De corneador a cornudo 8
Siento el retraso, continuamos con nuestras aventuras
Esa noche, después de cenar, nos fuimos de nuevo a Mojacar, de marcha. Ella lo hizo con un top de licra blanco ceñidísimo, marcando pezones como una guarra, y debajo, un pantalón corto, realmente era un pantalón vaquero viejo que había recortado ella misma. Pero la prenda la recorto de tal manera que una mujer normal únicamente lo usaría para andar por casa. A los bolsillos delanteros les corto la tela interior, dejando solo la abertura para meter las manos, y a los traseros, les dejo solo el parche exterior, cortando la tela de su interior, de manera que si metías la mano en ellos, le tocabas el culo directamente. Las costuras laterales, los abrió casi hasta la cadera, de manera que quedaba muy suelto, y le quedaban abiertos los bolsillos, apreciándose la piel. Pero lo mejor de todo era la zona de la entrepierna, por la zona central, había dejado la costura, y unos dos centímetros por cada lado. Cuando se sentó en el coche para marcharnos, vi como se le veía el coño perfectamente.
¿Te gusta como me queda?
Es alucinante, me parece que esta noche toca exhibición.
Bueno, eso solo de entrada, ya llevo varios días follando solo contigo, me apetece probar otra poya, hoy solo vas a mirar, bueno, aunque si te portas bien igual dejo que me limpies el coño con tu lengüita. Recuerda que te dije que nada de preservativos. Me van a follar a pelo, se correrán dentro de mi coño y tu tendrás que saborear la leche de otro después.
No dije nada, el hecho de verla follar con otros me excitaba, pero eso de comerme la corrida de otro tío, seguían sin hacerme ninguna gracia, pero ella lo había decidido así, de manera que no podía hacer otra cosa que aceptar.
Para no alargar demasiado esta jornada, os diré que estuvimos comiendo en una terraza, donde mi novia fue el postre para todos los comensales. Durante todo el tiempo, estuvo sentada de manera que le pudiesen ver bien el coño, aparte del hecho de que el top, blanco y ceñido, transparentaba una barbaridad sus pezones, lo que de entrada ya atraía infinidad de miradas.
Después, nos fuimos a un local con pista de baile, donde nos tomamos varias copas antes de que ella se pusiese a bailar sola, ya que me dijo expresamente que me quedase en la barra disfrutando, que ella se dedicaría a buscar un macho para esa noche.
Y desde luego no fue uno, al poco rato, estaba bailando con dos chicos, de unos veinte años o así, aunque más que bailar, se daban el lote en la pista, ellos no dejaban de meterle mano mientras bailaban.
Y mientras, yo en la barra, como un cabrón, viéndola ligarse a esos dos tíos. Lo mejor de todo era poder escuchar los comentarios de la gente, la palabra más suave que escuche fue guarra. Incluso escuche algunas frases de gente que la había visto conmigo cenando y que comentaban que antes estaba con otro. También me percate que alguna gente, cuando cuchicheaba y señalaba a mi novia, después volvían la mirada hacia mi.
Yo mantenía el tipo como podía a pesar de estar siendo humillado, y procuraba no desviar la mirada de la gente, incluso un tipejo, se sonrió y pude leer en sus labios mientras me miraba directamente la palabra “cabron”.
Os pensareis que esta situación era desagradable, pero al contrario, yo estaba cachondo perdido y deseando ver a mi novia follando con los dos chicos. Y no tardaría mucho en verlo, ya que al poco rato, los tres se acercaron a donde yo estaba, y Rosario me presentó a sus dos amigos, que se quedaron un poco cortados cuando dijo que yo era su novio, pero Rosario dijo algo que aclaro un poco la situación.
Anda, cabroncete, estamos secos después del lote que nos hemos dado en la pista, pide una copa para mi y mis amigos. Y lo hizo poniendo especial énfasis en “cabroncete” y “mis amigos”. Creo que, como dice el refrán, a buen entendedor pocas palabras bastan, y los dos tipos, enseguida entendieron de que iba la cosa.
