De Camping

Mi prima, uno de mis dulces sueños. En la soledad del campo mi prima se convertirá en mi amante entregándose por primera vez al tierno abrazo de su primo.

Desde hace tiempo noté un cambio en una de mis primitas, su crecimiento llamó poderosamente mi atención. Sus senos, a simple vista, son firmes y sus pezoncitos destacan bastante pues, usualmente, le gusta andar sin ataduras, aunque de manera discreta cuando estamos en familia o con alguien con quien no tenga mucha confianza. Su trasero es igual de bello, aunque un poco menos llamativo que su complemento superior. Su piel es suave y su aroma es algo que me excita en cuanto lo percibo. Mi prima mide apenas 1.50 m, sin embargo para sus 18 años es una lindura de mujercita.

Su carácter es muy alegre y le encanta estar en el relajo, se la pasaba con una o dos amigas que no están tan bien como ella y de vez en cuando salíamos a pasear al centro comercial, ya sea por algún café y una plática o para disfrutar de una película.

Mis ojos constantemente recorrían su cuerpecito, imaginándome como sería tenerla a solas y dispuesta a darle rienda suelta a nuestros instintos y deseos... bueno, los míos.

Mi relación con ella siempre ha sido buena y nos tenemos una gran confianza. Ella siempre me había tratado como lo que soy, un primo más, hasta que un día me pidió que nos viéramos pues tenía un problema que quería comentar conmigo. Quedamos en vernos en el centro comercial para platicar mientras tomábamos un café, ella se presentó vestida de una forma que me pareció bastante provocativa.

Un pantalón de mezclilla a la cadera, zapatillas de tacón, una blusita pegadita de tirantitos y un suéter muuy ligero encima. De verla solamente, vino a mí una erección impresionante, casi tanto como mi linda primita.

El problema era su novio, él deseaba y por todos los medios trataba de llevársela a la cama y ella aunque lo quería mucho, aún no deseaba tener un encuentro tan íntimo con él y no sabía como decírselo, pues pensaba que de inmediato la dejaría.

Yo le dije que si no era su deseo llegar tan lejos con él, lo mejor era que se lo dijera claro y sin rodeos.

Pero... Si termina conmigo?- Me preguntó, con sus bellos ojos cafés húmedos por las lágrimas que amenazaban salir.

Pues habrá sido lo mejor-

Ella no dijo palabra alguna, pero en sus ojos leía que mi respuesta era la misma conclusión a la que ella ya había llegado. No hubo necesidad de seguir con el tema, seguimos charlando pero ahora en forma más seria.

Unos días después ella me llamó llorando para decirme que estaba en casa de una de sus amigas y que había terminado con el individuo aquél. Traté de hacerla sentir mejor pero no fue suficiente. Pasaron algunas semanas y ella se recuperó bastante bien, se veía ya más tranquila y jovial. Yo aproveché para estar más cerca de ella y hacerme su primo favorito para poder disfrutar de su compañía durante más tiempo y tratar de seducirla. Ella no sospechó nada y yo logré obtener su confianza. Salíamos juntos al cine, al café, a recorrer la ciudad y en algunas ocasiones nos dimos unas escapaditas para acampar y conocer algunos sitios y ciudades cercanas, pero en ninguna de esas ocasiones hubo algo "extra" con ella.

Hasta hace siete meses...

Al calor de una taza de café me confesó que su ex había llegado a excitarla bastante pero nunca se atrevió a ir más allá de simples escarceos y caricias . Esa fue la primera ocasión que hablé de sexo con ella y la forma en que me preguntaba, la excitación y el morbo en su voz me dieron a entender que estaba dispuesta a llegar más allá con un hombre... y decidí que ese sería yo. Empecé a frecuentarla más y casi nos veíamos a diario, estaba dispuesto a convencerla lo más pronto posible. Las conversaciones invariablemente desembocaban en el tema sexual y ella siempre tenía preguntas y al final se veía claramente la calentura que sentía. Cada encuentro me acercaba más a mi meta y me cuidaba muy bien de no ser muy obvio en mis intenciones y más de que sus padres se dieran cuenta o sospecharan algo.

