Dana. (Capítulo 2)
Mi nombre es Erika, soy estudiante foránea y mi vida cambio cuando me mude a vivir con mis roomies. Nunca pensé que todo esto fuera a pasar.
Capítulo 2.
Llevo tres meses ya viviendo aquí, las cosas se han estabilizado en mi vida. Mi relación con mis roomies va tranquila aunque hay veces que hemos tenido algunos problemas, cosas de convivencia diaria como que Gaby se acaba el agua caliente en las mañanas, Dana se come mis postres o que hasta Juanpa deja levantada la tapa del baño. Técnicamente Juanpa no es mi roomie pero pasa mucho tiempo aquí. Hasta Gaby me ha regañado un par de veces por dejar el tapete del baño tirado cuando salgo de bañarme. En fin cosas sin mucha importancia.
Con relación a la escuela ya entré al primer semestre en la universidad, nunca he sido excelente estudiante pero al menos no voy reprobando, ya tengo un par de amigos de la escuela y conseguí un trabajo en una cafetería en una plaza comercial a unas cinco cuadras de la casa por lo que me puedo ir caminando sin problemas. Mis rutinas se han establecido. Por la mañana me levanto, me baño no sin antes pelearme con Gaby y su lentitud al bañarse, si me da tiempo me desayuno algo o lo compro en la escuela, me voy a la universidad, salgo hasta pasado el mediodía, tengo una hora libre entre lo que como, avanzo tareas y me voy al trabajo en el que estoy desde las tres hasta las siete de la tarde cuando llega mi relevo. No gano mucho pero al menos es dinero que puedo usar para lo que yo quiera. Luego regreso a casa, sigo con trabajos pendientes o si estoy más liberada veo con las chicas alguna serie, excepto los miércoles que es noche exclusivamente de películas. Los sábados no voy a la escuela pero si a trabajar, logre convencer a una compañera para que me cambie el turno ese día así que solo voy en las mañanas hasta el mediodía y eso me deja completamente libres los sábados en la tarde y todo el domingo para dormir si yo quiero todo el santo día.
Pero volvamos a lo que vinieron a leer en esto que les estoy contando… Dana.
No tenía idea de la cantidad de chicos detrás de ella hasta un día que la acompañe a su facultad y me percate como todos la miraban por donde pasaba, algunos guardaban hasta silencio tras su paso. Como un depredador acechando a su presa. Aun así ella solo los ignoraba y saludaba alegremente a quienes conocía. Quique comenzó a mandarme mensajes y estuve ayudándolo en su misión. De esta forma él supo que el pastel de chocolate era su favorito, que le gustan las series policiales o forenses y que aunque no entiende mucho de futbol, le va al real Madrid por su papa y su hermano. El chavo sigue tratando con todas sus fuerzas pero hasta la fecha ningún plan ha dado sus frutos.
Pero sin embargo yo sabía que Dana ama a alguien y que esa persona está lejos, y por eso mismo logre percatarme que a veces ella se queda mirando la ventana unos minutos en sus ensoñaciones, hay veces en las que ve como juguetonamente se besan Gaby y Juanpa y se nota un aire de tristeza en su mirada. Nunca dura demasiado y así de buenas a primeras, continua siendo la Dana alegre de siempre.
Pero todo lo que sube tiende a bajar, y la tranquilidad física y emocional que estaba encontrando se vio alterada. Mentiría si les dijera que fue de pronto estos cambios, pero no. Déjenme les cuento.
Hubo una ocasión en que escuche hablar por teléfono a Dana, y este fue el inicio para mí de lo que pasaría más adelante en esta casa. Me encontraba en mi habitación, eran cerca de media noche. Había terminando de redactar un ensayo sobre orígenes administrativos en cultu… olvídenlo a nadie le interesa. Terminaba una tarea, punto. Cuando decidí ir al baño. Salí del cuarto y para quien no sepa, las habitaciones de la casa están distribuidas en hilera por un pasillo. El más cercano a la escalera es el cuarto de Gaby, seguido por el mío y al final el de Dana. Hasta el fondo el baño.
