Dany mi vecina

Siempre me pareció que estaba buena pero nunca me dio la oportunidad de intentar nada, hasta anoche.

Daniela es mi vecina, tiene alrededor de 25 años y esta casada con Darío, viven ahí desde hace más o menos dos años cuando se casaron.

Siempre me pareció que estaba buena pero nunca me dio la oportunidad de intentar nada, hasta anoche. Estaba yo tomando fresco en la vereda cuando mi vecino sale dando un portazo, se subió al auto y se marcho. A los diez minutos se abre la puerta y aparece Daniela preguntándome si tenia un cigarrillo que le convidara, le dije que si pero que no tenia encima el encendedor, ella me dijo que no importaba que entráramos a su casa a fumar y a charlar un rato.

Nos sentamos enfrentados en el living y comenzamos a conversar de cosas sin importancia, como el tiempo, el trabajo y esas cosas que siempre se hablan para romper el hielo.

Le pregunte a Daniela que tal le iba con la vida de casada, ella hizo una mueca de disgusto y me confeso que su marido la atendía mejor y mas seguido cuando estaban de novios que ahora. Yo le dije que seguramente su marido tenía muchas preocupaciones laborales por lo que desatendía su tarea en la casa. Daniela me contesto algo que encendió la mecha en mi interior, me dijo que ella no tenia la culpa y que si Darío no la atendía ella debía buscar afuera lo que no encontraba dentro del matrimonio.

Daniela se movía nerviosa en el sillón, yo interprete que la charla la estaba poniendo nerviosa o la estaba excitando, así que decidí tomar la iniciativa, le dije que ahora había salido a buscar lo que necesitaba afuera (necesitaba un cigarrillo y salió a pedírmelo).

Ella se rió del comentario y me dijo que había querido decir otra cosa. Sin perder tiempo le dije que la había entendido y que estaba dispuesto a ayudarla mientras me paraba y me acercaba hasta su sillón.

Con mi mano derecha le empecé a acariciar la cara y con la izquierda le pasaba por el escote de su remera. Daniela lejos de rechazar la oferta que le estaba haciendo comenzó a lanzar pequeños gemidos mientras me acariciaba la pija por encima del pantalón.

Daniela me agarro la mano y me empezó a chupar los dedos mientras me miraba de manera muy sexy.

A esta altura de los acontecimientos ya no me importaba que fuéramos casados los dos, que además fuera mi vecina y que la iba a tener que seguir viendo mucho tiempo más.

Dany no tardo nada en desnudarse y en desnudarme y tragarse mi pija con devoción, me acomode sobre su cuerpo y le chupaba el clítoris mientras le metía de a dos dedos en el culo.

Ella se retorcía de placer y no largaba ni un segundo mi pija, se la comía como si fuera una paleta, hasta que le avise que no iba a aguantar mucho tiempo mas sin acabar entonces acelero su trabajo y se trago todo lo que mis huevos fueron capas de darle en esa acabada.

Cuando Daniela alcanzo el orgasmo se movió quedando sobre mi y de un golpe se introdujo mi pija que no había perdido rigidez en su depilada concha. Se la trago y me hizo una cabalgada muy rica mientras yo le chupaba las tetas y le metía los dedos en el culo.

Dany no tardo casi nada en volver a acabar y siguió cabalgándome hasta que acabe yo justo en el momento que ella explotaba en un nuevo y prolongado orgasmo.

Una vez que nos separamos Daniela se arrodillo en el sillón y me empezó a comer la pija nuevamente, cuando estuvo lista se puso en cuatro patas delante mío y me dijo que quería regalarme la virginidad de su culo, yo agradecido se lo lubrique con la lengua y cuando estuvo dilatado le metí la mitad de mi pija en su deseado agujero, espere unos segundos para que se acostumbrara al intruso que tenia en la puerta de atrás y de golpe se lo ensarte hasta el fondo. Dany gritaba que no parara que le rompiera el culo en dos, mientras se estimulaba el clítoris con su mano, así estuvimos durante un buen rato hasta que los dos estallamos en una acabada fenomenal que nos lleno de placer a los dos.

Mientras nos fumábamos un cigarrillo nos empezamos a besar y terminamos cogiendo nuevamente, esta vez yo me ubique sobre Daniela mientras le metía la pija de a poco, fue la cogida mas tierna de todas las que tuvimos esa noche, cuando acabamos estábamos los dos tirados en el piso cuando escuchamos que se habría el portón de la casa. Era su marido que volvía antes de lo previsto, solo tuve tiempo de agarrar mi ropa y saltar la pared del fondo que separaban las dos casas.

Luego de esa experiencia tuvimos varios encuentros más hasta que ella me dijo que quería cortar porque ahora estaba mejor con su marido.