De esposa a sumisa (Parte 3)

La mejor mentira, es una verdad.

Al bajarse del coche, le vio. Habían acordado verse a solas antes de que llegasen los demás. Javi estaba solo esperando en la puerta.

-Hola, machote- dijo dándole un largo beso en los labios.

-Hola, Laura. Los demás llegarán más tarde, tenemos un rato a solas. ¿Está todo preparado?-

-Sí, el pobre no sospecha nada. Ya que estamos solos, si quieres te hago una mamada mientras llegan los demás. El pobre no sospecha nada y me siento especialmente guarra-

Pasaron dentro. Ella se puso de rodillas y, mientras bajaba la bragueta de su amante, me llamó:

-¿Cariño, puedes venir? Tenemos algo de que hablar-

Cuando entré por la puerta, él estaba tirado en un sofá con ella a sus pies, mamando diligentemente su polla. Al verme, le dio un morreo y me dijo sin levantarse a saludar ni parar de chupársela:

-Hoy vas a ser el más cornudo del mundo, entra y disfruta de tu fantasía, cabrón-

-Creo que tú también vas a disfrutar, golfa- dije yo. Habíamos acordado jugársela a Javi ese día y ambos teníamos un papel que representar.

-¿Te importa que termine con esto? Ya sabes que no me gusta dejar las cosas a medias, y a los hombres tampoco os gusta que paren a la mitad- dijo sonriendo ampliamente.

Él le dio un tortazo con su polla flácida pero igualmente muy grande en la cara, diciendo que menos hablar y más chupar. Ella no sólo no se molestó sino que frunciendo el ceño me pidió que no la distrajera, y enseguida empezó a comérsela como si estuviera poseída. La cara de Javi denotaba victoria total. A mí me temblaban las piernas de verla así y la polla se me salía del pantalón de lo tiesa que estaba. Viendo cómo estaba de duro, me hizo un gesto para que me acercara y me cogió de la polla diciendo:

-Pedazo cornudo, ya veo que gusta, tu polla está más grande que nunca, pero todavía queda lo mejor por venir. Disfruta, estúpido cornudo. ¡ENTRAD, CHICOS!-

Se abrió una puerta y aparecieron varios hombres desnudos. Allí estaba yo, frente a frente con Javier, y mi esposa en medio de ambos, pajeándole mientras sujetaba fuertemente mi rabo con la otra mano, despectivamente.

-¡Hola chicos! Os presento a mi marido. Enseñadle como se folla un macho de verdad a una mujer, como hacéis en la oficina, enseñadle lo cornudo que es-

-Ya me ha contado que te enfadaste y Laura te contó todo llorando y pidiendo perdón- me dijo Javi.

Ella me propinó un suave tortazo en la polla y me dio la espalda, dedicándose a él:

-Me dio pena. Pero se tragó el cuento de principio a fin. Menudo idiota- reía Laura.

-Lastima, quería haber visto su cara al enterarse de con la misma boca que le decías que le amabas, a mí me la has estado chupando a diario hasta atragantarte, riéndote de él- se mofaba Javier.

-Ya lo sabe todo, que estos son mis compañeros de trabajo que me han follado cada día, que le he engañado contigo… Y por lo que veo, están casi todos los hombres de la planta. ¡Menudo festín de pollas me voy a dar!-

Y mirándome a los ojos, se empezó a reír al denotar mi expresión estupefacta:

-Maridito, tengo que confesarte algo. El lunes le conté a Javier toda nuestra conversación. Toda, sin escatimar un solo detalle. Ambos conocíais los planes del otro, solo que mi lealtad está con él. Me siento como una agente doble. No veas que risa nos echamos a tu costa el Lunes, cuando les contaba a todos nuestra “reconciliación” del Domingo. Especialmente lo mucho que te corriste cuando te narraba lo que había hecho. Me dieron una idea. Tienes alma de cornudo, y como tal te trataré. ¿Plan de venganza? AJAJAJAJAJA no me hagas reír por favor. Le soy fiel a él, no a ti. ¿Creíste que estaba arrepentida? ¿Qué era tuya? Estúpido. Sólo salí del paso, pero me ofendió tanto cómo me degradaste con tu petición que decidí darte una lección. ¿Por qué iba a conformarme contigo y tu pene normalucho, si tengo esta maravilla de la naturaleza, además de todas estas, sin hablar de los portentos de tus amigos? Tengo todas las pollas que quiera, no te creas tan especial. Y además Javi cobra muchísimo más que tú. Hoy verás cómo me meten rabos de verdad, observarás de primera mano cómo la zorra de tu mujer les suplica a auténticos machos que la empalen como una perra. Me va a follar toda mi planta de trabajo delante de ti, cornudo de mierda. Ya puedes asumir que Javier va a venir a follarme a casa muchas veces, y tú tendrás que salir de casa mientras tanto para no molestar mientras follamos en todas partes. Porque le amo. Le quiero con toda mi alma. Soy suya. Y tú mi marido cornudo, que sólo me follará si se porta bien. Quizás hasta te ponga un cinturón de castidad para cornudos. Venga, cornudo, lee esa nota que hay encima de la mesa. Dilo o no te dejaré participar en esta fiesta- me instó.

