Dándole duro a Maryori
No pude evitar follar a Maryori, se que lo que hice estuvo mal, pero no me arrepiento...
Esto me pasó hace algún tiempo, cuando tenía 15 años. Soy alto, piel clara, ojos marrones, la tengo de 23 cm y mis amigas dicen que soy guapo.
Me encontraba muy molesto, era víctima de prohibiciones: no podía bailar, salir a fiestas con mis amigos, escuchar cierta clase de música, entre otras cosas que me tenían cada vez peor. Lo que pasaba era que mi familia asistía desde mucho tiempo a una de esas iglesias cristianas que por respeto no mencionaré su nombre. Ya me sentía cansado, todas las noches de fines de semana tenía que asistir a misa, era una tortura.
Cada día que pasaba sentía más cólera por ir a misa. Los encargados de esta iglesia eran una pareja de esposos, les llamaban pastores, eran muy ancianos y la verdad es que me dormía cuando daban sus sermones.
Todo cambió cuando llegó la noticia que estos ancianos iban a ser cambiados, en su reemplazo vendrían una pareja joven de pastores. No le di mayor importancia, al fin y al cabo serían otro aburrimiento para mí. La sorpresa me la llevé cuando vi por primera vez a la esposa del pastor, una hermosa chica de ojos negros, piel clara, pelo castaño y ondulado, un cintura de modelo, unos pechos medianos y un enorme trasero; su nombre, Maryori. No le ponía más de 25 años, era una nena muy rica. A partir de esa fecha, iba puntual a la iglesia para ver a esa ricura, pero igual seguía muy disgustado por esas prohibiciones ya mencionadas.
Maryori visitaba muy seguido mi casa para conversar con mis padres, y de paso conversábamos también. Lo malo es que ella no me daba confianza.
Pasaron los días y me empezaba a obsesionar con ella, es que era muy pero muy hermosa, me corría la paja pensando en ella, yo ya había estado con mi profesora antes (lo escribí anteriormente). No sabía cómo lograr acercarme a ella y menos convencerla para pasar un buen rato juntos, era imposible lograrlo. Me sentía frustrado, me ganaban mis pasiones, cuando la veía quería lanzarme hacia ella y tener sexo ese mismo rato. No sabía qué hacer, por un lado mis deseos hacía ella, pero por el otro mi odio hacía ella ya que representaba a esa institución que mucho daño me estaba haciendo.
Tenía que vengarme de esa iglesia, y que mejor venganza que cogerme a la esposa del pastor, pero sería difícil, imposible diría yo. Recordé que unos amigos de mayor edad que yo me habían obsequiado un frasco en gotas que ellos le llamaban “la droga del sexo” para una emergencia, me dijeron en un tono burlón. Inmediatamente llamé a uno de ellos para que me dijera como se podía preparar esta sustancia. Me lo dijo al detalle, la sustancia se llama yumbina, y es peligroso dárselo a una chica si no conoces la ración exacta para que sea inofensiva a la salud.
Pasaron más de una semana; era de noche, me encontraba mirando una película en la televisión, cuando se escuchó el sonido del timbre, alguien llamaba a la puerta. De mala gana fui a abrirla.
-hola
-hola Rony, está tu mamá
-no está, pero no tarda en llegar-mentí-¿quiere esperarla?
-sí, muchas gracias es que necesito hablar de algo muy urgente con ella.
Estaba vestida con un jean apretado, unas botas negras que le daban hasta la rodilla y una blusa que no dejaba ver nada de sus atributos; se vestía de una forma algo sexy para ser casada y peor aún ser esposa de un señor religioso. Lo que pasaba es que pertenecía a una iglesia un tanto liberal con respecto a la vestimenta.
La hice pasar, se sentó en el sofá más grande de la sala. En mi casa no había nadie, mis padres salieron a visitar a la familia en la otra ciudad y mi hermana estaba de campamento.
