De aquellos compañeritos inocentes que éramos...

Unos compañeros de colegio deciden verse de nuevo después de muchos años de no verse... es el principio de una degradación de sus hijos.

DE AQUELLOS INOCENTES COMPAÑERITOS QUE ÉRAMOS…

YA NO QUEDA NADA (1)

Hola, soy July, tengo 39 años, me dedico a dar placer, soy una puta de lujo en mis momento libres y una esposa abnegada en mi casa, aunque no me lo crean soy abogada, hago esto porque me fascina el  sexo, mi marido también es abogado y mantenemos una economía muy sana, compadezco a las mujeres que lo hacen por necesidad, la única necesidad que yo tengo es sentirme invadida por una buena verga.

Reitero que no lo hago por dinero, cuando un hombre no me gusta, me puede ofrecer el oro y el moro que no acepto acostarme con él. Tampoco es que desprecie el dinero, soy muy cara y me gusta ver de lo que son capaces los hombres con tal de tenerme… ¿Cómo empecé?

Tuve un novio con el cual me quería casar, Alex, pero él estaba enamorado de Solange, una de esas chicas fresitas de “buena familia”, muy bonita, bonito cuerpo, no voy a negarlo, pero que creen que la vida es de color de rosa, por despecho comencé a salir con otro hombre y de uno pasé a dos y cuando sentí ya tenía clientela, pero hombres con dinero, no crean que me voy con cualquiera, por algo tengo este cuerpo que Dios me dio… aquí estoy esperando a un cliente en una habitación del Hotel Tikal Futura. Esperen, tocan a la puerta:

CLIENTE: Hola, preciosa, en las fotos que me mandaste no te veías tan exuberante, eres muy hermosa.

JULY: Gracias, amor, deja el dinero sobre la mesita de noche y dime que quieres que haga.

CLIENTE: Para empezar me gustaría que me hicieras un sensual striptease.

Puse música cadenciosa y empecé a mover las caderas, me gusta mucho ver la cara que ponen los hombres cuando me muevo, lentamente me fui quitando los tirantes de mi vestido y cayó al piso, me acerqué para que sintiera mi aroma de mujer cachonda, mirara mis nalgas duras y bien formadas, luego me desabroché el brasier y mis pechos saltaron desafiantes, luego le di la espalda y sin doblar las rodillas me fui bajando la tirita viéndolo a los ojos, era un poema la cara de mi amante de turno, tenía la boca abierta y se tocaba su verga sobre el pantalón.

No soportó más su calentura, se quitó el saco y se hincó a orarle a mi gruta rosadita, me siento muy poderosa cuando desde arriba veo un hombre lamerme como perro, no sé qué me da más placer, si los manantiales que salen de mi vagina o verlo hincado tratando de entrar como un animal, de una gruta parecida de donde salió.

Se desnudó y me pidió sexo oral, sé que soy muy buena haciéndolo, hay hombres que me piden exclusivamente eso y los hago terminar con mi boca, igual les cobro como si fuera servicio completo.

Mi cliente se recostó sobre la cabecera de la cama y gateé hacia su miembro erguido, así como a mí me gusta tener poder, a los hombres los enloquece una sumisa y yo estaba ahí para satisfacerlo, me metí su pene a la boca y lo metí completo, eso les fascina, me la saqué y tosí como si fuera a vomitar, eso los enloquece, lo hice como un gesto para satisfacer su hombría, pero la verdad ni siquiera llegó a tocar mi garganta.

Luego me puso de perrita y me penetró con violencia, creo que los hombres poderosos buscan chicas como yo, para sacar el coraje que les da… tener que cogerse a las viejas panzonas de sus esposas.

Me puso a cabalgarlo… nunca antes nadie me había pedido eso… quiso que lo abofeteara, que lo maltratara, que lo humillara y lo sometiera, yo me acordé de Alex y lo cacheteé con ganas, como si fuera a mi ex con quien consumía mi rabiosa venganza y se vino a chorros  en su condón...

Nunca terminaré de entender a los hombres y luego dicen que las complicadas somos nosotras.


Soy Solange, tengo 37 años… bueno, la verdad: 39, odio llegara  a los 40, pero nadie puede detener el tiempo. Venía del salón con Rous (mi empleada) y luego nos dirigimos al supermercado para realizar las compras necesarias para el hogar, en uno de los pasillos sentí que una mano tocaba mi hombro:

ALEX: ¡Sol! ¿No te acordás de mí? ¿Tan viejo me veo?

