De abogado a enfermero

César después de haber sentido el rechazo de su padre cuando se divorció de si madre ahora conoce el cariño que su padre le da durante su hospitalización y después de ella.

DE ABOGADO A ENFERMERO

Soy hijo de padres divorciados, tengo veinte años soy un chico de 1.75 metros, peso 80 kg, moreno claro, pelo corto, varonil y desde que tengo memoria me atraen los hombres, ya he tenido relaciones muchas veces. Pero continuando con mi relato, mi mamá dejó a mi papá cuando yo tenía tres años y a partir de eso se alejó de mi y aún que tenemos contacto es muy poco una o dos veces lo veía por año, mi papá es muy putañero “así le dicen aquí a los hombres que han tenido varios matrimonios” o mujeriego, después de separarse de mi mamá se juntó con cuatro mujeres más, dejándolas con un hijo a cada una de las tres esposas que tubo después de mamá, tuvo una hija cada una de sus tres “esposas”, la cuarta esposa le dio un hijo varón así que por parte de mi padre tengo tres medias hermanas y un medio hermano.

Mi papá o Martín, que es como yo le digo pues es raro que le diga papá, es un hombre de buen ver de treinta y siete años alto de un metro ochenta y tres, noventa kilos, un poco de pansa, piel blanca. él es un ingeniero agrónomo siempre dedicado al campo y a sus labores, hasta donde yo sabía él es muy machista y “homofóbico loco", yo lo dejé de buscar y el a mi cuando supo que yo me declaré gay, en ese tiempo yo tenía catorce años.

Pero todo cambio cuando a él lo operaron de una hernia y otras broncas que tenía, así que cuando lo ingresaron al hospital nos llamó a todos para avisarnos, mis hermanas y hermano fueron a verlo pero yo no, después de varias llamada de Martín que por cierto las rechace, me llamo mi madre, a pesar de que mi madre se alejó de mi padre siempre estuvo en contacto con ella, yo solo recibía mi mesada y dejaba que Martín hiciera la suya sin molestarlo, pero ese día que mi madre me llamo todo cambio y lo que hacía era por mi madre y no por Martín.

“suela el celular”

  • César. Hola, madre, en que te puedo ayudar. - Mi tono de voz era algo sarcástico ya que sabía el motivo de la llamada de mi madre, pensé que estaría histérica al saber que no le respondía las llamadas Martín, pero no fue así.

  • Adela. Hijo me ha llamado tu padre que no le has contestado las llamadas, te pido que vallas a verlo no lo hagas por el hazlo por mí, no quiero que te arrepientas de no haberlo ido a ver, te lo suplico hijo hazlo por mí. – use mi voz de abnegada y sufrida para que mi hijo accediera a ir a ver a su padre, sabia que si se lo pedía de esa manera el iría a verlo.

  • César. Está bien madre esto lo hago solo por ti. - Solo por la súplica de mi madre y que siempre termina convenciéndome, fui a ver a Martin e hice mi orgullo a un lado.

fui a verlo, cuando llego al hospital donde estaba Martín, entre a la sala una enfermera pregunto quien es el paciente que visitaba, así que le di su nombre, la enfermera me acompañó y me dijo que era un paciente muy especial, un paciente muy trabajoso. pasé al cuarto y lo vi que aún tenía su ropa normal puesta,

  • César. hola ¿Martín como estas? – de mi padre nunca espero respuestas amables ni cariñosas pues siempre se ha referido a mí con sobre nombres y de manera grosera.

  • Martín. pues no ves aquí que todos quieren meter mano a cada rato no más chingando, sacando sangre, que me ponga bata, etc. - Ver llegar a mi hijo me dio gusto pues me sentía con miedo, pero no quería demostrarlo y me sentía solo en ese lugar sin el apoyo de nadie nunca he sido un buen hombre y es por ello por lo que nadie estaba a mi lado.

  • César. No te portes como niño Martin, así son las cosas aquí y si quieres estar bien tienes que hacer lo que se te indique. - no supe de donde me salió el valor para hablarle de esa forma a Martín, pero ya estaba hecho.