Todo aquello no estaba en el plan. ¿Me había traicionado doblemente? ¿Estaba jugando en mi equipo aún? Bajé la mirada, y efectivamente allí había un papel con algo escrito. Lo leí en voz alta. Más valía no enfadarles:

-He venido a haceros entrega de esta magnífica hembra. Haced que no pueda sentarse en días. Follaos a mi esposa por favor, lo estoy deseando, marcadla con vuestro semen como cada día hacéis y haréis. Y como yo no puedo satisfacerla, quedáosla esta semana para que al menos durante una semana tenga rabos de verdad día y noche en su cuerpo- dije acongojado y caliente.

-Eso es, así me gusta cornudito. ¿Lo veis chicos? Os dije que lo diría, ¿dónde está mi premio?-

Uno sacó una botella grande de la nevera, y se la entregó.

-¿MMM cuantas hay? Está a rebosar-

-Cada uno ha guardado semen cada día y luego lo hemos juntado todo. Como no la pudimos llenar, pedimos voluntarios por la calle para que ayudasen a llenarla-

Mis ojos se abrieron como platos, y mi cuerpo se tensó. ¿Realmente iba a hacer esa guarrada? ¿Aún estaba actuando? Empezaba a tener serias dudas. Con esa boca luego me besaría a mí…

-Si, está llena de semen. Y me lo voy a beber delante de ti. Litro y medio de semen guardado desde hace una semana en la nevera. ¿No te dije que me había vuelto adicta? Verás lo bien que entra, es rejuvenecedor. No te preocupes, he tragado tanto estos meses que ya debo tener más semen que sangre- me dijo Laura.

Se iba a beber ante mí un litro y medio de semen de completos desconocidos. Frío. Esto sí que no me lo esperaba. Me estaban dando arcadas.

-Pero antes…-se acercó a Javi, le abrazó y le dio un largo y sensual beso.

-Luego no querrás besarme así que aprovecho ahora, cielo- le dijo acariciando su enorme y musculoso pecho.

Todavía abrazada a él, me dijo de reojo:

-Por si aún no te has dado cuenta, no. No estoy actuando, Juan-

Entonces me hizo acercarme a ella, para que pudiera verlo en primer plano. Se acercó la botella a los labios, y empezó a tragar sin ninguna prisa. Cuando acabó, todos aplaudieron y la felicitaron con vítores.

-¿Te ha gustado cornudito? Veo que sí. La verdad es que estaba asqueroso, pero por verte la cara ha merecido la pena. Y esto sólo acaba de empezar. Ahora quiero una buena ración calentita, porque ese estaba muy frío. Creo que son unos 30 tíos aquí. 30 raciones calentitas. Me voy a poner las botas-

Acto seguido empezó a chupar. Cuando se dirigía a ellos les llamaba por sus nombres, pero eran demasiados como para que yo recordara cada uno.

-Tu marido tiene suerte, eres muy especial- decía uno.

-Y menudo cornudo está hecho. Se ha tragado esa botella y ahora nos las está chupando ante él. Y le gusta, está con la polla tiesa ajajajaja- dijo otro.

-¡Sí, soy una puta comepollas, y el mi cornudo! ¡Mira amor, me encanta tragar! ¡Mira cómo tu mujer le chupa los huevos a sus compañeros, después de decirte que te amaba y de prometerte que sería tu puta a moco tendido! ¡Esto es una polla, el sí que se puede correr en mí donde desee, no como tú que has de pedir permiso! ¡Quiero que veas como se corre mientras suplico que me lo dé! ¡Quiero que veas como a la puta de tu mujer le llenan la cara de lefa decenas de tíos!-

-Ponte a cuatro patas, puta, que quiero darte por el culo- le ordenó uno, y sin siquiera prepararla o dilatarla, se la metió de un empujón hasta la mitad.

-No sabes lo mucho que he deseado follarle por el culo sin estar en ese incómodo despacho, y darte fuerte para que chilles como una perra sin que nos oigan los jefes-

Ella no actuaba como lo hizo en la cama. Realmente tenía el culo tan dilatado, que no había notado dolor con esa penetración anal repentina, sólo se mordió el labio ligeramente mientras le animaba:

-¡Sí, soy tu perra, dame por el culo, quiero que el cornudo de mi marido vea como me follas! ¿Ves, cornudo? Así se folla a una mujer como yo. Te presento a tu segundo corneador de hoy, Pedro. Pedro, este es mi marido el cornudo. ¡Saluda!- dijo empalada por su estaca.

