De cómo el tío seduce al sobrino

Un tío logra los favores de su sobrino un fin de semana en que quedan solos.

Autor: Ricardo

Dirección: e_puig99@hotmail.com

Tio y sobrino, amigos íntimos ( 1 )

Ricardo sentía las redondeces de las nalgas del muchachito apretándose contra su ingle y la erección de su pene era inevitable, apoyándose en los glúteos que tenía delante suyo. Desde hacía un tiempo que veía a su sobrino como una presa para su apetito sexual. A decir verdad, el deseo por su sobrino empezó el dia en que por casualidad se encontrara con las páginas de Internet que éste visitaba. Recorriendo esas páginas pudo apreciar la predilección del muchacho por las vergas y las penetraciones anales.

Tío y sobrino eran casi de la misma edad y desde niños fueron amigos de jugarretas. Siempre sus familiares les vieron juntos, compartiendo travesuras. Eran casi como hermanos que compartían la mayor del tiempo jugando o planeando travesuras. Pero todo cambió una tarde en que Ricardo quiso usar el pc de su sobrino y se encontró con que el muchachito visitaba páginas pornográficas, donde se exhibían con preferencia fotos de hombres luciendo sus atributos sexuales o exhibiéndose sin pudor en actitudes homosexuales. Era tal la profusión de páginas que el muchachito visitaba que no le cupo dudas a Ricardo respecto de sus preferencias sexuales.

A partir de ese día empezó a ver a Celso con otros ojos. Y de la curiosidad pasó al deseo, primeramente como una consecuencia lógica a una edad en que ambos estaban despertando al sexo y posteriormente como un descubrimiento de sus propias preferencias por los culos como los de su sobrino.

Sus juegos, que hasta ahora habían sido los normales entre jóvenes de la misma edad, ahora tenían una intención por parte de Ricardo, el que buscaba refregar su cuerpo contra el del muchacho con cualquier pretexto, para que éste sintiera su virilidad. Y vio con satisfacción que siempre Celso adoptaba una actitud pasiva, sin ningún tipo de reacción por los juegos sexuales de su tío que a este le producía mayor excitación.

Las siestas que acostumbraban tomar juntos desde que eran niños, ahora eran oportunidad para que Ricardo se acercara por detrás a su sobrino y presionara su cuerpo contra la espalda de este, simulando dormir. Invariablemente, el tío aprovechaba esas siestas para poner su paquete contra el trasero que Celso le ofrecía cuando se acomodaba para dormir, acurrucando su cuerpo en una posición fetal que dejaba su trasero expuesto ante las embestidas indisimuladas de Ricardo. Poco a poco Ricardo empezó a hacer más evidentes sus intenciones, presionando su virilidad contra las nalgas juveniles que le ofrecía su sobrinito cuando se acomodaba junto a él para dormir. Celso parecía no darse cuenta de la presión que su tío ejercía contra su trasero. Pero le quedaba la duda si el muchachito era realmente inocente y ajeno al deseo que había despertado en su tío y que éste delataba en los apretones de su paquete contra ese culo juvenil.

Sus insinuaciones sobre el cuerpo del muchacho fueron haciéndose cada vez mas atrevidas. Al pasar a su lado buscaba pasar por detrás y apretaba su paquete contra el culo del muchacho, pero de manera que siempre parecía algo natural, casi por casualidad si no fuera porque su paquete se apretaba más tiempo de lo que debiera, como para no dejar dudas de que todo era intencional. Si estaban jugando, siempre había oportunidad de refregar su miembro contra el cuerpo del sobrino o se mostraba en tenidas insinuantes que destacaban la voluminosidad de su paquete, para que Celso lo apreciara cuando estaban juntos.

En palabras simples, Ricardo deseaba a su sobrino y quería que este se diera cuenta de ello.