Así que para llegar se pasa forzosamente por la puerta de Dana. Al aproximarme escuche como platicaba con alguien, no le di importancia hasta que escuche un ligero gemido. Me detuve de pronto. ¿Fue mi imaginación? Supongo que si lo fue, pero por alguna extraña razón no me quise mover. El pasillo estaba a oscuras. Yo seguía ahí de pie cuando otro gemido se escuchó. Esta vez se escuchaba más bajo, como si no quisiera que nadie más la escuchara, se notó que le gustó. Después otro seguido de otro más. Mi corazón comenzó a latir fuerte, mire para todos lados esperando no encontrarme con nadie. ¿Quién más me iba a ver? Dana estaba encerrada y Gaby no había llegado aún. Despacio y sin hacer ruido me acerque más a su puerta hasta pegar mi oído esperando escuchar algo.
-Sii, sabes que te extraño mucho – Dijo en voz baja, no pude escuchar a la otra persona - ¿Y también sabes lo mucho que te quiero? Aún recuerdo la última vez, estuvo rico. ¿A poco no?
-¿Adivina que estoy haciendo? Gemido**
-Si pillín, me estoy metiendo los dedos pensando en ti mientras hablamos.
-Siii me encanta. Ya no aguanto para verte. ¡Aaah! ¡Sii! ¡Que rico! ¡Aah! ¡Mmmh! ¡Me corro! ¡Me corro! ¡Oh dios siiiiii!
Todo esto lo decía mientras su voz emanaba sensualidad, estaba hablando con su novio, perdón con su amor. Ronroneaba como una gatita, nunca había oído a Dana hacer esas expresiones. Seguí sin moverme colorada de vergüenza. Digo, me he masturbando un par de veces en mi nueva habitación pero una cosa es hacerlo y otra es escuchar a otra hacerlo. La conversación continúo en cuanto el orgasmo de Dana pasó.
-¿Ya te corriste bebe? ¿Todavía no? ¿Quieres que te ayude?
-Bueno, sí, aja, niño malo jeje, ahorita mismo estoy toda desnuda en mi cama, con una mano sostengo el teléfono. ¿Quieres saber que está haciendo la otra? Esta apretando mi pezón, mmmhh, ese que te gusta tanto chupar… si también a mí me gusta chupar. Jajaja cochino. ¿Te gusta verme chupar verdad? Si nene, me encanta cuando te la chupo, me encanta que me veas mientras te la mamo completa – Pude escuchar el distinguido chapoteo de una vagina siendo martirizada, la conversación la había vuelto a poner caliente y no se aguantó una segunda tanda -¿Eso quieres? Pues ya me abrí de piernas completamente para ti. – Se escuchó el sonido de un teléfono sacando una foto… ¿Se sacó una foto completamente desnuda ofreciéndose completamente? ¿No me lo podía creer? La Dana que había conocido, tan recatada haciendo tales cosas. Aunque si lo pienso ahora no era para tanto, es decir, era una foto para su amor, en su habitación privada, no está rompiendo las reglas y cada quien tiene derecho de hacer con su privacidad lo que quiera… seguí escuchando.
-Listo, ¿Te gustó la fotito? Ese es mi niño, ¡sii yo también me vengo yaaaa! Eso es, así nene dame tu leche, siii me encanta, dámela toda. ¡Mmmmmhhhh sii ya ya yaaaaa!
Un segundo orgasmo la invadió, más fuerte que el primero, dejo de hablar mientras recuperaba el aliento. Mi instinto decía que me largara pero la intriga de seguir escuchando no me dejaba ir. Segundos después Dana hablo con voz cansada, imagino que estaba rendida.
-Que rico estuvo mi amor. Jajaja tonto. Te dejo por hoy, mañana debo salir temprano. ¿Sabes algo? Te extraño mucho. Hablamos luego. Bye Coco.
Tras colgar hui rápidamente y me encerré en mi habitación con el corazón a mil. Me emocionaba el saber que la pareja de Dana la seguía correspondiendo, ella se lo merece. ¿Qué importa si está lejos? Si se quieren denlo todo. Ahora también sé que se llama Coco, o ¿será su apodo? Porque Coco viene de Socorro, pero es nombre de mujer, ¿Dana es lesbiana? No, no, si dijo que le gustaba chuparle el pene a Coco. Entonces es su apodo. En estas tribulaciones me encontraba cuando me di cuenta de algo. Entre la curiosidad, excitación y morbo, se me habían olvidado las ganas que tenía de orinar. No me quedo de otra que volver a salir.
