De como explorando me volví adicto

De como explorando me fue gustando el sexo anal, volviendome adicto. Después de un largo período de abstinencia sexual, me di a la tarea de experimentar y vaya si explore o me exploraron...

De como explorando me fue gustando el sexo anal, volviendome adicto.

Después de un largo período de abstinencia sexual, me di a la tarea de experimentar.

Pues así comencé a hacer sexo anal, tríos, ver a otros tener sexo, fetichismo. y un buen día, mientras veía como una chica le daba un beso negro a su compañera, me entró la curiosidad de tal práctica y les pregunté que sentían. Una me contestó:

  • Pues es algo que si no lo has probado, no sabes de lo que te pierdes.

Le había practicado sexo anal a distintas chicas. Algunas parecían disfrutarlo otras no.

Pero estas dos chicas realmente lograron picar mi curiosidad.

Un día le pregunté a Cris, una amiga que fuere acompañante si me haría un beso negro y ella sin cortarse en lo mas mínimo, pues me dijo:

  • "dime que quieres hacer a ver si yo te ayudo"

  • "ponte en cuatro, sobre la cama cariño. Veo que te gustan estas cosas. Me lo imaginé"

  • "es mi primera vez", le comenté

  • "Pues a partir de hoy te volverás adicto. Una vez que un hombre prueba el placer anal, queda enganchado y no puede dejarlo. Porque crees que hay tantos gays?"

  • "Bueno, será... Ya veremos si tienes razón"

  • "Estas seguro? Después no hay marcha atrás"

  • "Si" le dije con convicción.

Cris era una chica que le quitaba el aliento a uno. Alta, blanca, ligeramente bronceada por el sol, ojos verdes, cabello rubio ondulado al cuello, senos grandes, naturales y duros, pezones que parecían borradores de lápices y que se marcaban aun a través del sujetador cuando estaba excitada, piernas largas, bien torneadas unas caderas no muy grandes pero unas nalgas redondas u paradas sin un ápice de celulitis ni grasa en todo ese cuerpo perfectamente cuidad por el gym. Siempre vestida impecablemente, parecía una ejecutiva muy exitosa de una gran empresa. Era el sueño de cualquier hombre.

Comenzó a acariciarme las piernas, mientras besaba mi espalda, como preparando el ambiente. Pues al comenzar a acariciar mis nalgas sentí un escalofrío y se me puso la piel de gallina. Que sensación tan divina pensé.

Ella lo notó y pues continuó lentamente abriéndose paso besándome ya la entrada de la alcancía mientras comenzaba a separar los cachetes de mis nalgas.

Una vez que me las abrió y me las tuvo totalmente separados, comenzó a jugar conmigo. me pasaba su lengua cerca del ojete y me mordisqueaba un cachete.

Repetía el otro lado con su lengua y hacía lo propio con el otro cachete. Pasaba la lengua por debajo, llegando hasta mis bolas y regresaba, sin nunca tocar mi huequito. Con su cálido aliento, sobre la piel humedecida por su saliva, logró que me estremeciera de nuevo. Eran sensaciones intensas totalmente ocultas y nuevas para mi.

Fue entonces que ayudándose con sus dedos para seguir apartando mis carnes, me rozó con su dedo el ojete. Y finalmente comenzó a lamerlo como se besa una boca.

Comenzó a penetrarme con su lengua, me soplaba sobre mi carne húmeda y las sensaciones eran únicas. Nada parecido a lo que hubiese sentido nunca. Definitivamente era cierto, las sensaciones anales eran muy, pero muy excitantes.

Fue entonces cuando noté que tenía una erección durísima. Ella me dijo, no te preocupes, ya lo vamos a atender a el también.

Así mientras jugaba con mis nalgas comenzó a acariciar mis testículos, subiendo por el tronco e inició una suave paja. Cada vez que me tocaba la cabeza, me penetraba con su lengua.

De pronto dejó de tocarme el pene y aparto sus mano recogiendo algo. Alcanzo algo y abrio un preservativo. Se lo colocó en el dedo índice, cubriendo su uña.

Comenzó nuevamente a pajearme sin dejar de penetrarle con su lengua. Entonces sentí su mano acariciarme un cachete y acercarse a mi huequito, totalmente mojado por la lengua y mientras su lengua jugaba alrededor del huequito, sentí como su dedo en lugar de su lengua entraba suavemente en mi ano.

Ahora, mientras jugaba con su lengua y me masturbaba con la otra mano, me penetraba con un dedo.

Las sensaciones se hacían cada vez mas intensas. Ya tenía su dedo índice totalmente adentro cuando sentí unas ganas enormes de acabar. Ella aceleró el ritmo de la masturbada, mientras sin sacar el dedo, sentía como lo movía dentro de mi culo.

  • Aguanta. No acabes aún. Te prometo que valdrá la pena..."  y dejó de masturbarme.

  • "No dejes de masturbarme", le pedí, pero ella solo movía su dedo dentro de mi culo, acariciándome suavemente.

