Daniela sigue queriendo ser puta.

Para publicar el e-mail de Daniela confesándome que quería ser puta, me puse en contacto con ella.

DANIELA SIGUE QUERIENDO SER PUTA.

Antes de publicar el relato en el que Daniela me enviaba un e-mail confesando querer ser puta y pidiéndome ayuda para lograrlo, me puse en contacto con ella en su dirección de correo electrónico con el fin de pedir su permiso para publicarlo en todorelatos.

“Hola, Daniela.

Me pongo en contacto contigo para comentarte que he recibido tu e-mail y que me ha gustado mucho la pasión con la que describes ese ardor que te nace dentro. En seguida que comencé a leerte me sentí identificada. Reflejas muy bien lo que yo sentía a tu edad. Esas ganas de vivir de mi cuerpo y de convertirme en puta, siguiendo los pasos de mi madre y de mi hermana. Mejorar día a día, con cada cliente, aprendiendo para satisfacer sus deseos lo mejor posible y, poco a poco, ser mejor puta, más completa y complaciente. Ahora, muchos años después, puedo decir que lo logré y que me siento muy orgullosa de todo lo que he vivido y de lo que he conseguido. Ojalá puedas tú decir lo mismo dentro de 25 años y no arrepentirte de elegir esta vida. Hay muchas cosas buenas. Placer, situaciones excitantes y morbosas, aventuras, mucho vicio, el reconocimiento y cariño de la clientela habitual, … y dinero. Mucho dinero si sabes sacar partido a tus habilidades. Por otro lado, también hay muchos peligros y riesgos, como bien sabes. Pero si de verdad te gusta y es lo que quieres, seguro que lograrás hacer realidad tus sueños.

Me encantaría saber más de ti, de tu vida, de tus inquietudes y deseos. Si realmente tienes claro lo que estás a punto de hacer o si sólo es una fantasía. Escríbeme cuando quieras y pregúntame lo que quieras. Trataré de ayudarle en todo lo que pueda.

Además, se me ha ocurrido, ya que tuviste conocimiento de mi vida a través de las historias que he ido publicando en todorelatos, que podría publicar ese e-mail. Siempre y cuando me des permiso para ello. Creo que es una historia muy excitante a la que muchos lectores puede interesar.

¿Qué me dices? ¿Me das permiso? Espero tu respuesta.

Besitos.

Carol.”

Dejé mi correo abierto para ver si había una respuesta rápida. No pasaron ni veinte minutos cuando me contestó.

“Hola, Carolina.

Lo primero que tengo que decirte es que es todo un honor poder hablar contigo, aunque sea por e-mail. Me hace mucha ilusión que quieras publicar lo que te conté el otro día. He esperado ansiosa una respuesta. ¿Me ayudarás? ¿Podré conocerte? ¿Me contratas como te pedí? Sólo quiero aprender de ti. Te juro por mi vida que haré lo que me pidas, que seguiré tus órdenes al pié de la letra. Puedes pagarme o no. Como quieras. Te juro que no te arrepentirás. Quiero ser puta, de verdad. Todo lo que te conté en el e-mail es cierto. Te lo juro. Si quieres cerciorarte de que no es un engaño, que tengo la edad que te he dicho y que lo que más deseo en esta vida es convertirme una auténtica puta, te mando como archivo adjunto mi DNI. Y te mandaré fotos, vídeos y lo que quieras. Ni siquiera pensé que me responderías. Pero ahora que lo has hecho, estoy emocionada y no puedo de dejar de pensar en que te conoceré y podré demostrarte de lo que soy capaz.

Publica el e-mail. Te doy mi consentimiento para lo que quieras. Es más, ¿por qué no me conoces en persona y luego lo publicas? ¿A qué es buena idea?

Tengo muchas preguntas que hacerte. Muchos consejos que pedirte. ¿Me responderás? Por favor, ¡hazlo! ¿Hablamos por wassap? ¿Te doy mi número y me agregas?

Besos.

Daniela.”

Con este e-mail, y como me anticipaba Daniela, mandaba su DNI, que confirmaba su fecha de nacimiento, su domicilio en una zona pija de Madrid y una foto de carné. Por la fecha de expedición, pude ver que la foto tenía al menos 4 años. Pelo largo, moreno y tez blanca. Una chica del montón, como tantas otras. Tampoco podía verse más en una foto de apenas un par de centímetros y hecha varios años atrás. Y como bien me decía ella misma en su primer e-mail, recordando mis propias palabras, para ser una buena puta no hace falta ser una mujer escultural, sino tener la actitud adecuada y el talento suficiente para hacer que los hombres paguen dinero por pasar un rato contigo. Si lo acompañas con un buen par de tetas, un culo respingón y un chocho jugoso, es imposible que los hombres no hagan cola para meterte la polla. Pero si eres capaz de follar por todos tus agujeros, de chupar pollas como si la vida te fuera en ello y de hacerlo con actitud descarada y desvergonzada, poco importa el físico que tengas, que no te faltarán clientes.

