De esposa a sumisa (Parte 2)

Las cosas se empiezan a complicar, y descubrimos cosas que tal vez sería mejor no saber.

Durante todo el fin de semana se paseaba desnuda por la casa. Como prometió, era mi putita a tiempo completo. Estaba viendo un capítulo de mi serie favorita, y le decía que me apetecía una mamada. O simplemente me acercaba y se la metía. O le pedía un café y una mamada mientras veía una película porno. Todas y cada una de las veces, le recordaba lo zorra que era y lo mucho que me había puesto el verla reducida a ser la puta de otro, con su polla invadiendo su interior.

El domingo, quería darle una recompensa por haberse portado tan bien, así que llamé a Javi. Estaba deseando follárselo así que le daría una sorpresita. Por suerte, él estaba más que dispuesto:

-Hombre Carlos, tenía ya ganas de hablar con vosotros, iba a llamaros mañana-

-¿qué tal, Javi? Mi esposa no para de pensar en tu polla, la tienes loquita-

-loquito me tiene a mí, aún me tiemblan las piernas desde lo del pub-

-de hecho, quiero darle una sorpresa especial. Vente a casa y te la follas. Ahora mismo, ¿te apetece?-

-¡Pensé que no me lo ibas a pedir!-

-Pero me gustaría que hubiera una condición, si no te parece demasiado. Tenemos una fantasía en la que ella se entrega totalmente a otro, pero quiero añadirle un aliciente más. Ya que voy a ver cómo se la folla otro, quiero darme un gustazo. Que no sepa quien se la folla, ni si estoy yo o no. Te la voy a dejar con los ojos vendados y atada de pies y manos. Y cuando esté así, completamente indefensa, tú entras y te la follas sin decir una palabra. Que no sepa quién eres, eso aumentará el morbo una barbaridad. Aunque no creo que tarde en reconocerte, sinceramente. Y puedes follártela como si fuera una zorra, sin ninguna piedad. Haz lo que te dé la gana, pero sin violencia. ¿Qué te parece?-

-Esto se pone mejor por momentos-

Así que le di la dirección y se apresuró a venir.

Al poco rato, ya la tenía en la cama con las manos atadas a la espalda y las piernas atadas por los tobillos. No podía moverse ni ver lo que pasaba. También le puse una mordaza para que no pudiera hablar. No hizo falta convencerla pues ella estaba dispuesta a hacerme feliz.

Cuando sonó el timbre, tenía en su culo a “Javi”, el consolador, vibrando a toda máquina. Ya se había corrido con “Javi” en el coño y ahora estaba retorciéndose, llegando al orgasmo anal. Y con las piernas juntas el efecto era mucho mayor. La dejé tal cual y fui a abrir.

En silencio, Javi entró y se desnudó. Empezó a meneársela mirando como ella se retorcía en la cama, corriéndose con aquello vibrando en su interior. No hicieron falta más de 30 segundos para que la tuviera en completa erección. Reconozco que aún no comprendo cómo podía ponérsele tan dura con ese tamaño. Era imposible. Pero ahí estaba, una morcilla monstruosa completamente dura. Y mi mujer indefensa sin conocimiento de lo que se avecinaba.

-Pon el culo en pompa, cariño, que tengo una sorpresa preparada- le susurré amorosamente al oído mientras le acariciaba el pelo.

Ella obedeció al instante, y aún atada como estaba, logró mantenerse de rodillas mientras apoyaba la cabeza en la cama. Entonces la puse en el borde de la cama, le saqué el consolador y Javi ocupó mi lugar. Sujetó la cuerda que le ataba las manos, haciendo fuerza hacia si, mientras apoyaba su terrorífico pene en el coño de mi esposa. De repente me di cuenta de que no me había parado a pensar bien la situación. ¿Cómo reaccionaría yo? ¿Y ella, querría hacerlo? Demasiado tarde. La oía gemir y resoplar como un animal mientras el gordo capullo entraba lentamente en su coño, sin detenerse hasta la mitad. Su cuerpo se ponía más tenso con cada centímetro que entraba. Ella no lo rechazaba, ni se movía. Sólo se dejaba hacer. Mascullaba algo, pero no se entendía. Tiró fuertemente de la cuerda y la introdujo mucho más mientras ella gemía cada vez más fuertemente, jadeando y resoplando. Su boca era un poema y las babas empezaban a caerse por las comisuras de los labios.

Yo aún tenía dudas de que fuera lo correcto, pero entonces ella empezó a mover la cadera en círculos, como si quisiera darle más placer a él, a pesar de todo. Ella solita trataba de meterse el pene más profundo empujando hacia atrás con el culo. Mi rabo estaba tan duro que palpitaba arriba y abajo, con cierto dolor. Ahí estaba mi querida y dulce esposa, con un monstruoso pene de otro hombre en su interior, gimiendo muy alto y con expresión sonriente. No paraba de mover las caderas y subía el culo todo lo que podía mientras bajaba la cadera, favoreciendo la penetración. Quería darle placer a toda costa, incluso atada y con su coño siendo dilatado sin piedad por aquel monstruo. Y él aún no había empezado en serio.