Después de ese incidente, los siguientes días cada vez que salía de mi habitación en las noches por cualquier motivo, comencé a detenerme en la puerta de Dana y tratar de escuchar si estaba haciendo algo otra vez, esperando encontrar otra escena similar. Pero, o lo hacía muy discretamente o no lo había vuelto a hacer, porque solo escuchaba música, o sonidos de videos en el celular o el ruido de alguna serie que estuviera viendo. Así que con los nulos resultados obtenidos perdí el interés al poco tiempo.
Era un domingo cuando las tres decidimos irnos a tomar un café, me llevaron a una zona lujosa de la ciudad a la que nunca había ido. Lleno de plazas comerciales y tiendas de todo tipo. Paseamos un rato viendo escaparates y entrando a las tiendas a ver que ofrecían, me compre una funda nueva para mi celular y unos aretes muy bonitos, obviamente eran súper baratos porque mi presupuesto no daba para la fina joyería de la tienda, pero salí contenta. Fuimos pasando tienda tras tienda, de zapatos, lentes, vestidos de noche, videojuegos, celulares, ropa para niños, ropa casual, muebles, etc… hasta que pasamos por una tienda de lencería fina. El maniquí, o mejor dicho la maniquí mostraba un conjunto rojo con los bordes negros sumamente sensual, tapaba lo justo de arriba y de abajo dejando ver gran parte de la piel, unos tacones y medias rojas terminaban el conjunto.
-¡Qué lindo! – Dijo Gaby - lástima que no puedo usarlo.
-¿Por qué no? - Pregunté – Estoy segura que Juanpa se desmayaría con solo verte usándolo.
-No, si el cabrón no solo se desmayaría, le daría el infarto porque toda su sangre iría a la otra cabeza jajaja. Si esta lindísimo el trajecito este, que daría yo por ponérmelo pero no lo completo.
-Si quieres dinero te puedo prestar un poco- Le dije.
-Que linda pero no. No es dinero lo que me falta, si no pechos - dijo esto agarrándose con sus dos manos sus tetas y juntándolas lo más que pudo – Esas son para tamaños grandes, unas copas D como mínimo, si me lo pongo se me caería de vergüenza jaja.
Como si hubiéramos tenido un enlace telepático. Ambas nos miramos un segundo y al mismo tiempo volteamos a ver a Dana quien parecía no entender nada.
-Pruébatelo Dana - Dijo Gaby. –Estoy segura que se te vería increíble.
-¿Yo? Ni loca, no niego que esta chulo, pero no me lo voy a probar y menos enfrente de ustedes.
-Ándale, no seas ranchera – Dijo Gaby – Ya te hemos visto mucha piel, con esos shorts tan chiquitos que usas en la casa, y cuando traes la playera sin mangas, es casi lo mismo solo un poquito más chico.
-Pero una cosa es vestir ropa común y la otra lencería erótica.
-Ambas son ropas- intervine yo –así que da igual si te lo pruebas, solo queremos ver cómo te queda. Además eso es muy normal en estas tiendas.
-No y no. Mejor vámonos que la cafetería se llena siempre y hay que ganar lugar- Dana comenzó a irse dejándonos paradas en la vidriera. Gaby me miró y sabiendo que Dana no la escuchaba me dijo:
-Esta es más apretada que una tuerca vieja, estoy casi segura que no se sabe ni masturbar.
-Anda si la hubieras oído la otra noche – Ups. Se me salió el comentario, me puse roja de vergüenza y se me debió haber notado. No debí decir nada. Gaby abrió mucho los ojos.
-¿Qué? ¡No inventes! ¿Qué paso? ¿Qué hizo?
-No, nada nada, olvídalo- Trate de hacer como que mi comentario no era nada importante.
-No, de olvidarlo nada, si ahora me dices que fue lo que pasó.
-No creo que deba contarlo, es algo privado.
