Daños colaterales.2.Caprichos y caprichosas
A Oli le toca consentir siempre las exigencias del guión que marca Vicky y Alba siempre consigue camelárselo pero, todo tiene un límite. Hay que dar para recibir.
Camino a casa, Vicky optó de nuevo por el mutismo. Sus cabreos la hacían enmudecer.
No entendía por qué a mí tampoco me hablaba, aunque podía imaginar que ya estaría pensando que yo me había puesto de parte de su hermana.
Al fin y al cabo, Vicky era otra cría caprichosa pero, con más consciencia y saber actuar.
Esa noche, se metió en la cama y aún desde que regresamos no había articulado palabra
Llevaba un camisón blanco de seda, creo que es el que usó la noche de bodas, se lo pone mucho y me encanta como le queda con sus tremendas curvas.
Me dispuse a jugármela y me lancé. Me arrime a ella, apretando mi dureza contra sus nalgas, por encima de la ropa esperando su respuesta fuera cual fuera, jugándomelo a todo o nada. Podía llevarme un buen polvo o una gran discusión pero, la suerte estaba echada.
Viendo que Vicky no se oponía, di el siguiente paso y le acaricié los hombros, besuqueé su cuello, conseguí que poco a poco se fuese abriendo la veda y puse una de mis piernas entre las suyas, haciéndole notar ya contra sus bragas, que la tenía bien dura.
Jugué con la gomita de sus bragas, hasta colar mis dedos por ella, apartando de nuevo sus vellitos, volviendo al punto en donde nos habíamos quedado a la tarde en la piscina, antes de todo el embrollo.
Un jugoso clítoris me esperaba palpitante, parece que mi incipiente esposa tampoco era de piedra, y a pesar de su mosqueo, también mantenía la calentura del lote de la piscina.
Unos suaves gemidos me indicaban el aumento de su deseo, ella se retorció hábilmente y cambió su placer por el mío, se lanzó a mi polla con sus labios maestros. Vicky sabía perfectamente como chupármela, toda y cada una de las cosas que me gusta, me vuelve loco con sus mamadas, siempre lo ha hecho.
Sentía que estaba a punto de vaciarme en su boca pero, conseguí controlar e invité a mi esposa a que me cabalgara.
- Mmmm, Oli, la tienes especialmente gorda mmmm
- Vamos disfrútala toda, es para ti
Vicky botaba encima de mí mientras yo estrujaba sus nalgas acompañando sus movimientos, intentando clavarme por completo en ella, sintiendo como se la metía hasta el fondo, llegando a rozar mis huevos.
Disfrutaba de los movimientos de mi mujer, mientras sentía como se corría varias veces llenando mi polla y mi vientre con sus fluidos, hasta que exploté dentro de ella, llegando a un orgasmo intenso, que me dejó sin fuerzas.
- Voy a limpiarme – dijo Vicky distante yendo al baño justo al terminar.
- ¡No te enfades conmigo, anda! Tú sabes que eres que eres lo más grande para mí.
- No estoy enfadada contigo Oliver, lo estoy con Alba y me molesta que la apoyéis en sus caprichos, precisamente porque siento que la perjudicáis.
- Tienes razón pero, yo no la he apoyado, no me he inclinado por ninguna…
- Pero la proteges siempre, y eso también la perjudica.
- Igual, tienes razón pero, es algo instintivo. Ella no es mala persona, solo algo inmadura e impulsiva.
- Ya es hora de que cambie…
Mi mujer y yo seguimos la conversación hasta que ella volvió a la cama. Yo no estaba de acuerdo en que Alba tuviese que cambiar en nada. La veía perfecta tal como era, el ser más perfecto y más transparente de la tierra.
Ella es así y no esconde nada, nunca debería cambiar pero, claro a mi esposa no podía incomodarla diciendo esas cosas y además a sabiendas que era algo de lo que mi mujer no se percataría, si hablaba así de Alba sentía como que me estaba delatando.
¿Delatando? ¿Por qué pienso esas cosas? De nuevo mi mente me avasallaba con ese tipo de preguntas que solo me hacían sentir cada vez más culpable y confuso.
Vicky, había pasado las dos últimas semanas muy triste, solo había visto a sus padres una vez desde el enfrentamiento con Alba en la casa del campo.
Comprendí que estaba realmente dolida, porque ella es muy dependiente de sus padres, necesita verlos y estar con ellos pero, los andaba evitando.