Fue al comprobar que Daniela iba en serio, que no se trataba de algún engaño de un lector de mis relatos o de algún tipo de “throll” de las redes sociales, cuando una idea empezó a tomar forma en mi mente. Desde que Susi y yo nos casamos, … ¡ooops! Os acabo de hacer un “spoiler” de mi vida desde el último relato publicado. Algo que quería contaros en algún momento. Pero, en realidad, no os desvelo mucho con esta noticia, que ya narraré entrando en más detalles en un futuro. Sí, nos casamos en el Verano de 2.018. Se lo pedí yo, cuando me di cuenta de que es mi alma gemela, la persona con la que quiero compartirlo todo, envejecer junto a ella prostituyéndonos codo con codo, compartiendo clientes, pollas, orgasmos y momentos felices.

Nada más casarnos, decidimos unir nuestras agendas de trabajo para compartir clientela. La idea era trabajar más en casa y dejar poco a poco de atender clientes a domicilio. Ya tenemos una edad y el tipo de vida que llevamos de hace tanto tiempo, empieza a pasar factura. No me entendáis mal, seguíamos con las mismas ganas que desde el primer día, dedicadas en cuerpo y alma a lo único que nos gusta hacer en esta vida, pero lo cierto es que nuestra posición económica era (y es) holgada. Son muchos años en esto y se puede hacer un buen dinero si tienes talento, dedicación y un poco de cabeza para saber invertirlo. Gané bastante en mi etapa en el porno americano. Tengo un piso en propiedad en el céntrico barrio de Chamberí, esta casa (aunque en realidad es de mi madre), un nuevo Mercedes Clase A que acabo de comprarme para sustituir a mi antiguo Sportcoupé, dinero en varios fondos de inversión, seguros de vida y de salud, un fondo de pensiones … y bastante dinero en efectivo. Sin hipotecas, ni créditos pendientes, ni deudas con nadie. Susi también tenía mucha pasta ahorrada. La verdad es que nunca habíamos tenido mucho tiempo para gastar. Follar, comer pollas, dormir y seguir follando. Ese ha sido mi día a día desde regresé de Estados Unidos, tras un paréntesis de dos años en el porno, para seguir prostituyéndome, como ya había hecho antes. No había tiempo para mucho más. Y hemos sabido alejarnos de otro tipo de adicciones que no sean las pollas y el sexo.

La cuestión es que nos veíamos poco al tener cada una su propia clientela. Había semanas que pasábamos días sin vernos, a pesar de vivir en la misma casa. No podíamos consentir que eso siguiera pasando después de unirnos en matrimonio, así que hicimos una selección de nuestra clientela más asidua y centramos nuestros esfuerzos en recibirlos en casa, en una franja horaria entre las siete de la tarde y las dos de la madrugada; de forma que pudiésemos dormir juntas, descansar bien y tener toda la mañana para hacer cosas juntas: ir de compras, al gimnasio o a comer a restaurantes. Cosas que no habíamos hecho casi nunca. No era así todos los días, evidentemente. A menudo nos surgían servicios que no podíamos rechazar y que exigían que rompiéramos esa rutina. Pero ya no era esa locura de cruzarse Madrid en un taxi varias veces al día para atender clientes en hoteles y en domicilios particulares. A pesar de la drástica reducción de trabajo que nos impusimos para pasar más tiempo juntas, recaudábamos unos diez mil euros mensuales, lo que daba de sobra para mantener nuestro ritmo de vida, incluso seguir ahorrando de cara al futuro.

Nos iba bien y éramos felices, pero después de más de un año con este nuevo estilo de vida, ambas comenzamos a echar de menos el ajetreo diario de antaño. Somos putas por vocación y, como dice el refrán, la cabra tira al monte. Estábamos acostumbradas a otra cosa, a follar más, a buscar clientes en un sex-shop o en un centro comercial, a abrirnos de piernas en los baños de una cafetería o a chupar pollas en cualquier callejón oscuro. Aventuras excitantes e impredecibles.