Y Pedro respondió:

-Encantado, cornudo. El tiro te ha salido por la culata, ¿eh?… ¿Y todo este tiempo no sospechaste nada? ¿No sospechaste que esta semana nos la hemos tirado todos riéndonos de lo ingenuo que eres? Ha sido la mejor semana de todas. Conocíamos tus planes el mismo lunes, como ya te ha dicho ella. Ibas a vengarte. ¿Vengarte de qué? ¿De que tu mujer te pone los cuernos voluntariamente? JAJAJAJAJA Tiene el agujero del culo abierto como la boca del metro de tanto ponerse a cuatro patas. Me entra la polla sin hacer esfuerzo ni nada-

-Es que el pobre es tonto. El muy creído me pidió que fuera su putita sumisa, ¿os lo podéis creer?- dijo riéndose y mirándome mientras le daban por el culo.

Todos estallaron a carcajadas. Joder, por ser tan tonto ha perdido el derecho a participar. Le vamos a atar para que vea bien cómo te entregas a nosotros sin perderse un detalle.

Me ataron a una silla mientras ella se reía de mí con Pedro dándole por culo. Me ataron a conciencia, de pies y manos. Laura se sacó a Pedro del culo, y gateando se acercó a mí para susurrarme al oído:

-Amor, hoy verás cómo la zorra de tu mujer les suplica a auténticos machos que la empalen como a una perra. Quiero que veas bien de cerca mi cara mientras todos me meten rabos de verdad.  Quiero que veas lo que puedo llegar a hacer por un buen rabo. Espero que te guste, mi amor- y se puso a cuatro patas ante mí, con la cara a escasos centímetros de mi polla. Dirigiéndose a ellos, dijo en alto:

-Quiero ser pasada de unos a otros como una puta sentada encima de mi marido, haced turnos con mi culo os lo suplico mis machos... Pero sólo dadme por el culo, que es más humillante y seguro que le jode más. Dadme bien fuerte, rompédmelo-

Otro se acercó por detrás, y se la metió por culo. Yo apreciaba en primer plano cada gesto que ella hacía. Cada empujón que le daban cuando se la ensartaban. A veces apoyaba la cabeza en mis pelotas para soportar los embistes. De vez en cuando, el que estaba ensartándola me preguntaba acerca de las vistas, o iba recalcando lo perra manipuladora que era mi mujer, que tuviese cuidado con ella, y que le daban lo que merecía por ser tan guarra, y luego se reían. Pasaron todos por su culo, uno detrás de otro, humillación tras humillación verbal de mi mujer hacia mí, sin apartar la vista de mis ojos.

Cuando Javier se puso en posición, ella apoyó los brazos en mis piernas y subió la cabeza a la altura de la mía, para que pudiera apreciar cada mínimo gesto de su cara mientras él empezaba a abrirle bien el culo con ambas manos. Empujaba más adentro mientras ella pedía más entre quejidos, que se la metiera toda, mirándome fijamente con su cara enfrente de la mía, muy de cerca. Con todo lo que había pasado por su culo las últimas semanas, aquello todavía era lo bastante largo y grueso para doler aun con el culo tan usado y abierto. Notaba cada centímetro del tronco que la penetraba sin pedir permiso hasta lo más profundo de su ser, y se agarraba a mí con fuerza. Le costaba hablar, eran quejidos y sonidos entre placer y dolor… casi lloraba. Cuanto más entraba, más se quejaba y más le costaba hablar. Cuando pegó el empujón final, le arrancó un calambrazo tal que las piernas le temblaron, acompañado de un berrido desgarrador. Se hubiera caído si no llega a estar ensartada y sujeta a mí.

Durante un par de minutos fue despacio, mientras la acariciaba el pelo. Laura no paraba de gemir muy fuerte. Su culo empezó a ceder y él pudo ir más rápido, cosa que aumentó la velocidad e intensidad de sus gritos aún más.

-¡Te voy a dar por el culo como nunca antes te han dado puta, aguanta todo lo que puedas! Cuando acabemos la semana vas a tener una funda bien grande para la pistolita de tu marido- se reía él.

-Así, mas fuerte, que mi marido vea como os folláis a vuestra putita, ¡¡AAhhhhhhhh!! ¡¡Sssiiiii negro cabrón rómpeme bien el culo, hazme lo que quieras, pero no pares!! ¡¡AAAaaahhhh!! ¡¡AAAaaahhhh!! ¡¡AAAaaahhhh!! ¿Te gusta amor? ¡¡¡¡Esto lo hago por ti, cornudito SIIIII!!!!-

A cada pollazo que daba hincaba más su polla dentro del culo. Ella no paraba de gritar y él de mostrar su superioridad:

-¿ESTO ES LO QUE QUERIAS, NO?, ¿QUE TE JODIERAN BIEN JODIDA?, ¡¡¡PUES TOMA POLLA PUTA TU CULO ES MIO!!!-

Allí estaba él, follándola el culo como un salvaje, con la fiereza de un animal, repitiéndola una y otra vez frases similares:

-ERES UNA PUTA, UNA COMEPOLLAS, UNA ZORRA SUMISA-

-Sí, soy tu perra y mi culo es tuyo, ¡dame todo lo fuerte que quieras amor mío, rómpemelo si quieres!-

-¿Te gusta que te folle a lo bestia eh? Pues verás esta semana, vas a implorar que te dejemos descansar y vas a alimentarte sólo de corridas, cacho guarra-

Cuando oyó eso, Laura se corrió salvajemente, gritando sin parar en una tremenda convulsión, su cuerpo estaba sudoroso y no podía más, pero él seguía penetrándola.

