Daniela, la colegiala caliente
La historia de un joven de 18 años que gracias a domesticación de su vecina paso de ser un potro salvaje a una yegua fina.
Este relato me gustaría convertirlo en una Novela Tv. Me gustarían sus valoraciones, para seguir escribiendo.
"No eres tu, es que no me gustas". No, puede ser es la quinta vez que una chica me rechazaba. La verdad estaba desecho, no por el rechazo, si no porque no encontraba un por qué: Era muy delgado, un poco chaparrito medía 1.60, y mis facciones eran muy finas, me portaba buena gente con las chicas y no era mal tipo, es más a mi me gustaban mis ojos azules; fue en ese momento cuando salí de mis pensamientos y recordé lo que me dijo Aura, la ultima chica a la que le propuse la entrega de mi amor incondicional:
"Discúlpame Dan, pero no es que seas feo; es que para serte sincera no pareces niño", y me dolía mucho, pero en el fondo ella tenia razón: por más ejercicio que hacia seguía pensando, 50 kilos, por más ejercicio y cosas que me tomara mis brazos seguían súper delgados. Fue por la impotencia que me provocaba esto, que me salí del café, deje a esta chica y me puse a pensar, pues a pesar de intentar haber salido con chicas nunca me había enamorado de nadie. En ese entonces no había experimentado ninguna especie de atracción por nadie y eso a mis 18 años ya me preocupaba. Pues mis padres insistían mucho en porqué no tenia novia.
Fue después de tanto pensar cuando llegue al edificio donde vivo. Que cara debí haber puesto que al subir las escaleras, que Martha la vecina de mi edad que vive abajo del departamento me tomó del brazo con fuerza y me dijo:
"¿Daniel que tienes? ¿Te paso algo?" No aguante más la terrible frustración, y simplemente me tendí a llorar la abrase llore en sus hombros.
"Tranquilízate, vamos a mi casa para que me digas que te pasa, no puedes entrar a tu cása así tu Mamá se va espantar ven" fue casi inconsciente, pero me deje llevar de su mano hasta que entramos a su casa y me dijo que me sentara.
"Tranquilo déjame ir por un vaso de agua, te ves bien mal" Me quede esperando, la sala era grande y moderna sobre una de las mesas había una foto de Martha, abrazando a su madre; pude reconocer el momento de inmediato fue el día en que tanto Martha como yo terminamos la graduación, desde niño íbamos a la misma escuela, pero fue cuado trajo el agua y cuando vi lo linda que era ahora. Esa niña plana a la que nunca le había hablado, se había convertido en una hermosa chica con un culo hermoso y unas bubis de campeonato. Vestía unos jeans ajustados y una playera tipo polo superjustita, que hacia contrastar lo voluptuoso de sus senos y su pequeña cintura. Su cara era simplemente perfecta y sus ojos verdes inspiraban una seguridad perversa; como la de alguien que tenia todo bajo control.
" ¿Qué te paso?"
"Nada en verdad" le dije un poco estupefacto, por su belleza.
"¿Como que nada? Vete estuviste llorando, se te nota; vamos dime que tienes", cuando escuche esto mis lagrimas se me salieron, y le confesé todo mi problema.
" La verdad siempre lo he notado, pero no te preocupes"
Fue en ese momento cuando sentí que su mano se deslizaba rozando suavemente la rayita de mi culito, fue en ese momento cuando sentí que una ola de placer recorría mi cuerpo, esa sensación llego hasta mi nuca, la verdad nunca había experimentado algo así. Sin querer mi culito se acercaba hacia su mano, ella seguía acariciándome al grado de comenzarme a hacer el movimiento como si quisiera penetrarme a través del pantalón, yo solté un gemido de placer y me acerque mas a ella como una cachorrita en celo, cuando ella me dijo:
"Hay Daniel, ¿No sabia que en realidad fueras Daniela?" Fue en ese momento cuando, indignado di media vuelta y le dije:
"Yo no soy ningún maricon, ¿Qué te pasa?"