Me quede sorprendido al ver que Martin se puso a llorar, mientras me decía que nadie lo quería cuidar que ni sus hijos ni esposa, pues fue todo un drama, me sentía incomodo al ver como estaba portándose Martín

  • César. No tienes por qué preocuparte aquí te cuidaran bien. – no sabía que decirle para que se calmara y no tuviera problemas en la operación.

  • Martín. sí me van a dejar solo como perro mejor me muero que no me hagan nada. – nadie me quería acompañar y mi única opción era convencer a mi hijo para que estuviera al pendiente de mi por si no salía bien todo.

Cuando mi padre se estaba quejando de que estaría solo y que nadie lo quería, en eso tenía razón, pues yo no sentía mucho afecto por él y creo que sus esposas e hijos tampoco, en eso intervino la enfermera.

  • Enfermera. el paciente no puede estar solo, así que un familiar tiene que estar al pendiente de él.

sentía lástima ver a Martín en ese estado así que cometí el mejor error de mi vida.

  • César. sabes que Martín yo estaré aquí, pero con una condición, harás lo que te pidan ¿de acuerdo? – no sabía que hacer para tranquilizarlo y ver por su salud, pues, aunque en ese momento no sentía cariño por él no lo quería ver enfermo, mi padre se quedó callado unos segundos.

– Martin. ¿pero si te vas a quedar aquí? – con quien menos esperaba contar en esos momentos estaba ahí de pie con su cara de miedo y nervios viéndome fijamente y como aún desconocido.

  • César. si aquí estaré. - arregle todo para poder ser quien se quedará con el paciente, la enfermera me dijo que se tenía que hacer, me dijo que mi padre no quería hacer nada así que me dejo todo lo necesario para que mi padre se preparara a la operación.

  • Enfermera. Por favor joven ayude a su padre es algo especial, no se quiere dejar que lo preparemos, le encargo por favor.

  • César. haber Martín ponte la bata. - para todo se quejaba que le iban a ver el culo, que eran pendejadas, etc. Ya a regañadientes se puso la bata, pero lo peor, depilarlo fue una batalla al final logre que accediera hice a un lado su bata y depile su abdomen que más bien panza y sus genitales cuando depilaba sus genitales me empezó a decir.

  • Martín. eso lo disfrutas verdad te encanta hacerlo, de seguro lo estas disfrutando, yo aquí muriéndome y tú de maricon agarrándome mis partes de hombre, si hasta se te ve que babeas al hacerlo. – no sabía cómo actuar y me ponía nervioso, pero no quería que se diera cuenta y tenía que ocupar mi mente en otra cosa para no tener una erección.

yo me quedé callado, minutos después cuando el enfermero quiso revisar a Martin, este se negó diciendo que él no era joto, que no le vería su verga otro hombre, bueno me quede avergonzado ya cuando salió el enfermero le llamé la atención.

  • César. Martin si sigues con tus cosas te dejaré solo. - se quedo callado, al siguiente día lo operaron salió de cirugía lo pasaron al cuarto, la enfermera me dio las indicaciones para estar pendiente de mi paciente, estuve pendiente todo el día ya a la mañana siguiente cuando le estaba dando de comer.

  • Martín. quiero ir al baño,

  • César. no puedes ir al baño, pero te pondré el cómodo. - eso era ofensa para él, pero accedió ya al terminar lo quiso limpiar la enfermera, pero ahí sí que no quiso.

  • Enfermera. Si no lo limpio yo quien lo hare haber diga ¿quién lo limpiara?

  • Martín. yo solo.

  • Enfermera. no puede usted solo, alguien lo limpiara, le llamaré al enfermero para que lo haga.

  • Martín. pues si lo va a hacer alguien que sea el puto ese. – no quería que nadie me tocara el culo así que el único que sería quien me tocara esas partes seria mi hijo el puto.

