De cómo pervertí a los hijos de mi mejor amiga

Soy una milf de 45 años, con un cuerpo bien cuidado, por razones de divorcio paré viviendo en la casa de mi mejor amiga, como siempre le tuve envidia, decidí que mi mejor venganza era pervertir a sus hijos y lo logré con creces, aunque en ello mi maldita soledad y mi alma negra, me hicieron pagar...

DE CÒMO PERVERTÍ A LOS HIJOS DE MI MEJOR AMIGA.

Soy Adela, una milf de 45 años, muy deseada por los hombres y muy buena amiga de Celia, mi mejor amiga. Yo vivía en Canadá con mi esposo, pero lo encontré cogiendo con uno de sus amigos y lógicamente nos divorciamos, mi problema es que desde que me casé, vendí todas mis propiedades para iniciar mi nueva vida en ese país del norte, ahora debo regresar a mi país y no tengo casa a dónde volver, pero Celia, quien está viuda, me ofreció su casa y aquí vivo desde hace un par de meses.

Los hijos de Celia son adolescentes, Jorgito es un nerd con anteojos, acné, feíto y para colmo: virgen. Paty, su hermana, también usa anteojos, es flaca como una tabla, nada agraciada, pelo rebelde y espantoso y tan virgen como su hermano; para que vayan haciéndose una idea de cómo pervertí a esos monstruitos, debo de decirles que Jorgito tiene un amigo, Efraín, que es un cabrón en todo el sentido de la palabra y Juanita que es la chica que se encarga de los oficios domésticos, es más o menos de la misma edad que los alienígenas.

No sé si alguien se habrá preguntado ¿Qué necesidad tendría yo de pervertir a esos descerebrados, si ni siquiera los conocía? La razón es muy simple: ENVIDIA, sí, así como se lee, no me da pena confesarlo. Con Celia empezamos la secundaria juntas y la muy maldita siempre era la más popular entre los chicos, la más estudiosa, la abanderada y para colmo de males, yo le presenté a un novio que me cambió por ella y se casaron, al principio la odié, pero luego cambié de estrategia, fuimos mejores amigas, hasta fui su madrina de bodas, pero siempre me dije que tenía que vengarme y por eso ahora vivo con su “adorada” familia. Es importante contarle que cada quien tiene su habitación, pero el baño lo compartimos con Paty, las dos tenemos acceso desde nuestra habitación al baño.

Todo empezó un domingo en que Celia se llevó a Jorgito a misa, yo creí que Paty también se había ido con ellos, pero dijo que estaba enferma, por eso entré desnuda al baño y para mi sorpresa, Paty se estaba bañando, pero además de enjabonarse, se estaba masturbando, trató de taparse, yo me reí porque tenía dos limoncitos por chiches y su rajita parecía de niña, pero cambié mi reacción de burla por un tono amistoso:

-Tranquila, Paty, masturbarse es la cosa más natural del mundo, máxime a tu edad.

-Perdón, Adela, pensé que habías salido a correr.

-Justamente de correr vengo (Paty miraba con curiosidad mi cuerpo desnudo).

-No le vayas a decir nada a mi mamá, con lo cuadrada que es, te juro que me mata.

-No seas exagerada y ya deja de taparte, las dos somos mujeres y no debe haber pudores entre nosotras.

-Es que me da vergüenza, tú tienes un cuerpazo y yo soy toda plana.

-Eso no tiene nada que ver, cuando desarrolles te van a salir muchas curvas, ¿te masturbas muy seguido?

-Ay, Adela, me da pena hablar esas cosas contigo.

-Entonces con quien las quieres hablar, ¿con tu mamá?

  • ¡No!, pero…

-Pero nada, a ver enséñame como lo estabas haciendo.

  • ¿Cómo crees que te voy a enseñar cómo me masturbo?... además, me pones nerviosa viéndote desnuda.

  • Bien, si no me quieres enseñar, te voy a mostrar cómo lo hago yo, ¿quieres?

-No sé, eres la mejor amiga de mi mamá, creo que eso no estaría bien.

-Dime una cosa ¿eres virgen?

-Sí.

