Davir y Goliat (final)

Raúl revive su pasado de la mano de David. ¿Acabaremos sabiendo quién es David?

  • 7 -

Uno tras otro los disparos de esperma cruzaban el aire cubriendo de una patina brillante el pecho y el cuello del joven. De costado sobre la cama, David gemía sin control pidiendo a gritos que no parara, que le hundiera la polla hasta lo más profundo de su ser. Raúl, abrazándolo por detrás, exploraba el cuello de su amante llenándolo de besos y clavaba su verga con golpes secos y profundos en su recto, sintiendo la juvenil polla entre sus dedos como se contraía y lanzaba una y otra vez calida esperma. Contagiado de la excitación de su pareja, Raúl también se corrió fundiendo ambos cuerpos en un abrazo y buscando la boca del muchacho.

Raúl nunca había mantenido una relación tan duradera, era la primera vez que se llevaba a la cama al mismo jovencito más de dos veces. Además se sentía atraído de una manera especial por David; no sólo pensaba en su placer, sino que le llenaba de excitación verlo gozar de aquella manera.

Mantuvieron el abrazo y la penetración hasta que la flacidez de su miembro no lo permitió; pero siguieron besándose apasionadamente.

No la saques aún. Tu polla me vuelve loco. – Suplicó Davíd

Todo tú me vuelves loco, David. No me separaré nunca de ti.

Siempre estoy a tu lado, no lo olvides.

¡Te deseo tanto!

Ya lo sé, y por eso estoy aquí. Yo soy por que tú me deseas.

Sus bocas volvieron a fundirse y sus cuerpos unidos rodaron sobre la cama. Raúl quedó sobre el joven inmovilizándole las manos y besándolo otra vez boca, el cuello, las orejas, los pezones, todo lo que quedaba a su alcance.

¿Me dejas que me levante?. Si no me ducho que voy dejar la cama hecha una mierda.

Raúl cedió la presión y lo miró a la cara casi con ternura.

El agua corría por sus cuerpos, las caricias y besos, ahora suaves, se mezclaban con las palabras de Raúl.

¿Me acompañarás a la presentación, verdad?. Mañana se inaugura la exposición de mis dibujos y se presenta el libro que han hecho con ellos. ¡En menudo lío me ha metido Toni!. Ha montado la exposición, ha convencido a un editor para que publique una edición limitada y numerada del catálogo y de algunos de los dibujos que se presenta en la inauguración ¿Me escuchas, David?...

Raúl no dejaba de hablar, mientras David le besaba en los labios una y otra vez cortando sus palabras y no respondía

al principio me negué. "Muchos artistas tienen dibujos eróticos. Mira a Picasso". Me argumentaba y al final acepté; pero lo hice por ti. Tú eres mi inspiración y ya lo he preparado todo… ¿Me atiendes de una vez?

David, sólo sonreía y seguía besuqueando a su amante.

Mañana, al terminar la fiesta, iremos al despacho de mi abogado. Lo tendrán todo preparado. Los derechos de autor que se generen serán para ti y también la propiedad de los dibujos; aunque durante unos años seguirán junto con el fondo de mi colección… ¿Me has entendido?

No conseguía arrancarle una palabra, y concluyó dejándolo por imposible

No se te vaya a olvidar tu documento de identidad para acabar de redactar mañana los documentos de la cesión.

Tras la mesa de los oradores, un cañón proyectaba uno de los dibujos. Un primer plano de la cara de un joven al borde del orgasmo, tomada tan de frente que sus hombros ocultaban Casio totalmente el resto del cuerpo, salvo los glúteos, que se apreciaban al fondo del dibujo justo delante de un torso masculino que, a todas luces, le estaba penetrando.

El acto iba a resultar un éxito, la prensa había acudido presta al evento, alimentada por un cierto aire de escándalo al que Raúl los tenía acostumbrados; las ventas estaban aseguradas y la publicidad para el autor era seguramente el mayor logro de su representante.

Pero Raúl estaba nervioso. Como el lector ya habrá supuesto, David no aparecía y el momento de iniciar el acto se acercaba. Raúl intentó retrasarlo todo lo que pudo; pero al final tuvo que ceder y enfrentarse al auditorio.

