Danza de Lobos 1era Parte

Introducción de aventurillas Amo, sumisa, little y adicionales.

1era parte ***

... Estuve preparándome todo el día anterior para nuestro encuentro, no podía dejar de pensar en lo que podría llegar a pasar por la mente de él...  ¡Conocía su cabeza, podía leer algunas miradas, y una que otra sonrisa; pero ciertamente que había una parte de esa cabeza que para mí era todo un misterio, nunca me ha permitido conocerla a cabalidad, y cuando logro descubrir algo, ya es demasiado tarde, lo cual me encanta!; La sorpresa, la incertidumbre, han sido elementos que necesito en mi vida o más bien en mi cabeza.

Me preocupe de todos los detalles, mi maleta rosa, que se convirtió en mi compañera desde aquel día... Me preocupe de poner todo en su lugar, mis juguetes, condones, lubricantes y aquello que guardaba para ella...

A la mañana siguiente me junte a desayunar con Fernanda, mi pequeña hermanita, en un exquisito café del centro, conversamos de manera muy relajada, aunque sabía que ambas estaríamos algo nerviosas, pero por sobre todo ansiosas.

Se acercaba la hora del encuentro, lo divisé a lo lejos, se me apretó el Estómago y un escalofrío recorrió mis brazos; Miré a Fernanda  y su tez era rosa pálido y sus ojos se iluminaban por la emoción.

¡Con una barba perfecta y mirada brillante! ¡¡Nos saluda con esa calidez única, tan propia de él, y su olor es único!  Su esencia descrita en un sólo aroma...

Llegamos al departamento, era lindo y acogedor, no muy grande pero suficiente para los tres.

¡Él es para nosotras lo máximo!, - le indicó a Fernanda que se quitara la ropa y me ordenó que la llevara a la pieza.

Comencé a decorarla, era tan pequeña y tan sucia al mismo tiempo... Comencé por colocarle una loción en crema perfumada en todo su cuerpo, temblaba y así mismo solo se entregaba... El aroma era suave, como sus movimientos y caretas infantiles que solía hacer; le cubrí sus grandes tetas con lociones aromáticas,  mientras aprovechaba de  amasar entre mis manos. Sus pequeños y rosados pezones se erectaban; sus mejillas se tornaban rojas; de reojos lancé una mirada directa Amo, estaba de pie apoyado en la puerta, concentrado ante cada movimiento que pudiese hacer teniendo a Fernanda en mis manos.

Sabía que tenía el. Control y eso alimentaba mi desquicia.

Pase crema por sus piernas en movimientos de arriba hacia abajo para terminar en su entre pierna... Podía olerla, su entre pierna húmeda se olía a lo lejos y despertaba mis instintos más brutales.

Comencé a cepillarle el pelo, le había confeccionado las coletas más lindas y dulces que imaginé, estaba ansiosa por verlas puestas, sabía que se vería hermosa.

Le hice dos moños altos y sus coletas lucían tal y como las imaginé... ¡Su cara de felicidad, de pequeña ilusionada! ¡Sabía que era nuestro juguete y más se entusiasmaba!

Mi respiración se aceleraba, y trataba de contenerme, ¡joder! Como deseaba ver a esa niña llorar y suplicar, era lo único que podría calmar mi sed y mi ansiedad.

Sentí sus duras manos en mi culo con una nalgada, me erizó la piel y ordenó distanciarme con esa voz tan clara y directa con la que solía hablarme.

Ahí la tenía, en bandeja para él solo... Sentí envidia, ese caramelito debía ser mío.

Comenzó a besarla y meter su mano dentro de su vagina húmeda, la sacaba y apretaba sus labios y clítoris con fuerza, besó sus tetas con desesperación y pasó suavemente su lengua por los pezones, los mordió suavemente... Fernanda gemía y se retorcía en su lugar, pero estaba atrapada por los brazos de ese hombre,  Era su presa y no tenía más que hacer...

Mi respiración se agitaba cada vez más y mi deseo de morderla y saborearla aumentaba con cada gemido y sus intentos sin resultados por querer escapar.

Amo se detuvo a mirarme con risa burlona, sabía lo que quería, sabía lo que deseaba…

Se apartó y al fin era mi turno, Fernanda me miraba fijamente y temerosa, sabía que me temía y eso me calentaba, su cara de excitación y miedo alimentaban más mi deseo de quebrarla, me sentía un vampiro sediento de sangre con su presa al frente a punto de ser devorada.

Acomode su pelo para atrás para que lucieran aún más sus coletas, sus tetas se mantenían redondas, sus pezones erectos, su concha húmeda y su mirada inocente... Le agarre su cabeza suavemente y la bese tímida, de manera dulce, mis manos se dirigieron a sus tetas; mientras la besaba jugaba con sus pezones, adoraba sentirla entre mis manos... La tire a la cama y bese sus tetas, lamía sus pezones, un impulso comenzó a florecer, mis dientes se asomaban y apretaban sus tetas suavemente... Sostuve sus manos, y seguí lamiendo sus tetas, comencé a morderlas, sus gemidos se hacían más fuertes y eso alimentaba aún más mi morbo, mi deseo...

¡Mordí aún más fuerte! Y sus gemidos comenzaron a transformarse en gemidos y sonidos de dolor, sabía que ya era mía, que la tenía a mi merced y yo no me detendría.

La besé en sus labios, mi excitación aumentaba a tal punto que deseaba saborear su sangre, siguió el ritmo de mis besos hasta que por impulso la mordí, la sentí retorcerse bajo de mí, su frágil cuerpo buscaba escapar de mis instintos, pero ya no podía, había perdido el control. Volví a morderla y sus lágrimas y sollozos comenzaron a escapar; a lo lejos oí su voz ordenando que me detuviese, pero ya no podía y mis instintos estaban desatados.

Besé sus labios para saborear eso que sabía que era mío.  Cuando estaba lista para volver a morder sentí las manos de Amo tras de mí, tiro de mi pelo rápido hacia atrás

  • Te dije que te detuvieras perra! Grito enojado.

Desnúdate Perra!!