Javi comenzó el vaivén. Al principio fue levemente, sacaba un poco de carne para meterla otra vez hasta el fondo. Con cada mínimo movimiento, ella resoplaba fuertemente haciendo ruidos de estar soportando dolor, y todavía intentando decir algo. A los cinco minutos, por fin podía meterla y sacarla entera. Los gemidos ahora eran gritos ahogados por la mordaza. Notaba cada centímetro de carne en su coño. Era tan gruesa esa polla, que llenaba su interior completamente, no cabía ni un pelo ahí dentro.

Yo no pude aguantarme, y le quité la mordaza. Ella iba a decir algo, pero le metí mi rabo sin dejarla hablar. No me interesaba lo que fuera a decir, sólo que me comiera la polla.

Casi al mismo tiempo que metí mi polla en su boca, se empezó a correr a gritos. Gritos que yo sentía en mi polla mientras hacía el esfuerzo de chupármela. Sin embargo, él no estaba ni lejos de correrse, así que no paraba empujarle la polla profundamente a cada movimiento, sin tregua ninguna. Cuando paró de correrse, me dijo entre gemidos:

-¿Me dejas ver por favor? Quiero vernos las caras mientras me folla-

-Pero las cuerdas se quedan- y le quité la máscara de los ojos.

-Muy bien, preciosa ¡Que tu maridito te vea la cara mientras te follo!-

-Me interesa más ver la tuya mientras te follas a tu puta- le dijo, girando la cabeza y mirándole a él.

Yo estaba en trance, mi mente sólo estaba centrada en lo que pasaba. Laura me pidió que me corriese en su boca para que Javi no tuviese que tocar mi corrida y no cortarle el rollo. Ella se había corrido unas cuantas veces, todas ellas muy ruidosamente, cada vez más fuerte.

-¡OHHHH SIIIII! ¡Mi amor, mira como me rellena el coño! ¡Se va a correr, noto sus espasmos en el coño! ¡Y esto no es el consolador, verás la de leche que va a salir!... ¡en el pub no viste todo lo que se corrió las dos veces… fue una exageración!-

-¡Puta, me voy a correr! -

-¡¡Si mi amor, lléname el coño con tu lefa, inúndame, hazme un hijo negro, dame tu leche yaaaaaaaaaaaa!!-

Comenzó a chillar al mismo tiempo que Javi empezó a bramar. Se estaba corriendo juntos. Sentir sus chorros en el coño hizo que se corriera otra vez. Y ahora era diferente, le temblaba todo el cuerpo. Cuando terminaron, Laura se desplomó sobre la cama, y él se dejó caer encima de ella. Yo le preguntaba qué tal estaba y Laura, ensartada aún por él, me comentaba lo que sentía:

-Esta polla es la mejor, gracias por traerle mi amor. Me ha dejado el coño inundado de un mar de leche. Pero me gustaría estar libre para disfrutarlo más-

-Me pone verte indefensa y sometida para que él pueda hacer lo que quiera sin que te resistas-

-Eres un cornudito muy pervertido. Pero no hace falta, a Javi le dejaría hacer cualquier cosa, cariño, como si me pide que me case con él ahora mismo- y todos reímos.

Cuando pasaron unos pocos minutos, se la sacó del coño y se sentó en la cama. La ayudó para que se sentara en el suelo, y Laura se puso entre las piernas de Javi, el cual me miraba con una sonrisa. Laura metió entre sus tetas el enorme pollón de su amigo comenzando a pajearle torpemente con ellas, subiendo y bajando el pecho. El mástil iba creciendo y endureciéndose entre las enormes tetas de mi mujer, hasta que consiguió que estuviese aún más duro que al principio. Javi le dijo que se la chupara como la puta que era. Entonces, volviéndose a sentar, me dijo:

-¿Recuerdas cuando me fui con él al baño en el pub sin ti? Pues te voy a mostrar lo que pasó-

Empezó a ensalivar bien todo el tronco. Se la metía en la boca moviendo la cabeza, ya que no podía usar las manos, evidentemente. Daba unas cuantas chupadas y se la sacaba, para pasar la lengua por cada centímetro. Estaba irreconocible. La recorría desde debajo de un largo lengüetazo, y terminaba pasando sus labios por toda su extensión. Jugaba con ella como si fuera un objeto de veneración. Y pensar que a mí hasta hace poco no me la quería comer casi nunca… pero menudo arte tenía.  Vaya esmero le ponía. Y disfrutaba, sin duda alguna. Cuando la tuvo bien ensalivada, levantó la vista y le dijo a su macho:

