David y Diego: Quedate a mi lado...

-David… sólo tendré ojos para ti… por siempre

Gracias a todos por su comentarios, de verdad se los agradezco mucho. Pero entnedieron mal lo que dije. seguiré escribiendo, solo, que tenia un bloqueo de no seguir con la historia, pero gracias a varia gente y su punto de vista y sus comentarios, hiceron impulsar mis ganas de seguir escribiendo y no. No mis queridos lectores...aun la historia no se acaba.

les dejo la siguiente parte

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¿Porque de repente paso todo esto?

...solo, presenciaba que iba a morir. Que iba a estar tirado en una calle aglomerando alguien mi cadáver de medicina forense. Quería desaparecer…irme del satélite y estar con Orlando…Orlando Riascos. Mi padre. Ya que no tenía nada para hacer en este mundo… entretenerme como los ángeles y el mas allá ponderaban en un lugar divirtiéndose y abrumados de como los vivos lloraban por una vida. Que ya no verían nunca jamás…

Imaginaba a mi padre…desde el día que murió, igual que yo. Complexión media…pelo castaño claro, ojos vivaceos de color gris llegando a verde. Una sonrisa que denotaba experiencia. Y el poder de neutralizar las cosas, lo gozaba siempre…deseaba estar con él. Aunque…ya no puedo.

Tengo a mi madre…ella no merecía nada de lo que me paso a mí. Por culpa de Enrique y sus andanzas casi muero. Dispuesto a ser decapitado por una bala en mi cuello, desgarrado del corazón a la velocidad de fuerza errática de la bala prominente que me mataría. Aun la tengo a ella. Tengo a Renzo…mi amigo, tengo a los demás…por una parte quise sentirme egoísta y mandar todo a la mierda. Pero…todo pasa por alguna razón…

Esa razón voló como un combatiente precipitándose en un chico que aun…estimaba mis pasiones. Que aun sentía lo que yo siento ahora… me deja como un estúpido después de todo esto.  Pero ser un idiota no está en mis planes. Me explico, es un ‘estúpido’ de buena manera, tengo una conmoción cursi en todo mi cuerpo que hace que me estremezca de nuevo como cuando…le preguntaba al profesor cosas que no entendía, o cuando, caía de un lado a otro diciendo que podía pasar las barras de mono del colegio…el enseñarle química. Y lo mejor de todo, besarnos hasta quedar dormidos cuando no había nadie que nos molestara.

Dicen que los hospitales son…la destrucción de todo siglo porque son los lugares donde tus seres queridos sufren e incluso mueren. Perdí a mi padre en uno así que, la costumbre se me hacía evidente…pero. Esta vez, no estaba solo…remediaba en la oportunidad de poder tener a David, pero…se me hace muy confuso todo. ¿Porque?… ¿Por qué el poder de ese beso? si el-

-listo joven…creo que con la sutura que le hice sanará muy pronto esa rodilla y parte de su brazo – decía al enfermera, con algo de edad pero dulce al hablar.

-¿no fue para nada grave? Solo son…

-raspaduras… y espérame le preguntaré al que te hizo el chequeo- la doña iba y daba vuelta por la recepción, demorándose un poco. Trayendo  él especialista, en uniforme de enfermero, azul cielo completo – ¿Marcelo sabes que es lo que tiene el muchacho? Él está mejor de sus heridas…

-pues…después de la revisión como vino… está bien, uno que otro hematoma y las costillas inflamadas en esa área de sus costados. La sutura por su antebrazo derecho y su pierna, está bien, solo que no puede apretarlas mucho porque puede derramar su fluido de sangre y no coagular, en general el chequeo fue sobresaliente.

-¿ya oíste querido? Estas bien, solo te echas cremita en las heridas de tu cara, en tu cuerpo y listo, estarás sano en un dos por tres. – el enfermero salía de la habitación dándome una sonrisa

-se lo agradezco mucho em…

-Constanza

-Constanza gracias…dígame ¿sabe algo del otro chico que vino conmigo?

-pues…espérame voy y reviso – salía de nuevo hacia la recepción.

Este lugar…había estado aquí de nuevo. El último acontecimiento fue que cargaba a mi chico envuelto en sangre porque había perdido mucha, gracias a unos matones homofóbicos contratados por un amigo de mierda que creía que era mi compinche del crimen. Lo trascendental fue que lo salvaguardé y aún sigue con vida. Ahora todo es en viceversa. Remangaba más la camisa blanca que llevaba empapada y seca de sangre por el lado derecho de mi cuerpo, con algo de manchas por la que tenía por debajo. Parecía en apocalipsis zombie, o comido por un vampiro…no tenía nada más que ponerme, me dejaron el traje como para que lo usara un pordiosero y me tocaría pagarlo porque es rentado.

-mira Diego – Constanza de nuevo con una lista de pacientes – ¿tu amigo es David Mantilla cierto?

-si…

-está en revisión…no recibió ningún disparo o algo, solo se enterró un vidrio en su hombro pero ya fue remitido de alta, ahora deben de estar colocándole el vendaje…

Ósea que no recibió el tiro…fue un vidrio que le hizo provocar sangre en su hombro, quizás por el tacleo. Pero…me protegió de estar malherido y con lo que a mi concierne…eso no lo hace nadie.

-ah sí… – Constanza de nuevo sacándome de mis reflexiones de nuevo -  un agente de la fiscalía quiere hablar contigo… ¿Lo hago pasar? – la duda me invadía, debe de ser por Enrique…no tengo nada que perder.

-si…de nuevo muchas gracias por todo…

-es mi trabajo joven Diego, que pase feliz noche y que descanse.

Constanza se retiraba en un dos por tres dejando pasar al agente de la fiscalía. Alto, de pelo blanco y con un toque particular que le era diferente a los demás, llevaba esa pistolera que se coloca en los hombros.

-Diego ¿’right’? – lo sabía…era gringo.

-‘yes sir’ – seguía la corriente, en el inglés me va bien

-no, no, no hay necesidad de ‘speak’ en ‘english’ puedo entenderte

-ah ok, está bien…soy Diego mucho gusto - estrechando manos

-Gunner, Craig Gunner, agente especializado en casos de prófugos de la justicia y personas conflictivas – vaya eso sonó como James Bond y Mac Taylor en una sola persona

-mira te haré preguntas pero antes que nada… ¿ya te sientes mejor? ¿‘feeling better’?

-sí, algo adolorido pero estoy bien…

-bien…solo ser algunas para salir de dudas…

-oiga disculpe pero ¿Qué paso con ellos dos? Em…usted sabe

-fueron enviados a una cárcel cerca de las instalaciones de fiscalía. Después ser remitidos a una cárcel más grande y de mayor seguridad, claro, Fueron atrapados después de interceptar el punto de encuentro con ellos y contigo. necesitar tu información ‘first’ para revisar de nuevo sus antecedentes.

