De amor a sexo y viceversa

Una aproximación a las relaciones cuckold, es conveniente desmitificar la perversidad de estas relaciones, tal vez mucho más comunes de lo que pensamos y por supuesto más ocultas por quienes lo practican.

Juan  había recibido la llamada de Lara y estaba preparando la cena para los tres, tal como le había solicitado ella.

Lara llega del trabajo con D. Pedro el socio mayoritario del bufete y jefe de Lara,  Es un hombre de unos 60 años fuerte y algo tripon, pero con muchísima clase, vestía un traje gris marengo de Armani y una camisa blanca de seda italiana, se acababa de quitar la corbata, también de seda italiana de tonos lila y morados.

Al llegar salió Juan de la cocina invitándoles a tomar un aperitivo antes de la cena. Lara se sorprendió  llevaba puesto un vestido negro de asistentscon delantal blanco con blonda y una cofia blanca en la cabeza.

D. Pedro le dijo, acércate maricon que quiero verte mejor, el se acercó con pasos lentos y temerosos y le acarició las piernas por dentro de la falda, notando que estaba recién depilado, llegando hasta su ingle donde pudo notar que llevaba unas bragas negras que al tacto parecían de encaje....

D. Pedro sin mediar palabra le beso la mejilla y acarició sus pechos por encima del vestido notando que llevaba sujetador al que había puesto un relleno de silicona y parecían unas tetas naturales.

Muy bien Juan, eres toda una maricona, tal vez hoy tengas tú recompensa antes de lo que crees.

  • Como llevas la cena

  • Le falta todavía una hora, tengo la carne en el horno....

  • perdonarme pero voy a ducharme, dijo Lara, me ayudas a desnudarme Juan?

  • Pero cuando acabes con ella vuelve que quiero que me hagas una cosa a mí también.

Juan desnudo a Lara con dulzura, y cuando le quitó las bragas se las llevo a la nariz...y le dijo:

  • Cuanto has trabajado hoy cariño, hay olor a sudor profundo como si fuese de esta mañana y un flujo de una excitación reciente..

  • El sudor es de esta mañana en el juzgado y el flujo por lo cachonda que me he puesto en el coche mientras D.Pedro me explicaba lo que haríamos está noche.

  • Puedes contarme a mi algo?

  • No cariño, me ha prohibido expresamente que te lo dijera, y ahora ve para allá antes de que se enfade.

Juan se levantó dio un beso en la frente a Lara y la dejo en la bañera con el jacuzzi puesto y se dirigio  hasta el salón donde D.Pedro permanecía sentado en el sofá. De piel blanco mientras tomaba un Fernet..

Al verlo, recordó que tenía en la cocina una bandeja para picar y rápidamente fue por ella.

Se acercó con la bandeja y se agachó delante de él para dejarla en la mesa de centro, momento en que D. Pedro aprovecho para meterle mano cogiéndole los testículos por la parte de atrás y estrujsndoselos, a lo que Juan exclamo un pequeño sonido de dolor.

-

Oh perdón, ven, siéntate a mi lado y empezó a meterle mano.

  • Mira como me has puesto maricona, enseñándole el bulto de su entrepierna.

Juan sumiso se arrodilló ante el,  abrió la bragueta y le saco la polla, todavía no estaba erecta, pero si morcillona.

Empezó a chuparle el capullo con mucho cuidado ensalibadolo hasta que aquel trozo de carne fue creciendo en su boca, sabía por experiencia que pronto no cabría y el se la metería hasta la garganta, solo podía respirar por la nariz y las arcadas cada vez eran más continuadas D. Pedro le cogió la cabeza con las dos manos y le follaba la boca, increpandole las frases más sucias y humillantes que se pueden decir a un hombre, llamandole maricona unas veces y cabron en otras, ante una mayor arcada le entró un ataque de tos al sentir el líquido preseminal en su garganta le saco la polla de su boca y sentó a Juan  junto a él en el sofá.

  • Acercame el Fernet y ve a secar a Lara, peinala y perfumala para mi, con aquella fragancia que traje de París.

Juan fue al baño e hizo todo cuanto  le había ordenado. La ayudo a vestirse sin ropa interior como le gustaba a el y un vestido largo negro de lentejuelas con una abertura lateral que llegaba hasta la cadera. Y unos zapatos de tacón negro de 10 cm de altura.

Lara entro en el salón majestuosa, perfectamente maquillada y perfumada, D. Pedro se levantó y beso su mano, mientras Juan, servía dos nuevos Fernet y se dispuso a ir a la cocina a preparar la cena.

Se sentaron en el sofá De. Pedro acariciaba las piernas de Lara y desde la cocina eran observados como la se besaban apasionadamente, Lara exclamaba unos gemidos casi inaudibles, que solo podría percibir su jefe, pero Juan los intuía y se estaba poniendo muy caliente, lo que hizo que empezará a masturbarse desde la cocina. En salón las escenas cada vez eran más torridas, hasta que entró Juan  y les dijo que la cena estaba preparada y se sentaron los dos cada uno en un lado de la larga mesa, ayudo a su esposa a sentarse y sirvió a ambos comensales en el más estricto protocolo, permaneciendo de pie junto a D. Pedro durante toda la cena, procurando de tener las copas llenas y que no faltase de nada.

