente puta para Mario y si merecía la pena seguir con mi formación. Me citó en una cafetería y nos pedimos un par de Whiskys con coca-cola. Me dijo que ya me había acostado con hombres y mujeres poniendo los cuernos a mi marido, pero que ahora tendría que acostarme con alguien de mi familia más próxima, y que me lo ponía fácil que fuera hombre. Yo me quedé alucinada, diciendo que eso era demasiado, que iban a destrozar mi vida, etc. Ana me dijo que era la prueba definitiva para ese trimestre y que si no la cumplía no volvería a ver a Mario. En plena cafetería me metió la mano por debajo de la falda y empezó a meterme los dedos en el coño, yo me humedecí, y me dijo, pero míralo si ya estás cachonda sólo de pensarlo.
Entonces le pregunté que si esta era la prueba para este trimestre que vendría en los dos siguientes hasta cerrar el año. Me contestó que lo del último no me lo podía decir pero que lo del siguiente si. Empezaría a joder con hombres en serio no como hasta ahora, para que aprendiera de verdad a dar placer a los hombres haciendo lo que más les gusta, y que en eso me instruirían Mario y ella, eso sería para el verano.
Me dio 24 horas para pensar con quien de mi familia lo haría y se marchó.
Me quedé sola en la cafetería tomando otra copa, y mientras me fumaba un cigarro me di cuenta que lo que querían hacer de mi era una auténtica puta, y que lo de la prueba de acostarme con un familiar en realidad era una prueba definitiva para comprobar que si además de hacerme ellos puta, nací puta, ya que si lo haces con alguien de tu familia lo puedes hacer con cualquiera.
La verdad es que había llegado muy lejos y me gustaba el sexo tanto que pensaba en ello continuamente, y Mario me volvía loca, sobre todo por su chulería y el desprecio con que me trataba. No me gustaba nada la idea de hacerme la amante de alguien de mi familia, y empecé a pensar quien podría ser.
De mi familia carnal como no tengo hermanos tendría que ser mi padre, y aunque me estaba convirtiendo en una degenerada, no podía rebajarme a tanto. No tenía ningún primo carnal, sólo primas, así que empecé a pensar en la familia de mi marido.
No me iba a acostar con su padre es un viejo, pero tiene una hermana y un hermano que se llama Luis, así que como Ana me dijo que podría ser hombre elegí a Luis. Con su hermana a no ser que fuera bollera hubiera sido más difícil.
Luis es un año mayor que Carlos, en aquella época tenía 31 años y se iba a casar en mayo, con una morenaza bastante guapa de 30 años que trabajaba en un Hospital como médico, de nombre Inma. Luis es economista como yo y trabajaba en aquel entonces en una compañía de seguros cerca de mi oficina, así que me sería relativamente fácil hacerme la encontradiza. Físicamente no estaba mal, no muy alto 1:70, delgado pero fuerte, se ve que hacía deporte y moreno. Siempre fue muy formal como Carlos.
No sabía si le valdría a Ana porque Luis no era de mi sangre era mi cuñado, pero yo creo que el ponerle los cuernos a mi marido con su hermano que además se iba a casar dentro de poco era una pasada.
Al día siguiente llamé a Ana contándole que había elegido a mi cuñado que se casaba en un par de meses. Me contestó que no sabía si valdría y que lo consultaría con Mario. Al rato me llamó y me contestó que lo autorizaba, pero que como no era de mi sangre y que me había buscado un tipo joven, que mis polvos con él me tendrían que degradar como a una auténtica zorra, y que ya me dirían como y cuando debería follar con él.
De momento debía empezar a seducirle, y me aclaró que mi relación con mi cuñado no sería de un único polvo y hasta luego, sino que tendría que durar un par de meses.
Le contesté que aceptaba (prefería portarme como una auténtica zorra con Luis, a acostarme con mi padre). Ana me dijo que controlaría mi relación con Luis, para empezar quería que el miércoles a las 17:00 horas, me acostara con él en su apartamento, para que ella pudiera verlo, y que ese día tendría que follarle como nadie lo habría hecho antes y me colgó el teléfono.
Estábamos a viernes, luego tendría que ponerme rápido en contacto con él. Se me ocurrió llamarle para quedar a cenar el sábado mi marido y yo con él y su novia, argumentando que nunca nos veíamos a y que queríamos conocer a su novia mejor antes de la boda. Le llamé a su móvil, y se lo comenté, aceptó encantado, quedamos a cenar el sábado en un restaurante de moda a las 10.