El premio llegó cuando la invité a salir, iríamos a acampar como otras veces fuera de la ciudad. Aceptó de inmediato pues siempre le ha gustado dormir en el campo, acordamos que ella pediría permiso para visitar una amiga que vive en la ciudad vecina a escasos 30 minutos de distancia, se quedaría desde el viernes en la tarde y se regresaría el domingo temprano para que mis tíos no se dieran cuenta.

No tuvimos ningún contratiempo para lograr salir y llegamos a nuestro destino a eso de las 17:00. Ella llevaba un short de mezclilla y zapatos tenis, una playera negra, gorra y su mochila, yo iba casi igual, la diferencia es que yo usaba pantalón. Dejamos las mochilas y encendimos la fogata, cerca de ese lugar hay un arroyo bastante grande y tranquilo, en el cuál, se puede uno meter a nadar sin problema ya que no es muy profundo. Mi prima preparó la cena y estuvimos platicando y tomando fotos un buen rato. Sentados cerca del fuego, empezamos a platicar sobre el lugar, era muy bello a la luz de la luna y el fuego le daba una tonalidad muy especial, a decir verdad, me sentía muy tranquilo a pesar de lo que había preparado... en mi mochila había una botella de tequila y un paquete de preservativos.

Eran las 20:40 cuando preparé mi saco de dormir, mi prima me miró.

A poco ya tienes sueño?- Me preguntó con una sonrisa de burla- La edad ya te pesa?-

Ja, ja... Muy simpática... sólo lo saqué para acostarme, no para dormir-

Se acercó a mí y se sentó a mi lado.

Sólo bromeo primito, la verdad tengo que decirte algo- Y se sonrojó

Ese gesto me desconcertó.

Qué pasó? Olvidaste algo?-

Sip, mi saco de dormir-

La miré con un gesto serio, ella puso cara de preocupación... y solté una carcajada.

Mi prima se quedó helada, yo no podía contener la risa, no por que fuera gracioso (que sí lo fue), sino por que ese golpe de suerte no me lo esperaba, si hubiese pedido una señal del cielo, seguro hubiese sido esa.

No hay problema niña- Le dije cuando dejé de reír- Mi saco es triple, me gusta tener libertad de movimiento aún en el campo. Ella respiró tranquila.

Ay! Lo siento primito, te juro que es la primera vez que me pasa-

Seguimos platicando un ratito más y le dije que empezaba a darme sueño, me preguntó que si me iba ya a dormir y le dije que no, que había traído algo por si eso pasaba, de mi mochila extraje la botella y ella se rió.

Vaya primo.... ahora sí viniste preparado- Y ella no sabía aún que tan preparado.

Sip, pero no te hagas ilusiones por que no pienso compartir, aún estás muy pequeña-

Que malo!- Se puso de pie para que pudiese verla- Te parece que me veo muy pequeña aún?-

La observé y dí gracias una vez más por lo que iba a disfrutar esa noche... quisiera o no.

No prima, te ves bastante mayorcita aunque no lo seas- Tomé un vaso desechable y le serví un poco, no quería emborracharla, sólo alegrarla para facilitar mi tarea.

Sírveme más- Me pidió

Nop, primero termina eso y ya luego te sirvo más-

Bebimos un poco mientras platicábamos, de pronto el cielo se abrió, noté que ya estaba algo mareada así que dejé de darle alcohol para poder hacer lo mío. Me recosté en el saco y ella se tumbó al lado. El cielo estaba cubierto de estrellas y la luna era apenas una sonrisa medio dibujada en la oscuridad, volví mi rostro hacia donde estaba mi prima y ella hizo lo mismo, le pregunté si quería que nos metiéramos de una vez al saco y ella asintió.

Corrí el cierre y me quité la playera que traía, ella se metió primero y luego que hice lo mismo, cerré el saco. Me abrazó para calentarse y en ese momento sintió por primera vez mi erección.