-no se preocupe…lo que tenga que hacer para que ese tipo se vaya a la cárcel.

Por fin podré estar despejado con ese inconveniente…ya el haber recobrado las fuerzas me hace luchar otra vez y seguir hacia lo que yo más deseo, paz y tranquilidad. Pero primero, necesito salir de esto para sacar mis dudas con el que me salvó la vida…mi lindo rockero empedernido, mi chico de los ojos verdes

Mi David…

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-¡NOO TÚ!

-no David bello ¡ya te dije que tú!

-¡que no que tú! Jajajajaja oye despacio que el vendaje esta apretado.

-¡ay perdóname santo señor! Que hago con usted jajaja

Nunca me había divertido tanto en un proceso de sutura…el doctor vino a curarme mientras me anestesiaba, ni siquiera me tuvieron que cambiar la ropa o algo similar. que me quitara la camisa, que me quedara quieto, que aguantara como hombre que la sutura era profunda, cerca por mi hombro solamente… de resto han sido solo risas y contrariedades entre ambos. Qué bonita que estaba, hace rato no la veía y me encantaba su presencia, la enfermera que me cuido hace dos años después de ese trágico incidente.

-¡Laura! Despacio que me vas a dejar sin brazo

-ok mi bonito ¿pero me debes un café sabias? Después de hace dos años si eres malote

-¿yo? ¿Café? Ah sí perdón ¡pero me acuerdo de ti! Te he llamado y siempre sale a buzón

-eso no es verdad mira – mostraba su BlackBerry de forro rosado de hello kitty – David siempre tengo mi dispositivo aquí, así que sin mentiras

-no me creas jajaja

Laura se quedó esta hora y media conmigo tratando de cuidarme y sanarme las heridas, pero nada, no hemos podido…somos unos descarados, necesitaba socorro médico, pero solo charlaba y me regocijaba como un pendejo. Después de lo que paso llamaron al a ambulancia y nos remitieron para el mismo hospital donde estaba antes. Hace eternidades que no la veía, con su pelo rizado rojo, sus pecas y sus ojos igualitos a los del señor Jesucristo. No cambiaba en nada, estaba más bonita que antes, los 24 no le relucían en lo absoluto.

-David poniéndonos serios…-tornaba su estilo de voz juguetona a uno neutro.

-dime Laura…

-¿tu recibiste en ese chaleco ese disparo? – me señalaba con los ojos el chaleco con la bala incrustada en caso el resalte del pecho derecho del chaleco.

-ya te dije que si…

-pero David es que no entiendo…se te enterró un vidrio en el hombro derecho. fuiste afortunado...digo, creo que el afortunado fue…

-Si te entendí ya, Laura…

-bello soy yo… ¿o te brillan los ojitos?

No le dije nada. Profundizaba mis adentros como nunca nadie lo había hecho en toda mi existencia. Sabía lo que me pasaba. Es esa misma sensación de regalo de navidad, la misma sensación de ganar un examen, de haber conseguido algo con esfuerzo. La misma de…enamorarse. Aún sigo y siempre estaré enamorado de Diego. No sé cómo le agradeceré al que hizo que lo salvara en el momento que más lo necesitaba. Laura y yo seguíamos hablando de todo lo que pasó. La hora se iba precipitando casi a las 12.

-Bueno bonito ¡creo que ya estás listo! – terminando de darle un beso a mi vendaje.

-qué bueno ¿la puedo mover? – apretando mi hombro para calentar mi lisiada extremidad.

-si mira, mira que puedes jaja oye ¡yo vi a tu lindo picaron por ahí! – como una niña, discutía apretándome tiernamente la nariz.

-¿ahí sí? ¿Y qué estaba haciendo?

-lo mismo que te estaba haciendo a ti, curándote, digo, la enfermera Constanza lo hacía. Debe de haber terminado ya.

-me imagino que el sufrió mas que yo…

-oye guapito pero…agradece que lo tienes…puedes recuperarlo de nuevo.

-eso…

-¿Eso que David?

-eso voy a hacer…

Le di un beso más un abrazo como gesto de agradecimiento. Me levanté de la camilla, me puse la  camisa así ensangrentada ásperamente por el brazo, no me importaba. Salí del cuarto de pacientes y bajé las escaleras hasta la recepción Solo quería seguir…buscarte.

Pero me detuvo alguien

-¡David Alejandro Mantilla! ¿¡Que le pasó!?

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Escuché un grito cerca de la recepción. Un aullido de una mujer que podría destapar la cera de los oídos de todos los pacientes. Firmaba unas páginas acerca de los delitos que cometió Enrique y que había que tener pruebas de ello. Menos mal todas esas preguntas habían terminado.

-‘well’…creo que hemos terminado, no tienes que ir a una corte gracias a todo lo que me dijiste, esto ser prueba testimonial suficiente…para que no pases más problemas con ese ‘dude’

-no quiero verlo nunca más…

-a la que sí quiero ver es a tu madre…a ella después de la audiencia le entregaré la plata que estamos custodiando, la que recogiste para los agresores.

-pero…le avisaré ella en este momento no está en la ciudad – suspire resignado, no quería que ella fuera a verles la cara- Yo lo que quiero es que, la protejan cuando testifique o algo

-‘sure’, no preocuparse que eso haremos, lo que necesita es un descanso…

-muchas gra-

  • alguien lo está buscando…Mr. Diego. – guiñaba un ojo ilustrado concibiendo cara de felicidad.

Sabia de lo que me hablaba…solo había que buscar el momento y encontrar a David. Y creo saber dónde está. Cogí mis cosas metidas en una bolsa. Así todo sucio, magullado y ensangrentado secamente. Fui a ver y sí. Las sospechas se me hacían muy evidentes. Pura cantaleta de madre junto con su papá detrás tenía que aguantar esos ladridos mi adolorido David.

- madre, solo es un rasguño

-¿¡rasguño!? ¡Tú lo que tienes es todo el brazo vendado! ¡No soy estúpida! Otra vez estabas haciendo cosas que te perjudicaran la vida… no que hijo el mío-

-Claudia – su padre intentaba hablar pero no lo dejaba

-No Héctor déjeme hablar, esto se necesita hablar. David, no me gusta que hagas locuras… ¿te volvieron a amedrentar de nuevo?

Él no decía nada…solo, no la miraba. En un abrir y cerrar los ojos llegaron los demás, cuando digo los demás, son los amigos cercanos a los míos. Una loca demente, una chica tímida pero espectacular y el mejor amigo que un gay pueda tener. Todos iban directo hacia David, pero por la trifulca de familia se dirigían a mí.

-¿Diego que te pasó? Estás envuelto en sangre…-Margie casi le da un paro cardiaco.

-déjalo que por lo que veo…David también sufrió…mírale el brazo –decía Javi

-¡haber tonto de vereda! ¿Qué paso entre ustedes dos? ¿Se agarraron a pelear? ¿O fue con Richie? – Karen me regañaba pero yo.

