Daños colaterales.4. Mi juego, mi mundo
Alba, entra en el mundo de Oliver y decide jugar a su juego pero, ¿Quién gana? Cada vez lo tiene más loco por ella y le cuesta más contenerse.
Capitulo 4
Su piel morena parecía que aun brillaba más, cuánto más se adentraba la noche con el foco de la terraza, la tiranta de su vestido azul y blanco de rayas, resbalaba por su hombro, y ella la recogía con gracia, el pelo le caía hasta la cintura sobre el otro hombro, me hipnotizaban sus grandes ojos marrones y cada uno de los dientes que mostraba cuando se reía.
Ella fue a por la botella y decidió jugar pero, esta vez era mi juego. Había elegido quedarse en casa, había coqueteado conmigo y había despertado mis ganas de jugar.
Solo era un juego pero, yo iba a sacar mi mejor baza y no solo me refería a las cartas.
De nuevo me perdía en sus encantos y por mucho que luchaba contra mí, cualquier excusa me servía para rozarle el brazo, sus piernas y sentirme escandalosamente seducido por su forma de ser y por toda ella, sin remedio. Otra vez mi mente me acusaba de pecador mientras mis ganas de jugar iban in crescendo.
Quería controlarme para que aquello no pareciera una cita, quería reprimir mis estrategias empalagosas que ya en el instituto había comprobado que eran infalibles, y aunque suene un poco fanfarrón recordad que delante tenía a toda una mujer pero, muy joven. Podría presumir de experta pero, más sabe el diablo por viejo, y de eso no me quería aprovechar para tomar ventaja. Soy un jugador serio y la finalidad estaba clara, quería confundir a mi contrincante sin llegar a ganar la partida, la apuesta era mi cuñada y mi mujer…poca broma.
Seis chupitos a dos, y una cerveza siempre fría al lado cada uno. Yo le sacaba ventaja pero, no podía despistarme. Aunque a ella ya se le estaba subiendo bastante.
- ¡Qué bien se está aquí en la terraza Oli! Nunca salimos aquí y se está muy bien.
- ¡Claro! Este es mi secreto. Yo me salgo aquí afuera, siempre solo con mi periódico, con mi cervecita, con el ordenador,…lo que sea y escapo del mundo. Aquí me libero de todo, solo…
- Bueno , hoy me he quedado para molestarte, una vez más.
- No, de eso nada. Hoy has salido aquí afuera porque yo he querido. Aquí solo puede venir a quien yo invite, este es mi sitio y yo pongo las normas. No te confundas, aquí afuera mando yo.
- ¿Ah, si?- insinuó siguiendo mi juego
- Bueno ya lo ves, el Oliver complaciente se queda dentro…Mírate; bebes mi bebida, juegas a mi juego, cumples mis reglas,...
- ¿Y si me negase?
- No. Aquí no podrías.
- ¿Tendría que irme si no cumplo tus normas? Lo entiendo, es tu “mundo”.
- No. No tendrías que irte. Una vez estas aquí, ya no eres capaz.
- ¿Eso crees?
- Vete-abrí la puerta del balcón y le señale dentro- Si es lo que quieres.- Ella sonrió de medio lado, llenó los dos chupitos y me tendió uno sin levantarse. Lo tomamos de un trago. Cerré la puerta y me senté de nuevo.
- Una vez entras en mi mundo, eres tú misma la que no te quieres ir.
- Ja.
- Si, riéte pero, te he abierto la puerta y no has salido.
No nos quitábamos la mirada, en ese momento explotaba de excitación y notaba que ella también.
- ¡Ay, Oliver! Me pregunto tantas veces que hay dentro de esa bondad que tienes por norma de vida.
- ¿Te intrigo? – seguí insinuante.
- Me intrigas. Me intriga ¿Qué odias? ¿Qué te molesta? ¿Qué te gusta? La birra, el deporte,…eso está claro pero, ¿Qué te tienta? Tiene que haber cosas prohibidas que nadie conozca ahí dentro- dijo tocándome el pecho.- Eres de carne y hueso.
- ¿Quieres saber que es del chico malo que todos llevamos dentro? ¿No?
- No creo que haya nada malo dentro de ti pero, sí algunas travesuras jajaja
- Más de las que crees. Tengo una mente perversa.- dije bromeando para seguirle el rollo.-
- Cuéntame algún secreto, y luego te cuento algo yo.
- Recuerda, que aquí son mis reglas. Así que tú empiezas
- Pregunta pero, no te pases.
- Cuéntame¿Con cuántos tios te has acostado? – me vino Ginés a la cabeza y fue lo unico que se me ocurrió preguntar, ya no había vuelta atrás y ni si quiera sabía porqué le había preguntado eso y si lo quería saber.
- ¿Eso es lo que te intriga?
- Sí.
- No creo que quieras saber eso.
- Contesta
- Muchos, Oli, muchos.