-Anda ¿tú también te vas a arrancherar?
-Lo siento, no puedo.
-¿Entonces no me mas a decir?
Dude por un segundo si contárselo o no. En primera no se me hacía justo contar algo privado de otra persona, por otro lado… el chisme es mejor cuando se lo cuentas a alguien más.
-De acuerdo le dije. Pero aquí no, mejor cuando no esté Dana cerca.
-Bien- dijo Gaby con una sonrisa en su rostro.
-¿Van a venir o no?- Grito Dana desde la puerta de la cafetería.
Ya en la cafetería conseguimos una mesa donde las tres cupimos muy bien, el lugar era muy lindo, con temática clásica o antigua, parecía de esas fuentes de sodas que había en los años cincuenta aunque actualizada, la rocola tenía la carcasa clásica pero su funcionamiento ya era digital, funcionaba con spotify pues, además había Wifi y televisiones montadas, las meseras tenían sus uniformes de la época. Todo se veía muy bien. Pedimos unos frappes de sabores y unos pastelitos de nuez, que según me contaron los pastelitos son por lo que se volvió popular el local. No lo voy a negar, estaban deliciosos. Incluso compre dos para llevar a casa.
La conversación transcurrió entre café y risas, platicamos de nuestras carreras, de mi trabajo, del futuro etc. A veces criticábamos a alguien que nos caía mal y nos reíamos aún más. Debo admitir que aunque no eran mis únicas amigas, pues todavía mantenía el contacto con algunas de la preparatoria. Tal vez por vivir juntas lo sentí como mis mejores amigas. Es absurdo lo sé, llevo solo pocos meses de conocerlas, pero fue ese instante en el que no paraba de reírme con ellas que comencé a sentirme parte de un grupo, de un verdadero grupo. Sé que no va a durar toda la vida, solo vivimos juntas porque lo necesitamos y cuando cada quien empiece a hacer su vida adulta nos separaremos. Pero como dice mi mama: el gozo al gozo mientras no sea forzoso.
En eso estábamos cuando Dana recibió una llamada de su mama doña Glenda.
-¡Hola Mamá!, bien gracias ¿y ustedes cómo están? Aja si, que bueno que estén bien. Si dime – Dejo el teléfono y nos dijo:
-Es mi mamá, ahorita regreso.
Y salió del local para seguir hablando por teléfono, imagino que por el ruido del lugar se le complicaba escuchar bien. La mire cuando salió y fue a sentarse a una banca sola a unos 20 metros de la puerta, podíamos verla desde la ventana perfectamente. Gaby a provecho que Dana no estaba para seguir interrogándome sobre ese “incidente”.
-Entonces, cuéntame anda, ¿qué fue lo que pasó?
-No paso mucho es solo que…
-¿Qué?
-Mira me da pena contarlo pero lo voy a decir. Dana no es tan santa como nos hace creer.
-Ya suéltalo ¿qué paso?
-¿Te acuerdas el día que se fueron tú y Juanpa al concierto en la plazuela? Pues yo estaba terminando un trabajo cuando me dieron ganas de ir al baño. Cuando pase por su puerta escuche un ruido y me detuve… eh para ver si estaba bien (no le iba a decir que me quede por morbo). Ahí fue cuando volví a escuchar el mismo ruido y resulto que… se estaba masturbando.
-¡No me digas!
-Pero eso no es todo – suspire por la tensión, una parte de mí no quería decir nada aun por si regresaba Dana, mi mirada iba de Gaby a la ventana cada tantos segundos por si volvía – Estaba hablando con alguien por teléfono…
-¡Pero qué puta! Jajaja estaba teniendo sexo telefónico.
-Eh sí. Creo que sí. Pero deja tú, le estaba diciendo toda clase de cochinadas. Al parecer no es la primera vez que lo hace con esa persona.
-¿Qué tipo de cochinadas?
-Pues… - Me sonroje al recordar lo que ella le decía – Pues le dijo que le gustaba chupársela, y que le gustaba cuando él la veía… y no solo eso. Ella dijo que estaba desnuda, se tomó una foto y se la mando.