-Rómpeme el culo, haz lo que quieras, ¡¡llévame contigo, ven a vivir a mi casa y mi marido dormirá en el sofá, pero no pares!!-

El empezó a toda velocidad, y entre aullidos Laura le pedía que le diese más fuerte, que quería su polla, que le quería, que le amaba, que era su macho, su vida, su amor, su hombre.

Y se corrió otra vez, desplomándose sobre mí con una sonrisa de oreja a oreja.

Se dio la vuelta y apoyó la cabeza entre mis piernas, echando la cara hacia atrás con la lengua fuera. Iba a ver como recibía su “amor” en primer plano.

-Dime cuanto deseas mi corrida-

-Enséñale a Juan la corrida de un macho de verdad, no tardes más... te lo suplico... por favor, córrete en mi cara...explota encima de mi...cubre mi cara con tu crema caliente... no me hagas esperar más... te lo suplico córrete ya necesito una capa de tu semen en mi cara...por favor... por favor... por favor... por favor... O dale a tu puta de beber...quiero hasta la última gota...por favor... necesito tu polla... ¿vas a correrte para mí?- dice mientras se la recorre con los labios y se la pajea velozmente.

-Déjame saborearla- y le da un lametazo.

-Venga, dispara ya no me hagas esperar más…-

Laura estaba en trance mirando a su macho desde ahí abajo, con esos ojos que se ponen conocidos como “ojos de mamada” al mirar desde abajo con un rabo en la boca. Qué ojos más sensuales tiene la muy perra… Ella sólo pensaba en cómo de deliciosa esperaba ella que supiera la corrida de ese negro. Como todas las anteriores veces. Sentir su sabor, su calor, la carga de aquellas grandes pelotas deslizándose por su garganta... Se relamía de pensarlo. Saco la lengua fuera y abrió la boca lista para recibirla, apoyando el capullo en la lengua que inmediatamente empezó a disparar chorros de semen dentro, ella se retorcía mientras él seguía meneándosela y soltando semen en ella. Laura tenía cara de total satisfacción. Parte se le caía y resbalaba por la barbilla hasta las tetas pero le preocupaba más darle placer a Javier.

Yo podía verlo todo preocupantemente cerca. Veía moverse su garganta mientras tragaba cada chorro. Puso sus labios en la punta del capullo, como besándole, mientras pajeaba su trofeo que continuaba escupiendo semen en su boca. Entonces Laura cerró los labios alrededor del capullo. Yo suspiré de tranquilidad. No iba a mancharme a mí, por lo menos. Acto seguido, succionó y se metió un buen trozo de polla. Cuando estaba casi terminando de correrse, ella se echó hacia delante y se la introdujo entera, frenéticamente. Cuando dejó de correrse, subió hasta la punta, sin sacar el capullo de los labios. Apretó hacia arriba con las manos y succionó con la boca hasta sacar la última gota del preciado líquido.

Le dio un tierno beso en el capullo lleno de corrida mientras le daba las gracias por el biberón.

–Deja que te lo limpie, no necesitas ir al baño para eso- y relamió el palo hasta dejarlo brillante y limpio. Entonces puso la cabeza de nuevo entre mis piernas, y mirando hacia arriba se apoyó la enorme tranca en la cara sonriendo. Le tapaba media cara y sobresalía por encima.

Con ojos interrogantes, le decía:

-¿He sido una buena putita? Porque quiero ser una buena putita-

-Pregunta a tu marido a ver qué opina- él se reía al contestar.

-A ver, examen sorpresa, cornudito: ¿estoy siendo una buena puta? ¿Es así lo que te pone cachondo, amor mío? Ver como la mujer de tu vida se entrega en cuerpo y alma a otros hombres en vez de querer follarme tú… eres basura mi amor. Ni siquiera te quiero desde hace tiempo-

-El momento del toque final ha llegado, pues -dijo Javier- Hay algo que tu esposa no te ha comentado. Iba a decírtelo al terminar la semana con nosotros, pero este momento es mejor. Hoy va a ser el último día que vivas con tu mujer. Había pensado ir a vivir con vosotros, pero es más cómodo que Laura se venga a mi casa. Estará todo el día atendiéndonos a mis amigos y a mí. ¿Es mi puta, recuerdas? Y cuando finalmente os separéis recuerda que debes darle una manutención, no voy a alimentarla yo… bueno en cierto sentido sí JAJAJAJAJA. Y como detalle curioso, me ha pedido que la deje subir a todos tus amigos, que también quieren participar. Tío, tienes unos amigos de mierda. Pero ahora le vamos a dar bien por detrás mientras le ves la cara, para que tengas un último y precioso recuerdo de ella corriéndose una y otra vez, suplicando polla y siendo montada como una yegua-

Laura me acariciaba mientras tomaba el relevo de la humillación:

