De acampada
Era pleno agosto y aquella acampada prometía ser muy muy divertida.
Era pleno agosto yo disponía de unos días de vacaciones, unos amigos y yo decidimos hacer una escapada, nos iríamos una semanita de acampada.
No muy lejos de aquí hay un río, que invita al descanso y al relax. Al final iríamos cinco, tres chicos y dos chicas.
Iván, que así se llama uno de mis tres amigos, y yo, decidimos adelantarnos y acampar un día antes para buscar un buen sitio.
Salimos bien temprano, con idea de montar las tiendas y acondicionarlo todo sin prisas, encontramos un precioso lugar justo a la orilla del río rodeado de eucaliptos.
A mi me vendría de miedo esos días, pero a Iván más aún, pues se había separado hace cinco meses y lo estaba pasando mal.
La verdad es que siempre estuve enamorada de él y el hecho de estar a solas con el un día entero me volvía loca.
Sin darnos apenas cuenta se nos paso el día. Al anochecer hicimos una pequeña hoguera aún a sabiendas de que estaba totalmente prohibido. Iván no quería pero insistí tanto que no se pudo negar.
- Será una hoguera muy pequeñita, de verdad.
A pesar de que caía la noche yo sentía cada vez más calor y me fui a poner algo más fresquito, una camiseta de tirantes blanca y un short fucsia.
Cuando salí de la tienda Iván estaba en el agua.
Car., (que así me llaman mis amigos), ven, el agua está de muerte.
No, no me apetece.
Pero en realidad lo deseaba, deseaba estar con el, pero no quería forzar nada.
- Ven boba, veras que rica está.
Ahora el tono de su voz se tornó dulce, era diferente. Me senté junto a la hoguera me encanta mirar las llamas. Iván salió del agua y se acercó a mí. Se puso de rrodillas detrás de mí y entre juegos me abrazó mojándome así con su cuerpo, puso su barbilla en mi hombro ufffffffffffff, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. El agua que aún quedaba en su pelo resbalaba por mi cuello hacia mi pecho deslizándose por dentro de mi camiseta hasta mi vientre, sentí estremecerme de placer.
Un suspiro salió de mí, él sin duda alguna noto mi excitación y comenzó a besarme el cuello, yo temblaba como una niña asustada que no sabe que es lo que va a pasar.
De repente me cogió en brazos y ..
Al agua!!.......
No, Iván no.
Aunque no me venia nada mal después del calentón.
Corriendo me llevó al agua hasta que consiguió zambullirme.
Bobo casi nos matamos.
Jajajajaja.
Empezamos a jugar, me cogía y me soltaba de golpe, haciendo que mi cuerpo se sumergiera por completo, yo intentaba hundirle pero era imposible.
Ya para, para Iván jajaja ya no puedo más jajaja.
Vale, pero que conste que he conseguido lo que quería, meterte en el agua jejej.
La noche estaba preciosa, la luna en cuarto creciente se reflejaba en el río ..
Se acercó a mí.
- Car.
Esa manera de decir mi nombre
Qué.
Car., estás preciosa.
Me abrazó, puso sus labios sobre los míos, yo quedé inmóvil. Que tonta lo deseaba hacía tanto tiempo y ahora no sabía que hacer.
Sentí como su lengua quería hacerse dueña de mi boca y me fundí con él, su saliva se mezclaba con la mía haciéndome sentir cada milímetro de su boca, rozaba mi lengua con la punta de la suya, consiguiendo así excitarme por segundos. Acercó todo su cuerpo al mío y pude sentir la dureza de su erección.
A través de mi camiseta mojada de adivinaban mis pechos y unos pezones duros y puntiagudos a causa de la excitación. Iván me quito la camiseta y se dedicó por completo a mis pechos.
Me llevó hacia la orilla y me tumbó, el agua mojaba mis muslos y de vez en cuando mi culo. Desabrochó mi pantalón y me lo quitó.