Le llovieron las preguntas sobre el modelo, la parte de realidad y de ficción de su obra, quisieron saber si iba a continuar es esa línea; pero se supo escabullir de todas ellas con gracia y sentido del humor, consiguiendo un toque de erotismo y sin procacidad excesiva.

Todo salió a pedir de boca, salvo la incomparecencia de David, al que Raúl hubiera querido convertir en el auténtico protagonista de la jornada. Al final, se retiro solo y abatido y pasó una de las peores noches de su vida.

David no aparecía y contrató a un gabinete de detectives privados para que lo buscaran. Se esforzó en hacer un retrato lo más fiel posible a la realidad, los acompañó al lugar donde lo había visto por primera vez y a la facultad universitaria a la que lo había seguido; pero todo fue inútil, nadie lo había visto nunca en la casa de la que creía haberlo visto salir, ni sus supuestos compañeros de clase supieron dar razón de él. Despidió a los detectives y contrató a otros con igual resultado. Parecía que se lo hubiera tragado la tierra; o peor aún, que nunca hubiera existido el tal David o como quiera que se llamara.

Raúl dejó de trabajar, suspendió los encargos que tenía pendientes, se encerró en su casa y se abandonó a una suerte de autocompasión destructiva. alegando razones personales.

  • 8 -

La idea fue de Toni y, en el fondo, por razones egoístas. Como marchante y representante de artistas, dependía de su producción de obras de arte y Raúl representaba un porcentaje demasiado elevado de sus ingresos como para intentar que saliera de ese bache en el que se encontraba.

Raúl no recibió la invitación directamente de Toni. No quería aparecer como instigador y además estaba seguro de que a él le diría que no.

En efecto, la estratagema funcionó y Raúl aceptó ir a la fiesta "privada". No quiso o supo negarse, quiso evitar el tener que dar explicaciones sobre lo que le pasaba y aceptó sin tener que insistirle demasiado.

Llegó algo tarde y Toni empezaba a preocuparse por el éxito final de su plan. Todos corrían ya desnudos o muy ligeros de ropa y empezaban a formarse los primeros núcleos de lo que se suponía tenía que acabar en una orgía.

Raúl, en calzoncillos, circulaba por entre la gente acompañado de Toni, que no se separaba de él. Saludaba a aquellos que estaban en disposición de hacerlo y miraba con displicencia a las parejas que se besaban o a los que estaban mamando pollas. No mucho tiempo atrás, hubiera puesto su polla disposición de la boca de los primeros o hubiera penetrado el culo del primer mamón que hubiera dado el más mínimo indicio de estar deseándolo.

En un rincón, un pequeño grupo hablaban entre ellos formando un círculo. Aunque se podían ver algunos besos y manos que acariciaban traseros y pollas, su actividad no era abiertamente sexual. Dándole la espalda, vio a un chico joven, alto, atlético, con una melena castaño claro…David, era David.

El corazón le dio un vuelco y se fue hacia él, tropezando con todo el mundo y sin otro objetivo que alcanzarlo.

David, eres tú. ¿Qué haces aquí? – Exclamó tocando en el hombro al muchacho.

Cuando vio su cara, el mundo se le vino abajo. No era David, ni su cara era tan bella ni tan masculina como la de su sueño. Era un chico guapo; pero no hermoso; sus gestos mostraban ese amaneramiento de los gay con "pluma" y que a Raúl no gustaba en absoluto.

No, no soy David. – Respondió el muchacho, haciendo un gesto con las manos – Me encanta que un artistazo como tú me haya tomado por la musa de su arte y estaré encantado en que me folle un tío macho y famoso. ¡Uy que locura, tener esta polla en el culo!

Mientras decía esto, no paraba de dar saltitos, mover las manos y emitir grititos. Era una "loca" rematada; nada que ver con su ideal de amante.

A Raúl se le mudó el rostro. Miró a Toni, sospechando que era el origen de todo aquello, mostrando su enfado y éste se encogió de hombros poniendo cara de no haber roto nunca un plato.

Marchó precipitadamente de la fiesta y se dirigió a su taller. Tumbado en la cama, bebía calvados directamente de la botella mientras miraba una y otra vez sus propios dibujos.

