De como viole a mi hijo nalgon
Una reunion de amigasm una madre caliente, vacaciones, mi hijo nalgon, la receta que me hizo perder la cabeza.
Esta historia bueno podría considerarse una violación, no lo sé creo que fue algo que estaba deseando desde hace tiempo y que al final sucedió, cuando una mujer tiene necesidades no puede huir de ellas. Ocurrió hace unas semanas, eran vacaciones de verano, soy de México, tengo un marido que al igual que yo se dedica a la docencia en una universidad. Ambos tenemos un hijo de 14 años, esta por terminar la secundaria y como regalo, mi esposo y yo, decidimos ir de vacaciones a la ciudad de Guanajuato, una ciudad con un aire bohemio. Antes de ir, decidí tomar un café con mis amigas en la casa de una de ellas, una profesora divorciada y que tenía entre sus hijos, uno que se decía era de un alumno. Yo no creía esos rumores y la seguía frecuentando, en esa reunión, bebimos demasiado, ya con los ánimos arriba empezamos a hablar de nuestros alumnos por ejemplo.
Yo me cogí a uno la semana pasada, le dije que la única forma de pasar la materia se discutiría en mi oficina, era Abraham, él alto, por dios tiene un paquete tan ummm, cuando entró estaba tan nervioso, es su primer año así que está muy temeroso en todo, le pregunte, ¿quieres pasar?, asintió, bueno entonces quítate la camisa, se me quedo viendo, se sonrojó, pero se la quito, tenia unos abdominales, de dios mío, pero lo hizo. Bueno le dije, si quieres pasar, cógeme aquí en el escritorio, me acerque le desabroche el cinturón y le baje los pantalones, estaba como aturdido. Entonces le baje la truza, sentí que su pene me golpeaba en el rostro, pero lo lleve hacia mi boca, con mis labios y mi lengua lo fui liberando lentamente. Mientras con mis manos le agarraba el culo y le daba nalgadas, luego le ordene que se sentara en el escritorio, lo hizo. Y después lentamente me baje las bragas, y lo monte y mientras iba acomodando su pene en mi vagina, él finalmente comenzó a darse cuenta de que también podía gozar, y tomando por las caderas me tomó y me hundió en su arma, yo ya entonces gritaba sin importarme que me escucharan, y lo cabalgué. Fue asombroso y después cuando se vino en mi, y el semen escurría por mis piernas, cubriéndolo también a él, me tomo de las manos, me colocó de espaldas contra el escritorio y me lo metió, por el culo de un solo golpe, yo no paraba de gemir y decirle, métemelo más duro papasito, métemelo, rompeme los ovarios. Y bueno lo pasé.
Todas terminamos muy excitadas después de su narración, yo conocía al chico y sabia que era cierto que tenia un cuerpo envidiable.
- Sabes en ocasiones no puedo evitar verles el paquete a mis alumnos-. Dijo mi amiga laura, una de las maestras más viejas de nuestro grupo de amigas.
- Ay Laurita, algunos tienen unos tan buenos-. Dijo mi amiga dulce, la que nos había puesto caliente a todas.
- La verdad a mi lo que me atrae de algunos son sus brazos, ummm sobre todo de los que hacen ejercicio, a veces sin que se vea tan obvio se los toco o acaricio-. Lucia lo decía sobándose su entrepierna, el vino se estaba acabando y todas estábamos como en trance.
- ¿Y tu Susana?-. me miraba Dulce, con sus ojos llenos de malicia y una copa de vino en sus labios, estaba tan atractiva que por un momento la imagine dentro de mi entrepierna.
- Bueno yo…
- No seas mojigata-. Grito Laura quien ya tenía sus manos debajo de una manta que cubría sus partes.
- Bueno la verdad es que a mi me encanta mirarles el culo.
- Te gustan los nalgones-. Rió Lucía, ya soltando gemiditos alternados de sonrojos en sus mejillas.