Intente hacerlo y lo logré por algunos minutos, pero de pronto un orgasmo se apoderó de mi como nunca había sentido uno igual.

Acabé intensa y abundantemente sin que ella me siguiera masturbando recogiendo ella toda mi acabada con su mano.

Después de dicha acabada, caí extenuado. Ella había retirado su mano de las nalgas y procedió a limpiar cualquier vestigio de semen de mi pene. Me mostró su mano en forma de cuchara llena de semen, el cual se escurría de la misma.

  • "Bienvenido a tu nuevo yo. Acabas de experimentar tu primera experiencia anal" Se acercó a mi, me besó apasionadamente.

Acercó su mano a su boca y comenzó a lamer el semen que quedaba en su mano. Se acercó y me besó, pasándome parte de su saliva llena de mi fluido a mi boca mientras su lengua jugaba con la mía.

Al primer momento me dio asco mientras pensaba lo que estaba haciendo. Luego me entregué al placer y me olvidé de mis prejuicios.

Un a vez que recuperamos el aliento, me dijo, hoy acabas de dejar atrás dos tabúes que pocos hombres son capaces de siquiera experimentar.

A partir de ese día, el beso negro pasó a ser una practica común.

Otro día Cris, después de los juegos de rigor, y de darme mi beso negro usual, sentí como sacaba algo de su bolso. Sin preocuparme, comencé a sentir como me untaba algo fresco a lo largo de mi ano. Nuevamente hurgó en su bolso y sentí como algo duro momento a rozar mi ano. Alegremente, me dijo:

  • “Hoy continúa el segundo paso de tu placer anal. Confías en mi?”

  • “Pues si. Estoy en tus manos”.

Inmediatamente comencé a sentir una sensación distinta a su dedo intentando penetrar mi agujero. Era algo mas grande, y muy duro. De pronto sentí u ruido y una nueva sensación. Ese cuerpo que intentaba penetrarme comenzó a vibrar. Me sentí en la gloria.

Con un vibrador me penetró por primera vez con algo distinto a sus delgados dedos.

Lentamente y con mucha suavidad fue entrando aquel cuerpo vibrante que producía sensaciones tan distintas a tolo lo que había sentido hasta ahora. La penetración no parecía terminar, y mi recto parecía llenarse y llenarse. Volvió a encender el vibrador y sentí como mi pene volvía a endurecerse y algo en mi interior estaba cambiando.

Poco a poco una eyaculación sin masturbación se fue creando, y entonces ella  comenzó a mamarme mi pene, succionando fuertemente. Fue la mayor acabada de mi vida. Semen brotaba de sus labios que intentaban tragarlo y contenerlo en la boca. después de succionarme asta la última gota y dejarme "seco" me miró con cara de niña buena y abrió su boca, para verla llena de semen. el cual fue bebiendo lentamente.

Mi búsqueda sexual continuó y Cris era mi cómplice en mis aventuras. Atrás habían quedado las prácticas tradicionales. Aprendí nuevas posiciones para penetrarla vaginal o analmente. No se diga de el sexo oral. Sus orgasmos eran cada vez mas intensos.

Un día invitó a una amiga a compartir con nosotros. ambas quedaron en hilo solamente. Paty era una chica muy abierta y en extremo atractiva. Cabello negro a la cintura, piel morena clara, labios gruesos, alta, delgada, con un busto no muy grande (pequeño comparado con el de Cris). Sus manos y pies perfectamente arreglados. Todo un sueño para un fetichista de pies...

Esta vez, Cris sacó una venda de seda y me tapó los ojos.

-“Confías en mí?”

-“Totalmente”

Escuchaba movimiento en la cama, besos movimientos fuertes, golpeteos como si fueran nalgadas. Pero no los veía por mis ojos vendados. Intenté quitarme la venda y Cris me lo impidió.

  • “Haz lo que te digo. Quédate sin ver y aprovecha en escuchar, sentir los olores y los movimientos y usar tu paladar cuando sea el momento.”

-         “Esta bien. Tu mandas...”

-

Escuchaba aquellos sonidos atentamente. De vez en cuando olía algo que me llegaba cuando alguna de las dos pasaba sus dedos cerca de mi nariz. Luego comencé a saborear sus dedos con sabor a ellas.

Fue entonces que ambas comenzaron a darme una mamara a dos bocas. Yo no sabía cual era cual. Estaba abandonado al placer. De pronto mientras una quedó mamando, la otra posó sus labios sobre mi boca. Que dulce su olor, su sabor.

Comencé a lamer y a saborearla. Sus gemidos eran evidentes. Sus dedos enredados en mi cabello guiaban mi cabeza y como deseaba que la mamara y le comiera el clítoris.

De pronto cambiaron de lugar, ahora era la otra en darme a saborear su sexo, mientras la otra pasaba sus uñas por mi cuerpo y apretando mis testículos y chupándome el pene. Ya totalmente a punto de acabar, dejó de estimularme. Comenzó ahora a acariciar mis piernas con sus uñas. Me pareció que se volteó. Y de una, sin preámbulo, se empaló en mi duro y erguido miembro haciendo que yo gimiera intensamente ante la sorpresa, pero la otra posándose sobre mi cara lo acalló totalmente.