Era algo que yo sabía cuánto le estaba doliendo pero, si marcaba esa distancia era porque sentía realmente que tenía razón respecto a mi cuñada y quería demostrárselo a ellos.
Además, las rutas bisemanales por los parajes naturales de alrededor empezaban ese fin de semana y ella odia tenerse que ir dos semanas de casa en julio y otras dos en agosto. No obstante, siempre le tocaba a ella pues es la única de la oficina de turismo que sabe cuatro idiomas y se adapta a todos los grupos.
No me gustaba verla así, me dolía verla con esa expresión de desánimo.
Se me ocurrió una idea.
En el curro, Ginés, uno de los novatos, estuvo pegando carteles dos semanas antes. Su querida doverman había tenido una camada de cachorros y regalaba dos de ellos que no conseguía vender, pensé que a Vicky le haría mucha ilusión adoptar un cachorrito y que le levantaría bastante el ánimo.
Decidí quedarme con un macho, ya tenía más de un mes pero, su aspecto era de peluche.
De vuelta a casa, paré en un centro comercial y a parte de una cestita para dárselo como regalo a Vicky compré todo lo que el pequeño Niam, así lo había bautizado ya Ginés, necesitaría para comer, dormir, asearse,…
Mi inseparable compañero y amigo Fernando, que como siempre venía compartiendo coche conmigo, no paraba de burlarse de mí por el detalle que iba a tener con mi mujer.
Y es que este aunque nos conocemos desde la guardería, hemos ido al colegio juntos, al instituto, a la academia y ahora al curro, no cambia el muy mamón.
Fernando es un hermano para mí pero, es un pichabrava y siempre lo será. No le cuaja una relación con nadie, vive solo, tiene un lof-picadero y va de machote y de duro por la vida. Él es así pero, yo me entiendo con él como con nadie en la vida a pesar de ser un mamonazo a veces.
- Venga Oli, déjate ya de romanticismo y mamoneos que te me estás aflorando.
- No seas gilipollas, Vicky está muy de bajona y ya sabes que el viernes se va a las rutas, estamos dos semanas sin vernos y …
- ¡Y tú eres un calzonazos! Jajajaja Te vas a pegar dos semanas matándote a pajas y encima le regalas un perrito.
- Todo el mundo no puede ser un pichabrava como tú, cada día con una…Algunos nos tenemos que currar los polvos.
- Ja,ja,ja ¿No me digas que tú también tienes el “mal del casado”?
- ¿El mal del casado?
- Sí. Según las encuestas los casados clavan menos que un clavo de plástico. Ya sabes eso de “sábado sabadete…” y poco más
- Ya ves que si lo sé amigo, eso de sábado, sabadete era antes. Ahora una vez cada quince días con suerte. Rezando para que no coincida con la regla, con el dolor de cabeza,…pero, eso no es todo. El matrimonio es mucho más, y cuando cae el polvete pues vas al segurón.
- ¿Cóooooomooooo puedes decir eso, hermano? Con tu edad. El sexo es todo, es una maravilla, no te puedes conformar ¿Qué es eso del segurón ni hostias?
- Pues sí, ya sabes…Tienes seguro donde tienes que tocar, tienes seguro que te van a hacer lo que te gusta…Por ese lado se gana.
- ¿Se gana? ¡Estás hecho un viejo y un calzonazos, lo que yo te diga! ¿Sabes lo que es que te toquen por donde nunca te han tocado, te chupen como nunca te han chupado,...TE FOLLEN como nunca te han follado? Una puta aventura nueva cada vez, aunque siempre sea con la misma tenéis que innovar. Qué menos…
- Pues tienes razón, hermano. Se lo que es todo eso pero, será que ya ni me acuerdo…Que valoro otras cositas.
En casa, el ambiente era calmado, Vicky hacía ordenadamente la maleta y yo me presenté con Niam. Creo que a ella no le hizo mucho chiste tener un perro en casa pero, cuando vio la carita de nuestro Niam, todo cambió.
Estaba como una niña, ilusionada acariciándolo, cambió su carácter aunque pronto se vino abajo, pensó que ahora debía marcharse por dos semanas e iba a estar todo ese tiempo sin vernos a los dos.
Niam, dormía ya apacible en su cestita y Vicky un poco melancólica se agazapó conmigo en el sofá.