Era mi oportunidad de cobrar venganza, tenía miedo pero sabía que era ahora o nunca. Le ofrecí algo de beber, mientras esperaba a mi madre. Para su mala suerte aceptó mi propuesta, rápidamente me dirigí a la cocina. En un vaso combiné la sustancia (yumbina) con refresco. Me sentía muy nervioso, casi derramo la yumbina en la mesa. Me di valor y fui a la sala, le entregué el vaso con “refresco”, se lo tomó de a pocos, mirando la película que antes yo estaba viendo. Me senté a su lado, hice como que veía la película, para mi buena suerte estaba justo en una parte donde una pareja estaban besándose en una habitación, y se recostaban en la cama, luego empezaron a tener sexo.
Me puse muy nervioso, los minutos se hacían eternos, me sentía incómodo de estar viendo esa escena de sexo con ella.
-Mejor cambio de canal-dije algo asustado
-No déjalo allí, tú estabas viendo la película, no quiero incomodar
-Ok
-Hace demasiado calor, ¿no tienes calor?-dijo mientras se desabotonaba la blusa hasta llegar a verse un escote que siempre había soñado poder contemplar.
-Si un poco-dije mientras no dejaba de ver esos senos cubiertos apenas por su blusa.
Como verán no le tenía confianza pero con esa sustancia que empezaba a recorrer su cuerpo, la conversación empezó a ponerse erótica. La película estaba en una parte donde la pareja estaba teniendo sexo oral.
-¿Tú ya has tenido relaciones?-preguntó con una voz algo nerviosa
-la verdad sí, desde hace unos meses
-¿en serio? Mi primera vez recién fue en el matrimonio-dijo ya en confianza
-¿que si? No sabes lo que te has perdido, haz desaprovechado tu adolescencia-dije ya tuteándola
-si pues sé poco de sexo, con mi esposo solo lo hago de la manera tradicional
-mmm, deberías probar otras cosas
-si lo sé, pero él dice que es malo, que solo se debe hacer de la forma tradicional. Me gustaría meterme uno a la boca-dijo muy excitada mientras veía en la televisión como la protagonista le mamaba toda la verga a su pareja-¿puedo mamar tu pene?
Me quedé helado al escuchar la pregunta que me había hecho, no lo podía creer, quise responderle, pero la muy puta se arrodilló frente a mí y empezó a bajarme el cierre del pantalón. No sabía qué hacer, pero lo que sí sabía era que la droga ya estaba causando efecto. Mi verga salió disparada de mi bóxer, estaba totalmente dura.
-Uiiiii Rony que grande la tienes-dijo con una voz de puta mientras besaba la cabecita-es más grande que la de mi esposo.
-Y eso que le falta crecer un poco más- dije sonriendo
- ¿en serio? mmm Yo quiero sentir tu cosota dentro de mí-dijo con una voz muy sexy-párate niño lindo
Me puse en pie, se puso a jugar con mi verga, me sentía en las nubes, empezaba a lamer de la base a la punta, ella miraba de reojo a la tv para saber cómo se hacía. Cuando de un momento a otro metió todo mi falo dentro de su boca. En un principio me sentía raro, pero conforme pasaba el tiempo la agarraba con fuerza de su cabello y la atraía y alejaba de mi dura verga. La pobre nena solo tragaba ese pedazo de carne que ingresaba en su boca, por ratos parecía que se atragantaba, pero se sentía tan excitada por la droga que dejaba que le haga todo lo que quería. Ya había pasado un buen rato hasta que…
- Ahhhhhhhh…
Mi verga entraba y salía de su boca a toda velocidad, mientras todo mi semen llenaba su garganta, fue una experiencia muy placentera, ya no podía más. Caí rendido al mueble mientras que ella se sentó enzima mío mirándome con las piernas abiertas, su conchita tocaba mi polla, se veía muy linda con su jean y botas sentada en toda mi verga.
Me empezó a besar de una forma desesperada, nuestras lenguas se encontraban, tan solo nos mirábamos con deseo. Empecé a desabotonar y a sacar toda su blusa, le arranque el brasier del cuerpo; salieron a la luz unos senos riquísimos, sus pezones estaban henchidos, los besaba de una manera poco delicada. Mi verga empezó a recuperar tamaño, la agarré de la cintura y la eché al mueble con las piernas abiertas, inmediatamente le saqué sus botas y su jean, me di con la sorpresa que traía puesta una diminuta tanguita roja que se la saqué rápidamente, sin ningún aviso se dio la vuelta y se ubicó como una perrita ansiosa, arrodillándose en el mueble con sus dos brazos extendidos hacia adelante, apoyándose en la base del mueble. La vista desde atrás era increíble.
