De como fuimos cogidos ambos en un bar SW II parte
Este relato es la continuación del que mi marido subió a la página hace un tiempo con mimo títul, que sería bueno lo leyeran antes que éste para que pudieran seguir la historia, y está relatado por una puta servidora tal y como sucedieron los hechos.
Estas eran las sensaciones del gozo que estaba disfrutando mi marido, quien al sentir que le estaban metiendo una verga de verdad en su culo, lo disfrutaba como loco, a mí me daba gusto y morbo ver que hasta hacía unos cuantos minutos, la verga que estaba perforando el culo de mi marido era la de un perfecto desconocido y ahora se convertía en la herramienta principal para que su agujero que lo recibía con agrado y se abría para darle cabida a ese hermoso pedazo de carne lo hiciera gritar de felicidad, el que poco antes estaba alojado en mi panocha, y la que aún se conservaba chorreando de la cogida que había recibido, pero tuve que sacrificar mi goce para que así él lo disfrutara también.
Todo esto sucedió en los últimos minutos que estuvimos en este bar SW experimentando nuestras fantasías, ahora estábamos sobre el taxi que horas antes nos había acercado al bar.
Nuestros amigos y nosotros habíamos quedado en ir a su hotel y no viajábamos juntos porque ellos habían quedado con un taxista que ya conocían de tiempo, entonces cada pareja viajamos en su taxi.
Como horas antes el taxista que nos trasladó se había quedado con la calentura al verme sobándole la verga a mi marido, éste se encontraba ilusionado con la esperanza de que yo le diera una mamada, además, no estaba nada mal, era un joven de escasos 30 años y muy guapo (es extraño entre los taxistas, pero no estaba feo, que me perdone este sector de trabajadores que tanto bien le dan a una pero así es), y como yo me encontraba aún caliente porque por dejarle el lugar al culo de mi marido, yo no había tenido la oportunidad de bajarme la calentura, me encontraba sudando de mi panocha hasta estar con mi tanguita toda empapada de mi leche que había destilado con la cogida que me dio nuestro recién conocido amigo, del que no recordaba ni su nombre.
Fue en ese momento que sin decirle nada a mi marido me pasé adelante al asiento del copiloto, y sin darle tiempo a reponerse de la sorpresa, tome ligeramente la pierna del chofer, mi esposo solo me decía, negrita en verdad sos una puta, pero como me gusta que seas tan puta. Cuando ya logré poner mi mano de largos dedos sobre el paquete del chofer, palpé poco a poco la capacidad del regalito que me comería, y no se me hacía que fuera tan sensacional, mi marido me preguntó, qué tan grande estaba y yo solo le respondí que no lo había palpado bien, que no fuera tan desesperado. Finalmente, abrí el ciper de su jean y apareció una verga de tamaño pequeño, no era muy agradable, pero para pagarle la calentura que antes le había provocado me la metí a la boca hasta que logró ponerse completamente erguida, pero había otra situación que no me gustó, el que tengan todo ese pelambre me parece desagradable, y si hubiese sabido que estaba sin depilar no me había subido cerca del taxista, pero ya estaba ahí y no me podía echar para atrás, así es que continúe mamando esa verga que resultó por lo menos lograr una buena erección, el taxista continuaba circulando por el centro de la ciudad pero muy caliente, solo lo escuchaba decirle a mi marido, que negra tan puta tiene señor, como me gustaría tenerla en mi cama, y yo me reía del buen gusto que tenía y le recompensaba diciéndole, pues un día puedes tenerla en tu cama, en verdad? Decía, claro que si puedes si ella quiere, le contestaba mi marido, pues muchas gracias, mama riquísimo, que rico mama esa boquita.
