Dándolas de comer de mi pene
Mi visión erótica sobre las mamadas, sobre cómo lo vivo y mis fantasías. Sobre todo la idea de alimentar a las mujeres con mi semen.
Este es mi primer relato. Es mi manera particular de vivir y sobre todo fantasear con el sexo oral. La felación. La mamada. Chuparla. Como lo quieras llamar… Todo desde el punto de vista de un hombre heterosexual. Lo incluyo en la sección de “Sexo Oral” aunque podría ser incluida en la de “Fantasías Eróticas”.
Espero que os guste. Imagino que tendrá errores narrativos, soy novato (no seáis muy dur@s). También me gustaría que alguna mujer se animase a contar su experiencia como chupadora de pollas, conocer el punto de vista desde el otro lado es algo que se agradece, jejeje.
Me encanta que me chupen el pene. Es de las cosas que más me gustan del sexo. Sentir la boca de mi chica jugando con mi polla. Me gusta mucho que me la agarre fuerte y la sensación de cómo entra y sale. Sentir su lengua, sus labios, su saliva… Pero esto no es sólo la experiencia física, es mucho, muchísimo más...
Una mamada es como un beso muy intenso que te da una persona que te desea tanto que está dispuesta a arrodillarse delante de ti y ofrecer su boca para darte placer. Está claro que no es una zona tan sensible y no se puede tener un orgasmo en la boca, pero me excita pensar que sí y que la persona que mama el pene es en realidad la que más disfruta de los dos. Su boca y mi pene, unidos, fusionados. Como si estuvieran hechos el uno para el otro. Me gusta que las sesiones de sexo oral sean largas, y no me gusta que mi polla salga de su boca. Deben estar unidas el máximo de tiempo posible. Y no solo su boca… sino también su garganta. Y es que sentir que se la llenas hasta lo más profundo es algo indescriptible. Ver como atraviesas su cuello y que cuando te mira de sus ojitos caen dos lágrimas de aguantarse las arcadas es maravilloso.
¿Qué me la chupe… o que le folle la boca? Aquí hay una diferencia muy grande. Depende del momento apetece una u otra. Cuando dejas que te coma, es ella quien lo decide todo y la dejas que mande. Pero también está la opción de follarle la boca. En esta práctica es el hombre el que mete y saca la polla de la boca a voluntad, con el ritmo deseado. Incluyendo también gestos como agarrarle la cabeza, el cuello o el pelo. (Es genial que tu chica tenga el pelo largo, así es más fácil agarrárselo mientras le follas la boca…) Esta forma puede ser un poco más brusca y violenta, ya que muchas veces el penetrador se puede emocionar y aumentar el ritmo y la profundidad de manera inconsciente sin que la mujer esté preparada, por lo que se puede agobiar o peor, ahogar. Aunque lo genial es que ella sí esté preparada y le des bien duro por la boca. Es totalmente compatible estar locamente enamorado de tu chica y querer follarle la boca muy fuerte, siempre que se lo hagas con cariño, claro.
“Dar de comer” o “alimentar” son conceptos que me excitan muchísimo al pensar en la felación. Y es que si tu chica te la come bien, llegas a un orgasmo muy intenso en el que estallas de placer, pero también estallas de forma física… eyaculas. Chorros de semen salen disparados de tu pene para llenarle la boca. Mi semen es mi leche, mi jugo, es la esencia que sale de mí. Es el alimento de mi chica. Ella está ansiosa por tomarlo, le encanta, lo necesita. Solo mi esperma sacia su sed especial. Es adicta a mi pene, y necesita exprimirlo. Me excita pensar que un buen macho debe dar de comer a su chica con su polla para que no pase hambre. Es como una simbiosis, yo necesito que me la chupe y a cambio yo la premio con mi alimento.
Otra opción además de dar de comer es “marcar” a tu hembra. Para esto hay que frotar el pene contra su carita mientras te corres, para llenársela de semen. De esta manera estás diciendo que la dominas y que es tuya. Tanto “alimentarla” como “marcarla” pueden sonar cosas sexistas, sin embargo lo mejor de todo es pensar que es ella la que quiere que se lo hagas. Que la excites tanto que sea ella la que te lo pida porque necesita entregarse a ti.