Al terminar la cena el jefe pidió que pusiera música para bailar y bailo con Lara, sobandola cuanto pudo, besándola y metiéndole mano, Laura le había abierto la bragueta y al son de la música le manejaba la polla, mientras él le había sacado una teta por el escote y le mordía u el pezón.

Juan  desde la cocina no perdía ojo, en aquel momento el disco termino y fue a cambiarlo cuando D.Pedro le dijo que no y que sirviera café en el sofá. Ellos se sentaron allí y Juan fue a la cocina para preparar el café y a la vuelta ya estaban desnudos D. Pedro encima de Laura justo a punto de metérsela aunque la bebida por un lado y la barriga por otro hacían la maniobra un tanto difícil, Lara le cogió la polla para ponérsela en la vulva como le gustaba a el, restregando el glande por todo el surco, lubricando le el capullo para entrar con mayor facilidad, pero él se negó en esta ocasión y llamo a Juan para que lo hiciera, pidiéndole además que le ensalibara bien la vulva de ella y luego el glande de el y que guiará toda la maniobra de restregarse el glande por el surco previamente a la penetración así lo hizo y cuando la tenía totalmente  ensartada le pidió que le chuparias los huevos mientras se follaba a su mujer. Lara estaba muy excitada no por el placer que le proporcionaba su jefe que tenía una polla grande, si no por ver a su marido como estaba disfrutando de todo aquel momento, con la polla totalmente erecta con ganas de hacerle una mamada como aquella primera vez.

Juan noto los huevos duros del jefe y que pronto llegaría el momento de correrse y dejó de lamerle los huevos para con la punta de la lengua hacer círculos alrededor del agujero negro, el jefe se puso a mil y se corrió como un bendito dentro del coño de Lara, tras los gemidos de ella llegando al clímax simultaneamente. Juan Carlos contemplaba la escena de pie junto al sofá con la falda levantada las bragas bajadas y la polla fuera masturbándose, hasta que unos segundos después eyaculo junto a las copas de fernet que estaban en la mesa junto al sofá.

La pareja estaban abrazados junto al sofá y Juan fue a dejar las copas en la cocina.

A la vuelta les indico que había comenzado a llover, señal inequívoca de que el juego había acabado.

D. Pedro se empezó a vestir y el limpio cuidadosamente la vagina de Laura de todos los restos de semen, lo que hacía que ambos se excitan internamente, sin exteriorizarlo, hasta que el jefe ya totalmente vestido de despidió de ellos dos quienes le acompañaron hasta la puerta. Lara totalmente desnuda y con la puerta abierta le dio las gracias, dándole un beso en la mejilla y Juan le agradeció el haber venido con un apretón de manos y una sonrisa.

Tras cerrar la puerta, los dos cogidos de la mano volvieron al salón, Lara abrazo a Juan y sin decirle nada, solo mirándole a los ojos le pidió perdón por la humillación a que le había sometido su jefe, mientras le desnudaba del uniforme de criada, quedándose solo con la lencería negra se sentaron en el sofá donde Laura hacia unos minutos había follado con su jefe

El todavía excitado por todo el placer que le daba ver disfrutar a su mujer con otro hombre, se abrazaron y se dijeron todo cuanto se querían, Juan no podía ser más feliz y Lara le amaba con toda su alma. Se fueron a la habitación y el le lamió los restos de semen que todavía salían de su vagina y tras un sinfín de caricias besos abrazos muy suave, sutilmente empezaron con unos preliminares supersensuales, ella le lamía el glande y el los labios vaginales, querían darse todo el placer que no se habían dado durante el sexo con el jefe, pero en realidad los orgasmos eran de ellos solos y no del jefe y ahora despacio, saboreando segundo a segundo, todo el placer contenido que ambos habían diferido conscientemente, entregándose el al uno al otro justo en ese momento. Desnudos los dos y piel con piel de susurrado al oído, un profundo "te quiero", se rindieron en un beso profundo, entrelazándose las lenguas, saboreando uno al otro, comiéndose los labios, hasta llegar a ponerse la piel de gallina a los dos. La polla de Juan estaba totalmente erecta y Lara ya estaba chorreando, sin más dilación, cogió aquel mástil y lo paso por los labios y con un ligero golpe de cadera fue introduciéndose aquella dura verga, sintiendo como penetraba disfrutando de cada centímetro de penetración. Juan una vez hubo llegado al fondo inicio un movimiento suave y pausado, incluso con algún movimiento circular, hasta que notaba como ella gemía mucho más alto que antes, pero ninguno de los dos aceleraba el ritmo, parecía que lo querían saborear de una forma más íntima, no querían follar, se entregaban el uno al otro haciendo lo que más placer le daba al otro y anteponiendo ese placer al suyo propio. A veces paraban totalmente y se besaban y notaban como una corriente eléctrica por toda la espalda y luego seguían con el movimiento ralentizado

Permaneciendo así durante más de una hora, llegando exhaustos a mejor orgasmo que jamás habían tenido, tras el, se quedaron dormidos y abrazados despertaron cuando el sol les dio en la cara y antes de darse los buenos días se dijeron te quiero.