- Dime un número.
- Ja, ja, ja. Créeme mejor dejamos el número. Te puedo contar mi primera vez, aunque también fue un desastre…
- Yo no me voy a asustar ¿Con cuántos has follado?- balbuceé sirviendo otros dos chupitos. Ella se lo tomó de golpe y siguió hablando.
- Antes Paula y yo los íbamos contando. Ya hace tiempo que no hago eso, no son números, son historias que surgen y bueno, son solo momentos luego se añaden a una lista y parecen siempre demasiados…ya sabes…pero, bueno me dejo de excusas creo que unos 20. – Dijo y fue ella la que llenó los vasos otra vez.- Ahora pregunto yo.
En ese momento quise decirle tantas cosas, sentí tanta rabia pero, no me podía sorprender, es preciosa y es normal que no le falten tíos…preferí no opinar pues, tampoco sabía que me iba a preguntar ella.
- ¿Cuéntame tu primera vez?
- Yo pregunto un simple número y tu me vienes a preguntar detalles. Tu sabrás lo que haces después vendrá mi pregunta.
- ¡Ay! igual me arrepiento…
- Jajaja Ya “no se vale”. – me burlé.
- Mi primera vez fue una mierda, como la de todos. Yo era un adolescente, y bueno ya sabes, andaba salido a todas horas. Cualquier trocito de carne que se asomara más de la cuenta ya me ponía mil.
Tenía mis novietas en el instituto pero, claro no iba más allá de tocar una teta. Entonces vino Monique, de erasmus al instituto una francesita, que lejos de ser la más guapa o maciza que había por el instituto si que era calentita tela. Venía a mi casa alguna tarde a mandar algun correo al ordenador y cosas así, y había mamoneo.
Se rozaba, me dejaba manosearla bien a fondo, me la tocaba por dentro del pantalón…Yo flipaba con todas esas cosas. Empezamos a quedar mas a menudo, ya tu sabes a pajearnos y demás…jaja
Y veía que cada vez yo ahondaba más en el terreno y no se oponía. Así que una tarde compré condones y fui a por todas. Después de unos tocamientos, empecé a quitarle la ropa, le comí un poco el coño y me envalentoné, me puse el condón y en cuatro embestidas ya me había corrido. La pobre Monique ¡se le quedó un careto! Era evidente. Ella no era virgen y pensaría “ este aquí un mes haciendonos pajas y cuando por fin entra a matar no me dura ni cinco minutos” jajaja ¡Qué novato!
- ¡Ufff que alivio! Ya pensaba que tu primera vez fue con mi hermana, era algo que siempre me había comido la cabeza. Creía que solo habías follado el uno con el otro…
- ¡Oye que aquí hay trayectoria, experiencia y calidad! Jajajaja
- No, no lo dudo pero,…
- ¡Nada de peros! Me toca preguntar a mi. A ver, cuéntame alguna anécdota que tengas…Algún sitio escabroso, algun tío rarete…
- Déja que piense….¿ Recuerdas el bautizo de Pablito?, el hijo pequeño de mi primo Juan.
- Sí, que se celebró en casa de tus padres, en la sierra.
- Eso es. Bueno, seguramente te acuerdas de Víctor, el hermano de la mujer de mi primo.
- El marido de Mari Carmen
- Eeem sí, entonces eran novios. Bueno yo iba con ese vestido, uno amarillo, con unos encajes…
- Sí, unos encajes por el escote. Lo recuerdo.
- ¡Vaya que buena memoria! Victor no paraba de decirme que le gustaba mi vestido, que me sentaba muy bien,…nos tomamos unas copas de champán y bueno, nos metimos en la habitación de invitados. Follamos ahí dentro con toda la familia afuera jajajaja. Y no fue nada de “aquí te pillo y aquí te mato”, me puso a cuatro patas, el vestido por la cintura, me bajó las bragas a los tobillos y me folló desde atrás, ya sabes; para arriba, para abajo…un polvo acrobático en toda regla ¡No veas que corte cuando coincidimos ahora en los eventos familiares! Ahora que está casado…
- Me dejas un poco sorprendido pero,…bueno, es que con ese vestido estabas preciosa, tan morenita, ese color te sienta tan bien…Entiendo a Víctor, de verdad pero, ¿No eras un poco joven? De eso hace ya por lo menos dos años.
- Oliver, hace cuatro. Y sí, tenía diecisiete.
- ¿¡Diecisiete!? Pero, si Víctor es de mi edad…
- ¡Eh, eh! Sin juzgar. Estamos hablando entre adultos. Soy joven pero, no una niña.