  • ¿Y te gustaría dejar de serlo?... vamos, no te quedes callada… si te masturbas es que ya deseas sentir algo en medio de tus piernas… no seas tímida… a mí me gustaría que fuéramos amigas… te juro que guardaré bien tu secreto, nunca se lo diré a tu mamá… dime ¿te gustaría dejar de ser virgen?

-… sí.

-Ok. Yo te voy a ayudar.

Por la manera como me miraba y por la babita que se notaba en su cuquita, sabía que podría haber hecho lo que fuera con ella, masturbarla, besarla e incluso mamarla o que ella me chupara. En cambio, con Jorgito, todo empezó un martes por la tarde, estaba con Efraín haciendo la tarea en la sala, cuando apareció Juanita a limpiar el piano, la cabrona de Celia la obligaba a usar uniforme, así que cada vez que se agachaba, Efraín intentaba mirarle las nalgas, Jorgito lo codeaba llamándole la atención… ya sabía quién iba a desvirgar a Paty… y en ese momento supe que Juanita sería la encargada de cogerse por primera vez a Jorgito.

Yo me acerqué haciéndome la desentendida, le di un beso a Jorgito y otro a Efraín, pero ese pendejito siempre me ponía incómoda:

-Efra, ¿tú tienes novia?

-No señora, ¿por qué me lo pregunta?

-Porque cada vez que me ves siento como si me desnudaras con la mirada, ya, búscate una novia, que yo podría ser tu madre.

-Pero no lo es…mi mamacita podría ser.

  • ¡Efra, respeta a Adela, por favor!

  • Eso es mi amor, defienda a la mejor amiga de su madre.

  • Si no es falta de respeto, señora, es que usted está re buena, lo que pasa es que Jorge es medio joto…

-Nada de eso, Jorgito es como mi hijo.

-Pues será un hijo incestuoso porque la otra vez me dijo…

  • ¡Cállate Efra!... no le hagas caso Adela…

-Bueno, que no te de pena, Jorgito, eso de que eres como mi hijo, es un decir…

-Qué bueno que se lo aclaró señora, porque usted le gusta mucho.

-¡Efra! (Y se levantó indignado y muerto de la vergüenza)

-De verdad ¿les gusto?

-Sí, señora, mucho.

-Dime, ¿tú eres virgen?

-Pues sí, aunque ya he hecho cositas con mi prima, pero ella no quiere que la penetre.

-Y ¿te gustaría penetrar a una mujer?

  • ¿A usted?

-Brincos dieras, baboso… no a mí… a una virgen.

-Sería como un sueño hecho realidad.

-Ya veré como cumplo tu fantasía, ahora ve con Jorgito y trata de hacer las paces.

Ya me disponía a retirarme cuando Juanita me dijo que sin querer había oído toda la conversación y que le daba miedo el niño Efra, porque a ella también la desnudaba con la mirada, le dije que no se preocupara que así son todos los hombres, pero ella me dijo que el niño Jorgito no, que él nunca la miraba de esa forma, le dije que tal parecía que ella quisiera que la viera como Efra, sonrió y se sonrojó:

  • ¿A ti te gusta Jorgito?

-No sé, es diferente a los hombres de mi pueblo.

  • ¿Y cómo son los hombres de tu pueblo?

-Son todos unos borrachos y abusivos, sin que yo les de motivos, siempre andan viendo cómo me tocan las nalgas.

  • ¿Y tú qué haces? ¿No tienes a alguien que te defienda?

  • Sí tengo un titipuchal de hermanos, pero ellos lo hacen cuando yo estoy sola.

-Dime una cosa, Juanita ¿eres virgen?

-Ay, seño, solo de las orejas, porque a todas las niñas de los nueve en adelante nos quitan el virgo.

Ya tenía la suficiente información para poner a coger a Efra con la Paty y a Jorgito con Juanita, pero ¿cómo lograrlo? Esa es la cuestión. Al principio pensé en emborracharlos, calentarlos y armar una orgía, pero la educación victoriana que Celia les había dado, estaba por encima de que cometieran cualquier locura, menos sexual, la cosa no iba a ser fácil, pero justamente eso me daba más morbo para someter a este par de adefesios. Lo primero que hice fue vestir más sexy, claro, mientras Celia regresaba de su trabajo… una tarde que estaba tocando el piano, se acercaron Jorgito, Efra y la Paty, yo notaba como a los chicos se les iban los ojos viéndome las tetas, ya que intencionalmente ese día no me puse brassier y se me miraban los pezones paraditos a través de la blusa; me encantaba ver las erecciones de los chicos.