Ni que decir tiene que pedí la ronda, y nos fuimos a sentar a una mesa para estar más cómodos, ya que en la barra no cabiamos los cuatro. Cuando encontramos una, el asiento era una especie de sofá semicircular, y Rosario se sentó entre sus dos nuevos amigos, dejándome a mí en un extremo. Al principio, lo típico, charlando de donde éramos, y tal, pero al poco, mi novia, cachonda, y con ganas de marcha, se dio un morreo con uno de los chicos sin cortarse para nada. Tan descarada fue con el morreo, que el otro chico me peguntó si de verdad éramos novios, y cuando respondí que si, solo subió las cejas, y añadió, pues menudo putón es tu novia.
Y Rosario, que lo escucho, dejó de meterle la lengua hasta la campanilla al chaval, y añadió: Pues si, y lo mejor es que a él le gusta que sea así. Bueno, ¿cuál de los dos va a ser el primero en venirse al servicio conmigo? Tengo ganas de comerme una buena poya.
Los dos se quedaron con la boca abierta, y fue ella la que decidió, escogió al que estaba morreando, lo cogió de la mano, y se dirigieron al servicio. El otro, el que había hablado conmigo, se quedó mirando con cara de pasmado alternativamente a mí sentado a su lado, y a mi novia alejándose con su amigo para comerle la poya.
Joder, desde luego, esto no me lo esperaba. Cuándo vuelvan me toca a mí, ¿no?
Por supuesto, ya lo ha dicho ella, tu amigo va a ser el primero, luego vas tú.
Menudo cabron estas hecho. ¿De verdad no te importa que tu novia se lo monte así con otros?
No, me pone cachondo, y de todas maneras, lo iba a hacer me importase o no.
Pues vete preparando, porque esta noche nos la vamos a follar los dos.
Por mi perfecto.
La aparición de mi novia y el chico interrumpió la charla, él se sentó en su sitio, y Rosario a mi lado, y se abrazó a mí dándome un morreo. La muy puta no se había tragado la corrida, tenia la boca llena del semen del chico, y me lo paso a la mía. Me dio un poco de asco al principio, pero que carajo, abrí mi boca y disfrute jugando con la lengua de mi novia y toda la lechada de aquel tío.
Cuando se separó de mí, no pude evitar que un hilillo de semen cayera por la comisura de mis labios, y Rosario, en voz alta, me dijo: Anda cochino, límpiate que tienes los labios llenos de semen.
Los chicos alucinaban mirándonos, pero Rosario no les dio tiempo de decir nada, cogió al otro y se marcho a los servicios con él.
Menuda novia tienes, colega, no veas como me la ha mamado en los servicios de los tíos, y encima no ha querido cerrar la puerta del reservado, se ha sentado en la taza y me ha comido el rabo mientras los demás miraban. Y ahora encima vuelve a ir con mi amigo. ¿De verdad no te importa que sea así de puta y que te ponga los cuernos delante de todos?
Si me importase no vendría así vestida, ¿no crees?
Desde luego, vaya pinta trae, lleva el coño al aire. En cuanto vuelvan nos vamos a la playa, tengo ganas de metérsela y follarmela a gusto.
No tardo demasiado en volver con el otro chico, y de nuevo repitió lo de antes, me beso y me paso la corrida del chaval, y esta vez, la saboree desde el principio, reconozco que no me desagrado nada hacerlo.
Cuando termino se sentó de nuevo entre los dos, y casi de inmediato, se pusieron a meterle mano, algo realmente fácil, ya que, con solo abrir un poco las piernas tenían acceso a su coño sin el menor impedimento, pero no estuvieron mucho así, el primer chico al que se la mamó, dijo de ir a la playa a follar, a lo que respondió mi novia que perfecto pero que seria mas cómodo en su habitación de hotel.
Los dos chavales respondieron que no tenían hotel, que venían de camping, pero que se lo habían encontrado lleno, y habían pensado quedarse a dormir en la playa, y al día siguiente probar suerte de nuevo.