Por la mañana quedé con Ana en el club, aeróbic, rayos UV, peluquería, etc. Luego fuimos de compras, me eligió para la ocasión un vestido de noche azul con lentejuelas muy caro, escotado por detrás hasta la parte superior del trasero, y por delante dejando ver el ombligo era corto, me llegaba por los muslos.
Me dijo que tendría que llevarlo sin sostén, que las tetas las sujetaba el vestido al pasarme un tirante por el cuello que las sostenía por presión al quedar el vestido muy ajustado. Me dijo que me pusiera medias, liguero, y tanga negros, con zapatos de tacón altos.
Entonces Ana me indicó lo que tendría que hacer esa noche. Hacerle una mamada en el baño de hombres del restaurante, aprovechando cuando él se fuera a mear.
Le contesté que era una locura que mi marido podría ir al baño también y pillarnos, entonces me recordó el trato que yo había elegido a mi cuñado y que esas eran las condiciones. Además para que ella pudiera comprobar que lo hacía tendría que llamarla con mi móvil y dejarlo encendido durante la mamada.
Cuando íbamos a salir Carlos me dijo que parecía una puta que como me vestía así para ir con la familia, debo decir que iba muy maquillada y luciendo el piercing del ombligo, el pelo recogido para detrás engominado, acentuando los ahora rasgos marcados de mi rostro.
Cuando llegamos al restaurante al quitarme el abrigo todo el mundo me miraba, y Luis e Inma que no me veían de desde Navidades se quedaron embobados sobre todo al verme la cara. Me dijeron que parecía otra que estaba más guapa que no había quien me conociera, les contesté que me había operado para estar más a gusto con mi imagen.
La cena transcurrió normalmente, yo le lanzaba miradas insinuantes a Luis que estaba en frente mío, le pasaba mis pies por sus piernas hasta que llegué a su paquete, me quité un zapato y empecé a frotárselo rítmicamente, hasta que se le puso durísimo, su cara era un poema mientras yo le miraba fumando un cigarro entreabriendo la boca y pasando la lengua por mis labios.
Cuando llegamos a los postres, Luis se fue al baño, entonces a los 20 segundos yo también fui, llamé a Ana con el móvil y lo dejé encendido le comenté que se la iba a mamar ahora y me contestó que me masturbara mientras se lo hacía que quería oírme gemir a mi también, yo ya no me negaba a nada no tenía tiempo para hablar con ella, tenía que encontrar urgentemente a Luis.
La verdad es que estaba muy nerviosa, todo era demasiado aberrante, era como si estuviera soñando, ¿Cómo reaccionaría Luis? ¿Y si a Carlos le daba por ir al baño también?, Abrí la puerta de los Servicios de caballeros, tuve suerte porque solo estaba Luis y no usando un urinario, sino un WC, me metí dentro cerrando con el pasador el estaba sacudiéndosela, y cuando se estaba cerrando la bragueta, me miró sorprendido preguntando porque estaba allí, le contesté que para acabar lo que había empezado en la cena, me dejé caer de rodillas bajé la tapa del WC y dejé el bolso y el móvil ahí para que Ana escuchara todo.
Empecé a bajarle la cremallera de la bragueta y después el boxer, ya estaba erecto, me la metí en la boca aunque todavía tenía restos de orina de la meada, y con la mano que tenía libre me subí el vestido, me corrí la tela del tanga y empecé a masturbarme.
Fue la primera mamada con mis labios nuevos, y la verdad es que con el engrosamiento me di cuenta que era más fácil mamar una polla.
Luis estaba como en otra galaxia como no dando crédito a lo que veía, diciéndome ¡Pero Sonia! ¿Te has vuelto loca? ¡Puede entrar alguien, incluso Carlos! Si quieres, otro día acabamos esto. Yo sabía que no podía perder el tiempo, no podría tardar más de 10 minutos, hasta que nuestras parejas nos echaran de menos.
Le comí la polla ávidamente para que se corriera lo antes posible. A los 5 minutos eyaculó un torrente de leche en mi boca tragándomela toda. Durante el tiempo que duró todo, no deje de mirarle a los ojos como me enseñó Mario. Por la cara que le quedó a Luis, se le veía muy avergonzado y con mi masturbación tuve un orgasmo. Le limpié bien la polla con la boca me incorporé para arreglarme un poco el vestido, él estaba como ido, le tuve que colocar el boxer y subirle los pantalones.
Me dijo que me conocía desde que teníamos 18 años y que nunca hubiera pensado que era tan guarra. Le di un beso en la boca metiéndole la lengua hasta la garganta, diciéndole que quería volver a repetirlo pero con más calma.