Al terminar mi concierto, Efra se despidió y Paty se fue a su cuarto, Jorgito regresó a su tarea, le dije que si quería yo podía ayudarlo, me dijo que sí, yo aproveché para acercarme mucho, casi le restregaba las tetas en su espanto rostro, al pobre se le notaba cada vez la verga más parada, le pregunté si esa erección era por mi culpa, se puso tan nervioso que empezó a tartamudear, entonces él se tapó con un  cojín y me dijo que no era eso, que tenía su celular entre la bolsa, yo, divertida, llamé a Juanita y le pregunté si eso que se le notaba a Jorgito era un celular o era una erección:

-Ay, seño, lo que el joven tiene es la paloma bien parada.

  • ¡Juanita! Deja de decir estupideces.

-No son estupideces, a ver Juanita, agárresela para ver si es su celular.

  • ¡Adela! ¿Cómo crees que me voy a dejar hacer eso por Juanita?

-Pues te vas dejar, quieras o no (lo inmovilicé con sus brazos atrás de la espalda) Juanita, métele la mano dentro de la bolsa del pantalón, a ver si es cierto que es su celular.

-Es mi celular, Adela, te lo juro.

-Ok. Si me estás mintiendo te voy a poner una penitencia (Juanita metió su mano dentro de la bolsa y dijo que estaba vacía) Te lo advertí Jorgito, Juanita, sácale la paloma, a ver si la tiene bien parada (Jorgito intentó protestar, pero yo le metí un tapete por la boca y se la tapé con mi mano).

  • ¡Ay! Mire, seño, usted tenía razón, tiene el pito bien parado.

  • ¿Y no se te ocurre hacer algo con esa verga, Juanita?

-Sí, seño, chuparla (Y juanita nos demostró que tenía mucha práctica mamando vergas. Jorgito trató de zafarse, pero cada vez ponía menos resistencia, hasta que vi cómo se le ponían los ojos en blanco, síntoma inequívoco de que estaba acabando en la boca de Juanita, ella la abrió y nos enseñó su lengua llena de leche, luego se la tragó y salió corriendo).

  • ¿Te gustó?

  • ¿Por qué me hiciste eso, Adela? Eso es pecado.

-No seas tonto, Jorgito, esas son tonterías que te ha metido tu mamá en la cabeza, dime si te gustó o no, porque si me dices que no, yo misma acuso a Juanita con tu mamá para que la despida, pero si me dices que sí te gustó, hasta puedo conseguir que te cojas a Juanita… vamos, dime algo…

-Pues… no quiero que la despidan…

-Entonces te la quieres coger.

-Yo no dije eso.

  • ¿Sabes que Efra hace cositas con su prima?

-Sí, ya le dije que se va a ir al infierno.

-Que infierno, ni que ocho cuartos, Efra es todo un hombrecito, en cambio tu pareces monje, ¿quieres irte a un monasterio?

-No, dice mi mamá que puedo tener sexo cuando me case.

  • ¿Tú mamá está casada?

-Bien sabes que no, mi papá murió, es viuda.

  • ¿Qué pasaría si yo te demostrara que tu mamá tiene sexo y no está casada?

-Mi mamá nunca haría eso.

-Pero si lo hiciera, ¿te cogerías a Juanita?

-No, creo que mi mamá es humana y puede cometer errores a su edad, pero yo aún estoy muy joven para pasar por lo mismo.

-Ok. Solo espero que Efra no tenga razón y me resultes jotito.

-No, Adela, me ofendes.

A pesar de la deliciosa mamada que le había dado Juanita, el muy imbécil seguía creyendo que era pecado… no sería mala idea convertir a Jorgito en toda una putita, eso no se lo perdonaría Celia… estaba concentrada en cómo lograr mis aviesos planes, cuando Paty me sacó de mis perversiones:

-Adela, por más caras que te hice, no te diste cuenta que mi hermano y Efra te estaban viendo los pezones.

  • ¿De verdad? Ay que pena.

-Míratelos, si siguen bien paraditos.

  • ¿A ti se te ponen igual?

-A veces.