SOL: ¡¡Alex!! (Dándole un fuerte abrazo) Que gusto me da volver a verte, ¿Qué te has hecho?

ALEX: Pues soy Ingeniero Industrial y tenemos con el Chino… ¿Te acordás de Jorge?... aquel flaco que le decíamos “El Chino”…

SOL: Ya me acuerdo, ¿el que fue novio de Karlita? Sí me acuerdo muy bien de él.

ALEX: Pues con el Chino tenemos una empresa que entre otras cosas estamos trabajando en el área de inventos.

SOL: Que interesante ¿Y no has visto al resto de compañeros?

ALEX: No, pero tengo en Facebook a algunos de ellos, deberíamos de hacer una reunión para rememorar viejos tiempos.

SOL: Que buena idea, toma mi número de teléfono (Se lo di) y me avisas si se reúnen, bueno, te dejo porque voy de prisa.

ALEX: Fue un gusto volver a verte, sigues tan hermosa como siempre.

SOL: (Dándole un beso en la mejía) Gracias, Alex, siempre tan caballero.

Terminamos de hacer las compras. Al llegar a casa llamé a mi amiga y vecina y la invité a almorzar:

SOL: ¿Te acordás de Alex? ¿Aquel que fue mi novio en secundaria y que mi marido no soporta?

RUTH: Cómo no me voy a acordar, si por culpa de él casi no te casás. Aunque nunca me has querido contar toda la historia.

SOL: Pues lo vi hoy en el supermercado y está guapísimo, que digo guapísimo, lo que le sigue.

RUTH: ¿Y está soltero?

SOL: No sé, todo fue muy rápido, le inventé que iba de prisa porque me temblaban las piernas, quiere organizar una reunión con todos los compañeros del Colegio, le di mi número, ojalá me llame aunque no haya reunión.

RUTH: Te brillan los ojitos de la emoción, ahora que lo volviste a ver… ya va siendo hora de que me cuentes esa historia.

Y se la conté: yo ese año fui la Reina del colegio y Alex era el capitán del equipo de básquetbol, para mi coronación, el colegio organizó una fiesta divina, esa noche se me declaró y yo feliz lo acepté, con tan mala suerte que Richard, mi actual marido, quien estaba ya en diversificado: ¡también se me declaró!, le tuve que decir que no porque era novia de Alex, se enojó mucho con los dos.

RUTH: Ya estamos viejas… era la época donde los hombres todavía se declaraban.

SOL: Ese primer beso fue divino, ya había tenido otros novios, pero Alex me besaba con mucha pasión… pero como los cuentos de hadas solo existen en los libros… ¿Te acordás que te he hablado de July? Pues esa minifaldera vulgar se le insinuaba a mi novio, yo me puse muy celosas y los comencé a seguir… y como la que busca encuentra: ¡Los encontré besándose en el parquecito del colegio!, lo peor, es que con Alex había perdido mi virginidad.

RUTH: Ay Solange, te saltaste la parte más emocionante, Contame.

SOL: Pues al tiempo de ser novios empezaron las caricias y las insinuaciones, él me pedía la prueba de amor, yo me moría de las ganas por dársela, pero como toda una dama le dije que como condición tenían que ganar el campeonato intercolegial y para mi buena suerte, fueron campeones… entonces me llevó al cine, luego cenamos, baila…

RUTH: Saltate toda la parte romántica, ¡Al grano!

SOL: (Río) Tan desesperada… bueno, alquiló una habitación en el Camino Real, porque eso de los motelitos no se lo iba a aceptar. Me cargó en la puerta de la habitación…

RUTH: ¡Como si fueran de luna de miel! Que emoción, te besó, te desnudó ¿Y…?

SOL: Dejame contarte… me besó, sirvió champagne…

RUTH: Que elegante… bebieron ¿Y…?

SOL: …me volvió a besar y sus manos abrazaron mi espalda, yo lo tomé del cuello, entregada…

RUTH:… te tocó las nalgas ¿Y…?

SOL: Y si no me dejás contarte como a mí me gusta, entonces no sigo.

RUTH: Es que te tardás mucho… está bien… seguime contando.