Luego primero salió él del baño, había un señor de mediana edad que me vio salir justo después, se me quedó mirando extrañado, entonces Luis se fue a la mesa con Inma y Carlos y yo al Servicio de mujeres a arreglarme un poco. Allí hablé con Ana por el móvil y me confirmó que había escuchado todo y que estaba orgullosa por lo golfa que era.
Creo que de todas las cosas que Mario y Ana me habían obligado a hacer hasta ese momento, aquello fue lo que más me rebajó, mamarle la polla a mi cuñado en un WC público mientras nuestras parejas nos esperaban fuera fue demasiado, consiguiendo acabar con el último resquicio de moralidad que pudiera quedar en mí.
Me pinté de nuevo mis gruesos labios, me enjuague la boca con agua y me encendí un cigarro y luego fui decidida a la mesa, esbozando una amplia sonrisa, a Luis se le veía un poco cortado la verdad. Pedimos unas copas y entonces empecé a hablar de vestidos, compras y frivolidades así con Inma, para que no se fijara en la cara de Luis. Mientras Carlos y Luis hablaban de Fútbol.
Luego salimos a una discoteca, la verdad es que yo les arrastraba para continuar la juerga. Seguimos bebiendo más copas, y yo me cansé de bailar sola en la pista provocando a los tíos, mientras ellos estaban sentados en la barra.
A las 6 de la mañana no despedimos, cuando llegamos a casa tenía ganas de follar con Carlos, pero el pobre estaba tan borracho que no se le levantaba, y me fui al baño a masturbarme.
El lunes Luis me llamó al móvil, se ve que tenía ganas de repetir, y quedé con él para comer el miércoles, y así cumplir los deseos de Ana. Cuando estábamos comiendo, no paré de calentarle la cabeza, diciéndole que me casé con Carlos pero que le quería a él, que era un hombre con una personalidad arrolladora que quería conocerlo mejor, y por supuesto vestía marcando tetas y culo para excitarle.
Entonces le dije que fuéramos a un apartamento de mi empresa para terminar lo que habíamos empezado el viernes. En realidad fuimos al apartamento de Ana, para que lo viera todo, luego me enteré que me filmaría follando con Luis.
Cuando llegamos al apartamento de Ana metiéndonos mano por todo el camino, Luis me besó metiéndome la lengua, los primeros besos fueron tiernos, pero yo le dije que a mi me gustaba que me follaran fuerte tratándome como a una puta y que por eso le ponía los cuernos a Carlos. Nos fuimos a la habitación allí las manos de Luis buscaron mis pechos mi culo y mi sexo.
Empujé a Luis a la cama y empecé a desudarme lenta y sensualmente. Este juego me excitó mucho ya que Luis era mi cuñado. Llevaba una minifalda con una blusa blanca. Lentamente y sin dejar moverme delante de Luis, me fui desabrochando botón a botón la blusa dejando ver un sujetador encarnado que tapaba mis pechos.
Cuando me la desabroché del todo, me la quité y se la tiré a Luis a la cara. Luego me bajé la cremallera que sujetaba la minifalda a mis caderas y poco a poco, con movimientos sensuales se deslizó hacia mis pies. Luego de un puntapié levanté la falda del suelo, dejándola caer lo más cerca de Luis que pude haciendo lo mismo con mis braguitas azules de tul transparente. Después me quité suavemente mis zapatos de tacón quedando solamente sobre mi cuerpo el liguero y medias que hoy eran azul marino.
Me acerqué a la cama gateando de rodillas como una gata en celo busqué la cara de Luis y le di un beso. Todo esto lo hacía sin dejar de mover circularmente mi trasero.
Luego me puse encima de el dándole la espalda para que tuviera una perfecta visión de mi trasero, se quedó pasmado al ver mi tatuaje en forma de corazón, sobre mi sexo todo depilado. Dejé pasar un buen rato durante el cual no dejé de mover el trasero para que Luis lo admirara bien.
Después mis manos desabrocharon el sujetador dejando mis tetas libres con mis pezones, ya puntiagudos y duros. Le dije que ahora no eran muy grandes mientras me los levantaba con las manos pero que me los operaría por el para tener una talla 95.
Luego empecé a desnudar a Luis, le cogí por la mano y lo levanté de la cama. Mientras le besaba en la boca le iba desabrochando la camisa, a continuación lo senté en la cama y arrodillándome le quité los zapatos y calcetines. Luego le volví a levantar, y metí mi mano por la bragueta buscando la polla.
Cuando la encontré, le besé de nuevo, restregando mis tetas contra su torso. Desabroché del todo el pantalón y lo tiré sobre la cama. Luis sólo vestía ahora un boxer a cuadros, donde se adivinaba una preciosa tienda de campaña.