-¡Jesucristo! No lo puedo creer. Santa Dana tiene pacto con el diablo. Nunca pensé que a Danita le gustara mamar la verga. Tan rico que saben jajaja.
-No qué asco.
-No me digas que nunca se la has chupado a nadie. Deberías intentarlo alguna vez.
-No sé, no creo que debiera.
-¿Eres virgen?- Me pregunto.
-No – Respondí.
- ¿Con cuantos te has acostado?
-Con dos nada más, ambos fueron mis novios en su momento, pero… con el primero fue complicado, era mi primera vez y él fue tosco. Lo que debió haber sido un momento romántico entre nosotros… salió mal, me dolió mucho y me dio miedo volver a hacerlo con él. Creo que se aburrió de estar conmigo por no querer acostarme otra vez con él y me dejo.
-¿Y el otro?
-Pues estuvo bien, fue cariñoso y muy lindo. Me llevo a una cita, al cine y una cena, era muy romántico y atento. Me hizo perder un poco el miedo a hacerlo, lo hicimos en su cuarto y la verdad se sintió muy bien, lo hicimos un par de veces más. Me pidió varias veces que se la mamara pero nunca me animé, no estaba preparada. Si me gustaba hacerlo con él, era bueno en la cama y me hacía sentir especial. Pero un día me enteré que yo no era la única con la que estaba saliendo. El pendejo tenía hasta un calendario de con quien acostarse tales días. Yo y otras tres chicas caímos en su juego. Pase tanta vergüenza cuando me enteré que lo boté en ese mismo momento. Él quería disculparse y hasta me juró que no sentía nada por las otras pero no le creí. Eso fue antes de graduarme del bachiller. Desde entonces no lo he vuelto a ver.
-Ay Erika, pendejos como ese hay montones, que te digo. Pero bueno eres mucho para ese fiambre. Ya encontraras una buena verga que mamar.
Me reí por el comentario, así era Gaby, podía decir cualquier vulgaridad pero de forma que no resultaba ofensivo.
-Oye – Me dijo -Y ¿pudiste saber con quién estaba hablando Dana?
Mire por la ventana y guarde silencio, Dana colgó el teléfono. Se le veía feliz, alguna buena noticia supongo. Le hice señas a Gaby de que ya venía y que se callara, Gaby también la miró expectante pero de pronto Dana cambio de dirección a toda prisa y camino por el pasillo de la plaza comercial rumbo a las tiendas, no nos había visto. No tengo ni idea de a dónde va, probablemente algún encargo de su madre.
-Se fue – dijo Gaby – Ok dime si nombro a alguien.
-Si dijo un nombre, pero no lo conozco, y nunca ha hablado de él. Cuando terminaron de “jugar” se despidió de un tal Coco.
-No me suena, ¿Qué no es nombre de mujer?
-¡Lo mismo pensé yo! Pero no, escuche muy bien cuando le dijo que le gustaba mamar su pene.
-Curioso, Dana tiene un galán secreto del que nunca nos ha hablado, lo quiere lo suficiente para cachondear por teléfono.
-Y para mandarle fotos desnuda.
-¡Mierda! Es verdad. Ósea que existe al menos una foto desnuda de Santa Dana.
-Hay que encontrarla.
-¿Qué? No.
-Vamos. ¿No te da curiosidad como se ve nuestra buenísima casera en traje de Eva?
-Pero, yo no soy lesbiana.
-Ni yo tampoco. Es solo un juego.
-Seguramente está en su teléfono.
-Sí, ese será un gran problema. Bueno, ya veré la forma de conseguirla en un descuido de ella.
Miré por la ventana, Dana no aparecia todavia, di un sorbo a mi frappe y pensé en la proposición de Gaby, si quería ver esa foto, pero solo por curiosidad. Gaby saco su teléfono y se puso a mensajear con alguien. Supongo con su novio. Yo saque el mío también para revisar si había mensajes importantes. Nada relevante, solo un par de grupos de whatsapp mandando memes, y el de la escuela con alguien preguntando cuando es la fecha de entrega en algún trabajo.
-Mierda – Dijo Gaby.