Hasta que finalmente logré que se detuviera para no provocar un accidente, se recostó hacia atrás de su asiento concentrándose para que disfrutara su mamada que le estaba propinando, pocos minutos duró el sacrificio porque de inmediato sentí como su cuerpo se tensó, comenzó a gritar QUE RICO LA MAMAS PUTA, SIGUUUUUEEEEELE, SIGUEEEEELE NO TE DETENGAS, yo veía a mi marido que ya tenía una erección más que considerable y con la verga fuera de su pantalón se masturbaba, hasta que sentí que me inundó la boca de leche, estaba calientita, seguí mamando hasta que aflojó su cuerpo, deje de mamársela, me levanté y compartí con mi marido esa leche (que a decir verdad a mí no me gusta mucho, solo me como la de mi marido), mi marido la recibió en su boca y nos fundimos en un beso cachondísimo, yo sentía que mi marido ya deseaba que se la mamara, pero le dije, hasta que lleguemos al hotel, recuerda que nuestros amigos nos esperan.
Cuando llegamos al hotel, nuestros amigos que llamaré Jorge y Jenny, ya estaban esperándonos, y cuando Jenny preguntó que por qué nos tardamos tanto, discretamente le doy un beso de lengüita para que sintiera el sabor de la leche del taxista, y con cara de sorpresa me dice, amiga… haz cogido de nuevo?, sí, claro, me cogí al taxista, aunque no me gustó mucho, pero lo hecho, hecho está y se fue a su casa con la entrega de leche incompleta, nos reímos y ella solo me dice, pero que puta sos en verdad. Estoy segura que haremos una pareja increíble. Pasamos al cuarto todos riendo de las locuras hechas unos momento antes.
Todos nos ubicamos en nuestros lugares, y para estar más cerca, juntamos las dos sillas al sillón y así pudimos platicar y poder vernos de cerca.
Retomando de inmediato la conversación de lo anterior, Jorge, comienza con lo pendiente, diciéndole de inmediato a Jenny, como he disfrutado el culo de Miguel (es mi marido), ahora más que nunca estoy seguro que deseo que sea su verga la que se encargue de perforar mi culo, pues adelante amor, creo que ya está lista para que haga su trabajo y todos nos regimos cuando Jenny toca sobre el pantalón la verga de mi marido que ya sobresale de lo considerable, pero antes quiero, sigue diciendo Jenny poder hacer algo con esta morenita caribeña.
Se acercó a mí y de inmediato estamos trenzadas en un beso súper cachondo, su lengua invade toda mi cavidad y mi lengua le da el recibimiento que merece esa hermosa mujer caliente, de inmediato metí una de mis manos sobre las tetas de mi amiga y las sentí un poco flojas pero nada desagradables, las acaricio, sus pezones están duritos, le desabrocho su blusa y cuando se la quitó me doy cuenta que son hermosos, son de buen tamaño y están preparados para que los chupe, cosa que hago con gusto y dedicación, ella comienza a gemir, se nota que lo disfruta y que estaba preparada para eso.
Nuestras parejas no se quedan con las manos quietas, y Miguel mi marido le está mamando la verga a Jorge y éste solo lo disfruta, se nota en el semblante de su cara que su goce está llegando hasta lo más profundo de su inconsciente. Jenny, me está acariciando mis nalgas donde aún tengo la ropa puesta, y al ver a mi marido que le mama la verga a Jorge y que se nota ya de un tamaño especial, me excitó a tal grado de no poder contener mis gemidos, le digo, mi amor, préstame esa verga que mamas para que yo lo haga y Jorge sale de su concentración y abriendo los ojos le dice, tu morena tiene razón hagamos un cuatro con ellas, y se acercan con nosotras para que yo le mame su verga a nuestro amigo y Jenny lo hace con mi marido.
Esto parece una escena que teníamos preparada, pero nada de eso, hacemos solo lo que se nos ocurre en ese momento.
Continuando la fiesta entre los cuatro, y chupo la verga de nuestro nuevo y caliente amigo bisexual y mi marido recibe la boquita caliente de Jenny, la que resultó una experimentada chupadora, no solo de vergas sino de panochas como la mía. Dice Miguel que nunca había tenido una tan bella como esta (jajajjaja, en verdad eso dice él, los que duden de esto podemos mandarle una foto de tantas que nos hemos hecho en momentos sensuales), nuestras muchas para ese momento ya no pueden aguantar mucho y deciden dejarnos a un lado para continuar con lo suyo.
