De esposa a amante
Aùn separada de mi marido, sigo tenièndo sexo con èl, pero ahora estoy en la categorìa de amante, y me complace serlo.
DE ESPOSA A AMANTE
La separación de mi matrimonio, fue a raíz de las discusiones que llegaban a veces a los golpes, porque mi marido supo por mí misma, de mi infidelidad, cuando le confesé que fantaseaba coger con mi vecino Ivan, Se excitó y me lo me permitió luego, pero se molestó cuando supo que no era la primera vez, que gozaba mi cuerpo y mis deseos sexuales.
Aunque él no sabe de su cuñado Oscar, ni de su hermano, creé que solo mi vecino que ya falleció en una riña, fue el único amante. Se da cuenta que mi separación es en serio, y que ya no me importa que se entere que tengo otros amantes, pero sigo ocultando mi relación íntima con su hermano menor que me busca todavía y mis encamadas con Oscar, el esposo de su hermana. Ahora me pide que vuelva, y me busca para tener sexo, confieso que ahora lo hacemos más abiertos y sin tapujos, le pido que me coja como a una puta, y eso, le gusta.
Como empezaba a tener la costumbre de ir a la casa sin avisarme, le advertí que si continuaba así, no me tendría otra vez, así que cuando quiere verme, me llama y si puedo y tengo ganas, nos vemos.
Hace poco me invitó a donde yo quisiera ir, en esos días deseaba estar en un cine como una ocasión estuve con un amante, le dije que me llevara a un cine para adultos, nos trasladamos a Saltillo, Coahuila, una ciudad cercana a la nuestra, pero en otro estado, dónde nadie nos conoce. Llegamos a un hotel y buscamos un cine para adultos. Entramos y como muchos de ellos, todos eran hombres, yo la única mujer. Ya sentados sin perder un hombre se sentó a mi lado, habiendo tantos lugares vacíos. Mi aún marido, me abrazaba y yo lo masturbaba, como me inclinaba un poco, el desconocido podía tocar mis nalgas, mi pareja lo notó, iba a reclamar pero se lo impedí, le dije al oído que para eso quería estar en ese lugar, aceptó de buena gana bajándose los pantalones y liberar su verga. Me agaché más para mamar a gusto mientras el hombre sobaba mis nalgas con sus dos manos, bajó mi tanga y metía sus dedos en mi raja encharcada de excitación, otro se puso detrás de nosotros, sacó su verga y se la mamé, la cara de mi marido estaba cerca del tolete extraño, veía claramente mi gusto por mamar esa verga. Luego llegaron otros dos, se empezaron a juntar más, y en eso mi marido me detuvo y me quitó de ahí.
Fuimos a la dulcería, quería irse pero me negué. Volvimos a entrar a la función, esta vez nos fuimos por una orilla hasta llegar a una esquina muy oscura, lo que menos veíamos era la película, fajábamos de pié, sacaba mis tetas de la blusa y levantaba la mini falda que llevé para la ocasión. Traía una tanga verde limón, que en la oscuridad se hacía notar, y no tardaron en arrimarse otra vez los desconocidos. Me agaché para mamar su verga, mis nalgas quedaban expuestas para el que se atreviera a tocar, y no faltó quien se animara. Mi marido les advirtió que nada de propasarse, solo tocar, en eso yo subí para decirle al oído que permitiera que me cogieran si traían condón, se los aclaró, regresé a mi trabajo oral, un hombre enorme y gordo se colocó detrás de mí, me tomó de la cabeza y puso su verga en mi boca, apenas mi marido iba a protestar pero lo detuvo en seco, pensé que si no se la mamaba nos meteríamos en problemas, tranquilicé a mi esposo y mamé la verga del gordo, era como él, muy gorda, y se me antojó de más, le di una mamada regia hasta que se vino, me tomó de la cabeza y tuve que tragarme su leche, era tanta que me ahogaba, apenas dejó de eyacular, me levantó con fuerza, me empinó y me la metió en mi concha tan violento que casi me tumbaba. Nadie más se acercaba porque los quitaba, el hombre me estaba violando delante de los extraños y de mi esposo, pero estaba disfrutándolo. Tomaba mi pelo y lo estiraba hacia él, como aún traía la tanga puesta, y su verga entrando por un lado, la arrancó de mí, el tirón de la prenda me provocó dolor, y dejó una marca en mi muslo, la arrojó y algunos intentaron atraparla, no supe quien la pescó, yo estaba siendo ricamente violada, por un hombre que toma lo que quiere y sin pedir permiso. Mi marido seguía ahí, se masturbaba mientras veía a su mujer siendo cogida de esa manera. De los que presenciaban el acto, unos se masturbaban, y alcancé a mirar a dos que se besaban cachondamente entre ellos. Mi violador me agachó para que le mamara la verga a otro que se vino de inmediato, mi marido se puso a un lado, el que me cogía le tomó la mano y la puso entre mis nalgas, para que tocara lo que entraba en la panocha de su mujer. No sabía que acariciaba más, mis nalgas o la verga gorda. Mi marido quitó su mano y se puso delante de mí, le mamé algo incomoda por la fuerza en que me cogían. El que me cogía tenía el control, porque lo quitó para acercar a un jovencito, de unos 18 años, que sacó un fierro delicioso, apenas mamaba cuando mi cogedor dejó de moverse, pero aún no se venía, la sacó y colocó su verga en mi ano, sabía que me gustaría, tenía los huevos del joven en mi boca y su verga en mi cara cuando la verga gorda abrió camino en mi recto, me ardía mucho, pero me encantaba sentir un buen trozo de carne entre mis nalgas, pero eso fue su perdición apenas unas arremetidas y dejó escapar su leche en mis intestinos, el semen hizo que su verga entrara con mayor facilidad, cuando dejó de venirse su respiración denotaba su cansancio, se recargó en mi espalda dando las últimas cogidas, yo seguía mamando al joven, y de repente el otro sacó su verga de mí, y me empujó, casi caía al suelo pero unos me sostuvieron, mi violador se fue de inmediato sin dar siquiera las gracias. Ya casi en el suelo aproveché para seguir mamando la verga del muchacho que se vino como manguera de bombero, el sabor y la cantidad de su semen me enloqueció y tragué con gusto. De repente unas tres vergas eyaculaban en mi cara, otro me levantó, puso su verga en mis nalgas y se masturbó en ellas, me llenó el trasero de leche, de repente mi marido me tomó del brazo y me sacó de ahí. Salimos rápido y nos perdimos entre las calles mientras chorreaba semen que salía de mi culo.