SOL: …pues bajó sus manos a mis pompis y me apretó contra él, tenía una cosa bestial, te juro que me dio miedo… luego me tocó una bubi, luego la otra, me fue desabotonando la blusa, botón por botón…

RUTH: No me matés, peor si era de esa blusitas que se usaban antes, de muchos botones atrás, cuando me terminés de contar que te desabrochó el último botón a mí ya me dio un infarto.

SOL: ¡Pues me quitó la blusa! ¿Contenta?... él también se quitó la playera, le quedaba divina, era de los Yankees de New York…

RUTH: No me vayas a dar la marca de toda su ropa… no me hagás esa cara… el pantalón le quedaba “divino” ¿Y…?

SOL: Pues sí, le quedaba divino… pude sentir su pecho velludo, divino… me fue bajando el zíper de mi jeans… me quitó los tacones y poco a poco fue deslizando por mis pierna mi pantalón, me lo terminó de quitar, lo que no me gustó fue que lo tirara al suelo ¡Era nuevo!... ¡Ya, ya voy!... él se quitó su jeans azul y también lo tiró al suelo… se veía div… precioso, muy varonil en bóxer, tiene un cuerpo muy marcado, por algo era el capitán de la selección del colegio.

RUTH: Solo voy a ir a leer la Biblia y cuando termine, tal vez la cosa ya se haya puesto emocionante.

SOL: Tan exagerada, si ya falta poquito… ¿Dónde iba? Ya me perdí por tu culpa…

RUTH: …que se quedó en bóxer y se miraba divino.

SOL: Ah sí… lo recuerdo todo como si hubiera sido ayer… se acercó lentamente, se recostó a mi lado y me besó, me tocó la espalda y me desabrochó el brasier con una habilidad, que ni yo me lo puedo desabrochar con tanta facilidad… por instinto cubrí mis senos y el caballeroso me dio la vuelta y sentí su enorme erección en mi trasero, me tocó los pezones, que ya estaban bastante creciditos por el estímulo de sus dedos, yo sentía que la vida se me iba en un suspiro… no me di cuenta en qué momento se quedó completamente desnudo, sentí su miembro caliente entre mis piernas, me fue bajando la tanga y temblaba de miedo como una gatita siamesa, me dio la vuelta y me besó el cuello de una forma que la piel se me puso chinita, chinita… bajó a mis bubis y me besó una, con mucho amor y luego la otra, cuando empezó a bajar por mi ombligo lo detuve, no iba permitir que me tratara como a una ramera…

RUTH: Ay mujer, ¿No te gusta el sexo oral?

SOL: Jamás, soy una dama.

RUTH: ¿Nunca has oído aquel dicho que reza: Una buena esposa debe ser una dama en la mesa y una puta en la cama?

SOL: ¡Ruth! ¿Qué es ese lenguaje? Me sonrojás… ¿Vos lo has hecho?

RUTH: Claro, es delicioso, me gusta hacerlo y que me lo hagan.

SOL: ¡Qué asco! ¿Te has metido en la boca la cosa de tu marido?

RUTH: Primero no se llama cosa, por lo menos decí pene y segundo me encanta mamarlo.

SOL: ¡Eres una pervertida inmoral!... mejor te sigo contando… ¿Dónde iba?... así, en el ombligo, el asunto es que no dejé que profanara con su boca mi tesorito, se puso un preservativo y se acostó encima de mí, abrió mis piernas con sus rodillas y me fue introduciendo la punta de su cosa en mi vulvita virgen, yo ya estaba muy lubricada, pero eso no evitó que soltara un alarido, como si me estuviera quemando viva cuando me penetró, él se asustó y no se movió por unos instantes, luego vino el mete y saca y por fin terminó, me dijo al oído: te amo y yo me puse a llorar, la verdad… esas primera vez no me gustó, pero la segunda… uf… ahora te la cuento…

RUTH: Sin ánimo de ofenderte, amiga, nunca vuelvas a relatar algo erótico, no calientas ni a un degenerado.

SOL: Tan abusiva que sos, yo no pretendía excitarte… ¡No soy marimacho!

JIMMY: Hola ma, hola Ruth.

SOL: Nada de hola, vení a darme mi besito. ¿Ya almorzaste?

JIMMY: Ya, me comí una hamburguesa en el club… me voy a bañar

SOL: ¿Cuándo nos vas a presentar a Carol?