-Dime, ¿Cuándo se te paran los pezoncitos?

-Ahora los tengo paraditos.

-Enséñame.

  • ¡No!, Adela, si quieres míramelos a través de la blusa.

-A ver estíratela… es cierto… ¿Y por qué los tienes paraditos? ¿Estas excitada?

-No sé… es que vi lo que le hicieron a mi hermano tú y Juanita.

  • ¿Y te gustó lo que viste?

  • ¡No! Más bien me asustó, nunca había visto semejante cosa.

-No me digas que nunca has visto porno.

-Sí, alguna vez, pero nunca había visto en vivo… eso.

  • ¿Nunca habías visto una verga?

-En vivo, no.

-Ya sé que no es normal que te excites viéndole la verga a tu hermano, pero esa mamada de Juanita, excita a cualquiera.

  • ¿Será eso?

-Claro, si hasta yo estoy mojadita.

-No te creo.

  • ¿Quieres que te enseñe?

  • ¡No!

  • Pero te lo voy a demostrar (Me metí la mano dentro del calzón y salió babosita) ¿Viste?... así la has de tener tú.

-No sé…

  • Has lo mismo que yo… (Lo hizo y al enseñarme su mano, le chupé los dedos) que rico sabor tienes.

  • ¡Que cochina! Yo nunca me los he probado.

-Pues prueba los míos (Y le metí mis dedos a la boca) ¿Te gusta mi sabor? (Abrió los ojos y salió corriendo para su cuarto)

Una noche, después de cenar, Celia se fue a su cuarto, yo sabía que tenía un amante y no es que ella me lo contara, hasta eso, era muy discreta, pero la había oído varias veces y sus pláticas eran tan calientes que a veces me masturbaba oyéndola, así que esa noche cité a Jorgito para que la oyera y cuando las cosa se pusieron bien caliente, le dije a Juanita que se aprovechara del gremlins, nos acercamos a la puerta y:

-Sí mi amor, me acabo de bañar y me estoy echando crema en las piernas (No creí tener tanta suerte, Celia había puesto el teléfono en speaker, para poder masajearse mejor las piernas).

  • ¿Y que trae puesto, mi perrita?

  • El jueguito rozado que me acabas de regalar.

  • ¿El de la tanguita que se te mete en toda la raya de tu culo?

-Ese mismo.

-Tómate una foto y mándamela.

-Con mucho gusto, mi amor. (Mientras Celia se tomaba varias fotos, le pedí a Juanita que se acercara, ella lo abrazó por atrás, Jorgito iba a protestar, pero le dije que su mamá nos podría descubrir, así que siguió escuchando mientras Juanita le acariciaba la verga por encima del pantalón)

- Que rica nalgas tienes, putita.

-Son tuyas, corazón.

-Te acabo de mandar una foto, mírala (Jorgito le agarraba la mano a Juanita como queriéndosela quitar, pero sin mucha convicción, Juanita ya le había sacado la verga y lo pajeaba como toda una putita, yo estaba casi encima de Juanita y al sentirla tan cerca le toqué las nalguitas, ella me hizo ojos, pero yo la callé a señas y aproveché para meterle un dedo en su panochita peluda).

  • Ay mi cielo, que deliciosa verga tienes, se me hace agua la boca.

-Desnúdate, zorrita y metete un dedito en la conchita y otro en tu culito.

-Ay, amor, aguantémonos, prefiero que mañana llegues a mi oficina y me cojas tan rico como siempre.

-Te prometo que llego a chingarte, pero dame gusto ahorita. (Celia se desnudó y procedió a darle gusto a su amante, mientras Celia se metía sus dedos por sus dos hoyitos, yo hice lo mismo con Juanita, como que le gustó porque paró más el culito).

-Ay, mi vida, las cosas que me haces hacer, me tienes totalmente envergada. (Juanita se zafó de mis deditos y se bajó a mamarle la verga a Jorgito, él le agarró la cabeza y le zampó la pija hasta el fondo de su garganta y mientras volvía acabar en la boca de Juanita, Celia hacía lo mismo con sus deditos, para variar, Juanita salió corriendo, Jorgito se guardaba la verga y yo huía hacia mi habitación, a mí nunca me habían gustado las mujeres, pero al ver el cuerpo voluptuoso de Celia, me había desquitado con Juanita, esa noche me masturbe como loca. Ya necesitaba verga).

