Daños colaterales.9.Mirones y despedidas

Lo bueno se es breve, dos veces bueno. A veces tan bueno y tran breve que no queremos que se acabe. Un sueño cumplido es una fantasía que muere. Todo ha de seguir su curso para Oli y Alba pero, no antes de liarse en la laguna a la vista de todos.

-        ¡Vamos que te pesa el culo Bicho!

-        Nunca te debería haber hecho caso. ¿Cuándo he hecho yo deporte? ¡Me vas a matar!

-        ¿Yo? Tú sí que me vas a matar a mí con esos desayunos que te pegas. – se burló.

-        Si lo llego a saber me como las tostadas tiesas. Necesito esos hidratos y si no te hubieses dado el premio antes del esfuerzo, ahora me llevarías en brazos.

Oli no se lo pensó, me cogió por las rodillas y me echó en su espalda como cuando era una cría. Empezó a correr montaña arriba sin importarle mis gritos ni el pellizco que le había cogido en la espalda pensando en que me caería.

Llegamos a la laguna riéndonos y yo insultándolo pero, el subidón de adrenalina mereció la pena.

Aquel sitio seguía siendo precioso, todos esos árboles, la laguna entre las rocas…Siempre íbamos de pequeñas mi hermana y yo de excursión con nuestros padres, me vinieron recuerdos preciosos de mi niñez.

Ya haría como siete u ocho años que no pisaba aquel lugar, lo típico, en cuanto cumplí los catorce ya pasaba de esas excursiones, creo que Victoria y Oliver si habían ido allí alguna vez a pasar el día con mis padres pero, yo me quedaba con Paula. Y ahora con veintiuno era yo la que estaba ahí a solas con Oliver, había regresado encantada a ese lugar que pocos años antes se me tornaba aburrido y en cambio me sentía genial.

Comprendí lo que me dijo Oliver de disfrutar fuera de los pub, bares,…Esos sitios con tanta gente, no llenan tanto como parece, en cambio esos momentos a solas con él, saber que iban a pasar cosas entre nosotros pero, no cómo ni qué.

Nos tumbamos bajo un eucalipto gigante y aun con la respiración agitada por la caminata empecé a oír el agua y los pájaros y me iba relajando.

Al otro lado de la laguna había alguna gente, creo que pescando o alguna familia no sabría decir pues nos pusimos en lado más escondido que encontramos.

Y es que no nos podíamos dejar ver, lo nuestro era un secreto y debíamos llevar cuidado. A pesar de no haberlo hablado era evidente que eso era así.

Reflexioné en las palabras que me dijo por washap mi amiga la noche anterior, y tenía toda la razón. Yo era la otra. Al día siguiente volvería mi hermana y no sabía lo que iba a pasar pero, no quería pensar en eso.

Quería disfrutar de mi momento y lo demás ya se vería…pero, pensándolo bien: mi momento era tan breve. Habíamos tenido dos semanas y en cambio, todo se había reducido a una noche y un día.

Oliver, me observaba ahí tumbada como si no me hubiese visto nunca yo le sonreía como una idiota mientras el pasaba sus dedos por mis labios, bajando por la barbilla, pasando entre mis pechos por encima de la camiseta y llegando a mi ombligo.

-        Ojalá nunca se acabase este día

-        Ojalá. – me contestó Oliver apretando los labios.

-        ¿Estás bien?

-        Demasiado y ese es el problema.

-        No voy a ser ningún problema para ti. Sé que mañana vuelve Vicky y que ella es tu mujer. No tienes de que preocuparte me retiraré sin más. Ninguno de los dos vais a pasarlo mal por mi culpa.

-        El único problema para mí y para mi relación soy yo. Quiero a Vicky no lo voy a negar. A ti no te puedo ocultar nada, tú sabes lo mismo que yo mismo de mi matrimonio. La quiero, me quiere pero, hay cosas de ella que no sé si voy a seguir tolerando. No es mala persona pero, yo estoy descubriendo que siendo de otra forma vivo más relajado y más feliz.