Primo!- Exclamó sonriendo- No me dirás que el alcohol te pone así!-

Claro que no, lo que pasa es que el tenerte tan cerca pues... me pone algo nervioso- Le dije, tratando de parecer algo avergonzado.

Ja, ja, ja... Nervioso? Yo le llamo de otra forma- Respondió mostrando algo de nerviosismo en la voz.

Si no te gusta puedes dormir fuera-

No, no... sólo bromeo, es que nunca me había dado cuenta que estuvieras tan bien dotado- En ese momento su mirada ya delataba un interés menos inocente.

Tú crees? Yo creo que no lo estoy tanto, además, cuantos más has visto?-

Ella se puso de mil colores y se volvió boca abajo para tapar su rostro.

Ay niño! Cómo preguntas eso?-

Me volví a reír y le pregunté si había visto a un hombre desnudo.

La verdad no, sólo he tocado a mi ex y a un amigo de la secundaria pero hasta ahí-

De verdad?- No podía creer lo que me decía

Sip, me gustaría ver a un hombre y llegar más lejos, pero siempre me ha dado miedo, me han dicho que la primera vez duele. Es cierto?-

Una ex-novia me dijo que la primera vez sí le dolió, pero no mucho, que sólo fue un instante y que luego empezó a sentir placer- le dije con la vista al cielo- Aunque siendo realistas no tengo idea de qué es lo que siente una mujer-

Guardé silencio, el cuál se alargó por varios minutos, los dos estábamos acostados viendo el cielo y las estrellas, pensaba en como dirigir la plática y mis movimientos para conseguir mis deseos cuando su voz me sacó de mi trance.

Primo...-

Dime...-

Podrías mostrarme... como es tu pene?

Mis ojos se abrieron como platos, la petición me resultó bastante sorpresiva, ideal pero sorpresiva. Tragué saliva pensando la respuesta.

De verdad deseas verlo?-

Sep- Su carita estaba completamente ruborizada- Te lo pido por que siento mucha confianza entre nosotros-

Pues si realmente lo quieres no veo por que no-

Me costó mucho aguantar la sonrisa de triunfo, lentamente, pues no quería parecer desesperado, desabroché mi cinturón y deslicé mi pantalón hacia abajo, lo saqué del saco pues no quería estorbos, enseguida me saqué el bóxer y quedé desnudo.

Ya puedo verlo?- me preguntó con voz baja

Levanté un poco el saco y ella se puso de rodillas. Ahí estaba, completamente erecto apuntando al cielo, yo no recordaba alguna otra ocasión en la que hubiese tenido una erección semejante, estaba sorprendido yo también.

Ay primo! Se ve demasiado grande, creo que es mucho mayor que el de mi ex – sus ojos estaban clavados en él, entonces volvió su mirada- Puedo... tocarlo?

La vi directo a los ojos.

Sip pero...- hice una pausa algo larga como si lo pensara muy bien- Quiero pedirte algo-

Qué?-

No había vuelta... Era ahora o nunca.

Quisiera verte desnuda-

Yo? Desnuda?-

Su mente pareció dar mil vueltas en un segundo, me pareció que su respuesta sería negativa, hasta que hice como si fuera a cubrirme. En silencio se puso de pie y me dio la espalda, empezó a quitarse su short y le dejó caer. Enseguida se despojó de su playera y noté que, como es usual en ella, no llevaba bra, quedando en tanga únicamente. Se tapó con los brazos y se volvió de nueva cuenta hacia mí.

Mi boca se quedó abierta cuando pude contemplar la figura de mi prima, en realidad era una de las mujeres más bellas que recordaba hasta ese momento, me puse de pie y ella se mostró más nerviosa aún.

Porqué te levantas?-

Por que quiero verte más de cerca-

Me aproximé hacia donde estaba y tomé sus manos, ella bajó la mirada y separé sus brazos. Sus pechos estaban firmes y los pezones erectos, su color ligeramente más oscuro que el resto de la piel, y el tamaño perfecto para caber en mis manos. Puse mis manos en la cintura de ella y empecé a deslizarlas hacia abajo.