Cualquier que lea esto podría pensar que llevábamos una vida aburrida, cuando follábamos a diario con tres o cuatro clientes distintos, eso sin contar los grupos que nos seguía mandando Nati, dos o tres veces por semana. Tan sólo nos habíamos “aburguesado”, por decirlo de alguna manera. Y después de más de un año así, sentíamos la necesidad de volver a una vida algo más agitada. El inesperado e-mail de Daniela me puso en bandeja la posibilidad de recuperar en parte la excitación de afrontar nuevos y excitantes proyectos. Y de hacerlo juntas.

Todo ello si Daniela respondía a las expectativas que ella misma me había generado con ese e-mail cargado de pasión y de ilusiones por convertirse en una auténtica puta, bajo mi tutela y protección. Me ponía muy cachonda la idea. Susi y yo ya habíamos hablado de la posibilidad de contratar a una puta nueva. Joven y exótica. Oriental, del Este o africana. Distinta, para cubrir las necesidades y fetichismos de nuestra clientela. Pero nunca dimos el paso. Como os he dicho antes, nos iba bien, éramos felices y nos habíamos acomodado.

Además, mi madre siempre tuvo la ilusión de que el negocio familiar pasara de generación en generación. Con la irrupción de mi sobrina Bárbara, todo apuntaba a ello; pero han pasado casi diez años desde que descubrió a que nos dedicábamos todas en la familia, y seguía rodando películas por toda Europa con mi hermana. Afincadas en Berlín, no parecía factible que regresasen a Madrid para continuar con la tradición familiar.

Y ahora, como por arte de magia, y caída del cielo, aparecía una chica que quería ser puta, que clamaba por una oportunidad de aprender a mi lado, que aseguraba desear prostituirse más que nada en el mundo. Su e-mail me emocionó y me hizo humedecer el coño, a parte iguales. Este último correo parecía corroborar que la chica iba en serio, que ni mentía sobre su edad ni sobre sus intenciones. ¿Qué podía perder contactando con ella? ¿Qué había de malo en darle mi número y agregarla al wassap para tener una conversación más fluida? No lo pensé mucho y redacté el siguiente e-mail:

“Hola de nuevo, Daniela.

Te paso mi número para que me agregues al wassap. Cuando quieras, hablamos.

Besitos.

Carol.”

No habían pasado ni cinco minutos cuando la alarma de notificaciones de mi móvil sonó.

  • Carolina???

  • ¡Hola!

  • Soy Daniela. Hola!!! Qué emoción!!! Eres tú de verdad???

  • Claro.

  • Déjame decirte que te admiro muchísimo. Eres un ejemplo a seguir para mí.

  • Gracias.

  • Entonces, me ayudarás???

  • No tan deprisa, Daniela. Necesito saber más de ti.

  • Qué quieres saber??? Dispara!!!

  • Hay algunas cosillas que no me han quedado claras con tu e-mail …

  • El qué???

  • ¿Qué pasó con tus hermanos? ¿Ya no los ves?

  • Sí los veo. Vienen de vacaciones. Están en la uni en USA.

  • Y cuando vienen a Madrid, ¿qué pasa?

  • Pues que follamos un montón. Como antes de que se fueran.

  • ¿Les has contado lo que haces cuando ellos no están aquí?

  • No del todo.

  • ¿Por qué no?

  • No quieren que folle con otros. Me quieren para ellos. Son muy posesivos. Aunque ellos sí tienen novia en América.

  • Típico de los tíos. Entonces, ¿no les has contado lo de que quieres ser puta, que te vas a ir de casa y todo eso?

  • No. Pero lo voy a hacer. Me da igual lo que piensen. Me gusta follar con ellos, pero ya no es suficiente para mí. Quiero más!!!

  • ¿Qué piensas que harán ellos y tus padres cuando se enteren a lo que te dedicas?

  • Mis padres no tienen por qué enterarse. No se lo pensaba decir.

  • Entonces, ¿te avergüenzas de querer ser puta?

  • No. Pero no quiero decepcionarlos. No les hará mucha ilusión que su hija se dedique a comer rabos y a follar con cualquier por dinero. A mí no me da vergüenza, pero sé que a ellos sí.

  • ¿Y cómo pensabas hacerlo entonces?

  • Pensaba escribirles una carta y decirles que estoy bien … y luego … más adelante … llamarlos y contarles que tengo un buen trabajo y que todo me va bien. Quizás sea cierto y me vaya genial. Y visitarlos de vez en cuando, pero sin decirles que soy puta.

  • ¿Y qué pasaría si lo descubrieran?

  • No lo sé.

  • ¿Me estás diciendo que has follado en el instituto, con un profesor particular, con tus hermanos en casa, … y que nunca te han pillado o que han sospechado nada?