- Me encantan-. Dije ya sin inhibiciones-. Hay un chico que se llama Carlos y está tan buenote.
- Lo conozco, y a su mami también-. Algo en el tono en que lo dijo, me dejo con muy curiosa.
- Usa pantalones algo ajustados y cuando sale o entra del salón, no puedo evitar desviar mi mirada, la otra vez, ya no pude contenerme y le acaricie el culo, fue breve y no lo vio más que como un accidente.
- No creo que le importe que una mujer madura le toque el culo-. Dulce estaba desatada, se acercó a su cocina y descorcho otra botella, reía y se alborotaba el cabello.
- Te lo has tirado-.le dije mirándola, estaba sudando recordaba el culo de carlitos en mis manos, umm una sensación invadió mi cuerpo, un calor que hacia que mi vagina se mojara.
- No querida yo no-. Nos sirvió una copa a cada una y luego mientras servía, comenzó a sonreírse.
- Cuéntanos-. Le rogué.
- Bueno….-. contesto.
Hace unos meses, como recordaran me cambie de gimnasio, al gimnasio donde fui, ya frecuentado por carlos y su madre, yo no soy como tu querida susi, yo prefiero los buenos paquetes, pero el culo de carlos es especial, así que como siempre mientras me ejercitaba no perdía la oportunidad de darme un buen taco de ojo, y entonces mire que carlos hacia ejercicio en una posición privilegiada, me quede mirándolo un buen rato mientras me ponía algo caliente y entonces observe que no era la única mujer madura mirándolo con lujuria, había otra que no le quitaba la mirada de encima y él parecía mirarla también, casi seduciéndola, era… su madre.
Ella también esta muy buena, así que durante unos días más estuve inmersa en su juego, ella haciendo ejercicio con ropa ligera y él ejercitándose frente a ella, dándole un buen espectáculo con ese culo que trabajaba con ahínco, finalmente una tarde, ella se acercó y le pidió ayuda para entrenar con un aparato, él al ayudo y mientras lo hacia ambos se rozaban. Al terminar él se dirigió a las duchas, no pude aguantarme los seguí y mientras me acercaba me di cuenta de lo que veria y asé fue, en la única ducha ocupada, con la puerta abierta, como para ser vistos, ella y su hijo cogiendo, yo veía su espalda y las manos de su madre, tomando su culo con fuerza mientras él arremetía contra ella, sus gritos por dios. Fue un espectáculo tan delicioso.
- Su propia madre-. Dije tan mojada con el relato, todas las demás ya habían terminado de usar sus manos.
- Asi es, así que tu ya no te contengas tócaselo, para eso lo trabaja-. Todas reimos.
- Eres tremenda dulce.
- Bueno amiga pero que me dices de tu hijo kike, dios mio que culo se carga-. La mención a mi hijo me dejo helada.
- Es cierto susi-. Dijo lucy-. esta creciendo mucho y ese culo, dios mio.
- Ansió vero pronto en el gym-. Agrego dulce, estaba un poco desorientada pero aún así no pude contenerme.
- Desde hace unos años ya no le doy nalgadas, antes le daba una cada vez que se portaba mal, pero últimamente casi desde que yo a la adolescencia, me daba cuenta que le pedía a dios que se portara mal, gozaba tanto tocar su culo.
- A todas las madres nos pasa, a veces nuestro amor también se vuelve sexual-. Agregó Laura.
- Ya es todo un hombre, de seguro ya también estaría mal, podría no sé ¿gustarle?
- Pero es mi hijo y…
- Tenerlo cerca debe ser un verdadero reto.
- Sí lo es a veces me imagino…
- ¿Qué?
- Dándole unas buenas nalgadas a ese culo desnudo, mientras…
- ¿Qué?-. seguía preguntándome pero yo no quería contestar.
- Mientras me rompe el culo y me llena la vagina.
- Eres una perversa-. Agregó Laura mientras se tocaba lentamente.
- Me dijo que quería ir al gimnasio estas vacaciones.
