De ciber a primera cita (1)

De como una fantasia ciber se convierte en un fin de semana inolvidable.

No iba a ser lo mismo quedar para follar con él que con cualquier otro, y ella lo sabía, lo tenía muy claro. El peligro de las adicciones, enamoramientos y demás patologías era más que evidente. Sexualmente era todo demasiado perfecto, demasiado complementario. Lo que también sabia era que probablemente si no lo hacia perdería la ocasión de tener sexo con alguien tan parecido a ella en ese campo, y tan loco por varias de las virtudes que ella poseía.

No era lo mismo una sesión ciber por messenger El tacto, el olor, el sabor, los besos y mil etcéteras más. Pero el riesgo a quedar enganchada le frenaba sin fecha límite.

Él, a su vez, se moría de ganas de ver realizadas varias de sus fantasías sexuales pendientes, o mejor dicho, moría de ganas por realizar su máxima, esa que englobaba todas las demás sin excepción.Ella. Maria era su máxima fantasía, y sentía que cada vez estaba más lejos de conseguirla. Al contrario de lo deseado, el posible encuentro físico con Maria, cada vez era más fantasía y menos realidad.

Mientras, las siestas y las noches de onanismo cada vez eran mas y más protagonizadas por cada uno de los dos. Él se la había follado ya en todas partes, de todas las maneras posibles, y había hecho realidad sus fantasías, pasando a ser costumbre, al igual que hacia ella con él. Escudriñando sus mentes, digamos que se podía haber redactado un nuevo kamasutra.

Pasaban horas en conversación de voz o tecleando, con o sin webcam, no importaba cuanto si los dos tenían tiempo libre. Cuatro, seis, ocho horas "juntos" intercalando charlas con sexo, confesiones con orgasmos. Pero el ansiado momento no llegaba y cada vez parecía más distante.

-De momento y hasta que no te pueda ver como una polla con patas, no quedaré contigo. Eso si, el día que eso pase, te llamaré, y tendrás el polvo de tu vida.

Qué prepotente! pensó él…Aunque razón no le faltaba..Iba a serlo pero para los dos, para ella incluso.

Estas palabras se le repetían a él. No lograba entenderlas. No comprendía por qué perderse tanto placer. En su cabeza no entraba desperdiciar todo lo que podía llegar a ser, tan solo por si creaba adicción. No era motivo suficiente como para no comprobar si realmente valía tanto la pena probarlo. No lo era para él. ¿Y si lo hacían y en realidad no creaba tal adicción a ninguno de los dos? Iban a perdérselo por un quizá?

Ella, en cambio, lo llevaba con aparente normalidad y frialdad. Si no follaban en persona parecía que le daba igual, con las sesiones tan bestias de ciber que tenia con él

y los encuentros que podía tener con otros hombres cuando le apetecía, iba bien servida. No necesitaba complicarse más la vida.

Cuando le apetecía, si. Maria tenía un cuerpazo. A su cuarentena de edad, se le sumaba un tipazo que ya quisieran muchas de veinte. A grandes trazos, Maria era morena, con el pelo bastante corto, a temporadas mucho. Ojos oscuros, más bien guapa de cara, buena estatura, simpática, y una de las cosas del físico que le gustaban más a él: los pechos pequeños.

Él no tenia muy claro que ella se sintiera atraída. Incluso a veces pensaba que no era más que una fantasía cibernética. No podía gustarle físicamente. Almenos no de cuerpo. Tenía un marcado sobrepeso, cerca de 100kg, aunque era muy grande en todos los aspectos, y eso equilibraba un poco. Pero lo que si tenía era una barriga cervecera de la cual no estaba precisamente orgulloso. Ese era uno de los principales motivos por los que pensaba que la fantasía nunca se haría realidad. Su más bien poco atractivo físico, y la facilidad que podía tener Maria para disfrutar con quien ella gustara.

Fueron pasando las semanas, y en el 90% de las masturbaciones estaba presente ella y su flujo. Era ya una mezcla de obsesión y necesidad. Le pasaría lo mismo a ella? pensaba él, mientras se masturbaba a placer imaginándose bebiendo de entre los preciosos muslos de ella. Sí, Maria eyaculaba a mares. Máxima fantasía sexual de él y difícil de encontrar en una mujer. Otra de sus varias virtudes, que hacían que sólo pensara en provocarle orgasmos múltiples si algún día lograra tenerla delante.

Llegó al trabajo apurado de tiempo, para variar. Con mala cara y mas sueño que un panadero. Era lunes, y los lunes ya se sabe…un infierno. Encendió el ordenador y se dispuso a leer el correo con su café, como de costumbre a primera hora. En la bandeja de entrada había un correo de ella, y sus ojos saltaron despiertos. Me ha mandado alguna foto o video suyo, pensó. Lo abrió nervioso y con muchas ganas, pero sus ojos saltaron más aun si cabe, al empezar a leer.

-Buenos días wapo!!! Te dije que te llamaría, pero lo decidí al acostarme y no eran horas de llamar. Así que prefiero mandarte un mail para alegrarte el lunes. Estoy preparada. No quedes con nadie el próximo fin de semana. Tienes la cita de tu vida.

Besitooossss!!!

No daba crédito. Era una broma? Si lo era, era de muy mal gusto…No, no podía ser broma, con algo así no jugaría. Que hacia ahora, le respondía el mail? le mandaba un sms? la llamaba? esperaba la noche sin más?