(así me decía desde muy chico) la enfermera se sorprendió y le dije esta bien yo lo haré lo limpie como se tenía que hacer y me decía disfrútalo puto cuando salga te voy a poner una bola de madrazos, igual solo lo escuchaba, lo limpiaba dos veces al día y un baño así que durante dos días así se puso, al tercer día cuando lo estaba limpiando la segunda vez se ensucia más de lo normal, así que tome su pene con mi mano para limpiarlo y se le empezó a parar, continúe hasta que estuvo limpio, al finalizar quedo su pene parado, me puse a reír

  • Martín. ¿que tienes puto? – mi hijo se estaba riendo de mi cuando no pude controlar mi erección este obviamente lo noto se empezó a reír.

  • César. que paso Martín se te paro la riata, -me reí más fuerte,

  • Martín. pendejo tengo ya meses sin nada de nada. - Fue la única excusa que se me ocurrió y pues era la verdad también y sentir las manos subes de mi hijo pues reaccione.

Yo continúe riéndome de Martín al ver su erección y en ese momento martín me conto sobre su mala relación con su actual esposa, y de lo solo que se sentía en ese momento Martín se veía diferente su mirada desafiante se volvió triste, sentí lastima por él y en un momento agacho la cabeza, creo que se sintió triste al platicarme sobre su vida, después volteo a verme y dirigió una sonrisa algo diferente, pues se le veía ya más tranquilo, después de que estuvo un momento en silencio con su cabeza agachada.

  • Martín. ya es hora de que me bañes. – mi hijo al escucharme su rostro se dibujó la tristeza o lástima que sentía por mí, al principio le conté para olvidar lo de la erección, pero después fue porque le tuve confianza a mi hijo.

  • César. Deja te preparo el agua para darte un baño, ya regreso. – en esos días había platicado con mi padre más de lo que había hablado en todos los años pasados.

A la hora de bañarlo siempre le jabono el cuerpo para finalizar con sus genitales, después de lavárselos por vagancia y un poco de morbo, lo empecé a masturbar por mi mente atravesaron varias cosas, pero lo que más se vino a mi mente fue que me daría un manso, para mi sorpresa el tenía los ojos cerrados y disfrutaba, en ese momento decidí parar pues no quería arriesgarme a que mi padre se molestara y me agrediera.

  • Martín. sigue hijo hazme el favor, no me dejes a medias por favor continua. – en ese momento no me importaba lo que pensara o fuera mi hijo lo que quería era desahogarme.

Al escuchar lo que me pedía Martín me sentí confundido, pero con el morbo continué dándole carro como dicen aquí, duro poco tiempo y se vino en mi mano, Martin seguía suspirando después de haber terminado, fue algo breve pues como dije duro poco tiempo, lo limpie y termine de darle su baño, cuando termine de bañarlo me dijo;

  • Martin. cuando me recupere, te voy a dar unos vergazos por puto. – no dejaría que fuera fácil para mi hijo, no sabía que decirle y lo primero que se me ocurrió fue decirle eso, como siempre él me ignoro.

solo una vez más se repitió lo de ese día, a los cinco días después de la operación ya se podía mover mas y debo decir que mejoro nuestra relación familiar y aún que nos tratábamos más como amigos que como padre he hijo, para esos días el ya podía bañarse por sí solo, el primer día que el doctor dijo que ya se podía bañar él solo, lo metí al baño le preparé su agua y cuando iba a salirme del baño dijo;

  • Martín. oye dile a la enfermera que si ya puedo tener relaciones. – ese día me sentía cachondo y con ganas de tener sexo, así que tenía todo para hacerlo solo faltaba el permiso de los médicos.

  • César. no chingues Martín aún no puedes. – en que estaba pensando Martín me metia en cada aprieto, me encamine para salir del baño cuando lo escuche a Martín.

  • Martín. oye ayúdame que aún no puedo. – no es que necesitara ayuda para bañarme si no para otra cosa necesitaba su ayuda.

  • César. te ayudaré a vestirte. – nos sabia que pensar o que contestar pues a Martín se le veía diferente.