Espera! Qué haces?- preguntó con algo de miedo en su voz

Te dije que quiero verte desnuda-

Cerró los ojos y separó un poco las piernas, mis manos bajaron la prenda hasta sus tobillos, pero no me levanté, mis ojos quedaron a la altura de su entrepierna, sin soltar sus piernas subí de nuevo mis manos y al llegar a las rodillas, me detuve. Acerqué mi nariz y respire el aroma que emanaba, noté por el brillo en sus muslos que estaba mucho muy húmeda. Estaba a punto de hacerla mía y ella no se iba ya a resistir.

Un gemido salió de su boca cuando posé mi lengua en la ingle, recorrí el camino hasta su clítoris, a través de su escaso vello púbico y un temblor se apoderó de sus piernas. Me levanté y la tomé en mis brazos, la abracé y la llevé hasta el saco, la acosté y le dí un beso en los labios, recorrí su cuello mientras acariciaba sus senos con mi mano, tomé su pezón con mis dedos y lo apreté suavemente.

Ella acariciaba mi espalda y bajaba sus manos para tomar mi pene y acariciarlo con mucho cuidado, suspiraba mientras bajaba besando su cuerpo, lamí su vientre y lentamente separé sus piernas, mi lengua volvió a tocar su clítoris, pero ahora no sólo lamía sino que iba disfrutando de los jugos que escurrían de su vagina. Su respiración se hacía más pesada y sus gemidos más fuertes. Levantó su cadera para facilitar mi labor y aproveché para mojar su ano con sus mismos jugos, no pensaba dejarle un solo agujero intacto.

Deshice el camino hasta llegar de nueva cuenta a su cara y besar sus labios, sus ojos estaban cerrados, ella estaba inmersa en la sensaciones que recorrían su cuerpo, chupé sus senos y pezones a mi antojo, tenía todo el fin de semana por delante para disfrutar a mi prima. Bajé mi mano para acariciar su clítoris, lo frotaba y aventuré un dedo dentro de su húmeda cueva, la sensación del calor en mi mano fue indescriptible. Separé un poco sus labios vaginales y seguí el camino. Mi prima gemía y se retorcía al sentir mi dedo invadiéndola.

Aahhh!! Dios! Primo más, más! Sí, así-

Su orgasmo me sorprendió, cerró sus piernas pero no retiré mi mano.

AAAAAAHHHHHGGG!!!!! PPPRRIIIIMOOOOOOOOO!!!—

Se quedó quieta, su carita se veía iluminada y el brillo en sus ojos era bastante intenso. No dije nada y unimos nuestros labios una vez más. Durante un rato estuvimos besándonos y acariciándonos. Fue entonces que la tomé de la mano y la levanté para que se pusiera de rodillas.

Que vas a hacer?- Me preguntó intrigada

Yo nada, eres tú la que lo hará-

Haré qué?-

No respondí, sólo me puse de pie enfrente de ella.

No... primo por favor no, no quiero, eso no-

Lo siento prima, te toca, yo también quiero sentir tu boca-

Pero nunca lo he hecho... No quiero hacerlo mal o lastimarte-

No te preocupes, sólo procura no usar los dientes por que es bastante molesto-

Mi prima cerró los ojos, pero la tomé por el cabello, los volvió a abrir y en sus ojos se veía no miedo, sino repulsión por lo que estaba a punto de hacer. Esa imagen de mi prima indefensa y resignada me hizo excitar aún más. Hice que inclinara su cabeza un poco hacia atrás y abrió la boca. Metí casi la mitad de mi erecto miembro en su boca provocando una arcada en ella, la saqué un poco y repetí el movimiento, mi prima con lágrimas en los ojos aguantó la segunda arcada y cerró sus labios. Obedeció a la perfección mi consejo sobre los dientes y empezó a chupar y lamer mi miembro.

