De cumpleaños y retos
De como los regalos de cumpleaños entre amigos se convierten en retos sexuales que involucran un strepper y una amiga.
Hola a todos, la historia que les voy a contar me ocurrió hace apenas unos meses. En el lugar donde trabajo labora también una amiga, a quien conozco desde hace varios años y me he cogido varias veces. Minerva es morena, mide aproximadamente 1.70, tiene unas tetas no muy grandes, pero sí bastante firmes, sus piernas son torneadas, mantiene un abdomen plano, pero su trasero, además de grande y paradito, es un verdadero agasajo para el tacto, la lengua y el pene. Yo soy moreño apiñonado, complexión media, mido 1.75, cabello corto, etc.
Como celebramos nuestros cumpleaños con pocos días de diferencia, unas semanas antes me dijo que entrara al chat para definir los detalles de la fiesta. Al poco tiempo nos dimos cuenta que no sabíamos que regalar al otro. Grande fue mí sorpresa cuando que me ofreció contratarme una puta si yo le regalaba una cita con un stripper.
La oferta me pareció atractiva y acepte. Ella me dio las características de su regalo de inmediato. Cuando yo hice la descripción de una chica, ella me interrumpió varias veces, al final me describió a una mujer rubia, de nuestra estatura y de formas redondas que es amiga de ella. Al darme cuenta, le dije que como una gastaría ella tendría que quedarse a supervisar el desempeño de su amiga.
Al poco rato me hizo describirle con lujo de detalles la forma en que me cogería a su amiga, me preguntó como tenía y la verga, le conteste que estaba rígida como tubo y mojando de la punta, a lo que añadió que ella también estaba mojando y me ofreció un trato. Sí accedía a ir a su casa ese mismo día, cogermela y eyacular después de su orgasmo, ella se quedaba a ver como me cogía a su amiga Raquel.
Naturalmente acepté el reto, cuando llegue a su casa me estaba esperando recién bañada, con un vestido amplio y sin ropa interior. Me ofreció una copa de vino, mientras lo tomaba, se agacho, bajó mi bragueta y se metió el pene en la boca. Una vez desnudos fuimos a su recamara, la puse en cuatro, le abrí las nalgas y le mamé el culo, primero despacio, después con más intensidad y por último le di masaje con los dedos. Tomé el lubricante y le deje caer un chorro directamente sobre el centro del ano, como estaba frío se cerro un poco más, pero no me importó. Lentamente le di masaje, primero alrededor, después en el centro y finalmente le metí la punta del dedo.
Para ese entonces, ya había aceptado que la penetrará por atrás. Así que luego le metí dos dedos y por último el palo, primero la mitad hasta que estuviera cómoda y de ahí hasta los testículos. Cómo era la primera vez que tenía sexo anal, no alcance a terminar en ella. Me quitó el condón y en me dio tremenda mamada desde los testículos hasta la punta del pene, estuve a punto de terminar en su boca, como no quería perder la apuesta me hice a un lado.
Se monto en mí para mamarme las tetillas y le pregunte si no le gustaría comerse unos pezones de verdad, a lo que asintió moviendo la cabeza. De inmediato la puse sobre la cama para montarla y a los pocos minutos alcanzó el orgasmo.
Al afinar la apuesta, me dijo que participaría en el trío con su amiga si yo observaba cómo se la cogía el stripper el próximo viernes.
Llegado el día de los regalos me apersone en su casa a la hora indicada, a los pocos minutos llegó el obsequio de Minerva con las especificaciones requeridas por ella. Terminado el baile pasamos a la recámara, ellos a la cama y yo a un sillón puesto en la pared opuesta. En uno de los cambios de posición ella quedó en cuatro, con la vagina ensartada desde atrás y mirándome de frente, así que me pidió que me bajara los pantalones y calzoncillos, tomó en sus manos mi pene y me dio tremenda mamada, creo que a ratos hasta me mordió. Mientras terminaba de desnudarme Minerva se acostó sobre su regalo y me ofreció su culito para volver a llenarlo de palo. La lubrique, le di masaje otra vez y saco al regalo para permitirme penetrarla primero, ya ensartada por ambos lados comenzó a moverse rápidamente hasta alcanzar el orgasmo junto con el stripper. Yo preferí aguantarme esperar para mi regalo.
Descansamos un rato, nos bañamos y llamó a Raquel, quien llegó una hora después enfundada en un vestido que le llegaba arriba de la rodilla. Le ofrecimos de beber y alguna botana mientras jugábamos dominó, el que tuviera más fichas debería entregar una prenda, al cabo de un rato, los tres estábamos semi desnudos. Raquel tiene un cuerpo bastante estilizado, su trasero no es tan llamativo como el de Minerva, pero la tanga que traía puesta lo hacia lucir muy apetecible.
Minerva dijo que la entrega del regalo se estaba alargando innecesariamente, así que se puso de pie nos levanto de la mesa y nos llevó hasta su cuarto. Nos puso en la cama y se fue al mismo sillón del otro extremo de la habitación. Pocos minutos después de comenzar a tener sexo con Raquel, Minerva comenzó a acariciarse la vagina con movimientos suaves. En cuanto la vi le tendí la mano invitándola a la cama, jalo el vestido desde los hombros y calló al piso. Minerva se sentó sobre mi cara para chupar su vagina, mientras su amiga hacia lo propio con mi pene. Ambas se alejaban tratando de no tocarse, pero el esfuerzo fue inútil cuando me reincorpore, Raquel tomó la pierna de Minerva para ayudarla. Ese gestó hizo volar mi imaginación con la fantasía de todo hombre, ver a dos hembras tocarse entre sí.
Así que dirigí la cabeza de Minerva hacia mi pene para que lo tragará, mientras tanto me acerque a Raquel para besarla y chupar sus pezones, para estar cómoda Minerva decidió sentarse en la cama, lo que aproveché para tomar sus manos y pasearlas por entre la cintura y la cadera de Raquel, quien al principio de incomodó un poco, pero poco a poco se fue relajando, hasta abrir las piernas para que Minerva pudiera pasear su lengua sobre su clítoris.
Aproveche el momento para alejarme un poco y se exploraran solas, cuando hacían un 69 de tetas, di la vuelta a la cama para hacer sexo oral a Raquel, desde el culo hasta la vagina, sus jugos tenían en verdad un sabor agradable. Cuando mi lengua quedó exhausta, me incorpore y enfile por la vagina desde atrás de un solo golpe, al aumentar la excitación de la situación, Raquel y Minerva fueron subiendo lentamente con su boca hasta la vagina de la otra, hasta que Raquel llegó al orgasmo, terminé yo y Minerva seguía chupando.
Una vez tirados en la cama los tres, Minerva se quejó de que sólo nos divertimos Raquel y yo. Era momento utilizar el único recurso disponible, las manos para masturbarla, así que usando abundante lubricante le metí un dedo de la mano izquierda en el ano y dos de la derecha en la vagina y Minerva me ayudaba besándole los senos, al poco rato también tuvo su orgasmo, no muy largo, pero sí intenso.
Ahora estamos en espera del siguiente cumpleaños, aunque podríamos intercambiar regalos la siguiente navidad.