Cuando dormían juntos, cosa habitual y que no llamaba la atención de nadie en la familia, después de un tiempo Ricardo apretaba su cuerpo al muchacho al punto de que la erección de su miembro era evidente entre las nalgas que tenía delante suyo. Y presionaba a tal grado que era difícil que Celso no se diera cuenta, por lo que la pasividad con que su sobrino resistía sus empujes le indicaba que el muchachito gozaba esos momentos de intimidad. No le cabía dudas de que el muchachito había recibido el mensaje y que aceptaba la situación, dejándose seducir por su tío, pero sin que ninguno de los dos dijera nada al respecto.

Si bien ambos buscaban dormir juntos las siestas y todas las tardes el tío apretaba su miembro contra las nalgas de su sobrino, nunca hicieron ningún comentario de esas libertades que Ricardo se tomaba contra el cuerpo de Celso. Hasta la tarde en que quedaron solos en casa, mientras el resto de la familia partía a la playa por todo el fin de semana.

Ambos buscaron quedarse juntos en casa. Era evidente que ambos deseaban que ese fin de semana se hiciera realidad todo lo que se había insinuado en las semanas anteriores en las tardes que compartían la misma cama.

Tio y sobrino esperaron con ansiedad la llegada de la noche, en que quedaron a solas en casa.

Invitó a Celso a ver televisión y ahí estaban los dos, solos en el living, viendo una película de los años cuarenta. Después de varias cervezas, Ricardo empezó a interesar a su sobrino en otros tópicos más afines con las inclinaciones del muchacho, las que conocía muy bien.

"¿Viste la ropa que se compró tu hermana?"

"Si, es bien bonita"

"Pero no le viene. Ella no tiene cuerpo para lucirla"

"Yo creo lo mismo, Ricardo"

"Creo que en ti se vería mejor que en ella, sinceramente"

"¿Tu crees?"

"Estoy seguro"

Las cervezas que habían bebido explicaban el tenor del dialogo. Y Ricardo suponía que su sobrino estaría más dispuesto a mostrarse más libremente con la desinhibición que daban los grados alcohólicos ingeridos. Pero también sabía que era necesaria alguna ayuda extra para que las cosas se dieran como él deseaba..

"Te he observado bien y tienes un cuerpo muy lindo"

"No te creo"

"En serio. ¿Por qué no te pones una de las tenidas de Marcela para que veas que tengo la razón?"

"¿Hablas en serio?"

"Si, hablo muy en serio"

El muchacho se levantó decidido y medio tambaleando subió a la pieza de su hermana. Volvió después de un rato vestido con una minifalda roja y una blusa blanca, tacos altos y medias transparentes. Era evidente que se había tomado muy en serio las palabras de su tío pues lucía esplendoroso en la ropa de su hermana. Incluso se había puesto medias y una tanga. No faltaba nada para lucir como una mujercita.

"¿Qué tal?"

Dijo divertido, pero adoptando una pose insinuante que hizo encender los apetitos de Ricardo.

"Te ves exquisito"

Dijo su tío y se levantó, para abrazar a su sobrino y darle un beso en la mejilla, como jugando. El muchacho rió divertido pero algo en él denotaba el gusto que le producía haber producido efecto en Ricardo con su tenida femenina y con su pose insinuante. Entre risas, tío y sobrino empezaron a hacerse cosquillas en el cuerpo. Al cabo de un rato Ricardo estaba abrazando a Celso por detrás, como para impedirle que se moviera, pero presionando su paquete contra el trasero del muchacho, riendo como si estuvieran jugando. De pronto ambos callaron, sin que Ricardo dejara de apretar su humanidad contra el muchachito, mientras este se dejaba apretar, como esperando lo que su tío hiciera a continuación. Y Ricardo, sin dejar de abrazarlo y con su virilidad apretando las nalgas de su sobrino, acercó su rostro al oído de este, de manera que su respiración pusiera la piel de Celso de gallina, le dijo:

"Te ves mejor que Marcela"

"¿Tu crees?"

"Si. Me gusta como te ves"

"Mentiroso"

¿No sientes cómo me ha gustado?"

"Me dí cuenta, Ricardo"

"¿Te molesta?"