Una tarde que llegó Efra a buscar a Jorgito, le dije que se estaba bañando, él se sentó en la sala a esperarlo desnudándome con la mirada, entonces le pregunté si Jorgito le había contado algo, me dijo que no, entonces yo le conté las dos mamadas que le había dado Juanita… tenía un nuevo plan… le iba a decir a Efra, que se cogiera a Juanita, a ver si Jorgito reaccionaba de alguna manera, así que preparé el terreno con Juanita, ella no quería nada con Efra, pero le dije que era una trampa para que Jorgito se la cogiera, ella estuvo de acuerdo con mi plan y me dio un piquito en señal de agradecimiento, yo me reí y le di una nalgadita.

A la tarde siguiente, mi plan se echaba a andar, Juanita se estaba bañando, le dije a Efra que, si Juanita ya le había mamado la verga a Jorgito, de repente él también podría lograrlo, así que se metió al cuarto de Juanita, yo inmediatamente llamé a Jorgito, él entró al cuarto y encontró a Juanita tapándose el cuerpo y a Efra desnudo, con la verga bien parada, vaya trozo que se cargaba Efra, estaba bien dotado el muchachito, hasta a mí se me antojó, Juanita no dejaba de ver semejante verga, Efra también se tapó por instinto:

-Pero ¿Qué les pasa niños? Efra, respeta la casa de tu amigo y tu Juanita ¿qué haces desnuda?

-Ay, seño, yo me estaba bañando cuando el joven Efra se metió a mi cuarto y me dijo que se la chupara.

  • ¡Efra! Salte del cuarto de Juanita, no vaya ser que le cuente a mi mamá y ya no te deje entrar a mi casa.

-Tampoco es para tanto, Jorgito, realmente no estaban haciendo nada.

-Porque me llamaste a tiempo, sino, quien sabe…

-Bueno, tú no has querido hacer nada con Juanita, ella ha sido la que casi te ha obligado, así que deja que ella decida… ¿Juanita, te gustaría coger con Efra?

-Ay, seño, yo le había dicho que no, pero después de verle la palomota, si me dan ganas de que me pegue una mi buena revolcada.

-Ok. Tú te lo perdiste, Jorgito, así que dejemos solos a los amantes para que disfruten de su amor.

-Si te acuestas con Efra le digo a mi mamá para que te despida.

-Pero quien te entiende, niño, agua que no has de beber, déjala correr.

  • ¡No! Además, ya no quiero ser tu amigo, ándate de mi casa y no vuelvas nunca más.

-Juanita, manos a la obra (Se le tiró encima a Jorgito y lo desnudó, después de una breve mamada, se sentó en su verga y nos dijo que nos largáramos de su cuarto, que quería coger a solas con su amante).

A partir de ese momento Jorgito no hacía otra cosa que coger con Juanita, a veces lo hacían en el cuarto de ella, otras en el de él, pero otras, era en la cocina, en la sala, en la lavandería, ya no temían que los viera, yo que siempre he sido voyerista, me masturbaba delante de ellos viéndolos coger, una vez Juanita me pidió que me uniera a ellos, no es que yo sea anticuada, aunque nunca he hecho un trío, si fuera con Efra no lo hubiera dudado, pero ese niño me daba asquito, su cara con ronchitas llenas de pus… una cosa era verlos coger y otra muy distinta que ese asquerosito me pusiera una mano encima.

Efra y Jorgito volvieron a ser amigos, es más, Jorgito le presumía que él ya era todo un hombre y Efra vivía con la verga bien parada, supe que Juanita quería hacer un trío con ellos, pero Jorgito le dejó de hablar una semana, ni modo, Juanita se tendría que quedar con las ganas de probar la palomota, de Efra. Ya resuelto mi primer escollo, ahora me tenía que dedicar a la Paty y Efra, supe que a él no le gustaba para nada ella, yo creo que esa pobre niña no le gustaba a nadie, entonces tendría que recurrir al instinto, así que le comenté a la flacucha que su hermano se estaba jodiendo a la Juanita, por supuesto no me creyó, le dije que se lo iba a demostrar, solo tenía una condición, la pobre ilusa cayó redonda, le dije que podría ver cómo cogían pero tendríamos que estar presentes Efra y yo, al principio me dijo que no, pero yo sé bien lo que el morbo puede lograr en una mujer, aunque así sea la espantosa brujita de la Paty.

