De boda

¡Córrete dentro... quiero que te corras dentro! me dijo. Después de esta boda no la he vuelto a ver. Quizá también viva en el extranjero.

Esto ocurrió hace unos meses en la boda de uno de mis mejores amigos. A pesar de vivir en el extranjero organizó la boda aquí y llegó el día: soleado, 100 invitados, hotel de lujo y todos con sus mejores galas.

Pasada la comida y una vez que comenzó el baile, pidiendo una copa me fijé en una chica alta, de ojos negros, con el pelo oscuro recogido, un vestido negro con lunares claros. Pedía a la vez que yo, me sonrió y ya me conquistó.

Seguí charlando con amigos, pero me iba fijando de vez en cuando. El vestido llegaba por debajo de las rodillas pero tenía una abertura por detrás que, de cuando en cuando, dejaba ver unas piernas finas. Otra abertura en la espalda dejaba al aire su parte central, con una piel blanca y lisa. Ella bailaba con amigas y se reía ajena a mi. No parecía que tuviera novio, o por lo menos no estaba en la boda.

Salí del salón con un amigo a una terraza a tomar el aire con mi copa en la mano. Al rato salió ella con otras dos amigas y se pusieron en la otra esquina de la terraza. Yo la miraba mientras ellas charlaban animadas y ella giraba la vista y sonreía cada vez que cruzábamos las miradas. Volvieron al salón y pasando por nuestro lado, me miró fijamente y pude leer en su cara que ésta iba a ser una gran noche.

Nos acabamos la copa y entramos de nuevo al salón. La chica no estaba. "Mierda", ya me había creado expectativas. Dejé el vaso vacío y salí hacia un gran pasillo en el hotel que había que atravesar para ir a los baños. Al fondo del pasillo la ví, hablando por teléfono. Fui hacia allí andando y antes de llegar veo que cuelga, me mira y me sonríe.

  • Hola - me dice mientras coge mi corbata y me coloca bien el nudo.

  • Gracias - le digo por el nudo y la cojo por la cintura. Se separa un poco y me dice:

  • Tengo novio... pero no ha podido venir.

A la vez su mirada era expectante y de deseo. Levanto la vista y veo a unos metros la puerta que dirige a los baños. Se la señalo con la mirada y me voy hacia allí. Me acerco solo y entro. Hay un pasillo ancho dentro con las dos puertas a los aseos. Espero unos segundos. ¡Vaya chasco como no entre! En 10 segundos que me parecieron eternos se abre la puerta y aparece la chica. Sonrío. Compruebo el baño de los chicos. Está vacío. Tiro de su brazo y entramos riéndonos en uno de los dos cubículos. Es amplio, cerrado del todo y está hiperlimpio. Es lo que tienen los hoteles de lujo.

Nos quedamos uno frente al otro, callados, escuchando a ver si alguien nos ha visto entrar. No se escucha nada. La cojo por la cintura. El vestido es fino y casi noto su piel. Tras unos segundos que nos quedamos mirando nos besamos y nos abrazamos con intensidad y urgencia. Ella tira de mi chaqueta hacia atrás y me la quita, soltándola sobre un colgador que hay tras la puerta. Lo mismo hace con mi corbata. Yo bajo por sus caderas buscando el borde del vestido. Mientras seguimos besándonos. Decido ir tirando del vestido hacia arriba. Me pego a ella que se queda de espaldas a la pared. Noto todo su cuerpo mientras sigo tirando del vestido. Siento el tacto de sus medias. ¡Por fin! Meto mis manos por dentro de su vestido. Ella se está peleando con mi cinturón. Agarro su culo. Mmmm... no lo parecía pero es blandito y maleable. Lleva panties. ¡Son todo impedimentos! Ella ha conseguido quitarme el cinturón y está con el pantalón. Se escucha la puerta del servicio. Paramos de repente. Ha entrado alguien. Nos miramos callados. Ella sin hacer ruido sigue soltando mi pantalón. ¡A ver si lo consigue ya porque mi verga está apretadísima dentro! Yo sigo con las manos en su culo, sobre los panties. Mi pantalón cae sobre el suelo y me quedo en bóxers. Escuchamos como alguien se lava las manos, se seca y sale.