Su tacto sumado a la visión de tenerla completamente a mi merced se antojaba un manjar para cualquier mortal que hubiese estado en mi lugar. En un momento dado moví mi cadera y metí todo mi miembro en ella, sentí claramente como golpeaba su garganta pero ella ya no se quejaba, se había acostumbrado rápidamente y ahora daba largas lamidas, su lengua trataba de rodear el falo y su movimiento de arriba hacia abajo producía en mí un temblor sutil. Sus labios no tardaron mucho en lograr su misión y sentí como empezaba a agolparse el semen hasta que no pude más, la tomé de la nuca para no permitirle separarse un milímetro y un chorro de leche golpeó su garganta e inundó su boquita, resultó completamente sorprendida y dio una gran arcada pero a pesar de ello, tragó con gran maestría toda la emanación e incluso limpió los restos que quedaron en mí.

Ay primo- se quejó- casi me ahogo-

No dije nada, sólo me recosté y ella se alejó un poco, volvió unos minutos después y se acercó a darme un beso en la mejilla. Un aroma a menta me dio a entender que se había lavado los dientes, evidentemente no le agradó el sabor.

No hice comentario alguno sobre eso, sólo volví a mi labor y después de besarla en los labios, volví a bajar hasta su aún húmeda cuevita. Mi lengua recorrió hasta el último rincón de su entrepierna, subiendo y bajando, perforando suavemente y disfrutando el sabor que su intimidad me ofrecía. Un segundo orgasmo llegó y sin apartarme, bebí los jugos de mi prima. El calor de su vagina en mi cara hizo que mi excitación aumentara lo suficiente para una nueva erección, mientras subía lamiendo y saboreando el cuerpo de mi prima, ella gemía con los ojos cerrados y su cuerpo temblaba bajo el mío.

Mis manos recorrieron su cuerpo y mis labios disfrutaban los suyos, nos habíamos convertido en amantes lujuriosos, ya sin remordimientos o miramientos por ser familiares, éramos un hombre y una mujer saciando nuestros deseos.

Me separé un poco para poder observar a mi prima y constaté la belleza y candor que poseía, sus ojos brillaban y su boca sonreía. Sus manos recorrían mi cuerpo una y otra vez y sus piernas se abrieron completamente, esa señal me indicó que por fin había alcanzado mi objetivo.

Niño... por favor, no me vayas a lastimar- me dijo casi susurrando-

No te preocupes, tendré mucho cuidado

La besé de nueva cuenta mientras acercaba la punta de mi pene a su entrada, el calor que sentí fue espectacular, estaba bien lubricada y podía sentir claramente la humedad de su sexo. Empecé a presionar lentamente y me fui incrustando en ella. Poco a poco mi miembro se iba perdiendo en el interior de mi prima hasta que encontré un impedimento. Su himen detuvo mi avance pero no por mucho tiempo. Con un empujón más, este cedió y un gritito, ahogado por mis labios, salió de boca de ella.

Sus ojos cerrados dejaron escapar pequeñas lágrimas, como despidiendo su virginidad.

Ay! D-D-Duele!-

Me detuve y retrocedí un poco a fin de que pudiese acostumbrarse.

NO! No lo saques... no, por favor-

Sólo un poco, necesitas acostumbrarte al tamaño-

Mi prima sonrió, rodeó mi cintura con sus piernas y me miró a los ojos.

Se siente rico. Sigue, por favor-

No tuvo que repetirlo, volví a ejercer presión y lentamente mi pene entró cuan largo es invadiendo por completo a mi prima, sentí como mis testículos chocaron contra ella, estuve un momento inmóvil y enseguida me retiré casi por completo, solo para volver a empalarla pero ahora con más fuerza y velocidad.

