De como un gran amor quiso acusarme de violacion
Lo hice con ella, y ella no dijo nada.
Breve relato, de como un gran amor quiso acusarme de violacion
Llevaba tiempo enamorado de Felicia. Solo eramos conocidos, de años atras. Morena, delgada, sin mucho pecho. Una chica que a la minima engordaba, y se afanaba en procurarse algun tipo de ejercicio y vida sana, despues de muchos años dada a la bebida y las drogas. A Felicia se la follaron a los 13 años por primera vez. El afortunado fue un tipo bastante mas mayor que ella. Para Felicia, joder a tan pronta edad fue una puerta fantastica a un nuevo mundo maravilloso, y para asegurar su constancia en ese placer, aun siendo tan niña, tomo la decision de vivir con este individuo para ser follada todas las noches. La union entre ambos, duro hasta que ella ya hubo entrado en los 20 años; entonces cortaron. Felicia no acepto a nadie mas en su vida, los 6 y 7 años posteriores, a excepcion de algun amante muy ocasional.
Nos caiamos bien. Ella sabia que queria follarmela; yo mismo se lo habia pedido descaradamente en varias ocasiones. Me seguia el juego sin dejarme comer. Felicia algunas veces me daba muestras de su cariño, mientras otras tantas me ignoraba friamente. Lo que Felicia no queria creer, era mi progresivo enamoramiento y mi obsesion por ella: simplemente no se lo creia. Cuando aumentaron mis peticiones, ella se enfado, acusandome de perdido y pesado. Vivimos un enfado de varios años, durante los cuales apenas nos vimos.
Felicia se volvio a apuntar a clases de ballet, aun por lo mayor que era. Su profesora, que compartio clases con ella de niña, la incito a ello. Felicia no habia perdido el tono, y recuperando el tipo entro en las clases.
Andaba yo, junto con mi amigo Sebas por el barrio de Felicia, cuando de repente nos encontramos con ella. Con Sebas como escudo, Felicia aun odiandome, bajo la guardia y se confio, invitandonos a su piso, para enseñarnoslo. En el piso de Felicia, ella se quito el pareo para andar mas comoda; entonces viendo su malla de danza amarilla, me encendi: fije mi vista en su entrepierna, en cuyos pliegues intuia su chochito. Como la malla era corta, y andabamos entre una primavera muy calurosa, Felicia no llevaba medias ni nada parecido, sus piernas estaban debidamente depiladas para el caso, muslos al aire incluidos. Felicia iba y venia con bebidas.
En esto que nos disponiamos a charlar, cuando llaman al movil de Sebas.
-¿Donde estás? Ah. Bien. Vale, salgo enseguida. Tengo que darle las llaves a mi hermano.
Sebas salio por la puerta. Felicia aparecio.
-¿Te vas? -Si. Mi hermano no tiene llaves. Hasta luego.
Se dieron dos besos, y la partida de Sebas dejo el ambiente enrarecido, en silencio. Felicia, sin decidirse a cambiarse de ropa, se mostro timida y esquiva conmigo; bastante asustada por la situacion. Yo por mi parte, reconozco que pense en lo oportuno de la circunstancia: estabamos solos por primera vez y queria follar con ella; con lo que, debia hacer algo, por muy ridiculo o inutil que resultara. Aun fracasando, nunca me perdonaria el haber desaprovechado una ocasion tan unica.
Bien, pues hice lo siguiente, aun por lo temerario. Con el corazon a cien, delante de Felicia, con ella sentada frente a mi en una silla, bebiendose una cola, saque un condon.
-Mira.
Abri el condon, lo saque de su envoltura, ante una mirada suya de incredulidad.
-Voy a hacerte una proposicion. Puedes darte por aludida o no. Voy a ponerme el condon, ¿vale?
Me baje la bragueta, me saque la polla dura, y me puse el condon. Felicia miraba con los ojos bien abiertos, y segun me masturbaba para mantener la dureza, ella se levanto y se marcho por el pasillo.
Mantuve mi polla dura hasta que Felicia volvio. Felicia, en vista de que no me habia marchado, y mantenia mi polla dura, hizo un gesto de orgullo y se fue a la cocina. Con la polla fuera entre en la cocina.
-Puedes decir que no cuando quieras. Voy a acercarme y a meterte la polla, ¿vale?