Solo tenía oídos para lo que decían la madre y su bello hijo

- David, sabes que me enojo por que te adoro mi lindo bebé pero no quiero perderte…dime

-madre yo

- ¿dime quien fue el que te maltrató? Quien fue ¿es por lo que sabemos?

- no madre ya te dije que-

- ¿pero porque fue? ¿Porque estas así?

-fue por mi…- me acerqué despacio, cortando la conversación para defender a mi…a David.

-¿cómo? – decía su mamá sorprendida

-David…me salvo la vida

Todos los que estaban esa esa recepción de color azul orfanato invadido por esas luces de lámpara mecánicas y contrarias a mi deber. Nadie decía nada, su padre me miraba despejado pero algo impactado…su mamá si quedo con la boca abierta, y los demás solo eran espectadores del momento. Observaba a David…era esa cara de anhelo y recogimiento y por el otro lado con una brillantez en sus hermosísimos ojos que denotaban ternura.

-Tenía problemas con mi padrastro…quería dinero para largarse de aquí y dejarme tranquilo conmigo y con mi madre…no hubiera pasado nada de esto si hubiera conseguido todo el dinero completo. Por eso es que estoy así - dirigía mi mirada hacia todos. En la sala cavilaban con su gestos, incertidumbre y sorpresa inesperada – pensaba que por no tener nada o ni llegara lo cometido con mi padrastro…daba por terminado todo…-enfocaba mi mirada al techo – fui tan egoísta que…solo quería irme. Literalmente.

Nunca había pensado que mi vida iba a ser un infierno para mí. A sufrir por tanta decadencia y dolor severo en mis remates Y más que todo en mi corazón. Pero no sé porque estoy tranquilo…siento paz en este momento, como poder inhalar mis pulmones y exhalarlos con paciencia sin prisa. Esta sensación de poder tocar de nuevo el mundo con las manos y volver a ser el que era.

-se interponía mi vida en tan solo segundos mi cabeza o mi pecho no se… una bala de alto calibre cerca hacia mi muerte. Recordaba todo lo que había vivido. Pero solo los momentos que viví…con su hijo. – ahora todo el escenario perduraba en silencio de escucha en obra de teatro. Solo escuchando mi propia voz. – llámenme loco pero. Si David me salvó es porque tengo algo que hacer aquí…aun. No es mi momento de marcharme e irme lejos. Si estoy aquí es por alguna ocasión en especial.

Tome un poco de aire para seguir hablando

-él no tiene la culpa de nada. La culpa es mía por haberlo metido en ese embrollo y dejarlo así como está. Deberían agradecerle por lo que hizo. Así como yo…no quiero desmeritar mis actos pero. El hizo lo mismo que yo hice…y fue salvarlo. Nuevamente digo. De no ser por David. Ya estuviera muerto.

Sonreía. Todos mis sentimientos fueron plasmados cranealmente por medio de esa información interconectada a mi corazón y después despachada en vocales y consonantes por el fraseo de palabras. Había dicho lo que destinaba a hablar y expresar desde el fondo de mi corazón. Ya que todos estaban aquí y yo estaba bien. Cada uno puede irse por su camino y estar relajados por el día que ya acabo por fin. David está con sus padres. Ellos pueden cuidar de el

-si no les molesta…me despido. Con su permiso, espero no molestarlos más…

-Diego – Javi se adelantaba mientras me acercaba a la salida. – em… ¿te llevo?

-no tengo dinero…pensaba irme a pie. No tengo problema Javi…

Solo percibía los ojos de un gran chico. Iba en camino y toda la proeza de divagar y poder descansar y decir que, mañana es un nuevo día. Desfilaría por las escaleras paso por paso pero-

Me apretaron la mano derecha con todas mis fuerzas. Conocía muy bien esa mano.

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No podía dejarlo ir, estaba débil de mi cuerpo pero mi corazón aun quería despegar y volar hacia el suyo y desearle todo mi afecto por el resto de mi vida. Lo detuve con mi brazo adolorido. El dolor de dejarlo ir era más intenso que el actual. No decía nada. Solo que mis ojos estaban a punto de colapsar en llanto en cualquier momento. Dada algo de su tiempo para dedicarme su mirada sin yo decir algo todavía.

-No te vayas…

Profundizaba mi amor por medio de las palabras

-quiero ir contigo Diego.

-no creo que sea buena idea David…

-no me importa si estoy herido. Solo…quiero irme contigo

Los demás se aproximaban, las chicas, mis padres, hasta enfermeras y pacientes se acercaban cerca de la entrada.

-David no es momento para juegos – mi madre de nuevo tratando de hacerme considerar– deja que Diego se vaya…deja que-

-ve David…

Mi padre determinado interrumpía a mi mamá. Todo el mundo observaba la cara de mi padre

-es algo que tiene que hacer David, Claudia. Déjalo…

-¡está herido Héctor! No quiero que mi hijo-

-¿acaso no te has dado cuenta mujer? ¿Acaso no te has dado cuenta?  - su fuerza hacia callar a la imponente y ahora insegura dueña que me trataba de llevar con ella.

-Claudia amor…este mismo sentimiento que están viviendo ambos…fue el mismo cuando tú y yo tuvimos esa vez que creías que yo me había ido con otra persona. Es amor linda, es amor lo que pasa entre uno y otro. Y es lo mismo que siente tu hijo…vas a dejar que no siga lo que él quiere ¿solo porque está herido? Amor, me partí un brazo por vos ¿no te acordas?

-si Héctor… pero-

-sé que me vas a decir que mi hijo…sigue siendo un niño Claudia pero. Es la felicidad de David…y tú y yo queremos que él sea feliz. Mira amor – se acercaba a su rostro observándola con fervor – la vida ya existía antes de que naciéramos, y seguirá existiendo después de que dejemos este mundo. Lo mismo ocurre con el amor, ya existía antes y seguirá existiendo mi vida.

Tenía razón…el amor siempre perdurara, de cualquier forma pero surgirá sea con el que sea. Coincidencia, destino, apariciones, o religiones, así será siempre, y cuando no lo tengas aun, el saldrá, de cualquier forma, pero surgirá. Ambos se ponían a llorar finalizando de arremeter con su abrazo vespertino con un beso.

-David…es mejor que ambos se cuiden las espaldas ya que están lesionados. toma – me entregaba una chaqueta de cuero fina y ceñida – úsala para que te abrigues.

-gracias padre…

Avistaba a todos los presentes dándole gracias a todos usando solo los ojos. Me puse la chaqueta con algo de malestar por mi brazo, a la final seguí impulsado con lo que realmente sentía. Ahora que el amor maternal ya no estaba perjudicando mis antojos, era solo ir al carrito destartalado de Javi y estar inequívoco que, iba a tener algo que anhelaba inconmensurablemente. Cerré la puerta dejando que el amigo chofer fuera a retomar su puesto y luego Diego al lado derecho de la parte de atrás y yo el izquierdo.