-        ¿Vas a dejar a Vicky?

-        Eso va a depender de ella.

-        Yo no querría tener nada que ver en eso, de verdad. Me siento fatal.

-        Lo siento pero, no puedo decirte que tú seas el motivo. Me encantas, me gusta todo lo que me haces sentir pero, no es por ti.

No te ofendas pero, si mi relación estuviese de otro modo nunca habría llegado a acostarme con nadie, yo no soy de esos Alba. Si han pasado estas cosas es porque las cosas entre tu hermana y yo flaquean. Y que flaqueen es lo que me ha llevado a abrir los ojos y la mente para ver las maravillas que nos regala la vida sin tener que suplicarlas.

-        No soy tonta Oliver, yo sé que todo esto ha ocurrido porque he estado en el momento equivocado en el sitio equivocado.

-        No, todo esto ha pasado porque eres preciosa, sencilla, atractiva, cariñosa y no esperas nada a cambio. Es imposible no volverse loco contigo. En tu sencillez radica tu perfección Alba, me encantas y no te sientas culpable por ser así. Tú no tienes nada que ver con las mierdas de mi matrimonio. Si hay un culpable soy yo por soportar lo que no me gusta pero, ya lo he decidido. Se acabó. Por eso te decía que depende de ella, yo ya no voy a aguantarle nada más.

-        Vicky…ya sabes ella, no es mala chica pero, es complicado cambiar según qué cosas en ella…Tiene buen corazón solo que es un poco severa, lo es hasta con ella misma y cabezota pero, no se lo tengas en cuenta en el fondo….

-        O saca ese fondo que tú y yo conocemos o se acabó. Yo hasta aquí puedo aguantar. Porque ella no es mala pero yo tampoco. No trato mal a nadie para que me traten a mí. Quiero una esposa que sea mi compañera, mi cómplice…No mi enemiga. Hemos pasado por miles de cosas difíciles y esta no es ni de lejos la más importante pero, te garantizo que es la gota que colma el vaso. Yo no me pienso perder nada más de lo que me gusta de esta vida por nadie.

-        Tengo sensaciones encontradas. Te comprendo, lo que me dices es lógico y te comprendo por, otro lado Vicky es mi hermana y si quiero lo mejor para ella, eso tengo claro que eres tú, no querría que te perdiese. Y también, te miro, te escucho y cada vez me gusta más estar aquí contigo, y eso me da miedo. Temo distanciarme yo de ti y perderte como amigo. Temo, que liarnos nos vaya a separar y romper eso que tenemos hace tanto tiempo.

-        No puedo prometerte nada Bich..Alba. No sé que tenemos tú y yo pero, sé que eso que nos tenemos de siempre no se va a acabar. Tengo la certeza dada tu sensatez de que siempre te voy a tener cerca pues me voy a encargar de que eso sea así. Siempre he pensado que el mundo necesita más gente como tú. Impulsiva, natural, sencilla…y en esta nueva etapa de mi vida gente así es lo que quiero cerca. Lo que no puedo es prometer es lo demás. No sé nada de mis sentimientos por ahora, solo sé que hacerlo contigo me gusta, me transporta a ese mundo donde quiero estar. Perdona si te he hecho entender otras cosas más allá.

En ese momento lo besé con todas mis fuerzas.

-        Yo tampoco sé adónde vamos pero, ahora estamos aquí. Dejémonos llevar. – le dije en el oído besando su cuello.

Él me agarró con fuerza. En ese momento no había nada en el mundo que nos pudiese detener, ni las familias y pescadores de la laguna existían para nosotros. Éramos dos animales más en aquel paraje dejándonos llevar por nuestros instintos más primarios.

Nos fuimos quedando desnudos sin importarnos quien nos pudiese ver, el roce de su piel caliente sobre la mía, sus manos estrujando mis tetas…me ponía tan caliente que solo me apetecía devorarlo.

Mordí su cuello, su mentón y sus labios carnosos haciéndole incluso una pequeña herida, llegando a mi lengua el sabor ferroso de su sangre pero, nada nos importaba salvo el deseo.

