De camping en la playa
Una pareja idea un plan para que ella pueda quedarse embarazada de un amigo común.
DE CAMPING EN LA PLAYA
( Esta historia nunca ocurrió en realidad, simplemente es un relato, una fantasía cuyo único fin es entretenerme a mí y a todos aquellos / as que gustan de leer historias eróticas)
Era una noche calurosa y agradable de un fin de semana de agosto. Mis buenos amigos Manuel y Carmen, me habían invitado a pasar con ellos el fin de semana en un camping en una playa bastante alejada y de difícil acceso.
Cuando llegamos , me sorprendió la belleza del paisaje. Se trataba de una cala bien resguardada entre acantilados, de arena rubia y aguas cristalinas. Pero lo mejor de todo era que sólo la compartiríamos con otra pareja y su pequeño.
Montamos las casetas y enseguida vino la noche. Nos apañamos una pequeña barbacoa hecha de piedras y empezamos a hacer la comida entre tragos de cuba libre y risas. Al par de horas teníamos un mareo de campeonato, sobre todo Carmen y yo. Juan estaba un poco decaído.
Me extrañaba su actitud , así que como su mejor amigo, le pregunté a que se debía. Le costó un poco arrancar, pero terminó confesándome que desde hacía tiempo estaban intentando tener hijos, pero les estaba costando mucho y empezaba a temerse que fuera estéril.
Intenté tranquilizarle con toda clase de argumentos, pero fue inútil. Se disculpó y se encerró en su caseta argumentando que estaba agotado de la semana y necesitaba descansar.
Carmen y yo nos quedamos charlando y apurando los últimos tragos de ron. Ella es una mujer bastante atractiva. Morena de cabello rizado y largo, esbelta.... No es que tenga un cuerpo de escándalo, pero no está mal y unido a su gran simpatía y espontaneidad, hacen de ella una mujer bastante apetecible.
En fin, poco a poco el frío se fue apoderando de nuestros cuerpos, lo que sin darnos cuenta nos llevó a juntarnos cada vez mas en busca de calor. De pronto, acogió mis manos entre las suyas y sentí un irrefrenable impulso de besarla, me contuve, simplemente al miré a los ojos y le devolví una cálida sonrisa.
Ella no solo devolvió el gesto, sino que lentamente fue acercando su cara a la mía y me plantó un suave beso en los labios. No pude aguantar mas, la sujeté por la nuca y prolongué el beso hasta que nuestras lenguas se juntaron.
Sin mas preliminares y sin dejar de besarnos, ella se sentó sobre mi al tiempo que liberaba mi miembro, para mas tarde dirigirlo hacia su sexo e introducirlo sin contemplaciones.
Recuerdo lo asombrosamente placentera que fue la sensación de sentirme dentro de ella, sentir todo su calor , sin dejar de besarnos y abrazados formando un solo cuerpo. Siempre fue ella quién llevó el control, moviendo sus caderas según sus deseos, pero dándome un increíble placer.
No había estruendorosos gemidos ni jadeos, solo silencio, besos y estremecimientos de su ser a cada uno de los varios orgasmos que tuvo. Solo interrumpió el silencio para pedirme que me vaciara dentro de ella. Esto hizo que abandonara todo mi control y me fuera en medio de uno de los mejores orgasmos que recuerdo, llenándola con todo mi semen.
Carmen al sentirlo dentro de ella, tuvo otro y definitivo orgasmo que me agradeció con un profundo beso y la mas encantadora de las sonrisas.
Dos meses después me sorprendieron con la agradable noticia de que por fin Carmen estaba embarazada. Me alegré mucho por ellos, pero mucho mas cuando Manuel me confesó que ese hijo era mío y que lo de la playa lo habían planeado para que ella se quedara embarazada. Yo había sido el elegido debido a la gran confianza que había entre nosotros, además del gran cariño que Carmen sentía por mi.