De acampada (2: Por fin fué mío)
... allí yacíamos los dos desnudos en la orilla, exaustos. ebrios de placer...
allí yacíamos los dos en la orilla, exhaustos, ebrios de placer, el agua acariciaba suavemente nuestras piernas, mientras el reflejo de la luna iluminaba nuestros cuerpos desnudos.
Yo no creía lo que estaba pasando, el hombre al que durante tanto tiempo había deseado, el que tantas y tantas fantasías había despertado en mí, por fin fue mío, aunque solo hubiese sido por unos instantes.
Me levanté y me fui a la tienda, cogí de allí una toalla y una pastilla de jabón, me metí en el agua para quitar de mi cuerpo toda la arena.
Enjaboné bien mis hombros, mis pechos, mi vientre, aún sentía escalofríos de placer. Cerré los ojos y lave mi cara y mi cuello, llenos aún de leche, esa leche que Iván me había regalado y que me había hecho estremecer.
Escuche como Iván se levantaba y abrí los ojos, venia hacia mi, su cuerpo desnudo, escultural y con un abdomen perfecto me fascinaba.
- ¿Te ayudo? (me pregunto).
Cogio de mi mano el jabón, me giro y comenzó a pasarlo lentamente por mi espalda mientras me besaba el cuello. Cada poro de mi piel le deseaba con lujuria, en ese preciso instante hubiese querido tenerle como solo a mi me gusta tener a un hombre, el deseo de poseerle, de volverme loca con el, con su cuerpo, cada vez se hacia mas irrefrenable, quería ser la dueña de sus deseos, que me suplicara de placer
Pero Iván era demasiado dulce y yo no estaba acostumbrada a eso, pero en el fondo me gustaba.
Después de enjabonarme la espalda, poco a poco me echaba agua para quitar la espuma. No sabia si seria capaz de controlarme, esas caricias en mi espalda
Ahora se prestaba a lavar los cachetes de mi culo.
- Dios, como me gusta, (pensé).
Pasaba el jabón de arriba hacia abajo y de un lado al otro, dibujando así con el el contorno de mis caderas, es ese momento acalle un gemido que pretendía salir de mi garganta, aun no quería desvelar que era ese mi punto débil.
Era increíble, mi coñito volvió a reaccionar ante sus jabonosas caricias, un enorme placer recorrio todo mi cuerpo, apreté con fuerzas mis muslos, me notaba muy muy mojada y no era precisamente por el agua.
El jabón de repente paso de mi culo a mis pechos, su polla aun algo erecta, rozaba mis gluteos, senti morirme de gusto.
Lentamente llenó de espuma todo mi pecho, primero uno, lo bordeaba deteniéndose en mis duros y grandes pezones y luego el otro. Mientras me besaba el cuello, posó su otra mano sobre mi vientre y en un movimiento brusco me llevo hacia él, su cuerpo desnudo sobre mi espalda, su polla en mi culo, una mano, la del jabón, en mis tetas y la otra ummm en mi coñito suave y totalmente depilado.
Yo, como una gata en celo, gire mi cara buscando sus besos, pero esta vez no fui correspondida. Ivan había conseguido llevarme a tal punto de excitación, que hubiese hecho todo cuanto el me hubiese pedido, pero al darme la vuelva, su sonrisa delato que no pretendía pasar a mas.
- Qué pretende (pensé).
Me sumergí para quitarme toda la espuma y de paso aliviar ese calor que Iván con sus caricias había vuelto a encender dentro de mi.
Pensé que lo mejor seria salir del agua, o de lo contrario no podría controlar mis instintos mas viciosos y no quería estropear lo que podría llegar a ser algo entre Iván y yo.
Me estoy quedando fría (puse como excusa para salir de aquella encrucijada).
Mejor será que te salgas o cogeras frió.
Que ingenuo jeje, si aun estaba excitada, aun mi coño pedía a gritos ser penetrado .Salí del agua y envolví mi cuerpo desnudo en la toalla, me dirigí a la tienda y me puse algo de ropa ligera, la noche se presentaba muy muy calurosa.
A los pocos minutos Iván salio del agua y se dirigió a su tienda.
- Iván ya es muy tarde y estoy cansada, me voy a dormir.