-Te toca, enséñale como te gusta follarme la boca-

Javi la sujetó del pelo y la empujó hacia su polla. Ella abrió la boca completamente para facilitar que el enorme mástil fuera desapareciendo lentamente en su garganta, hasta que pudo alcanzar sus huevos con la lengua. Entonces, sujetando fuerte su cabeza, empezó a follarle la boca con furia mientras ella me miraba fijamente a los ojos.  Le daban arcadas, pero nunca la he visto tan feliz chupando una polla. Y entonces se levantó torpemente y, con una expresión de puta que jamás le había visto antes, me dijo:

-Cariño, quiero que me folle en nuestra cama hasta reventarme mientras tú lo grabas. Saca la cámara para inmortalizar el momento. Me daría mucho morbo…-

Javi decidió que iba a estrenarle el culo.  La puso de pie con el culo en pompa mientras él ponía la punta en la entrada de su culo. Laura ni se inmutó. Relajó las nalgas y se puso a hablarme tranquilamente mientras el la escupía en el culo.

-Tienes otra vez la polla a punto de reventar, cariño. Reconócelo, esto es lo que soñabas mientras me metías el consolador gigante. Y verme siendo follada así, indefensa te pone más. Y a mí me pone que un negro enorme me folle como una animal ante ti, mientras estoy indefensa. Y aún más desde que conocí a Javi. Prepárate, porque esto no ha hecho más que empezar. Sé que quieres ver cómo me da por el culo. Pídele que me reviente el culo, por favor. Me daría mucho morbo-

Yo sólo pensaba en lo que tenía delante. Mi mujer a cuatro patas, con los brazos atados, a disposición de ese toro negro, y encima a ella le gustaba estar así. Javi hizo fuerza y la levantó, tirando de sus brazos. Se quedó con la espalda arqueada y el culo en pompa, preparada para el embiste. Sus curvas se marcaban en esa postura, mostrando su culo de una manera muy sexy.  Estaba total y completamente sometida a él, atada por las extremidades… Ambos esperaban mis palabras, las cuales salieron de mi boca como si tuvieran vida propia.

-Lo reconozco. Estoy deseando ver cómo te revienta el culo. Por favor Javi, pártele el culo a mi mujer, úsalo y llénaselo de lefa-

-A la orden- me dijo con recochineo.

Entonces pasó algo escalofriante. Javi, ni siquiera la sujetó de las caderas. Con el rabo tieso, de un solo golpe de caderas metió la mitad de su polla en el culo de mi mujer de un solo golpe. No se cómo, pero no le desgarró el culo, ni tampoco él se hizo daño. La excitación del momento, supongo.

Ella soltó un chillido de dolor, seguido de profundos jadeos entrecortados. Sin embargo, le pedía que se la follara lo más fuerte que pudiera, que me mostrara como folla un macho de verdad. Creí que estaba esperando a que su culo se acostumbrara, pero según escuchó la última palabra de mi mujer, de otro poderoso empujón se la clavó completamente. Ahora no tenía intenciones de permitir que su culo se acostumbrara, porque empezó a encularla furiosamente, sacando y metiendo su enorme rabo casi en su totalidad, cada vez más fuerte y más deprisa. No sé qué sonaba más fuerte, si los chirridos de la cama o los gritos escalofriantes de mi mujer con cada embestida.

Yo grababa todo, con la polla más dura que un canto, pero no quería perderme ni un segundo así que me esperé para hacerme una paja más adelante.

Ella no paraba de gritar cada vez más fuerte, soltando unos berridos que parecía que la estuvieran matando, mientras grandes tetones se balanceaban al ritmo de las embestidas. Me puse ante ella, que no paraba de mirarme fijamente a los ojos con una mezcla de placer y dolor, mientras chillaba pidiendo más y más polla, más y más fuerte, completamente fuera de sí. Tal como me dijo, se estaba humillando totalmente ante él.

Javi sujetaba con ambas manos los brazos de mi mujer mientras la taladraba. Pasó a sujetarla por las cuerdas con una, y con la otra se enrolló el pelo de Laura en la muñeca, estirando de él. Como resultado, Laura se quedó completamente arqueada. Mientras tiraba de su pelo, me decía:

-¿te gusta ver como este cabrón me parte literalmente el culo, cornudo?-

-sí, dinos cuanto te gusta que le rompa el culo a tu mujer, colega-

-No sabía que tuvieras un culo tan elástico, puta- alcancé a decir.

-desde luego las mejores pollas son las más grandes, me llena completamente, me siento empalada en una estaca, porque me has preparado bien con el consolador, sino ya me habría desgarrado el culo-

Y cambiaron de posición. Javi se tumbó boca arriba, haciendo subir y bajar por su polla a mi mujer con sus brazos. Así estuvieron unos minutos. La dejaba caer por su propio peso y se ponía toda erguida cuando aquello la empalaba.