  • Martín. No. quédate aquí. – quería que mi hijo estuviera ahí a mi lado.

cerré la puerta me quedé ahí, se Quito la bata entro a bañarse cuando estaba ahí se empezó a masturbar y me dijo ven aquí ayúdame me acerque y dije a que te ayudo tomo mi cabeza y la llevo hasta su verga, yo sorprendido y caliente de ver como se bañaba accedí a mamársela es una súper verga de 18 centímetros, llena de venas, morena, recta y delgada. muy rica, la metí a mi boca y me cupo toda, se la mamé por varios minutos, pero no lo hacía terminar, la retiré de mi boca y le dije;

  • César. oye ya estoy cansado de mamártela. – la verdad que después de varios minutos sentía mis mandíbulas adormecidas.

  • Martín. ahora terminas lo que iniciaste. – no pensaba quedarme a medias de tal acto que me tenía caliente.

  • César. ¿cómo le hago si ya no quiero mamar? – sabía qué hacer y cómo hacer para que Martín terminara, pero quería que él me lo dijera.

me dijo así, metió su mano bajo mi pantalón agarrándome las nalgas y pues yo todo caliente solo suspire, bajo mi ropa y me puso contra la pared escupió su verga y me la metió, con mi calentura no opuse resistencia hubo dolor pero más que dolor placer, puso una de sus manos en mi brazo y la otra en mi cintura y envestía lento yo apretaba mis labios para no gemir, el hacia lo propio la sacaba medio de lado h la metía de nuevo, aún que la verdad lo disfrutaba me preocupaba su salud, así que le dije oye viejo termina que puede hacerte mal.

de pronto me dio más fuerte y con un largo suspiro termino dentro de mi, me limpie salí del baño lo ayudé a vestir y lo acosté en su cama, unos minutos más tarde entro la enfermera y dijo que le darían ya el alta para que nos fuéramos a casa y pregunto si teníamos alguna duda yo respondí que no, pero Martín dijo yo sí.

  • enfermera dígame.

  • Martín. ¿ya puedo tener sexo?,

la enfermera se ruborizo y dijo aún no señor, ya que para eso tendrá que hacer fuerza, pero no papá no paro, sigue haciendo cuestiones de como hacer el sexo sin esfuerzo eso me puso rojo de la vergüenza, también con el doctor cuando paso a dar el alta hizo la misma pregunta, pero esta vez al dijo doctor.

  • Martín. ¿ya puedo tener sexo? digo que mi vieja se monte a cabalgar en mí, así no haré fuerza. – ya no tenía a mi vieja pues al no haberme visitado ningún día pensé que ya no la tenía, pero tenía a mi hijo.

el doctor sonrió y dijo ya es posible, pero debe tener mucho cuidado. Salimos del hospital lleve a mi padre con su actual familia, cabe decir que durante el tiempo que estuvo hospitalizado nadie fue a verlo, pero bueno es lo de menos, lo deje en su casa y me fui a la mía, lo dejé de ver por aproximadamente dos meses sin mandarle siquiera un mensaje, un día al salir de mis clases vi un mensaje el cual era de mi padre, me pedía que fuera a su casa la verdad no quería ir así que le marqué y lo escuché mal de verdad, me decidí a ir a verlo después de cómo lo escuche. para ese tiempo como estudiante rentaba un departamento, pues mi mamá vivía a unos ochocientos a mil kilómetros de la universidad mientras que donde vivía mi papá era muy cerca a unos doce a quince kilómetros o quizás menos.

en fin fui a verlo y lo encontré tirado en un sofá muy ebrio y rodeado de basura de comida chatarra, me sentí mal por el así que lo llevé a su cama, limpie y ordené todo fui a comprar algo para preparar de comer, ya muy tarde mientras veía la tv me habló fui hasta su recámara me pidió que lo ayudara a bañarse preparé el baño se metió a bañar, cuando salió cenamos lo regresé a su cuarto y me dispuse a dormir en la mañana pasé a verlo y despedirme, pero cuando le dije Martín ya me voy que estés bien se puso de pie y me dijo ¿también tu me abandonas? su cara se veía triste algo que nunca había visto en él.

sentí lástima y le dije no despreocúpate estaré aquí saliendo de clases, salí de clases y tenía dos llamadas perdidas de Martín, de inmediato me fui a su casa al llegar pregunté que pasa solo lo vi reír y dijo nada solo que no quería que se te olvidara venir, preparé comida comimos y nos pusimos a ver tv, durante un rato estuvo agarrándose su verga lo noté, pero me hacía el disimulado, de pronto me dijo;

  • Martín. mira puto, quien está feliz de tenerte aquí. – me estaba volviendo adicto a mi hijo y su cariño, Mi hijo me sonrió y como siempre me ignoro y se puso a ver tv.