Felicia me miro, pero no dijo nada, se puso a secar los vasos usados. Me acerque, intente darla la vuelta y ella no quiso, asi que me puse detras de ella y me pegue a su culito. Para meterla la polla, tan solo tuve que apartarla un poco la malla por la parte del coño. Mi polla entro en Felicia con suavidad. Felicia se estremecio. Jodimos, y nunca he sabido si se corrio. Apartarla la malla entre las piernas, abrirla el culito y penetrar en su coño, es lo mas bonito que he hecho en mi vida.
Al acabar, Felicia no dijo nada. Acababa de joder con una chavala excepcional, a la que amaba profundamente. Felicia supo, en el momento en que Sebas abandono el piso, que buscaria su coño. Y aun con mi polla dentro de su vagina la dije que la queria con locura. Y otra vez, ella no dijo nada. Para mi no era un polvo mas, era una necesidad, un sueño a llevar a cabo, que sin embargo solo pude completar a medias por culpa de su frialdad para conmigo. Su cuerpo estaba caliente, su culito sonrosado; sus nalgas, su ano al abrila el culo, su rajita, y su vagina tibia y humeda: todo era perfecto, incluidos los pequeños jadeos que aun por su reticiencia dejo escapar muy oportunamente. Me corri con uno de esos jadeos, aun por la caña que la estaba dando, a toda velocidad. La amaba, y ella nunca me creyo.
Al sacar mi polla de su vagina, Felicia me nego la mirada, muy seria. No sabia si estaba o no enfadada. Parecia sorprendida. En la penetracion, habia notado por su parte un sobresalto, un respingo de todo su cuerpo empezando por la vagina; y su cara ladeada desde atras, me parecio por un momento tan sorprendida como resignada. ¿Sorpendida? ¿Resignada? No habia forma de saberlo. Felicia no me tuvo en cuenta en ningun momento. Era a Sebas a quien habia invitado a su piso, por compañerismo, no a mi; yo ya no existia para ella, ni antes, ni entonces.
-Vamos a la cama... -No -. Dijo ella.
Me fui, con el corazon destrozado. No me arrepentia, ni sentia verguenza. Me la habia follado una vez, eso era todo; un recuerdo bonito, pero tan escaso.
Al dia siguiente, me arme de fuerza, con esperanza. Llame a Felicia para medio disculparme, y para preguntarla como se sentia y que debiamos hacer al respecto. Su respuesta fue clara.
-Te he denunciado cabron. Me has violado. No te acerques a mi en tu puta vida.
Ese dia, mi concepto de amor cambio radicalmente, y nunca mas he vuelto a enamorarme. Tengo que decir, que Felicia no llevo a cabo su amenaza. No comprendo hasta que punto pudo sentirse forzada. Amigos comunes, cuentan la historia desde un punto de vista neutro, dandome a entender que, en la version de Felicia, ella no lloro en ningun momento, ni armo ningun escandalo. Lo consideran una follada desafortunada, y el no denunciarme, una muestra de piedad por parte de Felicia. Pero yo la oi jadear, agarro mis brazos con fuerza, mantuvo su vagina bien abierta. He supuesto, que es tan natural para Felicia el meterse una polla... Ella tiene tanta experiencia... Que apenas la preocupa un incidente como ese. Algun amigo se la ha follado borracha, y no ha pasado nada, aun por lo grave que esto resulta. Lo que considero que quiza si le impactara fuera yo, alguien que por algun motivo la intimidaba; y creo saber que era, porque simple y llanamente me habia enamorado: la queria. Por algun motivo muchas mujeres han de estar ebrias en algun sentido para aceptar parte de sus deseos, ya sea esa ebriedad un encoñamiento ciego de amor, algo que sin embargo nunca ocurriria por parte de su razon. Felicia razonaba conmigo; nunca se permitio dejarse llevar. Y ante la posibilidad de un acto sexual con alguien a quien podia haber amado, escogio la razon ¨nunca podria disfrutar con el, me ha violado¨. Pero ella sabe que esto no es asi.
Llevo varios años, masturbandome con su imagen; fantaseando un remake con final feliz de aquella circunstancia. Me bajo la bragueta, me pongo el condon, ella se levanta, se acerca hacia mi, se separa la malla entre las piernas dejando su coñito al aire, se mete mi polla y se deja caer abierta a mi. La veo sonreir. Nos besamos. Jadea. Me aprieta. Nos corremos. Jodemos en su cama desnudos. Y despues, ¿quien sabe?