- Dios Car., lo tienes totalmente depiladito, uff me vuelven loco así.
Y se tiró a por él como con miedo de que alguien se lo quitara, el placer que sentí era inmenso, un coñito bien rasurado, multiplica por cien el placer una buena comida.
Introdujo su lengua por dentro de mi sexo, haciéndome gozar, arqueando mí cuerpo para hacerle así más fácil llegar a él. Se entretuvo con mi clítoris, mordisqueándolo mientras metía uno o dos de sus dedos en mi agujerito.
Iván, como sigas vas a hacer que me corra.
Córrete por favor, córrete, quiero todos tus jugos en mi boca.
Para, no sigas, aún no me quiero correr.
Pero no me hizo caso, siguió comiéndome el coño cada vez con más ganas.
- Ahhhhhhhhhh yaaa uffffff.
Un orgasmo recorrió todo mi cuerpo haciéndome volver loca de placer.
Subió hasta mi boca y me beso desesperadamente, como queriendo compartir conmigo los jugos que había recogido de mi coño empapado.
Yo no podía más, estaba súper excitada, esa comida de coño había hecho aflorar lo más vicioso de mí, adoro el sexo pero con Iván aún no me atrevía a comportarme como realmente soy, una verdadera viciosa.
Le hice que se tumbara y me subí sobre él, dejando así que mi coñito jugara con su pene, era un beso lascivo, queriendo decir, nene aún no sabes de lo que soy capaz, poco a poco fui bajando, me metí en la boca uno de sus pezones acariciándolo con mi lengua, mordisqueándolo.
Baje por su pecho lamiéndolo, besándolo, después sus abdominales ummm, firmes y duros como su rabo, que me esperaba deseoso de una buena mamada.
- Cométela Car.
Yo, traviesa de mí, baje hasta sus muslos, los besé, los chupé, yo veía como él no aguantaba más, pero quería tenerle bien caliente, antes de mamársela.
Pasé mi lengua por uno de sus testículos, sintiendo como se estremecía, después por el otro, así poco a poco suavemente.
Me dirigí después a su glande, era suave, delicioso, jugaba con él solo rozándole con la punta de mi lengua.
- Métetela en la boca, no aguanto más. (Me decía excitado)
Lo que hubiese dado por jugar con el agujerito de su culo, pero me parecía demasiado atrevido por mi parte.
Abrí mi boca todo lo que pude y de un solo golpe me metí toda aquella enorme polla que me tenía tan caliente, la quería toda para mí. Un gemido salió de la boca de Iván.
Mi boca se había vuelto loca, subía y bajaba aprisionando aquél mástil, mientras mi lengua al subir lamía su capullo y chupaba las gotitas de semen caliente que salían de el.
Ese sabor me apasionaba y quería más.
Iván estaba a punto de correrse.
Quiero que te corras en mi boca. (Le dije)
¿De verdad?
Si quiero toda tu leche.
Seguí mamándosela como poseída. Llevé mi mano hasta mi coñito, que aún estaba empapado y moje mis dedos en esos jugos que hacían que mi coño aún estuviera caliente.
Después con lo dedos bien empapados de mi néctar comencé a masajear sus testículos.
Quiero que te corras, quiero toda tu leche en mi boca.
No puedo más me voy a correr.
Al oír esto mi boca no paró ni un segundo y comenzó un ritmo frenético, yo no pedía más, cada vez me clavaba más su polla, seguía ya no pararía hasta hacerle correr, quería su leche y la quería ya.
- Ahhhh, yaaaaa.
Un golpe de leche caliente sacudió mi boca, no podía, no pude tragarla toda, tuve que entreabrir mis labios y dejar caer un poco, haciendo así que Iván terminara su corrida en mi cara, su leche caliente caía por mis mejillas hasta mi cuello, uff fue maravilloso pero me quedé con ganas de más, quién sabe una semana da para juntos daría para mucho.