Un roce en su mejilla le despertó. Se sentía desorientado y, aún con los ojos cerrados, recordó lo sucedido en las últimas horas. Al abrir los ojos, en la penumbra del taller, descubrió una cara que le miraba a escasos centímetros de la suya y percibió el calor de un cuerpo a su lado.

¡No podía ser! David estaba junto a él. Tomó su cara entre sus manos y la besó con pasión. Las palabras se agolpaban en su boca, su mente iba más deprisa que sus labios, las preguntas se atropellaban.

¿Tú?... ¿De donde sales?... ¿Qué ha sido de ti todos estos días?... ¿Porqué no viniste?...

Tranquilízate, Raúl. No te he abandonado nunca. ¿Todavía no te reconoces?.

David, le abrazó y besó tiernamente y empezó a hablarle al oído pausadamente

¿Recuerdas a aquel muchacho tímido e introvertido que escuchaba a sus compañeros explicar sus hazañas sexuales?. Aquellas historias no le hacían sentir ninguna emoción; de hecho, las chicas no le causaban sensaciones especiales y se sentía extraño, diferente a los demás; pero no se atrevía a contárselo a nadie. Tenía miedo, miedo de los demás y de si mismo.

¿Recuerdas como un día su mirada se cruzó en el pasillo con la de otro chico algo mayor que él, y como sintió por primera vez algo que no sabía explicar?. Desde aquel día cuando ambos se cruzaban, se sonreían y se saludaban. Ni siquiera sabía cada uno el nombre de otro; pero su mirada, su sonrisa y sus escuetas palabras le producían un escalofrío, una sensación placentera que desde la nuca se desparramaba por todo el cuerpo, como una descarga eléctrica.

¿Recuerdas el día que os encontrasteis en el aseo uno junto al otro y como la mirada se convirtió en beso?. Te llevó al último cubículo y allí os besasteis como locos. Era tu primer beso y estaba destapando en ti todo lo que llevabas oculto en tu interior y no te atrevías a mostrar a los demás, ni a reconocerte a ti mismo.

¿Recuerdas como los besos dieron lugar a caricias y como vuestros impetuosos sexos de adolescentes saltaron al verse liberados de la cárcel que los ocultaba?. Se agachó y tomó tu verga con su boca y tú estallaste casi al instante. El siguió chupando y tragándose lo que le dabas hasta que no pudiste más. Te volvió a besar y entonces fuiste tú el que se la mamaste. Él, mucho más experto es esas lides, te dio ocasión para besar, lamer y chupar su sexo hasta la saciedad; a sentir por primera vez el placer de dar placer; a conocer las maravillosas sensaciones que trasmite un sexo masculino erecto, su tacto, su dureza, su calor, sus sabores cambiantes y la extraordinaria vivencia de sentirlo palpitar como un ser vivo y de verlo estallar ante tus ojos y de percibir la tibieza del cálido esperma resbalando por la tez.

¿Recuerdas la relación que se estableció entre ambos?. Os encontrabais a escondidas y gozabais del sexo, como sólo puede hacerse a esa edad; pero tú sentías algo más. ¿Amor?, probablemente no. El sexo es el más alto grado de compenetración entre dos hombres; comparten sus cuerpos, sus sensaciones, la intensidad de los orgasmos mutuamente provocados.

¿Recuerdas como tu cuerpo se estremecía cada vez que lo sentías junto a ti, el placer que te daba su polla y lo que su boca te hacía sentir?. Un día pronunció la frase que tú a la vez más deseabas y temías. "Quiero follarte". Aceptaste sin pararte a pensarlo un instante; esas cosas no se piensan, se desean y basta.

¿Recuerdas como en vuestros encuentros te fue preparando, dilatando tu esfinter, poco a poco?. Te lamía el ano y te la mamaba con sus dedos entrando en tu culo; tú te deshacías de placer y gritabas como un poseso en el momento de correrte. La emoción te embargó cuando te propuso hacerlo en la fiesta de final de curso. Había encontrado un rincón suficientemente cómodo para que los dos gozarais del sublime momento de la primera penetración, apartado de miradas inoportunas.