-Verás Juan, las mujeres son los peces. Trátalas bien y no te harán caso. Sujétalas fuerte, y se deslizarán por tu mano hasta escaparse. Pero si lees sus movimientos, las atrapas y enseguida las clavas bien, son tuyas-

Entonces Laura se sentó encima de mi regazo sacando bien el culo. Tenía las tetas apoyadas en mi pecho, y me hablaba suavemente, pero con voz despótica, dejando claro el porqué:

-Quiero que sientas la fuerza de todas estas pollas a través de mí. Quiero que sufras notando mi cuerpo convulsionar de placer a cada nuevo orgasmo, mientras me dejo sodomizar una y otra vez para satisfacer a mis machos. Los orgasmos anales pueden ser muy fuertes si te follan tantos sin parar, como pronto verás. Quiero que no quede ninguna duda de que no te quiero. Quiero que te quede claro que eres un hombre inferior, y ellos unos machos alfa. Observa como me clavan bien clavada, no como tú con esa mierda de pollita- me dijo acariciándome y rebozando sus caderas contra mi polla.

-Si tanto te gustan las pollas, te vas a enterar- se escuchó detrás.

Y dos tíos con trancas de más de 25 centímetros cada uno se pusieron detrás. Una vez acoplados, empezaron a intentar meterse por el culo, a la vez.

-¡No, no! ¡Eso sí que no! ¡Vosotros dos no! ¡Oscar, Lucas, a la vez no! Me vais a destrozar… hacedlo con cuidado…-

  • ¡Calla guarra!- soltó uno, pero yo no sabía quién era quien.

-Tu cuerpo es casi un servicio público, no te hagas ahora la estrecha. Y yo observaba a mi mujer en esa situación, mientras se giraba para verles, sentada en mi regazo.

El dolor aumentaba conforme trataban de entrar. Apenas entraba un pedazo el dolor aparecía intensamente en su cara. Abrieron más las nalgas y se pararon en el capullo. Laura se aferraba a mí, me abrazaba para poder soportar el dolor y clavaba las uñas en mi espalda entre gritos de dolor, apretaba los dientes, gemía fuertemente, resoplaba... y es que el culo le ardía. Con pequeños esfuerzos, entraban cada vez más dentro. Y de un último empujón entraron casi enteras, seguido de un grito al unísono por parte de Oscar, Lucas y mi mujer... Se quedaron así unos momentos, y luego se acoplaron entre ellos. Cuando uno entraba, el otro salía. Le dieron a chupar otra polla por encima de mi hombro, y como si estuviera poseída, se la trabajaba mientras trataba de no pensar en su culo.

Al cabo de unos momentos, la sacaban y la metían como un taladro, cada vez más fuerte y con precisión; sus gritos y su cara llena de lágrimas implorando que pararan, que era demasiado solo lograban que empujasen más fuerte.

No dejaba de quejarse desencajada, pues el dolor no desaparecía ni con la excitación de lo grande que eran aquellos dos.

Poco a poco el dolor iba desapareciendo, hasta que sintió el culo anestesiado, lo que le permitió empezar a disfrutar. Sus quejidos cesaron de repente, y entre lágrimas de dolor y placer, ahora les pedía que no parasen, que la follaran el culo, y ellos daban empujones tan fuertes que movían la silla del sitio mientras ella chillaba de gusto, abrazada a mí, con cada empujón. Ya no solo no se quejaba, sino que aullaba de placer.

Solo decía:

-Sí, cabrones más dentro, joder me vais a partir en dooosssss jodeeeer no paréeeeeiiis- aunque sus quejidos parecían pedir que parase, pero les instaba a seguir:

-Siii mis chicos, folladme joder, cómo me gusta mi trabajo, que pollas tenéis mmmmm me estáis partiendo en dos cabrones-

Dejó de comerse la polla de encima de mi hombro y se abrazó a mí con fuerza. Sus gritos eran agudos y cada vez más intensos, estridentes y frecuentes.

-Sí, me corro, AAAAAAAAAHHHHHH, quiero más pollas dentro de mí, quiero pollas, folladme cerdos, folladme entera- pero el de detrás no aceptaba quedarse al margen, así que le abrió la boca y aún abrazada a mí se la metió a la fuerza dentro.

Entonces sus ojos se abrieron como platos. Laura siente como otra polla se mete en su interior, cerrando los ojos de gusto, sintiendo como su culo se dilataba para albergar la tercera polla. Pero estaba fría, era un consolador (no había hueco material para un tercer hombre). Sacándose la polla de la boca, giró la cabeza y gritó:

-Necesito más- y con el otro brazo hizo señas a otro para que se acercara. Una vez estuvo próximo a ella, tirando del rabo hacia si para acercarle empezó a masturbarle. Le hizo apoyarse en mi otro hombro, y alternaba entre las dos pasando por delante mi cara cada vez que cambiaba de rabo. Al tenerlas dentro, con la lengua les masajeaba las pelotas mientras su garganta acogía todo el miembro y yo escuchaba los ruidos que hacía a centímetros de mi oído.

-OHH SIIII- exclamó mientras una mano se colaba entre nosotros para estrujarle una teta.