Me coloqué bocarriba concediéndome enteramente a él con mis piernas abiertas. Necesitaba sentirlo dueño de mi cuerpo. Un mordisco en el pezón me hizo retorcer de placer, pude notar toda su furia en ese gesto, todo el deseo que sentía por mí.

Su lengua me recorría de lo más hondo de mi coño hasta el clítoris ávidamente, me follaba con sus dedos y yo sentía que tenía que abrir las piernas al máximo como si fuese un deber, en ningún momento deparamos en la gente que nos miraba. Podría ser nuestra última vez y queríamos gozarnos al máximo.

Nerviosa me di la vuelta, él estrujó mis nalgas, tan fuerte como pudo; fue en busca de mi coño con su boca desde detrás, de nuevo frotando su lengua por él contaminándome de placer.

-        Cómete mi culo, Oli. – le supliqué totalmente entregada a su lengua.

Abrió mis nalgas y me obedeció. Comió mi culo despacio con la punta de su lengua para luego pegarse fuerte a él y chuparlo con más fuerza. Para entonces ya me sentía cedida totalmente a mi amante, a mi cuñado.

Le pedí que me follase allí mismo, en esa misma postura, a cuatro piernas sin piedad.

Me apoyé sobre mis rodillas ofreciéndole mi coño todo lo abierto que podía y él me la metió de golpe empujando hasta que sus huevos chocaron contra mí. Se oía el sonido del golpeteo de sus huevos y nuestros jadeos de fondo.

Esta vez si me follaba rápido y desesperado. Entregado a sus deseos. Esa postura no le permitía tener todo el control que hubiera deseado, pues yo me empujaba contra él marcando mi propio ritmo en su polla.

Me agarró del pelo dándole una vuelta a mi melena en su mano y me jaló de él suave, al ver que no me oponía me tiró más fuerte, haciéndome arquear el cuello hacía atrás, mientras me envestía todo lo fuerte  y rápido que su pelvis le permitía. Yo me giré para mirarlo a los ojos mientras me follaba a la vez que me tiraba del pelo.

-        ¿Así me quieres tener eh? Bien sujeta y a cuatro patas como una perrita para ti.

-        Sí – atinó a decir entre jadeos

-        ¡Qué vicio tienes Oliver! Sabes que nos están viendo y no te cortas. Nos miran y tú más caña me das.

-        ¿Eso te gusta verdad?

-        Sí, me gusta Oliver. Dame más. Quiero tu polla.- No dejé de mirarlo a los ojos, mientras le pedía todo para mí- Quiero que te corras en mi culo.

No tardó en sacarla para correrse en mis nalgas, sentí los chorros en la espalda y algún que otro caliente en la unión de mis glúteos.

-        Me matas de gusto Alba.- suspiró mientras se corría y yo sonreí encantada, satisfecha por haber conseguido calentarlo así.

Matarlo de placer era mi objetivo y me encantaba salirme con la mía.

Me levanté ante su mirada expectante y me fui hacia la laguna.

Mientras yo caminaba, Oliver podía observar su leche resbalar en mi espalda y yo sabía que eso lo estaría volviendo aun más loco.

-Voy a limpiarme ¿Me acompañas? – dije y me tiré desde la roca al agua.

Pude ver la gente de enfrente disimular pero, sé perfectamente que nos habían visto y puede que alguno se hubiese tocado mirando.

Justo cuando salí a la superficie vi a Oliver desnudo en la roca dispuesto a tirarse, su cuerpo era perfecto a pesar de la flacidez de su polla por la tremenda corrida, su esculpido cuerpo en la roca dibujaba una silueta perfecta a contraluz.

Se lanzó de cabeza en un salto maestro. Vino nadando a mí, con su mirada morbosa y el pelo mojado.

De nuevo nos besamos entre juegos y roces, yo movía su polla, lo pajeaba bajo el agua con ritmo suave, mientras jugaba con mi lengua en su boca.