Estaba atento viendo tv cuando me dijo Martín, mira puto. Este tenía su verga de fuera, lo miré a los ojos por unos segundos y después me puse a mamarle la verga, mientras se la mamaba fue quitando su camiseta y bajando sus pantalones, se sacó los zapatos, continuo hasta quedar desnudo, agarraba mi cabeza y me envestía con fuerza metió sus manos en mi trasero y trataba de meter su dedo en seco. a lo que yo me sacaba pues era algo doloroso, me dijo bajara mi pantalón, baje mi ropa hasta la rodilla sin dejar de mamársela, el hacia un tipo bufido ufff ufff, escupió su dedo y lo introducido en mi culo.

Estaba de rodillas en el sofá bien excitado al escuchar como bufaba y cada ves que metía su dedo yo paraba más mi trasero, me jalo del pelo para sacar su verga de mi boca se puso de pie bajo mi cabeza poniendo mi cara pegada al sofá y dijo ni te muevas, así quédate, se coloco atrás de mi y escupió mi culo, con su dedo unto saliva y la desplazo sobre mi ano, abrió mis nalgas y me dio un piquete fuerte en ese momento me saque por el dolor y me dijo que no te muevas puto, yo solo dije: me duele.

me la metió de nuevo pero esta ves más despacito la saco y repitió me dio un piquete pero el dolor era menor, la saco y volvió a escupir en mi culo metió su verga de nuevo le encantaba ver como salía y entraba en mi culo, solo movía una pierna sacándola como de lado y la metía toda de nuevo ya no pude resistir y comencé a gemir de placer cada ves que me envestía, me tomo de mi cintura clavando sus dedos en mi abdomen y me envestía con rapidez, tan solo de escuchar su gemidos continuos de oh um ah y su respiración agitada no pude aguantar y me vine sobre el sillón, le dije ya terminé y me contesto yo aún no, así que aguante puto.

aún que era algo incómodo sentir su verga dentro de mí lo deje continuar solo fue poco tiempo para cuando se vino dentro de mi, saco su verga se veía su respirar agitado se tumbó en el sillón respirando con profundos fuu... jalaba aire y fuu… me paré y le dije;

  • César. ¿cansado? – veía a mi padre agotado uy con cara de satisfecho.

  • Martín. Woo si algo, más que cansado estoy a gusto. – esto me está gustando más que ninguna otra cosa tener sexo con mi hijo es excepcional.

Cuando tome mi ropa Martín me pregunto ¿a dónde vas? Le respondí Voy a bañarme, agitado me dijo esta bien, ya más tarde me despedí, pero Martin me pidió que no me fuera me dijo;

  • Martin. quédate aquí, no quiero estar solo. – me sentía feliz y quería que esta felicidad se alargara más con mi hijo en casa.

no sabía que decir lo pasaba bien, pero es mi papá pensaba demasiado en eso, esa noche me quedé al día siguiente me fui a clase más temprano, llegué al departamento me bañe y cambie de ropa escuche el celular sonar, era Martín que me llamaba me dijo vente quiero que estés aquí hazme compañía, me puse a pensar en todo lo que me diría mi mamá, la Soledad de papa, los que dirán los demás, pero nunca en lo que yo estaba sintiendo, Eso me puso de malas y no podía pensar claro.