Mientras una me cabalgaba la boca, la otra hacía lo mismo sobre mi pene.

cuando estuve a punto de acabar, volvieron a hacer lo mismo. Parar y no dejar que acabara. Cambiaron de lugar y comenzó nuevamente el mismo ejercicio.

La diferencia fue que esta vez acabé, mientras ambas acababan. Fue un orgasmo increíble para los tres. Yo seguía sin ver nada.

Ambas se quitaron y bajaron de la cama. Escuché como reían entre si. finalmente me quitaron la venda de los ojos.

  • “Quieres continuar este juego?”

-         “Si”  dije asintiendo con mi cabeza.

Me volvieron a poner las venda. Ambas se acostaron boca arriba

-         “Danos una mamada profunda.” me dijeron

Comencé con una y pensé que iba a lamer mi propio semen. Me dije entonces, ya lo haz hecho antes y esto ha sido tan excitante, que quizás esto lo sea aun mas. Comencé a comerme aquel coño y sentir los jugos llenar mi boca.

No sabían a semen. Mi culo estaba en pompa. Cuando fui a comenzar a comer la otra, noté que la que acababa de comer se levantó de la cama. Mientras comencé a comerme a la segunda la cual tenía los restos de mi semen, sentí como comenzaban a comerme el culo. Pues esta era definitivamente una nueva experiencia.

Después de besarnos los 3 y jugar con los fluidos que tenía en mi boca, sin quitarme la venda, me dejaron en 4. Comenzó nuevamente otro beso negro, pero con mas participación de los dedos. Sentí nuevamente como me acariciaban todo el culo con aquel liquido que ya me había lubricaba anteriormente. Sentí algo duro presionando mi ojete.

Una de las dos chicas se había colocado detrás de mi sobre la cama.

Aquel miembro duro comenzó a penetrar mi cavidad. De pronto el suave vaivén se detuvo. escuche unos ruidos y mientras aquella cosa que tenía se movía irregularmente sin salir ni entrar y el colchón se movía.

  • “Estás listo para  sentir y disfrutar?”

  • “Si, Cris!”

Y aquel miembro sin vibrar en ningún momento fue entrando a mi culo y luego saliendo lentamente. De pronto sentí como una sensación de placer se generaba al tocar aquel miembro entrando y saliendo. Pero no era solo con el extremo. Esa cosa era mucho mas larga y sentía como penetraba profundamente colmando mi interior. Las penetraciones se fueron haciendo mas largas, hasta sacarlo totalmente para volverlo a insertar has que sintiera algo que lo detenía... Era algo como de cuero que rozaba mis nalgas.

Comenzó entonces un vaivén largo, profundo y cada vez más rápido (como cuado yo penetraba a una mujer). Me estaban penetrando con un arnés.

Una de las dos se colocó debajo de mi abdomen y comenzó a mamar suave pero continuamente mi pene mientras la que tenía detrás de mi, penetrándome, comenzó a gemir cada vez mas fuertemente. Parecía que fuese a tener un orgasmo. Eso me puso a toque. La que tenía debajo mamándome y tragándose mi pene hasta la garganta, hacía sonidos guturales.

De pronto una acabada aun mas intensa se formaba en mi interior. Mi cabeza daba vueltas. La chica que estaba detrás mío, gritaba de placer. Yo hacía lo mismo, sin saber si era por la penetración o la mamada.

Acabé nuevamente con abundancia y estremeciéndome como si tuviera un ataque de epilepsia.

La chica que estaba debajo de mi se retiró y fue a besar a la otra. Esta última me quitó la venda y se desconectó de mi.

Caí extenuado a la cama. Ellas se recostaron una a cada lado de mi y Cris susurrándome al oído, me comentó bienvenido al placer máximo. Me besó en el cachete. Paty hizo lo mismo y nos quedamos abrazados los tres durmiendo por horas...

Al día siguiente, Cris, me comentó

  • “Hay mucho más que explorar.

  • “Has dado muchos pasos muy aprisa. Disfruta cada una de estas nuevas sensaciones.”

Y de hecho nos vimos los 3 una infinidad de veces haciendo variaciones de este trío y jugando cara vez mas entre nosotros. Penetraciones dobles con ellas fueron casi constantes, igual que me penetraran. La diferencia es que ahora era con los ojos bien abiertos.

Este fue el principio de tantas experiencias en mi etapa exploratoria. Cris casi siempre fue quien me llevó de la mano. A veces fue Paty, otras veces alguna otra amiga de ellas, pero continuaron por años

Y lo que me dijo Cris fue cierto. Una vez que a un hombre le practican el sexo anal, se vuelve una adicción... De como explorando me fue gustando el sexo anal, volviéndome totalmente adicto.