Acto seguido su polla presentó armas. Era inevitable cada vez que pensaba en ella de una forma sexual. Su miembro poseía un resorte especial que respondía a Maria únicamente de esa forma. Era mucho más rápido y brusco que con las demás mujeres, le provocaba incluso dolor, y una humedad que traspasaba con facilidad la tela de sus boxers a menudo. En cuestión de segundos, con una velocidad vertiginosa, se ponía duro con ella, era algo digno de estudio.

Pasó el lunes mejor que ninguno, y llegó la ansiada noche. Ella se conectó más o menos a la hora de siempre. Él llevaba ya más de una hora babeando esperándola.

-Era una broma verdad?

-En serio me ves capaz de bromear con algo así?

-No doy crédito

-Pues ya puedes darlo y prepárate para el viernes por la tarde porque te vas a arrepentir de haber insistido tanto en quedar conmigo

El tren bajaba la marcha poco a poco, entrando en la estación. Estaba como un flan. Por fin!!! Cogió su móvil y la llamó.

-Que ya estoy aquí.

-Aquí donde?.

-Aquí en la estación. Es el tren que entra ahora.

-Aquí te espero.

Y colgó.

Empezó a mirar nervioso por la puerta, a ver si la veía. Preparado para bajar como una exhalación en busca de su boca. –Como la boca como nadie, le había dicho ella en varias ocasiones…y estaba loco por comprobarlo y disfrutarlo.

No mintió. Allí lo esperaba. Aceleró el paso hacia ella. Dos sonrisas de felicidad, maldad y complicidad se fundieron en el morreo más salvaje jamás relatado. La saliva iba y venia a raudales, cosa que a él le ponía enfermo y ella sabia. Se abrazaron después de largo rato comiéndose las bocas. Hasta que ella dijo "vamos".

Salieron de la estación, y montaron en el coche. Al ponerse los cinturones ella no pudo evitar sobarle la entrepierna. Por fin tenía esa erección al alcance de su mano. Nada más tocarla y manosearla por encima del pantalón, se mojaron los dos al instante. Enseguida él no quiso ser menos, y puso su mano entre las piernas de ella. Ella se la apartó de inmediato.

En el primer semáforo que el coche se detuvo, cogió su mano y la llevó bajo la falda, haciendo gestos claros de tocarse el coño. Enseguida la sacó, y llevó sus dedos hacia la nariz de él, embobado.

-Lo prometido es deuda. Huele y saboréalo. Más nos vale que te guste, porque te vas a hartar durante tres días.

Puso sus dos dedos llenos de flujo a menos de un centímetro de su nariz, y él aspiró profundamente, disfrutando y sonriendo. Enseguida se los puso en la boca invitándole a la degustación. No hubo fraude. Abrió la boca y empezó a relamer y chupar con ansia mientras ponía cara de enfermo. ME ENCANTA! Gritó aprovechando que se encontraban dentro del coche. Es tuyo, respondió ella.

Durante gran parte del trayecto, se manosearon todo lo que la conducción les permitió. Ella conducía con dos dedos de él follándole el coño, y a su vez él lo disfrutaba con su polla envuelta en la mano de ella. Era una locura.

De repente ella vio un hueco y se dispuso a aparcar.

-Hemos llegado? Preguntó él, pues no sabia nada de donde se dirigían.

-No cariño. Baja. Dijo quitándose el cinturón.

-Adónde vamos?

-Ya lo verás.

Se metieron en una farmacia. Él la siguió obviamente, sin sospechar nada. Entraron y ella se dirigió al mostrador.

-Buenos días, una caja de aspirinas…dentífrico…y preservativos. Pero talla grande por favor.

A él se le heló la sangre. No se lo esperaba. Será bruja! pensó

Salieron y ella se reía con risa malvada.

-Nunca le había comprado los condones a un tío!!! Pero es que en esta ocasión merecía la pena-dijo.

Él tenía una polla normal, tirando a pequeña si hablamos de longitud, pero tenía un grosor bastante generoso, cosa que hacia que los condones de talla normal le fueran un suplicio, dejándole incluso marcas en la base, y cortándole bastante el rollo, además de la circulación y parte de la eyaculación. Nunca había probado con condones de talla superior, y ella lo sabia. Habían estado juntos mirando por Internet tallas, y hablando del tema. Por eso le dio morbo entrar con él a comprárselos.

-No te preocupes, no vamos a usarlos para follar. Pero ya sabes mis fantasías…quiero ponerte varios con la boca, aunque te los saques luego como a mi me gusta, para poder follarnos bien a gusto. Y también quiero que te pongas tu otros tantos. Ya sabes lo cachonda que me pone verte hacerlo.

-Joder Maria eres la hostia! Espetó él hundiéndole la lengua hasta lo más profundo.

Montaron en el coche de nuevo, y se dirigieron hacia la habitación del hotel. Durante el trayecto, en cada parada, por pequeña que fuera, aprovechaban como locos para comerse y meterse mano. El no perdía oportunidad de meterle dos dedos y empapárselos para chuparlos y disfrutar ese sabor que tantas veces había deseado tener en la boca. Eran como dos enfermos. Eran dos enfermos.

Al fin llegaron. Aparcó el coche, bajaron, cogieron las maletas, y se dirigieron a la recepción a pedir la llave. Mantuvieron la compostura delante del mostrador, y delante de las puertas del ascensor, hasta que este se cerró a su paso, dando el tiro de salida a lo que seria un fin de semana de sexo loco, sucio e inolvidable para ambos.

CONTINUARÁ

Agradeceré sus críticas y comentarios a perversion2@hotmail.com