De dama a puta 9ª parte

En manos de Lynn

DE DAMA A PUTA

9ª PARTE

Cuando salí del baño, me tomo del brazo y me hizo poner de rodillas delante de él. Con mi cola apoyada en mis talones y los ojos mirando hacia abajo o cerrados. Se notaba en su cara la satisfacción que su esclava se haya tomado a golpes con otra por él, pero decía estar enojado con mi comportamiento

ALCIDES: a partir de ahora esta es tu posición ante mi, y caminaras en cuatro patas por toda la casa y siempre desnuda.

Cuando pregunte o diga algo, contestaras con “si Alcides” “no Alcides” sin emitir comentario sino te lo pido. Obedecerás sin peros. Es hora que asumas que eres una esclava. En la calle y todos lados caminaras un paso detrás de mí. Luego seguiré con tu doma.

URSULA: si Alcides.

ALCIDES: sabes que tu comportamiento merece un castigo y encima retrasa nuestro regreso varios días por lo negocios que debo cerrar, antes de volver. Vístete y vamos, ya sabes sin sostén y ahora también sin tanga. Debes comprender que una esclava no puede llevar ropa interior y menos de seda.

URSULA: si Alcides.

Termine de vestirme y salimos a la calle. Paro el primer taxi que vino y subimos, indicándole al chofer, en mandarin, nuestro destino.

A los pocos minutos llegamos a un gran gimnasio, donde habia mucha gente practicando diversas disciplinas. Fuimos a los fondos del lugar y hablo con un chino quien le entrego una llave.

Abrió la puerta me empujo dentro de ella. Me quería morir era una sala de tormentos, aparentemente bien completa. Me desnude rápidamente y me tire de rodillas ante él

ALCIDES: (riéndose) veo que aprendes rápido, ahora lo harás más rápido.

Bajo del techo unas gruesas cuerdas que ato a mis muñecas, dejando que mi mano tomara las cuerdas.  Luego apretó un botón y empezó a izarme hasta que las puntas de mis dedos tocaban el piso. Quede colgando pues si apoyaba los dedos de mis pies, además de no resistir el peso, era doloroso. Por lo que atada de las muñecas y asida con mis manos a las cuerdas, quede suspendida del techo.

El tomo una vara mas o menos60 cm. hacia restallarla al aire, cerca de mi cuerpo sintiendo el sonido al rasgar el aire, además de asustarme.

Camino a mí alrededor y con la punta tocaba diversas partes de mi cuerpo. Cuando menos lo esperaba la vara golpeo mi muslo derecho, haciendo escapar de mi boca AH!

El inmutable descargo el segundo en mi muslo izquierdo haciendo pegar gritos ahogados. Luego de ahí en mas no paro.

Que un muslo, que el otro, mis piernas detrás de las rodillas, mis tobillos y brazos. Me dolía todo. Me bajo y me puso en horizontal atada igual que antes, mis piernas abiertas ofreciendo mis agujeros. Me elevo y quede suspendida en el aire a unos70 cm. del suelo. Tomo un látigo, creo le dicen de nueve colas, y lo hacia zumbar en el aire. Después por detrás de mí lo estrello contra mi concha, haciéndome estallar en llantos.

URSULA: ay

ALCIDES: no te quejes

Y golpeo de nuevo mi sexo y luego mis tetas.

Dejo el látigo, y tomo mi cara con su mano acariciándome y de golpe una fuerte cachetada. Así varias veces. Sentía mi cara enrojecida. Me bajo y doblo mis piernas hacia mi culo, siempre atada y mis brazos los tiro hacia atrás. Mi cuerpo quedo curvado. Casi mis manos tocaban mis piernas.

Quede con la cabeza en alto y mis tetas parecían colgar de un pedazo de cuerpo. Me siguió dando cachetadas con su pesada mano. No podía más no habia un lugar que no me doliera. Tiro de mis pezones hacia abajo, que parecía que me quería ordeñar.

Puso un consolador con control remoto en mi concha y lo acciono en primera velocidad, luego segunda y por ultimo en tercera. De pronto lo apagaba y volvía empezar de nuevo y así varias veces. Cuando veía que estaba a punto de orgasmo lo paraba. Yo estaba desesperada de concha mojada y dolores en todo el cuerpo.

Sin ninguna delicadez soltó la cuerda que me tenía suspendida y mi cuerpo dio de lleno en el suelo con un grito de dolor mío.

No podía moverme, menos levantarme. El mirándome dijo

ALCIDES: sígueme

Arrastrándome como un gusano trate de seguirlo y apenas me movía unos cm. Como pude intente nuevamente, arrastrando mis tetas por el suelo, moviéndome en zig-zag, pero realmente no podía.

Por fin me saco todas las cuerda, pero estaba entumecida y no podía pararme. Él me puso de pie. Yo aproveche un espejo que habia y mire mi cuerpo de atrás y estaba todo marcado enrojecido.

ALCIDES: ven acá

Pese a mis dolores, fui en 4 patas hasta donde estaba él.

ALCIDES: tengo una sorpresa para ti, abre esa caja

Abrí la caja y habia un collar de perra con un chapita con mi nombre “Ursula” y el nombre del dueño “Alcides.”