- Aprovéchalo ahora-. Me dijo dulce-. Empezara a crecer y lo perderás, digo aprovéchalo como hijo no vayas a creer otra cosa-. Todas reímos y allí terminó todo.
Cuando llegamos al hotel en la ciudad de Guanajuato, mi esposo estaba muy cansado, pero aún así nos acompaño a mí y a kike a recorrer la ciudad, era de tarde comimos en un restaurante y bebimos unas copas mi esposo y yo y ante la insistencia de kike él también bebió una copa de vino blanco. Pero ni puedo negarles que durante todo ese tiempo, no deje de ver a kike, mientras recorríamos las calles y él se adelantaba, su culo, que se acentuaba más por una camisa blanca ceñida que llevaba, se veía espectacular, y luego en el restaurante se sentó junto a mí y su paquete acaparo mi atención, queriendo reventar su ajustado pantalón, me lo imaginaba en las tuzas blancas que le había comprado y no podía evitar sentir un hormigueo en mi entrepierna.
Mi esposo estaba exhausto, kike y yo aún no pero ante la insistencia de mi marido, subimos a nuestras habitaciones, kike se quedo en la de al lado, en la recepción sin embargo antes de subir a mi cuarto, pedí a la recepcionista una llave extra de a habitación de mi hijo, me la entregaron sin muchos tramites y mientras subíamos la escalera, mi esposo y mi hijo adelante mío, no pude evitar deleitarme con mis propias fantasías.
Mi esposo se durmió pronto, yo me quede mirando un rato el televisor y de pronto descubrí una película porno, estaba tan absorta en ella que no pude evitar calentarme, la apagué cuando sentí que mi marido se movía en su lugar y me acomode para dormir, no pude hacerlo, una fiebre me invadía el cuerpo, sin poder contenerme me levanté encendí la luz y comprobé que él dormía profundamente. Y salí de la abitación, al salir al pasillo ya era inevitable lo que ocurriría.
Entré a su habitación, y sin encender la luz me monté sobre él, desertó y me miró con terror, mami que haces me dijo, calla mi amor le dije. Y le arranque la musculosa que usaba para dormir mientras lo besaba en los labios, eran suaves y carnosos, tanto tiempo quise tocarlos, él ya no se resistió, al contrario en mi entrepierna sentí el calor de la excitación.
Le baje el pantalón de dormir y la truza blanca brilló tal como la había imaginado, mi panti estaba tan húmeda que cuando me coloque contra su pene ya liberado puder sentir la tela entrar un poco dentro de mí llena de su fluido. Guié sus manos hacia e comienzo de mi panty y lentamente sentí como me la bajaba y al sentir su pene tocar a piel de mi vagina, me volví loca.
Lo cabalgué como si fuera uno de los toros eléctricos de la feria, su pene entraba y salía frenéticamente, el sonido que hacia era enloquecedor y él gemía mientras yo gritaba dando saltos sobre él, luego antes de que lograra venirse dentro mío me aparte, le dije ahora métemela tu , él se levantó y ágil como no lo hubiera creído de él, me tomo por las caderas acomodo su mástil y me la metió de un golpe mientras yo me agarraba de su culo empujándolo dentro, esa piel, la piel suave de su duro culo, me hizo llegar al orgasmo justo cuando su leche invadía mi vagina. El seguía rugiendo y dándome duro, yo entonces le di una nalgada y él grito de dolor, fue fuerte como tanto había deseado hacerlo desde muchos años.
Te has portado mal kike, y seguía metiéndomela, has sido tu mami la que te has portado mal, soy tu mami y me has cogido, otra nalgada y su sonido invadió la habitación, se derrumbó encima de mí, mientras me lamia las tetas y yo seguía dándole nalgadas y pellizcándolo. Ya no eres mi mami, eres mi violadora.
No mi vida, tu eres mi puta, eres la puta de mami kike. Y el sonido de la última nalgada anunció su nueva erección.