Curso nuevo vida nueva (1/4)

La visión de Miriam

MIRIAM

Buenas, me llamo Miriam, tengo 23 años y trabajo en una oficina por las mañanas. Mi trabajo y el de algunas de mis compañeras es bastante rutinario, siempre delante de un ordenador haciendo trámites, llamadas y gestiones. Una de ellas es Nerea, más o menos de mi edad y que en realidad aspiraba a algo más que a pasarse su vida metida en una oficina haciendo siempre lo mismo. A ella le gusta la criminología pero una cosa llevó a la otra y tuvo que renunciar a la carrera que le gustaba y acabó trabajando aquí. Pero este año ha decidido hacer algo al respecto y se ha matriculado para estudiar criminología en la facultad, cosa que compaginará con el trabajo.

Así que hace un mes que Nerea está trabajando por las mañanas y estudiando por las tardes. La asistencia a clases es obligatoria, por lo tanto no puede faltar; algunos días llega a su casa (en otro pueblo, a 30 minutos en coche de donde estudia y trabajamos) casi a las 10 de la noche, cena algo, y con suerte y si no tiene que hacer algo para las clases del día siguiente, se mete en la cama para estar a las 7.30 en la oficina. Después de estas primeras semanas de clase, el agotamiento se le empieza a notar, algunos días se queda medio-grogui frente al ordenador y le tengo que dar un toque.

A todo esto hay que decir que Nerea es una chica que, a decir verdad, no es nada del otro mundo, pero simplemente es guapa. Es algo más bajita que yo y aunque no haga deporte y no esté tonificada (algo en lo que me fijo mucho en una mujer, que esté mínimamente tonificada, que no cachas), tiene un cuerpo que ya se lo cambiaba yo; quizás lo que más me gusta de ella es su sonrisa, muy amplia, y con los ojos azul oscuro que tiene, tan grandes, se le ilumina la cara cada vez que cuenta algo con entusiasmo o simplemente te sonríe. Y también hay que decir que vive con su novio, por ese motivo la veo como una compañera guapa y nada más.

M: Nerea! Nerea!! –en un grito-susurro dándole un pequeño golpe en el brazo- Despierta!! Que te duermes!

N: Ostras, otra vez no… Qué vergüenza. No sé qué me pasa esta semana que sólo estamos a miércoles y ya no puedo más. ¿Qué hora es?? –mira el reloj del ordenador- ¿Sólo son las ocho y media??

M: Sí, todavía es esa hora… Eso va a ser el ritmo que llevas tía, que no es sano. Anda sigue durmiendo que te traigo un café.

N: No no, no hace falta! Que ya me espabilo…

Efectivamente, cuando vuelvo con el café, se ha vuelto a quedar dormida con la cabeza apoyada en su mano. Le dejo el café a su lado y la vuelvo a despertar.

M: Tss!! Nerea! TSSS!!! SÍ SEÑORA IGLESIAS!! –nuestra jefa-  AHORA LE LLEVO LOS ALBARANES!!

Nerea pega un bote de la silla que casi tira el café

M: Jajaja, sabía que esto no fallaría.

N: Qué susto me has pegado, pero gracias, necesitaba algo así. Ayy!! Si me has traído el café!! Muchas gracias Miriam –y aquí es cuando sonríe y se le ilumina la cara y yo para no babear demasiado dejo de mirarla y sigo con mi trabajo-.

M: Venga, a trabajar otra vez.

Después de dos horas más trabajando hacemos la pausa para comer algo y volvemos a hablar de ella y su ritmo de vida.

N: Hoy salgo de la uni a las 9 y encima mi novio está de viaje con los colegas… No sé que me voy a hacer de cena porque no sé ni si hay comida en la nevera o sólo me queda el típico medio limón seco y una coca-cola.

M: Oye, que yo no te lo he dicho antes porque tampoco quería meterme en tu vida pero si algún día te da pereza ir hasta tu casa, en mi piso hay sitio de sobras eh? Tú me dices algo vía whatsapp por la tarde y yo hago algo de cena para las dos y algo de tiempo que te ahorras.

N: Muchas gracias Miriam, pero tranquila, no hace falta –otra sonrisa-.