Salio de la tienda llevaba solo una bermuda, mis ojos no se apartaban de sus abdominales.
- Ahhh muy bien (dijo riéndole) ¿y quien me va a ayudar a hinchar mi colchoneta?, yo te ayude a inflar la tuya.
Una fuerte carcajada salio de mi.
No pretenderás que a estas horas .
Pues entonces compartamos la tuya que es para dos personas. (me propuso con una picara sonrisa).
Está bien, pero ¿no roncaras verdad?.
No, jeje, descuida, no te despertare si es eso lo que te preocupa, suelo dormir de un tirón.
Vaya que pena, pensé, no me importaría en absoluto que me despertara a media noche.
Vale, pero yo ya me voy, estoy cansada.
De acuerdo, recojo un poco y voy.
Una vez en mi tienda, rápidamente empecé a recogerlo todo, la toalla, ropa que tenia fuera de la bolsa, extendí la sábana sobre la colchoneta pero no había manera de adaptarla en los cuatro extremos.
Ya estoy aquí.
Que bien, anda ayúdame, no soy capaz de poner la sabana.
Cuando yo ya había conseguido meter los extremos de mi lado . zasss, Iván tiro con fuerza hacia el de la sabana consiguiendo volver a sacarla.
- Iván!!! Jaaja quieto, estate quieto.
El no paraba de reír.
Ahora mete la sabana de tu lado (le dije)
De eso nada, tu primera jejej.
Así estuvimos un rato jugando, Iván era realmente divertido.
Al fin. Ya estaba la sabana puesta, y coloque mi almohada.
- Bueno Car, que descanses.
Me dio un beso en la mejilla y se tumbó.
¿Un beso en la mejilla? Pensé algo.
enfadada.
- Que descanses Iván
Enfadad, herida por aquel gesto de Iván, me tumbe dándole la espalda, llegándome a poner en el fino de la colchoneta para así no rozarle.
Mire el reloj del móvil, era la 1:20 de la madrugada.
No conseguía dormirme, debí estar así como una hora.
De madrugada me desperté, aun era de noche, no aguantaba mas necesitaba salir a hacer pis. Me apasiona el campo pero he de reconocer que de noche y sola me da bastante miedo y ahora debía salir de la tienda o me lo haría allí mismo.
Ya no podía mas, cogi unas toallitas húmedas y me dispuse a salir, subí la cremallera de la tienda con mucho cuidado para no despertar a Iván
Me retire unos metros, aunque la luna me permitía ver perfectamente por donde caminaba, el miedo me podía pero al final conseguí tranquilizarme.
- Aquí mismo (pensé).
Deje el paquete de toallitas en el suelo, baje mi pantalón y mi tanga y me puse en cuclillas.
- Car
En ese momento el corazón se me disparo, era Iván, ¿Qué hago?.
Car ¿donde estás te encuentras bien?.
Si, si si tranquilo estoy bien (repetía nerviosa).
No quería que me viera, cuando me quise dar cuenta ya había salido de la tienda. Le tenia delante de mi, desde donde estaba me podía ver perfectamente.
- Ah disculpa, pensé .
Yo no quería que me Viena y obligue a vejiga que parara.
Ivana se acerco.
Iván vete por favor.
No. No sabes como me pone ver a una mujer meando.
No se corto un pelo y me siguió mirando.
- Madre mía Car (exclamo)
Y llevándose la mano a su entrepierna continuó diciendo
- Dios, Car no imaginas como se me ha puesto
Esas palabras y el ver como su mano acariciaba su paquete, me puso a mil, y ya sin ningún pudor continué lo que había dejado a medias
El silencio de la noche hacia aun mas fuerte el sonido del chorro al golpear contra el suelo.
Veía la cara de Ivana y como se tocaba mientras descargaba mío vejiga.
Me excitaba ver como me miraba.
- Car, como me estas poniendo, (no dejaba de repetir una y otra vez)
Cuando termine, me disponía a coger una toallita para limpiarme y .
Déjame a mi.
¿Qué?
Si, que me dejes a mi limpiarte.
Intento agacharse pero no se lo permití.
- Déjame por favor.
Me levante rápidamente pero el insistió.