Para que nada me fuera a fallar, le conté a Juanita mis planes, ella, bien putita, estuvo de acuerdo conmigo, cogería en el jardín de atrás para que nosotros pudiéramos observarlos desde la ventana del cuarto de cachivaches, así que esa tarde, Juanita preparó el escenario como si fuera un picnic, tendió una manta grande sobre la grama, preparó bebidas y bocadillos y sobre todo, un paquete de condones, así que llegada la hora, Jorgito, sin saber que iba a ser observado, se dirigió al  jardín trasero, mientras tanto yo llevé a la Paty y la puse frente a la ventana, a Efra lo cloqué detrás de la desculada niña y yo casi encima de ellos.

Como siempre, la que tomó la iniciativa fue Juanita, puso música salsa y empezó a hacerle un striptease, para ser de pueblo se movía muy bien, la cabroncita, Jorgito se encueró y se pajeaba la verga, la Paty se llevó la mano a la boca en señal de admiración, como sabía que a Efra no le gustaba la niña esquelética, le froté la verga sobre el pantalón, él se asombró y me volteó a ver, yo le hice señas de que siguiera mirando, bastaron unas cuantas metidas de mano, para que su pantalón pareciera carpa de circo; entonces Juanita que era una adicta a mamar vergas, se le prendió de la pija y él le bombeaba la boca con mucho placer, la Paty me volvió a ver y yo le susurré que se callara, que nos podían descubrir y aproveché para empujar el cuerpo de Efra al culito desnutrido de la escoba con faldas, ella al sentir la verga de Efra entre sus nalgas, dio un brinquito y yo la jalé de la cintura, haciendo que frotara todo su culito en la paloma de Efra, los dos respiraban con dificultad y yo veía el cuerpo de él como invitándolo a que se la cogiera encima de la ropa, el espantoso cuerpecito de esa calavera.

Como ni él ni ella hacían nada, aproveché que Juanita se metía la verga por el culo, entonces le saqué la pija del pantalón a Efra, le subí el vestido a la Paty, le bajé el calzón y el puse la verga en medio de las piernas, los dos idiotas se movían por instinto, ella echaba el culo para atrás y él le empujaba la verga como si fuera a cogérsela, como los dos parecían autómatas moviéndose como perros, no tuve más que jugármelas, me puse delante de la Paty, le susurré al oído, -disfrútalo-, le di vuelta y los obligué a que se besaran en la boca, luego tome sus manos y las puse en el sexo del otro, se empezaron a pajear, cuando vi que Efra iba a terminar, lo hinqué para que le mamara la papayita a su escuálida amante, ella solo abrió un poco las piernas y la boca y se entregó a su primer orgasmo oral, luego la hinqué a ella y golosamente se tragó toda la verga, mi misión estaba completa.

Con lo que no contaba era que los hermanitos espanto, iban a ser tan calientes, no sabía que Juanita le había contado a Jorgito que aquella tarde, en el jardín de atrás, ellos sabían que los estábamos viendo coger, Jorgito, luego se lo comentó a su hermana y pidió que ellos también querían verlos, por supuesto la Paty se negó, entonces Juanita me pidió que interviniera y como no, me sentía en mi salsa, les dije a Efra y a la Paty, que gracias a mí estaban cogiendo, ellos aceptaron mi intervención, entonces les dije que cómo mínimo debieran complacer a Jorgito y a Juanita, la Paty dudó pero al final aceptó, siempre y cuando yo estuviera presente porque según ella, su hermano y la Juanita eran unos degenerados.

Juanita volvió a preparar el escenario en el cuarto de Jorgito, unió tres colchones en el piso y eso parecía una cama enorme, justo para que cogieran varias momias a la vez, les dije que deberían seguir mis instrucciones, todos llegarían vestidos con sus mejores galas, porque esa tarde iba a ser inolvidable, a la hora en punto se presentaron los cuatro, la que nos sorprendió a todos fue Juanita, iba sin uniforme, con una minifalda que le hacía resaltar lo torneado de sus piernas, se sentaron alrededor de la enorme cama:

-Juanita ¿cuáles son tus expectativas?