¿Recuerdas como el día anterior no pudiste dormir y te entrenaste metiendo en tu recto una vela? Tenías unas ganas tremendas de hacerte una paja con aquel objeto suave moviéndose en tu interior; pero te contuviste, querías reservarte para él.

¿Recuerdas como te temblaban las piernas mientras ibais cogidos de la mano dispuestos a consumar vuestro deseo? Os besasteis en la penumbra. Vuestras pollas estaban más duras que nunca, él te pidió que se la mamaras y tú lo hiciste con pasión.

¿Recuerdas que mientras su lengua recorría una y otra vez tu ano, le pediste que lo hiciera, que te la metiera de una vez? La colocó a la entrada y presionó levemente; tú te relajaste, y su polla entró lentamente hasta el fondo. Te abrazó por detrás y te beso en el cuello a la vez que empezaba a mover las caderas. Te encontrabas en el paraíso, no sólo por el placer físico que te estaba dando, sino por sentir su cuerpo contra el tuyo gozando de ti y contigo.

¿Recuerdas vuestros gemidos de placer, tu polla erecta agitándose en el aire sin que nadie la tocara? No necesitabas hacerte unan paja, gozabas con tu culo y de su verga. El se agarró a ti con fuerza, resopló en tu nuca y sentiste su calor derramándose en tu interior.

¿Recuerdas lo feliz que habías sido hasta ese momento en que buscaste su boca y no la encontraste? Te quedaste inmóvil cuando él se separó de ti, retirando su polla y dijo aquella terrible frase: "Chicos, es vuestro"

¿Recuerdas tu estupor cuando tres figuras salieron de la oscuridad, te inmovilizaron y, entre insultos, te follaron los tres? El que tú creías tu amigo observaba la escena con una sonrisa y una mirada sádica. No te resististe, la estupefacción te dejó inmovilizado. Se corrieron a placer y te dejaron tendido en el suelo con el semen escurriéndose por tus muslos.

¿Recuerdas su última frase?: "Mirad como la tiene de dura. Ese maricón ha tenido mucha suerte, no todos pueden gozar de cuatro pollas de buenos macho para que los follen en una noche". Tú no te habías corrido aún y tenías una erección formidable; pero simplemente te subiste los pantalones y te fuiste a casa.

¿Recuerdas lo que pensaste en los días siguientes?. Estabas enfadado contigo mismo, te habían engañado y te habían violado; pero tu polla te denunciaba: Habías disfrutado a pesar de todo. Y tu mente decidió castigarte. Nadie volvería a follarte, tú serías desde ese momento el follador, la polla sin escrúpulos rompe culos y rompe corazones. Tu cerebro te hizo renunciar al placer de sentirse poseído de gozar del otro como yo lo he hecho de ti todos estos días..

David había recitado aquel relato como si fuera un mantra, un rosario, una letanía hipnótica, y parecía que había causado su efecto. Raúl estaba inmóvil, casi catatónico, no había dicho palabra desde que David había empezado con la historia.

Raúl, ¿lo recuerdas?, debes recordarlo

Si David, lo recuerdo, siempre lo he recordado, aunque he intentado ocultarlo en lo más profundo de mi mente. Pero, ¿Cómo sabes tú todo eso?, nunca se lo he contado a nadie y tú eres muy joven. Seguramente no habías ni nacido.

Te equivocas, Raúl. Yo estaba allí, siempre he estado contigo. ¿Todavía no sabes qué soy?

No, no lo sé, ni ahora quiero saberlo. Sólo quiero una cosa, quiero que me folles, que me penetres, quiero sentir como si fuéramos uno sólo.

Ya lo somos Raúl, ya lo somos. Y vas a cumplir esos deseos íntimos, ocultos y reprimidos.

Raúl sintió como David entraba en él, instante a instante, milímetro a milímetro; hasta que sus cuerpos estuvieron tan juntos que se fundieron en uno solo. Raúl gritó de placer y David le tapó la boca con la suya, envistiéndole con golpes secos y profundos una y otras vez. A cada penetración Raúl gemía "¡Así, más, más! ¡Quiero sentirte bien dentro de mi!, ¡Quiero estar lleno de ti!" No recordaba haber gozado tanto del sexo con ninguno de los centenares de chicos con los que había estado. Sólo un leve recuerdo de una noche que cambió su vida tenía algo que ver.

