De campamento con la iglesia
Me voy de campamento con la iglesia y termino teniendo sexo con el cura.
Soy un chico, bueno, ya con 40 años, que me gusta vestirme de chica, y hacer el roll de chica en lo referente al sexo. Soy pasivo y sumiso. Cuando estoy con un tío me gusta dejarme llevar, complacerlo en todo lo que quiera. Es un placer más psicológico que físico, ya que en muchas ocasiones no llego ni a correrme, simplemente disfruto haciendo gozar a mi pareja.
Soy de Alicante (España) y me gusta la discreción, pues nadie en mi entorno sabe de mis gustos homosexuales y por el travestismo.
A través de chat, app, con algunos que me han escrito después de leer mis relatos eróticos o por contacto personal en discotecas o pubs he ido conociendo a gente con la que he tenido relaciones sexuales.
Me gusta quedar con tíos mayores, me da mas morbo, aunque no tengan el cuerpo firme y atlético como lo tienen los jóvenes. Me siento como una putita que es reclamada por un tío activo y dominante simplemente para hacerle disfrutar y realizar todas sus fantasías mas oscuras que con su mujer no puede o no se atreve a realizar, como son el sexo anal, mamadas, corridas en la boca, azotes, lluvia dorada, beso negro, etc.
También he tenido relaciones con curas y monaguillos, ya que de alguna manera u otra he estado vinculado a la iglesia.
En este relato me gustaría contar una de las experiencias más excitantes que tuve al tener sexo con un cura, así que no me enrollo más.
Debido a la comunión de mis hijos, participé en bastantes actividades con la iglesia, que organizaba eventos para atraer a los jóvenes.
En una de esas salidas nos fuimos de campamentos a una zona de acampada en la montaña. Durante el día se hicieron juegos y varias actividades en las que participaban niños y mayores. En estas actividades fui tomando contacto con uno de los curas, notaba como este cura tenía mucho contacto físico con las personas, y me fui acercando a el de manera disimulada y provocaba que esos contactos fueran cada menos tiempo. Él se tuvo que dar cuenta pues las miradas entre ambos fueron en aumento.
Después de los juegos, al atardecer fuimos a ducharnos y a cambiarnos para descansar y prepararnos para la cena. Las duchas estaban juntos a los aseos, en cabinas individuales, y al laso estaban los WC y lavabos.
Les decía a los chicos y otros mayores que fueran yendo a las duchas primero, mientras me quedaba a recoger y organizar el campamento junto con el cura, que pareció leerme el pensamiento y decía lo mismo, quedándonos ambos para el final.
Una vez todos se habían duchado y estaban en sus tiendas cambiándose y descansando antes de la cena, le dije a cura que iba a ducharme, diciéndome él que también haría lo mismo. Cogí lo necesario para la ducha y me fui a las duchas. Comprobé que no había nadie y dejé mis cosas en una de las duchas, me salí a los wc y oriné para luego lavarme los dientes en los lavabos mientras hacía tiempo que llegaba el cura. No tardó mucho en hacerlo. Me saludó, y se introdujo en una de las duchas. Rápidamente, dejé de hacer el paripé en el lavabo y me metí en mi ducha, me desnudé y me pasé a su ducha preguntándole si tenía gel, ya que se me había olvidado, cosa que había sido a posta. Él me dijo que si, cogió el gel y me dijo que él me ayudaba. Se hecho gel en una mano y comenzó a enjabonarme el pecho, masajeándolo y pellizcándome de vez en cuando los pezones. Me miraba con cara de deseo. El agua de la ducha caía sobre nosotros. Del pecho pasó a enjabonarme los brazos abdomen, y a continuación bajó hasta mi polla, la cual empezó a enjabonar al tiempo que la masajeaba, bajando hasta los testículos los cual comenzó a sobar suavemente con una mano mientras con la otra recorría la polla de arriba a abajo. Luego me bajó con cuidado el prepucio dejando libre un capullo rosado, hinchado y caliente, del cual comenzada a salir un líquido pre-seminal debido al estado de excitación que tenía.
Yo me mantenía de pie, con los ojos cerrados, dejándome llevar.
