De Brasil a Tarragona - inicio de Matías (Parte 7)
Raquel mostrando todos sus vírgenes atributos a Matías, iba a ser su inicio en el mundo del placer, pero también el de Matías, y no en Brasil que hubiera sido lo normal, sino en tierras extranjeras...
La elección de las ropas fue un éxito, pues Matías le dio 10 puntos de una vez, y el desfile estaba apenas empezando...
Como siempre, Matías sacó unas fotos, las descargó en el ordenador y se fue rápido al baño. Como la otra vez, se quitó los calzoncillos y como ya estaba usando unos shorts bien cortos y finos, de aquellos para correr, iba a sentir mejor las suculentas carnes de Raquel.
Se sentó en su cómodo sillón y Raquel se le sentó en el regazo para ver las fotos, al hacerlo se levantó un poco la ropa y la bragita abierta puso en contacto su chochito depilado con una de las piernas de Matías. Matías le pidió si le podía acercar el vaso de agua que estava en la mesa, pues ella estaba más cerca, empinó su culo um poco para levantarse, oportunidad que Matías aprovechó para sacarse la polla por una de las aberturas de los shorts, justamente del lado en que ella se había acabado de sentar. Raquel alcanzó el vaso y lo acercó al teclado volviéndose a sentar en el mismo lugar.
Ahora, además de la pierna, el cachete derecho de su virginal culito estaba encima de algo duro y caliente, se puso muy nerviosa en el momento pero la conversación de Matías luego la tranquilizó cuando estaba felicitándola por la magistral forma que había desfilado, digna de una diva de la pasarela decía, mientras intenta acomodarse mejor para sentir un mayor contacto de su miembro erecto hacia la hendidura de los placeres.
Como de costumbre, le mostró otro desfile de ropa interior, este más reciente, tocando una música de moda que, además, a Raquel le encantaba. Se balanceaba ligeramente al sonido de la música y Matías iba marcando el ritmo con su pie izquierdo, justo en el que estaba apoyado el precioso culo de Raquel. En esos movimientos, la polla se levantó más y se ahondó un poco más a la izquierda, también ayudó que el movimiento lateral de Raquel que balanceaba el culo de derecha a izquierda ligeramente.
Será que a las brasileñas realmente les gusta que se las follen por el culo? No podía parar de pensar en ello, viendo a su hermana masturbándose su precioso trasero con tres dedos y retumbando las palabras de Mónica sobre tal afirmación, iba acomodándose para que aquella cosa dura que iba encontrando su lugar natural en el mundo se metiera donde no debía. Así que se movió un poco hacia adelante con la excusa de ver algo más de cerca en la pantalla y asimismo se movió más a su derecha, de tal forma que ahora estaba sentada en ambas piernas; con este doble apoyo el miembro viril ahora tenia más espacio vertical para empinarse hacia su destino. Pero Matías, inexperiente y virgen, realmente no sabía lo que hacía, lo poco que sabía lo había visto en películas porno y la pobre Raquel no eso había visto. Pero intuitiamente Matías entendió que Raquel le estaba ofreciendo su culito virgen, y no pudo evitar de acordarse de su hermana mayor, Eva, masturbandose el culo de espaldas mientras él la devoraba de deseo. Al fin de cuentas, talvez la amiga de mi hermana tenía razón y a las brasileñas les gusta que se las follen por el culo.
Ahora Matías podías sentir las entrañas calientes y mojadas del sexo de Raquel, Raquel, a su vez, sentida el capullo duro y resbaladizo de Matías jugueteando entre su coñito y su ojete. Matías no sabía donde estaba metiéndose, literalmente, pero Raquel sentía exactamente donde Matías iba a meterse. Así que, sin saber, fue moviéndose inocentemente con la música hasta que sintió una leve estocada en su culito apretado, Matías comenzó a levantar poco a poco la pelvis, sentía el ojete caliente y apretado resistiéndose a su paso, pero a cada embestida cedía un poco más, disimuladamente se puso la mano izquierda en la boca y con la saliva se mojó la polla dura e hinchada de tanto deseo, ayuda bastante pues ahora resbalaba mejor, a veces se dirigía al coñito de Raquel, daba para sentir un camino menos estrecho y resbaladizo, pero rapidamente Raquel se movía hacia adelante para volver a la misión anterior. Así por unos pocos minutos hasta que el capullo entró por entero en el ojete, Raquel gimió pero continuó dejando a Matías hacer lo que quisiera. Ahora, la parte mas gruesa tenía de entrar, no iba a ser fácil, pero poco a poco fue entrando. Cuando dolía, Raquel apoyaba ambos brazos sobre la mesa para tirar el peso de su cuerpo y levantarlo antes de una nueva embestida de su nuevo y feo macho.
Matías no sabía si iba a conseguir contenerse, tenía ya ganas de correrse. A su vez, Raquel estaba jadeante y con la respiración entrecortada de tanta excitación por la morbosidad de ese momento irrepetible, su culo ya no sería más virgen. Y, de repente, la polla se hundió hasta el fondo de su culo y soltó un grito, que lo debe haber escuhado su hermana que acaba de llegar de hacer compras. Fue un camino sin vuelta, el dolor inicial de la embestida sorpresa fue paulatinamente convirtiéndose en un placer cada vez más intenso. Además, Matías, ahora ya más relajado, empezo a tocar los pechos, pellizarle con cariño los pezones y meterlos los dedos en el coño. Raquel estaba tan descontrolada que ni le importaron las manos descontroladas de Matas dentro de su coñito virgen, sólo sabía que nunca había sentido tanto placer en su vida y Matías sentió el jugo de su placer llenar sus dedos y sus manos, al tiempo que Matías también se corría dentro del culito maravilloso de Raquel.