Entonces, sin sacarle la polla del culo, la extendió en la cama, completamente recta y boca abajo, como una tabla. Atada como estaba, su culo en esa posición haría más dolorosa la penetración para ella, y más difícil para él. O eso creía yo. Con esa longitud cualquier posición era buena. Empezó a follársela y con cada embestida dejaba caer todo su peso en el cuerpo de Laura, la cual berreaba desgarradoramente, pero sin pedir que parase.

-Ufff así esta zorra tiene el culo mucho más apretado. Mira colega cómo grita tu chica, no sabes lo que le está doliendo ahora, se lo voy a dejar tan abierto que cuando se la metas tú no vas a notar nada jajaja. ¡Y ahora me voy a correr dentro de ella, mira, mira cómo le lleno el culo con mi lefa!- me dijo riéndose.

Y bramando, sus embestidas pasaron a ser fortísimas. Laura seguía mirándome a los ojos mientras aullaba y se retorcía fuertemente. Mordía las sábanas en un intento por descargar dolor, pero su cara ya no era sólo de dolor, mostraba al mismo tiempo un placer fuera de los límites y una cara de digna de la puta más puta que haya existido mientras me gritaba:

-¡Mira bien pedazo de cornudo, mira cómo vacía sus pelotas en mi culo roto, no te lo pierdas cabrón!-

Y sus huevos empezaron a moverse visiblemente, mientras inyectaba su esperma en lo más profundo del culo de Laura. Ella convulsionaba del orgasmo que tenía al mismo tiempo, y no paraba de chillarle:

-SIIII mójale bien el culo a tu puta, noto tu corrida en lo más profundo cabrón, me estás matando SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII-

En cuanto terminó, se derrumbó encima de ella. Ella apenas tenía fuerzas para hablar, así que se quedó con la polla clavada en el culo mientras me lo agradecía, haciendo un esfuerzo:

-Gracias por esta sorpresa, ha sido bestial-

-De nada mi amor-dije yo.

-Se lo decía a él cariño, ¡pero gracias a ti también!- dijo ella sonriendo como una perra.

La desató y se tumbaron uno al lado del otro. Yo me quedé mirando como Laura masturbaba muy suavemente el pollón de Javi, sonriendo de satisfacción y con una mirada de puta calentorra clavada en mí. Luego se metió el capullo en la boca, succionándolo sin ninguna dificultad, haciendo ruidos obscenos, alternando sus manos y sus grandes tetas para pajearle. Por increíble que pudiera parecer, esa boca de incendios estaba endureciéndose otra vez.

Le folló el culo otra vez, durante una larga media hora. Era de esperar después de correrse dos veces seguidas.  Ella no paraba de correrse una y otra vez, cada corrida más intensa que la anterior, agitando la cabeza, estrujándose las tetas, poniéndoselas en la cara para que él se las chupara, moviendo todo el cuerpo, gritando totalmente fuera de control. Parecía que estaba poseída por un demonio. Hasta que finalmente parecía que él iba a terminar. Entonces, sacó su polla del culo de Laura, y esta se sentó inmediatamente en el suelo. Javi empezó a pajearse rápidamente mientras Laura le suplicaba una y otra vez que le diera su leche, de todas las formas que se le ocurrían, cada cual más humillante que la anterior. Finalmente, abrió la boca y sacó la lengua antes de que el primer chorro se estampara contra su cara. Como si lo hubiera predicho. Ella tenía una cara de guarra alucinante mientras él vaciaba sus pelotas encima suyo. Espesos chorros de semen se estrellaban contra su pelo, mejillas, boca… Al final, una espesa capa resbalaba por su cara y su pelo, bajando por las mejillas y el cuello, formando goterones en su barbilla que caían en el suelo o en sus tetas.

Yo alucinaba, le dije que parecía que le habían hecho un bukkake.

-Cariño, esto no es nada, si vieras como me ha inundado el coño y el culo…gracias otra vez por venir, Javi. Y gracias por traerme esta polla que tantas veces me ha hecho correrme, cariño. Te quiero- me respondió con la cara completamente llena de semen y los ojos casi cerrados. Se dejó caer encima de la cama, totalmente rendida.

Javi se vistió, mientras Laura estaba tumbada en la cama sin apenas poder moverse, pero con una sonrisa de oreja a oreja. La escena era un poema. Su cara estaba cubierta de esperma. Su pelo estaba blanco, y sus tetas tenían regueros espesos de leche. Se le salía el semen del coño y del culo. El suelo tenía charcos, y en la cama, alrededor de ella, había un mar de leche sobre el que estaba tumbada. Iba a tener que comprar sábanas nuevas y colchón nuevo… Javi se encaminó hacia la puerta, y yo le acompañé.

-Ha sido tremendo, gracias. Te voy a mandar una cosa por mensaje, mírala y ahora me llamas- dijo al cerrar la puerta.