Rosario me miro y se acerco a mí, diciéndome al oído: ¿Te parece que los llevemos a nuestro camping? Así podrían acampar cerca de nosotros y el tiempo que estén allí tengo la diversión asegurada.
¿Qué podía responder? Pues que sí. Y nos marchamos a nuestro coche, y en él fuimos al suyo. Pensé que se montaría detrás con ellos, pero lo hizo a mi lado. Cuando llegamos, Rosario se bajo, y se fue con ellos a su coche, sentándose detrás con uno de ellos. La muy puta, antes de que pudiera arrancar, se bajo, se acercó a mi ventanilla, y me dijo que condujera despacio, y que a medio camino, parara para que los chicos pudieran intercambiar el sitio y los dos le metieran mano, y se quito el top y la ropa, marchándose de nuevo al otro coche desnuda.
Durante el camino, me baje el pantalón que llevaba, y estuve todo el tiempo masturbándome, sin dejar de pensar en mi novia desnuda en el otro coche dándose el lote, y a medio camino, pare en el arcen y vi por el retrovisor como los chicos cambiaban de lugar.
Cuando llegamos, la verja estaba abierta, solo teníamos que abrir, entrar y cerrar de nuevo y dirigirnos a nuestra tienda. Tras aparcar, vi como Rosario salía desnuda y les dijo a los chicos que acampasen, pero no demasiado cerca de nosotros, que lo hicieran un poco alejados, y mientras ellos montaban la tienda, se acercó a mí.
¿Qué tal?
Genial, los dos me han follado, mira, tócame.
Y llevo mi mano a su coño, lo tenia chorreando, y no de sus flujos precisamente.
Saca el colchón aquí fuera y cómeme el coño, quiero que lo dejes limpito.
Lo hice, saque el colchón, me termine de desnudar, y me tumbe entre sus piernas para comerle el coño.
Los chicos, no tardaron demasiado en montar la tienda, y se acercaron a nosotros.
Mira tío, menuda comida de coño le esta haciendo a la puta de su novia, este tío es un come leches.
Sigue, sigue, no pares comete todo el semen que le hemos dejado en el coño, que luego le daremos mas a tu puta novia para que te lo comas otra vez.
Cuando estaba aplicado en la limpieza del coño de mi novia, me dijo al oído que la follase, que quería que se la metiese antes de volver a follar con los otros dos, y eso hice. Sentía su coño caliente como un horno, y lubricado a mas no poder entre las dos corridas de los chavales, sus flujos y mi saliva. Cuando me corrí, me dijo que lo limpiase, y de nuevo me aplique a comer semen, esta vez el mío, mientras los dos chavales nos miraban y nos jaleaban.
Al terminar, mi novia se levanto, y les dijo a los dos que ya era hora de marcharse a su tienda. Ellos respondieron que era pequeña y los cuatro no íbamos a caber.
¿Cuatro? ¿Quién ha hablado de cuatro? Somos tres, vosotros dos y la puta, el cabron se queda aquí machacándosela. Mejor aun, que se la machaque ahora delante de nosotros. Cariño, hazte una paja que veamos mis amigos y yo como eres un cabron pajillero.
Creo que fue la mejor paja de mi vida hasta ese día. No me dio vergüenza ninguna machacármela delante de los dos tíos que no paraban de meterle mano a mi novia. Hasta que me corrí, y Rosario me tiró un beso y se marcho a la tienda de los chavales, dejándome solo y con la poya y mi mano chorreando semen.
Entonces hice algo que nunca había hecho antes, me lleve la mano a la boca, y saboree mi propio semen. Y me gustó hacerlo. Creo que fue una especie de humillación personal eso de comerme mi propia corrida.
Durante un buen rato estuve allí fuera escuchando los gritos de mi novia mientras los dos chicos se la follaban, hasta que decidí acostarme, aunque tarde bastante en dormirme, no podía dejar de pensar en la clase de cornudo en que me había convertido.