RUTH: Ya tienes novia, bravo, campeón.

JIMMY: Eso ya no se usa ma. Me voy a bañar.

SOL: Ay la juventud de hoy ¿Qué diría mi santa madre si viviera?

RUTH: Que sos una antañona ridícula.

SOL: Gracias… yo también te quiero… te sigo contando… con el tiempo le fui agarrando el gusto a eso del sexo, pero como a la quinta vez fue que tuve mi primer orgasmo, realmente estaba enamorada de Alex… cuando lo descubrí con es Ramera de July, lo mandé a volar… entonces Richard me fue cortejando hasta que nos hicimos novios… pero Alex seguía insistiendo que volviéramos, en una de esa Richard no encontró y se agarraron a golpes, lamentablemente mi Richard sacó la peor parte, y ahora preparate para el gran final: El día que nos casamos… cuando el sacerdote pregunta si hay… no me acuerdo bien… o que calle para siempre, Alex apareció al fondo de la iglesia y dijo: ¡NO TE CASES, YO TE AMO! Te imaginas el barullo que se armó, mi padre lo sacó de la iglesia y por fin nos casamos… la luna de miel en Turquía fue maravillosa…

RICHARD: Hola, amor, que bueno verte, Ruth

RUTH: Igualmente Richard.

SOL: ¿Ya almorzaste querido?

RICHARD: Claro, si son las cuatro de la tarde, me voy a bañar.

SOL: ¿Cómo te fue en el golf?

RICHARD: ¡Bien!

SOL: Ay, los hombres tan parcos, no cuentan nada.

RUTH: Yo también me voy, Solange ¿Vas a ir a la despedida de soltera de Rosario?

SOL: No sé, esas fiestas modernas son muy vulgares.

RUTH: Pero no puedes faltar, vas a ser la madrina de bodas.

SOL: No sé… te acompaño a tu casa.

JIMMY: ¡Rosenda! ¡Traeme una toalla!...

ROSENDA: ¿Dónde quiere que se la deje?

JIMMY: Vení, entrá al baño, dámela.

ROSENDA: Ay no, joven, mejor se la dejo sobre su cama.

JIMMY: Entrá que no te voy a hacer nada.

ROSENDA: Así me dice siempre y luego empieza a manosearme… ¿Cómo se lo ocurre salir desnudo, lo pueden ver sus papás?

JIMMY: Vení, hombre, no huyás ¿Cuándo me vas a dar ese culito rico?

ROSENDA: Cállese, joven, no me diga esas cosas.

JIMMY: ¿Entonces porque me mirás la verga?

ROSENDA: Mejor me voy.

JIMMY: No, esperate, sécame la espalda que no llego.

ROSENDA: Bueno, pero el resto se lo seca usted.

JIMMY: ¿No te gustaría secarme la verga?

ROSENDA: Ay, joven, que cosas dice.

JIMMY: Secame bien el culo… espérate solo me doy vuelta… ya que estás ahí dame una buena mamada.

ROSENDA: No, joven.

JIMMY: Por lo menos pajeame.

ROSENDA: No, joven, mejor me voy.

JIMMY: Esperate, hombre… enseñame las chiches.

ROSENDA: No, joven, suélteme o grito.

JIMMY: Solo mierdas sos.

Y se fue la hija de puta, hace como una semana le había tocado el culo,  yo creo que le gustó pero se hacía la difícil, que chichotas más ricas… ya me faltaba poco para cogérmela, la otra noche me metí a su cuarto sin que se diera cuenta y la vi desnuda, que rica esta la cabrona…

Me vestí y me fui a traer a mi novia… ojalá hoy si se dejara coger, estoy muy caliente.

RICHARD: ¡Rosenda!... ¿Y la señora?

ROSENDA: Salió con doña Ruth.

RICHARD: ¿Y Jimmy?

ROSENDA: También salió.

RICHARD: Entonces tenemos tiempo para un rapidín.

ROSENDA: No, patrón, que puede venir la señora.

RICHARD: Cuando la señora viene se oye a media cuadra con el ruido que hace, vení, chúpame la verga.

ROSENDA: Vaya, pero solo un ratito.

Se puso de rodillas y se la metió a la boca, que buena mamadora era la Rosenda, lo único que me faltaba era que me diera el culo.