"No he dicho eso"

"Entonces, ¿puedo seguir?"

"Mmmmmm"

Celso sentía que el paquete de su tío presionaba insistentemente contra su parte trasera y eso le producía un enorme excitación. Nunca antes había tenido una experiencia de este tipo y sentía que todo su cuerpo le pedía seguir adelante. Por las fotos que había visto en las páginas de Internet que visitaba sabía que de seguir así pronto recibiría su primera verga en el culo, pero ello, en lugar de asustarlo, aumentó su excitación. Cerró los ojos y se dejó hacer, como una muchachita que sabe que será desflorada y se entrega en los brazos de su primer amante.

"¿Sigo?"

"Si eso te gusta…."

"Si. Me gusta"

"¿Cómo cuando me presionas en la cama?"

"¿Te habías dado cuenta?"

"Claro que me había dado cuenta"

"¿Por qué nunca reclamaste?"

"¿Para qué?"

"Entonces te gustaba, ¿verdad?"

"Si"

Ricardo empujó a Celso contra el sofá y le indicó que se apoyara en el respaldo, quedando con su trasero levantado. Le pidió que se desprendiera lo que llevara bajo la falda, y el muchacho se sacó una tanga de su hermana que había estado usando, quedando con su culo completamente expuesto ante los ojos de su tío, que devoraba con la vista las redondeces que se le regalaban.

Volvió a apoyar sus manos en el respaldo del sofá y dejó que su culo quedara disponible para el ataque que sabía vendría. Miró hacia atrás, sonriendo y levantando sus talones dejó que su culo quedara completamente dispuesto para que su tío hiciera con él lo que quisiera. Ricardo sacó su verga, la que lucía completamente parada y dispuesta, la puso a la entrada del culo de su sobrino, que esperaba con ansiedad el ataque por la retaguardia, pero no hizo nada por penetrarlo aún.

Ricardo abrazó a Celso, apretando su cuerpo contra el del muchachito, y empujó su virilidad contra el culo que se le ofrecía. El sobrino ahogó un grito de dolor cuando las paredes de su culo fueron rotas por el pedazo de carne que rasgaba su interior. Después de un rato, su tío terminó de hundirle su herramienta completamente en el culo, hasta el fondo. Y ahí la dejó unos momentos, a la espera de que el dolor que el muchachito sentía se aliviaran y diera paso al placer.

Al cabo de un rato los suspiros de Celso le indicó a Ricardo que el muchachito estaba listo para gozar con su verga y empezaron una sesión de mete y saca que les llenó de calentura a ambos.

"¿Lo sientes?"

"Siiiiiiiii"

"Toma, tomaaaaaa"

"Ricoooooooo"

"Qué culo más ricoooooo"

"¿Te gusta?"

"Siiiiiiii"

"Es tuyo, tiooooooo"

"Toma, tomaaaaaaa"

Sintieron al unísono que el orgasmo les llegaba. Celso tomó su propia verga y empezó a masturbarse mientras sentía que su tío volcaba en su culo todo el semen acumulado en sus bolas.

Ricardo sacó su verga del culo de su sobrino y éste se apoderó inmediatamente de ella, empezando a mamarla desenfrenadamente, en tanto su tío tomaba su cabeza y dirigía las entradas y salidas de su boca.

Cuando Ricardo finalmente sintió que nuevamente acabaría, tomó la cabeza de Celso y la atrajo de manera que su acabada fuera toda en la boca del muchacho, que la recibió gustoso, intentando tragar lo más que pudo, pero tan copiosa la acabada del tío que de la boca del muchachito corrían líneas de semen que no alcanzó a consumir.

El muchachito, con semen aún chorreando de su boca, se levantó y ofreció sus labios a su tío, el que no pudo resistir y tomándolo con fuerza apretó su boca a la de él, en un apasionado beso en que sus lenguas se mezclaron avivando el deseo que les envolvía.

Una vez calmados decidieron subir al dormitorio a continuar la noche que recién comenzaba..