Ya en el hotel, nos bañamos mi marido y yo, y en la cama disfrutamos de una buena cogida hablando de lo sucedido calentándonos como dos pervertidos;
--¡MARLEN, NO CABE DUDA QUE SIGUES DE PUTA MAMITA!.
--¡TE GUSTA QUE SEA ASÍ PAPI!.
--¡SI MAMI, ME ENCANTA, SIEMPRE QUISE VERTE COGER CON OTRO!.Entonces se me ocurrió una idea.
--¿NO IMPORTA QIEN SEA EL QUE ME COJA?.
--¡A ESTAS ALTURAS YA NO, LOS DEMÁS AUNQUE NO LO DIGAN, SABEN QUE NOS SEPARAMOS POR TU COMPORTAMIENTO, Y LO DE IVAN, CREO QUE TAMBIÉN LO SABEN!.
--¿Y PORQUE CREÉS QUE LO SEPAN?.
--NO TE HAGAS MARLEN, EL BEBÉ ES DE ÉL.
--¡SI PAPI, ES DE ÉL!.Dije sin remordimientos. PERO TU ¿QUÉ PIENSAS, AUN ASÍ TE GUSTO?.
--¡VUELVE CONMIGO MARLEN, NO ME IMPORTA SI TIENES OTROS AMANTES, ME EXCITA VERTE CON OTROS, O QUE ME CUENTES COMO LO HACES CON OTROS!.
MI vagina aprisionaba su verga, pero necesitaba algo en el culo.
--¡CÓGEME POR EL CULO PAPI, LO NECESITO, NO ME COGIERON LO SUFICIENTE, POR AHÍ MI REY, HAZLO!.
--¡MAMITA, ESTE CULO ES MÍO, LO COMPARTO SI QUIERES!.
--¿CON QUIÉN SEA?.Insistí.
--¡TU MANDAS MARLEN, MI HERMANO SI QUIERES, PERO REGRESA A CASA, TE QUIERO CONMIGO!.
--¿DE VERDAD, HASTA CON TU HERMANO?.
--SI, PERO SI LLEGAS A TENER ALGO CON ÉL, QUE CREA QUE NO SÉ NADA. Entonces recordé momentos con Alberto su hermano menor, y me descaré por completo.
--¡SI PAPI, QUE ME COJA TU HERMANO AMOR, DEJA QUE ME COJA ÉL Y VUELVO CONTIGO!.
--¡PINCHE PUTA, SI ASÍ QUIERES, CON TAL DE TENERTE A MI LADO MAMITA!.Mis nalgas apretaban lo que podían su verga para hacerlo explotar, acaricié mi clítoris para venirme con él, cuando sentí la leche de mi marido en el culo, mis dedos aceleraron la masturbación y me vine apretando mis nalgas como loca. Así me quedé, él detrás de mí y su verga descansando en mi recto, dormimos como cansados y satisfechos.
Regresamos a la ciudad, en el camino detallamos como iba a regresar a casa, la sorpresa que se llevarían muchos, entre ellos su hermanito y mi suegrita, ya que ella si sabe de mi relación con Oscar, su yerno. Pero me arriesgaba, pues estaría con mis hijos, y mi marido permitiría mis deslices, con tal de que esté a su lado, y estoy segura que le contaré y me aceptará todavía, cuando le diga la verdad sobre Oscar su cuñado y Alberto su hermano menor, pues tendrá lo que siempre quiso, una mujer cachonda y puta, yo tendré seguridad y mucho más sexo sin tener que cuidarme, al contrario, quién me cuidará la espalda será mi marido cornudo feliz.
No he regresado con mi familia, aún lo pienso, pero es seguro que vuelva con mi esposo, pero en otra casa, donde no sepan tanto de mí.
MARLEN YADO URBINA