-David…-las chicas se acercaban despacio hacia la ventanilla del carro – ¿seguro que estarás bien? – preguntaba Karen.

El impulso que se me venía a la mente era…buscar la mano de Diego y entrelazarla con la mía. Estaba fría

-si…estaré bien- terminé de satisfacerlas con una sonrisa devolviéndomelas ellas después.

Solo…destinamos a partir. Si mis padres me dejaban ir era porque, sabían lo que sentían en su momento. Y creo que yo viviré eso…lo volveré a vivir, porque tengo de nuevo al chico que me enamoró por primera vez. Al chico que me hizo sentir cosquillitas en mi estómago. Es ese que siempre fue un guerrero conmigo y siempre me cuido en sus brazos cuando estábamos juntos. Ya no era ‘el hombre que me gusta’ ni ‘el hombre del que me enamoré’ es el chico que amo y amaré para toda la vida.

-¿vamos para dónde muchachos? – cerca de una iglesia dábamos vuelta para ir por la ancha calle cerca de los semáforos y las cebras.

-Em no sé yo…creo que deberíamos – no sabía que responderle a mi amigo – es que la verdad.

-a mi casa Javi...

Diego respondía serenamente esbozando un gesto fresco en su rostro

-a mi casa… ¿si sabes dónde queda no?

-Si Diego…en un rato llegamos.

Correspondía mas el apretón de dedos del chico que tenía al lado…era tan mágico, un ambicionado y poderoso auge de emociones se irradiaban en mi cuerpo estando cerca de poderlo percibir más y de apreciar esas cosquillas hermosas que tanto me hacían ocasionar amor en cada célula y glóbulo de mi cuerpo. No eran grajeas rojas lo que invadía mi organismo, eran corazones rojizos provenientes de los bombeos de mi corazón.

No decíamos nada, el en lo suyo y yo en lo mío. Javi tampoco era de gran ayuda. Ni un radio ni música, ni nada, solo eran las bocinas de los carros y el resto de gente que pasaba. Aunque…nuestras manos expresaban todo lo que queríamos hacer. Apretaban duro y sentían fuerte su deber. El sobeteo de los dedos y el calor pronunciado de las palmas de nuestras manos. Por más que no quiera verme, o que no quiera detallarme y solo mirar a la ventana. Quiere tenerme de nuevo, quiere estar a mi lado, envolverme en sus brazos y hacer con él lo que el mundo quiera hacer…

-chicos…

-chicos…-estaba tan perdido en mis reflexiones que no atendía la voz de Javier.

-ah?

-¿Qué? ¿Qué paso?

-ya llegamos…-daba un tono cómico de voz al estilo mexicano

-¿tan rápido?

-si par de locos creo que estaba metidos en sus pensamientos que, fue evidente que no sintieron para nada el viaje.

-la verdad no…Javi, gracias por todo, que gran amigo eres…-se despedía de el con el típico gesto de manos saliendo del carro llegando lentamente por las heridas de su cuerpo subiendo los escalones.

-Javi…gracias.

-¿David puedo decirte algo? – se interponía entre la puerta y yo.

-dime…

-me alegra que sigas de nuevo a tu corazón…

A mí también me alegra…y demasiado. Solo pude darle la mano y despedirme de él rescindiendo el irse estando en el primer peldaño de las escaleras. Por las mismas vibras que apreciaba antes consideraba como me ubicaba con la mirada. Solo estaba ahí con la puerta abierta. Haciendo contacto permisivo conmigo detallando su mirada primero, luego sus vendajes, su camisa manchada y después a él. Ya por ultimo disponía era a no musitar palabra por estar viéndonos fijamente y sabía lo que quería…sabía lo que pretendía envidiar. Di mis pasos lento y seguro hasta la entrada de su casa. El solo…seguía el camino que ya conocemos.

Cerrando la puerta, divisábamos esas cortas luches y la penumbra azulada de la sala. El ya en la comodidad de su hogar sacaba su camisa blanca con manchas en un diván del comedor. Por ver de nuevo esa mirada más su sonrisa  apaciguada hice también lo mismo. Me quité la chaqueta que me prestó mi padre dejándola en una silla. Éramos solo el, yo y el elipsis. Me entretuve un rato dejando mis cosas en la mesa fijando la mirada de nuevo en su cara, esta vez… sentándose en el suelo cerca de la mesa de estar de los sillones.

-ven, acompáñame un rato aquí…

Hablaba serio, pero sereno, como la primera vez que lo conocí, solo faltaba esa ternura como expresaba las cosas. Me senté a su lado percibiendo un poco mis nalgas algo descubiertas sin el jean, solo apreciando el bóxer levanté el ruedo de mi pantalón un poco detallando las medias blanca que llevaba. Jale un poco el jean para que no se me viera la raja de mi culo.

Solo…dejábamos que el silencio se apoderara de nuestros cuerpos. Pero no quería solo mutismo…afloraba algo más.

-D-Dieg-

-David…gracias…gracias por salvarme la vida.

-tu…hiciste también lo mismo por mí –solo podía responderle a esos ojitos pardos y su boquita entreabierta…

-lo se…ambos…em, si no estuviéramos pendientes del otro…no sé. Alguno de los dos estaría ya encubierto bajo tierra.

No decía nada, solo mi corazón me ponía a especular varias cosas…

-sabes… ¿sabes porque te hice sentar acá?

-no…la verdad no…

-aquí en este mismo lugar…fue donde te pude conocer más a fondo.

No podía cavilar bien, no entendía  por todo esto que estaba pasando, pero…mi pie sin saber el porqué, comenzó a sacudirse lentamente estremeciéndose y haciéndome acordar de…


-¿sabes? Mejor dejémoslo a culpa compartida, los dos tuvimos la culpa, ¿te parece?

-si dejémoslo así…a mi pelear no es que me guste bastante

-¡ok, listo! te voy a echar el spray en el pie, va a doler un poco… es spray que cura las heridas, esto arde por un momento…

-no espera, ¡eso arde? porque yoAAAAAAAAAAAARGH!!!!

-jajajajaja la cara que pusiste cuando te lo eche

-mierda no ves que eso arde, porque me haces sufrir home!

-jajajajajaja, la forma cuando gritaste jajajaja


Diego aquí me curo el pie, en este mismo lugar…seguía igual, pero con algunas cosas que recalcaban que fuera diferente. Solo sonreí…me puse alegre porque si no hubiera sido por ese accidente. No estriamos pasando por todo esto.

-aquí me curaste mi pie…

-me encantaba tenerte aquí…estaba feliz…yo solo. Agradecía el haberte encontrado y tú no te dejabas. Grite esa vez en la calle fue porque…te quería tener junto a mí. Pero. No sabía si eso lo sentías por mí.