Nada más cerrarse la puerta, la cojo, le doy la vuelta y la pego de cara a la pared. Aprieto mi verga contra su culo. Suelta un suspiro de sorpresa y excitación. Froto mi paquete aun dentro del bóxer con su culo. Noto los panties pero debe llevar tanga, porque no se nota nada más. Su vestido se ata al cuello con dos botones. Los suelto y meto las manos por la abertura de la espalda. No lleva sujetador. Tiene unos pechos medianos. Sus pezones están duros. Ella sigue con suspiros mientras yo bajo las manos por sus caderas y levanto su vestido. ¡Hay que quitar esos panties! Encuentro el borde y tiro hacia abajo con las dos manos. Libero mi verga y me vuelvo a frotar con su culo. Efectivamente debe llevar tanga. Noto sus nalgas desnudas contra mi polla. Beso su cuello y voy bajando con mi boca por su espalda. Intento llegar a su culo, pero el cubículo no da.

La siento sobre el inodoro. Tiene una cara preciosa, encendida. La parte de arriba del vestido cae. Sus pechos son bonitos y sus pezones piden guerra. Coge mi miembro con una mano y se lo lleva a la boca. Se lo mete de un tirón. ¡Joder! La verdad es que estoy que reviento. Empieza a chupar y succionar a buen ritmo. Se acompaña con la mano y en cada embestida se la mete hasta el fondo. cojo su cabeza y acompaño sus movimientos. Voy a explotar en breve. Su ritmo se acelera. Le digo que me voy a correr. Saca mi polla de su boca y sigue masturbándome. Finalmente exploto sobre sus pechos. Ella va bajando el ritmo poco a poco, mientras mi verga suelta algún chorro más.

Me agacho, abro sus piernas y levanto su vestido. Lleva un tanga de encaje negro minúsculo. Aparto el tanga. Tiene su rajita totalmente depilada. Empiezo a chupar la cara interna de sus muslos. Ella se relaja hacia atrás. Llego a su coño. Lamo la rajita de arriba a abajo y meto mi lengua dentro. Juego con su clítoris y meto dos dedos. Está húmeda. Mis dedos entran y salen a buen ritmo mientras sigo chupando y jugando con su clítoris. Ella está gimiendo. Nos da igual ya si entra alguien o no en el servicio. Se va a correr. Voy subiendo el ritmo. Mi lengua no para. Ella empieza a gemir más fuerte. Explota. Saboreo sus fluidos. Me levanta. Mi polla empieza a estar operativa otra vez. La coge, y empieza a moverla arriba y abajo. La golpea contra su lengua. Está consiguiendo que se ponga dura otra vez.

Me siento yo sobre el inodoro y se sienta sobre mi metiendo mi verga en su coño. Empieza a moverse rítmicamente. Está muy húmeda. Chupo sus pezones muy duros. Ella sabe moverse. Acompaño sus movimientos con embestidas por mi parte. Agarro sus nalgas y la ayudo con su movimiento. Tras un rato así la levanto por su culo y la aprieto contra la pared sin salir de ella. Rodea mi cuerpo con sus piernas y agarra mi cabeza con sus brazos. Empiezo a embestir con fuerza. Ella respira, gime, suspira y llega así al orgasmo. Yo sigo empujando un rato más.

Saco la polla y se baja. Se pone de rodillas en el inodoro ofreciéndome su culo. Aprovecho todos los fluidos de su coño y lo voy humedeciendo. Froto mi capullo sobre su agujerito. Ella sigue expectante. Poco a poco voy introduciendo mi verga en su culo. Una vez dentro voy sacando y metiendo la polla poco a poco. Su interior aprisiona mi miembro. Sigo aumentando el ritmo. Y estoy a mil. En cada embestida choca mi cuerpo con sus nalgas que se mueven al ritmo de los empujones. Los dos estamos sudando. Ella está gimiendo otra vez. Voy a explotar.

  • ¡Córrete dentro... quiero que te corras dentro! - me dice.

El ritmo es cada vez más intenso y sus nalgas siguen chocando y sonando contra mi cuerpo. En una última embestida me agarro todavía más fuerte a sus caderas y me corro dentro. Mi polla sigue con algún espasmo más dentro de su culo. Me dejo caer sobre su espalda. No sé si han pasado 20 minutos o 40. Nos recomponemos como podemos. Ella se viste completa pero sigue encendida. Yo me pongo el traje. Tras comprobar que no hay nadie salimos. Ella pasa al baño de chicas y yo salgo hacia el salón. Me pido otra copa. A los 10 minutos aparece ella por la puerta. Me mira sonríe y se va hacia sus amigas.

Después de esta boda no la he vuelto a ver ni he preguntado por ella. Quizá también viva en el extranjero como mi amigo. Será nuestro pequeño secreto... o eso supongo.