Entonces Jenny, viene a mí y la recibo con un cachondo beso de lenguas que ambas probamos los sabores de vergas de nuestras parejas que antes habíamos degustado, esto me excita mucho, hasta llegar a gemir de puro gusto, y comenzamos a quitarnos lo que nos quedaba de ropa, la mano de Jenny está bajando mi tanga que encuentra toda empapada de flujos vaginales, ayudándome a levantar una pierna para poder sacarla con relativa facilidad, después sigue el turno de la otra, pero en este lapso siento como sus labios besan con verdadero frenesí cada una de mis piernas hasta llegar a posesionarse de mi cuevita, de inmediato siento como su lengua comienza a hurgar en el interior de ésta, haciendo que mis gemidos sean la parte esencial para que nuestros maridos tomen nota de que estamos en la misma habitación.
Éstos al darse cuenta de que mi amiga me está metiendo su lengua hasta el final del camino que alcanza, se detienen para observar lo cachondo de la escena, la que aplauden, entonces Jorge le pregunta a su esposa, ¿te ha gustado el saborcito de la leche de estas nalguitas morenas?, claro que me ha gustado le contesta Jenny, tanto así que me la llevo toda, mmmmmmmm es riquísima esta piel, estas nalguitas son encantadoras y sobre todo tiene leche y más leche que me trago, espero que siga dándomela, yo te la doy hasta que te canses mamita, abriéndome los labios de mi panocha se la acerco a su boca como invitación para que me siga dando placer, saliendo de ésta más flujo que traga y traga nuestra amiga, yo sigo gimiendo de placer.
Para este momento mi marido continua mamando la verga de Jorge, la que ya está en su máxima expresión, pero al interrumpir su obra, cambian de lugar y mi marido se acuesta boca arriba para que sea Jorge el que le siga mamando su verga, porque es la que será enterrada en su culo, y no se hace esperar, de inmediato se pone de a perrito para chuparle la hermosa verga de mi marido, quedando en pompa sus nalgas, y viendo que son unas nalgas blancas y bien paraditas, se me antoja acercarme hasta ellas y comienzo a chuparle el culo, llenándoselo de saliva que le sirva de lubricante, pero al mismo tiempo siento que Jenny me chupa mi culo, pasando desde la vagina hasta el culo, usando además sus dedos para meter uno y luego otro en mi encharcada panocha, sigo chupando el culo de nuestro amigo ensalivándolo para permitir meter un dedo que le da acceso con suma facilidad y de inmediato le meto otro, al tener mis dedos del centro metidos Jorge comienza a recular para metérselos hasta los nudillos, y solo escucho los gemido de mi marido y los chupetones de mi puta amiga, le pregunto a Jorge si le gusta sentir mis dedos, y el con poco espacio para hablar porque la verga de mi marido la mantiene ocupada, contesta que SIIIIIIIII, QUE LE ENCANTAN, le pide que los siga metiendo hasta el fondo, METELOS, MÉTELOS HASTA DONDE ALCANCEN, QUE RIIIIIICO AMIGO ME HE ENCONTRADO, muy caliente nuestro amante ocasional logra pronunciar para después continuar mamando la verga de mi marido.
Mientras tanto, nuestra puta amiga sigue chupando mi culo y mi panocha los que se encuentran ya en su máxima excitación, yo lo disfruto como nunca aunque en realidad lo que espero es que mi marido pueda encular a nuestro amigo que está en este momento intentando poner en orden sus pensamientos y lograr la concentración para que mi esposo pueda lograr meter su verga que ya está crecida a su máxima expresión, apuntando al agujero de Jorge está la cabeza inflada de la verga que tanto placer me ha brindado en nuestras vidas, ahora está a punto de brindarlo a alguien que solo tenemos unas horas de conocerlo.