Yo intentaba convencerla de que no estuviese triste mientras estratégicamente la acariciaba. Lo que había hablado con Fer, rondaba mi cabeza y me había puesto bastante caliente imaginarme hacerle cosas diferentes a mi mujer.
Viendo que mi esposa estaba receptiva, me saqué la polla del pantalón y no tardó en comérmela, sentía que lo hacía de maravilla, como siempre pero, ese como siempre retumbó en mi cabeza y me llevó a ir un poco más allá.
Embestía con mi cadera para colarla hasta su garganta, animándola a que aumentase el ritmo, Vicky aceleró y yo abrí su coño para mi, metiéndole un par de dedos. Eso la ponía muy cachonda y yo lo sabía pero, a pesar de gustarme mucho, esa noche, necesitaba más.
Decidí acompañar sus movimientos poniendo mi mano en su cabeza, todo iba bien hasta que se me ocurrió jalarle del pelo para seguir los movimientos, eso me ponía a mil y aunque pueda parecer mentira nunca lo habíamos hecho, no con ella pues es una persona tan particular.
Me la jugué a todo o nada, y tiré de un buen mechón de pelo de su nuca haciendo que se la tragara bien hondo.
Ella respondió dándome un tremendo mordisco en la polla, mientras la sacaba de su boca…
- ¡Eres gilipollas! Me la vas a arrancar!!
- ¿Perdona???? Tú eres gilipollas. ¿Cómo se te ocurre tirarme del pelo? Eso me ha dolido.
- ¡Joder! Solo es algo natural, es de lo más normal, cualquier pareja que tiene sexo…
- ¿Cualquier pareja? Eso no es hacer el amor. Eso no es algo cariñoso e intimo, eso es de bestia.- me gritó
- No creo que sea nada de bestia, solo ha sido un jaloncito. A veces me gustaría probar otras cosas en el sexo…
- ¡Te vuelvo a repetir, Oliver! ¡Eso-no-es-hacer-el-amor!
- A ver Victoria, te vuelvo a repetir que eso es SEXO, y que no es nada de bestia es solo algo diferente. Si no te gusta, no hay porqué hacerlo pero, podemos probar cosas nuevas y si nos gustan las seguimos haciendo, si no, pues no se vuelven a repetir. Solo es eso.
- O.k, lo entiendo ¡Si no te gusta lo que hacemos y quieres probar cosas nuevas, adelante pero, a mi no me vengas con experimentos! ¡Búscate a otra! Yo no soy ninguna furcia…
- ¡Oh, vamos! No seas estrecha. Eso no tiene porque significar que seas una furcia. Se trata de innovar, probar cositas, descubrir cosas que nos pueden gustar.
- Oliver, se con que tías has estado antes que conmigo, y para mí son todas unas furcias. Así que, si las echas de menos, mira a ver qué vas a hacer pero, a mi no me vengas con que tirarme del pelo es innovar, o pueda ser algo que me vaya a gustar…
- Ya vale, Vicky, ya está bien. Lo he captado, no hace falta que montes un numerito de los tuyos.
- ¡Qué fuerte! Me parece muy fuerte que me digas eso encima de lo que me has hecho…
- ¡Olvídalo de una vez! Deja de llevar esto a los extremos y olvídalo, ya te he explicado todo y he captado que mis intentos de innovar son una odisea para ti. Se seguirán haciendo las cosas como siempre, como desea la señora, como siempre a tu gusto, todo perfecto para ti, siempre a sus ordenes en todos los aspectos pero ¡Se acabó el tema, joder! ¡deja de machacarme! No hablemos más de esto- Creo que jamás le había hablado así a mi mujer.
Igual, Fernando tenía razón y yo era un puto calzonazos pero, precisamente esa noche no estaba dispuesto a aguantarle sus caprichos a mi exigente esposa. Ella o me daba ni opción a satisfacer los míos y yo siempre a su entera disposición. ¿Qué creía que le iba a arrancar el pelo a jirones? Solo intentaba añadir un poco de caña al asunto para hacerlo un poco más interesante ¡No era para montar en cólera!
Y como cada vez que Vicky se mosquea, no se digno a dirigirme la palabra en varios días. Se limitaba a estar con Niam, ver la tele, leer algo y callar.
Llegó el viernes y tenía que irse, yo en ese momento no sabía si la iba a echar de menos o si estaba deseando que se fuera. Esa actitud me tenía saturado.