-No entiendo ¿cómo así?

-Qué ¿qué esperas que pase esta tarde? ¿Qué te gustaría?

-Ay, seño, yo no puedo decirle que me gustaría que me hicieran porque se enoja el niño Jorgito.

-El niño Jorgito no va a decir nada porque al menos por hoy, yo pongo las reglas ¿estás de acuerdo, Jorgito?

-Sí, aunque ya sé que quiere esta piruja.

  • ¿Qué quiero, según usted?

  • Quieres encamarte al Efra.

-Pues no, no es eso.

-Entonces que quieres, Juanita.

-Quiero encamarme a los dos al mismo tiempo.

-Vaya con la niña, ¿quieres que uno te dé por la panocha y otro por el culo?

-Eso mero quiero, pero el niño Jorgito se enoja cada vez que se lo digo.

-Pero hoy no se va a enojar nadie ¿verdad, Jorgito?

-Pero solo por hoy.

-Solo por hoy… ¿y tú que expectativas tienes Efra?

-Pues ya con las de la Juanita tengo suficiente.

-Jorgito ¿y tú?

-Pues yo con verlos a ellos tengo.

  • ¿Nunca has visto coger a nadie en vivo?

-Nunca, por eso me llama mucho la atención.

  • ¿Y tú Patricia?

-Pues yo estoy aquí porque tú me lo pediste, yo ya los vi, así que ni eso es nuevo para mí.

-Pero ¿Qué piensas que Juanita se quiera coger a los dos al mismo tiempo?

-Bueno, eso sí me da curiosidad.

  • ¿Y no te dan celos?

-No, ya quedamos con Efraín que no somos nada, no nos gustamos, pero en la cama nos llevaos muy bien, así que por mí hasta te puede coger a ti.

-No niña, las reglas las pongo yo… ya veremos si me dejo coger.

-Pero no se vale, si las reglas las pones tú, ¿Qué tiene que pasar para que te veamos coger? A juanita a mí nos gustaría aprender viendo como lo haces.

-Ya veremos… para empezar quero que se besen… muy bien, que rico, ahora Juanita, besa a Efra… ¿Qué sentiste?

-Rico, me gustó porque el niño Jorgito no me puede decir que no, ¿lo puedo volver a besar?

-Claro, bésense todo lo que quieran… y a ti Efra ¿te gustó?

-Me encantó, porque Jorge me tenía prohibido que la viera, menos que la besara.

  • ¿Eres celoso, Jorgito?

-No.

-Sí es celoso, niño Jorgito, pero ya le dije que no puedo ser suya, que tengo marido en mi pueblo.

-Esa no me la sabía, Juanita ¿por qué no me habías contado nada?

-Porque usted nunca me había preguntado nada.

  • ¿Y no te sientes mal de serle infiel a tu marido?

-Ay, seño, si en mi pueblo me cogen mi padrastro y un mi tío, como mi marido siempre anda borracho, ni cuenta se da.

-Eso no me lo habías contado, Juanita, yo creí que solo te acostabas con tu marido y conmigo.

-Por eso le digo que no me joda con eso de los celos, si usted es mi noveno hombre y el niño Efra será el décimo.

Y luego de semejante confesión, empezó la acción a lo grande, como era de esperarse empezaron cogiendo cada quien con su pareja, a Jorgito y a Juanita se les iban los ojos, la Paty se movía como licuadora, Efra tenía que agarrarla de las caderas para no terminar tan pronto, cualquiera diría al verla moverse, que era una putita con mucha experiencia, esa paleta tendría mucho futuro en el sexo, lo que no tenía de carnes lo sustituía exprimiendo la verga de su amante, decía Efra que tenía unos chuchos deliciosos, que sentía que le apretaba por dentro de la cuca, como si lo estuviera pajeando con la mano.

Eso parecía una competencia porque Juanita se movía de adelante para atrás, de arriba para abajo, en círculos, se notaba que tenía mucha más experiencia que la Paty, pero por alguna extraña razón, ver el cuerpo esquelético de la Paty cogiendo, era un espectáculo casi hipnótico, ver cómo le resaltaban las costillas y sus chichitas ni siquiera se movían de tan pequeñas que eran, pero también su culito era un espectáculo aparte, se abría y se cerraba con cada embestida, no había duda, esa niña enfermiza había nacido para coger, Efra trabó los ojos y se vino como un animal en celo, al mismo tiempo que ella derramaba todos sus jugos en su verga.