Rodeé su cuerpo con las piernas aprovechando fluctuación de nuestros cuerpos, todo es más ligero bajo el agua, todo es más sensual. Su polla despertaba de nuevo reaccionando a mis caricias, cumpliendo mis deseos…

Con la ayuda de sus manos empujando mis caderas, fue clavándomela de nuevo lo más hondo que podía, manteniéndose dentro de mí todo lo que yo le permitía.

Estaba tan excitada que aprovechaba la ligereza  que daba el agua a mi cuerpo para columpiarme en su polla, rozando mi clítoris por sus vellos púbicos, frotándolo una y otra vez, fuerte, hasta correrme con su polla dentro.

Arqueé el cuerpo hacia atrás, mojando mi pelo, sumida en un inmenso orgasmo que salió por mi boca en forma de un tremendo suspiro.

Oli, seguía atravesándome, mordiendo su labio inferior conteniendo sus gemidos.

-        Oh Alba, eres una diosa. – repetía acelerando el ritmo dentro de mí para volver a correrse, esta vez en el agua de la laguna.

Tuvo que sacarme del agua en brazos y ponerme sobre la manta.

Como siempre, me flaquean las fuerzas un rato después de correrme

-        ¿Crees que nos han visto Bicho? – dijo cuando recuperó la fuerza para hablar.

-        Creo que no nos han dejado de mirar, Oli.


Aquella noche salimos otra vez al balcón, hacía un poco de frío  y yo estaba encogida en la silla, tapándome hasta los tobillos con el vestido mientras ambos charlábamos sin más, bebiendo cervezas recordando historias, contándonos confidencias como dos buenos amigos. Como si no hubiese ocurrido nada esa tarde en la laguna, ni esa mañana en la habitación.

-        Bueno Oliver, hora de irme. Son las dos.

-        ¿Te vas?

-        Claro

-        Quédate esta noche, por favor. Mañana viene Vicky y no sé…Bueno, no sé cuando te volveré a ver, ya sabes…así, a solas.

-        Esa es la cuestión, mañana viene Vicky y este no es mi sitio, lo mismo como hermana sí pero, como amante estoy mejor fuera de esta casa.

-         Soy un egoísta. Lo sé. Perdóname.

-        Nada que perdonar, no ha habido mentiras. Sé lo que hay desde el principio. Estoy preparada.

-        Eres muy fuerte. La mujer más madura y más fuerte de tu edad que debe existir.

-        La mujer más estúpida. Ya he pasado por estas cosas. Esconderme, irme a hurtadillas,…

-        No te lo mereces. De nuevo perdona por tratarte así. No he querido usarte en ningún momento. Soy un cabronazo, lo sé. No dejes que nadie te trate mal, si yo te viese sufrir perdería los papeles y ahora soy el que te ha hace estas cosas. Soy un mierda.

-        No te martirices Oli, ya te digo que las cosas están claras desde el primer momento. Comprendo que todo tiene un principio y un fin.

-        Déjame decirte algo. Algo, que no he querido decirte para no liarte más en mi estúpida situación. Yo no quiero que te vayas, no quiero perder nada de ti pero, no como cuñada, ni como amiga, sino como mujer. Tengo tanto que solucionar…Me parecería muy egoísta pedirte nada, no tengo derecho a hacerlo. Yo también prefiero que te marches y perderte como mujer, que te quedes y perderte para siempre. En todos los sentidos. No lo aguantaría.

-         No lo hagas más difícil por favor. Ya está todo claro. – Lo besé en la comisura de los labios, cogí las maletas y me fui. Ya había hablado con Paula para dormir en su casa esa noche.

-        Pero ¿Adónde vas a esta hora?

-        Hay un lugar para las chicas solitarias que siempre está abierto, no te preocupes estaré bien.

Hay momentos en los que por mucho que duela, una debe estar en su lugar.

La casa de una amiga de verdad siempre tiene la puerta abierta a las dos de la mañana cuando te han quitado el corazón.

Un sueño que se cumple es una fantasía que muere.