Salió impasible con su maleta por la puerta, se despidió de Niam de forma cariñosa, levantó la mirada hacia mí con gesto de decepción y se fue.
Sé que estaba indignada porque yo no había ido a arrodillarme pidiendo perdón pero, no sentía que tuviese que disculparme por muy mal que ella se lo había tomado.
Tenía la esperanza que en esas dos semanas recapacitase un poco, pues, esta vez no estaba dispuesto a disculparme. Yo no había hecho nada.
Gozaba de tres días del fin de semana por delante, estaba de saliente de noche y nos dejan a los bomberos tres días de descanso cuando salimos de esos turnos.
Tres días solo, con la casa para mí, para hacer lo que me diera la gana. Y luego dos semanas para dedicarme a mí mismo. Justo lo que necesitaba en esos momentos. No se me ocurría nada mejor.
Una sensación de libertad me recorrió el cuerpo, eclipsó por completo mi cabreo y me dispuse a ver un maratón de futbol en el canal de deportes, acompañado de una buena cerveza y un bol con coctel de patatas fritas.
No sé cuantas horas pase así.
En calzoncillos, tirado en el sofá, comiendo porquerías que compartía con Niam, mientras veía el canal de deportes.
Lo que sí sé es que iba colocado, por las veces que me levanté tambaleándome un poco para ir al baño pero, estaba a gusto.
Más relajado y a gusto de lo que me había sentido en los últimos ¿Diez años?
El ruido del timbre me molestó, incluso dude en ir a abrir pero, la misma inercia me llevo hasta la puerta de forma tan inconsciente que abrí en calzoncillos sin preguntar quién era.
- ¡Hola cuñiii!- Ahí estaba Alba, con la sonrisa más grande del mundo, unos vaqueros, una camiseta negra de licra ajustada, una coleta y las gafas de sol puestas en el pelo- Buah! ¿Qué te pasa cuñado? ¿Vas ciego?
- ¡Hola, Bicho! Pasa- balbucee
Alba, se coló enérgica por la casa, cogió una cerveza corriente de la nevera y se vino para el salón. Su expresión fue un poema al ver todo el sofá lleno de migajas de patatas fritas y sobre todo al ver la mesilla llena de botellines vacios de kulmbacher.
- ¡Vaya tela! ¿Te has propuesto terminar con todas las kulmbacher hoy?
- Pues, su calidad bien lo merecerían pero, no es ese mi objetivo. Estoy haciendo todo lo que me pide el cuerpo, estoy aquí con toda la casa para mí. Solito y libre.
- Ja, ja, ja ¡Estás colgao y borracho! ¿Mi hermana te ha dejado la casa para ti solo y vas a montarte una fiesta?
- Más o menos. Perdona el desorden pero,…
- ¡Ufff como hiedes a birra Oli! Deberías darte una ducha ¿No crees?
- Luego, luego- balbucee- Ahora te voy a presentar a un amigo que te va encantar, voy por él que está por ahí dentro-
- ¡Espero que no sea como Fernando! ¿Que será tu amigo pero, ¡vaya! se está poniendo en un plan pureta pesado…No se da cuenta que ya no le pega ir de superconquistador? Eso ya no se lleva. Lo de Vividor Follador hay que dejárselo a Amador Rivas…
Aparecí con Niam en el salón, la cara de Alba se iluminó al ver al pequeño. Lo cogió cariñosamente en sus delgadas manos jugueteando con él.
- ¿has visto el regalito que le he hecho a tu hermana? Pues nada, ella ni si quiera me habla…
- Ja, ja, ja la has liado parda, eh! Bueno ya se le pasará, sabes que cuando se mosquea…
- Ya pero, esta vez no la he dejado salirse con la suya, así que te puedes hacer una idea de la magnitud del asunto…
- Por primera vez en su vida, no la has dejado salirse con la suya. ¡Estás en un lío! ¿Qué has hecho? jajaja
- Hacerle caso al pureta pesado.
- Entonces sin duda, la has liado ja,ja,ja
- Yo la quiero, más que a nada. Tú lo sabes, Bicho pero, yo no hice nada del otro mundo, intentaba hacer algo diferente y placentero pero, ella no, siempre metódica no quiso…y ¡me la mordió fuerte! Encima luego se cabrea,..y no se lo voy a consentir. Esta vez no,…No me da la gana- conseguí articular esas palabras con mi voz de borracho y sin saber bien como formar frases.