Pero esto no se queda aquí… La fantasía va más allá. Muchas veces fantaseo con la idea de que mi pene y mi semen están realmente deliciosos y son extremadamente adictivos, por lo que no sólo mi chica desea chupármela… La situación que más imagino es que mi chica está deleitándose comiéndome la polla en la cama y de repente entra en la habitación su mejor amiga. Ansiosa, hambrienta, deseosa de probar ese manjar tan exquisito que emana de mi miembro y del que tanto ha oído hablar. Entonces se lanza a probar. Las dos me miran con picardía y me sonríen mientras me la lamen un poco para, a continuación, devorarme la polla a la vez con gran intensidad. En ese momento descubro que mi amiga es una experta mamadora. Cierro los ojos e intento diferenciar sus bocas pero es imposible. Sus labios y sus lenguas se entremezclan y sólo oyes sonidos de saliva y de succión. Después noto una gran presión en el glande. Es la garganta mi amiga, que se la ha metido hasta el fondo. Ahí, mi chica aprovecha y la deja sola comiendo para subir y besarme en la boca con gran pasión. Luego nos miramos con cariño y nos decimos lo mucho que nos queremos.
- Me encantas. – Me dice. Yo correspondo y le digo: - Tú si que me encantas. Estoy… - no lo puedo evitar, estoy a punto de correrme –… locamente… ¡aaah!... – no puedo pararlo y el primer chorro de semen impacta en el paladar de su amiga. - … enamorado… ¡ufff!... – Sigo corriéndome y llenándole la boca. -… de ti, cariño… aaah…
Es genial, le declaro a mi novia mi amor por ella mientras me corro en la garganta de su mejor amiga y le doy de comer semen de mi pene. En ese momento ella descubre el sabor de mi esperma y ya es automáticamente adicta. Por eso la fantasía completa no es sólo el momento de la mamada a dos bocas, sino también el hecho de que a pesar de que mi chica y yo seamos una pareja y estemos muy enamorados, no quita que nuestra mejor amiga necesite chupármela a menudo.
Pero esto no se queda ahí… Como he dicho, la fantasía es que mi pene y mi semen son extremadamente adictivos, por lo que la amiga no es la única mujer que necesita comérmela… Imagino que muchas, muchas mujeres necesitan comérmela. Todas mis amigas, mis compañeras de trabajo, las vecinas, las familiares de mi chica, las novias de mis amigos, mis cuñadas… y hasta mi suegra. TODAS ellas necesitan chupármela y que las alimente. Fantaseo que mi vida es una sesión interminable de mamadas una detrás de otra. Por eso lo mejor es que lo hagan varias a la vez. No solo de dos en dos, sino hasta 4 o 5 mujeres chupando mi polla ansiosas a la vez, aunque sea difícil por tema de espacio. Me gusta imaginar que cuando lo hacen de dos en dos son parejas madre e hija, hermanas, mejores amigas o que incluso ambas no se soportan la una a la otra… Me excita la idea de que mujeres que a primeras no me resultan del todo atractivas sean unas chupadoras excepcionales y necesite que me la coman a diario de lo bien que lo hacen.
Aquí fantaseo con detalle cómo me chupa la polla cada una de ellas, me gusta pensar que las más extrovertidas la comen despacito y suave, y que las más tímidas la devoran rápido, muy duro y hasta el fondo de la garganta. Cada mujer y su mamada son diferentes, algunas me miran a los ojos, otras hacen mucho ruido al chupar, a otras las agarro fuerte del pelo, otras son expertas en garganta profunda, a otras les lleno la cara de semen, otras me la agarran con las dos manos… las opciones son infinitas. Por eso no es extraño pensar que luego en la vida real me guste mirarles a la boca y acordarme de lo que las hice en mis sueños.
Una cosa es segura, y es que en mis fantasías, siempre que me hacen una mamada tanto ellas como yo recibimos mucho placer. Y lo que es mejor, sabemos que se volverá a repetir... porque volverán a tener hambre y tengo que volver a darlas de comer.