-¿Paso algo? – Le pregunté
-No, nada. Juanpa y yo habíamos quedado de ir mañana a comer con su hermano, pero me está avisando que se pospondrá la comida. Dice que le salió trabajo urgente a su hermano y no podremos ir a su casa.
-Oh, bueno entonces váyanse ustedes dos solos a comer por ahí.
-No se va a poder, Juanpa le ayuda a su hermano en su despacho contable, quiere ser socio algún día. Y le va ayudar. No pasa nada, es solo que últimamente anda muy ocupado y quiero verlo un rato, es todo.
-Pero si es trabajo no se puede hacer nada.
-Descuida luego haremos algo juntos.
Después de unos minutos en que pasamos hablando de cosas más intrascendentes, apareció Dana en la vidriera. Pude ver que llevaba consigo una bolsita negra que no dejaba ver su interior, fue a alguna tienda a comprar algo, tampoco le di mucha importancia. Caminó hasta el establecimiento y entró radiante, una sonrisa iluminaba su rostro. Llego hasta nosotras y se sentó. Sin decir nada levanto la mano para tener la atención de una de las meseras quien se acercó de inmediato.
-¿Algo más que necesiten?
-Si por favor – dijo Dana. –Nos puedes traer tres rusos blanco por favor, yo invito chicas.
-En seguida- Dijo la mesera.
-¿Y eso a que se debe?
-Pues que vamos a festejar.
-¿Festejar que?- Pregunté.
-Que mi hermanito Federico fue convocado a selección estatal de futbol, me habló mi mamá toda emocionada. Al escuincle siempre le ha gustado la pelota desde muy chico. Es de los que se la pasa jugando en todos lados. Juega en el equipo de la escuela, en la liga de la colonia y a veces lo invitan amigos de otros equipos cuando les faltan jugadores. Es bueno no lo voy a negar pero de eso a jugar en la división sub 18 es otra cosa. Dice mi mamá que primero hicieron un torneo entre escuelas y de ahí eligieron a los mejores entre ellos él. Les hicieron pruebas durante varios días y que hoy le hablaron para decirle que había quedado seleccionado.
-¡Que buena noticia! –Dije yo en el mismo instante que las bebidas llegaban.
Las tres tomamos los vasos y brindamos.
-¡Por Fede! – Dijo dana.
-¡Por Fede! – Dijimos Gaby y yo, al tiempo que chocábamos los vasos y dábamos un sorbo a la deliciosa bebida.
-Hay otra cosa de la que quiero hablarles – Nos dijo Dana.
-Si dinos- Dije yo, expectante a lo que iba a decir.
-Mi hermano se va a venir a vivir a la casa unos meses.
-Okeeey- dijo Gaby. –Pero ya no hay cuartos libres, ¿no me digas que vas a desalojar a una de nosotras dos?
El alma se me cayó a los pies, apenas que había encontrado un lugar fuera de mi familia a la cual pertenecer y estaba por desmoronarse. No quería que Gaby se fuera a pesar de las constantes peleas en el baño. No me quería ir yo y volver a tener que buscar vivienda con mi apretado presupuesto. Empecé a temblar un poco. Lógico que Dana jamás se iría, es su casa.
-No, no claro que no - Dijo Dana – Nadie se va a ir. Me comentó mi mama que Fede llega a principios de noviembre porque el club en el que entrenará esta acá. Solo estará en casa uno o dos meses en lo que dura la concentración, Después de eso cuando empiece el torneo estará yendo y viniendo a los otros estados a jugar. El tiempo de esto ya dependerá de si ganan o pierden para seguir en el torneo. Le dije a mi mamá que no es justo para ustedes que tenga que desalojarla a alguna así como así, si nomas será un tiempo el que Fede se quede. Así que le dije que se podía quedar en la sala. En casa de mis padres hay un sofá-cama y si se lo traen puede dormir ahí sin que nadie lo moleste. Ella estuvo de acuerdo.
En ese momento me regreso el alma al cuerpo, nadie se iba a ir de la casa. Celebramos el logro de Federico. Hasta ese momento no sabía el impacto que tendría el chico en la casa, ni lo que desataría en un futuro. Era mejor que no hubiera venido a vivir con nosotras nunca… o tal vez si lo fue.