A cada penetración profunda, un cosquilleo le recorría la columna diluyéndose en la nuca y su verga se endurecía y dilataba de manera espasmódica, destilando unas gotas de licor seminal. David fue acelerando el ritmo y su respiración de volvió jadeante; todo el cuerpo de Raúl se veía sacudido por oleadas de sensaciones cada vez más frecuentes e intensas hasta que percibió como si el mundo desapareciera y sólo existiera su cuerpo unido al de David. Una onda de calor sacudió todo su cuerpo, haciéndolo temblar de pies a cabeza; sentía como si su polla vibrara y que un fluido cálido se derramaba por ella. Los músculos de su vientre se contarían espasmódicamente y los de su ano comprimían la polla que los atravesaba, como queriendo evitar que se retiraran. Aquello era el Paraíso.

Raúl estaba exhausto sobre la cama y David reposaba sobre él, en la lasitud que sigue al orgasmo vivido con intensidad.

  • 9 -

Unos golpes en la puerta, pidiendo permiso para entrar le hicieron separar la vista de la pantalla del ordenador

Adelante. - Dijo maquinalmente el ocupante del despacho.

La puerta de abrió suavemente y el perfil de un joven musculoso ocupó el umbral.

El envío que esperabas de Raúl Contreras.

Déjalo sobre la mesa y que no me moleste nadie.

Cuidadosamente abrió el sobre y extrajo de su interior un pliego de folios. Los ojeó con atención. Una secuencia de viñetas dibujadas a mano relataban una historia, ¡era un cómic!.

Iba acompañado de una escueta nota. "Si no te interesa, me lo devuelves; si te interesa publicarlo, cada mes recibirás un capítulo", y seguía la firma de Raúl.

Se recostó en el sillón y comenzó a leer. Se llamaba como la carpeta de dibujos de la exposición que el mismo le había publicado "David y Goliat"; pero a diferencia de entonces, en estos dibujos los dos personajes que aparecían eran reconocibles: Uno era el mismo chico joven que había aparecido como modelo en los dibujos de la exposición y que tanto revuelo había causado y el otro, no había duda, era él mismo Raúl, en lugar del desconocido macho fornido de los anteriores dibujos. Sin embargo, mirando con atención había además una cosa extraña, que sólo se apreciaba en los dibujos de las caras de ambos en primer plano, las facciones de ambos personajes eran las mismas, parecían la misma persona en dos edades diferentes.

La historia era de una tremenda carga sexual, sin dudarlo habría que catalogarlo de pornografía; dibujos pornográficos, aunque no fotografías. Culos penetrados, mamadas, corridas faciales y caras de éxtasis llenaban todas las viñetas. Pero no había un ápice de exageración, eran pollas reales, cuerpos hermosos pero auténticos, posturas verosímiles, potencias sexuales asumibles, volúmenes de esperma naturales. Todo era creíble y eso le daba más valor erótico. No pudo evitarlo, el bulto del pantalón en la entrepierna lo delataba.

Volvieron a sonar unos golpes en la puerta, justo antes de que ésta se abriera. Era el mismo chico que le había traído el paquete.

Son las cinco. Si no quieres nada, más me marcho.

Échale un vistazo a esto. – Dijo a la vez que alargaba la mano ofreciéndole la historieta.

El joven ojeó los dibujos y, sonriendo, añadió señalando a la entrepierna de su jefe.

Muy excitantes y veo que tú opinas lo mismo.

Tú también te has puesto cachondo y ya no es horario laboral.

Entonces dejaré de ser tu secretario y seré tu amante.

Cierra la puerta.

EPÍLOGO

Cada mes puntualmente llegaba a la editorial la entrega que ansiosamente esperaban los lectores. Fue un éxito de ventas, animado por aquellos que pusieron el grito en el cielo por que un editorial "seria" publicara esas obscenidades.

Raúl empezó a aparecer de nuevo en público, siempre iba solo; pero mencionaba a David con frecuencia. Hay quién afirma que ha escuchado su voz; pero nadie lo ha visto nunca.