AHH! AAHH! PRIMO AAAHH, SÍ ASÍ, AAHH-

La bombeaba con cuidado, procurando no hacerlo muy bruscamente, estaba siendo bastante considerado y amable y aunque mis deseos reales eran destrozarla con fuerza, saciarme con su cuerpo como si fuese un animal, me esforcé para no ceder. Ella empezó a mover su cadera acompañando mis embestidas en forma rítmica, mi lanza salía y entraba arrancando de ella en cada ocasión, un gemido casi inaudible. Estos, se hicieron cada vez más evidentes y el ritmo que manteníamos aumentó poco a poco, el sonido de mis testículos chocando contra su cuerpo nos ponía a mil y no dejábamos de besarnos. Sus senos estaban duros, moviéndose al ritmo de las embestidas, creando un espectáculo deliciosamente erótico.

Los dos estábamos entregados al placer, olvidándonos de tapujos e inhibiciones, los gemidos se transformaron en gritos de placer, el sudor escurría por nuestros cuerpos y nuestras manos exploraban lo que hubiese a su alcance. Las bocas chupaban, besaban y mordían lo que se pusiera en el camino, era un momento casi mágico para mí. Esa mujer con la que tanto soñaba, por fin estaba siendo mía, sin importarle el que tuviésemos un parentesco tan cercano, los tabúes habían quedado muy atrás. Mi ahora amante respiraba de forma acelerada y su cuerpo convulsionaba impresionantemente, sus brazos rodearon mi cuello y sus piernas mi cintura, se apretó contra mi pecho y un grito de placer llenó el ambiente, su orgasmo fue seguido de un temblor y un desvanecimiento casi total. A pesar de eso, no bajé el ritmo de mis embestidas y continué.

Estando así, sin fuerza y casi indefensa, saqué mi instrumento y con cuidado hice que se colocara en cuatro puntos, ella me miró como suplicando que no llevara a cabo lo que planeaba, pero ya no había vuelta atrás.

No por favor-

Pequeña, no te preocupes, no te lastimaré-mis palabras fueron suaves pero firmes

Pero...-

No hay pero... Sólo relájate y no pongas resistencia. Verás que también te gustará-

Una vez que estuvo en posición , pasé mi mano por su entrepierna, esparciendo los fluidos por todo su culito, presioné y metí la punta de mi dedo. Estaba bien apretadita y eso me animó, fui dilatando poco apoco el agujero hasta que pude meter otro dedo y luego otro. Mi preciosa víctima sólo gemía, no sé si de dolor o de placer pero evidentemente estaba cooperando. Cuando por fin pude ver como mis tres deditos entraban y salían casi sin resistencia, me coloqué de rodillas y en posición hacia ella, puse la punta en la entrada y sin miramientos, la empalé hasta el fondo.

Un alarido me dejó frío, trató de apartarse, pero ya era imposible, recargué mi peso en ella y a pesar de que retorcía su cuerpo, no tuvo más remedio que ceder a mi ataque. La dejé dentro un rato mientras que con mi mano la tomé del rostro he hice que volteara hacia mí, la besé en la mejilla y al oído le dije:

A partir de ahora harás todo lo que te pida y a la hora que yo desee-

Sin soltar su rostro, pues quería ver sus gestos mientras la cogía, fui sacando poco a poco mi pene hasta dejarlo casi fuera de ella, empujé con fuerza y una vez más quedé alojado en el fondo de su humanidad y un nuevo grito salió de ella. A cada penetración seguía un grito que erizaba mi piel, volví mi mirada hacia ella y lágrimas caían por sus mejillas, era evidente que no estaba disfrutando la experiencia, sin embargo ya no luchaba, esta rendida ante mí, era completamente el dueño de la situación y no desaprovecharía un solo instante.

Una y otra vez embestí ese precioso agujero, con fuerza, sin miramientos, sin seña alguna de remordimiento o pena por ella, el sudor de nuestros cuerpos caía al suelo y gritos salían de su garganta. La posesión estaba siendo brutal para una casi niña que no había tenido ninguna experiencia parecida hasta ese momento. La humillación y el dolor que le provocaba era una sádica fuente de inspiración para mí.