  • Una vez me expulsaron del instituto una semana por “comportamiento indebido”. En el parte no ponía nada más, pero unas chicas de mi clase se chivaron de que estaba en los baños de los chicos follando. Nos sorprendieron en plena acción y nos expulsaron a los dos. La directora habló con mis padres y no sé qué les contaría exactamente, pero no volvieron a mencionarlo. Ni siquiera hablamos de ello. Me castigaron y ya está.

  • ¿Y ahora en la academia esa a la que vas por las tardes … faltas y no se lo dicen a tus padres?

  • A ver … hemos tenido broncas y eso. Saben que hago pellas pero no saben que me voy a bares y pubs a pillar rabos. Me han preguntado si estoy saliendo con algún chico y, aunque lo he negado, creo que es lo que piensan. Me castigan sin salir un finde o me quitan la paga.

  • ¿En qué sueles gastar la paga?

  • Ropa, zapatos, lencería, condones, .... Y consoladores, bolas chinas y cosas así que compro por amazon. Como mis padres están poco en casa, no se enteran de las entregas.

  • Así que has pasado de los pepinos a los consoladores para masturbarte, ¿eh?

  • Jajajaja!!!! Sí!!! Mucho mejor que con hortalizas!!!

  • ¡Jajaja!

  • Daniela, necesito que te hagas una foto ahora mismo y me la mandes.

  • Pero, así??? Sin arreglarme ni nada???

  • Sí, ahora mismo. Quiero ver cómo eres. En tu foto de carné apenas si se te distingue. Además tiene cuatro años, como mínimo.

  • Ok. Sí, esa foto es de cuando me hice el DNI, con 14. He cambiado un poco.

Pasados unos 20 segundos, me llegó la foto. Era un selfie. Melena larga y suelta, morena, con raya en medio, cayendo sobre los hombros. Cara redonda, nariz pequeña, algo respingona. Labios rosados y marcados, no muy gruesos, dejando entrever una dentadura blanca y cuidada. Ojos marrones, grandes, con cejas finas. Llevaba algo de maquillaje en los pómulos y en la raya de los ojos, pero muy poco. Dos grandes pendientes de aro colgaban de sus orejas, mezclándose con varios mechones de su melena. Aparentaba la edad que tenía, quizás algún año más. ¡Joder! Era guapa. Muy guapa. Y se parecía a alguien, pero en ese momento no caía en la cuenta de a quién.

Mientras contemplaba su imagen, pude observar cómo a su espalda había un espejo de cuerpo entero, de forma que su trasero se reflejaban en él. Llevaba unos leggings ajustados de color negro, y podía advertirse la curvatura de sus caderas y glúteos. Sus mensajes seguían llegando al tiempo que observaba su imagen, seguramente impaciente por ver qué impresión me había causado. Volví al chat del wassap.

  • Te ha llegado??? Dime. Qué te parezco???

  • Eres muy guapa, Daniela.

  • Ay, gracias. Qué ilusión que me digas eso. Entonces, crees que tengo futuro como puta??? Me ayudarás???

  • ¿Estás segura de que es lo que quieres? ¿No te arrepentirás?

  • No me arrepentiré, Carolina. Te lo juro.

  • ¿Estás dispuesta a hacer la calle?

  • Estoy deseando.

  • ¿A pasearte medio desnuda por un polígono parando coches?

  • Me mojo sólo con pensarlo.

  • ¿A trabajar en un burdel?

  • Por supuesto!!!

  • ¿A que un cliente te suelte una hostia si no le gusta cómo se la chupas?

  • Me mereceré esa bofetada si soy incapaz de complacer a un cliente. Me avergonzaría de mi misma.

  • Veo que lo tienes claro.

  • Clarísimo!!!

  • Dime qué cosas has probado y qué cosas aún no has hecho y quieres hacer.

  • Pues … he mamado pollas. Muchas. Todas las que he podido. He follado por el coño y por el culo. He hecho tríos. Menos el que te conté en el parking de una discoteca, todos con mis hermanos. Dobles penetraciones, también con ellos. Se han corrido en mi boca muchas veces. También en mi culo. Y algunas veces en el coño.

  • ¿Sin condón?

  • No me gusta usar por condón. Con mis hermanos lo uso para que me follen por el coño sin quedarme preñada, aunque prefiero que me follen sin condón y que se corran en mi culo o en mi boca. Pero cuando follo por ahí, sí suelo usarlo. Aunque si estoy muy salida y no hay condón, lo hago a pelo sin problemas. Además, llevo tiempo tomando la píldora para no correr el riesgo de preñarme.

  • ¡Selena Gómez! Sabía que te parecías a alguien. Es esa que empezó en Disney, ¿verdad?