Nos tumbamos en la cama, yo sobre él dándole la espalda moví mi cara hasta que quedó a la altura de la verga de Ricardo no era muy larga pero si gruesa y comencé a darle lametazos y besos. Besé sus huevos, jugando con ellos con mi lengua, le lamí el orificio del ano, metiéndole un dedo, y luego subí hasta encontrar el prepucio. Abrí todo lo que pude la boca y poco a poco me la fui introduciendo. Lo saqué del todo y me la restregué en mis carnosos labios.
Luego succioné de nuevo todo el pene y cuando consideré que me había acostumbrado a su grosor ya que en la mamada del viernes no me dio tiempo, comencé a meterla y sacarla de mi boca con todas mis ganas. A veces la metía del todo, otras la sacaba del todo para dedicarme íntegramente a la punta.
Luis no paraba de gemir, mientras le puse el coño en la boca le invité a que me lo comiera que me lo había depilado para él, empezó a comérmelo, pero se veía que nunca lo había hecho y le di instrucciones para que aprendiera, al final me facilitó un orgasmo.
Como si seguía mamándosela no iba a aguantar mucho, me puse sobre él pero ahora de frente y me la clavé en la vagina hasta los huevos, sin condón, después de todo era mi cuñadito. Empecé a cabalgarle mientras me tocaba las tetas y le besaba en la boca, hasta que se corrió. Me la saqué y se la limpié con la lengua del todo.
Me quedé sobre él y nos encendimos un cigarro, yo no paraba de tocarle besarle, le decía que nunca me habían follado así, es decir, estaba siendo puta con él para que se volviera a empalmar. Mientras me fumaba el cigarro y le besaba se la cogí con una mano y empecé el movimiento arriba y abajo pajeándole hasta que se empalmó de nuevo.
Me puse a cuatro patas y le dije que me enculara mientras me abría el culo con las manos, la cara de Luis era un poema (seguro que nunca había dado por culo a una chica).
Me la metió por el culo con cierta dificultad entonces yo empecé a culear hacia delante y detrás marcando el ritmo. A los 10 minutos en cuanto noté que me iba a correr aumenté más el ritmo. Luis también estaba próximo y cuando notó que yo aumentaba el ritmo me ayudo un poco. En cuanto me llegó un orgasmo, Luis se corrió en mis intestinos.
Me había llenado de semen culo y coño. Entonces me volví y mirándole a los ojos se la volvía a limpiar.
Nos quedamos exhaustos, sobre la cama, nos encendimos otro cigarro y Luis me dijo que estaba dispuesto a dejarlo todo por mi, pero yo le contesté que a mi gustaba follar pero sin ataduras.
Todo el tiempo que estuvimos follando, casi tres horas, Ana estuvo allí viéndolo todo. Luis se levantó de la cama, y se fue a duchar, yo me quedé en la cama con las piernas abiertas destilando semen por mis dos agujeros, y pensando y dándome cuenta que mi matrimonio nos tardaría en irse al garete.
Mientras Luis se vestía yo seguía desnuda excitándole como haría cualquier puta. Me dijo que quería repetir esto, y que le llamara, que nunca había conocido una mujer tan golfa y que lo sentía por su hermano. Se puso el abrigo y se marchó.
Cuando Ana salió de su escondite en la habitación contigua me dijo que Mario lo iba a tener muy fácil en el próximo trimestre cuando me formara en el arte de dar a placer a los hombres, pero que lo que ahora venía era más difícil para una mujer que no haya nacido lesbiana, y que yo me convertiría en una bisexual de verdad, y que conseguiría que me excitara tanto al ver un hombre como una mujer atractivos. Esto implicaría que siempre pensaría en el sexo ya que me gustarían ambos sexos por igual.
Me dijo que me presentaría en clubes del mundo gay como amiga suya y lesbiana convencida pero de las que hacen el papel de mujer, no el de marimacho. Me dijo que lo pasaría mal al principio, ya que hasta que finalizara el trimestre sólo follaría con dos hombres y poco, Luis y mi marido.
A Luis te lo follarás el día de su boda en el banquete, hasta entonces dale largas. A tu marido le restringes el sexo. Le contesté que era prácticamente lo único que ahora me unía a él. Me contestó que ya lo sabía pero que mi matrimonio estaba en cuesta abajo, y que en estos dos meses quería que me concentrase en las mujeres. Además me indicó que rompiera definitivamente con Pablo.
Ya eran las diez de la noche, Ana me dijo que la comiera el coño, ya que después de mi numerito con Luis estaba muy caliente. La verdad es que estaba encharcada, se lo comí fuerte. Después me duché y me marché a casa no sin despedirme con un beso en la boca.
Continuará.
Se agradecen comentarios.
Autor: Corsarionegro
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