"Hay Daniela, no te preocupes la verdad siempre has sido un poco delicado, para mi gusto demasiado. No te preocupes lindura, te va a gustar ser una yegua sumisita"Fue en ese momento que me indigne y me salí corriendo hasta llegar a mi casa. Ahí todo transcurrió normal hasta la noche, cuando el recuerdo de las sensación que me había hecho sentir Martha no me dejaron dormir. Cuando dio la hora de ir a la escuela, me encontré entre mis uniformes, una de las playeras que me había comprado mi mama, esa playera estaba muy justa y nunca me la ponía por pena; pero ese día me la puse y en sentirla tan entallada me hizo recordar lo que había pasado con Martha ayer, esa sensación de ocultar la playera en el suéter, me hizo sentir muy bien. Me la pase de camino a la escuela moviéndome como si fuera una chica, hasta que entrando al salón; atrás de la banca donde me siento estaba con si mirada controladora Martha.
¿Qué haces aquí? Le dije con cierto enojo, pero impresionado por sus penetrantes ojos que solo de verlos me hacían sentir, como ella dijo una perrita sumisa.
¿Nada Dani ? dijo en tono burlón.
¿No te molesta que me siente aquí o si? ¿O tienes miedo Dani? Dijo mientras rozaba con sus dedos mi cuello.
Has lo que quieras. Le dije tratando de ahogar la excitación, y lo caliente que ella me ponía. Fue en ese momento cuando entraron más compañeros, y tiempo después la maestra; fue casi a la media hora de empezar la clase, cuando la sensación de ayer volvió a encender mi caliente culito. Daniela con su pie descalzo, estaba tocando mi rozando mi culo suavemente, lo hacia de arriba abajo cada vez más fuerte, yo no podía evitar calentarme. Mi pene parecía estar a punto de explotar, para evitar la vergüenza de empezar a gemir, simplemente mordí mi suéter, pero mi culito cada vez mas sediento de sentir esos ricos raspados, me aventaba contra el pie de Martha; provocando que cada vez que su pie tocaba mis nalgas me llegara una ola de placer cada vez más intensa. Así seguimos un ratos, hasta que al terminar la clase ella me dio una nota que decía:
Bienvenida, ahora eres una yegua sumisa, te espero en mi casa saliendo del colegio.
Nunca me imagine que iba a terminar tan caliente y menos que una chica me tratará así. Fue cuando al salir de la escuela y sin pensarlo, llegue a la casa de Martha, toque la puerta y ella vestida aun con el uniforme de la escuela me dijo:
"Hola, que bueno que te animaste a venir" aun hipnotizado por sus pechos, ella me guió de la mano, y ya una vez adentro cerró la puerta azotándola con sus caderas.
Una vez adentro, me sentí nervioso, estaba tan caliente que no me importo lo que pasará, fue en ese momento cuando ella me rodeo con el caminar más sensual que había visto en mi vida.
"Vaya, vaya así que Daniela por fin va aceptar que es una linda yegua, no te preocupes pronto sabrás lo que siente sentirte deseado", el tono en el que me lo decía simplemente me ponía a mil, el hecho de que no solo me gustara que me penetrara, si no que lo hiciera con ese tono dominante, me hacia sentirme una verdadera mujercita.