Finalmente mi marido logra poner aceite lubricante en el culo de Jorge y él se coloca el condón con toda la delicadeza como si se tratara de un culo virgen (que sí lo era hasta ese momento pero que no lo parecía por la disponibilidad que tenía y lo abierto que estaba producto del trabajo que le hice con mi boca y mi lengua), el culo almacenador de la verga de mi marido se fue abriendo poco a poco para darle paso a la cabeza que imponente se abría paso en los pliegues del culo alojador, se regresaba por centímetros como dando a entender que ese era su culo, para después volver a encaminarse hasta adentro y donde los huevos de Miguel chocaron con las nalgas paraditas de nuestro amigo, era un caso para nosotros poco visto y eso nos tenía de excitados a la máxima expresión, tanto me gustaba lo que estaba presenciando que poco disposición tenía yo al trabajo que mi amiga me hacía en mi culo y en mi panocha, hasta ese momento me di cuenta que tenía ensartado nuestro juguetito en mi panocha mientras que dos dedos de mi amiga estaban alojados en mi culo, esta zona estaba tan caliente que solo sentía un mar de leche, la mano de nuestra amiga estaba empapada de mis flujos, era increíble lo que podía experimentar en una sola noche.
Hasta que mi esposo logró resoplar con lujuria y en un momento se detuvo solo para meter su verga hasta el fondo del culo de Jorge solo para llenar el condón de leche, Jorge no tenía ánimos para pronunciar palabras cortadas por lo caliente que se sentía, se podía observar que lo disfrutaba, justo en ese momento su esposa se colocó debajo de la verga de él y con una mamada espectacular sacó toda la leche de esos huevos, la que aguantó hasta el final, cuando hubo terminado de salir, mi esposo sacó su verga del agujero de nuestro amigo y el condón era testigo fiel de que la venida de mi esposo fue espectacular, yo le quité el condón y en ese momento la pareja se besaban con un gran amor y pude vaciar el contenido de la venida de mi esposo entre ellos para que lo disfrutaran, y así fue, lo degustaron con ahínco.
Cuando se separaron se miraron con esos ojos que una pareja enamorada puede poner, y se dijeron ambos te amo… mi esposo estaba feliz de haberse cogido esas nalguitas que hasta unos momentos antes eran vírgenes y él se encargó de quitarles los tabúes de la sociedad, ambos llegaron a un final feliz y fantasía cumplida, mi esposo se acercó a mí y pronuncio una frase que hasta la fecha me llena de felicidad, el tener una pareja como él, “ siempre te amaré ”, igual yo le respondí desde el fondo de mi sinceridad.
Esto no había terminado, la noche aún era joven y faltaba que la amiga nueva lograra cumplir su fantasía, de cogerse estas nalguitas morenas, y esas eran las mías de las que siempre he estado muy orgullosa al igual que mi marido desde que las conoció.
Cuando ambos hombres lograron tranquilizarse del esfuerzo al que estuvieron sometidos, comenzaron las preguntas de rigor, cómo fue la experiencia, que es lo que más disfrutaste, y a mí solo me interesaba lo que a Mike le pasara por la cabeza (porque perder la supuesta hombría y cogerse un culo de barón en una sola noche muchas veces no es tan sencillo de asimilarse), lo vi un poco apagado y me acerqué hasta donde él estaba para decirle que si estaba arrepentido a lo que me contestó que NO, que estaba preocupado de que esto cambiara mi amor hacia él, y con la mejor de las sonrisas y la más coqueta le dije que si ya no le gustaba entonces SÍ había un problema, y su respuesta me dejó en claro que para nada, que esta experiencia aumentaba el amor que sentía por mí, y así se lo hice saber también a él, que el mío era más que antes, y que dejara de preocuparse por esas pequeñas cosas, sellamos esta felicidad con un beso de lengua hasta el fondo.
Cuando logramos la tranquilidad, nuestra amiga me miraba con una cara de incógnita y de puta que no podía con ella, le regreso esa mirada retadora para decirle “¿pues qué esperas amiga?” aquí están estas nalguitas negras para que hagas lo que querrás con ellas.
El final de la noche ya no fue tan intenso como esperaba, porque a nuestra amiga se le subieron un poco los tequilas que se había tomado y su energía ya no era de las mejores.
Solo les puedo decir que mi primera experiencia les no fue tan encantadora como lo hubiese querido, pero eso no quita mi deseo de tener una mujer que me haga sentir la sensación que espero, simplemente fue una cogida con ella, logrando ambas un buen orgasmo y se durmió entre los dos hombres que estaban con nosotros.
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