Juanita pidió que ya era hora de que la encularan los dos, pero Efra le pidió un momento para recuperarse, Juanita lo vio retadora y le mamó la verga, nadie sabe cómo, pero la pija salió de su boca endurecida y lista para la batalla, le pidió a Jorgito que se acostara, ella lo montó y se tragó toda la verga por la cuca, luego le pidió a Efra que la enculara, le dijo que le diera muy fuerte, que la hiciera cagarse de gusto, Efra se agarró la pija, la colocó en el fruncido culo de Juanita y sin contemplación, se la metió toda de un solo puyón, Juanita pegó un alarido, yo le pregunté si quería que se la sacara y me dijo – si me la saca, lo mato- mientras uno le hundía una verga el otro se la sacaba, tal parecía que había hecho ese trío muchas veces.

Juanita lloraba de placer y entonces pudimos ver el lado sádico de Jorgito, la agarró de las greñas como si quisiera arrancarle el cuero cabelludo y empezó a darle de bofetadas, al principio eran suaves, pero como Juanita le pedía más, él le empezó a pegar más fuerte, al extremo que le reventó el labio. Yo intervine preocupada, pero ella me dijo que así le gustaba que la maltrataran, que la usaran, que la humillaran, ella les gritaba que le dieran más verga, ellos se movían como pistones, Jorgito le mordió una chiche y sangró, ella se convulsionó y se vino como una fiera herida, se desempaló y era todo un espectáculo verle la cuca empapada de sus fluidos y el culo rojo con unas manchitas amarillas, a ellos les brincaba la verga sin voluntad, era como si tuvieran vida propia.

La Paty les aplaudió y dijo que para que la tarde fuera completa, solo le hacía falta verme coger, yo le dije que con mucho gusto la complacía siempre y cuando aceptara mis reglas, ella dijo que las habían aceptado antes de empezar, entonces una idea perversa cruzó mi mente, le dije que me vería coger, siempre y cuando ella hiciera lo mismo que acababa de hacer Juanita, protestó diciendo que ella jamás cogería con su hermano, yo me reí y le pregunté a Jorgito que qué pensaba, el pobre no pensaba, tenía la verga tan vibrante, que haría lo que yo le dijera, le pregunté si se cogería a su hermana y me dijo –aunque me vaya al infierno-

Entonces puse a la Paty, acostada de lado, a Efra le pedí que le chupara el culo y a su hermano que le mamara la raja, ella intentó protestar, pero cuando sintió esas lenguas hurgar sus dos agujeros, enloqueció de placer y se prendió con su boca a la verga incestuosa de su hermano, mientras tanto Juanita le mamaba la pija a Efra, cuando vi que todos estaban por acabar, los desenchufé y acosté boca arriba a Jorgito, senté a la Paty en su hinchada verga y Efra la enculó hasta el fondo, ella lloraba, no sabía si era de dolor o de placer, pero no me importaba, estaba viviendo la mejor lujuria de mi vida, Juanita no se quiso quedar atrás y le metió la lengua dentro del culo a Efra, eso era un concierto de gemidos, de chillidos, de ayes… le abrí la boca a la Paty e hice que su hermanito la besara, eso los prendió y fue como si una descarga eléctrica cayera en la habitación, todos los cuerpos se tensaron, y se oyó un orgasmo colectivo como jamás en mi vida creí vivirlo.

Fue tan fuerte la explosión de eso cuerpos que de inmediato se quedaron dormidos, enchufados, desfallecidos, cualquiera diría que parecían muertos, salí de la habitación chorreando jugos, quedaron tan agotados que ya ni tiempo les quedó para pedirme que cogiera delante de ellos, ya casi eran las siete de la noche, hora en que Celia regresaba a su casa, ya no tenía nada que hacer con esa familia, solo esperaba que Celia los viera y le diera un infarto a ver a sus sacrosantos hijos en semejante incesto.., no sabía a dónde ir y ni que hacer, quizás iría en búsqueda de una buena verga para que me quitara las ganas y después… a vagar por mi maldita soledad…