RICHARD: ¿Te sigue metiendo mano, Jimmy?

ROSENDA: Sí, patrón, ahorita que se estaba bañando me pidió que le llevara una toalla, yo creo que él mismo las esconde para meterme en su cuarto.

RICHARD: ¿Y qué hizo, te volvió a tocar el culo?

ROSENDA: Peor patrón, como yo no quería entrar a su baño, salió desnudo, yo no tuve más remedio que mirársela y es tan vergudo como usted, patrón.

RICHARD: ¿No te gusta el patojo?

ROSENDA: No es eso, patrón, el joven Jimmy está bien chulo, lo que pasa es que ya le falto a mi esposo con usted, como para que también lo haga con el joven, yo no soy puta, patrón.

RICHARD: ¿Y por qué conmigo si lo hacés?

ROSENDA: Porque la primera vez usted me obligó. ¿Ya no se acuerda?

RICHARD: No te obligué, te dije que te podía dar un dinerito extra y vos aceptaste.

ROSENDA: Pero yo no quería, lo hice por el dinerito, pero no quería.

RICHARD: ¿Y ahora si te gusta?

ROSENDA: Es que ya le voy teniendo más confianza.

RICHARD: ¿De qué tamaño tiene la verga tu marido?

ROSENDA: Ay Dios, es bien chiquita, como la mitad de la suya.

RICHARD: ¿Y cuál te gusta más?

ROSENDA: La suya, patrón, es bien grande y bien gruesa, usted me llena toda, en cambio con mi marido siento como cuando los patojos juegan capirucho.

RICHARD: ¿Y lo ves todos los domingos?

ROSENDA: No todos, a veces ni llega a dormir al rancho por estar tomando con sus amigos.

ROSENDA: Pero yo te mantengo contenta… subite la falda que te quiero coger.

RICHARD: ¿Quiere que me quite el calzón o solo me lo hago a un ladito?

RICHARD: Te lo voy a ser a un ladito, no vaya ser que venga la señora y tengás que salir corriendo… que rica estás Rosenda... move el culo como a mí me gusta… así, que rico… ¿Te gusta?

ROSENDA: Esta bien rica su verga, patrón, siento que me atraviesa toda… usted no tiene llenadera ¿verdad? Me cogió antes de salir en la mañana y ahora otra vez.

RICHARD: ¿Cuándo me vas a dar el culo, Rosenda?

ROSENDA: Ay no, patrón, la tiene muy grande, la última vez que probamos no me entró ¿Se acuerda?

RICHARD: Porque vos apretás el culo, lo tenés que poner flojito… ya te dije que te doy más dinerito extra.

ROSENDA: Si no es por eso, le juro que me duele, es que está muy vergudo… déjeme probar si me entra la de mi marido y le aviso.

RICHARD: Esa verguita te entra hasta por la nariz.

ROSENDA: Ay, no diga esas cosas, patrón, para que le conté, ahora se va a estar burlando del pobre Chepe.

RICHARD: Vení, mejor mamámela y me sacás toda la leche, asi, Rosenda, así, que rico, hasta el fondo, más, más rápido, tócame los huevos, ya, que rico, me vengo, yaaaaaaa… que bien aprendiste a mamar verga.

ROSENDA: Gracias, patrón, es que usted es un buen maestro.


SOL: ¡Rooouuuuus! Servime mi té que ya son las cinco.

ROSENDA: ¡Ya voy señora!

SOL: ¿Qué hacías allá arriba?

ROSENDA: Pues… estaba limpiando el baño del joven Jimmy, viera el regadero que dejó antes de irse.

RICHARD: Ese vestido te queda espectacular, cariño.

SOL: Gracias, amor, me gusta estar bonita para ti.

RICHARD: Ay que cansado estoy… Rosenda servime un cognac… gracias…

SOL: Te quería contar que Rosario, la hija de Magda, nos pidió que fuéramos sus padrinos de boda y dije que sí ¿Estás de acuerdo?

RICHARD: Lo que tú digas está bien para mí.

SOL: Gracias, mi vida… Rous, pasame mi bolsa que está sonando mi celular… gracias… Aló…

ALEX: Hola, preciosa.

SOL: … gracias señorita por recordarme mi cita en el salón.

Y colgué.

CONTINUARÁ…