Curso para sumisas. Tema 2: Masajes y preliminares

A través de este curso aprenderás como ser una mejor sumisa para dar placer a tu hombre. En este segundo tema nos centraremos en el arte del masaje y los preliminares.

A través de este curso aprenderás cómo ser una mejor sumisa para dar placer a tu hombre. Si vas a seguir leyendo este relato significara que acatarás todas mis órdenes y por lo tanto tu cuerpo me pertenece.

Si aceptas ser obediente y pasar a ser de mi propiedad, escribe mis iniciales (JP) en tu pecho izquierdo.

No continúes leyendo si aún no has realizado la primera lección: http://todorelatos.com/relato/107613/

Una sumisa no debe serlo simplemente en la cama, también debe saber cómo contentar a su hombre antes de llegar a ella.

Tus deberes

Primer paso: La preparación

Tómate una relajante ducha y depila completamente tu cuerpo. Perfúmate para la ocasión y vístete simplemente con un sujetador y una minifalda. Maquíllate en exceso para que se note bien lo que eres.

Segundo paso: El recibimiento

Recibe a tu hombre tumbada en el sofá y cuando se acerque a ti abre sutilmente las piernas para que pueda comprobar que no llevas nada debajo de la minifalda.

A pesar de su insistencia, no dejes que toque tu cuerpo y ofrécele un masaje.

Apaga la luz y enciende unas velas. Quítale la ropa lentamente para dejarle simplemente con la ropa interior. Recreate en su torso y luego agáchate para bajar sus pantalones.

Tercer paso: Masaje

Una vez tumbado bocabajo, sube encima de él. Echa algún aceite en su espalda e inicia un suave masaje. Empieza por sus zonas menos sensibles.

Mientras masajeas su espalda, acerca tus labios a su cuello y orejas. Alterna movimientos, no vaya a ser que se duerma.

De tanto en tanto frota tu sexo por su espalda, que note lo húmeda que estás por su contacto.

Quítate el sujetador y unta tus pechos con el aceite. Pasalos por su espalda, mientras besas su cuello.

Con todo esto, cuando le des la vuelta deberías notar una buena tienda de campaña. Vuelve a ponerte encima y masajea sus hombros y torso desde delante, mientras frotas tu entrepierna desnuda por su sexo cubierto por la fina tela de la ropa interior.

Cuando notes en sus ojos que ya no aguanta más y que necesita follarte, levántate y pídele que se vista y se siente a la mesa mientras preparas una romántica cena con velas y una botella de vino.

Cuarto paso: La cena

Sírvelo todo simplemente con sujetador y minifalda. Una vez estéis cenando, lánzale provocativas miradas. Sube tu pie desnudo y acaricia su entrepierna desde el otro lado de la mesa, mientras chupas tu dedo con mirada pícara y desafiante.

Quinto paso: El postre

Una vez terminéis de cenar llega el postre. Desnúdale completamente y haz lo mismo con tu cuerpo. Echa nata en tus pezones. Deja que él limpie bien tus tetas de cualquier rastro de nata. Después continúa echando nata hasta tu entrepierna y sentada en el sofá, deja que él lama tu sexo mientras con tu pie acaricias su polla.

No tienes permitido llegar al orgasmo, ni tampoco ser follada, así que después vas a echar nata por su cuerpo para ir limpiándolo con tu lengua. Al mismo tiempo empieza a masturbarle. Una vez no quede nata por su cuerpo, le vas a poner de pie y agachándote enfrente de él, vas a masturbarle hasta que su leche se dispare en tu cara y tus tetas.

Ahora, con la cara llena de su corrida, dale un beso en la punta y mete su polla en tu boca para limpiar hasta la última gota.

Si has seguido todos los pasos correctamente tendrás permiso para darte placer más tarde, pero no dejes que sea tu pareja quien te lo proporcione. Sigues siendo un simple objeto de placer.

En ningún momento menciones a tu pareja nuestro acuerdo, ya que podría arruinar la sorpresa en futuras clases.

Leeré todas las experiencias y sugerencias en: jeanpaulhantr@gmail.com

Dedicado a K y A por sus correos y tuperrita1, Sherezade y Nena por sus comentarios.