Llegó un mensaje, lo abrí, y era el vídeo de la mamada del pub. Ignoraba cómo lo tendría, pero había otro archivo. Era la segunda mamada, la que no presencié. Lo miré entero, y era aún más salvaje que el primero, pero más corto.  Decía toda clase de guarradas, tenía la mirada perdida y la cara desencajada del esfuerzo de tragarse aquel monstruo. Sin embargo, se las apañaba para mirar a la cámara mientras usaba su boca. Pero como a la mitad del video, se veía como ella se ponía de espaldas a él, y le ofrecía sus agujeros, diciendo que se la follara mientras yo estaba distraído con las copas. Era parecido a lo que había pasado en nuestra cama, pero menos salvajemente. Se veía como tapaba su boca con la mano para que no se le oyera gritar. Javi la humillaba e insultaba, y me llamaba cornudo de mierda que no sabía aprovechar la puta que tenía en casa. Ella le miraba, y decía que si, que era su puta, que nadie se la follaba como él y que yo era un cornudo pero que no parase de follársela. Cuando se fue a correr, le dijo:

-Toma perra pero antes dime como de cornudo es tu marido…-

Pude observar como mi esposa, pajeaba esa enorme polla con una mano, sujetaba el móvil con la otra y me miraba a través de la cámara, diciéndome:

-No deberías poder entrar por las puertas, amorcito. Mientras estaba aquí, han entrado 3 tíos más y se la he chupado a todos a la vez. Disfruto chupándoles la polla a desconocidos, pero eso tú nunca lo sabrás jajajaja. De lo bien que se la chupo se van con las piernas temblando, y me quedo sin follar, pero me da igual porque me gusta más comer polla. Si supieras la cantidad de veces que me has besado justo después de tener en ella dos o tres pollas… ¿Recuerdas cuando te llamaba porque tenía que hacer horas extras? Más bien eran pollas extras. Si me ibas a ver después, me tragaba el semen para que no descubrieras algún resto, y de tanto hacerlo me hice adicta, así que cada día se la chupo al menos a dos o tres. Incluso tus amigos me llaman porque saben lo buena que estoy, lo bien que la chupo y encima gratis. Incluso a veces les invito a tomar algo antes de chupársela. ¡Por eso ya no quieren quedar contigo, porque me prefieren a mí! Por cierto, no te respetan nada mi amor, no son tus amigos sino más bien unos animales jajajajaja. Hace un mes se la chupé a Miguel en nuestro sofá mientras tú te duchabas. Se corrió encima de tu Ipad y me obligó a lamerlo. Es todo un pervertido. Y yo que tu no me subiría al coche sino quieres quedarte embarazado ajajajajaja-

-Bueno, basta de charlas cornudo. Tu esposa tiene que atenderme. Presta atención-

Entonces se la metió en la boca, corriéndose en lo más profundo de su garganta. Cuando terminó, le dio un tierno beso en la polla y le dijo:

-Nos vemos el lunes, mi macho- y le besó, plantándole un morreo largo y apasionado.

Me sentía furioso, pero a la vez tenía la polla a punto de estallar. Llamé a Javier.

-Eres un hijo de puta-

-Sí, pero ella es un putón verbenero. El asunto es el siguiente. Escucha bien y no me interrumpas porque no pienso repetirlo. Unos colegas y yo hemos decidido que va a ser nuestra puta por un tiempo. La vas a convencer de que se entregue a nosotros como una putita obediente, durante una semana. Son unos cuantos, así que no le va a faltar rabo a diario. Si aceptas, incluso puedes venir a follártela cuando quieras, pero no puedes objetar ni decir nada. Ni ella tampoco. Quiero total entrega y sumisión. Será el váter donde nos corramos toda la semana. Nos tiene que recibir de rodillas y con la boca abierta. Si tienes algo que decir al respecto, pasarán dos cosas. Primero, que este vídeo causará furor en internet. Quedarás como el mayor cornudo de la historia y todo el mundo sabrá quién eres. Y segundo, nos la llevaremos para siempre, a la fuerza. Tampoco le puedes decir nada de esto a Laura. Si le dices algo lo sabré, créeme, y no me va a gustar. Quiero que veas que es una zorra y que se entrega voluntariamente, no por miedo. Y que tampoco se te ocurra decirle algo a la policía, porque os visitarán unos amigos que tengo muy simpáticos. Es cosa tuya convencerla como si fuera cosa tuya, pero créeme cuando te digo que no va a costar nada. Porque es una guarra necesitada de un buen rabo. Ya lo verás. Ya te mandaré el día y la hora- y colgó sin que yo pudiera responder.