Me quede anonadada, saque el collar de la caja y traía también un correa para pasear perros, extendió su mano y le entregue las dos cosas. El pasó el collar por mi cuello y lo cerró. Luego abrocho la correa al mismo. Tomo la punta de la correa y me paseo por la habitación.

ALCIDES: te imaginas cuando regresemos y visitemos a tus padres con ese collar de perra.

URSULA: no Alcides, por favor no hagas eso, seria terrible para ellos.

ALCIDES: cállate, no puedes opinar y menos de vos. Otra cosa, en un par de horas viene Lynn y quiero  reconciliarlas, espero estés a la altura de las circunstancia y le pidas perdón por lo del otro día.

URSULA: yo no empecé y lo sabes bien Alcides. No me hagas humillar delante ella

ALCIDES: lo que yo crea y diga no interesa. Si importa que hoy le pidas perdón, no disculpas a Lynn.

Eso equivalía que yo no interesaba, y debía pedirle perdón de rodillas a Lynn, que se mofaría seguramente de mí.

Eso para mi era humillante. Pedirle perdón a una mujer que peleo conmigo, se acostó conmigo.

Mirando arrogante entro Lynn a la habitación y se saludo con Alcides

ALCIDES: oye Lynn me alegra verte de nuevo. Acá ursula quería decirte algo sobre la pelea.

Se dio vuelta y me miro como quien mira a un insecto que quiere pisar. Esperaba llena de vanidad, mis palabras, que creo las sabia de antemano. Acariciando mi cabeza como quien acaricia un perro.

LYNN: y bien, que quería decirse, ursulinita ( con el diminutivo de mi nombre parecía querer humillarme mas de lo que estaba e indicar que yo para ella no era nadie.)

URSULA: Lynn, ( tremendamente molesta) quería pedirte perdón por las cosas que hice los otros días.

LYNN: aja, sigue

URSULA: ( que más quería, no se conformaba con eso) decirte que comporte como una bestia y agredirte de palabra y en los hechos. Quiero sepas perdóname, te lo agradecería mucho.

LYNN: bien, me conforma tu disculpa, pero igualmente hay cosas de mujeres que debemos hacerlas en privado.

URSULA: si Lynn

ALCIDES: bien, todo arreglado entonces?

Yo no emití palabra.

LYNN: medianamente arreglado, luego en privado terminare de arreglarlo

El temor invadió mi cuerpo, mas habiendo visto una misteriosa y gran maleta que habia traído.

ALCIDES: bien, yo me voy a arreglar  algunos asuntos pendientes. ( Dirigiéndose a mí) no quiero ninguna queja de Lynn por tu comportamiento. (Y a Lynn) toda tuya Lynn.

Salio y quedamos solas estudiándonos. Ella como hacerme daño y yo queriendo saber que me haría esa sádica mujer. Tomo el teléfono y hablo que recepción que le trajeran las cosas. Un sudor frío en mi cuerpo me indicaba que no la iba a par bien.

De rodillas en el centro de la habitación, escuche llamar a la puerta, imaginando traerían el pedido. Quise irme hacia otros lado para no vieran así, desnuda y de rodillas, pero ella lo impidió.

LYNN: quieta ahí y levanta la cabeza ahora.

Abrió la puerta, ante el asombro de los dos que train una camilla. La hizo dejar a mi lado y miraban mi cuerpo desnudo y mi cara elevada. Me sentí terriblemente mal. Una vez que se retiraron, tomo de mi correa y me hizo acostar en la camilla, asegurando mis brazos y piernas abiertas con esposas. Abrió la valija y saco una mordaza de bola que sin miramientos la coloco en mi boca.

No podía yo, ver que más contenía esa extraña valija. Saco un estuche que llevaba dentro docenas de agujas larga de múltiples colores. Se puso guantes de látex y tomo una aguja con la que atravesó mi pezón derecho. Luego otra en el izquierdo. Después fue llenando de aguja mis tetas. Me dolía no solo el pinchazo, sino también el tenerlas. Trate de quedar inmóvil. Luego puso tres en mi concha y una atravesando los labios de mi boca, previo sacarme la mordaza. Luego pinto de diversos colores mi cuerpo. Una vez que considero terminada su obra, saco mis esposas t me hizo bajar, en medio de dolores, de la camilla. Me puso en un rincón de la habitación a50 cmde la pared, cosa no pudiera apoyarme en ella. Parada, bien erguida me hizo quedar así, vigilándome a cada momento. La posición me molestaba y las agujas me dolían terriblemente.

LYNN: ahora si puedo perdonarte.

En ese momento entro Alcides y al verme se quedo pasmado. (Yo creí iba a protestarle)

ALCIDES: Lynn, es una obra de arte

LYNN: gracias Alcides, que decorar un poco a tu esclava.

ALCIDES: magníficamente. Bueno vayamos a dormir. Mañana debo firmar importantes acuerdos.

LYNN: perfecto, mis felicitaciones

Tomándome de un brazo me hizo sentar en el centro de la sala con las piernas cruzadas hacia delante y mis manos esposadas atrás. Iba a pasar la noche así. Ellos se ubicaron en la amplia cama y estuvieron riendo, mas Lynn, por lo contaba Alcides en vos baja. Hicieron el amor, delante de mí y luego se durmieron. Yo debía mantenerme despierta, porque si me dormía y caía el dolor seria peor del que tenía