-Ambos sentíamos lo mismo…era pues…por las apariencias. Pero lo que en verdad sentíamos nosotros es…

Solo esperaba mi respuesta

-amor…sentíamos amor y lo estamos sintiendo ahora, que estemos tan callados es que no queremos hablar de lo que pasó…pero…lo percibimos…lo sentimos

Me acercaba más a su cuerpo, lentamente cerca de sus hombros avistando un lado pegajoso de su camiseta blanca con algo de sangre tirándolo suavemente al suelo.

No paraba de observarlo y de percibirlo como deseaba siempre. Así que empecé a decir lo que quería decir desde hace tiempo.

-Me harté. Me harté de ti y que las cosas no puedan seguir así.

El me miraba confundido como con dolor en miseria aplastando su centro…pero, era parte de lo que esperaba

-David porque me-

-estoy harto…

-estoy harto de no poder decirte que te amo…

Lo besé…sin pensarlo ni dos ni tres, ni varias veces, hice lo que quería desde hace tiempo cuando me despedí de el en la terminal de transportes. Sentía la calidez de su cara, el poder de su respiración, la falta de sentir todo ese cuerpo encima de mí. Sus besos. Lo besaba tan tiernamente que era algo que se me escapaba de las manos. Eran mis sentimientos que sonsacaban mi deber de poder ser él y yo. De estar juntos y de manifestarnos como uno. Mis manos jugueteaban entre su sudorizado cabello pasando por su cuello junto con algunas raspaduras. Solté sus labios para verlo de nuevo.

-no soporto tenerte junto a mi…no soporto decirte que te amo. Odio cuando me dicen que no soy nada tuyo. Me duele. No quiero verte de nuevo caído como en el partido, ni verte así golpeado por mi culpa. Te amo Diego, te amo hasta que la vida en el mundo se acabe…te amo desde que te vi en ese primer día de clases. Desde que nos conocimos en el baño y desde que me atropellaste con tu bici. Comencé a adorarte cada día mas…- sobaba su rostro con tremendo fervor percibiendo por mis dedos índices algo mojado…eran, eran lágrimas.

-y ahora que todo se pone a nuestro favor…quiero que no te vayas de mi…quiero que estés siempre conmigo...que no me dejes. Quiero estar para siempre contigo.

Él no me decía nada…solo me miraba candorosamente y lloraba como si esas lagrimas fueran de adorno.

-David… sólo tendré ojos para ti… por siempre

-yo también te amo hermoso

No lo sé…las lágrimas no me salían. Pero mi corazón reventaba de amor en mis adentros vacilando como trataba de salir por mi laringe y regalárselo como gesto de esas bellas palabras. Felicidad, eso sentía, era lo que me daba, era para mí y para siempre. Despacio me tomó de la cabeza y comenzó a besarme de nuevo. Reafirmando sus cálidos besos despacio y sereno soportando suavemente la respiración por los orificios de su nariz. Derrumbados en la alfombra de la sala descubría de nuevo esas emociones que eran tan ilustres y extraordinarias cuando me beso por primera vez en esa fiesta. Aun lloraba, cuando me sometía a tocar sus cachetes con mi rostro, percibía el roce de la lágrima. Paro por un instante…

-no…no puedo creer que me esté pasando esto.

-perdóname…

-¿qué?

-perdóname por no habértelo dicho...que aun sentía cosas desde que nos separamos. No llores. Me dolía cada vez que me hablaban en clave y con señas, de que yo aún te gustaba…me lo recalcaron una y un millón de veces.

-no tienes que disculparte…

-¿No?

-para nada mi hermoso – me dieron más hormigueos erizándose mi piel como la de una gallina al oír eso –ya vi que me amas con todo tu corazón. – Poniendo su mano en mi hombro lastimado bajando con su dedos hasta el orificio de mi camisa azul de cuadros. – con esto tu estas saldado para toda la vida…esto, fue prueba de cuanto me quieres.

Sonreía como un pendejo. Mi brazo ya no dolía como antes desde esa cortada con el vidrio salido. Yo también pensé lo mismo. Rumiaba que me habían disparado, fue gracias al chaleco que no me intercepto el proyectil. Recostado en la cadera de mi amado con mis manos puestas en sus hombros, brillaban sus ojos adorablemente y su cara algo roja de la emoción. También sentía lo mismo, como mi cara se calentaba por encima de mi boca y por mis mejillas.

-estas rojo…

-no soy el único Diego…

Tocaba mi cara pasando por los vellos de mi barba y después por mi patilla cerca de mi oreja.

-eso lo sé…

Me mantenía en gran funcionamiento con lo que deseaba. Ahora quería cuidar a mi lindo amor cerca de mí. Me levanté de su cuerpo metiendo mis brazos por debajo de sus piernas haciendo que este me aferrara por la espalda cogiendo impulso.

/////////////////

David…me estaba cargando. Era la primera vez que lo hacía. No se quejaba, tomaba aire mientras me llevaba por los lados de mi cuarto. Disponía mi cuerpo más a su torso para que no hubiera aprietos. No importaba la herida en su hombro. Me estaba socorriendo tal como yo…lo cargué así en el hospital. Los papeles se cambiaron. No podía creerlo, ahora él era el que me cuidaba a mí.

Había despojado toda su fuerza abatido en la cama, sintiendo como su calor se tornaba normal y su cara volvía a su verdadero color. Recobrando el aliento lo miraba acomodándome en mi cama. No era la otra de antes, esta era más grande, más espaciosa y podían dormir tres personas ahí. Sin llegar a exagerar. La había cambiado. No paraba de verlo, de emprenderlo con mi afecto que invadía mi lugar en ese instante, moría de ganas por ser feliz de nuevo. Estaba en el cielo. Solo por ver todo eso que me regalaban. Su cara, su ser, su cuerpo, su alma.

Me miraba tierno cuando me quitaba los zapatos, desde los cordones dejándolos a un lado volviendo a la posición en la que estaba quitándose los suyos con los pies. Termino de hacerse en la mitad de mi cuerpo dejando reposar su cabeza cerca de mi pecho. Ameritaba mantener su relajación acariciándole los hilvanes negros de su cabello.

Por fin lo tenía…por fin todo podía estar como antes. Mi vida era ya tranquila después de estar con dolor y sufrimiento todo el tiempo. La mano libre que me quedaba juntaba con ella su mano y la mía besando su pelo rascando parte de su barba.

-me gusta todo de ti David…

-a mí también.

-eres lo que yo más amo mi hermoso…

-siempre te quería decir algo pero por no tenerte no podía hacerlo.

-Y que era…-se salía de su lugar resultando reposado como los japoneses cuando van a cenar

-‘pedacito de cielo’

-¿cómo? Jajaja ¿en serio?

-eres un pedacito de cielo que se convirtió en un guerrero indomable del cual me enamoré

-sí…sigue - me acercaba más a el

-y de su ternura…y de su inteligencia…

-si…- iba cerca de su rostro cerrando los ojos poniéndome de nuevo sus manos en mis hombros.