- Para, para, que eso ya es exceso de información jajaja Me imagino que mi hermana es igual en la cama que en la vida real pero, no entres en detalles jajaja. No es necesario. Tienes el cielo ganado hijo, y más paciencia que un bendito. No hace falta que lo diga pero, ahora estás un poco perjudicadito ¿Por qué no te da una duchita y te espabilas un poco?
- Luego, luego…
- Venga, luego no, ahora. Yo te hago una cremita de zanahorias asadas que tanto te gusta para, que recompongas al salir de la ducha.
- Eres un encanto, eres única. Buena, cariñosa, comprensiva, bonita,…- alabándola me fui para la ducha, obedeciéndola para comerme después su esplendida cremita…
No sé cuánto tiempo estuve en la ducha pero, sé que fue bastante rato. En mi mente embriagada me gritaba la indignación con mi esposa y me hacía comprarla con su hermana, templada y cariñosa.
En el salón me esperaba un bol de crema de zanahorias humeante, que olía de lujo y otro plato con croquetitas. Alba estaba sentada en el sofá con Niam, mirándome un poco burlona, por haberme visto en esa situación. Parecía estar diciéndome con la mirada que ahora había sido ella la que me había rescatado a mí.
Bromeé un poco con ella y averigüé el motivo de su visita.
Mi inteligente cuñada, había venido a sabiendas que su hermana no estaba para convencerme de quedarse en casa unos días y así salir y entrar libremente por la ciudad.
En el campo el verano se le estaba haciendo eterno y se sentía muy controlada por mi suegros.
A mí no me apetecía tener una responsabilidad así en casa pero, ella ya lo había gestionado todo.
Traía una maletita para quedarse le había dicho a sus padres que iba a echar las matrículas de la escuela de cocina para el año siguiente, que necesitaba quedarse aquí unos días, para no estar en la carretera y por supuesto ya les había dicho que yo estaba de acuerdo pensando, que si por casualidad yo decía que no pues, solo tendríamos que decirle a sus padres que ella estaba en mi casa pero, ella no me molestaría e iría rotando por las casas de sus amigas para dormir.
Una auténtica maestra de la planificación.
No me pude negar pero, le dejé bien claro que se comportase, porque no iba a estar pendiente de ella.
Esos eran mis días de ver deportes, tirarme en el sofá y colocarme y no estaba dispuesto a que nada alterarse mis planes.
Alba demostró una habilidad tremenda para organizarse, creo que lo tenía todo estudiado, colocó sus cosas en la habitación de invitados en menos de diez minutos.
En breve estaba arreglándose para salir mientras oía música y hablaba con sus amigas por twiter, facebook, washap o yo que sé desde el móvil.
Yo mientras seguí viendo la tele con Niam en brazos, y volví a retomar las kulmbacher.
Al cabo de un buen rato, creo que varias horas de secador y arreglo, apareció Alba por el pasillo radiante con un vestido blanco, ceñido por arriba y de vuelo desde la cintura. Corto, a mitad de los muslos, luciendo sus bronceadísimas piernas, unos zapatos con un tacón enorme y el pelo suelto, ondulado hasta la cintura. Parecía una muñeca, tan delgadita con esos ojos tan grandes, las pestañas especialmente rizadas, por el rímel me imagino, y ese vestidito.
Ella salió enérgica, hablando con Paula por teléfono me pilló un juego de llaves y me tiró un beso desde la puerta.
Daba la sensación de que salía a comerse el mundo, tan fresca, divertida, joven y radiante.
En ese momento, me analicé a mí mismo y me vi joven y a la vez inhibido y cauto, encerrado y algo reprimido.
Pensé, en Ginés y en los nuevos del curro, en que para ellos era impensable estar en casa un viernes por la noche a esa hora, incluso en Fernando.
Gente de mi edad que vivía la vida intensamente.
Yo siempre he estado muy contento y satisfecho de mi vida pero, en ese momento me sentía estancadísimo y rutinario.
Siempre se me repetían los mismos escenarios, y lo que me había pasado con Vicky me hacía creer que nunca iba a volver a vivir cosas nuevas, estaba muy jodido mentalmente en ese momento.
Me gusta mi vida, y siempre me ha gustado pero, me preguntaba si había hecho elecciones eternas e irrevocables que implicaban indirectamente resistencia a cualquier tipo de novedad.