De como llegue a follarme a una compañera de clase
Despues de mucho tiempo de espera hice realidad mi anhelo de follarme a una sensual amiga de la universidad.
Carmen fue mi compañera de clase en la universidad.
Durante los primeros años noté lo atractiva que era: tenia una carita sensual, unos labios carnosos y de un rojo natural que los hacían deseables a morir. Sus pechos eran de tamaño normal pero eso sí, tenía unas caderas y un culo que no pasaban desapercibidos y era relamerme de gusto cada vez que la veía caminar por los pasillos de la facultad.
A finales de la carrera entablamos una amistad mayor... obviamente yo quise enrollarme con ella pero a lo máximo que llegamos fueron unos besos exquisitos en una fiesta, pero de ahí, nada mas... en fin.
Todo lo excitante vino después de casi un año de terminar los estudios. Hablábamos a menudo por teléfono y estando fuera de las aulas me apetecía ser más directo con ella y fuese cual fuese el tema, yo la decía cuánto me excitaba al verla, le susurraba cuanto soñaba con sentir su piel, su más íntimo olor y que sabía que algún día terminaríamos enredándonos en una cama follando sin control. Ella sólo atinaba a reírse y me mandaba a callar por el teléfono, me encantaba llamarla al trabajo y excitarla delante de sus compañeros.
Finalmente en una de mis llamadas... sucedió! Me dijo que ella también me deseaba y que quería hacer el amor conmigo. No os imagináis lo duro que me puse de un segundo al siguiente y le pedí que me dijera por mi nombre que deseaba que la hiciera el amor, a lo que respondió: - "Sí Arturo, te deseo y deseo que hagamos el amor!!!" Entonces quedamos para ese mismo fin de semana. Y el sábado por la tarde nos encontramos cerca de un hotel donde reservé una habitación. No quiso que la fuese a buscar porque diría a su novio que se reuniría con unas amigas. Eso lo hacía todo más excitante!!!
Estaba maravillosa, llevaba una camiseta blanca que dejaba traslucir un sensual sujetador que albergaban esos pechos divinos y unos vaqueros que dibujaban a la perfección sus caderas de locura!
Se la notaba tímida pero estaba sonriente. Nos dieron una habitación al final de la primera planta, subimos por las escaleras y me deleitaba admirando ese culo que se meneaba cautivante y que dentro de pocos minutos tendría desnudo únicamente para mí!
Nos acomodamos en la habitación, disfrutábamos de nuestro primer rincón de intimidad poniendo una luz adecuada y una música suave. Nos trajeron las copas que pedimos y entre un brindis, palabras dulces y caricias comenzamos a besarnos desenfrenadamente, nos pusimos de pie, nuestras lenguas se entrelazaban e invadían nuestras bocas sin parar, mezclábamos nuestras salivas y nos las bebíamos a conciencia mientras nos acariciábamos absolutamente todo! Recorríamos nuestras espaldas, pechos, muslos y culos con frenesí... de tanto en tanto paseaba mis dedos por su vagina, por encima del pantalón para motivarla poco a poco.
Ya estábamos descalzos y comenzamos a quitarnos las camisas mutuamente... oh, que delicia sentir por vez primera el olor de sus pechos perfumados... seguíamos de pie y acercaba mis labios a sus pechos, los juntaba con mis manos, eran tan seductores, tersos y delicados!!! La quité el sujetador y por fin tuve delante de mí, tan cerca de mí esos pezones con los que había soñado tanto, protagonistas de mis masturbaciones. Los tenía oscuros, medianos; preciosos; y sin esperar más comencé a chuparlos, lamerlos, besarlos y adorarlos!!! De cuando en cuando levantaba mi mirada y veía esa expresión de morbosidad, placer y felicidad que me volvía loco aun más.
Mientras tanto ella seguía acariciándome, jugueteaba con mi cabello, me acariciaba la espalda y yo hacía lo mismo con su vientre y su cintura.
Me quitó los pantalones y yo lo hice después descubriendo ante mí sus caderas generosas y deliciosas, y unas piernas exquisitas; todo adornado por una bragas sensuales que se puso expresamente para hacerme delirar de excitación.