Con tres pollas dentro, cada centímetro le hacía arder el culo, pues ambos penes de carne la abrían en direcciones opuestas. Y el consolador siempre dentro impedía que su culo se cerrara cuando salían. Se lo estaban dejando tan abierto que hubiese cabido un puño entero sin dificultad. Y lo aguantaba estoicamente, que era lo más aterrador. Una vez abierto, habiendo sufrido el dolor inicial, el culo de Laura era tremendamente elástico y resistente.

-¿Te gusta?- preguntaron sin detenerse.

-¡Más! quiero más- gimoteó ella.

El mete-saca era pavoroso, los dos a la vez se la clavaban sin piedad.

-¡¡SIIIIIIIIIII, ROMPEDME EL CULO CABRONES, FOLLADME SIN PIEDAD!!¿Os gusta follaros a vuestra zorra? ¿Estoy siendo una buena perra? ¡QUIERO SER UNA BUENA PUTITA!- gritaba entrecortadamente.

-¡Y pensar que lo estás haciendo encima de tu marido… eres la mejor, reina!-

-¡Si, eres la mejor!-

-Juan, tienes la polla a punto de estallar, voy a hacerte un regalo de despedida por todo lo que hemos pasado juntos, aprovéchalo bien- me dijo al oído entre gritos.

Y sentada como estaba encima de mí, se metió mi polla en el coño… Con ella en mi regazo, notaba absolutamente todo. Aquello era demasiado. Simplemente demasiado. Con mi polla en su coño notaba los rabos de su culo entrando y saliendo, veía su cara desencajada mientras iba trotando en mi polla, sentía cómo los empujones del triple anal aplastaban sus enormes tetazas contra mi pecho mientras eran estrujadas por varias manos... Eran demasiados estímulos. Y también estaban las sonoras mamadas que no podía ver, pero que ella realizaba como una posesa a sendos penes encima de mis hombros, muy cerca de mi cara. Y su largo pelo botando hipnóticamente arriba y abajo… Me corrí enseguida. Pero eso sí, fue la mejor corrida de mi vida. Tan intensa, que dolía un poco. Grité del placer.

-Joder, ¿ya te has corrido? Menuda mierda, espero que no te extrañe que me vaya con Javier a su chalet de lujo. Pero de momento veo que quiere encularme otra vez con su polla de lujo-

Se puso de cuclillas y dejó caer mi semen de su coño por el suelo.

-No quiero tu semen en mí. Esto luego lo limpiarás tú. Sólo quiero semen de auténtico macho superior. O sea, de cualquiera aquí presente menos tú- dijo mientras lo hacía, acompañada de las risas de los demás.

-Pero que buena perrita eres, Laura. Ponte aquí, que te doy tu premio- dijo señalando una mesa a su lado.

Se bajó de mi regazo, apoyando su pecho contra la mesa. Ellos sacaron una cerda y le ataron las manos a las patas de la mesa. Ahora no podía defenderse, pero parecía estar de acuerdo con eso.

-MMM esto se pone interesante. ¡Cuando me atáis es que viene algo bueno!-

Javier metió su polla con determinación en el culo ya abierto. Y poco a poco, mientras la follaba, otro con un rabo bastante respetable, pero sobre todo muy, muy grueso, se acercó y puso su punta en la entrada del culo. Parecía que todos eran actores porno, menuda cosecha de rabos gigantes tenían.

Empezó a empujarla, y pasó la primera barrera sin dificultad.

-DIOSSSSSSSSSSSS AHORA SI QUE ME ESTAIS PARTIENDO- gritaba Laura.

Ella empezó a gritar como una loca mientras se la follaban los dos con fuerza, forzándole el culo, desafiando su elasticidad, y ella continuaba chillando como una cerda.

-¡SIIIIIIIIIII, ASIII, ROMPEDME EL CULO CABRONES! ¡JODERME SIN PIEDAD! ¿¿TE GUSTA COMO ME PARTEN EN DOS, MI AMOR?? ¡¡NO SE SI MI CULO AGUANTARÁ…PERO ES CULPA TUYA, TÚ ME HAS ARRASTRADO HASTA ESTA SITUACIÓN, TÚ TRAZASTE EL PLAN, AHORA DISFRUTA DE COMO UNOS DESGRACIADOS PARTEN A TU NIÑA POR LA MITAD!!-

Enseguida otro se puso delante y se puso a follarle la boca, lo que la impedía hablar hasta que se la sacara. Estuvieron así más de 20 minutos, completamente sometida con las manos atadas a la mesa, hasta que al final solo pegaba alaridos y suplicaba más y más polla, entre orgasmos que se encadenaban:

-Pollas...pollas gordas...quiero más pollas en mi culo, no paréis-

-Pues ya no quedan más, pero en un rato repetimos así que tranquila-

Entonces, pidió que le hicieran un bukkake. Y la idea gustó. Ella se puso en una esquina de la habitación, cerca de mí para que lo viera bien, y de rodillas empezó a recibir una lluvia blanca que llegaba desde todas las direcciones. Incontables lefazos le golpean la cara con furia. Uno tras otro, van descargándose en ella, dejando un trozo más de su cara y pelo cubiertos. Unos se corrían en la boca, otros en alguna parte de la cara, otros no apuntaban y caía en el cuello, otros dejaban el esperma pegado a su pelo… Ella abría la boca tratando de cazar los chorros y tratando de mirar a los que se van corriendo, pero tiene que cerrar uno de los ojos cuando uno alguien le dispara un chorro que cae dentro.