Estaba tan furioso que no lo pensé mucho pues estaba cachondo, enfadado y triste al mismo tiempo. Si era necesario, me iría de la ciudad. Debía tener miedo, y con razón, pero siempre he sido muy visceral e impulsivo. Así que fui a hablar con ella. La desperté y le conté lo que había pasado, gritándola y diciendo que me había traicionado, que era una mentirosa y una zorra de mierda. Había puesto mi confianza en ella y me había humillado. Estaba completamente fuera de mí. Ella, con la cara aún llena de su semen, rompió a llorar.

-Lo siento… supongo que ya no tiene sentido ocultarlo más, no puedo soportar más tiempo esta situación-

Me quedé de piedra. Pero antes de poder reaccionar, ella siguió hablando entre sollozos que se mezclaban con el semen, el cual estaba endureciéndose, formando una dura capa por su cara, pelo y pecho.

-Estamos totalmente a salvo, sólo es palabrería, no tienes que preocuparte de nada. Nadie nos va a “visitar”, ni nada parecido-

-¿CÓMO? ¿De qué mierda estás hablando? ¿Tú sabías esto?-le grité.

-Tienes todo el derecho a estar enfadado. Si me quieres dejar, tienes todo el derecho. Pero antes escucha toda la historia-

Enfurecido, me senté y, haciendo un gran esfuerzo para no abofetearla o marcharme sin más, escuché. La erección que tenía del calentón que había provocado todo lo anterior, se había desvanecido hace rato. Pero eso no ayudaba a estar tranquilo. Estaba furioso. La tensión dentro de mí aumentaba y amenazaba con estallar.

-Gracias por escuchar. Verás, llevábamos demasiado tiempo sin tener sexo. Fui débil. Hablábamos mucho, teníamos mucha confianza y se lo conté. Esperaba que me ayudara a solucionarlo. Entonces él me abrazó. Y allí lo noté, una masa de carne gigantesca, endureciéndose dentro de su pantalón. Para mí fue un halago, me sentí deseada. Y estaba necesitada, hambrienta. Lo siento. Siento haberte hecho daño. Lo siento mucho. Soy un putón-

  • ¿Y qué tiene eso que ver con lo que ha pasado?-

-enseguida lo entenderás- dijo Laura.

-Bien. Cuéntame los detalles. Todo- dije con voz grave.

-Por favor no me hagas recordarlo-

Esa respuesta provocó en mí un estallido de ira:

-¿Cómo que no? Te has dejado montar como a una yegua, ¿no? Por eso la chupas tan bien, has practicado cada día, so puta. Dímelo todo. Desde el principio al final. Todo. Me lo merezco. Pero antes lávate. No quiero verte así, marcada por su semen. Pareces una puta barata.

Cuando volvió, apenas pasados cinco minutos, estaba duchada y limpia. Venía envuelta en una toalla que marcaba sus curvas-

Mi rabo entonces empezó a ponerse duro de nuevo. Maldita sea. ¿Cómo podía pensar aún en sexo? Me estaba sorprendiendo a mí mismo. Debería estar hecho trizas, pero en vez de eso me estaba calentando. Le quité la toalla dejando su mojado cuerpo desnudo.

-Cuéntamelo todo mientras me comes la polla. Aún eres mi puta hasta mañana. Obedece-

Dudando y con algo de miedo, se arrodilló. Mientras empezaba a hacerme una paja, prosiguió:

-Como te iba contando, mi cuerpo actuó solo. Me puse de rodillas y le bajé la bragueta. Allí encontré una gruesa polla negra que palpitaba y crecía obscenamente en mi mano. Ya has visto lo grande que es, toda llena de gruesas venas. Tan grande que no había visto algo parecido ni en las películas porno. Después de tanto tiempo sin sexo…una polla enorme y gorda para mí sola. Era mi fantasía hecha realidad, y estaba endureciéndose por mí. Ahí perdí el control. Ahí empezó todo. Antes de darme cuenta, ya la estaba chupando frenéticamente. Sólo pensaba en que me la metiera. Tuve el mejor orgasmo de mi vida. Estuve culpándome todo el día, pero me hizo quedarme por la tarde por asuntos de trabajo. Y cuando fui a su despacho, allí estaban unos cuantos de mis compañeros. Me dijo que lo había grabado todo, y me enseñó la grabación ante todos ellos. Me dijo que si no quería ser despedida y que además te enterases, ya podía empezar a ser una buena perrita con mis compañeros, sus subordinados más leales que necesitaban un premio. No supe qué hacer, pero no paraba de pensar en su polla. Así que me puse de rodillas, y todos se acercaron mientras se sacaban las pollas del pantalón. Había de todo tipo, jóvenes, viejas, preciosas, desagradables, grandes y pequeñas. Se la chupé a todos. Y después, me follaron uno tras otro, una y otra vez. Mis agujeros fueron usados por todos ellos, y me hacían sentir como una puta barata. No se preocupaban de mí, sólo de su propio placer. Me follaban como animales mientras me decían lo mucho que habían deseado ese momento. Intenté que no me gustara, pero fue absurdo. Me calenté enseguida. Grité como una perra mientras me hacían correrme una vez tras otra. Al final, vaciaron sus pelotas en mi cara alabando lo guarra que era y llamándote cornudo. Y por supuesto, todo se grabó. Cuando estaba así, me mandaron a casa tal cual, sin poder limpiarme más que en el baño con papel higiénico-