Sin esperar más nos desnudamos completamente. Mientras nos seguíamos besando, ella me bajó los calzoncillos y jugueteó un poco con mi polla. Yo me arrodillé frente a ella y suavemente fui deslizando sus bragas descubriendo su coño que para mi felicidad extrema lo tenía hermosamente recortado; podía sentir el olor de su vagina y empezaba a emborracharme con él. Siempre de rodillas la tumbé a la cama y la abrí de piernas, era sencillamente riquísimo verla abierta completamente para mí. Me deslicé como una serpiente por entre sus piernas, empecé chupándole los dedos de los pies y subí por sus piernas besándolas, lamiéndolas, apretándolas. Me deleité a mi gusto en sus muslos hasta que por fin llegué a su excitada y húmeda vagina. No podía creer lo mojada que estaba y entre cada chupada que le daba, sentía beberme su lubricación, a cada gemido de ella mi polla se endurecía más y más!
Cambiamos y decidió comerse mi polla... que momento tan esperado! Se arrodilló a la altura de mis caderas, se recogió sus alborotados cabellos y dejó libre su rostro para que yo pudiera admirar como introducía mi rojo y endurecido pene en su boca. Era un espectáculo para mí, comenzó lubricándolo con su saliva y lo primero fue chuparme la punta paseando su lengua cual niña que desea deshacer la piruleta, luego se la introducía completamente, era una diosa al hacerlo y para rematar, por momentos me miraba de reojo como diciendo: "¿No te imaginabas lo puta que podía llegar a ser eh?"
Entonces decidí chuparnos al mismo tiempo e hicimos un 69 maravilloso, mientras la lamía y chupaba su clítoris, mis manos no paraban de recorrer sus piernas, sus muslos y sus caderas y ella no paraba de chuparme y masturbarme a la vez... la excitación era plena y la dije que me gritara cuando desease que la penetrase... al cabo de unos minutos no pudo más y me gritó: -"Arturo, clávame, penétrame!!!" Yo obviamente estaba al límite después de haber esperado por tanto tiempo llegar a follármela y la puse boca arriba en la cama, abierta de piernas, llevaba una expresión morbosa que no se me borra de la mente. La penetré sin esperar más, después de todo lo que nos chupamos, ese coño estaba lubricadísimo y listo para albergar mi polla... que sensación indescriptible sentir su calor y su humedad interiores, nuestros cuerpos reflejados en el espejo de la pared y del techo, podíamos admirarnos completamente. Sus gemidos me enloquecían pero no quise correrme todavía.
Cambiamos de postura, ella encima mío esta vez y la hice cabalgar como una perfecta amazona... nuestros movimientos hacían que sus pechos se movieran sin parar y me deleitaba con su rostro sudoroso y la boca abierta emitiendo gemidos de gozo y placer!!!
La detuve y me incorporé, me senté en la cama siempre penetrándola y ella encima mío que rodeaba mi cintura con sus piernas, que mágico momento!!! Me volví a la mesa de noche para coger nuestras copas e hicimos un brindis por nuestra primera corrida juntos, nos besamos morbosamente, soltamos las copas, volvimos a la anterior posición y seguimos follando desenfrenadamente, se la metía y se la sacaba, sudábamos como al estar bajo un sol abrasador, nuestros gemidos no tenían límite y la pregunté: -¿Quieres que me corra dentro de ti? Ella me gritó: "Sí!!!!, ni se te ocurra hacerlo fuera, quiero sentir cómo me mojas por dentro, quiero que llenes todo mi coño con tu leche, quiero sentir tu leche caliente!!!"
Aquello fue el detonante y entre gritos y más gemidos solté toda esa leche que durante semanas había deseado que invadiera su cuerpo, seguimos moviéndonos y a los pocos segundos se corrió ella, fue exquisito!!!.... temblorosa se puso a mi lado y nos quedamos reposando por varios minutos... al vernos a la cara había una expresión de complicidad y satisfacción que decía: "Por fin lo hicimos!!!" y nos echamos a reír.
Esa tarde nos echamos 2 polvos más, uno en la sauna y después en el jacuzzi que había en la habitación, pero lo dejo como un próximo episodio, vale?
Espero que hayan disfrutado...