Daniela, mi amiga de siempre

Como una amiga me ayudo a salir del problema que me causo el divorcio.

Daniela, mi amiga de siempre.

Esa tarde fue una de las más tristes de mi vida, pues el juez dictó la sentencia de nuestro divorcio; estuve casada con José Luis, con el hombre que habría creído era el amor de mi vida por más de tres años y durante la mayor parte de ese tiempo fui completamente feliz, nos llevábamos a la perfección y nunca nos falto nada; tuvimos confianza, amor, comprensión y sexo, mucho sexo, compartimos los mejores momentos de nuestras vidas y la pasamos súper bien como marido y mujer; inexplicablemente en los tres últimos meses nuestra unión se volvió un infierno, tuvimos infinidad de desavenencias, pleitos, escenas de celos por lo dos lados y en una ocasión golpes, pues nos dimos los dos hasta con la cubeta y lo peor que fue por un asunto sin importancia, por un sencillo malentendido que ni venia al caso; ya la situación era insostenible y por mutuo acuerdo decidimos separarnos en definitiva para que cada uno tomara su propio camino en la que sería nuestra nueva vida; sin embargo, yo seguía amando profundamente al que había sido mi marido y creo que a él le pasaba lo mismo; esa tarde se terminó una relación y aún tenía muchas cosas que explicarme a mí misma, había decidido afrontar sola la situación pero estaba segura que no iba a poder y por ello decidí recurrir a las personas que creía que más me amaban y que en un momento de mi vida estuvieron más cerca de mí; de mi madre ni hablar porque nunca estuvo de acuerdo con mi matrimonio y con ella solo sería escuchar el famoso "te lo dije, mi hijita, ese hombre no te convenía" y gritos, reclamos y regaños, además de llantos, chillidos y recomendaciones para el futuro; despues pensé en someterme a tratamiento terapéutico con una profesional para que me ayudara a salir del hoyo en que estaba y de pronto vino a mi memoria mi amiga Daniela, aquella chica que conocí en la secundaria y que despues, durante todo el tiempo seguimos juntas, fuimos compañeras de trabajo, salíamos las dos con nuestros respectivos novios y despues, ya casados nos frecuentamos con cierta regularidad para salir a cenar los cuatro o irnos de farra; es de las amigas con las que no te reúnes todos los días pero cuando te hacen falta, ahí están para ayudarte y apoyarte.

Danny se había casado unos meses despues de nosotros y decía ser muy feliz con su pareja y a mí, en lo personal, me parecían la pareja perfecta.

Estaba tan acongojada que decidí llamarla por teléfono explicándole lo que me pasaba y de inmediato me dijo que fuera a su casa y que ahí hablaríamos extensamente del tema, cómodamente sentadas ante una deliciosa taza de café; en mi muy especial forma de pensar, me dio la impresión de que había tomado mi asunto muy a la ligera, pero en realidad era solo mi impresión; estaba segura que cuando estuviera en su casa me apoyaría a morir. sin pensarlo más me fui en el auto y en menos de una hora estaba entrando al selecto fraccionamiento donde estaba su casa y me encontré con la agradable sorpresa de que estaba embarazada; su pancita ya crecidita y ella radiante y con una mirada muy tierna y llena de tranquilidad y dejando un poco de lado mi problema hablamos de su embarazo y de la felicidad que la embargaba, dijo que tenía ya cuatro meses pero aún no sabia el sexo del bebé porque habían decidido ignorarlo para tener la gran sorpresa hasta el momento de su nacimiento; despues tocamos de todos los temas, de lo bien que estaba la relación con su esposo, del éxito que él estaba teniendo en los negocios, de lo bien que a ella le iba en el trabajo, etc., etc. finalmente con una cara de preocupación me preguntó que como me sentía y me pidió que le contara todo; ella se había enterado de algo de nuestro problema pero estaba segura que nunca llegaríamos realmente a consumar el divorcio, pues sabía que nos amábamos demasiado; le hablé de mis cosas, de mis problemas, de mi gran desazón, de mi amor por Pepe y fueron transcurriendo las horas, café tras café y se nos fue haciendo tarde, cuando nos dimos cuenta pasaba de la media noche, me despedí presurosa y apurada, mi casa estaba demasiado lejos y ya era muy tarde; ella notó ni preocupación y me invitó a que me quedara esa noche; la verdad me dio pena pero era una alternativa, pensé: "Total, estoy sola en mi casa, da lo mismo que duerma allá que aquí, además que puedo perder…??" pero de cualquier manera le pregunté si no se molestaría su esposo y me dijo que él estaba de viaje por cuestiones de los negocios y que no volvería hasta el día siguiente y me llevó a una de las habitaciones de la planta alta que precisamente quedaba al lado de la de ella; luego cenamos delicioso con unas copas de vino incluidas, miramos la tele y continuamos con nuestra plática hasta la madrugada, las dos estábamos muertas de sueño y decidimos irnos a dormir y antes de separarnos me dijo se daría un regaderazo antes de acostarse para dormir mejor; yo estaba tan cansada que decidí irme a la recámara que me había preparado y dormirme como tronco. La casa estaba en total silencio, así que entré al baño, retiré el maquillaje y me lavé, oriné grandes cantidades por las considerables cantidades de café y vino que había tomado; salí y me quité la blusa y el bra solamente, pues había decidido dormir con los pantalones porque se sentía un poco de frío y la calefacción aparentemente no estaba funcionando bien, apagué la luz y me acosté, rápidamente entré en un sopor delicioso pero no estaba todavía totalmente dormida; de pronto escuche unos pasos sobre la alfombra que se acercaban a mi puerta y pregunté en voz alta pero llena de miedo:.