-Sigo sin comprender qué tiene esto que ver- dije mientras sus manos hacían maravillas en mi polla, dura como una piedra. Ella notaba que me gustaba lo que oía. Así que siguió:

-Javi es mi jefe. Y esos amigos de los que habla mis compañeros de trabajo. Todos me han follado desde hace tiempo… -

Entonces me corrí, bañándola en semen. Mucho más que nunca. Sorprendentemente, aún la tenía dura.

-entonces el consolador…-

-ahora llego a eso-

-pues continúa con la historia y con la paja, pero usa también las tetas-

Sonrió pícaramente y continuó masturbándome mientras hablaba, esta vez haciéndome una cubana.

-Antes de poder darme cuenta, se me había ido de las manos. Desde entonces, no tenía elección. Cualquiera de ellos podía entrar en mi despacho a cualquier hora, levantarme la falda y follarme ahí mismo. O se sentaban en mi silla y yo se la chupaba. Tenía que satisfacer muchas pollas todos los días, además de hacer mi trabajo habitual. Pero la cosa se puso peor. Se fue corriendo la voz, y al final todos los hombres de la planta me follaban a placer. Me había convertido en el retrete de esperma de la oficina. La puta de todos. Mi trabajo consistía ahora en dejarme usar. Javi me subió el sueldo, en dinero negro por supuesto, y me dio acceso a su baño privado para que me duchara cada día antes de volver a casa. Y me gustaba, así que iba siempre con falda y sin bragas para ponerlo más fácil. Al final, hasta me grababan con sus móviles. A estas alturas, medio internet debe haberme visto. También se aseguraban de humillarme haciéndome decir ante la cámara que era la puta de la oficina, y que mi trabajo era mantener a los hombres relajados. Y por lo visto los vídeos eran de los más populares en las páginas porno. En otras palabras, podía haberlo dejado de hacer a estas alturas, porque si no te habías enterado ya con algún vídeo, no ibas a tardar. Pero disfrutaba como nunca, y ya no hacía falta que me obligaran, yo misma pedía rabo mientras me reía de lo cornudo que eres. Y dado que tarde o temprano te ibas a enterar, me daba igual. Por la boca con que te besaba cada día, habían pasado decenas de pollas a diario, haciendo yo misma fuerza hasta atragantarme y tragándome hasta la última gota de semen. La mayoría de las veces ni siquiera tenía hambre a la hora de la comida, de todo el semen que me daban. Pero la polla de Javi es mi droga. No podía pasar un solo día sin que me follara, así que me compré ese consolador, el más grande de la tienda, para los fines de semana y así aguantar hasta el lunes. Cuando estoy con él, me siento más mujer que nunca. La forma en la que me hace suya, me domina…me encanta sentir su polla en la boca, en mis agujeros, dilatando cualquier lugar por donde pasa, a la fuerza y sin piedad, porque soy suya y eso es lo que el disfruta. Disfruta al verme completamente sometida. Me arranca gritos con cada embestida, con cada follada. Orgasmos como nunca antes he sentido. Me hace temblar entera, de la cabeza a los pies. Me hace sentir poseída y de su propiedad, siento que me está follando un ser superior, un macho alfa. Podría haber elegido a cualquier otra, pero me eligió a mí. Sacó la puta que ni yo misma conocía. Y es insaciable. Por eso empecé a ser más abierta contigo, eres un hombre y quería tu polla, no porque fueras mi marido. Pero me sentía algo culpable y empecé a hacerte mamadas a todas horas porque así no me sentía tan mal. No soy simplemente su puta, soy una puta de mierda para lo que el desee. Una guarra insaciable. Y disfruto siéndolo. Si me hubiera pedido que me folle a todos los vecinos del barrio lo hubiera hecho, con tal de que me follara. Por eso soy la puta de la oficina, porque él lo quiere así. Pero no puede pedirme que te destruya de esta manera. No a ti. Me niego. Si me hubiera pedido que te dejara y fuera suya, quizás lo habrá hecho. Pero se ha pasado de la raya. El resto ya lo sabes. Lo del pub fue idea suya, así se reiría de ti y de paso, si todo salía bien, iba a poder follarme a cualquier hora, delante de ti, humillándote sin que lo supieras. Y tú estarías en babia disfrutando de tu fantasía, ignorante de todo. Lo que quiere hacer ahora es la última parte de su plan para hacerme suya y quitarte de en medio. Quiere que veas como suplico que me follen todos pensando en tu estúpida fantasía sin saber que ya me follan todos los días. Que ni siquiera tienen que preguntar porque si no venían, iba yo a pedirles que lo hicieran. Y si optabas por contármelo, había dos posibilidades: si yo me hundía y te lo contaba todo, destruyéndote y me dejabas, pasaría a ser suya del todo. O te podía mantener en la ignorancia como un cornudo feliz, y tarde o temprano sería del todo suya igualmente. Fuera lo que fuera, él ganaba. Pero no lo soporto más, y no sé cómo salir de esta situación. Tengo miedo de él, así que aguantaba sin decir nada. Pero no te mereces nada de todo esto y por eso te lo cuento, no quiero que te humillen así. Quiero que me dejes para poder ser su puta sin hacerte daño-