-métele esa cosota a esta perrita-dijo con voz de puta aguantada mientras ponía una mano en su conchita.
No respondí, solo la miraba con la boca abierta, es que no lo podía creer, la esposa ideal, la señora más recatada estaba que me pedía que la folle.
-Vamos cariño, dame duro, méteme esa verga, vamos viólame…
En ese momento reaccioné, por fin me lo creía, sin mucho apuro me ubiqué detrás de ella y empecé a introducirle toda mi polla.
-Ah…ah…ah… si… dame más duro
-tus deseos son órdenes-dije mientras empezaba a acelerar el ritmo hasta llegar a una gran velocidad.
-Más…más…más…vamos viólame papito
-lo que digas putita rica
-métemela toda, te doy permiso…
Miraba hacia abajo y contemplaba como mi falo entraba y salía por esa cuevita que estaba siendo infiel a su único inquilino. Se inclinó hacia delante hasta que su cabeza toco la base del mueble, sus codos apoyados en el cojín cubrían su rostro.
-Uf…ah…ah…no pares por favor-dijo volteando la cabeza para mirarme, estaba rojo todo su rostro, al parecer era la primera vez que disfrutaba del sexo.
-toma puta, toma-dije mientras la envestía con todas mis fuerzas.
-Hasta el fondo…hasta el fondo-Me decía con voz jadeante.
Pero como nada es eterno, después de un buen rato, empecé a sentir el placer que se produce antes de correrse.
-me vengo putita, ya no puedo más…
-Vacíate adentro…
-Si…
-Adentro, no la saques…
-Muévete más puta…
-Ahhhhhhhhh…
-Hummmmm
Mi esperma comenzó a bañar toda esa conchita, la muy zorra no paraba de gritar, se vino a montones.
Cuando salió la última gota de semen de mi pene caímos rendidos en el mueble, yo estaba encima de ella con la verga aún dentro de ella, Maryori no para de gemir del placer que sentía.
Pasaban los segundos, hasta que hubo un silencio absoluto, ambos seguíamos unidos, llenos de sudor; la miraba desde atrás, no sabía qué hacer, ella solo respiraba muy profundo, al parecer no podía creer el placer que había sentido hace unos instantes. Y de un momento a otro:
-te amo Rony-dijo con una voz algo cansada
Lo que dijo me dejó frío, era lo que menos me imaginaba que iba a decir. No sabía que responderle, solo opté por quedarme en silencio.
Empezó a menear el culo de una manera que mi verga empezaba a crecer rápidamente. Al sentir como crecía mi miembro dentro de su conchita comenzó a gemir como puta.
-Ahhh….Ahhh…. ayyyy…..que rico….
Me incorporé, le saqué la verga de su vagina, la eché boca arriba con las piernas abiertas y sin previo aviso se la metí de un solo tirón.
-Ahhhhhhhhh…
-Hummmmm…
En plena faena mientras estaba arrodillado la agarré de las piernas, puse sus pies contra mi pecho, de tal manera que sus muslos se comprimían contra sus senos; era una gran posición, absolutamente toda mi verga ingresaba a esa conchita totalmente mojada, la envestía, le daba lo más duro que podía, ella me pedía más y más, jamás pensé que esa droga haya podido hacer que Maryori se comportara como una verdadera zorra.
-dame más cariño, vamos Más…Más…Más…
- jamás pensé que eras una verdadera puta.
-Sí soy puta, pero tuya, tu puta, Más…Más…Más…Vamos viólame, dale duro a esta putita…
Al final, luego de mucho terminé corriéndome dentro de ella.
Cuando terminamos, fuimos a mi habitación donde tuvimos sexo muchas veces más, es más dormimos juntos hasta el día siguiente. Fue una de las mejores experiencias que tuve, quizás tenga una continuación este relato…