  • Danny, eres tu??

No hubo respuesta, pero la puerta se abrió y en el umbral se dibujó la silueta de una persona; me entró un pavor terrible, desperada encendí la luz y ahí estaba ella, Danny, totalmente desnuda. Hubo uno de esos silencios que se pueden hasta respirar y ella fue la que dijo:

  • Me estoy muriendo de miedo y estoy súper caliente, déjame acostarme contigo, por favor!!!

Me acerqué a ella muy despacio, temblando por la turbación, ella me tomó del rostro y me besó despacio, muy despacio y muy suave en la boca; nunca en mi vida había soñado o imaginado una cosa así, nunca pensé en llegar a tener nada con otra mujer y tampoco sabía lo que debía de hacer. En la secundaria había visto cosas así, entre chicas, en los baños, pero nunca me pasó a mí; me quedé helada y ella me dijo:

  • Perdóname, no sé lo que estoy haciendo, de estado tan loca últimamente que no sé ni lo que hago.

  • No, no te preocupes Danny, no pasa nada, le dije con la voz más tierna que pude.

Después de eso se sentó en mi cama y me dijo que había soñado conmigo, que hacíamos el amor, que nos acariciábamos y que nos tocábamos todas; yo de verdad no sabía qué hacer, pero algo en mi interior me decía que la tocara; le pasé la mano por el cabello y fui bajando por toda su espalda; ella se volvió a mí y me besó de nuevo, pero esta vez fue más profundo, más sensual, más cachondo y me metió la lengua en mi boca, no me fue del todo desagradable y poco a poco la ayudé a recostarse, mientras me quitaba el pantalón y el bikini, dejando mi cuerpo a su vista; comencé a besar su boca despacio y fui bajando hasta los pezones que estaban durísimos, casi a punto de explotar, se los besé despacio, mientras ella me acariciaba el pelo. Luego se puso de costado, metí la mano en su puchita que estaba bien peludita y comencé a masturbarla bajando y subiendo mis dedos sobre sus labios, frotándolos, Danny estaba mojadísima y me respondía con gemidos y caricias. Yo no me animaba a hacerle más que eso porque nunca me había pasado, pero estaba tan excitada que le dije que se la iba a chupar. - Sí, por favor hazlo, pero ya mi amor

Bajé mi cabeza hasta su hermoso monte de Venus, abrí lo más que pude sus piernas y coloqué un almohadón debajo de sus nalgas para que estuviéramos más cómodas; mi boca se fue acercando y ella, como sabiendo lo que hacía, abrió sus labios vaginales con los dedos dejando expuesta toda esa flor para mí. Su clítoris era sencillamente enorme y estaba súper hinchado y me miraba como pidiendo a gritos que lo mordiera. No tardó nada en venirse de una manera increíble, apretando mi cara contra su panocha húmeda y rosada, dejó mi cara llena de sus flujos para luego besarme y lamerme toda la cara. Yo estaba que me moría de excitación y ella comenzó a masturbarme con sus manos, parecía que esto lo sabía hacer muy bien porque me estaba dando un placer enorme; me tocaba mis pezones con su otra mano, y besaba mis chichis con gran placer.

  • Mmmm, estas siempre las soñé, siempre quise tenerlas en mi boca, siempre quise besártelas.

Cuando estaba por venirme me dijo que quería hacerme terminar con su lengua, así que feliz me puse en el borde de la cama, abrí bien mis piernas y me recosté con las rodillas bien en alto; ella se arrodilló en la alfombra y comenzó a chupar mi panocha metiendo y sacando sus dedos y llegando hasta mi culito; yo sentía que ya me venía y me dispuse a gozarlo como nunca; en el preciso momento del orgasmo ella me metió dos dedos en el culo y fue como una explosión, fue algo mágico y delicioso.

Nos quedamos ahí abrazadas y besándonos, sin decir nada hasta que nos dormimos; al día siguiente me despertó con un rico desayuno en la cama, que obviamente tomamos desnudas, jugueteando, besándonos y tocándonos y me quedé con ella todo el día haciendo el amor. Cuando llegó su marido por la noche me fui a casa y las dos continuamos nuestra aparente vida normal, pero en cuanto su esposo salía de viaje, lo que era con mucha frecuencia me llamaba por teléfono y nos reuníamos de inmediato, bien fuera en su casa o en la mía y nos dedicábamos todo el tiempo a amarnos; seguimos así hasta unos días antes del nacimiento de su hijo y en mes despues continuamos con nuestras entrevistas muy especiales, empezamos a visitar distintas sexshops con el fin de adquirir juguetes sexuales diversos que hicieran más amenas e interesantes nuestras reuniones y hasta ahora, dos años despues continuamos viéndonos, el marido de ella sabe que tenemos una relación sexual muy intensa y no le afecta, incluso en ocasiones nos ha pedido participar cuando nosotras estamos juntas y es algo que estamos considerando seriamente aceptarlo, pues no sería malo recordar que se siente cuando una verga de a de veras te va entrando en la panocha o en el culo, pero hasta ahora no nos hace falta y Danny en el colmo de su perversidad lo está convenciendo de una manera muy sutil para que él se convierta en gay pasivo, pues sería muy interesante ver como un hombre le mete la verga a otro y observar como lo disfrutan los dos, mientras nosotras nos amamos con la intensidad de siempre.