AAAYY!! No por favor!! Ya para!!! AAAHHH!!-

Sus súplicas caían en oídos sordos. Aunque después de unos instantes ella ya no emitía queja alguna, sólo podía escuchar el chocar de nuestros movimientos, su respiración agitada y como sus gritos se habían transformado en gemidos y suspiros prolongados y aunque aún seguía llorando, se había no sólo hecho a la idea de estar siendo casi violada, sino que ahora ya disfrutaba plenamente de esa nueva experiencia.

Saqué mi miembro, después de haber disfrutado ese precioso lugar de su humanidad y de inmediato lo introduje en su vagina, un gemido siguió a la maniobra y empecé un vaivén casi frenético, deseaba saciarme completamente, sentir como mi indefensa presa disfrutaba casi contra su voluntad de aquella experiencia, sus lágrimas habían parado y ahora volvía a entregarse por su propia cuenta. No tardó mucho para que tuviera un orgasmo más pero ahora fue más leve, menos explayado.

Unos segundos después de ella, una sensación de placer empezó a invadir mi cerebro y mi cuerpo, el orgasmo estaba cerca, fue en ese momento que recordé que no estaba usando protección, mi mente trató de hacer lo correcto pero la lujuria prevaleció por encima del sentido común. Aceleré el ritmo y un escalofrío recorrió mi cuerpo, el semen inundó el interior de mi prima, ella, con los ojos aún cerrados, soltó un gemidito al sentir como estaba terminando en su interior. La sensación de verla de rodillas frente a mí bebiendo mi semen, de tomar su virginidad, ser el primero en disfrutar de su ano y ahora sentir el líquido caliente deslizándose dentro de mi ahora mujer fueron de las mayores felicidades y satisfacciones que he tenido a lo largo de mi vida

Mis fuerzas después de tan maravilloso clímax fallaron y quedé encima de ella, pero sin sacar el miembro de su vagina.

Prima...- le dije casi sin aliento- Fue fantástico-

Lo sé, a mí me pareció estar disfrutando el cielo-

Nos quedamos abrazados un largo instante, yo boca arriba abrazándola y ella recargada en mi pecho. Su mirada estaba perdida en la oscuridad.

En que estás pensando?

En la forma que me tomaste, no me gustó mucho como me penetraste por atrás, me sentí sucia, humillada-

De verdad? Lo siento, no fue mi intención- dije fingiendo vergüenza

No fue doloroso, sólo... que me sentí como una cualquiera.

Pero... te gustó la sensación?-

Sí, sentirme a tu merced y estar a tu completa disposición me hizo excitar bastante- respondió, con el rostro completamente sonrojado

Se acercó a mí y junto sus labios con los míos.

Nunca me imaginé que terminaría así-

Así cómo?-

Enamorada de mi primo-

Sonreí. Esas palabras me dieron la seguridad de que de ahora en adelante mi prima y yo íbamos a ser más que sólo familiares.

El resto de la noche estuvimos practicando distintas posiciones, nuevas para ella y deliciosas para mí, al día siguiente, después de nadar un rato y de desayunar, repetimos la acción y así fue durante todo el tiempo que estuvimos allí. Al regresar, mi prima y yo continuamos viéndonos a escondidas. Ella ya estaba por cumplir la mayoría de edad y quería más independencia, después de platicarlo con sus papás, estos estuvieron de acuerdo en que rentara un lugar para ella sola, siempre y cuando no descuidara sus estudios. Yo la ayudé a buscar y le conseguí uno excelente justo a un lado de mi casa para poder vernos. Y aunque ella tiene la mayoría de sus pertenencias en ese lugar, la realidad es que casi vivimos como pareja, tenemos relaciones casi cada que nos vemos a solas y compartimos la mayoría de los gastos, hemos experimentado ya muchas tendencias e ideas sexuales.

Pero eso será tema de otro relato.

J L

p.d. El paquete de preservativos que llevaba regresó intacto, fue lo único que no usé ese fin de semana.... ;p