  • Sí, me lo dicen a menudo. ¿No te gusta?

  • Daniela, eres preciosa. Con que tengas la mitad de talento que de belleza, serás una puta increíble.

  • Ayyyy, Carol … gracias!!! Qué ilusión que digas eso!!! Cuándo empiezo??? Jajaja!!!

  • ¡Jajaja! Veo que tienes muchas ganas de unirte a esta profesión.

  • Muchas!!!

  • Aún necesito saber cosas de ti. No me has contado qué no has hecho y qué te gustaría hacer.

  • A ver … muchas cosas. He visto mucho porno y hay cosas que me muero por probar. Quiero follar con muchos tíos a la vez. Ponerme a cuatro patas y que me vayan follando uno por uno. Solo he hecho tríos y quiero probar con cinco o seis a la vez. Eso me encantaría!!! Como en las orgías esas en las que tú participas.

  • ¿Qué más?

  • Pues … que me follen con el puño. Lo he visto en pelis y me parece muy excitante.

  • ¿Algo más?

  • Que me meen. No es algo que me llame mucho la atención, pero no me da asco y no me importaría hacerlo si un cliente me lo pide. Todo lo que salga de una polla seguro que está rico. ¡Jeje!

  • ¡Jajaja! ¿Más?

  • No sé … quiero probarlo todo. Tengo que confesarte algo. Jo!!! Me da vergüenza.

  • Dime.

  • Pensarás que soy una niñata.

  • No, dime.

  • Nunca he estado con otra chica.

  • ¿No te gustan las chicas?

  • Sí, me apetece mucho. Quiero comer coños. Sé que me gustará. Cuando veo esas escenas porno donde dos guarras se lo montan con varios tíos y tan pronto están comiendo una polla como lamiéndose el coño … uffff!!! Me pone cachondísima!!!! O cuando comparten la lefa pasándosela de boca a boca. Diossss, me muero por hacer cosas así!!!

  • ¿Y por qué no lo has hecho?

  • No he tenido la oportunidad. Nunca he conocido a otra chica como yo, que quiera hacer todas esas guarradas conmigo.

  • Osea, que nunca te has comido un coño o un culo de otra tía …

  • No.

  • Imagina que un día tú y yo estamos con un cliente y éste me está follando por el culo y se corre. Y quiero la leche en la boca … y te pido que me la saques del ojete con la lengua y la lleves hasta mi boca … ¿qué harías?

  • Joderr, Carolina … no me digas eso, que me mojo.

  • ¿Qué harías?

  • Lo haría sin dudar!!! Lo haría encantada!!! Ojalá algún día pueda probarlo y … si es contigo, ufffff ..., sería taaaaaaan feliz!!!

  • Daniela, ¿qué vale follar contigo? ¿Cuál es tu precio?

  • No lo sé. Al viejo ese que te conté le cobre 30 pavos por chupársela y dejar que me follara. Me los pagó sin protestar. Supongo que si le hubiera pedido 50 también me los hubiera pagado. No lo sé.

  • Me gustas, Daniela. Eres una chica espabilada. Me han gustado tus respuestas. Y veo en ti algo parecido a lo que yo deseaba a tu edad.

  • Entonces???

  • Jajaja!!! No te impacientes.

  • Que no me impaciente??!!!

  • Para empezar quiero publicar tu e-mail en todorelatos.

  • Ya te he dicho que tienes mi permiso.

  • A ver qué opinan los lectores.

  • Vas a dejar que sean los lectores los que decidan por ti???

  • No, pero quiero su opinión. Ahora tengo que dejarte. Tengo trabajo.

  • Trabajo??? Qué bien suena eso sabiendo que lo que vas es a follar … Jiji!!!

  • ¡Jajaja! Sí, Susi y yo esperamos clientes. Hablamos. ¡Un beso!

  • Seguro que lo pasáis genial. Qué envidia!!! Besitos!!!

Esta fue mi primera toma de contacto con Daniela. Desde luego, la chica tenía madera de puta. Parecía tener claro lo que quería. Sus respuestas habían sido rápidas y contundentes. Mostraba seguridad y desvergüenza. Hablaba de follar, de chupar pollas y coños, de tragarse lefa o de hacer la calle medio desnuda con total normalidad. Me gustaba. Me gustaba mucho. Y era muy guapa. No creo que haya muchos hombres que no pagasen por acostarse con ella. Si chupaba pollas y follaba como decía, y con esa belleza, a poco que aprendiese el oficio, sería una puta estupenda. Pero antes de dar un paso más, tenía que sopesarlo detenidamente y, por supuesto, consultarlo con mi esposa.