- Perdona, perdona ¡Tienes razón! No eres ninguna niña, seguro que has vivido mucho más que yo, al menos en ciertos aspectos…
- ¿Qué insinúas? Me alegro que hablemos de todo y que me empieces a tratar como una adulta... Y de repente me vienes con estas….No soporto que me veas como a una niñata,…Así no…
- Oye no te ofendas, en serio. Hace mucho tiempo, que no te veo así. No puedo verte así ni aunque quiera. Te miro, observo tu cuerpo y no. Es evidente que no lo eres. – seguí declarando bajo los efectos del alcohol.
- Estás diciendo que mi canijo y enclenque cuerpecito, te hace verme como mujer.- dijo poniéndose de pie, aunque tambaleándose un poco por el alcohol para dejarme observarla con su vestido ceñido de rayas mientras se marcaba la figura con sus manos riendo.
- Muchas cosas me hacer verte así pero, ese no es el tema ahora… ¿Vas a preguntar o nos vamos a dormir? ¿Te rindes?
- Ni de coña, solo déjame que piense un segundo…
- Tic, tac, tic, tac…
- ¡No me pongas nerviosa, coño! A ver… ¿Has sido infiel alguna vez a Vicky?
- Jamás.
- Oye, yo no voy a contar nada, se supone que estamos de confidencias,…
- Lo sé y la respuesta es la misma. Nunca.
- ¿Ni de pensamiento?
- Ja,ja,ja de pensamiento cada día, en el curro, en el parque, en la bici, corriendo,…jajaja ¡Qué tontería!
- Me refiero a alguien en concreto, en decir esta tía es mi talón de Aquiles,…no me resistiría si se pusiera a tiro…Todos tenemos a alguien así.
- Pues también. Quiero mucho a Vicky pero, he de confesar que he deseado que alguien que no me explico por qué está ahí, salga de mi cabeza.
- Eso es fuerte.
- Mucho pero, sigo integro. Es lo que vale.
- Te honra ¡Cómo siempre! Correcto, legal…Oliver Vega.- dijo haciendo un mohín.
- ¿Eso es lo qué piensas? Yo….
- Sí es lo que pienso y cuenta como pregunta jajajaja
- Aceptamos barco…pero, extiéndete un poco más… ¿Qué piensas?
- Pienso que un día vas a pasar al lado oscuro, y no vas a querer salir.- dijo poniendo cara de mala- A ver, todo lo que tienes es estupendo pero, la vida es una vez y hay que vivirla. -¿Sigue esa chica en tú cabeza?
- Sí, ojalá pudiese darle a un interruptor y que eso desapareciera pero, no es fácil. No puedo pedirle que se convierta en un maniquí, ella no sabe nada y me pone sin proponérselo.
- ¡Joder! Si que te mola. Si no fueses el marido de mi hermana te sugeriría que te lanzases pero, lo siento, jódete un poco más,…Es mi hermana.
- No me jode, Alba. Amo a Vicky y no es ningún obstáculo. Lo otro es algo que siento, y no controlo. Yo también querría encontrar una solución, por otro lado no es ningún problema, es una tentación…Nunca he hablado de esto con nadie…
- Puedes estar tranquilo, no voy a contar nada. Ya te digo, que todos tenemos alguien así. Solo demuestra que eres humano,…
- Ya estás tranquila, has encontrado mi criptonita…
- Ja,ja,ja Si ya he descubierto que no eres un robot. Estoy contenta.
- Me alegro, me gusta que estés contenta. – en ese momento, se lo quería decir. Quería decirle, Alba eres tú y hacerla mía, sin perder nada y sin que eso tuviese consecuencias, cumplir el único sueño prohibido que había tenido en muchos años. Volví a la tierra en seguida, para seguir con mi autocontrol. – Pregunta tú, te toca.
- ¿Vas a salir mañana conmigo?
- Alba, no me interpretes mal pero, no pinto nada con vosotras, no me apetece nada el plan…
- Por favor. – me miró con sus enormes ojos y cara de corderita, yo iba borracho…jugó su mejor baza y ganó.
- Está bien.
Se levantó bostezando y me dio un beso en la mejilla.
- Me voy a la cama Oli.
- Si te retiras, yo gano.- le dije totalmente embobado en su cuerpo.
Cogió los cascos vacíos de la cerveza y mirándome desde la puerta me dijo:
- Gracias por dejarme entrar en tu mundo Oliver.
- Encantado de recibirte, vuelve cuando quieras.- me tenía agilipollado en ese momento.
- Y por cierto,…- se volvió- A pesar de retirarme. He ganado. – giñó un ojo y se fue dentro.
Quedó con Ginés, Fernando y Paula, en un pub.
Fernando estuvo toda la tarde del viernes enviándome washaap, para asegurarse que no me quedaba en casa. No creía que me hubiera decidido.
Yo ya no recordaba lo que era salir de copas, y creo que me vestí demasiado formal, camisa blanca y pantalón gris de vestir.
Incluso estaba incómodo, soy muy grande para esa ropa que deja tan poca movilidad, estuve a punto de cambiarme pero, cuando Alba me vio salir arreglado incluso me silbó…Continúa