-y, y de, de todo su ser…

-si…y que más…

-Y…-no deje que respondiera, porque ataque amorosamente esos labios que me volvían loco.

Arremetía con esa barbita, esa cara, esos ojos. Tocaba su espalda por debajo de su camisa. Me encantaba, era todo un rey que se dejaba consentir y se dejaba querer por fin. No como esa vez en el balcón. Que no permitía que lo dejara besar. Ahora lo correspondía con todo el amor que le sondeaba el querer. Me encantaba, lo tiré al lado opuesto de la cama mientras la luz de los postes fulguraba lo que hacíamos pacíficamente. Ambos nos acostamos de lado para vernos los rostros  entrelazando nuestras piernas. Sobaba más su mentón y todos esos pelitos que se sentían de lo más rico.

-y de sus besos…no sé porque carajos no hice esto cuando te vi de nuevo – decía acomodando más su cabeza al colchón.

-porque estabas con Tovo…

-ahora…estoy solo…

-porque…

-pues…no quiero hablar de eso…

-está bien…no te presionaré.

-solo sé que hice lo correcto – solo se acercó más y siguió con su besos.

Mi polla estaba que reventaba del pantalón elegante que llevaba. El chico estaba tan lindo que se me iba a detonar la pretina de mi prenda literalmente. Todo lo que observaba, era tan agraciado, tan decisivo, tan admirable que parecía estar caminando en ese pedacito de cielo impuesto por él, así como me dijo. Sus manos se acercaban hacia mi cadera por la camiseta mientras de arriba abajo desabotonaba su camisa hasta quedar abierto del pecho. Quería jugar con su cuerpo.

-estas muy lindo David…mírate como estas…

-quiero verte de nuevo, lo que vi ese otro día…

Rápido sin agotamientos, me quite la camiseta blanca y la tire en el suelo…comenzaba a sobarme. También hacia lo mismo con él. Aligerando nuestros cuerpos para estar cerca. Sin parar de agasajarnos entre los dos.

Por su boca, por el cuello, por el hombro que no estaba vendado…solo me dedicaba a sentir el cuerpo de David. Por sus pectorales pequeños por su abdomen plano y cerca de sus brazo llamándome algo la atención pero hice caso omiso…lo que vi me hizo excitar mas pero me gustaba más él jadeo que hacia sin el perder el tiempo sobaba mi paquete mientras me entretenía con su cuerpo.

Lo levanté de la cama para que acomodara sus piernas por detrás de mi espalda mientras mordía y acondicionaba su pecho a mi manera. Era mágico lo que sentía. Tenerlo de nuevo, poder hacerle el amor era el mejor regalo que me podía dar la vida. Sentirme pleno finalmente. Revoloteaba mi cabello, arañaba por mi espalda, sobaba por los vendajes que tenía en los brazos  aplicándole una llave con mis pies. Su camisa no nos dejaba jugar como queríamos así que se la quite despacio por la herida de su brazo. Quiero tenerlo más cerca, su cuerpo. Desabroche el botón de su pantalón y comencé a retirárselo despacio quedando en unos relucientes boxers amarillos de elástico negro y medias blancas de rayas azules.

Me quite mi pantalón también quedando en boxers azul oscuro con elástico rojo y no quería quitarme aun las medias porque estaba haciendo algo de frio. Me tiré de nuevo a la cama y comenzaba a juguetear despacio para no abrir heridas ni cambiar vendajes. La pierna me dolía, pero pasaba a segundo plano. Era solo de disfrutar, de esparcir ese amor que tanto me estaba lastimando y entregárselo a alguien que si lo supiera recibir. Y sé que David me da ese no sé qué, que encanta demasiado y me hace enamorar más y más. Tocaba por su espalda, su cuerpo, sus piernas. Su bulto, quería masajearlo y sentirlo de nuevo. Me mataba el morbo.

Ni siquiera pregunte, solo me acerque a ese paquete envuelto en tela amarilla y comencé a sentirlo con mi cara mientras seguía despeinándome el cabello, me encantaba que lo hiciera. Estaba grande y carnudo, así que lo saque. El mismo de siempre, velludo con unas cuantas venas y esos 17.5 centímetros que me volvían loco y estremecido con ese glande color rosadito carne que era como para saborearlo toda la noche. Me lo metí a la boca deseoso por querer palparlo con mi cavidad bucal y saborear esa leche saladita que me sentía como un enamorado de la vida.

Mamaba rápido, como sabía hacerlo, o como me dejaba instruir y por las veces que lo he hecho, buenas o malas. Esta la estaba disfrutando y no quería que se acabara. Mantenía mi complejo de no hacerlo tan bien porque no quería que se corriera. Se estremecía y le gustaba como me la metía hasta el fondo olisqueando los pocos vellos púbicos que cargaba en la piel. Adoraba esa mirada. Es tan plena y tan genial que me emociono cuando se excita y se toquetea…sus ojos decían todo ‘lo haces delicioso sigue así’ era lo que se me venía a la mente.

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Me encantaba como lo hacía, me sacudo y me estremezco en la cama mientras Diego me la mamaba y su boca estaba tan rica que era un masaje a todo mi cuerpo estando conectado. Jalaba sus rizos castaños para que lo hiciera más rápido, no pretendía que se ahogara, solo quería que lo disfrutara. Dios…como extrañaba esto. Cada uno tiene su forma de hacer el amor…pero de las veces que lo he hecho. Me gusta más hacerlo con Diego…es increíble. Me sentía humedecido y fluía por dentro, me derretía, me dejaba perdurar por su querer. Me valía mierda y pedazos de coño las heridas de mi hombro. Esto lo estaba disfrutando.

Después de varios minutos en esa posición vi que el pene de Diego se asomaba por ahí salía por fuera del bóxer algo mojadito, me calentó más. Me senté y lo presione desde las axilas hasta mi cara para que me besara…para saber cómo se siente  el sabor de mi pene cachondo. Siempre me ha fascinado eso…con la mirada nos decíamos todo. Quería que se quitara los boxers y eso hizo. Se acomodó al lado opuesto y comenzamos a mamar nuestros penes…disfrutando de un rico 69.

El sabor delicioso y esa parte mojada por mi pene y cerca de mis bolas, hacia botar algunas gotas efectuando la misión de estirarle el prepucio hasta el límite a su pene lameteando por todo su glande metiéndomelo a la boca. Igual como siempre, blanco, con vellos pronunciados pero agraciados y con su olor a hombre respectivo. Moría de éxtasis y placer al sucumbir ante semejante sabor que me dejaba su polla. Su mano jugaba con mis bolas y cosquilleaba por mis nalgas cerca de la raja donde quiera sentir algo prontamente.