Con sus manos iba recogiendo lo que resbalaba por su cuello y tetas, llevándoselo a la boca. Todos estaban vaciándose las pelotas en mi mujer, que disfrutaba aquello sumisa y felizmente, como si fuera una ducha de verdad. Cuando notaba un chorro se giraba ansiosa con la lengua fuera y la boca abierta para, con algo de suerte, atraparlo.

Cuando tuvo la boca llena, en vez de escupirlo, tragó la mezcla de esperma que se acumulaba, para pedir más:

-Vamos dadme más leche que la nena tiene hambre-

Espesos charcos de semen caían resbalando por su piel mientras ella jugaba con ellos. Laura estaba disfrutando del calor de la leche caliente que la cubría, de los latigazos furiosos en su cara, cuello, pelo, tetas, de los chorros entrando en su boca, del sabor de la mezcla de tantas corridas juntas...

-¡Más, quiero más!- ella se mantenía con la boca abierta para que ellos se corrieran donde quisieran, y se iba acumulando lefa dentro hasta tener tanta corrida que la boca se le llenaba y no podía ni hablar, entonces tragaba, se relamía y sonreía dispuesta a recibir más, abriendo la boca otra vez para recibir más zumo que tragaba de nuevo antes de que rebosara. Cuando abría la boca, hilos de semen aparecían pegados sus dientes, lengua y paladar. Parecía sacada de una escena hentai del duro.

Una polla tras otra escupía corrida en ella, que cada vez se encendía más. Aquello nunca acababa.

-Mmmm, así, llenadme de corridas como si fuera un cubo…quiero toda vuestra leche...cubridme de semen...- decía mientras le llovía.

Uno de ellos se corrió muy abundantemente…y ella lejos de sorprenderse le decía:

-MMmm… que potencia… qué calentita esta…y hay tanta… A partir de hoy eres mi biberón diario. ¿Estás aprendiendo cómo se hace, Juan?-

-¿Así que te está gustando eh? ¿Quieres más?- dijo uno.

-Sí, por favor, aún falta mucho para saciarme-

A cada uno que se acercaba a correrse le decía una guarrada nueva, provocando a los demás. Incluso había algunos que ante la imposibilidad de ponerse delante en ese momento se acercaban por el lado y se vaciaban sobre su pelo... Cuando todos acabaron, se echó a reír. Terminó cubierta de una espesa capa de corrida chorreante, mechones enteros de pelo pegados con semen y una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y ahora como me voy a limpiar tanta corrida? ¿Sugerencias?- dijo mientras seguía riéndose pícaramente con ellos.

No podía creer lo que oía, que golfa… pero como me ponía. Le dieron una cuchara, y empezó a llevarse a la boca, cucharada a cucharada, el semen de su cuerpo. Se llevó lo que tenía en la cara a la boca jugando con ella, haciendo toda clase de guarrerías… Me enseñó cómo tenía la boca llena y luego, cerrando la boca, se puso a jugar con el líquido blanco, saboreándola, repartiéndola por cada rendija, tragándola poco a poco. Entonces sacó la lengua para hacer ver que lo había tragado todo. Estaba sentada con las piernas juntas, así que se había formado una piscina de semen en la cavidad entre su coño y las piernas. Con la cuchara, llenándola todo lo que podía, se lo llevaba a la boca. Luego siguió por su cuerpo. Ni siquiera se dejó lo que había salpicado en la pared, pues cuando hubo terminado lo relamió. No había almorzado, pero dudo que siguiera con hambre. Cuando la vi de camino hacia la ducha, me lanzó un beso. No pude evitar sonreír, al recordar lo que eso significaba.

Extracto de la conversación del domingo:

Yo: -Vamos a ir a su cita, como si nada. Yo soy un cornudito feliz cuya esposa va a disfrutar, y de paso a cumplir mi fantasía porque me quiere y yo estoy en babia sin saber nada. Esta semana no cambies tu actitud, sigue como hasta ahora. Cumple todos sus deseos y cuidado con lo que dices que se pueda grabar. Pero asegúrate de que en nuestra cita común te follen salvajemente, como animales… Ya veremos los detalles, tenemos tiempo esta semana. Cuando llegue el momento, avisa a la policía. Actúa bien, y ni se imaginarán que sea mentira. No sería la primera vez que una mujer se aprovecha de eso y gana el juicio aun inventándoselo todo. Contaremos la historia a nuestra manera, les denunciaremos por chantajes, amenazas, secuestro, violaciones, y por todo lo que sea posible. Mirarán los vídeos de las cámaras y los móviles, pero puedes decir que te obligaron a actuar así y a prostituirte bajo amenazas de muerte a ti y a tu familia. Tal y como están las cosas con estos temas, te creerán. Con suerte Javi se pasará un tiempecito en la cárcel, y si va bien también algunos de tus compañeros de trabajo. A ver quién ríe el último ¿Estás dispuesta? No será fácil y no es algo que tengas que hacer, sólo si tú quieres. ¿Estás dispuesta a traicionarle? Es difícil romper de golpe con todo-