El cura me cogió por los hombros y me giró, me apoye en la pared de la ducha y saque mi culo, al tiempo que habría las piernas, dejando paso libre s mis nalgas y ano.
El comenzó a masajear mis nalgas, dándome fuertes pellizcos, separándolas fuertemente para luego juntarlas así estuvo un momento hasta que fue llevando su mano derecha hacia mi ano, pasándola desde la parte baja de la espalda hasta llegar a tocar mis genitales con la punta de sus dedos, para luego retroceder de nuevo hasta mi espalda, eso si, presionando en todo momento, lo que hacía que al llegar a mi ano introducía por un momento la yema de uno de sus dedos.
A continuación, cogió el bote de gel y se echó un poco en su mano, yo seguía apoyado en la pared, arquee mi espalda sacando mi culo y dejándoselo en una mejor posición, sabía lo que venía ahora y quería facilitarle el trabajo. El dejó el bote de gel en la pequeña estantería que había en la ducha y dirigió la mano del gel hacia la raja que unía mis nalgas, paso la mano entre ellas, presionando con el dedo corazón, fue deslizando su mano hasta que el dedo llego a mi ano, y poco a poco fue introduciéndolo hasta que sus nudillos tocaron mis nalgas. Un gemido ahogado se me escapó involuntariamente, estaba super excitado y el penetrarme con su dedo me había dado mucho placer. Entonces comenzó a sacar el dedo lentamente, hasta sacarlo completamente, en el momento que salió, otro suspiro salió de mi boca. Volvió a introducir el dedo lentamente hasta el fondo y entonces dio un empujón con todo el brazo como queriendo introducirme la mano entera, lo que me provocó una oleada de placer que de nuevo hizo que un gemido ahogado saliera de mí. Entonces comenzó un mete-saca rápido, follándome con su dedo, yo movía mi culo acompañándole en la follada mientras un escalofrío de placer recorría mi cuerpo.
Un segundo dedo se introdujo dentro de mí, y siguió con la follada rápida de mi ano con sus dedos. Sin tocar me polla, sentía que iba a acorrerme de un momento a otro, pues la excitación y el placer eran enormes, me giré y le dije que me follara.
El sacó sus dedos de mi ano me cogió de la cintura, pegándose a mí, dejando su polla entre mis piernas. NO era una polla muy grande, tendría unos 17cm. Y de un diámetro bastante normal. Acogí su polla entre mis muslos y debido al jabón se deslizaba perfectamente entre ellos, lo que le hacía simular una follada, me paré y le volví a decir que me follara ya, el cogió su polla con un amano mientras con la otra me separaba las nalgas tirando de una de ellas. Entonces pude sentir como la ponía en mi ano y a continuación comenzaba a empujar lentamente introduciéndola dentro de mí.
Notaba como su polla se iba abriendo paso en mis entrañas, una mezcla de dolor y placer se iba apoderando de mi hasta que noté su pubis pegado a mis nalgas. Entonces me cogió de ambas nalgas, separándolas fuertemente y comenzó a moverse rápidamente, follándome fuertemente, sentía su polla salir de mi hasta llegar a su capullo para luego entrar rápidamente hasta que sus testículos golpeaban en mis nalgas, así estuvo unos minutos hasta me dio dos fuertes embestidas anunciando su corrida, pegándose completamente a mi y descargando su leche en mi interior. Me cogió por la cintura con ambas manos y me sujetó fuertemente mientras descargaba todo su néctar en mi interior. Permaneció así casi un minuto hasta que se separó suavemente hasta que su polla abandonó complemente mi cuerpo, y entonces me dio el bote de gel y me recomendó que me pasara a mi ducha. Cogí el bote y me cambié a la cabina de ducha donde tenía mis cosas y comencé a masturbarme rápidamente, y en menos de un minuto comencé a correrme como nunca. Me duché y salí. El estaba en los lavabos, peinándose. Cuando terminó me dijo que, si quería, por la noche, cuando todos se hubieran acostado podía pasarme a tu tienda.
Lo que pasó en la tienda lo contaré en un segundo relato.
Espero que les haya gustado mi experiencia, y si tienen relación con la iglesia y les gustaría que coincidiéramos en alguna actividad, estaría encantado.