Dejamos de hacer el 69 nos enfocamos a estar cerca abrazándonos sentados sintiendo el calor de nuestros cuerpos. Dirigiéndolo sensualmente hasta el espaldar de la cama. Sus manos apretaban mis nalgas tocando por el lado de mis extremidades la parte de su glande caliente y mojado inhibiendo sus ganas de penetrarme…

Nos miramos a los ojos, enamorados…esto era el amo que apreciaba antes. El que era correspondido. El que no le daba a Richie. Porque aunque siempre había sido bueno conmigo. Pero…había una parte donde todo no me daba perfecto. Y ahora era como si mi tarro de felicidad se hubiera llenado del néctar de amor y deseo…por este chico que siente lo mismo por mí. Lo adoro… es lo que más amo en el mundo. Lo hacía bajar despacio levantando sus piernas percibiéndolas por detrás porque ya iba a  penetrarme, pero…buscaba en su gaveta algo que me intrigaba…era el sobrecito para no contraer enfermedades.

Solo lo cogí de sus manos y lo tiré al suelo

-que… ¿qué estás haciendo?

-no lo necesitamos…quiero sentirlo sin protección, al menos una vez…contigo. Que sea placentero…

-pero – hablaba duro sin susurrar

-hazlo…

Dudo por un instante, pero accedió al momento y descubrió que quería hacerlo, lo percibía en su mirada. En esos ojos que revelaban todo… ’quiero hacértelo. Muero por hacerlo desde hace tiempo’ . Por los masajes a mi esfínter hace un rato estaba algo amoldado…agarraba su falo despacio entrando despacio…por su cabeza sentía como mis paredes carnosas se extendían apreciando algo de dolor. Estaba acostumbrado a sentirlo forrado, se sentía agradable. Esa sensación de estar mojado por dentro con ese dolor, quieres que no remate porque lo aprecias como un masaje placentero e increíble. Al entrar adentro de mí. Sudaba un poco por su sufrimiento…lo observaba. Con un gesto de satisfacción al haber entrado.

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Coño como deseaba esto…mi pene estaba en la gloria. Al tener a David enfrente mío sufriendo de placer, con esa carita que es mil veces mejor que la de los actores porno. Estiraba su cuerpo, cerraba los ojos de forma abrupta, pasaba su lengua por los dientes y tocaba mi cadera con sus manos prensándome la piel como último recurso.

Solo lo observaba. Gracias al acto sexual y definitivo que ofrecía, solo disfrutaba cada vez más, mi pene resultaba un mástil de acero irrompible. duramos así hasta que resultáramos deseosos de otra posición. El tiempo valía mierda aquí. Tocaba mi cara sin dejar de verme dirigiendo en marcha hacia mis manos levantándolas hasta la punta del espaldar de la cama entrelazándolas con las mías sin dejar de cabalguetear besando mis labios como si no hubiera alborada.

Se veía que lo disfrutaba hacerlo de esa manera. Me daba la impresión que si yo intentaba algo parecido, podría ser algo satisfecho. Ya que tengo experiencias siendo…el otro que disfruta. Destruí esa posición en al que estábamos bajando mi pene de su culito delicioso terminando de dejarlo completamente desnudo retirándole las medias y quitándome también las mías. Ahora cambiábamos de posición mirándolo salvajemente irradiado de cachondeo y calentura quedando el atónito.

- Como dios nos trajo al mundo…

-que…que estás haciendo…

-quiero lo mismo que te hice…quiero que me folles.

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Estaba algo impactado por ese cambio tan repentino. Pero surgió ese don caliente de ser el dominante por un momento. Reí perversamente besando sus labios mordiéndolos con pasión. Consintiendo mi polla para un suave y penetrante golpe de penetración el culito formadito y bien rico de Diego.

Ese cuerpecito formadito y más grande que la última vez, me fascinaba. Era tan impotente que me daba por interés su cariño innegable y su poderío de apreciar su solemnidad. Así como él lo hizo también, metía despacio mi pene en su culito. Despacio. El solo gemía y suspiraba hondo pero al verme calmaba su gimoteo desprendiendo mis labios cada vez que trataba de hacer olvidar el dolor. Le gustaba…no era lo que me cataba que hiciera, y mucho menos sin protección. Pero...era solo por experimentar. Por solo conocernos más. Mi pene se sentía algo incómodo pero caliente y con una presión salvaje en el forrito del prepucio gracias al semen por dentro de las cavidades anales de mi chico.

El subía y bajaba deseoso de esto. Ya al acostumbrarnos disfrutábamos cada vez más del rico y sabroso momento de arriar bandera y ser sometido. Una versatilidad incomparable. Justo y necesario para disfrutar del poderío de magnificencia. Estremecíamos nuestros cuerpos por todo el momento que necesitase. Teniendo cerca algo que pensé que no iba a tener después de tanto tiempo. El follar a Diego Riascos de nuevo. Soy versátil, pero me gusta ser más de pasivo.

-¿te gusta?

-m-me encanta…lo haces tan rico…deli-cioso…

-es todo para ti…

-no pares…

Tenía a un macho cachondo frente a mí, lo follaba deliciosamente y me encantaba como se posaba y me besaba, me tocaba y me apretaba más las extremidades. Tenía una mano libre, empecé a pajearlo deliciosamente sometiendo más la fuerza de mi pelvis hasta su trasero agitando más los choques de piel entre ambos para dejar todo de una y que se corra. Mataba por hacerlo. Era tanto el morbo que tenía que me daban ganas de correrme dentro de Diego. aunque quería que se corriera primero.

-¡¡¡c-oño!!! Carajo…¡¡¡m-e voy a venir!!! Aghh

-hazlo, quiero que lo sientas…

-aghhhh no puedo más…

Tres chorros de blanco semen transparente y apetitoso caían por mi pecho, cerca de mi cuello y por los vellos de mi entrepierna. Esa cara…mataba ver y tomarle una foto a ese rostro. Se sentía tan tranquilo ya después de haberlo segregado todo… tiraba todo su cuerpo en la cama besando mi cuello con amor sintiendo como ese pegoteado semen acariciaba mi torso.

-que rico David…

-seeeeeeeeee

-¿quieres que te la haga?

-si…quiero correrme ya.

Aún estaba excitado por tener esas imágenes recientes cerca, no se me iban a olvidar, eran las que me dejaban así de excitado y oriundo de emoción satisfactoria y pornográfica. Diego me agarraba mi pene con fuerza sacudiéndolo como un trapo apretando el forrito carnoso de mi polla con mi cabeza rosada e inflada. Discutía con mis pensamientos por no dejarme disfrutar del instante. Intente relajarme…y volver a pensar de lo ocurrido…lo tiré todo.

Boté todo lo que mis bolas habían efectuado. Unos cuantos chorros sin ver donde caían, solo sentía en cada parte ese líquido caliente de mi orgasmo. Por mi cuerpo, cerca de mi pecho derecho y el resto por mi mano. Terminando todo con un beso…un buen y delicioso beso.

-delicioso…

-más que nada en el mundo…

-¿quieres bañarte? – Diego se levantaba en su cama cerca de la puerta mirándome cerca con mis manos detrás de mi cabeza.