Laura: -Reconozco que no será fácil, pero no voy a traicionarle. Porque no soy suya, sino tuya. Voy a venderle. Él solo me quiere por mi cuerpo. A ti te he hecho muchísimo daño y no sólo me has perdonado, sino que me sigues queriendo y me aceptas como soy. Un volcán insaciable. Es curioso, en el fondo me alegro de que haya pasado esto. He descubierto una faceta tuya que no conocía. Y que me pone. Eres fuerte de voluntad. Eso me hace sentir segura. Estaré orgullosa de ser tu mujer, y tu sumisa obediente. Se acabaron las fantasías. Si quieres algo de mí, sólo pídelo y lo haré-

El lunes, me contó lo que había pasado en la oficina mientras me hacía una mamada espectacular. No pedía sexo, porque ella tenía más del que necesitaba, así que ella misma se ofrecía a chupármela cuando me empalmaba. Y me empalmaba a menudo, sólo de mirarla o cuando la imaginaba rodeada de penes, poseída por el momento. Mi pasión por ella había resucitado. El día siguiente, Laura estaba haciéndome una paja mientras veíamos una película de espías. Tuvimos una gran idea. Un agente doble va al enemigo y les cuenta la verdad acerca de algo, por si les da por verificarlo para que no le pillen. Y sus verdaderos jefes, sabiendo cómo actuará el enemigo, pueden aplastarles como deseen. Sus jefes “caen” en la trampa del enemigo, pero sin que el enemigo sepa que en realidad es una trampa tendida por ellos mismos. Y el juego termina. Me había sorprendido que ella improvisara detalles sobre la marcha sin preguntarme.  Me había hecho dudar, pero eso era bueno. Todo resultó más creíble. No debí dudar de ella.

Tras eso, nos habíamos pasado la semana determinando los detalles del plan y follando como conejos mientras me contaba cómo se la habían follado sus compañeros en el trabajo. Mi momento favorito era cuando me la chupaba mientras me relataba todas las corridas que se había tragado, disfrutando de cada una de ellas, y me pedía que la mía se uniera al cóctel. Me arrancaba unos orgasmos largos en intensos que ella recibía amorosamente.

Por tanto, yo ya sabía que ellos estaban al tanto de mi plan. Pero no de todo el plan. Ella les contaría lo suficiente como para que pensaran que estaba de su lado, y que no debían preocuparse de mí. La mejor manera de hacerles caer en la trampa era hacerles creer que ellos controlaban totalmente la situación. Ella les explicaría lo hablado conmigo, salvo algunos detalles, obviamente, como si nuestra reconciliación del domingo hubiera sido una actuación. Se reirían de mí todos juntos, follarían como siempre, y ella me trataría de cornudo y de inocente, mientras disfrutaba de una última semana de sexo salvaje y tórrido. Pero esta vez yo estaría informado de todo. Nunca sospecharían que todo eso era parte del plan. Un plan que nunca hubiera sido posible sin que mi esposa se arrepintiera de todo y me lo contara.

Uno de ellos me sacó de la ensoñación preguntando que porqué sonreía como un idiota. Estaba completamente indefenso, esperaba que no tuviera ninguna idea rara en mente. Y entonces, con el agua de la ducha de fondo, la puerta principal se vino abajo con un gran estruendo. Era la policía. El plan había salido perfecto. Detuvieron a todo el mundo. Me vieron atado en esa situación, y mi mujer apareció temblando sentada en el suelo del baño, cubierta de una fina capa de semen, con el culo rojo y bien forzado.

Todos iban a tener una cita con la justicia. Las evidencias eran abrumadoras. La última semana había tenido que seguir en el trabajo como si nada hubiera pasado, follándose todo lo que se movía, pero era un mal necesario. Este día había sido otro mal necesario, pero ambos habíamos disfrutado muchísimo nuestros papeles.  Una última vergüenza más en el juicio, y todo acabaría. Incluso aunque se libraran de la cárcel, cosa casi imposible, su historial quedaría manchado para siempre. Y de regalo, nos llevábamos otra fantasía con final feliz la cual recordamos a menudo cuando follamos. ¡Qué bonito es cuando confías ciegamente en alguien!, ¿verdad? Además, aprovecharíamos para mudarnos y empezar de nuevo en otro país, como tantas veces habíamos soñado.

Antes de irnos dimos una gran fiesta de despedida para los amigos. A día de hoy, aún tenemos sesiones intensas con la ayuda de “Javi”, nuestro “amigo” de goma, y otros “amigos” de carne sin hueso que nos hemos encontrado. Pero me estoy adelantando. Contaré eso más tarde.