vuelve a llamar Martín y no sabia si contestar, después le hablé y al contestar me dice que mal pagaste, igual que todos me dejas solo cuando te necesito, no cuento con nadie. nadie me quiere etc. Termino de hablar y le dije mira Martín la verdad, me puse ha hacer un trabajo y se me hizo tarde quisiera estar a tu lado, pero tengo muchas cosas en la cabeza, me dijo ¿y si voy por ti vienes? Me quedé pensando y me dice ya voy por ti, le respondí está bien aquí te espero, no pasaron ni cinco minutos cuando me dijo ya estoy aquí afuera de la casa, ¿yo me quedé de qué? Que onda se vino volando, salí con una muda de ropa y lo necesario, subí a la camioneta cuando nos dirijamos a su casa le pregunté

  • César. oye hiciste un tiempo corto de venida. - se río y me dijo cuando te hable ya venía en camino.

me dejo pensativo mi padre me estaba acosando. llegamos a la casa y en la sala una botella de vino, verla ahí me preocupó pues de nuevo estaba tomando, cenamos me pregunto que me pasaba yo no le comenté nada, me dijo vamos a adormir ya es tarde mañana vas a clases, se dirigió a su habitación yo a donde me estaba quedando la habitación de mi medio hermano, pero me agarro de la mano y me dijo no ya no duermas allá ven aquí conmigo. La verdad todo me sorprendía ya que el no era así, nos dormimos me abrazo casi toda la noche admito que no fue muy reconfortante ya que no estoy acostumbrado a dormir con alguien.

Me fui a clases y al despedirme me dijo quédate estos dos días aquí por favor, le dije si esta bien Martín me quedaré este fin aquí, salí de clases hable con mamá que no podría ir este fin por trabajos pendientes, tome ropa y algunas cosas y me fui a la casa de Martín llegando me dio un abrazo al entrar a la casa, me puse ha preparar la comida comimos limpie un poco, el salió ya cuando estuvo de regreso me platicó sobre su trabajo veíamos tv y me dijo; oye puto prepararme un pan con jamón ¿sí? Yo me paré y fui a prepararlo cuando estaba en la cocina llego me abrazo por detrás beso mi nuca admito me quedé frío me dio la vuelta me empezó a besar todo, yo traía un short deportivo que lo hizo a un lado.

Después me bajo mi short me subió a la mesa se empezó a desvestir y después me desvistió a mí, me besaba apasionadamente en ese momento le dije haz de mi lo que tu quieras, me respondió eso tenlo por seguro me puso al borde de la mesa me metió su verga luego me la saco me agacho sobre la mesa mordió mis nalgas las cachetes un poco, jugaba su verga en mi culo me golpeaba las nalgas con ella, la pasaba por toda mi raja de pronto se detenía en mi ano y presionaba lento sin meterlo me dio la vuelta me volvió a besar apasionadamente así me llevo a la sala y en el respaldo del sillón me giró me agacho escupió mi ano, me metió su verga puso su mano en mi cabeza.

me dominaba mientras me envestía metiéndome toda su verga, me dio despacio después algo más fuerte la saco y me hizo que cabalgar en él, me metí su verga la disfruté me empecé a mover colocando mis manos en el piso me eche para atrás moviendo mis caderas adelantes y atrás, los bufido de el eran más intensos yo con los ojos cerrados lo disfrutaba y gemía de placer, por estarlo montando me tomo mi verga me empezó a masturbar hasta que termine en su abdomen de pronto agarro mis caderas me dio duro y se vino dentro de mí, me tiré a su lado en el piso y ambos jadeando nos besamos después de un rato nos vestimos.

al día siguiente te que hacía el desayuno llego y me pregunto que me pasaba, le expliqué lo que sentía y el se quede pensativo y después de un rato me dijo; vente a vivir conmigo al final de cuentas somos padre e hijo, quien podría pensar que te hago mío?, yo le dije que lo pensaría, ya en la noche me volvió a preguntar si quería vivir a su lado en su casa, tome la decisión y le dije que si, en ese momento fuimos por mis cosas cancelé la renta del departamento, llegamos a la casa de Martín y me dijo; en la calle seré el mismo que un día fui. Pero en casa seré quien te haga el amor en cada rincón de la casa, aquí serás mi mujer y yo seré tu marido y así fue durante muchos años aún vivo con mi padre ambos trabajamos y no hay rincones de la casa en el cual no me haya dado todo su amor de padre.