De cobra a anaconda.

Su culebrilla o cobra, para no minvarse la moral, sufrió un plantón, pero poco a poco nació una anaconda que le abrió todas las puertas o piernas.

  • Que no hombre! Que no quiero nada contigo!

  • Pero, pero... Si yo te quiero Paula.

Sus últimas palabras le destrozaron el corazón, pues ese día en la piscina creía que porfín caería presa de su amor. Pero no fue así, y eso no fue todo, su mejor amiga recibió al cabo de unos días ciertos rumores de que Paula andaba detrás de un chico que por lo que se contaba entre vestuarios tenía un poyón de campeonato. Las informaciones hablaban de 20cm erecto, otros de 25cm, pero al fin y al cabo era grande igual. Con lo único que se quedó nuestro protagonista fué que lo habían rechazado por no dar la talla. Entonces pensó... En la piscina yo iba con el bañador un tanto apretado, quizá se fijó de sobras en mi amiguito y por eso fuí descartado. Por más que su amiga le dijera que esa chica era una superficial, o que él tenía mejor corazón, Vicente seguía obsesionado en lo de su miembro y decidió actuar.

Buscó información en la web, preguntó descaradamente a un colega suyo que estaba enterado en medicina por sus padres, y después de buscar y rebuscar un día encontró lo que fué su solución. Proviniente de Ásia llegó una crema y un complemento alimenticio, cuyo nombre no sabría mencionar. Su finalidad era darse unos masajes con esa crema, siguiendo unas instrucciones y complementar el ejercicio con ese potingue que se cree que era regenerador o algo por el estilo entendió.

Manos a la masa, nunca mejor dicho.

Pues durante 5 días a la semana, descansando solamente 2 y a lo largo de un mes, siguió el tratamiento al pie de la letra. Rápidamente encontró que sus erecciones eran más fuertes y que respondía bien al entrenamiento. Su amiguito solo había ganado un centímetro, ahora ya eran 16cm, pero si funcionaba... Siguió y siguió y al cabo de 3 meses, para navidad llegó a los 18cm. Se sentía orgulloso, pues rellenaba el bóxer fenomenalmente, se sentía más hombre y le encantaba hablar sobre su pene a su buena amiga Andrea. Ella por otro lado le contaba que notaba como sus pechos crecían y a él eso le ponía quizá más que lo que en Andrea despertaba el relato de su amigo. Las cosas fueron cambiando, llegó Mayo, es decir, un més más tarde de su última medición y John sintió algo extraño. De repente estándo aún sobre su cama recién levantado, notó que se había corrido en la cama y que además estaba aún empalmado porqué notaba el pringue en la punta. Él y nosotros sabémos que a eso le llamamos sueños húmedos, pero lo que él no acertó fue la suposición veloz de que su miembro había quedado atrapado entre el calzoncillo y aún erecto, rozaba con la cama. Con toda la calma que ofrece un buen despertar, se quitó primero la manta y cuando fué a reclinarse observó primero el manchurrón y luego su pene. No estaba duro, repito, no estaba duro. Se quedó sorprendido y rápidamente se quitó el calzoncillo, se puso delante del espejo y observó una tremenda poya de 15cm en modo normal, el chico quedó atónito, pues esta era su mejor marca 5 meses atrás cuando estaba erecta. Ahora era simplemente el inicio.

Volvió atrás para ver su teléfono móbil, seguramente lo que quería era ver porno para levantar a su amigote, pero hubo un mensaje que le pusó a cien.

Andrea: JOddr, toy flipando tete :(... Tngo k pillar un sosten nuevo, s me a kedado pekeño...

La erección era descomunal, su amiga era más tetona y él más poyudo, que podría salir de allí si follándo acabaran. A partir de ese día su marca quedó en 21cm erecto y su objetivo: conquistar a Andrea. Picó mucha piedra como suele decirse, pero tardó bastante en escuchar un "me pones" por parte de su amiga. Toda su historia comenzó un día en la piscina, cuando quedaron allí en los alrededores de Junio, y él quedó preso del cuerpazo de su amiga y detonó una erección de 22cm, uno más desde mayo. Cabe decir que ese bañador ya dejaba ver que algo grande se escondia debajo, y cabe decir también que Andrea no lo pasó por alto, y por eso cuando le entró la erección, ella enseguida se dió cuenta. Sin querer se le escapó por uno de los lados del bañador, era uno de tipo sleep, y instintivamente intentó ocultarla. Pero no escapó a la mirada de su amiga. Se acercó a él pasados unos segundos, en los cuales pensó bien que hacer. Simplemente se acercó, se plantó delante suyo, él bajó las gafas de Sol y vió como el bikini de su amiga caía a sus pies. Las gafas sobraban, él atónito de ver dos tetas bien puestas que caían hasta unos centímetros antes del final del costillar, sólo tubo tiempo de escuchar: "Me pones". y lanzárse directamente a sus labios.

La escena era para ver, un miembro de 22cm cojido por la mano de una muchacha que tenía más pecho que mano su amigo y un ir y venir de besos más digno de una escena romántica que no del porno que podría salir de allí. No acabaron consumando, ninguno llevaba protección, pero lo que si salió de allí fué la larga nota de audio de Andrea a su amiga Paula en la que le contó su aventura y le pidió que si no le impotaba... Ella respondió que no, claro que no, nunca había tenido nada con John, él si que lo quiso con ella, pero no pasó. Aliviada Andrea siguió viéndose con John, al final acabó jugando a dos bandas, pues tenía un secretín... También tenía una amante, si, una amante que le ayudaba con un asuntillo... Pero eso son otras historias que ahora no merecen ser contadas.

Continuará...