Se arrodillo ante mi coño limpiándolo con su lengua de arriba abajo.
Estaba como loco, poseído por no se muy bien qué. Se levantó.
- Car me has puesto muy cachondo.
Comenzó a besarme con lujuria, desesperadamente, su lengua atravesó mi boca sin permiso queriendo llegar hasta mi garganta, me agarro del pelo zarandeándome la cabeza estaba súper excitado y a mí eso me encantaba.
Me arranco literalmente la camiseta, llegando incluso a hacerme daño.
- Car, te deseo.
Bajó su bermuda y se la quito, no llevaba slip. Me cogio de mis piernas y me subió hasta su cintura, por momentos crei que nos caíamos al suelo.
Miró a nuestro alrededor.
- Qué buscaba, pensé.
Con mis piernas abrazando su cintura y agarrándome a su cuello, me llevo hacia uno de los muchos eucaliptos y sobre su tronco dejo reposar mi espalda.
Nuestras bocas se fundieron mientras nuestras salivas ya mezcladas empapaban nuestros labios.
Bajo su cara y me comió las tetas.
-Car, que pezones, me vuelven loco.
Mi coñito se empapaba por segundos.
Buscó su polla y me la clavo de golpe. Sentí dolor pues fue todo muy rápido, pero en pocos segundos ese dolor se convirtió en un placer indescriptible.
Ya tenia lo que quería, su polla estaba dentro de mi. Yo ya no podía mas estaba súper cachonda, mis jugos de deslizaban por mis muslos y nuestros gemidos se entremezclaban.
- Iván, mas, dame mas.
Al oír esto sus embestidas se hacían mas rápidas, cada vez que me clavaba su polla, hacía que mi espalda golpeara contra el tronco del árbol, sabía que me estaba arañando, pero en esos momentos no me importaba demasiado, el placer que me estaba provocando su rabo me hacia olvidarlo todo.
Deseosa de él, de su corrida, de su leche de su boca, de su cuerpo, de sus manos, le grite - Ivan, me vuelves loca, quiero que te corras dentro de mi,
Si, ya estoy a punto.
No, aun no.
Car, no voy a aguantar mucho.
Espera.
No lo pensé mas y decidí decírselo.
Iván, quiero que te corras dentro de mi culo.
¿De verdad?.
Dios, Car eres eres eres genial.
Yo jugaba con ventaja, en una ocasión llego a mis oídos que una de las fantasías de Iván era que una mujer le propusiera sexo anal sin él tener que pedirlo, y no iba yo a dejar escapar la oportunidad de una buena enculada.
- Si, quiero que te corras dentro de mi culo.
Me baje al suelo y apoyando mis manos en el árbol me agache dejando a su entera disposición mi culo. Por supuesto no era la primera vez que lo hacia y la verdad es que era una de las cosas que mas me gustaba.
Acerco su polla a mi culo, esta vez con mucho cuidado, como con miedo a lastimarlo.
- Métemela.
Y de un golpe me la metió hasta el fondo, su respiración se acelero.
Ya la tenia dentro de mi y poco a poco empezó a bombear en mi culo. Estábamos disfrutando como locos.
Lleve mis dedos hasta mi coñito quedando así apoyada al árbol con una sola mano, pero pronto tuve que volver a agarrarme con las dos manos. Iván empujaba cada vez más y más fuerte, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, estaba a punto de correrme.
Puse esta vez mi cabeza sobre el árbol para poder liberar mi mano derecha y poder tocarme el clítoris.
- Ya no puedo más Iván, sigue, dame, dame fuerte me voy a correr
Estaba a punto de correrme y deje de tocarme.
El ritmo era frenético, mi culo deseaba su corrida.
- Iván correté dame tu leche.
Me temblaban las piernas de placer, había conseguido llegar al éxtasis
Iván me corro.
Y yo ahhhhh.
Poco a poco y como terminando de descargar su leche en mi culo, fue aminorando el ritmo.
Loca de placer por haber conseguido su leche, mareada, temblorosa, acabe casi desplomándome en el suelo e Iván junto a mí.
Un suspiro salió de Iván.
- Car, ha sido genial.
Yo no pronuncie palabra, no podía