-pues… ¿te acompaño?

-sii! Digo em…si si tú quieres

-¡ven aquí que te voy a pegar más de mi semen!

-¿noo que haces? jajaja

Me levanté corriendo hasta donde él estaba, trataba de agarrarlo pero el muy cretino es muy rápido entrando al baño cerrando la puerta empujando como un pendejo.

-¡¡déjame entrar!! ¡Carajo!

-¿qué tienes para ofrecerme?

-em. Estoy desnudo…

-Ok, eso quería…-dejando abrir la puerta junto con la puerta corrediza

-tu baño sigue intacto. Aunque ya huele a limpiapisos

-solo metete ya…

Nos pusimos a jugar un rato con el agua, me bañe y sentía ya mi piel fresca con el vendaje húmedo. Trataba de que no se mojara tanto al igual que Diego. El pobrecito estaba todo magullado pero se le veía una sonrisa clemente en su carita. Se le veía tan tierno, era tan hermoso y tan ameno que no se…le valía verga todo. Solo le importaba estar conmigo. Estoy feliz por eso.

Terminamos de ducharnos. Nos fuimos a la cama desnuditos y agarrados de la mano. No se…esto se puede ver tan cursi, pero yo lo veo tan jodidamente hermoso…tenía a mi Diego feliz junto a mí. Nos cubrimos con las cobijas y organizamos las almohadas, en el izquierdo y yo en el derecho.

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Consentía a David por los lados de su cabeza recostando su cuerpo cerca me mi hombro…no quería que el resto de la noche se acabara. Quería que esto fuera ilimitado. No codiciaba que finalizara.

-David…

-si…

-quédate a mi lado.

-estoy a tu lado.

-no…yo digo que nunca te separes de mi…quiero que estés siempre a mi lado. Que nada ni nadie nos separe.

Al verme por encima de su cabecita, estire un poco el cuello para besarlo y toquetearlo un poco, con cariño, para percibir el cariño de sus besos y el ruidito al sentirlo.

-nunca lo hare…

Me abrazaba por cucharita deleitándome con la vista nocturna de mi ventana y con las luces aun destellando tenuemente. Su mano estaba cerca de mi corazón. Este ya estaba sereno en sus latidos…porque ya quería lo que deseaba hace dos años. El amor de mi rockero empedernido.

-Te amo Diego…

-yo te amo más…

-em…hasta mañana

-hasta…mañana David.

Solo cerré mis ojos y después…no supe que paso, porque el contrapeso de mis agotados y debilitados músculos, querían era descansar en una blanda cama. Hasta que sea el otro día.

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Me desperté con un dolor letal en mi hombro, como si no pudiera moverlo, estaba tan adolorido que deseaba que mi cuerpo no lo tocara nadie, ni quería que me molestaran. Hacia un día radiante, con un calor que no daban ganas de salir de la cama por pura pereza y vanidad. Jalaba con mis manos de para atrás mi frente como después de una resaca, desprendiendo las pestañas pegadas y las lagañas molestas de mi rostro.

Ahí estabas…durmiendo sereno abrazando la almohada notando los lindos bultos de tu espalda. Con unos moretones cerca de tus brazos y tu cuello. Ya puedes respirar tranquilo. Ya estás en paz contigo mismo y tienes lo que querías…a mí. Tengo al chico más guapo que he visto en toda mi vida acostado durmiendo de lo más tierno. Ser jocoso contigo, tocarte las cejas, despeinártelas, echarte el pelo para atrás. Por mi estaría todo este rato contigo, desayunar, arreglarnos, ver pasar este hermoso día juntos.

Pero…aún tengo que hacer algo. Tengo que estar a paz conmigo mismo. Yo…haber dejado a Richie fue como una cerradura abierta para salir de algo que me gustaba pero, que no era lo correcto para mí. Una parte de mi quiere estar contigo pero otra parte quiere pensar…quiere saber si soy lo mejor para ti. Y si yo soy lo mejor para ti. Por ahora mereces descansar.

Me vestí, cogí toda mi ropa, me la puse mientras que él no se movía de su lugar. Mire el reloj del celular. 11:30 AM y ninguna llamada perdida…nadie nos molestó. Estuvimos juntos y nadie se percató de nuestra presencia. Lo que queríamos, más que todo era lo que yo deseaba. A tan solo de apretar el cordón de mi zapato. Sentí que alguien cerraba la puerta. Cogí la chaqueta que estaba cerca del su cuarto y vi que-

-¿David? ¿Eres tú? – Era su madre con unas maletas dejándolas en el suelo -  ¿pero qué haces aquí cariño? Cuanto tiempo sin verte…que bonito estás.

-Hola doña Sandra – esboce una sonrisa con el desgano más grande, el dolor de este hombro no me dejaba – ¿cómo está? – me miraba perpleja

-¿pero qué le pasó en el hombro mijo? ¿Está bien? ¿Estabas con Diego?

-em pues…

-¿él está bien? Recibí una llamada del juzgado, hablé también con un detective… ¿qué sucedió?

-pues…-no quería lidiar con esto - perdóneme…lo siento pero…dejare que su hijo le explique.

-¿pero porque? ¿Tienes que irte?

-lo que tiene que saber es que…-estaría loco, pero quiero decirlo  - amo a su hijo con todo mi corazón…no soy nada sin él…

Mi ‘suegra’ sonreía amorosamente pero aun sorprendida al verme en este estado. Correspondía su sonrisa. Por mi estaría todo el tiempo en esa cama…pero tengo que descubrir lo que en verdad siento. Y creo que es mejor que se recupere completamente para así encontrarlo…y poder tenerlo definitivamente. Creo que sabía lo que pasaba entre los dos.

-dejaré de verlo por un rato…le juro que necesito un corto tiempo para saber lo que me pasa exactamente. Y pues…cuando se despierte… ¿le puede decir algo de mi parte?

-¿si Davidcito que sería?

-dígale que lo amo

Terminé con un ‘hasta luego’  cargando la chaqueta en la mano terminando ella de cerrar la puerta bajando  los escalones hasta llegar cerca de la ruta de las bicicletas…me tomaré el tiempo para…

Descubrir lo que realmente siento y si quiero que sea definitivo. Comencé a llamar.

-¿sí?

-Hey Rob

-¡David! ¿Hermano como estás?

-bien Rob, necesito que me ayudes en algo… ¿el lugar que administras se puede hacer reservación?

-si tengo dos disponibles ¿porque?

Lo que necesito…

Ahora que David y Diego vurlven a estar juntos...¿porque el chico enamoradizo de los ojos verdes quiere separarse de el por un tiempo? quiere organizar las cosas? ¿adonde se irá david? les doy un abrazo enorme y gracias a todos por apoyarme. A todos los quiero como tal, un saludo bien grande disfruten el leer que a uno les gusta que se entretengan. los quiere mucho su amigo Subzi.