Y me volví a correr. Cuando salió el primer chorro, rodeó amorosamente mi capullo con sus labios y succionó todo lo que salía, hasta que terminé de correrme.

-Déjame antes de que todo vaya a peor, busca a alguien que te merezca, no a una puta que se la chupa hasta al cartero. Que por cierto, no veas qué tranca tiene para ser blanco-

Yo había liberado mucha tensión, estaba más calmado y conocía toda la historia. Tenía las ideas claras.

-Te perdono-

-No quiero que me perdones, no te rebajes así. No puedes perdonarme. Soy una puta y nada más. Te mereces algo mejor-

-Escucha, coño. Tienes razón, no eres más que una puta, y no vas a volver a ser la de antes nunca más. Sería una mentira, y ahora esta es la que eres. Eres una cerda y siempre lo serás. Y aunque una parte de mí me dice que esto está muerto, te quiero y para qué mentirte… me pone cómo eres ahora. Quiero perdonarte. Te perdono, pero con tres condiciones. Una, ya no serás suya, sino mía. Ya que te gusta ser una putita sumisa, serás mi putita sumisa, para siempre. No te pido que seas mi esclava, eres simplemente mi esposa, y yo tu amante esposo, que te tratará como a una reina. Y como a una puta. Sexualmente serás mi sumisa obediente y harás lo que yo te diga, cuando te lo diga. Dos, a partir de ahora sabré todo lo que ocurra, nada de engaños nunca más. Se trata de recuperar la confianza, pero es que además no lo vas a necesitar, porque no te van a faltar pollas. Aún quedan muchas fantasías que podemos realizar, y podemos hablar de la relación abierta que me propusiste aquella vez. Y tres, me voy a follar a quien me dé la gana, hasta que estemos igualados. Empezando por la vecina. Quizás hasta podamos hacernos un trío con ella…me gustaría ver como jugáis con mi leche…pero me estoy desviando del tema. Si te parece demasiado, hemos terminado. Tú decides. Tómate el tiempo que quieras para pensar-

Ella se quedó con los ojos abiertos como platos, con mi polla en la mano. A los pocos segundos, se dibujó una sonrisa en su cara y me contestó:

-Pervertido. ¿Sabes? Pensaba que eras el debilucho de siempre, y sólo tenía en mente a Javi. Lo que me atrajo de él no era su personalidad, sino su rabo y que me trataba a su antojo. Era fuerte, y me hacía sentir protegida. Pero tú también lo eres, y eso me atrae aún más, porque eres el hombre de mi vida. No todos tienen agallas para hacer lo que has hecho. Soy tuya-

-¿Entonces, me juras que serás sólo mía? Confío en tu palabra, y nadie te obliga, así que no me mientas. Puedes empezar otra vez con otro, o irte con Javi, pero no me mientas-

Las lágrimas se le caían de los ojos mientras me escuchaba. Pero sonreía.

-No te merezco. Me has dado otra oportunidad, después de todo lo que he hecho. Eres más hombre de lo que pensaba y como te dije en nuestra boda, te amo. Aún te amo, a pesar de todo. Pero Javi me enseñó que soy una sumisa de corazón. No acepto ser tu puta por tus condiciones, sino porque me aceptas como soy. Soy tu sumisa. Tu perra. Mi corazón y mi cuerpo son tuyos. Te amo, así que cuida de mi corazón, pero haz lo que desees con mi cuerpo. Soy tu sumisa por siempre, mi amor-

La besé y abracé, mientras no paraba de pedirme perdón, y yo a ella por haberla desatendido. Yo le dije que ya estaba todo arreglado, que parase de llorar. Y sonrió al fin.

Laura: -¿Y qué hacemos con Javier y mis compañeros?-

Yo: -Vamos a romper tu dependencia de él. Y lo haremos a la vez que le devolvemos el favor-

Laura: -¿No podemos pasar página sin más?-

Yo: -¡Si vas a disfrutar de lo lindo, amorcito! Vamos a vengarnos. Tú escucha, y luego dime qué te parece-

Y discutimos un buen plan de acción.