De como le obligue a que me rompiera el culo
el mismo relato bajo su punto de vista.
Sus manos pellizcaban mis pechos con ansia pero su lengua, joder con su lengua, me estaba llevando al éxtasis, joder el viejo, como se mueve, la madre que lo parió, me tengo que agarrar a los bastidores de ésta vieja cama para ayudarme. Me está comiendo entera y me mojo, me mojo que pienso que le voy a ahogar. Hace solo 10 minutos estábamos los dos vestidos tomando una copa en la sala cuando comenzó a mirarme los pechos con descaro, lejos de ruborizarme desabroché un botón más de mi camisa para que nada le impidiera comprobar la libertad de los mismos, se que a mi novio, que mis tetas campen a su aire, sin obstáculos le pone a cien. Mi novio .. él y su puto cuerpo musculado, por qué será que no siento ningún remordimiento al plantarle los cuernos, si le preguntáramos a él seguro que soltaría alguna teoría sobre mi adolescencia llena de rechazos y mis traumas con mi anterior sobrepeso, que le den, ahora paso casi tanto tiempo como él el gimnasio y mi figura lo nota pero quienes más se fijan son todos esos ojos lascivos que recorren mi figura a diario, esté donde esté, no es para menos.
Pero quiero volver a hace solo 10 minutos, a la apertura de mi camisa, el cuarentón de Rafa respondió con un acercamiento directo por detrás hasta mi nuca, con la manida excusa de un masaje, sus manos fueron deslizándose hasta la base de mis pechos talla 100, si bien no exageradamente grandes, si contrastan con una cinturita delgada, veo que mientras los pezones responden al estimulo sus codos resbalan en mi cintura mientras su paquete se frota contra mi culo, pienso en que la nívea blancura de mi tanga se tiene que estar perdiendo por los fluidos que empiezo a segregar, él se arrodilla, me besa en la cintura y sube sus manos magreándome las aureolas de mis pezoncitos, me gira, muerde el piercing de mi ombligo y utiliza las manos para desabrocharme los pantalones, sin casi darme cuenta estoy plantada, vestida solamente con una camisa medio desabrochada y un temblor en mis piernas que casi no sostienen mi metro setentaicinco, mi rubia melena cae hasta los hombros y mis ojos color miel se entornan fruto de la emoción, Rafa ha tomado el mando se levanta y me dirige a la cama, en el camino va desvistiéndose hasta quedarse solo con unos boxers azules de fina licra, observo que su delgado cuerpo es muy fibroso, nada de grasa y debido a su afición al ciclismo nada de pelo, completamente depilado, me besa suavemente y me tumba en la cama sus labios toman la autopista sur de mi cuerpo hasta parar en el peaje de mi coño, a juego con su lampiño cuerpo, lo que le facilita llegar hasta mi clítoris, recorrerlo con su lengua abriendo mi fuente de fluidos, el lo nota y se recrea, sus dedos empiezan a entrar y salir de mi con total impunidad lo que me hace jadear y justo cuando noto que voy a correrme, el muy cabrón se para, me gira colocándome boca abajo y acaricia mis nalgas, mi culo es una pasada, se que es posiblemente la parte de mi anatomía que más gusta, mi trabajo me ha costado darle esa dureza y forma, veo lo que intenta y no le voy a dejar, después de ponerme supercachonda me coloca a cuatro patas, con su mano derecha agacha mi cabeza hasta que toca la almohada y con el índice de la izquierda empieza a frotar mi estremecido y agarrotado agujerito del culo, le digo que no, pero finge no oírme, se prepara para taladrarme pero en el momento en el que se quiere bajar el calzoncillo aprovecho para girarme y escapar de su intento, entonces siento un tortazo intensísimo que casi hace que me desmaye, Ricardo no ha podido ser está demasiado lejos, me paralizo al verlo a él, MI NOVIO, se supone que está a 800km de distancia, ¿Qué hace aquí? ¿Cuánto tiempo ha estado observándonos? Y sobre todo ¿Qué va a pasar ahora?
-"pedazo de cabrón, querías encular a mi novia"- le dice mirando a Rafa, -"pues lo vas a hacer, pero no antes que yo. Llevo cuatro años con esta zorra para que vengas tu a inaugurar su culito"- Concluye.
El cobarde de Rafa está paralizado por el miedo, pero Iñigo no, el muy carbón me voltea hasta colocarse encima mió, creo que está desnudo, la oscuridad y sobretodo el miedo no me dejan ver con claridad, pero veo lo que quiere, le hace gestos a Rafa para que se coloque a la altura de mi cabeza y me sujete, el hijoputa le obedece, me veo en lo peor, ya estoy de nuevo a cuatro patas, ofreciéndole mi culo a un tío, pero esta vez son dos y el que está detrás mió es Iñigo, él y su enorme pollón, lo tiene descomunal, no entiendo de medidas en los tíos, solo se lo que es grande, pequeño o mediano, pero lo de mi novio es la ostia, cuando comenzamos a salir hace 4 años era difícil mantener relaciones sexuales, hasta que poco a poco me fui acostumbrando, pero nunca por detrás, NUNCA.
Me intento revolver, pero Rafa me tiene muy sujeta por las manos, lo único que puedo hacer es mover el culo para no dejar que me penetre, pero Iñigo responde con un puñetazo en mi tripa que me deja sin respiración, -"Créeme si te digo que esto me va a doler más a mí que a ti".- me grita. "que cojones, no es verdad."- se carcajea mientras el pánico me paraliza, Rafa sigue obligándome a morder la almohada y sus ojos reflejan una excitación descomunal, entonces noto su glande en la entrada de mi templo, no duda, de un golpe me revienta, me penetra, me hace polvo, solo noto fuego, me quema el culo y él se desploma sobre mi espalda, apretando con fuerza mis tetas, lamiendo mi espalda con su polla dentro de mi como nunca nadie había estado, entonces comienza a cabalgarme, creo que estoy sangrando y que en algún momento me desmayo, no se cuanto tiempo estoy así pero en un momento me he relajado y el dolor disminuye, en realidad estoy empezando a disfrutar un poco, pero tengo miedo, Iñigo sabe que cuando me corro muy fuerte mi chocho suelta fluidos y no quiero que ellos se den cuenta, pero es imposible, en cada embestida me masajea el clítoris y Rafa que hace rato me ha soltado las manos me soba las tetas, entre los dos me estoy volviendo loca, me aprieto los pechos poniendo mis manos sobre las de Rafa y acompaso los golpes de Iñigo con mis caderas, tras unos instantes un torrente de semen inunda mi desvirgado culito y distrae la atención de los chicos que no se percatan de que me he corrido soltando una enorme cantidad de flujo, me avergüenzo y deseo que sigan sin darse cuenta mientras Iñigo sale de mi ser, me descabalga dejando escozor en esa zona que ya nunca será la misma y se dirige a mi cara plantándome su verga en mi boca, no se que hacer así que decido no hacer nada, él se encarga de que se la limpie a base de bien llegándome hasta la campanilla y provocándome arcadas, estoy exhausta y no entiendo lo que me dice mientras se está vistiendo, lo que si noto es a Rafa que lubricándose con el sudor que cae a chorro por mi espalda ya está colocado en mi espalda, sus ojos brillan con un deseo que prono va a ver cumplido continuará