"Quítate la ropa","Deprisa putita", fue en ese momento cuando ella vio que traía la playera del colegio súper justita, en ese momento como un demonio pude ver en ella una lujuriosa mirada de satisfacción, de repente de forma muy violenta me jalo el cabello y me azotó contra el suelo y me dijo:
"Wow así que ya te estas preparando, pinche puto, imagine que fueras maricon pero no tanto. Ahora si no va a ver piedad hoy vas a ser roto" hincado y humillado, ella me obligo a voltear a donde tenia un espejo gigante y me dijo, quiero que te veas con esa blusita de puto y te masturbes, antes de que saliera alguna palabra de boca; si merecerlo ella agarro y me puso una patada, lo que me hizo entender que antes de que intentara oponerme ella; ella mandaba. Fue en ese momento cuando comencé a masturbarme, pero me corrí cuando sentí su mano tocando de nuevo culito. Fue en ese momento que ella agarro el semen con su mano y me dijo:
"Abre la boca " sin ningún reparo, me lo pase, fue el sabor mas rico y caliente que había sentido en mi vida sentía como ese néctar recorría cada milímetro de mi garganta, pero fue cuando me limpie mi semen de su mano con mi lengua, cuando ella me empezó a decir:
"Valla, Daniela es una golosa, no te apures linda" me dijo agarrandome la barbilla con ternura, pero con su cínica mirada burlona, " Vas a ver que pronto serás penetrada por pollas de verdad y te encantara sentir tu rico culito todo chicloso" "Ahora levántate porque vamos a empezar a volverte más niña de lo que ya eres ", fue en ese momento cuando ella saco de atrás de un de sus sillones una bolsa, la vació y dentro de ella había mucha ropa, pero sobre todo interior. Fue en ese momento cuando ella selecciono una tanguita chiquita de color blanco con holanes, me ordeno que me la pusiera; después ella me recomendó que no usará sostén porque estaba muy plana y tenia que ser una chica natural.
Fue cuando la tanguita toco mi piel cuando simplemente no pude, para ese momento yo me sentía una putita y me encantaba sentir entre mis nalgas el delicioso hilo, calentando mi culo. Fue tal mi cara de satisfacción que ella me dijo, tranquila primor aun te falta la ropa; porque como tu dueña, no te preemitiré que salgas en ropa interior. Fue tal su perversión, que de su closet sacó un uniforme como el que ella llevaba puesto, me obligo a ponérmelo, ya la verdad me encendí me puso a mil , me encantaba sentir por cada centímetro de mi piel la experiencia de ser toda una mujercita caliente. Pero cuando ella me comenzó a besar fue cuando me puse mas caliente, yo la besaba mientras ella me ponía una peluca castaña, después me maquillo y ya lista, y vuelta toda una mujer mi culito comenzó a pedir su placer fue en ese momento cuando al ver la esquina de una mesa de centro me senté ahí; y comencé a frotar mi sediento culito contra la pared, lo meneaba de arriba abajo, sintiendo que cada vez me restregaba en aquella mesa, mi caliente ano, entraba más en la esquina de la mesa. Haciendo sentir llena y cada vez mas putita.
Fue cuando ella me sorprendió haciendo eso, cuando me dijo que ya estaba lista para ser culiada, saco de su bolsa un arnés bastante grueso y me obligo a chuparlo como si fuera una verdadera polla, cosa que me enloqueció. Fue al ver la entrega de mi boca hacia ese dildo, que ella me lo restregó en la cara, rozando mi cuerpo con el por toda la espalda, hasta llegar a donde empieza el culo donde lo untaba de una manera tan deliciosa que yo estaba apunto de estallar. Después de estarlo rozando un buen tiempo, sentí una especie de liquido, rondar mi pequeño culo, el lubricante me hacia sentir como si un fuerte macho, me estuviera llenado de su poderoso semen.
Después solamente sentí que primero un dedo perforaba mi ano, después dos; ella se encargo de que esos dos dedos se movieran con la habilidad de dos ricos tentáculos, que me hacían sentir una verdadera puta. Fue casi de inmediato que cuando los saco ella metió el arnés, haciéndome sentir algo ardiente, pero fue en la segunda envestida que mi culo, ya acostumbrado, empezó a recibir el rico placer que sentía, me gustaba sentir como entraba y salía esa rica polla dentro de mi, mientras yo apretaba con fuerza, pues me encantaba sentirme putita y sentir mas y mas de ese rico pedazo, era los mas delicioso que había sentido y me moría por sentirme partida en dos. Y así duro un rato esa rica sesión de placer, en la que yo fui bombeada, como una rica putita, minutos después me corrí y tanto Martha como yo quedamos exhaustos ya ambos tirados en la alfombra ella me advirtió.
Ahora que eres mi puta, tendrás que hacer lo yo diga y ponerte lo que yo quiera. Porque si le hechas ganas mi linda colegiala, pronto serás folladita por un rico pn de verdad.
Y ese DIA llego... pero eso continuara...mi transformación de potrillo salvaje a una llegua fina.